#NiUnaMás
Aislamiento y violencia, parte III. En el barrio: Parar la olla
En nuestro país, según diversas estimaciones, entre cuatro y cinco millones de trabajadorxs de la economía popular cobran menos de 20.000 pesos por mes, quedando muy lejos de la canasta básica. Y son cuatro millones les que tienen su economía basada en formas no asalariadas: lo hacen principalmente saliendo a la calle. Tercera y última parte del especial de aislamiento y violencia, de lavaca.
Por lavaca.org y Lucrecia Raimondi
Dentro de este universo, las mujeres -que constituyen el 70% de las personas pobres del mundo- en general tienen peores salarios y además enfrentan mayores niveles de informalidad (el 36 por ciento), y de desocupación (el 10,8 por ciento).Las mujeres de hasta 29 años superan el 22 por ciento de la tasa de desempleo. No hay casi datos oficiales sobre la población travesti trans en el mercado laboral. En la única encuesta que se realizó hace ocho años, el 80 por ciento expresó dedicarse a actividades vinculadas a la prostitución y trabajos informales. Ese mismo porcentaje dijo que no tiene obra social, prepaga o plan estatal.
“La situación económica de hoy cae en los hombros de las mujeres, pasa así desde toda la vida pero en estos días se siente más”, dice Petronila desde el barrio Playón de Chacarita. Vive ahí desde hace más de una década. Durante las noches es empleada de maestranza. Está en blanco y supone que va a seguir cobrando, pero son solo tres horas y media cada noche. No le alcanza el sueldo. Entonces completa la olla con lo que trabaja durante el día: limpiando en tres casas particulares. “Ahí si no trabajo, no cobro”, dice. Su marido es electricista, tampoco tiene ingresos estos días de aislamiento. Viven junto a dos de sus cuatro hijos. La más grande se prepara para empezar la facultad, el más chico está en el secundario. En la emergencia sanitaria se sumó a vivir con elles su sobrina y su hijo, el sobrino nieto de Petronila, que va a un jardín maternal.
“Imagínate cómo está nuestra situación”, resume. Desde hace seis años milita en la organización El Hormiguero y piensa que en esta pandemia “a las organizaciones les ha caído fuerte una responsabilidad”. Mientras hablamos espera poder conseguir los bolsones suficientes para repartir entre las vecinas que más lo necesitan. “El mantener a la familia, la situación económica, qué falta, cómo distribuir lo que hay, lo que necesitan los chicos y hacer que la plata alcance recae sobre ellas”, cuenta Petronila que son las preocupaciones principales de las mujeres en el barrio.
Su hija mayor fue a la escuela de su hermano menor a buscar la vianda que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la más rica del país, entregó para que dure quince días. Petronila enumera: cinco barritas de cereal, 5 paquetes de tres galletitas de avena, saquitos de mate cocido, saquitos de té. “Me sentí decepcionada, es una bolsita chiquita y solamente eso porque él va a la mañana, no come ahí. Deberían haber pensado en quién vive el día a día, en esta situación muchas personas van esperanzados a buscar la vianda”.
Por redes sociales las fotos se viralizaron, con largas colas en las puertas de los colegios para llevarse las bolsas que son insuficientes: la pandemia del hambre. En Argentina el 52 por ciento de les niñes y adolescentes menores de 14 años viven en un hogar pobre, y lo mismo sucede con el 42 por ciento de les jóvenes. Durante la cuarentena las personas que asisten a comedores y merenderos pasaron de ocho a once millones, según información del Ministerio de Desarrollo Social.
El 5 de abril ese mismo Ministerio reglamentó que las personas encargadas de comedores escolares y comunitarios y merenderos están exceptuados del aislamiento obligatorio. Un día antes la Dirección de Cuidados Integrales y Políticas Comunitarias de esa cartera lanzó en la Ciudad de Buenos Aires un esquema de promotorxs comunitarios, principalmente compuesto por mujeres que sostienen los espacios comunitarios en los barrios, sentando el precedente del Estado reconociendo económicamente esas tareas.
Parar la olla parece ser el centro de esta situación para muchas familias. Así los espacios de encuentro se vuelven garantes de vida: comedores, escuelas, medios comunitarios, asambleas. Mujeres. Por eso desde la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular, compuesta por organizaciones sociales, resignificaron la consigna del aislamiento: ‘Quedate en tu barrio’.
En un informe elaborado por la Garganta Poderosa desde los barrios aseguraron que “donde se termina la comida, se termina el aislamiento”. Rita es la referente de feminismos de la Garganta Poderosa en Santiago del Estero, territorio desde donde describe: “En los días que llevamos de cuarentena las mujeres todavía no hemos pensado en lo que nos afectaría el virus en caso de llegue porque tenemos otro virus mortal: la pobreza. Acá las mujeres que no tienen ni para comer. Recién a las once, doce de la noche una empieza a pensar que estamos en medio de la pandemia, durante el día nadie habla de eso. Recién ahí pensamos: ¿Hoy nos hemos cuidado?”.
En la capital santiagueña, la Garganta inauguró a principios de marzo la Casa de las Mujeres y Disidencias junto a 150 mujeres que sufrían violencia -económica y algunas también machista- con las que venían trabajando en conjunto. La situación cambió con el aislamiento: “Ahora hay 1200 personas entre mujeres y varones que durante la cuarentena han pasado por acá y no hay uno o una que no te pida comida. Estamos haciendo malabares. El Estado debería garantizar que la mujer tenga el alimento para ella y sus hijes. Tenemos mujeres desnutridas, no están comiendo nada, solo tienen yerba para hacer el mate cocido”.
A la situación violenta del hambre, ya desoladora, Rita agrega otras dos violencias: la machista y la policial. “En las primeras semanas -de aislamiento- tuvimos siete casos de violencia sobre los que hemos tenido que acudir a la Justicia. Las compañeras y vecinas están aisladas con el machista adentro. Aquí las pobres no todas se enamoran, muchas son abusadas, imaginate tener que soportar veinticuatro horas al tipo violento”. Y agrega que la violencia policial está a la orden del día: “El segundo día un policía me tiró una bala de goma, todos los días tengo que ver mis hematomas”. Para evitar a la policía relata que las vecinas van a buscar comida a los espacios comunitarios de noche porque el barrio es oscuro y, así, evitan que las vean.
#NiUnaMás
Lucía Pérez: la trama de la injusticia

