Nota
Inédito Foro Agrario: el campo popular
Los lemas son: “ni un campesino menos”, “alimentos sanos y accesibles para el pueblo” y “tierra para producir”. El 1º Foro Agrario que se reunirá el 7 y 8 de mayo incluye a organizaciones de productores, gremios y movimientos campesinos e indígenas que proponen debatir, por primera vez, un plan agrario que resulte una propuesta concreta en un año electoral. La agroecología en lugar del modelo transgénico, la soja, el vaciamiento de los campos, la soberanía alimentaria, la distribución de la tierra. Lo que plantea hacia el futuro la verdadera sociedad rural.
“El 8 de mayo tendremos un Programa que sintetice el rumbo agrario que presentaremos a quienes aspiren a gobernar durante los próximos años. El Estado debe cooperar con los pequeños y medianos productores si pretende que todo el pueblo argentino pueda acceder a alimentos saludables, libres de químicos nocivos y a un precio justo”.
La frase forma parte de la convocatoria al Primer Foro Nacional por un Programa Agrario, Soberano y Popular que se realizará en el microestadio de Ferrocarril Oeste de Buenos Aires.
“Pero discutir un programa agrario no es una cuestión particular del campo, sino que es un tema de toda la sociedad, porque la sociedad come y consume gracias a lo que se produce en el sector agropecuario” plantea Nahuel Levaggi, uno de los fundadores de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) el mayor gremio de productores y campesinos en el país, y una de las promotoras y convocantes a este evento junto con casi 30 organizaciones más.
Soja y transgénicos
“El Foro no es para hablar de las reivindicaciones o las necesidades de los pequeños productores, sino para discutir qué debe hacer el próximo gobierno con el campo argentino” explica Levaggi.
“Una de las grandes victorias de los sectores oligárquicos ha consistido en hacernos pensar que el campo es uno solo, como si fuese lo mismo alguien con 5.000 hectáreas que alguien con media hectárea. Y que las cuestiones del campo las discute y decide el propio campo. Pero no es así. Nosotros entendemos que el campo tiene que estar en función del pequeño productor y de producir alimentos sanos y baratos para el conjunto del pueblo, por eso pensamos que hay que plantear un programa integral para el sector agrario”.
El planteo de la UTT: “Eso significa políticas para los pequeños productores, pero también qué hacemos con las millones de toneladas de soja que mandan a China para que entren divisas. ¿Es un vale todo? No. Es algo que tiene que estar regulado, enmarcado en un modelo que nosotros proponemos agroecológico, y en el marco también de una ley de suelos que determine cuántas hectáreas pueden ser utilizadas para monocultivos, entre muchas otras cuestiones”. Levaggi cree que habría que subirle impuestos a la soja que se exporta para alimentar animales, y bajarlos al trigo, maíz o cebada, por ejemplo que se consumen en el mercado interno argentino.
¿Al hablar de agroecología está planteando la posibilidad de una soja no transgénica? “Obviamente tenemos que fortalecer la innovación en tecnología no transgénica, así como rechazar la Ley de Semillas que promueven el gobierno y las grandes corporaciones, para recuperar el trabajo con las semillas nativas y no transgénicas que garantice también la libertad y la soberanía del productor. Y del país: porque hoy cada poroto de soja que se planta depende de las grandes multinacionales para ser producido. Desaparece la soberanía”.
Historia criolla, biotecnología y agroecología
Este tipo de eventos resulta un envión de ideas, por lo queLevaggi agrega: “Proponemos una reforma agraria integral y popular. Es necesario transformar la matriz productiva del país, y también la matriz de tenencia y apropiación de la tierra. Más del 50% de la tierra del país fue adquirida de forma ilegítima, mediante matanzas, masacres, robos y ocupaciones de parte del Ejército. Después, en los 70 y reforzado en los 90 con la revolución verde yla revolución biotecnológica, con aplicación del paquete del agronegocio, la tierra se concentró cada vez más. Entonces lo que decimos es que tiene que haber una redistribución de las tierras en función de algo muy claro: producir alimentos para el pueblo”.
Otro elemento que plantea Nahuel es defender los territorios que sí están en manos de los campesinos. “Están permanentemente acosados, pero la defensa de esos territorios además garantiza la biodiversidad, la defensa de los bosques. Pero todo este tema forma parte de la historia argentina. El Grito de Alcorta (1912) que fue el nacimiento de la Federación Agraria fue de la mano de pequeños chacareros hartos de pagar alquileres de usura y plantearon la necesidad del acceso a la tierra, y de controlar los alquileres: lo mismo que proponemos hoy desde la UTT”.
