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#NiUnaMás

Juntas, revueltas y hermanadas

Las mujeres tenían las palmas de las manos rojas de pintura, para expresarse en medio de la convocatoria más gigantesca, original, emocionante, justa y diversa de los últimos tiempos.

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Las mujeres tenían las palmas de las manos rojas de pintura, para expresarse en medio de la convocatoria más gigantesca, original, emocionante, justa y diversa de los últimos tiempos. Las mujeres, así, iban imprimiendo sus manos en rojo sobre papel blanco, una especie de “basta” que además incluía el nombre y la edad de miles de mujeres asesinadas. Cada palma de cada mano fue pegada a una enorme tela de 50 metros de largo, un mural que simboliza un mapa actualizado del crimen.

Juntas, revueltas y hermanadas
Las mujeres tenían las palmas de las manos rojas de pintura, para expresarse en medio de la convocatoria más gigantesca, original, emocionante, justa y diversa de los últimos tiempos. Las mujeres, así, iban imprimiendo sus manos en rojo sobre papel blanco, una especie de “basta” que además incluía el nombre y la edad de miles de mujeres asesinadas. Cada palma de cada mano fue pegada a una enorme tela de 50 metros de largo, un mural que simboliza un mapa actualizado del crimen.
La convocatoria Ni una menos se concretó durante la tarde del 3 de junio de 2015, que se instalará en la historia, no por lo que ocurrió o se dijo en el escenario montado en la plaza, sino por todo lo que se sacudió alrededor. Ocurrió en Congreso, se ramificó como una red por las calles y avenidas de la ciudad, saltó a otras ciudades del país (Rosario, Salta, Córdoba, Mar del Plata, Posadas, Mendoza, San Luis, Tucumán, Catamarca, Jujuy, La Rioja, Comodoro Rivadavia, Esquel, entre al menos otras 70 localidades) y también al exterior (Chile y Uruguay, principalmente).
El acto fue consecuencia de una catarata social a la que, en días previos, se subieron cantidad de personas maquilladas para las cámaras, cosa que ciertos sectores suponen positiva porque suma, aunque otros suponen que tal aritmética es ilusoria. No fue posible detectar mujer alguna en Congreso que haya concurrido como consecuencia de las adhesiones políticas y faranduleras. Los mismos medios, momias y zombies que ridiculizan, estigmatizan, criminalizan (como en el caso de Melina Romero) y venden como carne fresca a las mujeres, se sumaron pomposamente al Ni una menos.
Pero la concentración mostró algo diferente. Fue conmovedor, por ejemplo, ver la cantidad de mujeres humildes llegadas con sus hijos, hermanas, amigas, desde Florencio Varela, San Fernando, Cañuelas, Avellaneda, para sumarse por las suyas al reclamo. Había infinitos diálogos, infinita predisposición a comunicarse, ganas de hacerlo, de salir de lo virtual y pasar al cara a cara, cuerpo a cuerpo, mirada a mirada.
La creatividad estuvo más en los carteles pintarrajeados a mano que en las prolijas pancartas. Sirven para entender la lógica que contagió la movida.

  • Queremos que se haga justicia, no costumbre.
  • La indiferencia es violencia.
  • Disculpe las molestias, pero nos están asesinando.
  • No quiero ser la próxima.

Una chica sub 20 de pelo anaranjado en medio de un grupo de amigas había escrito a mano su propia consigna sobre la vida cotidiana, aplicable a la política, la ética o la filosofía:

  • Si ser libre es ser puta, yo soy re puta pero no soy tuya.

El monstruo y el agua caliente

Alejandra no quiso lavarse con agua las manos pintadas de rojo, y dijo emocionada: “Me las dejo así. Yo fui una mujer golpeada. Hasta que casi me mató. Cuando empezaron los golpes me puse a estudiar y me recibí de psicóloga. Tengo 53 años. Hablé con un juez y le dije que no quería morirme. Me empezó a pegar en el 92. Fueron 10 años de esa situación. Y recién este año, en noviembre, tendré juicio. Me decía mi propia mamá: ‘él trabaja, vos no, encima no te engaña, no es jugador’. Pero se enojaba cuando el agua caliente para el mate no estaba a punto. Entonces yo decía: ‘claro, hay que comprar un termo’. Nunca pensaba: ‘calentate vos el agua’. ¿Se entiende? Yo buscaba alternativas. En lugar de ‘no me tiene que pegar’, yo me preguntaba: “¿Cómo hago para que no me pegue”?
Sigue Alejandra, mientras más y más mujeres, y también algunos hombres, se acercaban a pintarse la manos en ese ritual propuesto por lavaca como parte del Ni una menos: “El monstruo lo crea una misma. Te enseñan a ser la princesa de la casa, pero propiedad de él. Si te portás mal te pego. Dicen: ‘La tengo como una reina, no sé de qué se queja’. Yo vivía con miedo de que él se enojara. Él decía: no me gusta esta comida. No te hagás problema pá, te hago otra cosa. Y el monstruo va creciendo. No sé si fue un mal marido, o un mal padre. Sé que no supo ser ni una cosa ni la otra. Yo hice una mala elección y tardé mucho en corregirla”.
Luego sintió la muerte en carne propia: “Me acuerdo que esa vez no le grité ‘no me pegues’, sino que grité ‘no me mates’. Ahí dije basta. Fui a una comisaría de la mujer, de ahí me mandaron chorreando sangre de la cara al médico forense. ‘Atiende hasta las 7’. Perome habían pegado a las 2 de la madrugada. ‘Vení mañana’, y yo chorreando sangre. Ese momento es la muerte misma. la gente dice ‘es un loco, un enfermo’. No: es malo. La ley no se cumple. Tipo que pega, tiene que estar preso. Un tipo viola a un chico como pasó ahora, y lo liberan porque el nene de 6 años ya había sido abusado (en referencia al caso del juez Piombo).
Una pancarta: “Sin feminismo no hay revolución posible”. Lo vienen diciendo hace años las Mujeres Creando de Bolivia, lucidez, rebeldía y ovarios para los que el título de esta crónica es un tributo.

