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Irmina Kleiner: sobre vivir y otras cosechas

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“Mujeres que nos enseñan a luchar” es el título del reconocimiento para Irmina Kleiner, de parte del Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP), que se concreta este miércoles 13 de marzo en la ciudad de Santa Fe. Irmina es fundadora, junto a su pareja Remo Vénica, de la Granja Naturaleza Viva de Guadalupe Norte, Santa Fe, una de las primeras experiencias agroecológicas del país que demuestran cómo es posible producir y generar trabajo en el campo sin depender de venenos, monocultivos, transgénicos y otros dispositivos que atentan contra el aire, el agua, la comunidad, los suelos y la vida.
La historia de Irmina había comenzado mucho antes, en los 70, cuando ella y Remo tuvieron que internarse en el monte chaqueño escapando de la dictadura. Así pasaron cuatro años, y allí tuvieron a dos de sus hijos. Vivieron de la solidaridad de los hacheros algún tiempo, y de lo que brinda naturaleza el resto, hasta que pudieron exiliarse para volver al país en los años 80.  La historia ha sido tema del libro Monte Madre, de Jorge Miceli, que a la vez inspiró la película Los del suelo, de Juan Baldana. Un reconocimiento similar al de Irmina, en el marco del 8M, Dìa Internacional de la Mujer Trabajadora, será entregado también a Elsa Oronado (de la liga de fútbol femenino de Santa Fe), Aida “Chini” Methyaz (docente y sindicalista), Lita Boitano (Familiares de Desaparecidos y Detenidos por razones políticas), Laura Garrigós (ex jueza) y Victoria Montenegro (nieta recuperada, legisladora porteña).
Para compartir esa distinción a Irmina Kleiner, publicamos aquí una de las notas de la revista Mu que describe aquella historia de resistencia, y el presente de un proyecto pionero en términos de salud, producción y futuro.

Así se ve Naturaleza Viva, granja agroecológica-biodinámica

Sobre vivir y otras cosechas

Un establecimiento agrícola modelo se convierte en la prueba de que es posible otro tipo de relación productiva con la tierra. Sus hacedores son Irmina, Remo y sus hijos. Una familia que aprendió una lección: el significado de sobrevivir. Por eso, es imposible comprender lo que hacen hoy en ese paraíso natural que construyeron en Guadalupe Norte –muy cerca de Reconquista– sin recordar cómo huyeron de la dictadura, en una fuga de película. Hoy producen absolutamente todo lo que consumen a partir de un proyecto agroecológico rentable cuyos resultados están a la vista: Naturaleza Viva es un espacio frondoso y fértil rodeado de sequía. La clave: comprender a la naturaleza. Por Sergio Ciancaglini
La bella Irmina Kleimer, 22 años, clava sus ojos claros en la navaja, sin terminar de decidirse. “La duda era si me cortaba las venas o me apuñalaba en el estómago. La determinación era no entregarme”.
Ajustemos los almanaques. Es noviembre de 1977, hace dos años y medio que Irmina viene huyendo por la clandestinidad de la selva chaqueña con su marido, Remo Vénica. Integran el Movimiento Rural de Acción Católica, coordinan las Ligas Agrarias, organizaron sindicalmente a 2.000 hacheros, y militan en Montoneros. La policía no puede encontrarlos. La pareja se esfuma siempre entre los árboles y el silencio protector de los campesinos. Fuga y misterio. Para colmo, en la selva, Irmina había quedado embarazada, y en junio de 1977 había parido a su hija. La dejaron con un matrimonio de campesinos para poder seguir huyendo. Pero ahora los habían detectado por intentar ir a ver a la beba. Irmina y Remo tenían decidido matarse antes que ser capturados; sabían de las torturas, las mutilaciones, las delaciones, y otras prácticas minuciosas del terror.
Los policías habían disparado ráfagas a ciegas, intuyendo a esa chica corriendo por el monte, pero ella escapó. Al atardecer la descubre otro policía que también dispara al bulto. Una de las balas viaja atravesando el follaje, alcanza a Irmina bajo el omóplato izquierdo, le cruza la espalda bajo la piel, sale por el lado derecho de la nuca, le revienta el lóbulo de esa oreja. Ella siente el dolor quemándole y cae al piso. Debe elegir su destino; venas abiertas o harakiri selvático. Debe decidir ya. Los ojos claros estudian la navaja. Decide no pensar en su nuevo embarazo. En ese momento la sorprende un sonido de otro planeta: un silbato.
 
Producir vida
Naturaleza Viva es un lugar asombroso. Producen todo lo que comen. Y es gente de buen comer. Carne vacuna, de cerdo, pollos, verduras, pan, leche genuina, variedades de queso, manteca, jugos, cereales, aceites, miel, yogur, dulces… el infinito y más allá. Todo sano, verdadero, y para colmo exquisito. Y lo que no tienen lo intercambian con gente que produce también de modo agroecológico (yerba y té misioneros, vino mendocino).
Pero este campo de 180 hectáreas ubicado en Guadalupe Norte (Santa Fe, a 25 kilómetros de Reconquista), no es asombroso por eso, sino porque materializa una apuesta productiva, científica y ética organizada alrededor de la vida, o sea, de sus componentes cruciales: información, energía, y transformación. En términos prácticos, Naturaleza Viva es un espacio frondoso y fértil rodeado de sequía, donde un grupo de personas ha logrado pensar un proyecto agroecológico y biodinámico, que –creen– prefigura un tipo de sociedad diferente. Remo Vénica (65 años), sentado junto a su compañera de toda la vida, Irmina Kleimer (55), plantea: “La cuestión es pensar, comprender a la naturaleza, trabajar, y crear todo el tiempo. El problema –dice sorprendido– es que tenemos un país con millones de personas haciendo pelotudeces”. Ríen los ojos claros de Irmina.
 
Sudor y sangre
Del otro lado del monte había quedado Remo. Se había alejado unos metros para intentar la hazaña de cazar, sin armas, un guasuncho, especie de venadito del monte: carne y proteínas. Se había convertido también en cazador de tatú, mediante un sistema un tanto proctológico.
La misionera y el santafesino –hijos de pequeños productores– se conocieron y enamoraron como militantes católicos o, si se quiere, como agricultores reacios a considerar parte de la naturaleza a los procesos de injusticia, explotación y desprecio a los que suelen ser sometidos con metódico entusiasmo los campesinos y obreros rurales. Dieron el sí en 1973, viajaron a Buenos Aires en mayo, se sumaron a la multitud que celebró la asunción de Héctor Cámpora como presidente, siguieron viaje a Bariloche, y volvieron a Sáenz Peña, Chaco, donde creían estar poniendo su granito de fertilizante para cambiar el mundo.
Remo: “Cuando empezamos a querer organizar a los hacheros, en Montoneros consideraban que era un sector inviable por su grado de deterioro económico, desarticulación y descomposición social. Pero cuando pudimos organizar a 2.000 hacheros en el sindicato sudor (Sindicato Único de Obreros Rurales) nos convocaron. Siempre hubo debate entre nuestra visión del trabajo de masas real y la visión elitista. Pero creíamos en la toma del poder, por eso nos sumamos. Preveíamos una etapa de insurrección”.
Del otro lado del monte, Remo escucha los balazos a unos 50 metros, donde estaba Irmina. Oye que un hombre grita: “¡Cuidado!”. Y un balazo más. Comprende todo: “Se mató ella. O le dieron el tiro de gracia”. No puede ni llorar, y escapa hacia el otro lado.
 