Diversas organizaciones campesinas y de productores ya están explorando de modo creciente la producción agroecológica, con policultivos en lugar de monocultivos y sin uso de agrotóxicos. Levaggi: “Creemos que no se puede habalr de soberanía desde el agronegocio. No se puede hablar de un programa agrario popular desde el agronegocio, que significa grandes corporaciones multinacionales que fabrican agroquímicos y concentran las semillas y la comercialización de granos en el mundo. No se puede hablar tampoco de sobreranía alimentaria, si no hablamos de agroecología, y sin soberanía alimentaria no se puede hablar de transformar la mattriz productiva. Una cosa va con la otra. Claro que esa es nuestra propuesta, veremos cuáles son las conclusiones del Foro”.
¿Cuánta tierra tienen los campesinos?
El Foro es inédito: “Nunca tuvieron los sectores populares un programa agrario” informa Levaggi. “Pero además nunca tuvieron propuestas los candidatos”. En general, solo hablan de subir o bajar retenciones. “Pero no discuten un programa agrario, por lo cual lo agrario termina siendo definido por la Sociedad Rural, Crea, Aapresid, Coninagro. El desafío es mostrar que hay otro campo. El campo que produce alimentos en función de la gente, y no de los intereses de los poderosos. Al discutir un programa agrario le podemos garantizar al pequeño productor lo justo, y a doña Rosa, de un barrio perdido de Valentín Alsina, que pueda acceder a alimentos sanos y precios justos”.
El Foro tendrá 23 mesas de trabajo que martes y miércoles elaborarán las propuestas que confluirán en ese Programa Agrario.
Carlos Vicente coordina Acción por la Biodiversidad, otra de las entidades convocantes: “Es histórico que organizaciones tan diferentes logren confluir con una agenda clara de puntos en común. Hay una convergencia de pequeños productores familiares, organizaciones campesinas, trabajadores rurales, sindicatos, todos los vinculados a la producción de alimentos, y por primera vez hemos llegado a trabajar juntos planteando la presentación de un Programa Agrario a todos los candidatos”.
Vicente diseña tres ejes: “La soberanía alimentaria como camino político, la producción agroecológica abandonando el modelo del agronegocio, y la redistribución de la tierra. Todo atravesado por el rechazo a que se modifique la Ley de Semillas”.
Carlos considera que la opción agroecológica no está en discusión: “Lo que sí se sabe es que hace falta una transición, recursos, capacitación, recuperar formas de producción. Hay pequeños productores que continúan con el modelo convencional, pero la idea de una transición a la agroecología es la que permite pensar en una tendencia diferente hacia adelante”.
Sobre la tenencia de la tierra, Vicente recuerda que según cifras oficiales menos del 5% está en manos campesinas o de pequeños productores (de menos de 200 hectáreas). A nivel mundial, la FAO calcula que el 25% de las tierras está en manos de agricultores familiares y campesinos, con lo cual Argentina rompe récords en contra. “A largo plazo es una necesidad absoluta una reforma agraria e integral para poder seguir produciendo alimentos. Pero antes, a corto plazo, podría facilitarse el acceso a la tierra, el otorgamiento de tierras fiscales, el apoyo a colonias agrícolas de producción local, algo que se está haciendo en Uruguay, por ejemplo, creando colonias para jóvenes que quieran trabajar la tierra, o personas expulsadas de los campos a las ciudades, que quieran volver”.
“En Argentina este tipo de ideas va a chocar con intereses fuertes –sabe Vicente- pero el Foro es una oportunidad de construir poder frente a ese tremendo poder que representa el agronegocio”. Apoyan la convocatoria también el Movimiento Nacional Campesino Indígena, el MOCASE, ATE, la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la UBA, la Unión de Trabajadores Rurales de Córdoba, la Unión de Pequeños Productores de Jujuy y Salta, entre muchas otras organizaciones.
El miércoles 8 las propuestas serán planteadas a los candidatos que acepten la invitación y lleguen hasta el Foro. Aclara Vicente: “Pero no será el cierre, sino que habremos construido un espacio de articulación que funcione a partir de ahí”.
La convocatoria
El texto completo de la convocatoria:
El 7 Y 8 de mayo en el microestadio de Ferro
Las Organizaciones agrarias, junto a representantes de organismos educacionales, de investigación, gremiales y sociales convocamos a los pequeños y medianos productores de todo el país, organizados e independientes, a discutir y elaborar un programa agrario para el sector y el conjunto de la sociedad.