Notas relacionadas

María Elina

Cato Fleitas está en Buenos Aires por unos días con su hija y su hijo. Son de Misiones, y los tres se pintaron las manos, junto a artistas como Susy Shock, Anahí, mientras el proyecto Estampidas estampaba remeras con la consigna Ni una menos tomada de la tapa de la última Mu: “Vine por una responsabilidad como papá, para explicarles e inculcarles y que sientan esto que es un golpe duro para toda la sociedad que no puede seguir existiendo. Yo respeto el amor del hogar”. Sabrina, la hija: “es un abuso sobre la mjer”. Justo, el hijo: “Para pegarle a una mujer el tipo tiene que estar re loco. ¿No sabe que a una mujer no se le pega?”
Rosa, peruana: “Soy ama de casa señor, trabajo por mi cuenta. Hay que tomar conciencia, parece mentira que se haga la vista gorda, matan a mujers cada vez más pequeñas que pueden ser nuestras hijas o hermanas. Yo tengo una nena de 14, otra de 11, no quiero que les pase esto. A mí no me pasó, pero indirectamente sí, a vecinas y amigas. La situación de las inmigrantes es complicada, porque si a las mismas argentinas no les toman las denuncias, la sociedad no les hace caso, y las autoridades no les prestan atención, imagínese a una inmigrante. Hace poco una chica que había desaparecida apareció como NN en un cementerio. Y nada de eso salió en los medios”. ¿Qué les enseña a sus hijas? “Que no las pueden atacar. Ni siquiera verbalmente”.
María Elina, jubilada como empleada de comercio, una joven en la séptima década de la vida: “Vine porque estoy cansada de la justicia que tenemos, y del machismo. A mi me tocó, pero pude salir. Pero es muy asfixiante. Mi marido me golpeaba, yo iba a hacer la denuncia, pero si no tenía marcas no me la tomaban. Al final pude salir. Pero hubo un tiempo en el que dormí con un revólver al lado de la cama, por si quería pegarme. Me lo banqué 6 años y tuve la oportunidad de escaparme. Literalmente. Me defendió un perro boxer que tenía. Ahí me di cuenta de lo que pasaba, cuando vi cómo el perro se le tiraba encima para que no me siguiera pegando´”. María Elina cuenta que su marido era odontólogo: “Se automedicaba, bah, se drogaba. Se hacía las recetitas. Los que se drogan acá no son los chicos de la esquina, son muchas personas como él. Yo sabía que tomaba las pastillitas, pero no entendía lo que entiendo hoy: que se estaba drogando. Por suerte me pude escapar, hacer otra pareja, tener hijos. Pero son momentos muy difíciles que a una le pasan. Hoy prefiero reírme”, dice, y cumple: ríe. Pero se pone seria: “En el momento, la vida se te hace imposible”.
¿Hay más casos o hay más difusión? “El periodismo es una porquería, es inmundo, muestran las cosas con morbo. ¿Te acordás con la mujer que quemó el baterista de Callejeros? Empezaron a quemar mujeres. Y eso fueron los medios”.

La cobardía

Entre las curiosidades pudo contarse el volante de apoyo al acto realizado por un gremio inesperado: Sindicato Unido de Trabajadores Custodios Argentinos. Una pancarta, más lejos, decía: «Varones y mujeres militares decimos Ni una menos». Varones primero, ojo.
Una chiqutita de 17 años, Milagros, llegó desde San Fernando con algo escrito a pulso: “Con short o pantalón, respetame cagón”.
¿Qué te llevó a escribir esto? “Cada una sufre violencia por el hecho de ser, de salir. Conozco muchos casos a los que le pasó esto. Puse la palabra cagón, porque siempre hay una cobardía, por más que lo quieran adornar”.
Cobardía, psicopatía, maldad. Eduardo Ponce, encargado de edificio, junto a la pancarta que reunía cientos y cientos de manos abiertas. “Yo soy papá de Yamila Celeste Ponce, la mató el propio primo que salía con ella, de cinco puñaladas. Fue hace 3 meses, el 26 de febrero”. ¿Cómo entender la mentalidad del varón que hace esto? “En el caso de mi hija, para mi el primo que la mató es por la droga. Y fue un familiar. Hay que tener pelotas para aguantar todo. Yamila tenía 26 años. Ramiro es mi hijo que tiene 25. Yo estoy de pie con él. El encontró a su hermana tirada, la alzó cuando la vio, y se dio cuenta al rato de que estaba muerta. Para mi hay cada vez más violencia contra las mujeres. Yo lo que busco es que haya justicia y que cambien las leyes. Nosotros tenemos miedo de que el que mató a mi hija salga en libertad. Usted vio cómo es la justicia. la familia vive a tres cuadras de donde vivía mi hija. ¿Como se vive así, cuando hay que compartir la panadería, la carnicería?”

