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Cecilia Strzyzowski: cronología del caso y últimas novedades de un femicidio cruzado por la política

Hace 15 días que Cecilia Strzyzowski, 28 años, no aparece. Su familia la vio por última vez el jueves 1. Tras cinco días sin novedades, su tía abuela Mercedes Flores se acercó a la Comisaría Quinta de la capital chaqueña a denunciar su desaparición. A partir de ese momento empezó una investigación que ya tiene 7 personas detenidas e imputadas, después de una serie de allanamientos, rastrillajes, pruebas y testigos que apuntan al esposo de Cecilia, César Sena, como el posible femicida y a sus padres -reconocidos dirigentes sociales en Resistencia- Marcela Acuña y Emerenciano Sena como co-autores del crimen. Tanto la fiscalía que lleva el caso como Gloria Romero, la mamá de la víctima, aseguran que a Cecilia la mataron. La cronología de la investigación y las últimas novedades de una historia cada vez más oscura que además, es utilizada por los principales medios de comunicación con fines políticos, a dos días de las elecciones en la provincia norteña.
Por Franca Boccazzi
El 6 de junio la fiscalía Especial de Violencia de Género 4 tomó el caso de la desaparición de Cecilia e inmediatamente lo calificó como femicidio. Si bien en un inicio se podría haber evaluado la posibilidad de que Cecilia estuviera viva, la actitud sospechosa del marido y su familia, sumado a un testigo clave resguardado por el caso que avisó a la familia de la joven que “a Cecilia le hicieron algo”, les fiscales que llevan adelante la investigación, José Cáceres Olivera, Jorge Gómez y Nela Velázquez, le dijeron a la familia que buscaban un cuerpo sin vida.
¿Qué pasó?
El 1 de junio Cecilia se despidió de la familia, pasó la noche junto a su marido y a la mañana siguiente fueron a lo de sus suegros. El plan era pasar un rato antes de viajar ese mismo día en avión desde Corrientes a Ushuaia con escala en Buenos Aires. Iban a pasar un tiempo allá porque tenían el proyecto de instalarse y trabajar en el sur.
Ese viaje nunca se concretó: los peritajes informáticos confirmaron que la última conexión de Facebook de la mujer fue el 2 de junio en Santa María de Oro 1460, la casa de los Sena. Esto se va a re-confirmar y agravar 6 días después, cuando en las filmaciones de las cámaras de seguridad recopiladas por la División de Cibercrimen se revelará que la pareja ingresó a la casa de Marcela y Emerenciano y, dos horas después, el hijo de les dirigentes se fue solo en su camioneta con unas bolsas negras en la mano. Cecilia nunca volvió a salir de la propiedad.
Además, en los días 3 y 4 de junio César Sena participó de actividades vinculadas con la campaña electoral de sus padres, que hasta ese momento se postulaban como intendenta y diputado de Resistencia en la lista oficialista del Frente Chaqueño; hay fotografías de esos eventos donde se ve a César con arañazos en el cuello. Mientras tanto, los padres de Cecilia escribían a la familia Sena para saber novedades de cómo y dónde estaba su hija, y la respuesta de César era que se habían peleado y desde ese momento no había vuelto a saber de ella. Los suegros no respondieron ninguno de los mensajes de la familia Strzyzowski.
Detenciones y un allanamiento clave
El 8 de junio César Sena se presentó a declarar como testigo en la Comisaría Tercera con la misma versión que le había dado a la familia de Cecilia: el día que iban a viajar discutieron; ella salió de la casa de los Sena caminando y nunca más la vió. También dió datos de ubicaciones y horarios que no coincidían con las cámaras.
Esto llevó a la Fiscalía a que el 9 de junio se emitiera una orden de captura internacional para César y el allanamiento de la casa de sus padres, un operativo de casi 10 horas que luego sería clave para la investigación.
Tanto en la residencia de Marcela Acuña y Emerenciano Sena como en vehículos de la familia se encontraron rastros biológicos que podrían ser sangre de Cecilia. Además secuestraron una sierra de carnicero, municiones y 6 millones de pesos en efectivo. Esto motivó la detención de los Sena y Fabiana González, asistente y mano derecha de la familia. Dos días después también sería detenido el esposo de Fabiana, Gustavo Obregón, por el surgimiento de nuevas pistas que llevan a pensar que podría haber tenido una participación fundamental en el crimen.
El 10 de junio César Sena se entregó en la misma comisaría donde había declarado y la fiscalía recibió el informe de Personal Flow que detectó un dato fundamental: la última conexión del celular de Cecilia había sido entre Tres Orquetas y Tirol, en la zona norte de Resistencia donde la familia Sena tiene una chanchería. Ese mismo día se allanó el predio donde se encontraron restos óseos y quedó detenido Gustavo Melgarejo, el casero del lugar, junto a su esposa, Griselda Reynoso.