“¿Por qué se procede de esta manera tan irregular y que revictimiza a esta familia una y otra vez para salvar a personas que se supone que son dos perejiles?” preguntó ayer el abogado Juan Pablo Gallego ante sucesivos cambios de carátulas, sospechosas reprogramaciones de fechas y maniobras que parecen revelar un entramado que busca la impunidad y la negación del femicidio de Lucía, que tenía 16 años. Ocurrió durante una audiencia en el que uno de los acusados pide salidas transitorias. El trasfondo de idas y venidas fue descripto por el abogado: “Lo que pasó es un hecho aberrante, que implicó la muerte atroz de una adolescente de 16 años en circunstancias probadas de narco criminalidad”.
Por Claudia Acuña
Hay que explicar lo inexplicable. Desde que el 8 de octubre de este año la Cámara de Casación modificó el segundo fallo por el crimen de Lucía Pérez para negar su femicidio se desató una catarata de maniobras –de alguna manera hay que llamarlas– para intentar liberar a sus femicidas.
El fallo de Casación confirmó la culpabilidad de Juan Pablo Offidani y Matías Farías y los condenó por los delitos de violación agravada por el uso de estupefacientes y por tratarse de una menor de edad, pero no por su crimen: Lucía simplemente se murió. Esta negación del femicidio tiene como consecuencia un disparate jurídico: por un lado, la familia apeló está decisión; pero al mismo tiempo esta apelación no puede avanzar hasta que no se determine el monto de la condena que le correspondería a Farías por esta nueva tipificación. Si es complicado de comprender, imagínense lo que significa para esta familia soportar lo que la obliga a padecer el Poder Judicial. A saber:
- Para poder determinar el monto de la pena que le correspondería a Farías –que en el segundo fallo y luego del juicio anulado había sido condenado por femicidio y por lo tanto a prisión perpetua– podría corresponderle entonces entre 8 y 20 años de prisión. Para establecer exactamente cuánto, de acuerdo a la evaluación de atenuantes y agravantes, se inventó un tribunal compuesto por tres jueces de diferentes juzgados. Serán los responsables de la audiencia de Cesura que, según dictaminó luego de una audiencia donde acordó con las partes –querella y defensa– cómo sería el procedimiento, se realizará el 29 de abril de 2026 y durante tres días.