Degollada

Romina llegó desde Máximo Paz, Cañuelas, tomando tren, colectivo y subte. Trabaja en la cooperativa de barrido y limpieza del municipio: “Vinimos varias vecinas, mi familia, mi cuñada, mi hija Anabella, amigas. Es una marcha sin partido político, raza, religión ni nada. Es unión de las mujeres. Creo que hay que tomar conciencia de tantas chicas que mataron en este país sus parejas, hermanos, padres. Tiene que haber leyes que escuchen a las mujeres. Acá culpan a las mujeres.
Solange: “Tengo 16 años, vinimos desde Monte Grande con mi mamá, mi cuñada, mi hermana y mi sobrina. Vinimos por violencia contra las mujeres. A mí no me pasó por suerte, pero sí a mis amigas. Y a mi mamá, por suerte ya no. Hace mucho que tendría que haber marchas como éstas”.
Elizabeth llegó con su hija Bárbara desde Hurlingham. “Vengo a apoyar. No quiero más de esto, ya basta. Pero la mujer se está animando más. Trabajo en la Policía Metropolitana, y veo muchas cosas. Y se ven más mujeres. Y cuanto más difusión, la mujer agarra más coraje, se animan entre todas”. Bárbara: “Hay muchos casos, no quiero estar con miedo de salir porque te puede pasar cualquier cosa. Los hombres no quieren que las mujeres hablen”.
Roxana llegó desde Haedo con dos amigas. Lleva una remera con la foto estampada de Cynthia Filippone. “Era la hermana de una de mis mejores amigas. Cynthia fue asesinada hace 8 meses. La degollaron delante de sus dos hijitos. La causa está abierta. Vinimos de Haedo, en algún momento hay que modificar las leyes para ver si el miedo al castigo frena un poco la violencia”.
Alejandra, 6 hijos, fundó Padres Unidos por el Dolor, con una bandera que denuncia que el hospital Alberto Eurnekián, de Ezeiza, tiene 30 bebés muertos por mala atención a embarazadas. “Todavía no tenemos respuestas de nadie en el Poder Judicial”.
Con buzo azul, mujeres de la Policía Local de Avellaneda. Yanina, Gisella: “Vinimos como mujeres, nos enteramos por Facebook. La institución también adhirió y por eso no hubo problemas para que vengamos. Hay machismo, celos, superioridad para que pase esta violencia. Además la mujer ahora cada vez es más independiente, sale a trabajar, se pone las pilas, y los roles están cambiando. La mujer toma otra posición que antes no tenía. Y el machismo eso no lo acepta”.
Un hombre se pintó las manos de rojo, y de pronto estalló en llanto, cuando vio que una de las manos llevaba el nombre de una chica de una familia conocida. Hubo bebés con las manos pintadas, y señoras con bastón. Todos contaban una historia, todos buscaban el diálogo.
Guadalupe llegó desde San Fernando, con amigas. “Yo fui víctima durante cuatro años. El límite fue el día que la tocó a mi hija. El buscaba la forma retorcida de anularme, amenazarme, aislarme Decía que iba a matar a mi familia. La cuestión: me lo saqué de encima hace 8 años, y soy feliz, inmensamente feliz. En el momento parece que no hay salida”. ¿Cuál es la explicación? “Yo era modelo viva en escuelas de arte, embarazada de él. Entonces dijo: sos una puta. Pero lo mío era la cultura, la belleza, pero todo eso terminó siendo una calamidad. Esta movida es maravillosa. Es otra cosa distinta a todo lo demás.
Hubo además una delegación llegada desde Moreno, de la escuela de gestión social Creciendo Juntos. O sea: una escuela de la comunidad educativa formada por estudiantes, padres y docentes. Eran 50 alumnos, 10 padres y un puñado de docentes. Juan Giménez: “Para nosotros este es un tema de toda la vida. Y ahora es extraordinario que exista un movimiento que haya nacido sin que se sepa bien cómo”. Cristina Devita: “Me da un poco de vergüenza decirlo, pero los que quisieron venir fueron los chicos, pese a la dificultad de moverse desde Moreno. ¿cómo no íbamos a estar y acompañar? Estamos en un barrio en el que el machismo está muy arraigado, así que para nosotros es un tema central, más todavía si los chicos lo piden”.
Desde Esquel, una de las ciudades movilizadas, escribió la docente y asambleísta contra las mineras, Corina Milán: “Me alegro de la masividad de las marchas en todo el país y en Esquel. Me alegro mucho por la ola de difusión sobre la violencia social y sobre las mujeres. Lamento las hipocresías, los oportunismos politiqueros-faranduleros y las miserias humanas que nunca faltan, pero no me asombran ni quitan la sonrisa”.
Durante la noche, la enorme bandera con manos era un centro de atracción de parejas, familias, grupos de amigos, que pasaban a fotografiarla, o fotografiarse con ella. Una mujer es asesinada cada 30 horas, aunque quizás los relevamientos empiecen a mostrar que las cosas son aún peores. El tiempo mostrará en qué medida Ni una menos ayuda a que la vida triunfe sobre el crimen.

