Nota
Juntas, revueltas y hermanadas: así fue el Primer Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan
(por Lucía Aita, especial para lavaca desde Chiapas) Para compartir experiencias de luchas, reflexionar sobre lo común y también bailar, acompañarse y encender las velas de la rebeldía, las mujeres de las comunidades zapatistas organizaron este Encuentro Internacional que trazó una postal del feminismo latinoamericano y también un horizonte. Así fue el Encuentro día por día.
Fotos de Koral Carballo.
- Estamos en las afueras de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México. La aridez del suelo lo confirma. Y, sin embargo, detrás de una reja alta y colorida pueden verse pasto, árboles, viveros, gallinas y patos. Estamos en el CIDECI, centro de estudios e investigación, conocido también como Universidad de la Tierra. Centro que, además de cultivos de todo tipo, posee biblioteca, salones de música, salón para actos, cuarto de telar, taller de carpintería y galpón de serigrafía, entre otras cosas. El parque es recorrido por numerosos grupos de mujeres boquiabiertas que comentan en varios idiomas que es un sueño contar con un espacio así. La primera idea sobre territorio colectivo ya está frente a todas desde ese primer momento cuando el Encuentro ni siquiera comenzó. Es material y concreto. Otros imaginarios posibles comienzan a tomar forma.
- Más datos que resultan interesantes para entender la particularidad de dónde estamos:
- Si una abre el panorama, Chiapas es el segundo Estado de la república mexicana con mayor índice de pobreza. Aun cuando en sus territorios se encuentra una gran diversidad de bienes naturales.
- Más de las terceras partes de su población pertenece a comunidades indígenas y campesinas. Son hablantes de tzeltal, tsotsil, chol, zoque y tojobal, con sus conocimientos y tradiciones culturales ancestrales relacionadas. Entre ellas, el trabajo comunal de la tierra.
- Es en este Estado que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en 1994 realizó un levantamiento armado y ocupó tierras, organizando formas de gobierno y producción autónomas. Los motivos son muchos y complejos, pero la Insurgenta Erika en el discurso inaugural del Encuentro los resumió así: antes de los alzamientos, la vida de las campesinas indígenas era “una situación muy difícil de explicar con palabras y más difícil de vivir”. Sufrían una discriminación sumamente violenta y la falta de atención médica, buena alimentación y educación. También señaló que ese trato por parte del “mal gobierno” aún no terminó.
- Es en ese marco que las mujeres de distintas edades, naciones, clases sociales y pertenencias políticas, se inscriben y se les da un número y un color para que suban a los micros. Los camiones son seis y es sólo la primera tanda de la mañana. Saldrán seis más desde ese punto a la tarde. Y también se organizan otros camiones para llegar desde distintos puntos de México. Arrancan los motores y los gritos de las pasajeras parecen de cancha, pero son todas canciones contra el patriarcado. Las caravanas se dirigen al Caracol de Morelia donde miles de mujeres compartirán 72 horas de encuentro y debate sobre los distintos modos de enfrentar el sistema capitalista y patriarcal.
- Llegamos al campamento. Colas infinitas de mujeres esperan, mochilas en mano, para que les asignen un lugar para dormir. Mientras, una batucada colombiana ameniza la espera. Un cartel dice “Bienvenidas Mujeres del Mundo”. Otro abajo agrega: “Prohibido entrar hombres”. El motivo lo va a explicar la Insurgenta Erika en el discurso inaugural, con la poética que caracteriza a la voz colectiva todos sus discursos: “Pensamos que sólo mujeres para que podemos hablar, escuchar, mirar, fiestar sin la mirada de los hombres. No importa si son buenos hombres o malos hombres. Lo que importa es que somos mujeres y que somos mujeres que luchamos. O sea que no nos quedamos conformes con lo que pasa y cada quien, según es su modo, su tiempo, su lugar, ahí lucha. O sea que se rebela. Se encabrona pues y hace algo. (…) Entonces les decimos: hermanas y compañeras, que podemos escoger qué vamos a hacer en este encuentro. O sea que podemos elegir. Podemos escoger de competir a ver quién es más chingona, quién tiene la mejor palabra, quién es más revolucionaria, quién es más pensadora, quién es más radical, quién es más bien portada, quién es más liberada, quién es más bonita, quién está más buena, quién baila más mejor, quién pinta más bonito, quién canta bien, quién es más mujer, quien gana el deporte, quién lucha más. Como quiera no va a haber hombres que digan quién gana y quién pierde. Sólo nosotras. (…) O acordamos luchar juntas, como diferentes que somos, en contra del sistema capitalista patriarcal que es quien nos está violentando y asesinando.”