- Imagen de la audiencia. A la izquierda, el abogado Juan Pablo Gallego. Arriba, la foto principal, la movilización que acompañó a la familia.
- Unos días después la familia recibió una notificación que le comunicaba que esa audiencia se adelantaba a septiembre. Como su abogado, Juan Pablo Gallego, no estaba ni enterado de esta anticipación –y además se encontraba en España para la fecha pautada– se presentó un escrito denunciado esta irregularidad y solicitando se mantenga lo debidamente acordado: 29 de abril de 2026. Así será.
- Un mes después hubo otra novedad: el nuevo fiscal –cuyo rol se supone que es acusatorio– pidió el cese de la prisión de Farías, aun cuando las instancias de apelación y de establecimiento del nuevo monto de pena estaban pendientes de resolución.
- Unos días después llegó el turno de Offidani: solicitó salidas transitorias. La audiencia que se realizó este miércoles en los tribunales de Mar del Plata fue para decidir si las otorgaban o no.
En esa audiencia el doctor Gallego sintetizó lo que todo este proceder judicial despierta como duda “¿por qué se procede de esta manera tan irregular y que revictimiza a esta familia una y otra vez para salvar a personas que se supone que son dos perejiles? ¿Hay algo más detrás de esta causa que permite forzar tanto los procedimientos judiciales? Si nosotros, como parte querellante, no renunciamos a que se le aplique a ambos la figura de femicidio y eso está todavía en trámite, ¿qué se busca con esto? ¿Qué se fuguen antes de que se resuelva la cuestión central?”
Como respuesta la doctora Romina Merino, abogada defensora de Offidani, propuso: “Miremos para adelante”.
El doctor Gallego replicó:
“Nosotros no vamos a dejar de mirar lo que pasó porque lo que pasó es un hecho aberrante, que implicó la muerte atroz de una adolescente de 16 años en circunstancias probadas de narco criminalidad y eso implica una doble responsabilidad del Estado: por tratarse de una menor y por estar frente a una banda que vendía drogas en la puerta de un colegio, delito por el que cumplen una condena ratificada”.
El juez de garantías que debe evaluar el pedido de Offidani tiene ahora cinco días para determinar si cumple o no con los procedimientos necesarios para obtener los beneficios de la libertad transitoria.
En tanto la familia de Lucía sigue esperando justicia.

Matías, el hermano de Lucía y sus padres Guillermo y Marta.
#NiUnaMás
Adiós a Claudia Rodríguez: la Trans andina que propuso politizar el amor

Referente del movimiento trans latinoamericano, activista, poeta, escritora y tanto más, escribió sobre su infancia, la militancia trans, la vida sexual y se autoproclamó Miss Sida en 2007. Claudia Falleció este 29 de Noviembre. Su pelea incluyó al pueblo mapuche, la educación pública, los sin techo, y planteó siempre una filosa crítica al neoliberalismo, que quita posibilidades de vida y las transforma solo en posibilidad de consumo. En uno de sus viajes a la Argentina compartió con la revista MU sus ideas sobre el orgasmo, el feminismo sin resentimiento, la creación, y por qué hay que politizar el amor. Un modo de homenajearla, de recordarla, y a la vez de volver a estar en contacto con un pensamiento y una acción que dejan una sensible huella cultural, artística y política.
Por María del Carmen Varela
Foto: Lina Etchesuri
#NiUnaMás
38º Encuentro Plurinacional: el regreso

Por Claudia Acuña
Fotos Line Bankel
A las doce de la noche parte el micro que nos trae de regreso a Buenos Aires con el grupo de mujeres que lucen imborrables sonrisas y cachetes decorados con purpurina. La noche es para soñar y la mañana para compartir la transmisión de la asamblea que decide en qué ciudad se realizará el próximo encuentro: Córdoba.
Con el festejo llega la ceremonia que preparó la Comisión de Mística.
Estamos todas sentadas en el piso superior del micro mientras una voz encantadora nos cuenta el cuento La cabeza en la bolsa, mientras recorre el angosto pasillo mostrando las ilustraciones que dan vida a esta historia que escribió Marjorie Pouchet: la de una chica rabiosamente tímida que siempre sale a la calle con una bolsa en la cabeza, hasta que un día, regado por sus lágrimas, crece allí un jardín. ¿Qué hará entonces con esa timidez y con esas flores?
Consultar a una amiga.
Algunas compartirán en voz alta lo que ese cuento les resuena; otras sus lágrimas.
Luego, las organizadoras de la colecta para el viaje nos darán dos regalos. Cada una recibirá así una de las serigrafías creadas por el grupo de arte Vivas Nos Queremos y un pedido: que sean expuestas en lugares colectivos. El otro regalo está guardado en un sobre hecho a mano con papel reciclado. Contiene stickers, calcomanías y un papel amarillo donde nos piden que escribamos un deseo que acompañe a nuestras amigas de viaje hasta el próximo Encuentro. Una cajita de cartón recoge los mensajes y de allí cada una extraerá el suyo.
El mío:
“Seguí tus sueños, abrazá tu intuición, aferrate a tus compañeras: todo es posible”. Llegamos.


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