Luego de que las políticas del gobierno de Mauricio Macri nos den la espalda decidimos avanzar y diseñar un Programa Agrario Soberano y Popular. Propondremos medidas de corto y mediano plazo para resolver la emergencia del sector, así como medidas de largo plazo con cambios estructurales y productivos profundos. Nuestro objetivo no es simplemente sobrevivir; somos el actor económico activo responsable de producir la mayoría de los alimentos que consume el mercado local. Exigimos políticas que estén orientadas a garantizar nuestra calidad de vida y la de nuestra producción.
El 8 de mayo tendremos un Programa que sintetice el rumbo agrario que presentaremos a quienes aspiren a gobernar durante los próximos años. El Estado debe cooperar con los pequeños y medianos productores si pretende que todo el pueblo argentino pueda acceder a alimentos saludables, libres de químicos nocivos y a un precio justo.
La política del gobierno de Macri, que profundiza modelos económicos y productivos al servicio de los grandes terratenientes y monopolios cerealeros, ha conducido a las economías regionales a la crisis de más profunda de nuestra historia. Miles de familias campesinas, de pequeños y medianos productores y pueblos originarios están desapareciendo, y quienes sobreviven lo hacen en la miseria o al borde de la ruina.
Las políticas del actual gobierno están al servicio de los grandes terratenientes, quienes concentran el 85 % de las tierras productivas. Asociados con el capital financiero, los monopolios exportadores y del agronegocio envenenan el campo y la ciudad, expulsan de la tierra a los agricultores familiares y son responsables de los aumentos de precio, a todo esto debemos sumar el vaciamiento de los organismos estatales que llevaban adelante políticas para el sector como INTA y Agroindustria, este último sufrió despidos masivos en 2018 vinculados principalmente a la Subsecretaría de Agricultura Familiar. Este modelo somete la producción a los intereses del mercado internacional, actualmente liderado por China, en perjuicio del pueblo y la soberanía.
Frente a esta política se ha generado un torrente de luchas campesinas y de pueblos originarios sin precedentes: verdurazos, frutazos, feriazos, cortes de rutas, ocupación de tierras y resistencia a los desalojos. Enfrentamos este modelo para plantear rumbos diferentes y reivindicaciones puntuales. Nuestras luchas han puesto de manifiesto que no hay un solo campo y que el esquema agroexportador salvaje no es lo mejor para los intereses del pueblo en su conjunto. En este camino se fortalecieron organizaciones de productores con una larga trayectoria de lucha y se han generado nuevas agrupaciones.
Esto ha creado las condiciones para que, en unidad, sintetizando la experiencia de estas luchas sectoriales, se concrete un programa que exprese los cambios del modelo, históricamente reclamados por el sector.
El Programa Agrario Soberano y Popular que propondremos partirá de la urgente necesidad de que miles de familias no abandonen la producción de alimentos, dato que la información preliminar del último censo agropecuario ya confirmó: en los últimos años hemos perdido más de 100.000 explotaciones.
Alguno de los puntos que discutiremos en el Primer Foro Nacional por un Programa Agrario Soberano y Popular son:
La soberanía alimentaria, la ley de semillas, la situación de los pueblos originarios, la comercialización de nuestros productos, la producción y elaboración de alimentos más sanos para la población, el respeto y el cuidado de la madre tierra y del agua.
Impulsamos cambios profundos que jerarquicen económicamente los organismos que imparten políticas públicas de producción, educación, investigación, comercializadores para la Agricultura Familiar.
Exigimos desde la unidad, para impulsar antes, durante y después de las próximas elecciones, un Programa que contemple la necesidad de una reforma agraria integral y popular que garantice el acceso a la tierra a millones de pequeños productores. Que, a su vez, con el impulso de la agroecología, elimine uno de los factores que nos esclaviza bajo pautas productivas dictadas por las grandes corporaciones internacionales. De esta manera se beneficiará al conjunto de la sociedad con alimentos más sanos y económicos.
Invitamos especialmente a las familias de productores familiares de las distintas economías regionales y a los pueblos originarios a participar, discutiendo democráticamente qué es lo que necesitamos para hacer realidad las consignas de:
NI UN CAMPESINO MENOS
ALIMENTOS SANOS Y ACCESIBLES PARA EL PUEBLO
TIERRA PARA PRODUCIR
Nota
Cien

