Nota
Denuncia mapuche contra Bullrich y Noceti por allanamientos sin orden judicial
La Confederación Mapuche de Neuquén demostró que la Gendarmería responsabilizó en un escrito al Ministerio de Seguridad, en particular al jefe de Gabinete Pablo Noceti, por un allanamiento realizado sin orden judicial en la comunidad Campo Maripe, en la zona de Vaca Muerta. La Confederación inició una causa penal por abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público contra Noceti, Patricia Bullrich y las autoridades regionales de la Gendarmería. Ideas sobre la violencia, los servicios y la invención de la RAM.

Chela y Albino Campo, de la comunidad mapuche Campo Maripe
“Asimismo el día 21 de junio del año en curso, recepcioné un llamado telefónico de parte del JEFE DE GABINETE del MINISTERIO DE SEGURIDAD, Dr. Pablo Noceti, requiriendo conocer cómo se estaban desarrollando las tareas ordenadas, ratificando en dicha circunstancia que la orden emanaba del MINISTERIO DE SEGURIDAD desde su persona.”
Así respondió el comandante principal de Gendarmería Jorge Elías Mariani al hábeas corpus que investigaba cuál fue la orden judicial que motivó la intervención territorial de más de 100 gendarmes pertrechados en la comunidad mapuche Campo Maripe, de Neuquén, en la zona del yacimiento de Vaca Muerta, en junio de este año.
El hábeas corpus había sido presentado por la Confederación Mapuche de Neuquén al juez federal número 2 de la provincia, Gustavo Villanueva quien requirió información a Gendarmería. La respuesta de Mariani no sólo señala a la cúpula del Ministerio de Seguridad, sino que desmiente a los propios gendarmes que durante aquel allanamiento argumentaron ante los mapuches que lo hacían por orden judicial, que obviamente jamás exhibieron.
Plan sistemático
Ante estas evidencias judiciales, la Confederación Mapuche decidió hacer una denuncia penal contra Patricia Bullrich, Pablo Noceti, el comandante Dante Zabala (Jefe de la agrupación XII Comahue de Gendarmería), el comandante Principal Carlos Ariel San Emetrio, y el comandante de la Región VLuis Héctor Lagger.
Explica Jorge Nahuel, werken (vocero) de la entidad: “Gendarmería allanó territorio comunitario sin orden del juez, 20 días antes de lo ocurrido en el Lof de Cushamen en el que desapareció y luego apareció muerto Santiago Maldonado. Después vimos lo ocurrido en Mascardi, Bariloche, que terminó en el crimen de Rafael Nahuel. Pensamos que no se trata de casos aislados sino de un plan sistemático de persecución y de uso directo de la violencia ante cualquier reclamo social o territorial del pueblo mapuche”.
En Campo Maripe ocurrió algo llamativo: los gendarmes provocaron a miembros de la comunidad (amenazando golpear a una de las mujeres, por ejemplo). En lugar de responder o enfrentarlos, los mapuches bajaron a Neuquén capital a instalarse ante la propia sede de Gendarmería y exigir la orden de allanamiento: poco después se desactivó el operativo cuyo objetivo, dijeron, era custodiar a grupos de YPF que debían realizar trabajos en instalaciones dedicadas a la fractura hidráulica (fracking).
Jorge Nahuel sostiene: “Nuestro objetivo es ponerle freno a una metodología de actuar al margen de la ley, como lo hacen Bullrich y Noceti. Y también queremos ver si la justicia federal puede controlar a organismos públicos que ejercen un abuso de poder. Han demostrado gran eficacia para procesar a los pobres, pero queremos ver qué se hace ahora con respecto a funcionarios públicos que actuaron quebrando las leyes”.

