Nota
Injusticia perpetua
Ramón Cortés y José Rosales son dos de los sentenciados a prisión perpetua por el crimen del policía Jorge Sayago. Las pruebas: una confensión arrancada bajo tortura. Qué paso aquel día de furia, cómo se armó la causa, quiénes se beneficiaron y qué se puede esperar ahora de la justicia. La pregunta sigue siendo ¿quién mató a Sayago?
Ramón Cortés y José Rosales son dos de los sentenciados a prisión perpetua por el crimen del policía Jorge Sayago. Las pruebas: una confensión arrancada bajo tortura. Qué paso aquel día de furia, cómo se armó la causa, quiénes se beneficiaron y qué se puede esperar ahora de la justicia. La pregunta sigue siendo ¿quién mató a Sayago?

Ramón Cortés en su casa el día que la Presidente defendió la sentencia a prisión perpetua que le impusieron por el crimen de un policía.
Ramón Cortés está desconcertado: “Estoy condenado a prisión perpetua, pero en libertad. Me acusan por un asesinato, pero no maté a nadie”.
Vive en su casa de siempre en Las Heras, Santa Cruz, conserva su trabajo de siempre como empleado municipal, pero a la vez fue acusado por el homicidio del policía Jorge Sayago ocurrido el 6 de febrero 2006. Pasó Ramón tres años de terror en la cárcel (2006-2009) y lo soltaron, como a los demás, al vencerse los plazos en los cuales se puede tener detenida a la gente sin causa. Pero el año pasado se consumó el juicio oral, y en diciembre fue sentenciado a ser huésped eterno del sistema penitenciario. No está preso porque el fallo no es firme hasta que pase por las cortes supremas provincial y nacional. Además de desconcertado, Ramón está angustiado.
Tiene 5 hijos. La casa respira hospitalidad y eso que se llamaba educación. Las más pequeñas dan besos con declaraciones: muá. Silvana, 32 años, sonrisa grande y cálida, es la compañera de toda la vida de este hombre retacón, que dice: “No soy un asesino, no maté al policía. No hubo ni una prueba. Todo lo que presentaron en el juicio es falso. Torturaron y le pegaron a la gente para que dijese cualquier cosa. A mí también. La presidenta del tribunal me absolvió. Todos me conocen en Las Heras, cualquiera puede decirle quién soy yo. No se hace justicia para el policía muerto condenando a gente inocente”. Joan, 11, Gilda, 8, y Bárbara, 6, hacen muá y salen a jugar con sus amigas del barrio corriendo por la calle de ripio.
Hace unos minutos, mientras llegábamos a Las Heras, la Presidenta de la Nación cuestionó frente a la Asamblea Legislativa a quienes reclaman por estas condenas: “Les voy a contar lo que es lo de Las Heras: en 2006, un policía que salió a defender su comisaría en Pico Truncado fue muerto a palazos en el piso, lo patearon, le reventaron todos sus órganos entre cuatro o cinco. Un chico muy joven. Néstor recibió a su viuda, una chica muy joven, y yo entré. Lo habían matado como a un perro. La Justicia finalmente llegó y condenaron a los responsables de ese homicidio terrible, alevoso”.
Algunos detalles: la comisaría era de Las Heras, no de Pico Truncado. Sayago había caído por un balazo que le dieron por la espalda: por la posición, pudo provenir de la propia comisaría, mala puntería producto del caos de aquella noche. Efectivamente, luego fue golpeado en el piso por manifestantes. No es cierto que lo mataron como a un perro, es peor: nadie mata así a los animales. No resulta muy evidente que los condenados sean los responsables del homicidio, ni que la justicia haya llegado.
Le describo a Ramón lo que dijo la Presidenta. “Pero no fui yo. No puede decir eso. ¿Por qué me acusa si no me conoce? Yo podría ser su hijo o su nieto (Ramón tiene 39 años) pero no lo soy, lamentablemente soy una persona humilde”. Silvana, que también es empleada municipal, agrega: “Yo vi las fotos. Vi cómo quedó Sayago. Leí la causa. Acá tienen que pagar los hijos de puta que lo hicieron mierda. Estaba indefenso. Lo mandó al muere la propia policía. Y lo mataron de un modo cobarde. Pero que paguen los asesinos, y no los perejiles a los que les armaron una causa terrible”. Perejil es el nombre que se da a personas inocentes acusadas de delitos, para encubrir a los verdaderos responsables y simular que se está haciendo justicia. Curiosidad: el primer nombre de Ramón, que jamás usa, es Inocencio.
Silvana: “A lo mejor yo no entiendo mucho, pero ¿se puede hacer eso? ¿Se puede acusar a cualquiera?” pregunta sinceramente asombrada, señalando al televisor que funciona según cierta norma muy difundida: encendido y mudo.

José Rosales y su familia, otro condenado a perpetua, en Las Heras. «Culpar a inocentes no es hacer justicia».
Ahora entendí
José Rosales es otro de los tres condenados a prisión perpetua por aquel homicidio. También tiene 5 hijos, también tiene 39 años, también fue huésped de las cárceles argentinas y sus aberraciones durante tres años. En la periferia de Las Heras, que parece la periferia del mundo, José está ampliando su casa en sus ratos libres (aprendió el valor de los ratos libres, como construcción). Trabaja en la misma petrolera de siempre, Indus, 12 horas por día, en la que no parecen considerarlo un asesino. Tipo serio, curtido en los campos petroleros y en esos años de prisión. “Estoy un poco nervioso. Nunca hablé con un periodista” dice, como disculpándose.