Notas relacionadas

 
Después de la marcha, fiesta en Mu Punto de Encuentro, con la música de El Plan de la Mariposa y Paloma del Cerro.

Fotos: Lina M. Etchesuri

#NiUnaMás

3J: El Nunca Más del Ni Una Menos, con una asamblea histórica de Familiares Víctimas de Femicidios en Plaza de Mayo

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Desde Jujuy, Santiago del Estero, Córdoba. De Mar del Plata, San Miguel del Monte, Monte Hermoso. Desde Tigre, Moreno, San Vicente. Desde todas partes del país, decenas de familiares de mujeres y personas trans asesinadas y desaparecidas se autoconvocaron en Plaza de Mayo para compartir el panorama de los distintos casos, con estas palabras como denominador común: narco, policía, fiscalía. También se escucharon ideas para combatirlo, entre la calle, el abrazo y la memoria, rescatando todo el arsenal de la lucha por los derechos humanos en Argentina. Por eso, el día del Ni Una Menos, junto a la Pirámide de Mayo se gritaron dos palabras que lo dicen todo: Nunca Más. Compartimos a continuación todas las voces que se escucharon en este 3J.  

De todo lo que se dijo y escuchó en la asamblea, las familias armarán un documento para presentar ante las autoridades que deben llevar adelante las políticas para prevenir, erradicar y sancionar la violencia machista. Entre otras propuestas, se pidió una reparación para familiares y que el Procurador General de la Nación los reciba para trabajar en el entrenamiento de los fiscales en la búsqueda de pruebas.

Acompañaron la movida decenas de organizaciones sociales, sindicales y políticas (debajo, la lista completa), Periodistas Argentinas, la actriz Thelma Fardin y otras integrantes de Actrices Argentinas; y las funcionarias Ayelén Mazzina, Ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación Argentina, y Flavia Delmas, subsecretaria de Políticas contra las violencias por razones de género del Ministerio de Mujeres de la Provincia de Buenos Aires.

Estuvo ausente, entre otrxs, Tehuel de la Torre, joven trans desaparecido, pero de la asamblea participó su madre.

El cierre del acto fue con arte. Primero, una batucada de mujeres copó el centro de la escena con las familias alrededor. Luego, vestidas de rojo, otro grupo de mujeres realizó una acción en la que cantaron y levantaron en alto fotos de víctimas de femicidios. Con la Casa Rosada de fondo, una cuerda de tambores cerró la jornada rodeada de emoción y aplausos.

Las voces de las familias

Familiares de Florencia Pennacchi, desaparecida

Tras 18 años, no tenemos noticias. Flor fue víctima en 2005 de desaparición forzada, con la complicidad de organismos oscuros. Pero además de casos como el de Florencia, quiero hablar de otras víctimas. La mamá de Florencia acaba de fallecer. Y a muchas madres, padres, hermanos, abuelos, tíos, sobrinos, amigos, el dolor punzante de la ausencia cambia la vida para siempre. Para que la impunidad suceda es necesaria una cadena de complicidad gubernamentales judiciales y policiales. Seguimos y estamos acá, porque somos la voz de aquellas silenciadas. 

Marisa, mamá de Luna Ortiz

Hoy es un día para transformar el dolor en lucha. Esto nos da fuerza de familiares, emociona lo que estamos transitando, esta nuestra lucha después de este gran dolor. Y duele después por cómo somos violentados por este sistema judicial. Luna era una piba de barrio que luchaba por cada pibe, y no pudo llegar a la marcha por el ni una menos. Hoy sigo el legado de mi hija, porque la lucha empieza en los barrios. 

Facundo, papá de Luna Ortiz

Es un día muy doloroso porque mientras se marchaba un 3 de junio de 2017 Luna fue captada por Isaias Villarreal. Hoy está en libertad, porque la justicia no reconoció el femicidio, y fue condenado por abandono de persona. Celebramos esta asamblea, para que se escuchen nuestros reclamos de leyes que no se cumplen, como la de patrocinio gratuito. Somos familias de laburadores. Luchamos contra cómplices gigantes como la justicia, la policía. La Ley Brisa, muy a cuenta gota, se cumple. Este lunes 12/6 en tribunales de San Isidro, invitamos a todos al juicio contra Villarreal para que sea condenado por femicidio.

