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Criar y crear: Preguntas para un futuro desobediente

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¿Cómo criar niñxs con libertad y sin silencios? Las preguntas, los saberes y las dudas en medio de las campañas anti derechos. La crianza como acto colectivo. La educación sexual. El lenguaje que desarma mandatos. El juego y el arte como estrategias hacia un futuro mejor. POR ANABELLA ARRASCAETA, MARÍA DEL CARMEN VARELA Y FLORENCIA PAZ LANDEIRA
Son tiempos de preguntas en los que todo parece estar en duda, incluso lo que ya sabíamos o pensábamos ganado: las instituciones, los modelos, las leyes, las jerarquías, las relaciones, las crianzas. Una época de mudanzas y transformación, pero también, o sobre todo, de disputa.
Entre “la revolución de las hijas” y el “con mis hijos no te metas”, nos preguntamos: ¿Cómo criar y educar a les niñes de hoy? ¿Cómo pensar una educación que no reproduzca formas de dominación? ¿Cómo pensar una escuela diversa? ¿Cómo criar niñes sin estereotipos? ¿Qué implica pensar en infancias con derechos?

Paremos el mundo

Susy Shock, artista trans, poeta, cantante y más, es la autora de Crianzas, un micro radial producido por lavaca que derivó en libro editado por Muchas Nueces. En él Susy relata al oído de les niñes historias de ternura en el rol de “tía trava”: “¡Chango! ¡Chinita! ¡Gurises! Acá te escribe la Susy. Seguro que me conocés de verme volver tarde por el barrio, algunas risitas me habrás regalado estando en barra. Pero sos de los y las que me dice ‘Buen día, señora’ cuando voy a la mañana a comprar el pan. Soy la tía de Uriel, que vive justo en frente del Centro Comunitario, y aunque tenemos nuevas leyes, que me permiten tener en el documento el nombre que siento para mí, todavía la ley no puede hacer mucho para que dejen de cargarlo a mi sobrino con ‘su tío que se disfraza de mujer’. No vengo a retarte; vengo a que me conozcas. ¿Y sabés por qué? Porque hay un amanecer asomando y estaría bueno que no te lo pierdas, que no nos lo perdamos. Te dejo un beso, o un abrazo, de tía trava”.
Susy está a punto de subirse a un colectivo para llevar sus recitales de Crianzas a Paraná, y luego la esperan otros destinos: a lo largo de esos viajes encuentra en cada carta y regalito que le ofrecen, dice, un montón de señales. “Es como mi pañuelo verde -explica-, que de alguna manera sigue significando eso de que la piba que lo lleva en la mochila es una aliada”. Susy trae una primera idea: empezar a identificar aliadxs.
Está por cumplir 50 años y es ella quien trae el dato a la charla para dar contexto a su infancia: “Mi viejo y mi vieja me abrazaron. Obrero textil y ama de casa y después portera de colegio. No había ninguna información del feminismo ni de estas cuestiones teóricas que hoy tenemos más a mano, que no significa que tampoco estén al alcance de todes ni en la práctica de todes. Y ellos pudieron no dejar de abrazar: ese es para mí un eje fundamental”.
Susy, para pensar las infancias, cita a otra activista trans, en la que de alguna forma está inspirado Crianzas: Marlene Wayar. “Como dice ella: paremos el mundo. No sé qué otra cosa más importante tiene que haber. Paremos el mundo y repensemos en base a les pibes que ya están. En la política siempre se habla a futuro y parece que es mañana, pasado mañana, pero la infancia es hoy. La infancia no abrazada está hoy. La infancia explotada está hoy. La infancia sola está hoy. La infancia que no puede transcurrir su infancia está hoy. Ahora es más complejo, en momento de elecciones todo se apresura también, las agendas se priorizan a otro nivel, más mezquino. No hay una necesidad grupal de decir: paremos la mano porque tenemos que sanar. Somos generaciones adultas que tenemos que sanar y aún sin sanar hemos traído y seguimos trayendo pibes a este mundo. Y entonces les exigimos en sus cuerpecitos las batallas que ya perdimos nosotras o las batallas que nos salieron mal. Tenemos que sanar y tenemos, mientras, que abrazar para encontrar cosas más concretas, más firmes, más potentes”.