“De 100 testigos ninguno me acusó de nada. El único testigo en mi contra fueFlavio Torres, con el que nos armaron toda la causa y detuvieron a 20 personas. Torresdespués confesó que había declarado bajo torturas de la policía,que le daba los nombres de la gente a la que tenía que acusar. Pero no tuvieron en cuenta eso, y sí tuvieron en cuenta lo que él mismo confiesa que declaró bajo torturas”.
Claudia, 22 años, segunda pareja de José, ha preparado mate con agua de bidón: es imposible tomar agua en Las Heras, mutada en veneno gracias a las petroleras. Claudia: “Nunca me interesé por los conflictos de los trabajadores ni nada de eso. Pero ahora entendí: el juicio fue una cosa de la política para que condenen a cualquiera, y así le meten miedo a la gente para que no salga a reclamar más”, explica, y luego amamanta a Rodrigo, 3 meses.
Quizás el monocultivo argentino de soja está empezando a tener competencia: perejiles transgénicos, aptos para ser fumigados con una prisión perpetua. Ramón: “A nadie le importa investigar lo que realmente pasó. Por eso también yo sigo preguntando: ¿Quién mató a Sayago?”
La escena
Nunca sabemos cuándo podemos ser golpeados. Así comienza El tercer hombre, de Graham Greene, una historia de intrigas. Santa Cruz no tiene intriga que envidiarle a nadie y la madrugada de Las Heras preparaba golpes para demasiadas personas que no podían saberlo. El 6 de febrero de 2006 venía gestándose un conflicto que reunía a:
a) Trabajadores petroleros que reclamaban por el impuesto a las ganancias que les había hecho estallar casi el aguinaldo entero, junto a trabajadores tercerizados de la construcción (UOCRA) que además querían ser encuadrados como petroleros.
b) Un malestar creciente en Las Heras (12.000 habitantes entonces) donde todos se conocían y compartían una especie de cansancio histórico frente a la hipoacusia política y empresaria, reforzada por la violencia policial. En Caleta Olivia hubo represión y seis detenidos durante casi un año en 2005. En Las Heras a fines de 2004 los trabajadores de Oil, contratista de Repsol, reclamaban el cumplimiento de un acuerdo y 25 de ellos fueron detenidos, incluyendo a Karina Sauco que perdió su embarazo de 4 meses por los golpes en la vagina y el vientre que le propinaron los policías–consta en la causa judicial- gritándole que no había lugar para más “bastardos” e “hijos de subversivos”.
c) En términos de interna santacruceña, el gobernador Sergio Acevedo, ex titular de la Secretaría de Inteligencia (SIDE) y kirchnerista de la primera hora, se iba convirtiendo en un antikirchnerista de la segunda hora, en situación crecientemente conflictiva con el ex gobernador y entonces presidente Néstor Kirchner. Ellos eran los titiriteros de cientos de políticos, intendentes y sindicalistas (incluyendo al gremio petrolero personificado en Héctor “Chaco” Segovia) que expresaban una interesante discrepancia: ¿quién gobierna la provincia?
Los trabajadores cortaban la ruta a la salida de Las Heras desde un mes antes, en disidencia con las conducciones gremiales que, a veces pasa, jugaban en contra de quienes tenían que defender. Habían elegido un vocero, Mario Navarro, cercano al Partido Obrero, y dirigente respetado en la zona (el propio Kirchner así lo declaró). La noche del 5 de febrero Navarro llegó a FM Soberanía a una entrevista. Allí fue a buscarlo la policía, lo detuvo, y lo trasladó a la Comisaría 2ª. Todo sin orden de detención, y sobreactuado. El propio sumario policial denunció más tarde lo incomprensible de la acción, que se llevase a cabo de noche, y en ese momento caliente que vivía la ciudad. Habían derivado policías de otros lugares: Sayago (de Puerto Deseado) venía entre quienes habían custodiado la Fiesta de la Cereza, en Los Antiguos.
Detenido Navarro, se corrió la voz por Las Heras. Desde la ruta los trabajadores resolvieron acercarse al lugar para reclamar su libertad. Iba llegando cada vez más gente. Conocidos y desconocidos (grupos que no eran vecinos, ni estaban en el corte).Se calcula que eran unas 1.000 personas: una pueblada. Estaban incluso dos concejales kirchneristas (Roxana Totino y Teodoro Camino), un diputado radical (Juan Acuña Kunz), y el presidente del PJ local Francisco Vázquez. Según todos los testimonios la policía por orden del comisario Gustavo Iñigo (quien dijo a los concejales: “No hay nada que dialogar”) abrió el infierno, disparando gases lacrimógenos y balas de goma. En Las Heras sobra el ripio. La gente devolvió la provocación con esas piedras que tomaba del suelo. La policía mandó dos grupos a la calle. En el sumario policial, revelado en 2008 por Opi Santa Cruz, constan los actos de cobardía de oficiales escondidos en la comisaría. Jorge Sayago quedó adelantado con respecto a sus compañeros y frente a la multitud. Allí recibió un balazo que lo hizo caer. Fue por la espalda, bajo el hombro: no es claro si le disparó alguna de las patotas recién llegadas, o si fue mala puntería e ineptitud de algún policía de los que debían cubrirlo.
