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La economía podrida

Política Ambiental, Recursos Naturales y Retenciones. Con esos ejes el doctor Walter Pengue, Profesor de Economía Ecológica (Universidad de General Sarmiento y UBA) e integrante del Panel Científico Internacional para los Recursos de Naciones Unidas, envió este artículo a lavaca.dream.press que describe problemas y dilemas para debatir el presente.

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Política Ambiental, Recursos Naturales y Retenciones. Con esos ejes el doctor Walter Pengue, Profesor de Economía Ecológica (Universidad de General Sarmiento y UBA) e integrante del Panel Científico Internacional para los Recursos de Naciones Unidas, envió este artículo a lavaca.org que describe problemas y dilemas para debatir el presente.

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La economía podrida

Dr. Walter A. Pengue Profesor de Economía Ecológica (UNGS-UBA)


La economía “minera” continúa su camino de más de una década en la Argentina y lo mismo sigueen todos los países de América Latina. Es una economía de extracción, marrón. Es una economía podrida.
Hasta hace muy pocos años, las sociedades y sus clases políticas impulsaron un sistema de crecimiento económico que no se detuvo a mirar el resultado de sus impactos sociales, ambientales, ecológicos y biológicos.
En los últimos años, a pesar de la enorme información científica, de las presiones sociales y del conocimiento disponible por los decisores de políticas nacionales y globales, el eje que prima por encima de cualquier otra cuestión, es el económico, o mejor dicho, el del simple crecimiento económico, la acumulación y la subvaluación de cualquier tipo de daño, sea este ambiental o social. Y luego la discusión de la renta, incluida la ambiental, obtenida por la transformación de estos bienes. El discurso arcaico es el que prima: los gobiernos progresistas y una aparente distribución algo más equitativa de esta renta, los gobiernos conservadores, el de la estabilidad macroeconómica, una aparente distribución más justa y la equidad supuesta dada por el mercado…
Es realmente tremendamente preocupante que a pesar de observar, y no sólo ya leer información científica previsora, el hombre no sólo se convierte en lobo del hombre, sino que sigue siendo el peor lobo para la naturaleza y de sus recursos. Y esto es especialmente preocupante cuando estos recursos son la base de sustentación de la propia nave económica.
No basta con pensar para el gobierno de turno, que para mejorar la condición social, es necesario producir por transformación la naturaleza que le llega a sus manos. O agregar algún valor menor a la misma, cuando en el mundo “se mata” por cada punto de valor agregado en una economía. Es por un lado una falacia y por otro lado un error estratégico que ya las sociedades vienen pagando cuando apoyan su desarrollo en la mera disposición y explotación de sus recursos naturales.
Las tasas de transformación de naturaleza, superan a las tasas de reposición y de reemplazo tecnológico, lo que significa que por ahora y por un buen tiempo, la economía marrón seguirá degradando naturaleza, aunque en pequeña escala, se realicen mejoras tecnológicas por eficiencia ambiental y se piense que somos “más ecológicos” o que hacemos “agroindustria con sustentabilidad”. Pero en la gran escala, el gran costo es para la naturaleza.
Tampoco es demasiado claro el papel de la tecnología en generar megamáquinas que transforman de manera gigantesca al capital ambiental. Los casos de la agricultura industrial y de la minería, son dos puntos extremos de un impactante proceso de cambio de uso del suelo, en las escalas global, regional y nacional.

Ojos que no ven, ¡pero esto se cuenta…!