La fiscalía decidió imputar a les detenides bajo los siguientes cargos:
César Sena: homicidio triplememente agravado por el vínculo, por el concurso premeditado de 2 o más personas y por haberse realizado en contexto de violencia de género en calidad de co-autor.
Marcela Acuña y Emerenciano Sena: homicidio agravado por el concurso de 2 o más personas en calidad de co-autores.
Fabiana González: homicidio agravado en calidad de partícipe necesario.
Gustavo Obregón (esposo de Fabiana): homicidio agravado por el concurso de 2 o más personas en calidad de partícipe secundario.
Gustavo Melgarejo y Griselda Reynoso: homicidio agravado en calidad de partícipe secundario.
Las últimas novedades
Hasta ahora las personas detenidas optaron por el derecho a abstenerse de declarar excepto el casero del campo de los Siena, Melgarejo, que ayer afirmó que el cuerpo de Cecilia podría estar en un basural de la zona porque vió cómo la llevaban ahí amordazada.
Hoy se va a rastrillar ese lugar. También se sumarán nuevos testimonios al expediente y se emprenderá la búsqueda de un hombre y una mujer que podrían estar vinculados a la causa. Su identidad no fue revelada para no entorpecer la investigación.
Mientras tanto, se convocará a un antropólogo para confirmar si los rastros biológicos y óseos hallados en las propiedades de la familia Sena son de Cecilia.
El fiscal Cáceres Olivera ahora maneja una nueva hipótesis del móvil del femicidio que tiene que ver con diferencias económicas y el intento de la mamá de César de que la pareja se divorciara. En diálogo con TÉLAM el fiscal declaró: «Tengo entendido que esto deviene de un requerimiento por parte de (Marcela) Acuña contra Cecilia para que firme un divorcio del matrimonio que había contraído con César (Sena) y creo que, en ese intercambio de palabras, en esas discusiones, al no llegar a un acuerdo entre ellas, deciden darle muerte».
El costado político
En esta instancia y ante la inminente gravedad de los hechos, el gobernador de la provincia chaqueña, Jorge Capitanich, suspendió las candidaturas de Marcela y Emerenciano, con quienes tenía una relación cercana al punto de haber sido padrino del casamiento de Cecilia y César. Un día después de la denuncia de la desaparición de Cecilia el mandatario había emitido un comunicado de búsqueda de la joven y el 8 de junio una alerta para todas las fuerzas de seguridad nacionales y provinciales, sumado a que la Secretaría de Derechos Humanos fue aceptada como querellante en la causa.
A pesar de estas acciones, desde el principio los medios de comunicación opositores intentaron instalar una relación política con el caso e incentivaron la suspensión de las PASO el domingo, a lo que el Tribunal Electoral de la provincia confirmó que no va a postergar la jornada de votación.
Por otra parte, el miércoles a la noche se hizo una movilización masiva a la que adhirieron más de 40 organizaciones multisectoriales para exigir que la Justicia llegue a la verdad de lo que pasó con Cecilia. En su comunicado expresaron: «Es inadmisible que ciertos dirigentes y sectores hagan aprovechamiento político partidario de este suceso, exigimos respeto y responsabilidad».
Además, el abogado Juan Díaz ayer renunció a la defensa de César Sena, Fabiana González y Gustavo Obregón. En diálogo con Diario Chaco expresó: “Presento mi renuncia a la causa porque se adjuntaron elementos de prueba que me impiden seguir ejerciendo eficazmente la defensa de mis representados por diferencias irreconciliables con los mismos. Con los nuevos elementos, ya estaría probado el hecho”.
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Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.
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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.
Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Fotos Juan Valeiro
El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.
Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.
Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.
Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.
La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”.

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:
- “Que no te vendan gato por león”.
- “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”.
Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:
Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.
Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.
Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.
Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.
Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.
La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.
Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.


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