CABA
Cambiar el mundo desde arriba
El fin de un ciclo progresista. La fractura geopolítica en el continente. Los riesgos de la reforma laboral brasilera. Odebrechtl, lo narco y el 1%.Cuáles son los movimientos sociales que están debilitados y quiénes crean otros mundos. Los ejes de una charla magistral del periodista e investigador Raúl Zibechi en #MUTrincheraBoutique.
El fin de un ciclo
En estos últimos años se acabó un ciclo, el de los gobiernos progresistas, aunque sigue habiendo algunos que se proclaman progresistas. Y más que nada se acabó un ciclo de una cierta gobernabilidad, de un cierto orden de gobierno más o menos estable, previsible, incluso donde hay gobiernos conservadores como en Perú, aunque quien tiene la sartén por el mango de ese gobierno es el fujimorismo. Se acabó la estabilidad porque ya ningún gobierno de derecha, de izquierda, conservador o progresista tiene posibilidad de gobernar con cierta calma y con cierta tranquilidad, por decirlo de alguna manera. No hay estabilidad en México, que hay guerra. No hay estabilidad en Centroamérica, en Venezuela, donde quizá el tema de la ingobernabilidad es más evidente. No la hay en Argentina, por razones de que hace más de 40 años no hay estabilidad de nada y no la hay en Brasil, que es la mitad de Sudamérica.
A mi modo de ver, hay dos hechos que explicarían esta situación.
Uno es el modelo. Hubo una cierta estabilidad, sobre todo progresista pero también conservadora (con Ollanta Humala en Perú), cuando los precios de las materias primas estaban arriba, y con 120 dólares el barril de petróleo puede haber dinero suficiente para dar planes y políticas sociales a los pobres sin tocar la riqueza. Caído fuertemente los precios de las commodities, ya no hay más recursos para seguir repartiendo sin tocar la riqueza concentrada, ese 1 por ciento famoso. Eso pasa también en Venezuela.
Y lo otro es que hay amplios sectores de la sociedad que se han empoderado. Tienen clara conciencia de sus intereses y en general estos sectores son los que irrumpieron en Brasil: 20 millones de personas, entre 153 ciudades en la calle, diciendo queremos que esto cambie. Y bajo el gobierno del PT, que hasta el día de hoy no entendió lo que pasó porque parecía que debían estar en el paraíso, y no lo estaban. Lo que sucedió fue que millones de personas, porque mejoró la situación económica -en gran medida por los precios de las commodities y también por las políticas sociales de los gobiernos de Lula y Dilma-, empezaron a salir de sus barrios, a ir a la universidad, a moverse. Y la ciudad estalló. El sistema de transporte no era suficiente. Los sectores populares se activaron fuertemente y las clases medias también, por diferentes motivos. No en todos los países pero si en varios de ellos.
La fractura geopolítica
Las dos patas de la gobernabilidad, precios altos de commodities y paz social, se resquebrajaron en muy poco tiempo. Estamos en situación de ingobernabilidad. Me hago la pregunta: ¿qué período estamos viviendo en América Latina? Tiendo a pensar que lo que más conozco es el periodo de las independencias: la clase dominante gobernante en los virreinatos y una clase criolla emergente que buscaba desplazarlos. Y por supuesto ambos querían el apoyo de los sectores populares para derrotar al otro. Estos sectores apoyaron más bien a los criollos, pero no tuvieron proyecto propio capaz de imponerse en ese momento. Estamos en una situación bastante parecida: las viejas burguesías están en crisis, aparecen sectores emergentes, una poliburguesia que busca desplazarlos buscando apoyo de sectores populares que pelean por tener espacio propio. Esta es una de las peleas fundamentales de hoy.