Papá de Natalia Melmann, asesinada y torturada y violada en Miramar el 4 de febrero de 2001

La sentencia (Ricardo Panadero, condenado a perpetua este 17 de mayo, fue el cuarto policía condenado por su femicidio) fue lograda por la lucha y acompañamiento de un montón de personas. Porque la lucha no se abandona, se gana, como aprendimos de las Madres de Plaza de Mayo. Se puede. Es posible.

Thelma Fardin, actriz

Gracias por recibirme en este espacio. La lucha de Marta (Montero, mamá de Lucía Pérez) para mí es muy inspiradora. La primera vez que salí a la calle fue por lo de Lucía. Su lucha me inspira porque tras recibir el caso adverso por una justicia falsa nos dicen “mentirosas”, cuando la mentirosa es ella, la justicia. Te piden pruebas materiales en caso de abuso, como en muchísimos casos, como el de Lucía, como si el cuerpo flagelado no alcanza.En mi caso, tenemos mi testimonio, pero tampoco alcanza. Si no tengo pruebas materiales no alcanza. Organizades es la única salida. 

Carlos Aliaga, Jujuy, hermano de Rosita, asesinada en 2015

Pasaron ocho años y el caso sigue impune. No hay ningún detenido. La investigación empezará de nuevo. Hay una luz de esperanza, queremos creer en la Justicia. Pero hasta hoy, hay un asesino suelto en las calles de Libertador, Jujuy. Hay mucha impunidad en Jujuy, muchos casos de femicidio.

Mónica, mamá de Iara Rueda

Mi hija fue asesinada en pandemia, en 2020, engañada. Sale a la ruta engañada para entregar un trabajo práctico. No volvió. No demoramos nada en salir a la ruta ni bien llegamos a casa y vimos que no estaba Iara. No demoramos nada en hacer la denuncia. Si tiene noviecito, te preguntan, si uno le hizo algo, te dicen en la comisaría… Difunda por las redes sociales, te dicen. Los minutos que pasaban cada vez eran peores. Nunca cerraron los perímetros cerca de mi casa. No había una patrulla ni un policía en el barrio esa noche. Pasaron seis días cuando me llaman y me dicen “todo lo que pidió lo va a tener mañana”. Era domingo por la noche, mi hija desapareció un miércoles. ¿Por qué mañana? Porque recién lo aprobaron al otro día, a diez cuadras de casa, en un descampado, apareció el cuerpo: estaba violada y semienterrada. El Estado estuvo ausente con mi hija. En Jujuy estaba el protocolo que debían salir a buscarla de manera inmediata. Estaba cajoneado ese protocolo. Ocho funcionarios terminaron imputados. Pero los premiaron como jueces o jubilados o llevados a otros lugares. Mi hija es un caso bisagra en la provincia porque los organismos por fin se pusieron a trabajar. Porque las familias nos unimos a marchar y así los juicios empezaron a salir. Encontré una frase en el libro de mi hija: “Eres más valiente de lo que crees, más fuerte de lo que parece y eres más inteligente de lo que piensas. Si seguís creyendo tus sueños se harán realidad”. Mi hija tuvo justicia pero nosotras estamos condenadas porque a nosotras nos toca llorar toda la vida.

 

 Majo Herrera, mamá de Camila Cinalli

Nos seguimos preguntando dónde está Camila, desaparecida en 2015. El intendente de Monte lo único que hizo fue llevarme a Tucumán porque tenían una supuesta prueba. Fue mentira. Se venían las elecciones y no querían que se sepa qué pasó con ella. Tardaron cinco días en tomar la denuncia. Me decían que estaban con un noviecito. Mentira, te la roban como un perrito. Todos los días es la lucha. Y es poco el acompañamiento. No queremos más desapariciones ni femicidios.  

Mamá de Agustina Fredes, Blanca Osan

A Agustina la asesinó el novio el 25 de abril de 2017. Le dieron 15 años.  Quiero que lo condenen por la muerte de mi hija y mi nieto, porque ella estaba embarazada. No murió, como dicen, por el embarazo ectópico: fue violada con fierros de cromo, ahí le dañaron los órganos y mataron a su hijo. Mi hija no murió porque quiso: Matías Acevedo, militar de Mar del Plata, es el responsable. 

Alfredo, papá de Carla Soggiu

Mi hija fue violada el 26 de diciembre de 2018 por la pareja. En enero de 2019 desaparece y aparece ahogada en el Riachuelo. Acciona el botón antipánico muchas veces. Tuvieron tiempo para ubicarla con botón que tiene GPS y da la ubicación exacta. Cuatro días después la encuentra personal de limpieza del riachuelo. Hay complicidad policial y judicial. Es mentira lo de la justicia independiente. Es mentira lo de la grieta. Defienden la impunidad de seres oscuros. Pero no vamos a abandonar la lucha. Nunca, mientras respiremos. Y van a tener que pagar los responsables por la muerte de mi hija.