La denuncia
La cáscara RAM
Acompañan a la Confederación Mapuche en la denuncia diversos sindicatos y el Obispado de Neuquén, a través del padre Rubén Capitanio, de la Pastoral Social. Nahuel: “Vemos una escalada de violencia que en lugar de aminorar tras una muerte como la de Bariloche, se alimenta cada vez más. Es un momento crucial porque una parte de la sociedad aplaude esa violencia. En Bariloche hubo dos marchas del mismo tenor, una contra la represión, y otra defendiendo a las fuerzas de seguridad.
Los medios y el gobierno agitan una y otra vez una sigla de la que casi nada se sabe: RAM (Resistencia Ancestral Mapuche). Nahuel: “Nosotros denunciamos hace ya tres meses que nos parece que RAM es un montaje de los servicios de inteligencia chilenos y argentinos para criminalizar a los mapuches. Y de hecho no hay una sola institución mapuche que reconozca la existencia de esa cáscara vacía que justifica tanta violencia. Lo han dicho incluso el obispo de Bariloche o la mamá de Facundo Jones Huala. Es un hecho que se trata de un invento del poder para generar y justificar represión”.
La ministra Bullrich dice que RAM es un modo genérico de hablar de grupos violentos. Responde Jorge Nahuel: “Para ella ¿quiénes son RAM? Todos los mapuches que reivindiquen derechos que están en nuestra Constitución Nacional, en la provincial, en los tratados firmados por el país y en las leyes internas. Ahora, mientras yo digo que es un invento, los medios masivos bombardean todo el tiempo describiendo a la Patagonia como un territorio en guerra. Cualquiera que viva acá sabe que eso es absurdo, pero el mensaje es para los porteños y gente de otros lugares del país. Un modo de ganar adhesiones, inventando un enemigo que en realidad no existe”.
Pero Jorge agrega que eso tiene un uso político. “Mientras velaban a Rafael Nahuel en Bariloche, hubo un incendio en un supermercado y a un productor lo robaron. Enseguida dijeron que fueron los mapuches. Todo hecho policial se lo adjudican a mapuches terroristas. A esa campaña de inteligencia solo la podemos combatir mostrando cuál es la realidad”.
Bullrich, Noceti y las autoridades de Gendarmería serán citadas a explicar por qué se allanó un territorio que estaba en paz, sin orden judicial.
Nota
Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso
Mario Mainardi (en la foto tomada hoy), uno de los principales sospechosos por el femicidio de Cecilia Basaldúa cometido en Capilla del Monte, Córdoba, hace poco más de 5 años, finalmente fue citado por la fiscalía de Cruz del Eje para realizarle este martes una extracción de sangre. La abogada de la familia Basaldúa, Daniela Pavón, se enteró apenas un día antes de esta citación a Mainardi. El sospechoso (actualmente vive en Santa Fe) había sido encargado de alojar a Cecilia en Capilla, y fue la última persona que la vio con vida, el 5 de abril de 2020. Sobre su presencia hoy en Cruz del Eje, contó la abogada: “Sacó fotos a todo el edificio, selfis con tribunales de fondo y salió custodiado con personal de la policía de Córdoba. Se subió a un móvil y se fue”.
Las irregularidades y desinformación o manipulación en la causa han sido frecuentes en perjuicio de la familia y sus defensores (además de Pavón, el abogado Gerardo Batistón es querellante en nombre de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación). También ha significado un ocultamiento a la prensa. Audiencias para las que los testigos no eran notificados, falsos argumentos policiales para explicar su propia inoperancia, demoras incomprensibles en la causa, todos temas por los que hay iniciada una denuncia de la Dirección Nacional de Protección de Grupos en Situación de Vulnerabilidad de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, en la Dirección de Investigaciones de las Fuerzas de Seguridad. Además se solicitó a la Fiscalía de Cruz del Eje que la policía de Capilla del Monte, ya no sea la que realiza las notificaciones.
Queda pendiente ahora la información que se brinde a la sociedad sobre este trámite, que permitió ver a un sospechoso clave que nunca dio la cara. La causa ha sido siempre un laberinto sacudido en todo caso por numerosas movilizaciones, desde Buenos hasta Córdoba, para exigir la verdad. Aquí publicamos la crónica de lo ocurrido hace menos de un mes, al cumplirse 5 años del hallazgo del cuerpo de Cecilia Basaldúa.
Fotos y crónica de María Eugenia Marengo para cdmnoticias.com.ar
25 de abril. Cruz del Eje. El GPS calcula unos 2 kilómetros. La entrada a la ciudad está envuelta de un aire viscoso. Una avenida se extiende en silencio y después de atravesarla, la llegada a los Tribunales se convierte en un ritual: una reminiscencia de lo que fue, una promesa de lo que debe ser. El pedido por Verdad y Justicia, es una demanda que crece. Cada letra se ubica en el mismo lugar que ocuparon tres años atrás. Las escaleras de la justicia cruzdelejeña son de un cemento gastado. Raspan, duelen.