Los otros policías se replegaron. En medio de esa pesadilla oscura y gaseosa, mientras cientos de personas se desbandaban huyendo, un grupo se acercó a patear y apalear al caído. Un rato después los policías fueron a retirarlo, pero Sayago murió esa misma madrugada.
Cómo se borran pruebas
La policía acordonó la escena del crimen una semana después, lo que permitió que desaparecieran todas las huellas y pistas que hubiesen ayudado a desentrañar el caso. “Al día siguiente andaban los policías, vecinos y hasta chicos levantando los casquillos, objetos, revolviendo y llevándose todo como si fueran souvenires” dice a Mu Roxana Totino, aquella concejal kirchnerista que hoy es Secretaria de la Mujer provincial.
Simultáneamente comenzó la llamada caza de brujas. Persecuciones, razzias, allanamientos, detenciones ilegales, golpes, torturas, apuntando a vecinos que tuvieran relación con los conflictos laborales. “Fue una cosa tremenda, no era como si estuviéramos en democracia sino en épocas anteriores, con grupos policiales y parapoliciales persiguiendo gente” sostiene Totino. Sin lugar al cual huir, cientos de personas se refugiaron en la parroquia de Las Heras, conducida por el sacerdote Luis Bicego, y allí viajó especialmente, además, Hebe de Bonafini. Palabras de aquellos días, declaradas a la agencia lavaca.org.
Bicego: “Me han venido a ver policías reconociéndome que tenían la orden de provocar a los trabajadores para que hubiera violencia, viniera Gendarmería, y terminar con la huelga. A la gente la llevaban a palos, haciéndolos declarar lo que querían. Después aparece la izquierda, porque a río revuelto ganancia de pescadores: no soy boludo. Pero mientras tanto sacrifican gente a los dioses que aquí vienen a ser el petróleo, las empresas, el gobierno y los sindicatos”.
Hebe discrepó con Kirchner, que había hablado de “excesos” policiales. “No fueron excesos, fueron delitos. Yo lo que vi es que las torturas existieron, las reconoció el propio gobierno, y esas violaciones a los derechos humanos hasta se acreditaron con médicos policiales. Pero la jueza (Graciela Ruata de Leone) no citó a nadie a declarar. Evidentemente está del lado de los que torturaron”. Su explicación de lo sucedido: “Los trabajadores tienen toda la razón en reclamar. Y cuando reclaman los despiden. Estas empresas, que saquean todo, han pagado para que detengan a todos los trabajadores delegados”.
La ex concejala Totino confirma los apremios: “Decenas de testimonios fueron tomados así. A Flavio Torres lo hicieron declarar con una pistola en la cabeza, en un lugar que ni siquiera era la policía sino un edificio de Vialidad. Se lo dijimos a la jueza y no hizo nada”. Detalle crucial: esa “declaración” de Flavio Torres originó 24 detenciones. Pese a que Torres denunció que el testimonio era fraguado, quedó en pie como válido durante todos estos años. Y en 2013 fue el único sustento para enjuiciar a 15 personas.
La bolsa en la cabeza
Por esa razón el fiscal de la causa, Carlos Rearte, se negó en dos oportunidades a elevar la causa a juicio oral al considerar el pedido “impreciso e infundado” y a la causa “plagada de nulidades”. A la tercera vez, ya en 2013, fue desplazado, y relevado por Ariel Candia, un fiscal menos sensible a imprecisiones, nulidades y otras plagas. Las defensas recordaron que Candia recomendó a los jueces “apartarse de la legalidad” para poder juzgar ciertas cosas, y dijo, literalmente: “Darle un cachetazo o ponerle una bolsa en la cabeza (a un testigo) no implica decirle lo que debe declarar”. Ramón me cuenta que la bolsa plástica la usaban cerrándola en el cuello para que la persona se ahogue (submarino seco). Las “cachetadas” incluían palizas y pateaduras en las zonas genitales, una de las cuales obligó a que Franco Catrihuala tuviera que ser operado de un testículo, según declaró en el juicio.
De los 15 imputados por el testimonio de Flavio Torres, 6 fueron acusados con esa declaración como única prueba que en realidad no probaba nada. Por esa razón la Presidenta del Tribunal Oral de Caleta Olivia, Cristina Lembeye, absolvió a los acusados, incluyendo a José Rosales, uno de los condenados a perpetua. Los otros dos votos, Humberto Monelos y Juan Pablo Olivera, condenaron a los trabajadores sin que se verifiquen pruebas concretas y creíbles.
Ramón Cortés también fue condenado por 2 a 1. La Presidenta del Tribunal lo absolvió porque la única prueba que encontraron fue su teléfono celular, que Ramón había perdido a una cuadra de la comisaría. La única declaración contra él fue la de Domingo Nahuelcura, quien a su vez había sido “denunciado” por Ramón: “Claro, te ponen la bolsita para que no respires, te dicen nombrá a este o a aquel. Yo a Nahuelcura dije que lo conozco. Los policías pusieron que yo decía que era culpable. Y a él le habrán hecho lo mismo”. La jueza Lembeye escribió: “Por qué uno fue ‘elegido’ como testigo y el otro como imputado, no tiene mayores explicaciones lógicas, ni han sido dadas en la causa”. La Presidenta del tribunal da cuenta así de esta digitación de culpables sin lógica ni pruebas. Las personas son inocentes hasta que se demuestra lo contrario, dicen. Los otros dos jueces siguieron en cambio el argumento policial y, con el imputado ya elegido, condenaron a Cortés.