Las contradicciones

Alejandra Lapegna es maestra de primaria, licenciada en Ciencias de la Educación y docente de Educación Sexual Integral en profesorados de CABA. Su formación en feminismo, sin embargo, no se la debe a ninguno de sus títulos, sino a talleres de reflexión y grupos de investigación autogestionados entre amigas desde principios de este siglo. Desde entonces intenta llevar esta mirada a la escuela, al principio como iniciativa personal y luego desde el programa nacional de ESI: Educación Sexual Integral. “Empecé desde el lenguaje: una vez que corrés ese velo de que no nos nombran no hay vuelta atrás. Hablar de una en femenino implica mucha reflexión y la construcción de otra posición. Con las notitas empecé a pasar del “padres” o “mamis” a “estimada familia”, de modo que entren todas. Ese primer movimiento es central para la organización institucional: usar un lenguaje que interpele a las familias en su diversidad”.
Alejandra sugiere que, de modo más o menos explícito, la escuela siempre ha regulado las identidades y los roles de género. “Educación sobre el género y sexualidad hubo siempre. Pero a nosotras nos enseñaron que teníamos que tener conductas diferentes que las de los varones, que teníamos que arreglarnos con un espacio del patio chiquitito en un rincón y dejarlos a los varones que necesitaban jugar al fútbol y transpirar, que escondiéramos si nos pasábamos una toallita, que las charlas sobre la menstruación y los cambios corporales en la pubertad tenían que ser para nenas y nenes por separado, que no íbamos a ver un pene hasta que nos casáramos. Eso se nos fue transmitiendo desde la escuela, sin decirlo explícitamente muchas veces”.
Susy Shock agrega: “Mis amigas tienen contradicciones porque criamos de una manera en la casa pero después las crianzas van a la escuela y pretendemos que se adapten a eso. Y la escuela sigue siendo la misma. Que haya nuevas señales dentro, maestras, una preceptora, una directora copada, no significa que la escuela no siga siendo un campo de batalla terrible. No se discute lo binario, no se discute un modo de ser varón y mujer, eso está muy complejo, ni hablar si hay infancias trans, ni hablar si hay futuras tortitas, futuros putitos ahí adentro”.

¿Quiénes son el problema?

Paula Garnier es artista, estudió teatro y forma parte del elenco de Las Noches Bizarras y de la obra para niñes Tita, la planta maldita. Es madre de Juana y Federico, mellizos de 9 años que saludan con beso, abrazo y sonrisa.
Hace unos días Paula encontró a lxs melli corrigiendo sus manuales de la escuela: donde encontraban las palabras chicas o chicos, tachaban y escribían chiques. Es que Juana y Fede crecen en un contexto de diversidad. “Mi casa es lugar de encuentro de grupos teatrales y bandas musicales. Somos una fauna loca, un zoológico de humanidades. Mis hijes tienen mentalidad trans. Nos une el arte y cada día aprendemos a ser una familia”, cuenta Paula.
¿Cuáles son las preocupaciones más frecuentes? “Intento ir por lo positivo, trato de no preocuparme sino de ocuparme. Me ocupo de que encuentren el deseo, que es también mi ocupación conmigo misma. Hay que escuchar a les niñes, elles tienen autonomía para expresar sus deseos, hay que abrir el corazón sin prejuicios. Elles la tienen clara: el problema somos les adultes. En lugar de cerrar respuestas es mejor abrir preguntas”.
¿Cómo se construyen los vínculos? “Nos unimos en grupo y desde ahí construimos. Vamos a las marchas y lo hacemos grupalmente. Saben que en estos contextos hay que manejarse juntes. La construcción es comunitaria, circular, no piramidal. Yo vengo del teatro comunitario, de lo popular, y trabajamos en equipo: no hay cuestiones jerárquicas sino de orden”.
“Para criar a un niño o una niña se necesita toda una tribu”, confirma Cristina Oliana, licenciada en Ciencias de la Educación y formadora de docentes. Oliana acaba de publicar el libro Y de pronto la vida, en co-autoría con Estela Quiroga, que propone repensar las pedagogías y las formas de crianza desde un lugar de respeto hacia las infancias: “Nos propusimos revisar por qué seguimos reproduciendo determinadas dinámicas que tienen que ver con un sistema patriarcal de formar a un sujeto sumiso y a otro que da las órdenes”. En esa búsqueda de criar y educar desde una mirada que reconozca en el niño y la niña a una persona con la que dialogar, Cristina también apuesta por lo colectivo: “La crianza nos involucra a todos. Pensar la crianza como algo individual nos sigue alejando de las transformaciones. Criar a un bebé es muchísima demanda. Nos coloca en esto de que las mujeres debemos responder desde un supuesto instinto. La crianza no es una cuestión de género. Así como hay que acompañar al niño en su crecimiento, la crianza también debe ser acompañada por otras personas e instituciones”.