Revolución verde
Paseando por el campo, Remo señala remolachas gigantes, cerdos serios, futuros reservorios de agua. “Volvimos del exilio en Europa en 1984 y hace 22 años iniciamos un modelo diferente en este lugar, que siempre fue de mi familia. Como creadores y dirigentes de los movimientos campesinos alentábamos la Revolución Verde, todo el modelo de industrialización y mecanización de la agricultura. Eso implica el uso de herbicidas y otros productos de la guerra”. ¿De qué guerra? “De cualquiera. Lo que se tiraba en el sudeste asiático para desfoliar los montes y combatir insurrecciones, las bombas químicas, hasta la tecnología del tractor: las mismas industrias de la guerra son las que en épocas de paz te venden la tecnología de la revolución verde. Y nosotros fuimos cómplices, porque éramos los que permitíamos –por nuestra relación con los campesinos– que llegaran los técnicos del inta con todos esos desarrollos. Nosotros ayudamos a abrir esa puerta. Nos dimos cuenta años más tarde”. Ya en Naturaleza Viva, Irmina y Remo decidieron poner en práctica todo un sistema de ideas y sentimientos que venía incubándose tanto por el aprendizaje sobre la naturaleza que les dio su propia fuga (cuestión literalmente de vida o muerte), como por los desarrollos sobre los nuevos modos de producción y ecología que conocieron durante su exilio europeo.
“Todo eso nos cambió la cabeza, y vimos que el problema era la muerte de la vida en el sistema productivo. La tierra es un ser vivo. En un puñado de tierra virgen tenemos entre 20 y 40 millones de seres que son nutrientes, y si logramos hacerlos funcionar a favor nuestro, enriquecen todo lo que se produce”. No se trata de un debate para tiendas naturistas. Enrique, 28 años, el tercer hijo de Irmina y Remo, es ingeniero agrónomo, maneja varios de los desarrollos de Naturaleza Viva y explica: “Estamos trabajando con un nuevo paradigma de integración productiva, que permite lograr un sistema estable, sustentable, y rentable”.
 
Sinfonía para pito
El silbato suena una vez, y otra. Irmina escucha la voz de un policía gritándole asustado a sus colegas. “Vengan, deben andar por acá, no sé si le di a alguno”. Ella deduce: “Si yo no lo veo a él, él no me ve a mí”. Tiene un variado menú de problemas: baleada, ensangrentada, hambrienta de dos días y embarazada, en esa tardecita húmeda de alrededor de 40 grados. Pero viva. Con la navaja en la mano, por si acaso, decide alejarse del silbato. Elude otro pelotón. Llega al final del monte, y hace algo extravagante. En lugar de esconderse en la espesura que la venía cubriendo, cruza a un campo de sorgo de apenas medio metro de alto. Sale al lugar donde nadie se escondería. Pero así logra que nadie la vea, arrastrándose entre el sorgo. La policía infecta el bosque, ejecutando su sinfonía para pito. Irmina espera la noche, guarda la navaja, mira las estrellas, se limpia la sangre con la mano. Y se toca la panza.
 
Las diferencias
¿En qué se diferencia Naturaleza Viva de otros campos? Una clave parece ser la lectura y el modo de comprender los procesos naturales. “Con cortinas de árboles y buen manejo agrícola retenemos hasta el 50 por ciento más de agua que los sistemas convencionales” calcula Remo. “Nos dicen que tenemos variedades de trigo resistentes a la sequía. Todos cuentos. Lo que sabemos es cómo cuidar el agua”. Otra clave es el biodigestor, un dispositivo centrado en un tanque de 40.000 litros bajo tierra, alimentado con todos los desechos orgánicos del tambo y la producción porcina, toneladas de bosta animal y restos vegetales, del que surge tanto gas (el campo tiene así gas gratuito) como biofertilizante, un inigualable generador de vida y fortalecedor de suelos. Los Vénica producen además todas sus semillas, todos los alimentos. Y hasta las malezas, que en otros casos justifican el negocio de la fumigación, aquí funcionan en armonía con toda la producción. Remo: “El barbecho es utilizar las malezas como elemento de transformación de la materia orgánica, que así se incorporan a las siembras. El barbecho químico, en cambio, mata toda la vida del suelo. Es un manejo irracional de las energías del sistema”.
Eduardo, el mayor de los varones: “No nos entra en la cabeza producir en un sistema que deteriore el ambiente”. Enrique: “La idea de que el sistema convencional es económicamente más rentable es discutible. Tenemos cada vez mejores rendimientos y menores costos. Hace 20 años que aquí se apuesta a la vida del suelo, y eso permite una producción sin tóxicos, sana, y creciente. La diferencia es la filosofía con la que se trabaja”.
 
