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El ajuste no es ficción: radio abierta de Actores para denunciar el incumplimiento de la Ley

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La Asociación Argentina de Actores hará una radio abierta el próximo miércoles 28 frente al Congreso, para denunciar el incumplimiento de puntos clave de la Ley del Actor y la falta de trabajo en el sector en general. En diálogo con lavaca, Lola Berthet, flamante secretaria adjunta del sindicato, puntualiza las irregularidades de las productoras en el pago de vacaciones y aguinaldos, y cuenta cómo afecta el ajuste económico a la ficción argentina: “Somos un punto más del ajuste”
Parece que son tiempos en que conviene recordar cuestiones básicas: «El actor es, ante todo, un trabajador», afirma Lola Berthet, ganadora del Martín Fierro y también de las últimas elecciones que la consagraron secretaria adjunta de la Asociación de Actores Argentinos que decidió convocar para el próximo miércoles 28 a una radio abierta frente al Congreso como respuesta urgente para denunciar otra cuestión básica: el cumplimiento de una ley.
Como sucede en distintos rubros, el gremio de los actores viene sufriendo un desgaste paulatino de sus derechos laborales que se conjuga con falta de trabajo. Un combo que, asegura Berthet, «sólo se pelea en la calle» y en los propios sets de filmación que los delegados de la Asociación visitan para dar a conocer los convenios vigentes, homologados por el Ministerio de Trabajo, que incumplen las productoras.
Dichos convenios tienen fuerza de Ley gracias a la misma Asociación de Actores, que presentó la iniciativa en el Congreso, incorporó los cuestionamientos del sector empresario, luchó para su promulgación y reglamentación, y ahora se dispone a hacerla cumplir.

El ajuste no es ficción: radio abierta de Actores para denunciar el incumplimiento de la LeyFuera de la Ley

Promulgada en octubre del 2015 y parcialmente reglamentada hace un año, la Ley del Actor equipara al actor con cualquier trabajador. Es decir:
-Reconoce el derecho a jubilarse;
-Obliga a los empresarios a pagar contribuciones;
-Reconoce a los actores el derecho a gozar de licencias pagas;
-A cobrar asignaciones familiares;
-A gozar de salarios por enfermedad o accidendes de trabajo;
-Las vacaciones y el aguinaldo.
Si bien la Ley fue ampliamente discutida e incorporó los cuestionamientos de los empresarios, una vez promulgada las críticas desde el sector volvieron para remarcar los “gastos” extra que generaba a las productoras y que, decían, ponían en riesgo la ficción argentina. Con fuerza de Ley, restaba la reglamentación que recién llegó parcialmente en abril del 2016 través del decreto 616/2016, firmado por Mauricio Macri. Los artículos que entraron en vigencia fueron los referidos a los convenios colectivos de trabajo –homologados por el Ministerio de Trabajo- que norman precisamente las escalas salariales y las modalidades de aportes según las leyes y convenios de trabajo vigentes para todas las actividades.
La Ley fue iniciativa de la misma Asociación de Actores Argentinos que hoy denuncia nuevas maniobras empresariales apra incumplirla: “Lo que están haciendo las patronales es pagar solo los sueldos, y hacer otros contratos más bajos para los aguinaldos y las vacaciones”, explica Berthet. Los ejemplos hablan de contratos partidos en dos para evadir el pago de derechos sobre el total del contrato, que se calculan sobre un porcentaje siempre más bajo que el real, es decir sobre ese «contrato B».
La Asociación denuncia que, desde este año en particular, una serie de productoras no están haciendo las contribuciones totales previsionales de salud y demás contribuciones a la seguridad social, ni están pagando aguinaldo y vacaciones proporcionales a las actrices y actores.

Las productoras señaladas son: Pol Ka, Underground, Non stop, Telearte, LC (acción), La paloma y Telefé.

Este tipo de evasivas también afecta a la Obra Social de Actores (OSA), otro de los pilares del sindicato. Berthet denuncia que “hace tres quincenas que no aportan lo que corresponde”, favoreciendo un desfinanciamiento que tiene consecuencias presentes y futuras. «Afecta a todo el mundo actoral», asegura Berthet. «La base de la obra social es muy solidaria, ya que permite que un compañero que no tiene laburo pueda ser cubierto. En este momento de crisis, son mucho más”.

Sin ficción

En la última reunión paritaria en el Ministerio de Trabajo, los empresarios del sector no hicieron ninguna propuesta de recomposición salarial para el 2018. «El sindicato de actores lo que defiende en paritarias son los bolos», cuenta Lola, en referencia a los cánones de pago por horas establecidos en los convenios. 
Sobre el estado del trabajo en el rubro actoral, Lola hace una salvedad entre la televisión y el teatro: «Gracias a dios pasa algo en nuestro país que es que el teatro igual logra poder mantenrse un poco más allá del ajuste, aunque no tanto. Eso hace que las salas estén más o menos funcionando bien. En la tele no estaría pasando lo mismo», asegura.
Ejemplos que están a la vista:
-«¿Cuánto hace que canal 9 no hace una ficción?
Fanny la fan la bajaron en tres semanas. Nunca se había visto eso. El sindicato luchó para que se pagaran los contratos como se debía».
-«Hace un par de años atrás había muchas más salidas con los unitarios de Canal 7. Hoy hay casi nada».
Lola suma otros factores como el auge de las series web, «que requieren menos costos», y el hecho de que «hay muchos compañeros docentes de teatro”, rubro por el cual también se notan los malos tiempos económicos.
Lola: «Los colegas están tomando muy bien la lucha, en el sentido de apoyar, y muy mal en el sentido que no están cobrando lo que corresponde. Se dan cuenta que somos un punto más de esta crisis. La cultura está bastardeada: por eso llamamos a todos los compañeros que lo cuenten. Con su cara, el actor tiene algo a favor que es ese tête-à-tête con el pueblo. Hay que aprovecharlo. Y agradecerlo».

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De la idea al audio: taller de creación de podcast 

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Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

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Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.

Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Darío Santillán.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Maximiliano Kosteki

Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.

El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.

Siguen faltando los responsables políticos.

Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.   

Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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