Este metabolismo social y la colonización humana sobre el planeta y todos sus recursos (Pengue 2009, 2013) parece ser irrefrenable. Por ese motivo, es importante comprender, más que los análisis de flujos monetarios de una economía entender que sucede con sus flujos físicos y con los cuellos de botella que se presentan o presentarán en ese contexto. Y además ponderar el valor de la biodiversidad y de los intangibles y servicios ambientales, que en muchos casos, superan ampliamente las arcas monetarias de cualquier gobierno.
En general en todos los continentes se produjo un aumento en el consumo de materiales, tanto en valores absolutos como per cápita. América Latina aumentó su demanda de materiales entre 1980 y el año 2008 de 12,7 a 15,6 toneladas por persona y un consumo de 3.100 millones de toneladas a 6.000 millones de toneladas para el mismo periodo por año.
La economía podrida
En el mismo período, la economía china pasó de 4.700 millones de toneladas de materiales a 21.100 millones de toneladas, con un aumento del consumo per cápita de 4,1 a 13,8 toneladas. La India tuvo un proceso de crecimiento con una demanda algo menor, pasando de 2.500 millones de toneladas a 4.000 millones, con un aumento de la cápita de 2,5 Ton. a 4 Ton. Más estables, se mostraron las economías norteamericana de 8.000 a 9.300 millones de toneladas, pasando de 31,7 ton a 27,5 ton. En Europa, el consumo de materiales pasó de 8.000 millones de toneladas en 1980 a 9.300 millones de toneladas en 2008. El promedio per cápita pasó de 31,7 ton. a 27,5 ton. En estas economías como así también en la economía japonesa, la búsqueda de ajustes a través del reciclado y le eficiencia tecnológica en el uso de materiales ha tenido algún impacto. No así sobre las pautas de consumo.
No obstante, los sectores que más impactan sobre la extracción de recursos naturales, son entre otros, la agricultura y la pesca (PNUMA 2010) y también en los últimos tiempos, la megaminería, por su carácter y transformación de recursos y paisajes. La agricultura es responsable de más del 50% del uso de las tierras y de más del 70% del uso del agua, a nivel mundial. La agricultura y la pesca también son responsables de casi toda la extracción de recursos bióticos naturales – se calcula que en la actualidad se usa el 35% de la producción primaria neta de materiales bióticos del planeta en procesos económicos.
Mientras que los materiales bióticos se podrían producir de forma sostenible, la extracción de los recursos pesqueros ha provocado el desplome de las reservas de pescado en varias zonas pesqueras. Otro tanto sucede con algunas especies de árboles, especialmente con algunas especies de maderas nobles de crecimiento lento. El establecimiento de prioridades en la escasez de recursos abióticos es una cuestión complicada. La seguridad del suministro de los portadores de energía fósiles (sobre todo, el petróleo) y de algunos metales puede plantear un problema en el futuro, lo que nuevamente resalta la importancia de los sistemas energéticos, tanto de energías fósiles como así también de renovables que pueden encontrar su cuello de botella en los materiales necesarios para su diseño.
En el caso de la Argentina, entre 1970 y 2009 la extracción de materiales pasó de 386 millones a 660 millones de toneladas, con una tasa de crecimiento superior a la de la población del país. Esto significa que el aumento en la extracción de materiales no está impulsada por el consumo doméstico (interno en sí mismo) pero si, y fundamentalmente, por la exportación de commodities (agricultura, forestal, ganadería, energía y minería) (Walter y otros). Comparando con otros países exportadores de la región, Argentina tiene la mayor extracción de materiales per cápita, 16.46 ton/cap. Colombia tiene un extracción per cápita promedio de 8.3 ton/cap. (Vallejo et al. 2011) y Ecuador de 7.4 ton/cap. (Vallejo, 2010).
La biomasa representa el 70% del flujo material, y se compone en un 71% por las pasturas y alimentos para el ganado, en un 2% por pesca y extracción maderera y en un 27% por cultivos.
Entre 1997 y 2009, la extracción de cultivos pasó de 50 millones de toneladas a 137 millones, siendo la soja el cultivo que más creció, saltando de 26,000 toneladas a más de 30.9 Millones en el mismo período. El área cultivada con soja también se vio disparada, pasando de 38,000 Ha en 1970 a 20.100.000 has en el 2015, lo que representa más de la mitad de la tierra cultivada. En 2014 la superficie total sembrada con cultivos fue de 39 millones de hectáreas. La soja ha desplazado otros cultivos de consumo doméstico como cereales, tubérculos, hortícolas y frutícolas.
También ha habido una reducción de las áreas de pastoreo para ganado, así como la práctica de la rotación de cultivos, concentrándose la producción ganadera en las pampas particularmente, en feedlots (ganado estabulado) y exportándose hacia otras ecorregiones como el Chaco, en un nuevo proceso de ganaderización.
Hasta el año 2012, los precios internacionales (Gráfico siguiente) de las materias primas, redireccionaron y orientaron las formas de producción de materiales brutos, en las economías emergentes, en especial en América Latina. Chile, Bolivia, Brasil, Venezuela, Argentina, se vieron beneficiados con ello, y en algunos casos como esta última, aplicaron impuestos (retenciones) a las exportaciones de estos bienes, que luego mal utilizaron y mal invirtieron en lugar de proteger, administrar y orientar producciones estables en los tiempos de vacas flacas. La economía, y en especial la que depende de materias primas, es cíclica y muy volátil también frente al cambio tecnológico, para bien o para mal. A partir de allí, y especialmente desde 2015, una caída en los precios de los principales commodities (soja, petróleo, metales, minerales), están poniendo en jaque a las economías commodities-dependientes.
La economía podrida