Así, también contaron que se organizaron para garantizar seguridad, comida, higiene, promotoras de salud y técnicas de sonido. Y aclararon que todas las identidades: solteras, casadas, viudas, transgénero, lesbianas, asexuales o “como se diga cada quien” son bienvenidas. Y agregaron que desde el año pasado las mujeres zapatistas sostienen que, a raíz de ver lo que sucede con las mujeres, salió la idea que sólo mujeres zapatistas hablen y honren al concejo indígena de gobierno. Y, a pesar de que reconocen desde sus discursos el machismo también dentro de sus propias comunidades, dicen: “Así hicimos, porque sólo mujeres recibimos a nuestras compañeras del concejo indígena de gobierno y la vocera Marichuy que aquí está presente”. Y así se explicita lo que muchas podían intuir. Que la primera candidata que lleva la voz de las comunidades a todo el Estado mexicano en una campaña electoral es una mujer. No es pura casualidad. Es un acuerdo y es central.
“No es trabajo de los hombres ni del sistema darnos nuestra libertad. (…) Si queremos ser libres tenemos que conquistar la libertad nosotras mismas como mujeres que somos”, sintetiza Erika al comienzo del encuentro leyendo lo que en realidad es la voz de todas.
Y así la pelea por la vida, la lucha por la libertad, la reivindicación de las formas de organización colectivas y la no competencia, quedan planteadas a viva voz desde el día uno. Para tomar forma real los días siguientes.
- “¿Para qué sirve un macho violento que no te haga gozar?”, cantan las zapatistas desde el gran escenario. Y también tocan sus instrumentos. Son las 6 am y es una de las canciones que entonan al amanecer del 8 de marzo para despertar amorosamente a todas las presentes, dar comienzo al encuentro y desearles un feliz día.
En más de un taller se va a sostener la idea del cuerpo como el primer territorio a liberar. Hay pláticas sobre la importancia de la legalización del aborto en todos los Estados: no se escuchan voces en contra.
- También se organizan talleres de ginecología natural, torneos de futbol, vóley y básquet, proyección de videos sobre autoconocimiento de la vagina para autoplacer y grupos para decolonizar las caderas al ritmo de un reggetón.
En paralelo, cada Caracol -zona zapatista- presenta una obra de teatro que relata la historia de las mujeres en su colectivo. Muestran desde el escenario lo que costó y cuesta no ser maltratadas, violentadas, violadas, golpeadas y discriminadas por ser mujeres, pero además por ser pobres e indígenas. Son horas y horas de obras. Comienzan desde antes de 1994 y muestran de forma compleja, con escenografías y vestuarios, las distintas formas de violencia (abusos, violaciones, falta de salud, alimentación, educación y participación política) a las que son sometidas por ser mujeres. También reflejan las formas de organización que encuentran y cómo fueron haciéndose lugar en sus colectivos, aunque haya injusticias machistas que siguen presentes.
- El día termina con Altas Jaras, grupo de cumbia de la San Marcos Sierra argentina, y otra de las partes de su discurso inaugural se hace cuerpo: “Y vi que la rebeldía, que la resistencia, que la lucha, es también una fiesta, aunque a veces no hay música ni baile y sólo hay la chinga de los trabajos, de la preparación, de la resistencia”.
Con batucadas, bandas de cumbia, clases de hip hop y distintos tipos de rituales y danzas, el Encuentro fue también una fiesta.
- “El puño de la mujer atenta contra el poder”, dice Marina, otra de las zapatistas que pone su voz encapuchada y en nombre de todas desde el escenario. El encuentro se denomina explícitamente de “mujeres que luchan” y deja de ser una metáfora en cuanto las distintas mujeres de comunidades comienzan a hablar desde sus espacios. Ellas pasan del cuerpo propio a hablar de la tierra todxs y hacen un llamado a denunciar los peligros de las formas de gobierno que se militarizan contra las comunidades y el pueblo y los modos producción extractivistas neoliberales actuales.