La jueza condenó en cambio a perpetua a Hugo Morales (resultó imposible detectarlo en Las Heras), aunque de la lectura del fallo tampoco resulta demasiado clara (lo condenan por un testimonio de una cuñada que dijo y desdijo y etc). Las defensas realizadas por Claudia Ferrero de APEL y Rosa Razuri de Las Heras, entre otros, apelaron todas las condenas, que fueron rechazadas también por el Comité por la Absolución que apoyan Nora Cortiñas, Adolfo Pérez Esquivel, Osvaldo Bayer, gremios (ambas CTA, ATE, Subterráneos, Zanon de Neuquén, FOETRA, Garraham) organizaciones de derechos humanos, partidos de izquierda. Además de las 3 perpetuas hubo 6 condenados a 5 años de prisión por coacción y lesiones, todo producto en gran medida del mismo sistema probatorio: bolsita, pistola en la cabeza, y borceguíes con punta de acero.
Hipótesis
La propia familia del policía Jorge Sayago, a través de su tío Víctor Álvarez, planteó en el juicio que los acusados “son los perejiles” y que no se investigó a los responsables políticos, policiales, ni a los verdaderos autores materiales.
- La doctora Verónica Heredia (que ha llevado varias causas contra petroleros y el caso de la desaparición forzada de Iván torres en Chubut) plantea que Sayago fue víctima del propio sistema policial de violencia institucional. El argumento empalma con el que proponía Bonafini.
- Otra idea que nadie plantea en voz alta: la interna política hizo que Acevedo atizara la conflictividad, aliado a las empresas, para culpar a los petroleros y controlar finalmente el conflicto. O que lo hicieran sus oponentes, para inutilizar a Acevedo. En esa teoría figuran los que sospechan que los concejales y sindicalistas kirchneristas tuvieron un rol poco ingenuo en ese clima previo.
- Otra hipótesis: que las empresas hayan fogoneado las cosas, como sugieren Bonafini y Bicego, entre otros, como forma de control social ante las protestas.
- O de todo un poco, teniendo en cuenta que entre funcionarios, sindicatos, empresas y policía, la frontera suele ser esponjosa.
Resultados: a 40 días del estallido, Acevedo renunció a la gobernación. De Mario Navarro nunca volvió a saberse por la zona (en Las Heras dicen que anda por Neuquén). El concejal kirchnerista Camino ahora es intendente (tuvo que salir a desmentir que pretendiera dotar de pistolas-picana a grupos de seguridad urbana). La concejala Totino es secretaria provincial. El ex diputado radical Acuña Kunz ahora es concejal. El presidente del PJ Vázquez continúa en lo suyo. El ultraoficialista Chaco Segovia, perdió las elecciones tras dos años de intervención al sindicato petrolero por fraudes y malversaciones. Y las empresas siguen gobernándolo todo. Otra rareza: salvo Totino ninguno de los aquí nombrados fue citado a declarar al juicio.
Libertad
José Rosales reflexiona: “La política no es lo mío, pero en todo esto, antes y ahora, hubo siempre mucha presión de arriba ¿no? Acá dijeron: agarremos gente, no importa si son culpables o inocentes. Y no hubo justicia para Sayago, sino para las corporaciones grandes”.
Sobre la izquierda: “Se interesan por nosotros, porque somos publicidad. Ellos nos usan, como nosotros los usamos o le tratamos de sacar provecho”. Sobre la cárcel: “Mamita, lo que fueron esos años. Además de los golpes, las amenazas, te meaban y escupían la comida. Pero lo peor es que me robaban las fotos de mis hijos. Y nos psicologeaban para que nombráramos más gente que pudieran meter presas. Dicen que la cárcel es para corregir. Olvidate: de ahí salís con la cabeza pinchada”. Sobre Flavio Torres, el testimonio armado por la policía para inculparlo: “Hoy Torres es delegado en Indus, donde yo trabajo. Me querían descontar los días de juicio, pero él discutió y se la ganamos. Mi dolor es que nunca vino a decirme: Rosales, me cagaron a golpes, por eso declaré en tu contra”. La experiencia: “Me hizo cambiar mucho. Antes me decían ‘cayó en cana Fulano’ y yo decía ‘alguna cagada habrá hecho’. Hasta que me pasó esto. Empecé a darme cuenta de cómo son las cosas”. A Claudia, su compañera, le pasa lo mismo: “No me interesaba nada. Pero ahora sí. El otro día fui a una asamblea en BACSSA porque metieron presos a otros cinco petroleros que estaban reclamando”. Sobre el discurso de Cristina, dice Claudia: “No es una persona que tenga derecho de juzgar a otros. Mi marido es inocente, se rompe el lomo laburando, trabajó siempre. El que no lo entienda, no está a la altura de decirnos cómo son las cosas”. José me dice que aprendió a valorar la libertad. “Hasta en la cárcel tenés que ser fuerte de la cabeza porque si no te querés colgar de una reja. La cuestión es la mente. Sin libertad, no sos nada. Y si la gente, por miedo, se queda sin la libertad de salir a plantear las cosas, nos van a pisar la cabeza”.