Retenciones Ambientales y Política Ambiental: la política de no
hacer política…

Hace más de una década explicábamos los beneficios y el derecho soberano que tiene una Nación a hacer uso de sus recursos naturales y gestionarlos de una manera sustentable.
La propuesta de contar con retenciones ambientales, en especial, aplicados “no con la mirada de la producción”, sino con la evaluación de los costos directos e indirectos del uso de un recurso natural, en especial el suelo, es prácticamente una obligación para una nación agropecuaria, que piensa continuar aprovechando sus recursos naturales, en especial, tierras y suelo, de una manera más o menos estable.
La retención ambiental, no es un castigo a la producción, cuando la primera está adecuadamente calculada. Y además es utilizada para gestionar el recurso involucrado en su mejor performance y sus flujos monetarios aprovechados para resarcir daños menores y prevenir otros mayores. También para contar con un fondo fiduciario frente a los seguros, daños ambientales por venir. La lista de impactos es demasiado larga e incontrastable con la realidad en todas las actividades extractivas (agricultura, petróleo, gas, minería, pesca). Y no ser pensadas como un castigo histérico a una forma de producción, para castigar a sus productores. Incluso así, pudo haberse claramente separado entre grandes, medianos y chicos, evitándose a la nación tantos costos y sinsabores.
La retención ambiental, es un instrumento de política ambiental, que bien utilizado, podría ser reconocido por la mayoría de los productores, las empresas genuinas de la industria, todos los actores sociales y el gobierno de turno, como un elemento importante que ayude a sostener una producción sustentable, en aquellos territorios donde esto es viable, ordenar en aquellos donde no es legítimo hacerlo de una determinado manera y hacerse prohibitivo en aquellas ecorregiones donde es realmente inviable la producción sin destruir la base de recursos. Un ejemplo claro, responde a la enorme irresponsabilidad de permitir, aprovechando simplemente buenos precios internacionales y tierras baratas y gentes pauperizadas, la brutal expansión de la soja en el norte argentino. No fueron emprendedores, gobiernos y particulares quienes incursionaron y “abrieron fronteras”, sino temerarios, que ahora también fueron los primeros en abandonar el barco productivo del norte, a su suerte. O convertirse nuevamente en otra producción marginal, con mayores costos ambientales.
Las retenciones son la contracara de los subsidios que ahora mismo vienen pidiendo quienes más que frontera agropecuaria, abrieron heridas en cada hectárea deforestada del norte argentino. Solo una política ambiental y agropecuaria irresponsable puede pretender sostener con subsidios lo que la naturaleza ya ha negado y que la economía global solo sostuvo por algunos pocos años. La reflexión: la tendencia histórica del valor de las materias primas es hacia la baja…
Cuando se tomó la decisión inconsulta constitucionalmente de quitar las retenciones, en rigor se debió haber avanzado en una legislación nacional sobre retenciones ambientales, que permitieran por un lado, regular el uso sustentable de los recursos, más allá de la cháchara de empresas privadas, semilleras, de fertilizantes, mineras sobre sus prácticas sustentables y del propio gobierno “amigable ahora con el medio ambiente”. Por supuesto que los operadores políticos que defienden y trabajan para un sector concentrado de la agricultura, sus Comisiones y actores, promueven lo contrario. Pero siempre está la oportunidad de cambiar y mejorar. El resultado es claro, una concentración de beneficios en cierto sector privado, un aumento de la presión sobre el recurso en cuestión y una presión aún mayor sobre el esfuerzo extractivo, minero, de pesca, que ponga en riesgo el uso del mismo. Es de libro el resultado, sólo basta con leerlos…