La cacería
La fuga había comenzado dos años antes, en 1975, gobierno de Isabel Perón, Triple A & Cía. Remo e Irmina iban a llegar a su casa en Sáenz Peña cuando les avisaron que los estaban esperando. Un montonero llegado de Formosa les había pedido el auto, un Citroen línea Mafalda. “Nosotros estábamos en contra de la mezcla de las organizaciones de masas como la nuestra, con el aparato político militar” cuenta Irmina. Entregaron el auto. El montonero cayó, el auto estaba a nombre de Remo, y fueron por ellos.
Irmina y Remo resolvieron que tenían que huir de Sáenz Peña. Esperaron que llegara la noche siguiente en casa de un amigo, y se lanzaron hacia el monte. Con lo puesto, más algunos pesos en el bolsillo. Caminaron 20 kilómetros aquella primera jornada noctámbula, hasta llegar a la casa de un campesino amigo, el paraguayo Jacinto Oviedo y su esposa Teresa, seis hijos. Los recibieron entendiendo todo, con una hospitalidad de otra cultura. Estuvieron ocultos allí varios meses. “Remo ayudaba en el trabajo de campo y la huerta. Yo en la cocina. Como no teníamos casi ropa, yo cosía. La policía nos buscaba pero nosotros nos enterábamos de cada uno de sus movimientos”. Remo: “Los campesinos y hacheros nos protegían, veníamos trabajando hacía mucho con ellos, y seguíamos organizando y coordinando todo desde esa clandestinidad”. Unos meses más tarde cambiaron de casa, a lo de don José Díaz. En marzo de 1976 ocurrió el golpe militar. Las cosas empezaron a empeorar. La cacería de campesinos se hizo cotidiana. “Los policías los capturaban, los torturaban, y después salían a mostrarlos como despojos humanos, para que todos vieran de lo que eran capaces”. Fue el caso de Walter Medina, exhibido en una canchita de fútbol tras las torturas, mientras hacían pasar a decenas de personas delante, y detenían a los que señalaba como conocidos.
La pareja iba cambiando de casa. “Hasta que vimos que la única seguridad posible, para nosotros y para nuestros compañeros, era el monte” cuenta Irmina. Esa parte de la fuga la hicieron con el abogado de las Ligas Agrarias Hugo Bocouver, y con Luis Fleitas, secretario de la Juventud Peronista de Sáenz Peña. Los campesinos les daban protección, fósforos, algún remedio, vendas, y cosas para comer: caldo, harina de trigo o de maíz, aceite, yerba, azúcar, fideos, arroz. Muy pocas veces carne, en todo caso, hueso. Cocinaban en una lata de dulce de batata, la sopa en un envase de leche Nido. Robinson Crusoe en versión chaqueña. Dormían bajo los árboles. Si llovía usaban un plástico del tamaño de un mantel. Obtenían agua de los charcos, o de los cardos, y cuando llovía la juntaban con el propio plástico. La miel fue vital, picaduras aparte. Y el mate. Se movían de noche, se ocultaban de día. Remo: “Conocíamos el territorio y nunca perdimos contacto con los campesinos”. Nadie los delató. “Pero además no se sabía exactamente dónde estábamos. La policía nunca pudo buscarnos con perros por los cardos gancho, que los lastimaban. Y en medio del monte nunca nos podían ver”. Recogían los frutos, a veces cazaban. Con unas bolsas de arpillera hicieron pequeños lazos multiuso. Cada mañana hacían entrenamiento físico. Un día Irmina se desvaneció, y vomitó. Todos se miraron. La chica estaba embarazada. Doña Elba Bordón le explicó a Remo cada paso del parto. El 12 de junio de 1977 Irmina rompió bolsa. En la tatucera –un bunker subterráneo que cavaron como refugio– los elementos eran: alcohol, una tijera, un billete de 50 pesos, una cruz, y una cuchara. Remo: “Alcohol para limpiar, tijera para cortar. La cuchara para calentarla con fuego y cauterizar el cordón. La cruz y el billete me los dio Elba, para ponerlos sobre el vientre si el parto se complicaba”. En estos casos, tal vez la magia también sea una técnica. La beba -a la que bautizaron Ester y siempre le dijeron Chiquitita– permaneció con ellos un mes, y luego la dejaron en manos de Elba y su marido Lorenzo.
Volvamos ahora a fines de 1977. Irmina está ensangrentada y sola. Sorda de un oído, aturdida. No tiene comida, agua, luz, médico, casa a donde ir, la persiguen (se informa a los lectores urbanos que no había celulares, Internet ni locutorios selváticos). ¿Qué hacer? ¿Cómo encontrar a su marido? Irmina toma dos decisiones fuertes. Una: sobrevivir. Dos: mandarle una carta a Remo.
 
Punteros y satélites
La relación con los 14 operarios permanentes, y con unas diez familias campesinas que trabajan en red con el emprendimiento también es llamativa. Irmina: “Los obreros pueden entrar y salir de la casa, conocen todos los números, participan de las decisiones. Los campesinos van armando sus propios proyectos –de dulces, de porcinos, de lo que va surgiendo– lo cual permite que el campo sea una célula madre que va haciendo crecer otras experiencias. Apostamos a lo individual, dentro de lo colectivo”. Tal vez sea nueva ciencia: las relaciones sociales biodinámicas.
Desde aquí, el mundo puede verse de acuerdo a esta pincelada que propone Remo: “Lo que ha habido es un cambio de modelo cultural. Se rompió el sistema históricamente autosustentable de la agricultura. Se produce la pérdida de tierras por parte de los campesinos, la tecnificación elimina la mano de obra, millones de familias empiezan a juntarse alrededor de las ciudades grandes, viven hacinadas, los gobiernos empiezan a invertir en infraestructuras para que esas familias tengan asfalto, cloacas y demás, o a plantear impuestos para subvencionar planes sociales para tener a toda esa gente contenida”. Quien decida exprimir esta forma de ver las cosas, puede imaginar el cúmulo de contratistas del Estado, burócratas, oenegés, punteros políticos, iglesias, policías…, universo innumerable vigilando, controlando, y viviendo de esa pobreza periférica, fraccionada, masiva, latente.
En el campo, el “agronegocio” se convierte en un bingo de herbicidas, fertilizantes, semillas. Remo: “Así como una vez nos quitaron las semillas para darnos maíces híbridos, y después transgénicos, aparecen los controles satelitales, y montones de tecnologías absurdas que sólo son formas de meterles la mano en los bolsillos a los productores. Algunas se pueden aplicar, claro, pero la intención evidente es el negocio, y tenerte atado a las empresas y laboratorios. Y encima estamos todos subsidiando una agricultura que destruye el ecosistema”.
Irmina ceba mate orgánico y agrega: “La pérdida cultural es enorme. Los propios campesinos que quedan, muchas veces no saben hacer una huerta, o criar gallinas, porque los empujan al monocultivo. El sueño es que los hijos se vayan a la ciudad. Los gobiernos siguen invirtiendo en cloacas e infraestructuras para que esa gente en las ciudades, en realidad, siga viviendo hacinada. Es un modelo no sustentable, que rompe el ecosistema de vida, mientras los campos de la pampa húmeda están despoblados”. ¿Cómo sobrevivir a este panorama? Remo: “Aquí estamos mostrando que existen modos diferentes de vivir y de producir, que pueden fácilmente masificarse. Se puede pasar a un modelo diversificado y de transformación, que incorpore mano de obra, rescate el factor energético, saque a la gente de la destrucción psicológica de no trabajar, y permita un cambio de país y hasta poblacional: que 5 ó 6 millones de familias vuelvan al campo”. Remo no lo plantea como una fantasía bucólica, sino como un problema técnico y de futuro.
 
Un mensaje
Irmina marcha monte adentro, como puede, hacia una posible cita prevista para unos días más tarde. El orificio de entrada cicatriza rápido. En un charco puede limpiarse, y juntar algo de agua en una bolsita de plástico. Descubre que algo se mueve en la herida de la oreja: gusanos. Come semillas de girasol y dos días después llega a uno de los lugares donde habían enterrado cubitos de caldo, yerba y sémola. Sigue sacando gusanos, contó 50. Dos días más, y llega a la casa de otro hachero, Feliciano, que le informa que la zona está plagada por unos 300 policías que los buscan. Ella ni puede tragar el pan. Se lleva una lata con agua, una bolsa de arpillera para abrigarse y cura bichera para los gusanos.
El grupo había establecido buzones secretos, o embutes. Escondían mensajes en frascos de vidrio y botellas enterrados bajo determinados árboles. Irmina llega al “buzón general”. Sabe que Remo la cree muerta. Deja un mensaje. Remo llega unos días después, encuentra el papel y lee azorado: “26/11. Compañeros, hasta las 4.30 de hoy los espero en el carandacito que está en línea con el embute. Después me voy al norte del palo meleado. Tuvimos despelote. De Remo no sé nada. Irmina” (la cita aparece en el valiosísimo libro Monte Madre, de Jorge Miceli). Remo –conmocionado– fue al lugar. Probó la contraseña: el silbido del crespín, uno grave y otro muy agudo. Escuchó un pajarito desafinado como respuesta. A Irmina siempre le salía mal. O sea: era ella. Veinte días después de “muerta”, allí estaba.
 