La Sirenita
Ramón era delegado en el complejo comunal del gremio SOEM (empleados municipales). “Yo no fui a participar de la pueblada, sino a mirar, como todos, porque era a dos cuadras de mi casa. Después me vinieron a buscar, me torturaron al llevarme para Puerto Deseado. En la camioneta me cagaron a piñas, vea. Y después hasta me arrancaron mechones de pelo. Yo tenía lindo pelo, pero me lo arrancaban y me golpeaban la cabeza contra la pared. ¿Eso no es tortura? Yo soy de decir las cosas como son. Lo único que les faltó fue violarme, y creo que ganas no les faltaban. También nos decían que me iban a tirar al mar con las manos precintadas, así íbamos a parecer La Sirenita nadando sólo con los pies”.
Además de ser empleado municipal (“ni siquiera soy petrolero”), entrena un equipo de fútbol femenino. A través del legislador porteño Gustavo Vera, Ramón le mandó una carta al Papa Francisco. Dos frases: “Yo soy muy humilde y no quiero pagar los platos rotos que rompieron otros” y “La Justicia de la Provincia de Santa Cruz quiere cargar sobre mi y otros trabajadores de mi pueblo, Las Heras, el peso de un asesinato que no hemos cometido”. Contestó Francisco: “Le aseguro que su vida no me es indiferente y haré lo que pueda en lo que me pide”. Ramón: “No sé si servirá de mucho, pero da orgullo que me conteste. Estas cosas no le pueden pasar más a nadie”. Sobre la libertad: “Es psicológica. Pensar en cosas buenas, en buenos sueños y verlos hechos realidad. Mi sueño es ver a mis hijos felices”. Silvana: “Y que este tormento se termine de una vez por todas. Capaz que Dios tiene un propósito para hacernos pasar esto. Lo que sé es que nos quisieron destruir. Aquí destruyeron un montón de familias. Pero con nosotros no lo lograron”. Estas personas parecen tener un proyecto político temible: que las dejen vivir y trabajar en paz. Siempre se trató de eso.
Ramón y Silvana hacen un programa de radio en FM Emoción: Sábados y Domingos diferentes. Folklore y cumbia. “La gente manda mensajes felicitándome por la onda que le pongo, pese a toda esta situación”. Le pido que me recomiende un par de temas. Ramón elige una milonga que dice: “Todos sabemos que el pueblo es pobre, todos sabemos que el suelo es rico” y “tanta pobreza es un disparate, pero está todo premeditado para no encontrarle el agujero al mate”. Se llama Ay Patria mía, de Argentino Luna. “Y una cumbia puede ser la de Gilda, que es tan linda” sugiere Ramón: “Se llama No es mi despedida”.
Nota
Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”

Los feminismos siguen siendo el único movimiento que tiene la capacidad de transversalizar la unidad, amplia, y poner en Avenida de Mayo, de cara a Plaza Congreso, cuadras y cuadras de columnas que van desde el sindicalismo, a los movimientos sociales, a la izquierda, al kirchnerismo.
Aún cuando por Hipólito Yrigoyen ingrese la enorme columna de la intersindical feminista seguida por poco del oficialismo; y por el otro costado, por Avenida de Mayo, ingrese la izquierda; todos los espacios comparten plaza a menos de un mes de elecciones generales que definen quién presidirá el país.
Esa es la noticia: seguimos transversalmente en la calle.

Fotos y video: Sebastián Smok.
De la economía popular a la formal
“Creían que el movimiento había desaparecido porque no estaba en la calle, pero estábamos en cada uno de nuestros territorios, ahí también damos la batalla y la lucha”, dice Leonor Cruz, Secretaria de Géneros y Diversidad de la CTA Autónoma, frente a la enorme columna de trabajadoras que son protagonistas de esta marcha. Las tres banderas que encabezan: UTEP, CTA y CTA Autónoma. De la economía popular a la economía formal, todas adentro.
Junto a ellas también marchan familias de víctimas de femicidios: Marta y Guillermo, mamá y papá de Lucía Pérez; y Daniel y Susana, papá y mamá de Cecilia Basaldúa, que salieron desde la sede de MU junto a un grupo de mujeres que les siguen con los pañuelos blancos que bordan dos palabras: Nunca Más.

Fotos y video: Sebastián Smok.
No con el FMI
Dice Leonor: “La derecha más fascista de nuestro país tiene una agenda muy clara contra el feminismo, quieren ir contra cada uno de los derechos que hemos conquistado con sangre y a fuerza de lucha; pero no lo vamos a permitir. Estamos en la más amplia y diversa unidad de vuelta en la calle porque a la derecha la vamos a enfrentar, pero también vamos a decir: no es con el FMI, porque somos las trabajadoras, las precarizadas, las compañeras del barrio, las que más sufren el ajuste”.
Leonor llegó a Plaza Congreso desde Tucumán, trayendo lo que se ve fuera del centro porteño: “En nuestra Argentina profunda lo que se ve es la pobreza, en todas sus dimensiones, pero el movimiento feminista en la provincia es lo más fuerte que hay, es donde está la unidad y donde nosotras resistimos”.
Sobre la transversalidad habla también Silvia León, referente de ATE Nacional: “Hoy el objetivo tiene que ser que las derechas no avancen en nuestro país. Los 30 mil compañeros desaparecidos y muertos no murieron en vano, y las víctimas de femicidio tampoco”.