Lo que quiero decir con las independencias es pensar a largo plazo. No pensar en las coyunturas, pensar en 30 o 40 años para adelante, y lo que estamos asistiendo es una profunda reconfiguración de nuestro continente donde China se reposiciona como país sumamente atractivo como mercado de la soja, de los minerales, como país inversor, independientemente del color de los gobiernos. Macri reactiva y profundiza los acuerdos con China, principal mercado. Y China está dispuesta a invertir en energía nuclear y entonces en esta reconfiguración mundial aparece como un país clave en América del Sur. Aquí quiero introducir un texto del economista Oscar Ugarteche, peruano, que analiza las inversiones y exportaciones de toda América Latina: hay un quiebre a la altura del Caribe. El Caribe, Centroamérica y México es zona de fuerte presencia de EE.UU que se profundiza: el 80 por ciento de las exportaciones de México van a EE.UU. Sudamérica mira hacia China y algunos países como Venezuela también hacia Rusia. Concluye este economista: creo que hay una guerra en ciernes, por primera vez veo posible una guerra cuyo epicentro podría ser Venezuela que es la que tiene la línea de quiebre. Tiene grandes exportaciones de petróleo a EE.UU., pero sus inversiones son chinas y su armamento es ruso. Y se pregunta: ¿por qué será que Colombia pidió ingreso a la OTAN? ¿Qué líneas de fracturas se están dando allí?
Reforma laboral y ajuste
El avasallamiento laboral es parte de un ajuste, de una oleada conservadora muy fuerte que empezó suavemente en los últimos años del gobierno de Dilma. Una derechización que se profundiza brutalmente con estos gobiernos. Eso por un lado. Por otro, el empresariado y las derechas entienden que tienen que sacar estas trabas legales que le dan poder a los trabajadores. En el caso de Brasil la edad de jubilación es todavía de 60 años, es muy baja, y los trabajadores estatales tienen una serie de privilegios jubilatorios que quieren eliminar. Hay que tener en cuenta que los déficit fiscales son grandes porque se incrementa el salario mínimo, las políticas sociales y los beneficios y a la vez hay crisis económica: los precios de las exportaciones han caído, hay que cerrar las cuentas y normalmente se cierran de esa manera. Hay un fuerte arrasamiento de sectores empresariales que entienden que lo necesitan para recuperar más que su tasa de ganancia -porque nunca fue muy tocada-, es su libertad como empresarios. Y así el estado necesita sobre todo atacar a los funcionarios públicos. En Argentina hubo una limpieza de funcionarios porque hay que reducir.
La reforma laboral afecta muchísimo a los trabajadores pero mucho a los estatales. Y el Estado necesita bajar eso. Ese es un tema. Por ejemplo los sistemas jubilatorios hay que moverlos: no puede ser que en España sea de 67 años y en Brasil 60. Está muy bien que sea 60, pero los déficit son muy altos y las jubilaciones se están moviendo en todas partes. Y esta oleada conservadora apunta eso: a reducir derechos laborales, jubilatorios, en todos los terrenos para reducir más que nada el gasto del Estado, menos en policías y armamentos.
Lo que no se toca
El problema de fondo no tiene que ver con la masa salarial ni con el envejecimiento de la población sino que el 1 por ciento de los ricos acumula cada vez más rentas y, a partir del 2008, acumularon mucho más. Incluso economistas neoliberales como Paul Krugman y Joseph Stiglitz, están planteando que este nivel de concentración de la riqueza hace no solo que la economía sea insostenible sino que la sociedad sea insostenible. Estamos llegando a niveles de desigualdad similares a los que hubo en la Edad Media, antes de los que hubo de la sociedad industrial. Ese es el problema número 1 y el tema es hasta qué punto hay voluntad política de los que podrían tenerla para tocar ese 1 por ciento. No la hay.
En el caso de Brasil nunca la hubo. Brasil es uno de los grandes países más desiguales del mundo. Hay solo 4 o 5 países más desiguales que Brasil. Además es una desigualdad en la que la desigualdad de renta se superpone a una herencia colonial brutal en donde las mismas familias como el caso de Colombia -que junto a Brasil nunca tuvieron reforma agraria-, que se beneficiaron de la esclavitud, están hoy en el núcleo del poder.