El gusto de la vaca
En Naturaleza Viva uno se entera de que la vaca ha dejado de ser un rumiante debido a lo que han hecho ciertos animales de dos patas. “Al alimentarse a granos en los feed lots, se atrofia el estómago que hace de la vaca un rumiante capaz de consumir y metabolizar fibras. Así se anula un mecanismo natural que convierte a las fibras en energía” explica Enrique. En los feed lots, las vacas viven hacinadas sobre su propio estiércol. Eso les da gusto a cerdo, dicen. “En realidad los cerdos tampoco tienen ese gusto” explica Irmina, “que es por la alimentación, por lo que viven oliendo, por el tufo que se les mete hasta por la piel. Es todo un atentado a la salud pública”.
Enrique explica quizás el fondo del choque de modelos. “Lo que nosotros estamos aplicando es ciencia, que es el conocimiento de cómo se dan las cosas. Es diferente que la tecnología, que es un modo particular de aplicar ese conocimiento. Con la misma ciencia yo puedo hacer una bomba de destrucción masiva, o algo noble y útil. Las universidades tienen un sesgo totalmente tecnológico. Yo lo sufrí mucho. El docente te dice: esto se hace así”. ¿Casi como un vendedor de Roundup? “No es exageración plantearlo de ese modo. Las universidades sólo enseñan lo que les pide el sistema. No están cumpliendo un rol social, ni científico. Están formando profesionales para el mercado, mientras el sistema ambiental se desangra. Creo que en estos temas se juega el futuro de la civilización humana”. Enrique no lo dice con tono inflamado, sino como una constatación práctica frente a la cual, con su familia, se dedica simplemente a mostrar que las cosas se pueden hacer de otro modo. Quizá se trate de una cuestión tambera, que determine las diferencias químicas, físicas y filosóficas entre la mala y la buena leche.
 
El regreso
La fuga continúa. Irmina y Remo ya no pueden ni pensar en acercarse a ver a su hija, y ahora manda la necesidad del nuevo embarazo. Logran reencontrarse con Luis y Hugo. Seguir en el Chaco parecía absurdo. “Al principio ni pensamos en salir, sabíamos que si tratábamos de tomar un micro, nos iban a agarrar” dice Irmina. Diseñan otro plan: ir al sur, hacia Santa Fe. Remo: “Teníamos una brújula, armé unos mapas de memoria, y nos guiábamos por la Cruz del Sur”. Hicieron a pie más de 200 kilómetros en 27 días. Se cruzaron con otras parejas en situación similar, y alguien les mencionó una posibilidad inesperada: refugiarse en unos cañaverales abandonados: “Tenían como 3 metros de alto, era un lugar maravilloso para tener allí a nuestro nuevo bebé”. Allí nace Eduardo, en 1978, muy cerca de Guadalupe Norte, y del arroyo Los Amores, el pago de Remo, donde la pareja tenía muchas más posibilidades y contactos. Finalmente logran, en 1979, viajar a Buenos Aires, solucionar cuestiones de documentos, y organizar desde allí una salida hacia Brasil, primera escala para el exilio en Madrid. En el 80 nació Enrique, en París. En el 84 la familia volvió y se reencontró con la hija mayor, que había quedado a cuidado de sus tíos. Los Vénica tienen cinco hijos. El menor es Emiliano, 10 años. La madre sufre porque se pasa el día delante de Internet.
 
Crear lo nuevo
¿Cuáles son las diferencias y las similitudes de las ideas y las prácticas políticas de los años 70, con lo que están haciendo ahora en Naturaleza Viva?
Remo: “Lo similar es el objetivo de llegar a una sociedad nueva. Pero en los 70 se luchaba para tomar el poder político, y ahora estamos construyendo un poder social, económico y político, que nace de lo cotidiano, de lo que hacemos a cada momento. Son experiencias que nos llevan al desarrollo de una nueva sociedad. Una vez en Brasil me dijeron que la estrategia ya no puede ser la de enfrentar al poder y al sistema con sus armas, porque las fuerzas son totalmente dispares. Pero sí se pueden lograr experiencias exitosas que sean referencias de modos de vida, trabajo, producción totalmente diferentes y nuevas. Y se dan en lo práctico, en cómo decidimos vivir”.
Irmina: “La otra enseñanza es la de la supervivencia. Ver cómo uno se pone límites, pero siempre se puede llegar más allá. Todo el tiempo te dicen: ‘no se puede, no puedo más’. Mucha gente vive quejándose, sin disfrutar lo que es la vida. La situación límite representó un aprendizaje muy fuerte sobre la vida. Y un desafío a nuestra creatividad, donde descubrís la tremenda capacidad de transformación, de acción y de lucha que se puede tener”.
Enrique y Eduardo, proponen otro aspecto de la cuestión. “Lo que nuestros viejos plantean son valores. El que vive de una forma mediocre, nunca crea nada nuevo. La historia muestra que los cambios los hacen siempre los locos, los que se juegan por algo, los que ponen el cuero”. Remo se va a mirar una estructura de macetones escalonada con agua en permanente circulación de la que una familia puede obtener la verdura de cada día. “Una revolución”, informa. Irmina lo mira. Hay una palabra inédita en este texto, que cada quien podrá ubicar donde prefiera: amor. Irmina dice: “Remo tiene muchas locuras”. ¿Y usted? “Yo tengo una sola. Seguirlo a él”.
 
 
 

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La estafa impulsada por Milei alcanzó entre 70 y 100 millones de dólares

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En esta nota de Tiempo Argentino el periodista Jonathan Raed reconstruye cómo fue la estafa encabezada por el Presidente y el cálculo de lo que ganaron los creadores. Cómo fue la curva de esta memecoin creada por una empresa con lazos con el gobierno nacional y de la Ciudad, las posibles consecuencias para la Argentina y para el propio Milei, que ya enfrenta varios pedidos de juicio político.

Jonathan Raed en Tiempo Argentino

Entre las 19:01 y las 00:38 de la noche del viernes 14 de febrero de 2025, el presidente de la Nación Javier Milei impulsó y promocionó una estafa virtual que afectó a miles de personas alrededor del mundo.

Fueron más de 5 horas y media en las cuales los más fieles seguidores libertarios rogaban a las fuerzas del cielo que se tratara de un hackeo a las cuentas de redes sociales del máximo responsable del Estado argentino. Ocurre que si no era un hackeo, era una estafa.

Sin embargo, no hubo hackeo. Primero, allegados al presidente lo confirmaron; luego, el propio Milei, quien acusó que «no estaba interiorizado» en lo que previamente difundió como un «incentivo a la economía argentina» y mantuvo como tuit fijado (una manera de destacar el posteo) durante el citado lapso de tiempo.

Los números de la estafa

Con la estafa ya consumada, Milei borró el posteo y acusó desconocimiento. ¿Cuántas personas fueron estafadas y por qué monto total? ¿Quién se llevó la plata? Estas preguntas no tienen por el momento una respuesta definitiva, pero sí hay cálculos estimativos.

Al desempeño de la criptomoneda, se le puede dar seguimiento minuto a minuto. Tras el anuncio de Milei, el valor el mercado virtual llegó a alcanzar los 5 dólares por unidad. Horas más tarde, se desplomó a menos de 1 dólar. En ese lapso, quien compró y vendió se hizo de un buen dinero.