Silvia, rodeada de pañuelos verdes, sostiene junto a las familias de víctimas de femicidios, que tienen las fotos de sus hijas colgando en el pecho, los pañuelos blancos. Los feminismos honran el legado que los derechos humanos construyeron en la calle, con los pies. Dice Silvia: “Nosotras peleamos por soberanía, por educación, por salud, y también seguimos el camino de las Madres, las Abuelas, de los 30 mil, pero también de los familiares. Hay un tiempo que se termina, el de la verticalidad, el del verticalismo y del patriarcado, ahora toca construir transversal y federalmente”

Fotos y video: Sebastián Smok.
Significado de la libertad
Marta y Guillermo, llegaron desde Mar del Plata a las siete de la mañana; junto a Susana y Daniel, se colgaron las fotos de sus hijas en el pecho: Lucía Pérez y Cecilia Basaldúa, dos femicidios territoriales emblemáticos, donde las tramas narco barriales marcaron como alerta una emergencia que traen las periferias.
¿Por qué recorrer la Ruta 2 durante toda la noche para marchar? Contesta Marta Montero, mamá de Lucía: “Para gritar que no vamos a permitir perder nuestros derechos, lo que hemos conquistado en este tiempo de lucha que no es solo el reciente, me voy más lejos: en este tiempo de democracia que es el tiempo en el que podemos salir, podemos luchar, y también decir lo que pensamos. Todo esto está en peligro, no podemos permitir que venga alguien a decirnos lo que tenemos o lo que podemos hacer, que corten nuestros derechos y lo conseguido: por ejemplo un ministerio. Todas las mujeres no tenemos la suerte de que nos acompañen los gremios, las organizaciones; hay muchas mujeres que están solas, pero vos sabés que hay una puerta que podés golpear y que se va a abrir. Ahora corremos el peligro de que todo eso se termine».

Fotos y video: Sebastián Smok.
¿Por qué creés que quieren que se termine?
Porque somos muchas, hemos tomado la calle, hemos salido, y nuestra palabra se ha hecho escuchar. Y así hemos logrado cambios: el más importante fue el aborto legal. Es imposible no pensar hoy en día que una mujer no tiene derecho de poder decidir sobre su vida.Yo soy una persona de fe, creo en dios, en la virgen, pero no creo en que alguien pueda decirnos que esto tiene que ser de una sola manera porque creo en la libertad de las personas, y si alguien no quiere tener un hijo es respetable.
Libertad es una palabra hoy disputada, ¿qué significa?
Libertad significa levantarme, salir a la calle y decir lo que pienso sin censura de nadie, poder acompañar a alguien, poder hablar, poder estar. El libertario es otra cosa: son los que nos quieren vender que vamos a estar mejor por cosas que no terminamos ni de entender, es un juego de palabras siniestro que termina en opresión.
¿Qué tienen que hacer los movimientos feministas?
No los tenemos que dejar avanzar. A mí no me representa una persona que esté con una agresividad tal que se le nota, en su manera de hablar, de moverse, a mi no me representa esa violencia, pero estamos viviendo en un momento muy difícil que hoy todo es violencia. El enojo hoy está peor que nunca, o tal vez tenga otra visibilidad, antes se tapaba más, hoy lo ves en un medio, en una red social, es más visible, por eso parece que pasa más.
¿Cómo volvemos para volver a ser marea?
Es muy importante creer en nosotras mismas, en el valor que nosotras tenemos, valorar quienes somos. Es muy importante no tener miedo, no tener miedo al ridículo, estar seguras de lo que hacemos, de lo que queremos y si tenemos que salir a defender a una compañera, a una hermana, salir y hacerlo con convicción propia. Lo más libre que una puede hacer es salir. Si no es con cada una de nosotras, hasta acá no se hubiese llegado, sin las mujeres luchando por su propia vida, las más grandes ayudando a las más chicas, y las más chicas, por ellas mismas. Esa es la hermandad, todas nos necesitamos, yo sola no puedo, te necesito a vos, a otra, a la hermana, sola es imposible. Necesitamos la confianza en nosotras mismas, evitar la competencia. Nosotras luchamos por la vida, por eso luchamos por todas. Solas no llegamos a nada, pero juntas llegamos a todo.


Fotos y video: Sebastián Smok.
Nota
Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

El total (100%) de participantes argentinos en una investigación internacional sobre agrotóxicos “presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal”. El problema incluye a personas que viven lejos de las fumigaciones, por lo que se consideró a estos plaguicidas como «omnipresentes». Se encontraron además los venenos en los alimentos, el polvo del hogar, los granos de cultivos, animales, alimentos para animales, suelos y agua.
A través de una conferencia virtual desde Nueva York, durante más de 3 horas, el proyecto SPRINT reveló este miércoles 27 -Día de la Salud Ambiental- los resultados del estudio realizado en Europa y en la provincia de Buenos Aires (como principal exportadora de soja para alimentación animal).
Entre los venenos detectados están obviamente el glifosato (genotóxico y probable cancerígeno) y el clorpirifos (que pese a estar prohibido en Argentina se sigue vendiendo hasta en los supermercados). El informe señala además los “cócteles”, que mezclan químicos para aumentar la potencia de cada veneno, reuniendo hasta 120 plaguicidas.