Escuchar/revolucionar

Retomando los aportes de la psicoanalista Françoise Dolto, Cristina Oliana expresa: “Escuchar las respuestas de los niños y las niñas es un acto revolucionario”. Cree que si transformamos el modo de vincularnos podemos cambiarlo todo. Y sube la apuesta: los cuidados son los que nos humanizan. “Es tiempo de cuidarnos más. En épocas de crisis, de dolor y de sufrimiento, tiene que volver nuestra parte más humana. Ser tierno con el otro. Ejercer ternura es un acto revolucionario y es un derecho humano. Nos estamos deshumanizando. Son tiempos de dar una vuelta: defender el maternazgo como un acto revolucionario, que no sea un acto solitario”.
El feminismo nos enseñó a pensar que la intimidad es política y que las relaciones más personales están atravesadas por el poder. ¿Cómo construir vínculos y formas de relacionarnos con el otro desde un lugar respetuoso y afectivo? Alejandra Lapegna: “Nos enfrentamos a muchos desafíos, sobre todo en la pubertad y la adolescencia. ¿Cómo trabajar sobre la idea del respeto y el consentimiento, que podamos expresar nuestros límites, y en el camino no cercenar toda posibilidad de encuentro, de roce? ¿Cómo actuar como escuela ante un chico de 14 años que cruzó un límite con una compañera? ¿El escrache público no genera nuevas formas de silencio y exclusión? ¿Cómo jugar una seducción amorosa y respetuosa? Me preocupa que en este proceso terminemos por sacar al cuerpo de la escena. Pasa también en la docencia, maestras que no quieren abrazar a sus estudiantes por miedo a ser acusadas de abuso. Suena absurdo, pero tenemos que prestar atención. Me preocupa que los adultos no estamos pudiendo dar respuestas. Hay mil cosas que los pibes y las pibas saben más que nosotros, pero hay algo de la posición y del espacio del cuidado, de la garantía de ciertos derechos, que tenemos que cubrirlo los adultos de referencia”.
En términos prácticos, todo el mecanismo de enseñanza y formateo de personas ya no está dando respuestas. El paradigma de una educación vertical, disciplinadora, infantilizadora, memorizadora, obediente y no creativa hace mucho que entró en crisis. Todas estas preguntas y experiencias tienden a generar autonomía y convivencia, pensamiento crítico, libertad, respeto al sentimiento propio y de lxs demás, para potenciar a cada persona.

Silencio/violencia

«La Educación Sexual Integral es un derecho de todas las niñas y niños”, expresa Alejandra Lapegna, en tiempos de campañas retrógradas. “Decir esto implica pensar que los niños no son una propiedad, sino sujetos de derecho. Por ejemplo, los lineamientos curriculares indican que en cierto momento de la escolaridad hay que enseñar la variedad de los métodos anticonceptivos y que el preservativo es el único que previene a la vez los embarazos no deseados y la transmisión de enfermedades. Lo tienen que saber todos los chicos y las chicas aunque vayan a una escuela religiosa con otro ideario. Y pensando en los primeros años, en los últimos meses hubo varias situaciones en las que fue evidente que poder enseñarles que hay partes de su cuerpo que otros no tienen derecho a tocar si no es por razones de higiene o de salud es fundamental. Hay que hablar de estos temas. Porque el silencio en pedagogía siempre es una enseñanza y en temas de educación sexual el silencio es la formación primordial que hemos tenido quienes tenemos más de treinta años. El silencio, por ejemplo, impide que se corte un circuito de violencia. Lo central de la ESI es que propone que la sexualidad se puede vivir libre y responsablemente, con una perspectiva de derechos. Pero en algunos espacios, la ESI es una mirada contracultural”.