Mamá de Analía Aros

Qué difícil. Qué difícil. Soy Ana Soto. Mi hija fue asesinada el 21 de marzo de 2017 por su pareja. Tuve justicia, es un alivio nada más porque nosotros seguimos el duelo. Su familia. Sus hijas. Hasta el día que nos vayamos de este mundo. Mi única terapia es acompañar a todas las madres que pasan el mismo dolor.

Susana, mamá de Cecilia Gisela Basaldúa

Estamos en representación de nuestros hijos que debieran estar acá. Cecilia tenía 36 años. En 2015 viaja a México para participar del Panamericano de hockey sobre hielo. Siguió viajando por América Latina. En 2019 regresó a Argentina. Me decía mamá, “América está sangrando por la pobreza que hay”. En marzo, iniciando la pandemia viaja a Capilla del Monte para escribir su libro. Llega a Capilla y no tenía lugar para quedarse. El 4-4-2020 es el último día que se comunica. A los días un hombre que la había alojado nos dice que tuvo un brote psicótico. Entramos en pánico, conseguimos permiso y viajamos. El 24 de abril llegamos a la tarde y nos dijeron que habían encontrado un cuerpo. Estaba muerta. La habían estrangulado, violado y asesinado. La policía no la buscó. Ahí comenzó nuestro martirio de buscar, de investigar. Que sigue. Estamos esperando que trabajen de verdad. Ahora hay nuevo fiscal pero desde noviembre hasta hoy, no hicieron nada.

Alfredo, papá de Cecilia Basaldúa

Pasó hace tres años. Vamos a seguir luchando. Queremos que Cecilia descanse en paz. No voy a largar nunca esta lucha. Es lo que tenemos que hacer todos. La policía en Argentina es muy violenta y no está educada. Lo primero que hacen es pegar. Los policías en Capilla del Monte son todos violentos, apañados por el Poder Judicial. La causa de Cecilia fue armada totalmente por la policía. Paula Klem es la fiscal de ahí, comprada por el narcotráfico. Hay un montón de causas armadas. Esas lacras tienen que pagar. Esperemos que esta vez investiguen y dejen de lado la corrupción. Ella me decía «papá, ¿de qué tengo que tener cuidado? Yo quiero ser libre». 

Jhonny, papá de Claudia Patricia Tupa Latorre, fallecida el 10 de febrero de este año, mamá soltera de dos hijas

Murió en un local bailable por culpa de regenteadores de ese local. Pido justicia. Hoy la causa está en la fiscalía 62 de Ciudad de Buenos Aires: estamos esperando el examen toxicológico. Hubo envenenamiento. Los responsables son los del local y policías porque el local no estaba habilitado hace tres años. Hay complicidad.  

Erika, amiga de Claudia Tuppa

Claudia era una compañera de Polo Obrero, fue asesinada este año, fue encontrada muerta en Joaquín Gonzalez y Rivadavia. no se sabe que hacía en ese lugar. El fiscal Ariel Tapur no hizo nada para investigar el caso. La inoperancia del fiscal nos impide tener justicia.. Ha dejado dos niñas en orfandad. Las amigas, rotas, sin una guía, porque ella era delegada. Hoy es otro día donde se recuerdan estos femicidios tenemos que sumar el de Claudia también.

Familiares de Sofía Fernández

Era una mujer trans que falleció en la comisaría 5° de Pilar.  El 8 de abril la detuvieron en una situación confusa. El 10 de abril estaba muerta. En la boca tenía una bombacha y goma espuma. No sabemos más nada. Nos informan que Sofía se suicidó, lo que es totalmente mentira. En un mercado mercantilizado, la justicia quiere llenarse de plata. Debe haber un cambio total para terminar con estas injusticias. Los gobiernos permiten que esto suceda.

Abuela de Chiara Ramírez

Los padres de Chiara no tienen la fuerza para acompañar este camino porque tienen que criar 3 nietas. Mi nieta salió a un cumpleaños, ella no conocía a la mayoría de la gente. Salió a festejar y ante una pelea en el coche se empezaron a enfrentar los chicos y le pegaron un tiro en la cabeza. Salimos a la calle, cortamos rutas, quemamos gomas en la comisaría. La gente nos gritaba “vagos, vayan a trabajar dejen de pedir planes”. No: quiero justicia. Aprendan a defenderse, y no se dejen pegar.

Aixa Greco, hermana de Catherine Greco, asesinada el 8 de julio de 2022 en Cruz del Eje

La encontraron tirada en el piso con signos de ahorcamiento, quebraduras. El asesino está preso sólo porque tenía antecedentes de violencia de género. Borraron toda clase de pruebas en la casa , después empezaron a decir que se había matado. Salió que tenía golpes por todo el cuerpo: tenía raspaduras en la rodilla y signos en las muñecas como que había sido atada. Ahora nos están diciendo que el asesino puede quedar en libertad.