Desde que se inició este año desde el Observatorio de Violencia Patriarcal Lucía Pérez registramos 100 femicidios, casi 1 por día.
La víctimas fueron desde mujeres de 83 años, como Ana Angélica Gareri, en Córdoba, a una adolescente como Pamela Romero, de 16, en Chaco; y una bebé de 3 años en González Catán.
En este 2025 ya registramos 85 tentativas de femicidio.
En el 2025 registramos en todo el país 77 marchas y movilizaciones que se organizaron para exigir justicia por crímenes femicidas.

En nuestro padrón de funcionarios denunciados por violencia de género, podés encontrar el registro clasificado por institución estatal y provincia. Hasta la fecha, tenemos contabilizados 161 funcionarios del Poder Ejecutivo, 120 del Poder Judicial, 72 del Poder Legislativo, 71 de las fuerzas de seguridad y 71 de la Iglesia Católica.

En el padrón que compila datos oficiales sobre denuncias de violencia de género, podés encontrar datos sobre cantidad de denuncias por localidad y la frecuencia con que la recibimos. Un ejemplo: este mes la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de la Nación informó que durante el primer trimestre de este año recibió un promedio de 11 denuncias por día de violencia contra las infancias.

Otro: el Ministerio Público Fiscal de Salta informó que no alcanzan al 1% las denuncias por violencia de género que son falsas.
En nuestro padrón de desaparecidas ya registramos 49 denuncias.

Lo que revela toda esta información sistematizada y actualizada es el resultado que hoy se hace notorio con una cifra: 100.
Más información en www.observatorioluciaperez.org
Nota
5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje
Pasaron cinco años del femicidio de Cecilia Basaldúa en Capilla del Monte. Tres años de un juicio que absolvió a un imputado sin pruebas. Cuatro fiscales, cuatro policías presos y numerosas movilizaciones, desde Buenos hasta Córdoba, para exigir la verdad, ese compromiso que aún es la certeza que falta.
Fotos y crónica de María Eugenia Morengo para cdmnoticias.com.ar
25 de abril. Cruz del Eje. El GPS calcula unos 2 kilómetros. La entrada a la ciudad está envuelta de un aire viscoso. Una avenida se extiende en silencio y después de atravesarla, la llegada a los Tribunales se convierte en un ritual: una reminiscencia de lo que fue, una promesa de lo que debe ser. El pedido por Verdad y Justicia, es una demanda que crece. Cada letra se ubica en el mismo lugar que ocuparon tres años atrás. Las escaleras de la justicia cruzdelejeña son de un cemento gastado. Raspan, duelen.

¿Qué pasó en Capilla del Monte? El papá y la mamá de Cecilia, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, están cargados de bolsas, llenas de carteles con el rostro de su hija, multiplicado. Son como una red que se estira a lo largo de esos 868 kilómetros que conectan a Buenos Aires con el noroeste de Córdoba. El camino recurrente que transitan para llegar a la verdad..
Sin previo aviso, adentro del edificio de Tribunales Daniel y Susana se anuncian. Quieren ver al todavía fiscal Nelson Lingua, quien aún está a cargo de la investigación de la causa, antes de que asuma como nueva fiscal, Sabrina Ardiles. Afuera todavía se respira la niebla. La espera alerta a los policías. Quieren saber si van a venir más personas.
– Lo hacemos para cuidarlos –dice la mujer de uniforme.
Piden datos, intentan tomar nota de lo que es una rutina inventada.
–La policía a nosotros no nos cuida –reacciona Susana y en un intercambio sin sentido, se alejan.
Silvia Rivero es la prosecretaria de la fiscalía, se acerca afuera y los llama. El fiscal se hizo un lugar en la agenda del día viernes. Adentro, el reflejo del piso de tribunales es como un espejo que se extiende, entre mocasines, tacos, alpargatas y zapatillas.
La preocupación de la familia es evidente. El recibimiento del fiscal es cordial. Se explica ante los recientes cambios que pronostican para el mes de mayo a Sabrina Ardiles, como la persona que estará sentada en el mismo sillón inmenso de cuerina, desde donde ahora, les habla Lingua. La dra. Rivero, también explica, y confirma que nunca se dejó de investigar. La necesidad de la confianza es una tregua durante esa hora de reunión, los tecnicismos se suspenden y las palabras se abren en una cronología de datos, guardados en la memoria indeleble de Daniel Basaldúa.