¿Qué pasó en Capilla del Monte? El papá y la mamá de Cecilia, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, están cargados de bolsas, llenas de carteles con el rostro de su hija, multiplicado. Son como una red que se estira a lo largo de esos 868 kilómetros que conectan a Buenos Aires con el noroeste de Córdoba. El camino recurrente que transitan para llegar a la verdad..
Sin previo aviso, adentro del edificio de Tribunales Daniel y Susana se anuncian. Quieren ver al todavía fiscal Nelson Lingua, quien aún está a cargo de la investigación de la causa, antes de que asuma como nueva fiscal, Sabrina Ardiles. Afuera todavía se respira la niebla. La espera alerta a los policías. Quieren saber si van a venir más personas.
– Lo hacemos para cuidarlos –dice la mujer de uniforme.
Piden datos, intentan tomar nota de lo que es una rutina inventada.
–La policía a nosotros no nos cuida –reacciona Susana y en un intercambio sin sentido, se alejan.
Silvia Rivero es la prosecretaria de la fiscalía, se acerca afuera y los llama. El fiscal se hizo un lugar en la agenda del día viernes. Adentro, el reflejo del piso de tribunales es como un espejo que se extiende, entre mocasines, tacos, alpargatas y zapatillas.
La preocupación de la familia es evidente. El recibimiento del fiscal es cordial. Se explica ante los recientes cambios que pronostican para el mes de mayo a Sabrina Ardiles, como la persona que estará sentada en el mismo sillón inmenso de cuerina, desde donde ahora, les habla Lingua. La dra. Rivero, también explica, y confirma que nunca se dejó de investigar. La necesidad de la confianza es una tregua durante esa hora de reunión, los tecnicismos se suspenden y las palabras se abren en una cronología de datos, guardados en la memoria indeleble de Daniel Basaldúa.

La medida del tiempo de la causa, son las fojas de expedientes que se acumulan. La inspección judicial realizada en el mes de agosto del año 2024, por los posibles lugares donde Cecilia pudo haber estado en Capilla del Monte antes de su muerte, dejó en evidencia la dudosa hipótesis de la anterior fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien había asegurado que Cecilia había llegado por sus propios medios al lugar donde apareció sin vida. Mientras que en el transcurso de estos años, cada vez son más los policías que estuvieron en la búsqueda e investigación, presos por violencia de género:
Adrián Lúquez, ex sub comisario, detenido por amenazas con armas de fuego a su pareja. Hoy en libertad, se fue a vivir a San Luis. Ariel Zárate, ex sub comisario de la Brigada de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte –preso por violencia de género. Diego Concha, ex director de Defensa Civil, encargado de la búsqueda –condenado a prisión perpetua por el crimen de Luana Ludueña y por la causa de violencia de género hacia su ex mujer, y Diego Bracamonte, ex comisario departamental, a cargo del operativo de la búsqueda –preso por violencia de género.
El tiempo de la justicia es una curva enredada, en apariencia, inofensiva. El tiempo de la justicia es el de las burocracias que definen su forma de proceder. El tiempo, es de una lentitud que lastima. Las letras se vuelven a guardar.
Son las cuatro de la tarde y el sol avanza en la siesta de Capilla del Monte. En la plaza San Martín, alrededor del Jardín de la Memoria, se arman los gacebos, se pone un aguayo, se llena de flores. Rojas, amarillas, lilas, celestes, el monte aún está florecido. Contrayerba, lavanda, romero, palo amarillo, incayuyo, ruda, los sahúmos se arman. Una compañera comienza a preparar el fuego.
Más lejos, sobre la calle Pueyrredón, en la puerta de la Secretaría de Turismo, la concentración crece. Llegan de todas las direcciones. Con tambores y repiques, con banderas y ofrendas. Una combi estaciona, descienden vecinos y vecinas que subieron en Córdoba y en distintas partes del Valle de Punilla.

La batucada suena, es un comienzo en cuenta regresiva. La marcha avanza a contramano. Hay una indignación que toma el ritmo de los tambores, trepa en el repique y todo se hace canción. La calle techada de Capilla del Monte es un anfiteatro de barricadas. Los sonidos viajan a través de la mejor acústica para el reclamo: ¡Vecino, vecina, no sea indiferente nos matan a Cecilia en la cara de la gente. Cecilia presente!

“Este es un día especial y este lugar es especial porque tiene mucho que ver con lo que le pasó a Cecilia”, comienza Daniel en la puerta de la comisaría de Capilla del Monte, “hay muchos policías involucrados en el caso. Ya lo hemos denunciado muchas veces, pero parece que no alcanza”, dice mirando a los uniformados que permanecen parados como granaderos.

Daniel les recuerda que durante el año pasado, la policía de Capilla debió haber realizado notificaciones a tres personas para declarar en los Tribunales de Cruz del Eje, pero no lo hicieron. Las testimoniales pudieron efectivizarse, porque intervinieron los abogados de la querella, Daniela Pavón y Gerardo Battistón. En ese mismo reclamo, la abogada Pavón se acerca y también hace pública la falta de atención institucional que hay para las víctimas de violencia de género en la localidad.

La familia de Ezequiel Castro, asesinado por la policía de Córdoba, se adelante y los abraza. Alguien grita que ahí mismo, en la comisaría, apareció ahorcado Jorgito Reyna, hace 12 años, atado con la manga de su campera a la reja de una ventana, pocos centímetros más alta que él. Que su causa, también sigue impune y que los golpes que tenía no fueron suficientes para demostrar que lo habían torturado. Que a pesar de no bajar los brazos, las familias sienten que el duelo es un proceso tan profundo, como inacabado.