Marta Montero, mamá de Lucía Pérez

Queremos la reparación a las familias, reparación del Estado a cada una de las familias a las que nos matan a una hija. Cada una sabe lo que es levantarnos con los dolores en el alma, pero tenemos que comer. O como a mi marido, que tras treinta años lo echaron del trabajo porque faltaba por la causa. Mi propuesta es esta: queremos reparación, si quieren llamarle jubilación o como quieran; necesitamos una obra social, porque quienes mataron a nuestras hijas tienen todos los derechos: casa comida, médicos, seguro. Nosotros luchamos por las nuestras, lucharemos para que esa reparación exista. Otro pedido: una audiencia con el Procurador General de la Nación. Necesitamos fiscales acordes a la situación que les toque llevar. Si no están capacitados, deben recibir capacitación constante y supervisada. En una causa, si no se toman pruebas se hacen mal las investigaciones, y quienes pierden son las familias. Les agradezco por habernos acompañado, por ayudarnos y a las familias por todo el sacrificio que hacemos todo el tiempo. Todo el tiempo. Costeamos pasajes de familias, hospedajes para juicios… Debe haber Estado presente en tiempo y forma. No elegimos estar en este lugar. Pero estamos acá, desgraciadamente.

Las organizaciones que acompañaron

Sobre el final el micrófono se abrió y las siguientes organizaciones compartieron unas palabras:

·   MTR 12 de abril

·   Pan y rosas

·   Las rojas

·   AGD-UBA

·   Crculo de amigas feministas

·   ATE-CTA Autónoma

·   MST

·   PSTU

·   Movimiento Teresa Rodriguez

·   Marabunta

·   Isadora –  izquierda socialista

·   MTL rebelde

·   Romina del Plá, plenario de trabajadoras PO.

·   Opinión socialista

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Condenan a cadena perpetua al ex sargento de la Bonaerense Ricardo Panadero por el femicidio de Natalia Melmann

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El ex sargento de la bonaerense Ricardo Panadero fue encontrado culpable de secuestrar, violar y asesinar a Natalia Melmann cuando tenía 15 años: el Tribunal Oral en lo Criminal n°4 de Mar del Plata, conformado por los jueces Néstor Conti y Juan Galarreta, y la jueza Mariana Irianni, lo condenó por unanimidad a cadena perpetua. 

La sentencia llegó 22 años después del femicidio. Natalia fue secuestrada la noche del 4 de febrero de 2001 en Miramar. Su cuerpo se encontró cuatro días después en el vivero municipal. La autopsia reveló la presencia de cinco perfiles genéticos distintos en su cuerpo. 

Un año después, en octubre de 2002 los policías bonaerenses Oscar Echenique, Ricardo Anselmini y Ricardo Suárez fueron condenados a perpetua por privación ilegal de la libertad agravada, abuso sexual agravado y homicidio triplemente calificado por ensañamiento, alevosía y en concurso de dos o más personas para asegurar el resultado. En ese juicio también fue condenado a 25 años Gustavo “Gallo” Fernández, por su participación en el secuestro, pero la pena luego fue reducida a 10 años de prisión.

Condenan a cadena perpetua al ex sargento de la Bonaerense Ricardo Panadero por el femicidio de Natalia Melmann
Familiares de víctimas de femicidios acompañaron la lectura de la sentencia por el femicidio Natalia Melmann. Fotos: Campaña Somos Lucía

La sentencia a Ricardo Panadero tardó mucho más tiempo en llegar: en el proceso de 2012 la justicia lo había sobreseído. Recién en 2018 fue juzgado en el Tribunal Oral en lo Criminal N°4 de Mar del Plata integrado por los jueces Jorge Peralta, Fabián Riquert y Juan Manuel Sueyro: también lo absolvieron. Sin embargo, ante una presentación de la familia Melmann el Tribunal de Casación en 2020 decidió anular el fallo y ordenó hacer un nuevo juicio: así llegó Panadero a ser condenado. 

Hoy, finalmente, el TOC 4 lo encontró culpable del delito de privación ilegítima de la libertad agravada por el uso de violencia, abuso sexual agravado por acceso carnal calificado por la participación de dos o más personas y homicidio doblemente agravado por la participación de dos o más personas y criminis causa, todos en concurso material entre sí.

Su detención fue pedida de manera inmediata así como su traslado a la Unidad Penal Nº7 del complejo penitenciario Batán. 

La búsqueda de justicia continúa: hay un quinto perfil genético que aún no pudo ser identificado. Por eso Gustavo sostuvo después de la sentencia: “Ojalá que nos alcance la vida para poder condenar a todos”.