La medida del tiempo de la causa, son las fojas de expedientes que se acumulan. La inspección judicial realizada en el mes de agosto del año 2024, por los posibles lugares donde Cecilia pudo haber estado en Capilla del Monte antes de su muerte, dejó en evidencia la dudosa hipótesis de la anterior fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien había asegurado que Cecilia había llegado por sus propios medios al lugar donde apareció sin vida. Mientras que en el transcurso de estos años, cada vez son más los policías que estuvieron en la búsqueda e investigación, presos por violencia de género:
Adrián Luquez, ex sub comisario, detenido por amenazas con armas de fuego a su pareja. Hoy en libertad, se fue a vivir a San Luis. Ariel Zárate, ex sub comisario de la Brigada de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte –preso por violencia de género. Diego Concha, ex director de Defensa Civil, encargado de la búsqueda –condenado a prisión perpetua por el crimen de Luana Ludueña y por la causa de violencia de género hacia su ex mujer, y Diego Bracamonte, ex comisario departamental, a cargo del operativo de la búsqueda –preso por violencia de género.
El tiempo de la justicia es una curva enredada, en apariencia, inofensiva. El tiempo de la justicia es el de las burocracias que definen su forma de proceder. El tiempo, es de una lentitud que lastima. Las letras se vuelven a guardar.
Son las cuatro de la tarde y el sol avanza en la siesta de Capilla del Monte. En la plaza San Martín, alrededor del Jardín de la Memoria, se arman los gacebos, se pone un aguayo, se llena de flores. Rojas, amarillas, lilas, celestes, el monte aún está florecido. Contrayerba, lavanda, romero, palo amarillo, incayuyo, ruda, los sahúmos se arman. Una compañera comienza a preparar el fuego.
Más lejos, sobre la calle Pueyrredón, en la puerta de la Secretaría de Turismo, la concentración crece. Llegan de todas las direcciones. Con tambores y repiques, con banderas y ofrendas. Una combi estaciona, descienden vecinos y vecinas que subieron en Córdoba y en distintas partes del Valle de Punilla.

La batucada suena, es un comienzo en cuenta regresiva. La marcha avanza a contramano. Hay una indignación que toma el ritmo de los tambores, trepa en el repique y todo se hace canción. La calle techada de Capilla del Monte es un anfiteatro de barricadas. Los sonidos viajan a través de la mejor acústica para el reclamo: ¡Vecino, vecina, no sea indiferente nos matan a Cecilia en la cara de la gente. Cecilia presente!

“Este es un día especial y este lugar es especial porque tiene mucho que ver con lo que le pasó a Cecilia”, comienza Daniel en la puerta de la comisaría de Capilla del Monte, “hay muchos policías involucrados en el caso. Ya lo hemos denunciado muchas veces, pero parece que no alcanza”, dice mirando a los uniformados que permanecen parados como granaderos.

Daniel les recuerda que durante el año pasado, la policía de Capilla debió haber realizado notificaciones a tres personas para declarar en los Tribunales de Cruz del Eje, pero no lo hicieron. Las testimoniales pudieron efectivizarse, porque intervinieron los abogados de la querella, Daniela Pavón y Gerardo Battistón. En ese mismo reclamo, la abogada Pavón se acerca y también hace pública la falta de atención institucional que hay para las víctimas de violencia de género en la localidad.