No es solo desigualdad económica -que es lo que tiene Europa- sino desigualdad racial y eso implica una profunda agresión patriarcal sobre las mujeres porque el colonialismo tiene en las mujeres pobres uno de los ejes de violencia más brutales. Lo que hicieron los gobiernos progresistas en general fue repartir mejor la torta salarial entre los altos salarios y los más bajos. La desigualdad bajó si mirás la masa salarial, pero si mirás la renta como en el estudio de Thomas Piketty sobre sobre el 1% en base a los impuestos y la renta que pagan, revela que la desigualdad no solo no se dio sino que aumentó. Y en ese lio estamos metidos.
Odebrecht
Surge en los años ´30 en el nordeste. Es una familia de emigrantes alemanes. Marcelo Odebrecht -que está preso- es la tercera generación. Es una empresa que surge con el desarrollismo brasilero y se fortalece mucho en la dictadura. Pero en los 70, desde que emerge el nuevo movimiento sindical, Odebrecht también financia las campañas del PT. En Brasil, la burguesía brasileña –si se puede llamar así-, está compuesta por varias grandes empresas de la construcción (Odebretch, Camargo Correa, OAS, algunas del acero, JBS, etc). Odebretch es la más importante de todas de la construcción. Tiene negocios en 100 países, 200 mil empleados. Solo en Angola tiene 25 mil. Entonces cuando Lula llega al gobierno establece una alianza con esta burguesía. Esa es una parte que habla que en América del Sur el Estado no financia las campañas electorales sino las empresas privadas y ahí hay negociados bastante pesados. Pero eso es la mitad de la historia: la otra mitad es que Lula en 2008 firma un acuerdo militar con Francia para que Brasil construya submarinos nucleares en un astillero. Solo 5 países tienen submarinos nucleares: EE.UU, Francia, Inglaterra, China, Rusia. Ahora India y Brasil. Entonces la fabricación en alianza con Francia con transferencia de tecnología se le da a Odebrecht. Entonces: todas las empresas de Brasil son corruptas pero Odebretch está en el ojo de la tormenta y yo creo que allí hay un interés de alguna agencia estadounidense.
Extractivismo
La lucha megaminera es muy potente. Desde aquel plebiscito en Esquel hasta hoy se han conseguido muchas victorias, en Argentina, en Chile, Perú, Colombia. En Cajamarca, el norte de Perú, hay una mina de oro y ahí hay una resistencia muy interesante de las comunidades. Ahí está metida Odebrecht. Creo que el capitalismo y el neoliberalismo son extractivos. Hay que tener mucha voluntad política para salir del extractivismo.
El modelo extractivo tiene una gran capacidad de lubricar la economía porque para un gobierno cómodo es bueno tener a principio de mes caja para pagar salarios. Además el modelo extractivo tiene una gran capacidad de corrupción y de coerción, está muy metido en los núcleos fundamentales de la sociedad: en la prensa, en la política, en las universidades. ¿Cuántas financia el agronegocio y la minería aquí en Argentina? La resistencia al poder extractivo está ya desplegándose pero va a demorar mucho en poder derrotarlo. Lo que quiero decir es que desarmar el poder extractivo no se va a hacer desde arriba sino desde abajo. Es mi imagen hoy: no veo ningún gobierno que tenga voluntad política de salir del extractivismo.
El extractivismo no es solo una economía, es una sociedad, una relación social extractiva, funcionales al narco, a los femicidios, a toda esta situación de despojo que vivimos en las ciudades. Es un modelo de sociedad total que todavía tiene fuertes y que si salimos de él es porque la gente consigue bloquearlo. No genera empleo: el modelo industrial generaba millones de empleos y millones de consumidores. ¿Quién consume oro, cobre, soja? El extractvisimo genera empleo e integra a la mitad de la población, la otra queda afuera. Esa es la es que es víctima. Vos tenías en la época industrial familias enteras que llegaban del campo a los pueblos y a lo largo de una vida el varón y la mujer tenían un desempeño ascendente. El varón terminaba de mecánico, tornero, un oficio, y los hijos podían aspirar a estudiar, a la universidad. Hoy el desempeño de los hijos es menor: 10 años de superávit y sigue habiendo pobreza. Es escandaloso lo que se ve.