En la jerga, se conoce a esta estafa como «rug pull«. Los que entran primero, ganan; los que quedan colgados, pierden. Los creadores de la cripto compran por montos mínimos su propia moneda; luego, buscan la forma de impulsarla (pagando a famosos que la promuevan, por ejemplo) y, una vez alcanzado el ingreso deseado de compradores, abandonan repentinamente para llevarse los fondos de los estafados.

Como la operación es anónima, no se puede saber (al menos, sin una investigación a fondo) quién compró y/o vendió. El propio Milei podría ser un operador o no. Es una cuestión de fe.

En las horas que duró la aventura, compraron $LIBRA más de 40 mil personas de distintas partes del mundo. Se movieron más de 1.500 millones de dólares. La moneda alcanzó una capitalización de casi 4 mil millones de dólares y, a la hora del «cash out (retirar el dinero)», los creadores/ganadores se llevaron entre 70 y 100 millones de dólares. Los especialistas en la materia, de hecho, coinciden en un número más concreto: 87.4 millones de dólares de ganancia, en un rato.

La estafa impulsada por Milei alcanzó entre 70 y 100 millones de dólares
El gráfico que compartió el usuario de X The Kobeissi Letter, especializado en los mercados de capitales globales, que explica el subidón de $LIBRA post tweet presidencial y el cálculo del monto de la estafa. En su cuenta dedica varios posteos al análisis del evento y lo caracteriza como «destructivo» y «una locura».

La gran estafa presidencial

Milei presentó la criptomoneda $LIBRA como un proyecto privado de inversión en empresas argentinas. Luego de la promoción del presidente, el valor de la criptomoneda se disparó, ya que aumentó en gran número la demanda; es decir, hubo fuertes compras de la misma.

El emprendedor, especialista en la materia y simpatizante de Milei, Santiago Siri, explicó: «Cuando Milei anuncia este proyecto, el 70 por ciento de las monedas está en manos de tres direcciones. Si abrís un proyecto para fomentar pymes, hay que hacer el proceso para que sea transparente. La gran mayoría de estas personas no sabemos quiénes son y hubo muchas desprolijidades en todo esto que se armó».

Los primeros compradores son usualmente los creadores de la moneda. «Compran» por 0 dólares y luego ven hasta dónde llega el valor. Usualmente, entre el 15% del total se encuentra en manos de los creadores; esta vez, fue el 70%, y en apenas 3 personas. «Vimos que sin poner un peso se llevaban cuatro o cinco o seis millones de dólares«, alertó Siri, en diálogo con Diario con vos, en AM 530.

«Milei es un fenómeno global y esta moneda tocó un techo de capitalización del mercado casi cuatro mil millones de dólares en cuatro horas, pero después en las siguientes cuatro horas se desplomó a casi cero. Milei lo hizo siendo presidente de la Nación y está obligado por la ley de ética pública a informar, a dar transparencia y datos sobre los hechos», completó.

La estafa impulsada por Milei alcanzó entre 70 y 100 millones de dólares
Milei con Julián Peh, el CEO de la empresa creadora de $LIBRA.

Las consecuencias para la Argentina

El extitular de la Unidad de Información Financiera (UIF), José «Pepe» Sbattella habló al respecto de la estafa con Te aviso con Tiempo, en la radio de las Madres de Plaza de Mayo: «Implica una acción política de la UIF para saber cómo se movió la plata y mostrar qué fue lo que pasó con esto. Todo quedó registrado y, tanto acá como en otros lugares del mundo, las características de cumplimiento las fijan los organismos fiscales. Puede implicar que Argentina vuelva a integrar la lista gris».

«Todo lo que pase por acá puede ser sospechado de ilícito. Pone a la Argentina en un estado de vulnerabilidad para que se convierta en un paraíso fiscal y libertinaje financiero. Las reservas de Argentina ya están depositadas en Londres, los activos ya pasaron a estar en una jurisdicción que es el corazón de la city global. Argentina ya se entregó a que los desastres que produzca la administración Milei tienen una garantía de que las reservas están en otra jurisdicción», alertó Sbatella.

Finalmente, completó: «Tiene que haber juicio político y pedido con sentencia final. Esto no es normal, que un presidente incentive la compra de una cripto y en horas se convierte en una estafa. Todo el camino se puede ver y los beneficiarios finales pueden ser identificados. Por eso, hay que pedir el juicio político».

Los lazos de Milei con la empresa creadora de $LIBRA

La empresa que desarrolló $LIBRA -la cripto de la estafa que tuvo al presidente argentino como impulsor- se llama KIP Protocol y mantiene aún los posteos de lanzamiento de la moneda. La empresa, creada en 2019, salió a desligar a Milei de la acción y no dio mayores explicaciones, al igual que el propio Milei.

KIP Protocol mantiene acuerdos con la Ciudad de Buenos Aires y en octubre último sus directivos mantuvieron reuniones con el presidente Milei, y hasta se compartieron imágenes del encuentro, en el marco del Foro Tech de Argentina.

La estafa impulsada por Milei alcanzó entre 70 y 100 millones de dólares
La empresa creadora de $LIBRA tiene lazos, también, con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
La estafa impulsada por Milei alcanzó entre 70 y 100 millones de dólares

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“¿Qué van a hacer?”: testimonios y preguntas del colectivo travesti trans en Diputados, tras los ataques del gobierno nacional

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Una reunión informativa convocada por diputadas y diputados reunió a distintas voces del colectivo travesti trans, que planteó sus posturas, miradas y críticas hacia el rol del Estado mucho antes de los ataques del Poder Ejecutivo. Qué dijeron Cristina Montserrat Hendrickse, Gabriela Mansilla, jóvenes del colectivo El Teje, Florencia Guimaraes, y el contundente discurso de Marlene Wayar: un diagnóstico crudo de una situación históricamente vulnerable, gobiernos progresistas mediante, y la defensa ante los actuales ataques libertarios. Tratamientos médicos, DNI, discriminación diaria, social, laboral, la deuda con “las viejas”, y la pregunta a los anfitriones: «¿Qué van a hacer?»

La Comisión de Mujeres y Diversidades de la Cámara de Diputados de la Nación realizó ayer una “reunión informativa” para escuchar al colectivo travesti trans tras los ataques sufridos por parte del Poder Ejecutivo.

Mónica Macha (UxP), presidenta de la Comisión, enumeró el temario del día:

  • El estado del cupo laboral travesti trans. 
  • Las consecuencias de los discursos y prácticas de odio y persecución. 
  • La preocupación por el acompañamiento a niñeces y adolescencias trans, a raíz de los cambios impulsados en la Ley de Identidad de Género. 

“Es importante poner en palabras, en relatos personales, una respuesta que ya dio la sociedad argentina en la calle el 1 de febrero”, dijo el diputado Esteban Paulón (EF), vicepresidente de la Comisión, en relación a la masiva Marcha Antifascista y Antirracista. 