La familia de Ezequiel Castro, asesinado por la policía de Córdoba, se adelante y los abraza. Alguien grita que ahí mismo, en la comisaría, apareció ahorcado Jorgito Reyna, hace 12 años, atado con la manga de su campera a la reja de una ventana, pocos centímetros más alta que él. Que su causa, también sigue impune y que los golpes que tenía no fueron suficientes para demostrar que lo habían torturado. Que a pesar de no bajar los brazos, las familias sienten que el duelo es un proceso tan profundo, como inacabado.

Susana y Daniel permanecen frente a una multitud, observan hacia adelante y hacia atrás. Saben que la comisaría es señalar lo que siempre llega al mismo lugar: complicidad. “A las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien -acentúa Susana- que no se dejen asustar con los policías ni con nadie, nadie tiene derecho a venir a violentarnos”.
El espacio público es un canal clave para recordar que los asesinos de Cecilia están libres, “y que muchos andan dando vueltas por acá”, dice Daniel y remarca que no dejarán de venir a Capilla del Monte, hasta que los responsables del femicidio de su hija, estén presos.
La llegada a la plaza San Martín es un círculo de candombe que la nombra. Hace cinco años que se insiste en las mismas palabras, como un tajo que se abre en el cemento, una cicatriz que se agranda en medio de la incertidumbre: ¿Qué pasó con Cecilia?
Tal es el encubrimiento que las responsabilidades se hacen obvias.
La ronda se acerca al altar. Es un asedio a la justicia que falta. Desde el micrófono se invita a dejar una ofrenda en memoria de Cecilia, a conjurar entre todas y todos ese momento, esa memoria. En el centro de una plaza que se anochece, resuena una voz grabada -desde algún punto del Abya Yala- Lolita Chávez, lideresa maya de los pueblos K’iche de Guatemala, habla entre los yuyos que comienzan a perfumar lo que no se puede detener. Cada rama seca que se enciende se hace una intención, un pájaro que se dispara, restos del día que se van:
“Hoy 25 de abril levantamos nuestra fuerza sagrada, y nuestro poder popular feminista. Reconociendo la memoria, la historia, el vientre en la sangre, de Cecilia Basaldúa. Ese femicidio no debe quedar en la impunidad (…). Con la fuerza de nuestras ancestras, con los fuegos sagrados que encendemos, levantamos nuestra expresión de indignación y lo comunicamos a los cuatro puntos cardinales. Para que nunca más haya este tipo de violencias contra nuestras vidas”.
Las copleras y la poesía toman el escenario. Las y los músicos hacen de Cecilia esa canción y en el centro del caldero caliente, el humo abre el cielo: hay una memoria que se desprende y una vida que cambió de idioma.

En medio del algarrobo que sostiene los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, una placa de cerámica con el rostro de Cecilia, también observa. El día queda atrás y en el fondo de la noche, las palabras todavía están en suspenso, son un silencio que pronto dirá.
Nota
Imágenes de la marcha a Plaza de Mayo: los jubilados siguen haciendo lío

Jubilados y jubiladas se movilizaron desde el Congreso de la Nación hasta Plaza de Mayo en una nueva jornada de reclamos y denuncia por los ingresos de pobreza que perciben y el fin de la moratoria previsional, cuya prórroga sigue durmiendo en Diputados. Como siempre, los carteles manuscritos fueron una forma de expresión y creatividad. En uno se leía: «Francisco está feliz. Jubilados haciendo lío!!!»
La marcha comenzó nuevamente con un operativo desproporcionado con las cuatro fuerzas federales -PFA, Gendarmería, Prefectura y PSA- que reprimió la protesta pacífica: la Comisión Provincial por la Memoria contabilizó una persona detenida y 13 heridos por efectos de los gases lacrimógenos, entre ellos jubilados y trabajadores de prensa.
Frente a la Rosada, realizaron un acto donde distintas agrupaciones de jubilados se manifestaron contra el acuerdo con el FMI y cantaron por la salud de Pablo Grillo.
«Hasta el próximo miércoles», saludaron los jubilados y jubiladas.
La próxima semana, la marcha contará con la participación de los gremios de la CGT como previa al Día del Trabajador y la Trabajadora del 1 de mayo.

Foto: Juan Valeiro para lavaca

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.
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