Sólo algunos ejemplos:
- “Hoy la propiedad social y la comunalidad están el peligro por las políticas privatizadoras del Estado sus inversiones de muerte. Petroleras, minas, hidroeléctricas y agroindustrias nos despojan de nuestras tierras”, dicen mujeres miembros del Movimiento en Defensa de la Tierra y el Territorio. Denuncian que su Centro de Derechos documentó, a lo largo de 5 años, más de cien casos de despojos a mujeres. La mayor parte de esos desalojos fueron cometidos violentamente por suegros, cuñados o autoridades comunales por considerar que las mujeres, por ser mujeres, no tienen derecho a poseer tierras. Frente a eso presentaron en el Encuentro su propuesta de tenencia y usufructo familiar de la tierra con los siguientes puntos: “ Necesitamos que las mujeres seamos reconocidas como integrantes comunales en igualdad de derechos que los hombres, que las parcelas dejen ser solo de los hombres y las asambleas reconozcan a toda la familia. Que los pueblos reconozcan nuestra participación duplicará la fuerza contra la privatización, discriminación y violencia que el Estado ejerce contra la vida comunitaria”.
- “Necesitamos desandar nuestros cuerpos y aliarnos con la naturaleza. Estamos perdidos como humanidad sino empezamos a vincularnos con su sabiduría”, dice Moira Millán, mujerdel pueblo nación mapuche de Argentina. Cuenta la situación represiva que está viviendo su comunidad por ocupar y defender montañas y tierras que Benetton y otros empresarios quieren explotar como propiedad privada. Y cuenta a todas las mujeres presentes cómo fueron los asesinatos a Santiago Maldonado y Rafael Nahuel por parte de las fuerzas seguridad argentina. “Hay que dejar de cantar a desalambrar. Hay que ir y desalambrar y eso es peligrosos. Yo desalambré territorios embarazada y el Estado mandó hasta francotiradores. Pero luego ocupamos el departamento de asuntos indígenas hasta que fuimos escuchados”. Moira llama a las mujeres, en sus lugares y tierras, a tomar conciencia de la importancia de la defensa de la naturaleza. Cuenta que el próximo Encuentro Nacional de Mujeres argentinas tendrá lugar en Trelew y que la intención es hacer un llamado para que se denomine “Encuentro Plurinacional”, en vez de Nacional, para visibilizar a la población originaria.
- Margarita Juárez, de una comunidad del Estado de Jalisco, cuenta que llevan 13 años de lucha en contra de un mega proyecto que busca llevar el agua que les llega del río con un dique para una curtiembre. “Como bien decía la hermana mapuche, nos consideran terroristas”, cuenta Margarita y habla de las distintas persecuciones que sufren por parte del gobierno mexicano. También describe cómo se organizaron las mujeres para cuidarse entre ellas en plena defensa de territorio. Y concluye: “En este gobierno de desapariciones y femicidas la Madre Tierra está de nuestro lado. Por eso, haremos lo que sea para defender nuestras comunidades, lo que sea menos renunciar”.
- Una mujer de la comunidad de Cherán, Michoacán, no dice su nombre, pero cuenta que su pueblo purépecha hace más de cinco años organizó sus propias formas de autogobierno y su seguridad, a partir del levantamiento de las mujeres del lugar. “Las mujeres nos organizamos para frenar a los talamontes y reducir la violencia de los crímenes”. Explica los modos en que se organizaron para terminar con los sicarios y narcos en su territorio. También denuncia que aun así hace poco sufrieron el femicidio de una compañera, Guadalupe Campanur Tapia, de 32 años.
- Las denuncias por los femicidios estuvieron presentes y fueron centrales durante todo el Encuentro. En México está declarada una Alerta por Violencia de Género. Las mujeres sostienen que no sirvió para nada. A esas manifestaciones de angustia y rabia se sumó el pedido por los 43 estudiantes de Ayozinapa.
- Uno, dos, tres…las mujeres contaron a los gritos en el cierre del encuentro hasta 43. Todas juntas, luego de que se leyera la carta de pedido de una de las madres. Y se cerró con el canto: “Luchas, resistir, el acuerdo es vivir”.
Así las mujeres presentes se unieron al grito “Vivas se las llevaron, vivas las queremos” por la gran cantidad de mujeres desaparecidas que hay en México. El grito fue también una exigencia de justicia por los asesinatos represivos por parte del gobierno.