“¿Qué van a hacer?”: testimonios y preguntas del colectivo travesti trans en Diputados, tras los ataques del gobierno nacional
Mónica Macha y Paulón fueron los diputados que convocaron a la comunidad. Debieron escuchar también críticas hacia las relaciones institucionales de sus espacios con el colectivo travesti trans. Foto: Diputados

Luego, durante casi cuatro horas, diputados y diputadas de la mayoría de todos los bloques excepto de la Libertad Avanza, escucharon treinta y seis exposiciones de activistas, militantes, intelectuales, referentes de partidos políticos, de organizaciones sociales y sindicales, profesionales de equipos de salud, familias y adolescencias trans. 

Estas son algunas de las voces que se escucharon.

Discriminación, DNI y “el mundo va a seguir pariendo trans”

“Coordino dos grupos de jóvenes que me preguntan: ahora qué hacemos. Hemos decidido continuar con la atención, hay un principio en medicina que es no abandonar a quien nos consulta y no dañar, y esta decisión daña a las personas transgéneros”, dijo Adrián Helien, psiquiatra y coordinador del Grupo de Atención a Personas Transgénero del Hospital Durand, que también cuestionó la formación médica que siga formando profesionales cisgéneros. 

La abogada Cristina Monserrat Hendrikse, militante trans y funcionaria del fuero bonaerense, quien escribió una nota en lavaca tras la publicación de DNU  62/2025 del gobierno que busca modificar la Ley de Identidad de Género, comenzó su exposición explicando que “un DNU es la decisión única de un monarca que da su opinión y sin escuchar a otros toma su decisión de forma unilateral, cuando las reglas que gobiernan una sociedad democrática son el fruto del debate y de la escucha. 

“¿Qué van a hacer?”: testimonios y preguntas del colectivo travesti trans en Diputados, tras los ataques del gobierno nacional
Cristina Montserrat Hendrickse. Foto: Lina Etchesuri

Luego preguntó: “Si un adolescente de entre 13 y 16 años puede acceder a un tratamiento médico con autorización de sus padres, ¿por qué no lo puede hacer un niño o una niña trans? Evidentemente es discriminación a nuestro colectivo”. Cristina terminó su intervención interpelando a diputados y diputadas presentes: “No sé los señores legisladores qué van a hacer con este DNU, si lo van a confirmar o lo van a desechar, solo les voy a recordar que hace 3500 años el señor Moises escribió el Deuteronomio y nos prohibió, y todavía estamos acá. Hagan lo que hagan, aunque me maten, aunque nos maten a todas, la naturaleza, la biología, va a seguir pariendo trans”. 

“He parido una hija que me puso en este lugar, que me enseñó a luchar, que me puso en conocimiento de toda esta comunidad que hoy no debería estar acá discutiendo lo que ya discutimos. No quiero que las niñeces aprendan a resistir lo que la comunidad adulta le tiene que garantizar”, dijo Gabriela Mansilla, de la Asociación Civil Infancias Libres y mamá de Luana, la primera niña en recibir DNI con su género autopercibido en el mundo. Entre lo que se está la mira del gobierno se incluye el DNI no binario y la rectificación de partidas de nacimiento. “Lo más importante es que pueda salir una respuesta para contestar esto – siguió Gabriela-. No estoy acá para decir palabras que emocionan, estamos exigiendo derechos. Tenemos niñeces que tienen miedo de salir a la calle. Por más que intenten lo que intenten, primero para tocar a mi hija, y para tocar a un montón de otras niñeces van a tener que pasar por delante de sus mamás, y les vamos a dar batalla”. 

La voz de la adolescencia trans también estuvo presente a través de Manuel Sinde, de la Organización Adolescencias Trans “El Teje”, quien leyó una carta que escribieron colectivamente contando que tienen miedo, impotencia y ansiedad. “También queremos aclarar que todas esas personas que salen a hablar mal de nosotres y dicen que nos obligan a ser personas trans, son personas que nunca en su vida hablaron con una infancia o adolescencia trans, que nunca tomaron el tiempo de conocer nuestras vidas, nunca nos dieron el lugar, y siempre hablaron desde la ignorancia y el odio, queremos que se nos escuche”, leyó. Manuel aclaró respondiendo al presidente: “Las personas trans no somos ni hormonas ni cirugías nada más: somos mucho más”. 

También participó Cero, que llegó desde La Matanza y leyó una carta de otro varón trans adolescente que no quiso ir por miedo: “Yo, antes de mi transición, me sentía incómodo con mi cuerpo, aspectos como mi voz, mi busto o el hecho de menstruar eran algo que no sentía propio de mí; y gracias a la comprensión, amor y cariño de mis padres y mi familia, fue que pude sentirme bien con empezar el tratamiento”. Junto a Cero llegó Lautaro, adolescente trans, que complejizó recordando los altos niveles de pobreza en la actualidad, las dificultades para tener trabajo registrado, y “ni hablar de tener que pagar hormonas o querer vivir solo en un futuro”. 

Entre quienes hablaron también estuvo Vanessa Di Cecco, que hace unos días sufrió en Cañuelas que un hombre que la venía hostigando le prenda fuego su casa, la de su esposa y la de su hija. “Todo fue incendiado y destruido por el fuego y por el odio. Hicimos la denuncia ese día pero no se inició ninguna investigación hasta que no fuimos a los medios”. El hombre que incendió la casa y luego se fue caminando tranquilo sigue prófugo.  

La activista y militante Florencia Guimaraes recordó por su parte las deudas históricas que hay con el colectivo travesti trans para no creer que los últimos años fueron “de ensueño” y ahora con un gobierno de derecha todo cambió. Hubo quienes les dijeron a les adolescentes que no tengan miedo. 

Egos, política y “¿qué es lo que van a hacer?”

Cuando tomó la palabra la activista y pensadora Marlene Wayar, rompió con una pregunta: “Siempre me parece que venimos a aplaudirnos las unas a las otras. Yo pensé que era para trabajar, ¿cuál es la acción?. Esto es levantar nuestros egos, ¿qué es lo que vamos a hacer?”. La presidenta de la Comisión Mónica Macha le contestó que en principio es poder tener un espacio en la Comisión donde están representados todos los bloques y si no estuviera sería un silencio que no está bueno. Marlene retrucó: “Ellos se aplauden a sí mismos a ver quien tiene el tweet más violento, y nosotros quien es la más romántica: es exactamente la misma mecánica. Si algo demostró la marcha es que hay que seguir con la acción y son ustedes que están con asesoría legal, con legislación comparada quienes nos tendrían que haber dicho ‘el camino nos parece por acá, necesitamos que apoyen esto’. Vinimos a  Diputados, sino tenemos la asamblea en una plaza y todo bien. ¿Ustedes cómo van a aportar? ¿Cómo les van a exigir a sus partidos que no nos vuelvan a dejar tiradas? ¿Qué van a hacer ustedes más allá de servirnos un cafecito? Esto ya se hizo con el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad: nos invitaron a doscientas cincuenta mil reuniones que no llegaron a nada, fueron muriendo nuestras viejas una a una”

“¿Qué van a hacer?”: testimonios y preguntas del colectivo travesti trans en Diputados, tras los ataques del gobierno nacional
Marlene Wayar, activista travesti trans e impulsora de la Ley de Reparación Histórica, fue una de las oradoras. Foto: lavaca

Siguió: “La corrección política es perfecta y sumamente vacía, estoy dolida de la falta de reacción que tienen y de lo fácil que caen en el egocentrismo de venir y sentirse hermosas acá en Diputados, ¿para qué estamos acá? Esa es la gran pregunta. ¿Para qué diablos estamos acá?, que encima estamos arriesgando el trabajo porque a las dos de la tarde estamos en horario laboral, en un trabajo policíaco en estos momentos. Entonces, estoy arriesgando mi puesto laboral de dos mangos por cincuenta para estar acá para hacer nada, para lamernos el ego”. 

