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La comunidad kolla guaraní regresó a su casa rodeada de policías

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Hoy jueves, a las 14 horas, la comunidad kolla guaraní reingresó a sus tierras, en Río Blanco Banda Norte, Orán, desafiando la custodia policial. Inmediatamente, la policía provincial rodeó el lugar, retirándose recién a las 21.30. El comisario advirtió, antes, que mañana temprano se procederá al desalojo del lugar, alegando que así lo dispondría la jueza. En tanto, también por la mañana llegarán a Orán dos abogados de la Defensoría del Pueblo de la Nación con un escrito en donde exigen a la jueza que garantice el cumplimiento de la orden que emitió el pasado 5 de marzo, cuando reconoció que el desalojo era erróneo.

Las setenta familias de la comunidad kolla guaraní de Río Blanco, Orán, despertaron el pasado 2 de marzo con un sobresalto: una cuadrilla policial, comandada por el juez de paz local, les anunció el desalojo inmediato. Durante tres días, fueron vaciando sus casas, confiscando sus bienes y depositando en la ruta a las familias. En tanto, la jueza no aceptaba sus reclamos, alegando que ese juzgado no recibía escritos realizados a mano. Al cuarto día, una presentación realizada por la Pastoral Social la obligó a retractarse. Así fue como la jueza escribió, con fecha 5 de marzo, que era un error judicial: se trataba de otra propiedad y de otra causa, ya expirada. Por lo tanto, disponía el cese del desalojo y ordenaba a la empresa «abstenerse de destruir cosechas y casas». Sin embargo, la orden nunca se concretó. Así fue como 36 familias quedaron en la ruta, tiradas, y otras 40 en el predio, encerradas. Una delegación de esa comunidad viajó a Buenos Aires para reclamar por sus derechos. Presentó sus reclamos ante la Secretaría de Derechos Humanos, el ministerio de Desarrollo Social, el Inai y el Defensor del Pueblo de la Nación. Sólo en este último caso recibió una respuesta. Dos funcionarios de la defensoría viajaron a Orán, se entrevistaron con la jueza y la comunidad y regresaron con un diagnóstico: se trataba de un desalojo de facto. Aún cuando en todas las instancias oficiales les daban no solo la razón, sino también variadas muestras de indignación, nada cambió durante más de cuarenta días. Nada, excepto una cosa: el martes 13 la empresa usurpadora comenzó a demoler sus casas. Ayer, a las 14 horas, decidieron ejecutar la orden judicial a su propio riesgo. Ingresaron a sus hogares, desafiando la custodia policial privada. Durante la mañana, el obispo de Orán se hizo presente en la ruta, para charlar con las familias desesperadas. Les pidió paciencia y se fue. Dos horas después, entraron. Los acompañaba un integrante de la Mesa de Trabajo de Pueblos Originarios, que viajó especialmente desde Buenos Aires. La noticia convirtió al letrado de la empresa apropiadora Río Zenta SRL en una máquina de lanzar amenazas. Insultó a los sacerdotes que acompañaban a la comunidad, que presentaron la correspondiente denuncia judicial por agravios y amenazas. Inmediatamente, la policía de Orán rodeó el terreno. Recién se retiró a las 21.30 de la noche, no sin antes anunciar -por boca del comisario a cargo del operativo- que regresarían temprano con otra orden judicial de desalojo. En tanto, desde Buenos Aires llegarán mañana temprano dos abogados de la Defensoría del Pueblo de la Nación para presentar un escrito en donde reclaman que la jueza cumpla con su función y restituya a las familias sus casas, sus derechos y sus vidas. Quedará entonces pendiente la pelea por la tenencia definitiva de la tierra, la verdadera y única batalla.

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De la idea al audio: taller de creación de podcast 

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Todos los jueves de agosto, presencial o virtual. Más info e inscripción en [email protected]

Taller: ¡Autogestioná tu Podcast!

De la idea al audio: taller de creación de podcast 

Aprendé a crear y producir tu podcast desde cero, con herramientas concretas para llevar adelante tu proyecto de manera independiente.

¿Cómo hacer sonar una idea? Desde el concepto al formato, desde la idea al sonido. Vamos a recorrer todo el proceso: planificación, producción, grabación, edición, distribución y promoción.

Vas a poder evaluar el potencial de tu proyecto, desarrollar tu historia o propuesta, pensar el orden narrativo, trabajar la realización sonora y la gestión de contenidos en plataformas. Te compartiremos recursos y claves para que puedas diseñar tu propio podcast.

¿A quién está dirigido?

A personas que comunican, enseñan o impulsan proyectos desde el formato podcast. Tanto para quienes quieren empezar como para quienes buscan profesionalizar su práctica.

Contenidos:

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Modalidad: presencial y online por Zoom
Duración: 4 encuentros de 3 horas cada uno
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Docente:

Mariano Randazzo, comunicador y realizador sonoro con más de 30 años de experiencia en radio. Trabaja en medios comunitarios, públicos y privados. Participó en más de 20 proyectos de podcast, ocupando distintos roles de producción. También es docente y capacitador.

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Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

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Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.

Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Darío Santillán.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Maximiliano Kosteki

Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.

El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.

Siguen faltando los responsables políticos.

Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.   

Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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