La dirección del INTA prohibió a la doctora Virgina Aparicio (que integró en la investigación) participar en cualquier instancia actual del proyecto, y hablar con la prensa, siendo que se trata de un tema de salud pública.
Algunos de los datos que, pese al silencio y a la mordaza oficial, se revelaron en el marco de la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
En alimentos: “el total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.
En el polvo del hogar: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.
Granos de cultivos: “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.
En animales: “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes).
En alimento para animales: “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.
En suelos: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.
Agua superficial: en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.
Por Anabel Pomar

Resultado global presentado sobre las concentraciones de glifosato en seres humanos. Argentina lidera esa tabla con absoluta comodidad.
En el día de la celebración del día de la salud ambiental, miércoles 27 de septiembre, en Nueva York, EE. UU., en el marco de la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGA78) por primera vez para grandes audiencias pudieron conocerse parte de los resultados del proyecto europeo SPRINT (siglas en inglés de Transición Sostenible de Protección Vegetal: Un Enfoque de Salud Global 2020/2025).
¿Qué es el SPRINT? Es un proyecto financiado por La Unión Europea (UE) que busca identificar los residuos de los agrotóxicos, en ecosistemas y en humanos, y analizar el peligro de la sinergia (la combinación o mezcla) entre los plaguicidas hallados. Esto último, algo jamás contemplado a la hora de aprobar esos peligrosos venenos en el mercado, ni en el llamado “viejo continente”, ni en nuestro país.
En 2021 los muestreos en el marco de ese proyecto además de realizarse en los 10 países europeos participantes se ampliaron a la provincia de Buenos Aires.
¿Por qué se incluyó a nuestro país? Por ser el principal exportador de soja para alimentación animal al mercado europeo.
Entre las principales conclusiones del evento de este miércoles en NY, pudieron escucharse las voces de expertas y académicos participantes de ese proyecto. Contaron, basados en rigurosa información, cómo los agrotóxicos usados en la agricultura veneno-dependiente están contaminándolo todo. Cuerpos, comida y ambientes. Una de las palabras que más se repitió en las presentaciones, fue “omnipresente”. Los agrotóxicos están en todos lados: incluso en donde no son utilizados.
Entre los cuadros con centenares de nombres de moléculas químicas usadas en la agricultura, destacan algunos de los agrotóxicos más fumigados en nuestro país. El herbicida glifosato, y su metabolito AMPA, en los primeros puestos. Y para los muestreos en Argentina, en cantidades hasta tres veces superiores en algunas matrices. También el clorpirifos, recientemente prohibido en el país pero que se puede seguir comprando en cualquier góndola de supermercado en el sector de insecticidas.

Resultados de plaguicidas en las muestras en orina.
El momento de la presentación es importante ya que este próximo 13 de octubre la Unión Europea deberá votar si decide re-autorizar el uso del glifosato. Desde la coordinación del SPRINT aseguraron que a la brevedad la información –que ya fue presentada en la euro-cámara– será publicada y distribuida al público general para lograr mayor difusión. También aseguraron que esperan que tales resultados impidan que se concrete la renovación del peligroso herbicida.
Omnipresentes
Ver la presentación de esos estudios que respaldan una afirmación que muestra la magnitud del daño, estremece. Hasta las personas que consumen o producen alimentos sin usar agrotóxicos tienen sus cuerpos contaminados. Y aquellas que consumen alimentos libres de agrotóxicos, también. El cuadro completo muestra que la exposición ambiental llega a todas las personas, no solo a quienes producen con venenos o viven en zonas rurales. Y por todas las rutas de exposición.

Los resultados de los venenos en materia fecal.
En los hogares
Como ejemplo se puede mencionar lo que se encontró al medir el polvo de hogares, presentado por Daniel M. Figueiredo, de la Universidad de Utrecht de Países Bajos. Los resultados indican que los agrotóxicos llegan a impactar en los organismos más por los ambientes que por la dieta misma: también son una ruta de exposición directa. El más detectado es el glifosato y su metabolito AMPA, en un cóctel de sustancias químicas peligrosas en un rango de entre 25 y 120 plaguicidas.
Otra constante: los cócteles de agroquímicos. No hay una sola sustancia sino decenas o cientos, mezcladas para aumentar la potencia del veneno. En el caso presentado impactaban tanto a los vecinos de producciones convencionales cómo orgánicas.
A su turno, Hans Mol de la Universidad de Wageningen de Países Bajos, en la presentación de lo hallado en muestras de fluidos humanos –en los que el glifosato vuelve a estar entre lo más detectado. Los resultados señalan que hay presencia del herbicida genotóxico y probable cancerígeno en orina en el 86,1% de los argentinos muestreados y en el 35,2% de los europeos, mientras al analizar las heces humanas se detecta ese plaguicida en el 70,5% de las personas residentes en Europa y en el 100% de los bonaerenses.
Para el caso del clorpirifos, el 3,7% de europeos tiene en sus heces ese tóxico, mientras que para la Argentina el número asciende a 37,7%. Nuevamente salimos campeones, esta vez de otro podio tóxico.
La mordaza
En la conferencia virtual –toda en inglés– que duró tres horas y a la que asistió lavaca y aproximadamente un centenar de personas conectadas desde distintas partes del mundo, no estuvo la investigadora a cargo del proyecto en Argentina, la doctora Virginia Aparicio.