Susana y Daniel permanecen frente a una multitud, observan hacia adelante y hacia atrás. Saben que la comisaría es señalar lo que siempre llega al mismo lugar: complicidad. “A las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien -acentúa Susana- que no se dejen asustar con los policías ni con nadie, nadie tiene derecho a venir a violentarnos”.
El espacio público es un canal clave para recordar que los asesinos de Cecilia están libres, “y que muchos andan dando vueltas por acá”, dice Daniel y remarca que no dejarán de venir a Capilla del Monte, hasta que los responsables del femicidio de su hija, estén presos.
La llegada a la plaza San Martín es un círculo de candombe que la nombra. Hace cinco años que se insiste en las mismas palabras, como un tajo que se abre en el cemento, una cicatriz que se agranda en medio de la incertidumbre: ¿Qué pasó con Cecilia?
Tal es el encubrimiento que las responsabilidades se hacen obvias.
La ronda se acerca al altar. Es un asedio a la justicia que falta. Desde el micrófono se invita a dejar una ofrenda en memoria de Cecilia, a conjurar entre todas y todos ese momento, esa memoria. En el centro de una plaza que se anochece, resuena una voz grabada -desde algún punto del Abya Yala- Lolita Chávez, lideresa maya de los pueblos K’iche de Guatemala, habla entre los yuyos que comienzan a perfumar lo que no se puede detener. Cada rama seca que se enciende se hace una intención, un pájaro que se dispara, restos del día que se van:
“Hoy 25 de abril levantamos nuestra fuerza sagrada, y nuestro poder popular feminista. Reconociendo la memoria, la historia, el vientre en la sangre, de Cecilia Basaldúa. Ese femicidio no debe quedar en la impunidad (…). Con la fuerza de nuestras ancestras, con los fuegos sagrados que encendemos, levantamos nuestra expresión de indignación y lo comunicamos a los cuatro puntos cardinales. Para que nunca más haya este tipo de violencias contra nuestras vidas”.
Las copleras y la poesía toman el escenario. Las y los músicos hacen de Cecilia esa canción y en el centro del caldero caliente, el humo abre el cielo: hay una memoria que se desprende y una vida que cambió de idioma.

En medio del algarrobo que sostiene los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, una placa de cerámica con el rostro de Cecilia, también observa. El día queda atrás y en el fondo de la noche, las palabras todavía están en suspenso, son un silencio que pronto dirá.
Nota
Campaña: Encontremos a las/los nietos de Oesterheld
Nota
Cien

Desde que se inició este año desde el Observatorio de Violencia Patriarcal Lucía Pérez registramos 100 femicidios, casi 1 por día.
La víctimas fueron desde mujeres de 83 años, como Ana Angélica Gareri, en Córdoba, a una adolescente como Pamela Romero, de 16, en Chaco; y una bebé de 3 años en González Catán.
En este 2025 ya registramos 85 tentativas de femicidio.
En el 2025 registramos en todo el país 77 marchas y movilizaciones que se organizaron para exigir justicia por crímenes femicidas.

En nuestro padrón de funcionarios denunciados por violencia de género, podés encontrar el registro clasificado por institución estatal y provincia. Hasta la fecha, tenemos contabilizados 161 funcionarios del Poder Ejecutivo, 120 del Poder Judicial, 72 del Poder Legislativo, 71 de las fuerzas de seguridad y 71 de la Iglesia Católica.

En el padrón que compila datos oficiales sobre denuncias de violencia de género, podés encontrar datos sobre cantidad de denuncias por localidad y la frecuencia con que la recibimos. Un ejemplo: este mes la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de la Nación informó que durante el primer trimestre de este año recibió un promedio de 11 denuncias por día de violencia contra las infancias.

Otro: el Ministerio Público Fiscal de Salta informó que no alcanzan al 1% las denuncias por violencia de género que son falsas.
En nuestro padrón de desaparecidas ya registramos 49 denuncias.

Lo que revela toda esta información sistematizada y actualizada es el resultado que hoy se hace notorio con una cifra: 100.
Más información en www.observatorioluciaperez.org
- Derechos HumanosHace 3 semanas
40 años del Juicio a las Juntas: ¿qué significa hoy?
- NotaHace 1 semana
Campaña: Encontremos a las/los nietos de Oesterheld
- ActualidadHace 3 semanas
Un legado del Papa Francisco: nuestra casa, el planeta
- ActualidadHace 3 semanas
El adiós del barrio
- ComunicaciónHace 4 semanas
‘Adolescencia’: el fracaso de la mirada adulta