Esteban Paulón explicó que denunció penalmente al presidente, que acompaña distintos pedidos que se hizo de inconstitucionalidad del DNU, y que se está acompañando los debates y las marchas. “Lo de hoy es que pudiéramos tener en estos espacios las voces de las personas que por lo general no tienen voz”, dijo y destacó la presencia de distintos bloques en la escucha. “Bienvenidas todas las ideas para hacer más efectiva nuestra tarea en el parlamento”. Macha explicó que en el periodo de sesiones extraordinarias no se pueden tratar proyectos por fuera del temario establecido por el Ejecutivo, por eso la reunión fue informativa. “Creo que es importante las voces que se están escuchando acá, y cada compeñeres que está tomando la palabra responde a invitaciones de distintas diputadas”. 

Las intervenciones de quienes fueron a exponer y luego de algunos diputados y diputadas  siguieron durante dos horas. Aún está por verse si logran articularse acciones desde el Poder Legislativo construyendo consenso mayoritarios en un Congreso agrietado que ya está en modo campaña. Hacia el final se propuso hacer un proyecto de nulidad absoluta del DNU, intentar que se firme por la mayoría de los bloques, y tratarse en las próximas sesiones. 

Por ahora, la pregunta sigue latente: ¿qué van a hacer?

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Nota

Contra los incendios y la desinformación: sobre la caza de brujas en la Comarca Andina

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La policía provincial, fogoneada por el gobierno local y nacional, detuvo a 12 personas al voleo y sin pruebas como supuestas responsables de los incendios que ya consumieron más de 25 mil hectáreas en la zona. Se trata de vecinas y vecinos que se encontraban conteniendo las llamas o que tienen apellidos mapuche. Frente a la comisaría, una movilización que reclamaba la liberación de estas personas sufrió además el amedrentamiento de una patota ligada al magnate Joe Lewis (uno de sus integrantes, empleado del municipio y cercano al intendente). La policía los dejó actuar sin hacer nada. Lo que hay detrás de esta operación político-mediática: fake news para romper la organización, persecución social, proyectos de extractivismo y entrega de territorios. “El miedo que nos quieren infundir no va a ser un obstáculo para seguir organizándonos, en los territorios y en las calles”, dicen algunas personas que prefieren no dar el nombre pero testimonian en esta nota, explicando todo lo que pasó y sigue.

Por Francisco Pandolfi

Mientras se queman los bosques y la montaña y los valles y las casas, y los animales, empezó una caza de brujas en Chubut y en Río Negro. Una caza de personas que justamente combaten a un fuego que sigue ardiendo en cinco grandes incendios. Que ya quemó más de 25 mil hectáreas. Que ya se llevó una vida: Ángel Reyes, de 84 años. Que ya arrasó con más de 200 viviendas en la Comarca Andina. Y que ya tuvo por lo menos 12 detenidos, al voleo, sin pruebas, y con el cargo de “incendio doloso” (dos de esos detenidos fueron inmediatamente liberados por falta de pruebas).

La persecución que en las últimas horas escaló al extremo, con el Estado sembrando en la población un estado de terror.

Frente a esto: la autogestión. El poder de las comunidades organizadas, ante todos los otros poderes.

Miente, que algo queda

Para entender este presente basta con hacer memoria a no tan largo plazo para comprender un mismo modus operandi. 

“La historia se repite”, decía Hegel. “La historia ocurre dos veces: la primera como tragedia y la segunda como farsa”, dijo Marx.

Todos los años ocurren enormes incendios forestales, y según estadísticas oficiales más del 95% son provocados por la acción humana. En enero de 2024 se quemaron casi 7 mil hectáreas en el Parque Nacional Los Alerces, en Chubut. A las horas de su inicio, el gobernador Ignacio Torres responsabilizó a la comunidad mapuche Paillako, tomando la línea de Patricia Bullrich, es decir del gobierno nacional. Pasó un año y no se encontró ni una sola prueba en contra de la comunidad, pero el ataque allanó el terreno que derivó en el desalojo de la lof a comienzos de este 2025. El déjà vu aparece cuando el último miércoles el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, informó que habían sido detenidas tres personas. Este jueves, se sumaron por lo menos 9 detenciones más, según el registro de distintas asambleas que ya no solo deben contar la hectáreas quemadas. 

La patota

Iván González es docente de biología, comunicador en la FM Radio Alas y vecino de Lago Puelo. Ahora está en El Bolsón, combatiendo el fuego y la desinformación. “Las personas a quienes están deteniendo son las que arriesgaron su vida por apagar los incendios. Ni bien nos enteramos de las primeras excarcelaciones nos movilizamos a la puerta de la Comisaría 12, de El Bolsón, para exigir su liberación, cuando de repente llegó una patota montada en caballos que vino directamente a agredirnos. Vimos peligrar nuestra vida, rodeados por mucha gente armada, con cuchillos, palos, amenazándonos de muerte todo el tiempo, aplaudiendo y gritando ‘viva la patria’, ‘mátenlos’. Fue una situación muy violenta”. La policía se destacó por su sospechosa inacción.

Iván explica que, ante las persecuciones, tienen dos estrategias: salir a hablar sin dar nombres propios, o hacer lo opuesto y que sea la exposición el paraguas que los proteja. El anonimato es la opción que elige un vecino de la localidad chubutense de Golondrinas, por una cuestión vital: “Quiero seguir viviendo”. Pone en contexto esa tremenda frase: “Están haciendo un operativo cazando gente; ayer a una amiga que lo único que hizo fue apagar llamas, le allanaron su casa; a otro flaco que por su apellido es del pueblo mapuche, lo levantaron de la puerta del supermercado y se lo llevaron, montando pura espectacularidad”. Agrega un dato clave sobre el grupo parapolicial que el miércoles llegó a caballo a amedrentar en la puerta de la comisaría: “Responde a Joe Lewis (magnate británico dueño de una estancia de 8 mil hectáreas que rodea el Lago Escondido). Lewis, Pogliano (intendente de El Bolsón) y Weretlineck son la misma cosa”. Uno de los integrantes de la patota es empleado del municipio encabezado por Pogliano.

El relato

Nelson Ávalos integra la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), región Noroeste de Chubut. La conversación con lavaca se pospone una y otra vez porque las detenciones aumentan con el correr de las horas. Entre audiencia y audiencia de la formulación de cargos a los detenidos, finalmente explica: “Mientras la gente arriesga su vida y encima la detienen, los gobernadores de Río Negro y Chubut, junto a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, están creando un relato sobre que los incendios (Mallín Ahogado, Epuyén, Trevelín, la comunidad Nahuelpan y el Pedregoso) son producto de una sola causa: una organización que se dedica a realizar actos terroristas para incendiar todo, vinculando siempre al pueblo mapuche tehuelche. Y ahora intentan sumar a gente que voluntariamente busca apagar el fuego”. 