Lavaca consultó a la investigadora del INTA el porqué de su ausencia que para la decena de personas conectadas desde Argentina no pasó desapercibida. Aparicio no tiene autorizado por orden directa de la dirección de ese organismo estatal participar de ninguna instancia del SPRINT, ni hablar con la prensa.
Lavaca se comunicó con el INTA (socio número 16 identificado como CSS11-Buenos Aires dentro del proyecto SPRINT) pero nuevamente, como sucede desde hace meses, no hubo respuesta oficial.
El organismo público impidió que hasta el día de hoy los resultados de lo muestreado en nuestro país se difunda. En julio de este año, pese a esa censura oficial, la vaca pudo conocer los resultados de ese muestreo en territorio y población bonaerense y publicarlo.
Del muestreo en Argentina participaron 73 personas. De las 73, 1/3 consumidoras, 1/3 habitantes de pueblos pequeños y “vecinos de productores”. Y 1/3 productores agropecuarios de los cuales la mitad usa plaguicidas y la otra mitad trabaja agroecológicamente. También se incluyó un monitoreo en 14 establecimientos rurales. Se tomaron pruebas en ambiente, alimentos, grano y muestras biológicas en animales.
“El total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal” es una de las revelaciones de la investigación.
En los ambientes en los que esas personas se mueven a diario, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 7 a 53 plaguicidas en las pulseras” de detección.
La vida cotidiana asediada
En las consideraciones preliminares de esos estudios personales que trascendieron se consigna: “Las mezclas de residuos de plaguicidas están presentes en los cuerpos humanos. Las personas se exponen a los plaguicidas en su vida cotidiana (datos de pulseras). La mayoría de los residuos son peligrosos para el ecosistema y los humanos”.
En alimentos, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.
En el polvo del hogar, en “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.
Granos de cultivos, en “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.
En animales, en “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes).
En alimento para animales, en “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.
En suelos, “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.
Agua superficial (en la zona de trabajo de SPRINT) en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.
Nota
Tucumán: condenan a un funcionario judicial y en el fallo recomiendan colgar placas en Tribunales que digan «un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia»
Un funcionario judicial de Tucumán fue condenado por abuso sexual: 4 años, obligación de reparación económica, capacitación y placas en Tribunales. El hecho no es aislado: el Observatorio Lucía Pérez lleva adelante un registro que incluye 420 funcionarios (integrantes del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, de las cúpulas de las Fuerzas de Seguridad y de la Iglesia Católica) denunciados por violencia de género. Los argumentos e implicancias de un fallo ejemplar.
Jorge Edmundo Mistretta, exjefe de despacho de la Secretaría Electoral del Juzgado Federal N° 1 de Tucumán, jubilado desde 2019, fue condenado a cuatro años por abuso sexual contra dos de sus empleadas. Los abusos ocurrieron en 2013 y 2015: incluye tocarle los pechos a una de ellas y querer besarla, comentarios sexuales groseros, e intento de tocar a otra de las denunciantes.
En el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán, compuesto por la jueza María Noel Costa, y los jueces Carlos Enrique Jiménez Montilla y Enrique Lilljedhal, se ordenó:
- La inmediata detención, aunque cumplirá prisión domiciliaria por su estado de salud.
- Una indemnización de $4.4 millones de pesos y 3.6 millones de pesos para cada una de las víctimas.
- La realización de un programa de capacitación sobre perspectiva de género y en política de prevención, sanción y eliminación de la violencia contra la mujer.
- Se solicitó a Recursos Humanos de la Corte Suprema de Justicia Nacional que “se arbitren los mecanismos administrativos necesarios por una medida restaurativa que contemple la incorporación a una de las oficinas judiciales de esa jurisdicción -de la Cámara o del Tribunal Oral -, debiendo garantizar la ‘no revictimización’ de una de las víctimas”.
- Además se recomendó que se coloquen placas en tribunales donde sucedieron los hechos que digan: “Un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia. No a la violencia ni al acoso”.
Los fundamentos se conocerán el próximo 29 de septiembre.
El “caso” no es aislado. El Observatorio Lucía Pérez lleva adelante un registro de denuncias por violencia de género contra integrantes del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, de las Fuerzas de Seguridad y de la Iglesia Católicas.
El registro incluye ya 420 funcionarios denunciados, entre intendentes, diputados, fiscales, sargento, jueces, asesores, concejales, cabos, decano, sacerdotes y un largo etcétera. De todos los denunciados 99 son del Poder Judicial, al igual que Jorge Edmundo Mistretta; 139 del Poder Ejecutivo; 62 del Poder Legislativo; 67 de la Iglesia Católica; y 53 de las cúpulas de las fuerzas de seguridad.
El padrón de funcionarios denunciados se puede ver acá

El Estado argentino se comprometió en 2020 a llevar un registro público de funcionarios judiciales denunciados por violencia de género como parte de un acuerdo amistoso alcanzado en el marco de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Hasta el momento lo hizo de forma incompleta y escasa, por ello comenzó a realizarlo, de manera autogestiva, el Observatorio Lucía Pérez que sumó además otros poderes para completarlo y con esa información reflexionar acerca de qué relación hay entre la ausencia de políticas públicas de contención y prevención y estas prácticas impunes.
Lo que se ve: la consigna “El Estado es responsable” se hace carne en la sistematización de esta información. No lo es solamente por omisión, o ineficaz: es un Estado violento.
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