Movimientos
Los movimientos están atravesando un momento muy complejo en general. Están bastante debilitados, divididos y desorientados. Uno puede decir que en Conga hay una resistencia fuerte a la megaminería, pero es local: cuando se intentó un movimiento contra la megamineria a escala del Perú, no funciona. Hay una resistencia aquí, otra en Arequipa, pero no hay un movimiento nacional. En Argentina hay resistencias valiosas y muy potentes, pero no alcanza a ser estrategia. Hay una tendencia muy fuerte a que la lucha directa no podemos trasladarla al terreno electoral. Todo desemboca en elecciones, en institucionalización. Hay formas de trabajo que ya no funcionan, seguir construyendo en base a planes no tiene sentido, es muy frágil esa construcción. Sin embargo hay nuevos movimientos que surgen. En argentina, un ejemplo: los campamentos sanitarios. Es una experiencia muy interesante.
Hay dos movimientos muy potentes nuevos en América Latina: el de mujeres, donde Argentina es un epicentro central con todo un activismo cultural escénico muy fuerte con Ni Una Menos, los Encuentros. Tal fuerza tiene que en movimientos de base están discutiendo hasta los varones. El otro movimiento fuerte es el negro, el afro, donde en Colombia ha habido una movilización muy fuerte en Buenaventura, y en Brasil, donde hay un nuevo activismo negro en favelas, muy difícil porque allí está la policía militar.
Narco
Cuando ganó el No a la Paz en Colombia implicó una alianza de latifundistas, el narco-uribismo y los pentecostales. Vivimos situaciones de esas. En México hay regiones enteras que las gobierna el narco en alianza con los militares y empresarios. Cuando se explicaba Ayotzinapa en el estado de Guerrero los compañeros mexicanos ordenaban: en Guerrero hay muchos cultivos de amapola (con los que se hace la heroína), a los cultivos los protege el Ejército, a los puertos por los que entran precursores la Marina, y el trabajo lo hace el narco. Estos chicos tuvieron la desgracia de ir en un autobús que llevaba droga. No sabían. A ese nivel de descomposición, México es el punto más alto. El asesor de seguridad de Peña Nieto se llamaba general Oscar Naranjo, jefe de la policía colombiana. O sea que hay una política de cruzarse saberes, por eso creo que el narco. El narco se puede equivocar, pero cuando se trata de matar población civil y movimientos los tiene muy claros.
La educación del sistema es cada vez más deficitaria. Hay soldaditos victimas del narco. Trata, prostitución, violencia directa y eso en México se visualiza de una forma muy clara.
Es responsabilidad nuestra trabajar con esos futuros soldaditos del narco. Si hubiera un proyecto revolucionario potente estarían con nosotros. Es muy difícil, pero ¿qué hacemos? Son carne de cañón de la Bonaerense, del narco grande, de los medios y de la clase media. Son descartables. Ahí hay una responsabilidad política de primer nivel nuestro.
Espacios propios
Hay que crear espacios propios, y defenderlos. Crear algo nuevo, y ese mundo nuevo deber lo suficientemente rico y amplio para que todos tengan lugar. Los niños, las mujeres, los jóvenes, los colores diversos. Y no es fácil defenderlos. Hay una constante: crear espacios, hacerlos lindos, fuertes, diversos. Y hacerlos durar en el tiempo. Hay dos claves fundamentales: una durar en el tiempo y para eso hay que tejer en base a la ética, no en base a lo inmediato. No hay atajos. Y la segundo la clave de los proyectos es el recambio generacional. Siempre llega un momento en el cual hay que pasarle la posta a los otros y eso es fundamental: la mitad de los zapatistas tienen menos de 20 años. Es un movimiento con futuro, y ya no desfilan con armas o pasamontañas. Hacen cosas artísticas. Van creando cosas nuevas, teatro, música y no muestran los fierros. El recambio es reinventarse como colectivo. Y ese momento de volver a nacer es muy importante. Y muy lindo.
CABA
La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.
María del Carmen Varela
Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.
Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.


La historia
A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…
Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial. Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.
A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.
Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.
El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal. Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .
De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.
El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.
En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.
La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia.
Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.
Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.
Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.
Atlas de un mundo imaginado
Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre
Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.
Actualidad
Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».
Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.
Por Tiempo Argentino
Fotos: Antonio Becerra.
En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.
“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.
“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Represión como respuesta
La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.
“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Un reclamo federal
La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.
Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes”, resaltó.

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.
El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.
Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

CABA
El teatro sale a la calle por la derogación del decreto 345

A 44 años del atentado al Teatro Picadero en plena dictadura, distintas salas, artistas, productores y gestores organizan un encuentro para conectar pasado y presente. De Teatro Abierto al Festival ENTRÁ, la organización contra el desmantelamiento del sector, representado en el decreto 345, para defender la cultura, la identidad y crear lo que viene.
Por María del Carmen Varela
El 6 de agosto de 1981, a pocos días de haberse iniciado el ciclo Teatro Abierto, el Teatro Picadero sufrió un atentado que lo dejó en ruinas. Por eso, 44 años después, bajo otro ataque sistemático a la cultura, la comunidad teatral sale a la calle para recordar y exigir.
La propuesta reza:
El Teatro está Abierto: ENTRÁ.
La historia no se repite igual, pero rima.
El miércoles próximo, de 17.30 a 19.30, en la puerta del Teatro Picadero, Pasaje Santos Discépolo 1857, CABA, trabajadorxs de las artes escénicas se reunirán para celebrar que el teatro sigue abierto y para defender al Instituto Nacional del Teatro que por el decreto 345 está siendo desmantelado.
La gacetilla anuncia la participación de Lorena Vega, Valeria Lois, Elisa Carricajo, Laura Paredes, Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y Mariano Sayavedra leyendo framentos de “Decir sí” de Griselda Gambaro, “El Acompañamiento” de Carlos Gorostiza, “Parlamento” del grupo Piel de lava y “Civilización” de Mariano Saba. Un diálogo entre obras que fueron parte de aquel ciclo y obras contemporáneas que hablan de nuestro presente. También habrá un cierre musical a cargo de Talleres Batuka.
Sigue la gacetilla: «Les invitamos a este evento que es, a su vez, un acto de conmemoración y un encuentro de resistencia. Como Teatro Abierto en los 80, hoy desde ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) seguimos encontrándonos para defender nuestra identidad cultural, nuestro teatro».
El texto poético que acompaña el mitín:
Ayer fue dictadura, hoy es democracia simulada
Ayer fue incendio, hoy es apagón
Ayer fue teatro como refugio, hoy es como grito
Ayer fue unión de artistas, hoy es red federal viva
Ayer y hoy: el teatro vuelve a responder como acto político y vital
En defensa de la cultura, exigimos la derogación del decreto 345.
Entrá porque es urgente
Entrá porque es ahora.
El emblemático ciclo Teatro Abierto arrancó el 28 de julio de 1981 en en el Teatro Picadero. Su organización fue un acto de resistencia en un contexto de dictadura que censuraba a dramaturgxs, directorxs teatrales, actores y actrices de la escena nacional. Un grupo de dramaturgxs comenzó a reunirse en la sede de Argentores para poner al teatro en acción: Así nació Teatro Abierto. Con una programación de 21 obras breves, se proyectó la realización de 3 funciones por día durante 3 meses. Con dramaturgxs como Carlos Gorostiza, Carlos Somigliana, Roberto Cossa, Pacho O´Donell, Griselda Gambaro y Aída Bortnik, entre otrxs, el ciclo se convirtió en un verdadero fenómeno artístico apenas iniciado. El público respondió a la convocatoria y se agotó la venta de abonos casi de inmediato. Una semana después, el 6 de agosto, se produjo el atentado que destruyó al Picadero. Al día siguiente se produjo una concurrida asamblea en el Teatro Lasalle y decidieron continuar. Varias salas teatrales ofrecieron sus instalaciones y finalmente el Tabarís, clásico espacio de la revista porteña, fue el elegido para reanudar el ciclo. Una semana más tarde, volvió Teatro Abierto con un apoyo multitudinario por parte del público que llenó la sala hasta la última función.
Contacto: +54 9 11 6914-3033 (Ana)
[email protected]
Instagram: @festivalentra
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