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Natalia Melmann: 22 años después, el ex sargento de la bonaerense Ricardo Panadero llega a juicio por el femicidio

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Natalia Melmann fue secuestrada la noche del 4 de febrero de 2001 en Miramar: su cuerpo se encontró cuatro días después en el vivero municipal, con cinco perfiles genéticos distintos en su cuerpo. Por el hecho fueron condenados a cadena perpetua tres policías bonaerenses, y un cuarto cómplice del secuestro a 10 años de prisión; pero el sargento Ricardo Panadero, acusado de secuestrar, violar y asesinar a Natalia, había sido sobreseido en dos intancias. Por la lucha familiar mañana se sentará en el banquillo par ser juzgado por el Tribunal Oral en lo Criminal N°4 de Mar del Plata: tanto la fiscalía como la querella piden perpetua. Las palabras de Gustavo Melmann en la antesala de este nuevo proceso, a 22 años de la muerte de su hija, y cómo es la construcción de justicia «víctima a víctima» y en la calle.

Gustavo Melmann mañana se va a levantar temprano, va a buscar la misma camisa que usó durante todo el juicio y antes de salir va a ponerse el perfume que usaba su hija Natalia: Mujercitas. “Son mis rituales”, describe en la antesala de conocerse la sentencia en el juicio al ex sargento de la bonaerense Ricardo Panadero, acusado de secuestrar, violar y asesinar su hija, Natalia Melmann, cuando tenía 15 años. 

“Estamos con cierta angustia, más viejos y desgastados”, dice Gustavo a lavaca.

Habla en plural, como familia,pensando en Laura Calampuca, con quien tuvo 4 hijos y 5 nietos. Es el tercer juicio que toda la familia Melmann atraviesa por el femicidio de Natalia.

Natalia Melmann: 22 años después, el ex sargento de la bonaerense Ricardo Panadero llega a juicio por el femicidio
Gustavo Melmann, papá de Natalia, durante el segundo juicio por el femicidio de Lucía Pérez: «Construimos víctima a víctima». Foto: Lina Etchesuri

El caso

Natalia Melmann fue secuestrada la noche del 4 de febrero de 2001 en Miramar. Su cuerpo se encontró cuatro días después en el vivero municipal. La autopsia reveló la presencia de cinco perfiles genéticos distintos en su cuerpo. 

Un año después, en octubre de 2002 los policías bonaerenses Oscar Echenique, Ricardo Anselmini y Ricardo Suárez fueron condenados a perpetua por privación ilegal de la libertad agravada, abuso sexual agravado y homicidio triplemente calificado por ensañamiento, alevosía y en concurso de dos o más personas para asegurar el resultado. En ese juicio también fue condenado a 25 años Gustavo “Gallo” Fernández, por su participación en el secuestro, pero la pena luego fue reducida a 10 años de prisión.

El ex sargento de la bonaerense Ricardo Panadero, que ahora llega a juicio, no estuvo en aquel proceso; la justicia lo había sobreseído previamente. Recién en 2018 fue juzgado en el Tribunal Oral en lo Criminal N°4 de Mar del Plata integrado por los jueces Jorge Peralta, Fabián Riquert y Juan Manuel Sueyro: también lo absolvieron. Sin embargo, ante una presentación de la familia Melmann el Tribunal de Casación en 2020 decidió anular el fallo y ordenó hacer un nuevo juicio: así llega Panadero nuevamente a ser enjuiciado. 

“Esperamos que realmente se resuelva mañana”, sostiene Gustavo sobre la espera y las dilaciones. La sentencia está anunciada a las 10.30 horas. 

Natalia Melmann: 22 años después, el ex sargento de la bonaerense Ricardo Panadero llega a juicio por el femicidio
El exsargento policial Ricardo Panadero, cuarto efectivo acusado por el abuso sexual y el asesinato de Natalia Melmann.

22 años después

El juicio, que empezó el último 5 de mayo, estuvo a cargo nuevamente del Tribunal Oral en lo Criminal N°4 de Mar del Plata, esta vez integrado por los jueces Néstor Conti y Juan Galarreta, y la jueza Mariana Irianni. La fiscal del proceso, Ana Caro, pidió prisión perpetua para Panadero durante los alegatos, la misma pena pidió el abogado de la familia. Agrega Gustavo: “Nuestro abogado pidió también que se miren las pruebas con perspectiva de género y desde las ciencias vinculadas a la niñez: Nati tenía solo 15 años”, recuerda.

La sentencia llega 22 años después del crimen. Para Gustavo el entramado de impundad se dio porque son policías los involucrados, “de haber sido otra gente la involucrada se hubiera resuelto mucho antes”, sentencia. Por eso al crimen lo describe así: “El de Nati fue un femicidio en manos del Estado”.

Mañana desde las 9 horas organizaciones y familias de víctimas estarán acompañando en la calle de los tribunales marplatenses. Gustavo resalta que durante todos estos años estuvieron acompañados por familias de víctimas, organizaciones feministas y organizaciones vinculadas a la lucha contra la violencia institucional.

Construimos víctima a víctima, hay un montón de cosas que son iguales, que se repiten, y hay una necesidad de buscar justicia en conjunto y cambiarlas en conjunto también”. 

Gustavo sabe que después de conocerse la sentencia la lucha sigue: hay un quinto perfil genético que aún no pudo ser identificado. 

Mañana va a colgarse en el pecho la misma foto de su hija que plastifica una y otra vez hace más de dos décadas, y va a volver a salir a la calle para pedir justicia.

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