- Las madres de las victimas también encontraron un espacio de contención y apoyo en el Encuentro. Se autoorganizaron en una ronda y pidieron que se convocara por micrófono a todas las mujeres que tuviesen hijos o hijas desaparecidos, debido a que algunas mujeres recién en ese contexto, al escuchar que les pasaba a otras, se estaban animando a reconocer la desaparición de sus propios hijos militantes y denunciarlo públicamente. Y a cualquiera que sepa la historia de las Madres de Plaza de Mayo se le atraviesa el paralelismo en la garganta.
Sólo algunos ejemplos de lo que compartieron esas madres:
- “Lo de Carlos Sinhué Cuevas Mejía fue una ejecución extrajudicial”, dice su madre y señala que él ya había recibido amenazas para que dejara su actividad política como estudiante. Su muerte fue ejecutada con 18 balazos. También denuncia la responsabilidad de la propia UNAM (la universidad nacional de México) por no ayudar con la investigación. Y agrega: “Somos muchas las madres. Tenemos que unirnos porque si no estamos unidas nos aniquilian. Hoy una mujer al escucharme pudo reconocer que tiene su hijo desaparecido hace 4 años. Creo que tenemos la responsabilidad y obligación de denunciar todos los casos, sean o no nuestros hijos e hijas”.
- Araceli pide justicia por el femicidio de su hija Lesvy y mientras aconseja a las jóvenes que nunca se opongan a un hombre solas y que pidan ayuda dice: “Mi objetivo es crear un espacio de memoria de los femicidios en la Ciudad Universitaria de la UNAM. No sólo por Lesvy sino para que se tome conciencia y se recuerde lo que no tiene que volver a ocurrirle a ninguna”.
- En medio de la oscuridad de la noche las zapatistas nos sorprendieron con una acción poética. Cada una de las dos mil zapatistas encendió una vela. Todas al mismo tiempo iluminaron el monte en contra de los femicidios. Al final del encuentro, en la clausura, se explicó así la acción:
“ESTE DÍA 8 DE MARZO, AL FINAL DE NUESTRA PARTICIPACIÓN, ENCENDIMOS UNA PEQUEÑA LUZ CADA UNA DE NOSOTRAS.
LA ENCENDIMOS CON UNA VELA PARA QUE TARDA, PORQUE CON CERILLO RÁPIDO SE ACABA Y CON ENCENDEDOR PUES QUÉ TAL QUE SE DESCOMPONE.
ESA PEQUEÑA LUZ ES PARA TI.
LLÉVALA, HERMANA Y COMPAÑERA.
CUANDO TE SIENTAS SOLA.
CUANDO TENGAS MIEDO.
CUANDO SIENTAS QUE ES MUY DURA LA LUCHA, O SEA LA VIDA,
PRÉNDELA DE NUEVO EN TU CORAZÓN, EN TU PENSAMIENTO, EN TUS TRIPAS.
Y NO LA QUEDES, COMPAÑERA Y HERMANA.
LLÉVALA A LAS DESAPARECIDAS.
LLÉVALA A LAS ASESINADAS.
LLÉVALA A LAS PRESAS.
LLÉVALA A LAS VIOLADAS.
LLÉVALA A LAS GOLPEADAS.
LLÉVALA A LAS ACOSADAS.
LLÉVALA A LAS VIOLENTADAS DE TODAS LAS FORMAS.
LLÉVALA A LAS MIGRANTES.
LLÉVALA A LAS EXPLOTADAS.
LLÉVALA A LAS MUERTAS.
LLÉVALA Y DILE A TODAS Y CADA UNA DE ELLAS QUE NO ESTÁ SOLA, QUE VAS A LUCHAR POR ELLA.
QUE VAS A LUCHAR POR LA VERDAD Y LA JUSTICIA QUE MERECE SU DOLOR.
QUE VAS A LUCHAR PORQUE EL DOLOR QUE CARGA NO SE VUELVA A REPETIR EN OTRA MUJER EN CUALQUIER MUNDO.
LLÉVALA Y CONVIÉRTELA EN RABIA, EN CORAJE, EN DECISIÓN.
LLÉVALA Y JÚNTALA CON OTRAS LUCES.
LLÉVALA Y, TAL VEZ, LUEGO LLEGUE EN TU PENSAMIENTO QUE NO HABRÁ NI VERDAD, NI JUSTICIA, NI LIBERTAD EN EL SISTEMA CAPITALISTA PATRIARCAL.
ENTONCES TAL VEZ NOS VAMOS A VOLVER A VER PARA PRENDERLE FUEGO AL SISTEMA.”
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

Nota
Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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