Nelson dice que es muy complejo lo que están viviendo, que es muy difícil de sintetizar. Y subraya lo que cree fundamental poner en evidencia: “El relato de los gobiernos busca justificar que se instale en la región un estado de militarización. Hace unos días, Torres y Bullrich presentaron el Comando Unificado para combatir a ‘las fuerzas terroristas de la Comarca Andina’, y para eso desembarcaron las policías provinciales, la Federal, la Gendarmería, la Prefectura y el Ejército, además de los servicios de inteligencia”. Avalos deduce qué hay detrás: “Proyectos de extractivismo y entrega de territorios a la voracidad de capitales nacionales e internacionales”.

Sobre las detenciones: “La investigación la lleva el fiscal (Francisco) Arrien y se están llevando a cabo las audiencias de formulación de cargos por incendio doloso. Yo creo que mañana estarán todos liberados, porque esto forma parte de un circo de la Justicia y del poder político, para no ir hacia las verdaderas causas que originaron el fuego”.

El Estado de las cosas

“Estamos muy preocupados”. Del otro lado del teléfono habla Viviana Moreno, referente histórica de la Asamblea por el No a la Mina de Esquel. “Hay incendios locales en todos lados, todos los días. Se logran apagar enseguida porque estamos atentos. Son intencionales, porque son de madrugada”, dice. La voz se pone más tensa: “Estamos desesperados, anoche hubo otro incendio en un barrio. Esto que ocurre es una locura. Ya se están haciendo planes de evacuación de los barrios más inmersos en el bosque nativo”. 

Para Viviana, el fuego es el resultado final de una combinación explosiva de factores: un abandono del Estado de los bosques comunales, que deben ser limpiados, raleados sistemáticamente y no sucede; las plantaciones de pinos como monocultivo, altamente combustibles; el cambio climático: altas temperaturas impensadas años atrás, sequía y vientos fuertísimas; y la falta de equipamiento y la precarización laboral de los brigadistas que combaten los incendios forestales”.

Hernán Mondino integra la Brigada de Incendios, Comunicaciones y Emergencia (ICE) del Parque Nacional Los Alerces. Da un marco de la situación: “Pedimos 15 compañeros para reforzar la temporada e ingresaron solamente seis. Y encima, por la política general de gobierno renunciaron cuatro. A esto se suma que los brigadistas tenemos contratos laborales de tres meses. O sea, los números son siempre negativos y de esa política hay responsables concretos que se llaman a silencio. El Servicio Nacional del Manejo del Fuego ahora depende de Patricia Bullrich y en este contexto que vivimos Parques Nacionales sigue despidiendo gente. Estas responsabilidades se quieren ocultar buscando chivos expiatorios o culpables efímeros para desviar lo que realmente pasa”.

El vecino de Golondrinas que pide reserva de su nombre recuerda que desde el catastrófico incendio de 2021, aún hay gente que sigue sin agua, cuatro años después. También dice que sólo en enero, ya debió apagar cuatro veces el fuego iniciado por el chisporroteo de cables y por la quema de transformadores. “Cuando hay viento, están cortando la electricidad, porque saben que eso puede generar más incendios, lo que refleja la falta de inversión. Como no pueden resolver los problemas de infraestructura, por no haber inversión estatal, acusan al pueblo de terrorista, cuando son los gobiernos quienes están generando políticas de terror a favor de sus negociados”. 

Agrega Nelson Ávalos, de la APDH: “Acá se juegan intereses que trascienden a los incendios y se está utilizando el desastre para allanar el camino. Queda demostrado la complicidad estatal con lo que pasó el miércoles con esa patota y la impunidad con la que se movieron: cometieron un delito en flagrancia, a los ojos de la policía, que no hizo nada. Es evidente que su accionar fue avalado y que busca, generando desconfianza, romper un tejido social, una solidaridad de hermandad construida en toda la Comarca”.

La autodefensa de la autogestión

Hay dos movimientos que están sucediendo al mismo tiempo: la persecución, por un lado, y la organización popular que crece cada día un poco más. Iván González, vecino de Lago Puelo, reflexiona: “Todas las acciones que se están haciendo desde los gobiernos son conducentes a desarticular la red comunitaria que se formó para luchar contra los incendios y crear enemigos internos como el pueblo mapuche. El crecimiento inmobiliario en El Bolsón hace que la ciudad casi ya no tenga dónde crecer, porque es un valle encajonado, y entonces se pretende avanzar con loteos inmobiliarios hacia los lugares rurales, justamente como es la zona de Mallín Ahogado”. Iván suma un elemento: “La aprobación del RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones) vino a acelerar la realización de proyectos mega turísticos hoteleros y mineros, en un territorio donde hay una resistencia importante a que no talen los bosques, donde hay muchos productores apostando a la agroecología, donde en definitiva existe un obstáculo importante para sus proyectos urbanizadores”.

Y suma otro más: “A ellos les molesta que haya gente organizada contra sus planes, todos articulados por Joe Lewis. De hecho, es muy sospechoso que el incendio en Mallín Ahogado haya empezado pocas horas antes de lo que iba a ser la novena marcha hacia Lago Escondido, que año tras año visibiliza que se trata de un lago usurpado por un empresario”.

Iván pide no desviar el foco principal: apagar el fuego. “Intentan meter miedo y romper nuestra organización, mientras las llamas siguen descontroladas en la montaña, en las laderas, y ayer ya ni había aviones hidrantes volando. Entonces, si esperamos que 100 brigadistas de los servicios estatales –en un estado de cansancio total, con unas viandas deplorables y casi sin nafta para el uso de motobombas–, apaguen estos incendios no va a ocurrir hasta dentro de varios meses. El desfinanciamiento se traduce en la poca capacidad operativa del Estado para apagar el fuego. Ni hablar cuando hay varios fuegos en simultáneo, como ahora, que son cinco. Los mismos jefes del SPLIF (Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales) y todas las brigadas, reconocen que están con una frazada corta, que sacan de un lado y ponen en otro, que mueven aviones de un incendio al otro y no logran apagar ninguno. Por eso, no nos queda otra que las brigadas de vecinos voluntarios estemos de pie, que hoy cuadriplicamos en cantidad a quienes conforman los servicios estatales. La organización es muy grosa, hay muchísima gente participando”.

Existen roles bien marcados. Están quienes van al frente de la batalla contra el fuego; quienes organizan las viandas –hay un montón de cocinas y en cada una hay siete personas en cada turno–; están quienes se encargan de distribuir la comida; hay gente que organiza los animales; otro equipo ya pensando en la reconstrucción de las casas; uno más, imaginando cómo hacer las estufas para las nuevas viviendas; y otro, ideando cómo volver a reforestar, si con bolitas de arcilla o semillas. Plantea Iván: “La organización de autodefensa es enorme. Y apuntan a derribarla. Por eso estamos repitiendo un versito, que no es ningún verso, y es que a la represión, a su cacería y a los incendios, los combatimos con apoyo mutuo, con cuidados, con autogestión. El miedo que nos quieren infundir no va a ser un obstáculo para seguir organizándonos en los territorios y en las calles”.

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