Bancar crianzas

El movimiento social La Dignidad, en convenio con el Ministerio de Educación de Ciudad de Buenos Aires, tiene cinco jardines para niñes de 45 días a 3 años. Las salas son integradas y trabajan docentes que entran por acto público por medio del Ministerio y educadoras populares del movimiento. En cada uno de los jardines hay un promedio de 25 niñes.
Fernanda es referente del jardín de Bajo Flores y cuenta: “Los jardines surgen frente a una necesidad de las familias de un espacio de cuidado. Cada jardín es distinto y las poblaciones de cada jardín son también distintas. Eso implica socializar y problematizar las tareas de cuidado, darle un lugar al pibe, a la piba, digno, que tenga un espacio para crecer, jugar. Permite que esa mamá pueda salir a trabajar, y significa poder laburar con esas familias para problematizar las violencias, el patriarcado en la casa, en la cama, en el laburo, en la calle”.
“En los jardines se trabaja con la pregunta permanente”, aclara Melody, referente del jardín de La Dignidad en Lugano. Fernanda agrega: “Llegamos al pensamiento colectivo de lo incómodo que es, desde todo punto de vista, laburar desde la pregunta y también laburar respetando las elecciones de les niñes. Entonces en las salas hay propuestas simultáneas para que cada cual haga según sus intereses, permitiendo la elección, no subestimando”. Melody agrega: “Eso también es súper inquietante: a veces una arma una propuesta para que les niñes hagan una cosa y hacen otra, y hay que adaptarse”.

El espacio mágico

Disfrazarse, pintarse, explorarse, ser otrxs. ¿A qué nos habilita el juego? Alejandra: “El juego es el modo de aprender de los niños más pequeños, de ir conociendo el mundo ensayando situaciones que les dan un poco de miedo o de incertidumbre. A través del juego se animan y van construyendo psíquicamente modos de abordarlas en la vida. En el ‘dale que’ se arma el espacio mágico. Si esos juegos pueden ser acompañados por una docente con una mirada de género, que habilita que si a un varón le gusta ponerse un vestido para jugar… ¿qué le permite a ese niño? Le permite jugar más. Jugar más es ampliar su posibilidad de conocimiento. Me parece que sujetas y sujetos que están construyéndose en un posicionamiento de cuidar su autoestima, de poder jugar a lo que deseen y no a lo que indica el mundo que tienen que jugar, permite posibilidades de subjetividades más libres”.
Cristina Oliana también pone al juego en el centro de la escena. “El juego comienza desde el cuidado. Es el espacio donde el niño y la niña tienen que poder jugar lo que necesitan: todo aquello que les preocupa en su vida cotidiana va a ser material de juego. Es la manera de transformar y dar nuevos sentidos a lo que nos está preocupando o angustiando. En el juego no hay riesgos. Es muy importante habilitar estos escenarios donde tengamos libertad de transformar. Pero muchas veces en el terreno del juego se vuelve a reproducir la lógica del poder, donde todo el tiempo esperamos que haya producciones, resultados. Los pibes terminan jugando a lo que quiere el adulto. Hay que poner encuadres y límites, pero después habilitar”.
¿Cómo manejar la tecnología? Pauli Garnier: “Hay cosas apasionantes y maravillosas de la tecnología, pero la pantalla está diseñada para absorberte. No los puede educar un aparato. Los padres tenemos que hacernos tiempo para jugar con les chiques. Apaguemos la tele, la compu y a jugar, a dibujar, a inventar cuentos. La creatividad siempre está en les niñes, y necesita ser estimulada. Nuestra herramienta es el arte”.

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Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro
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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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