Los economistas ecológicos hemos bregado incansablemente por ayudar humildemente a pensar de otra manera en nuestra sociedad, en su totalidad y también científica.
Son increíbles los avances que se han logrado en la academia y en los grandes centros de pensamiento y producción científica en esta línea. Los grandes foros internacionales, por ejemplo en Naciones Unidas, también se abrieron en parte a estas nuevas ideas (RP UNEP, IPBES, TEEB, FAO y otros). No obstante, poco hemos logrado aún atravesar en la formación de nuestros políticos locales e internacionales, los economistas, los abogados y tantas otras disciplinas a las que cuesta mucho (simplemente por la formación disciplinar recibida) aún incursionar en la naturaleza multidisciplinar de la cuestión ambiental. Y allí subyace el principal error, el de la mirada de un único criterio, donde lamentablemente aún el económico, prima por encima de todos los demás. Y así nos va y nos seguirá yendo…, con un mundo y un país, cada día más finito. Hace unos años, un destacado economista ecológico, de Chile y de la CEPAL, decía algo así: “Cada día, tenemos menos árboles, menos agua, menos montañas…, será que cada día que pasa, somos menos país…”. Jorge Morello, su entrañable amigo de este lado de la cordillera, diría seguramente lo mismo…
Entonces, ¿cómo quitar retenciones y proponer un camino de producción sustentable?. Una falacia, por un lado, cuando se aplicaron en los gobiernos progresistas, se lo hizo con un mero sentido recaudatorio y cuando se las quita ahora, se lo hace con el afán de fomentar un aumento de la producción sin límites ni restricciones y con evidentes costos ambientales y sociales.
La pérdida y en realidad el objetivo de una retención ambiental, no se puede reemplazar con la recuperación vía por ejemplo, el impuesto a las ganancias. Con la primera, bien utilizadas, comprendidos sus objetivos y orientadas a la gestión sustentable de un recurso es posible ordenar el uso indebido o expoliativo del mismo. Con la segunda, a mayor transformación del recurso, mayor explotación del mismo, mayor acumulación de impuestos vía ganancias. Es claro que la política no está orientada hacia la práctica sustentable del recurso.
En la Argentina, la agricultura, la minería y la pesca, las tres definidas sobre recursos naturales renovables y no renovables, necesitan no solo incrementar la producción sino comprender procesos ecosistémicos, flujos de materiales, ciclos biogeoquímicos, estabilidad bioecológica para sostener en el tiempo justamente a la base de los recursos de un país con abolengo de agricultura y ganadería sustentable. Y productor de alimentos. Agricultura y Alimentos. Esa debería ser la clave. Como lo es en la mayoría de los países de base agrícola, productores y exportadores y vinculados también a los recursos naturales y los alimentos. Aquí pareciera que el andarivel pasaría más por la promoción de la agroindustria, vinculada a la industria de las semillas, la biotecnología, los grupos corporativos, que son los que vienen en realidad pregonando estos nuevos nombres de moda más vinculados al mercadeo que a la seriedad que incumbe a la seguridad y soberanía alimentaria. Un país “pionero” la Argentina…!, ninguno de los otrospaíses de enorme base agropecuaria (EE.UU., Canadá, Francia, Australia, Canadá, etc…), crearon un ministerio preponderante por encima del de su Agricultura!…
Liberar de retenciones a la producción de materias primas, responde a un claro sentido de, a falta de nuevas propuestas, impulsar lo de siempre, exportación de commodities. Frente a la caída de precios, y por otro lado, aumento de los costos de producción, no sería llamativo pensar que incluso algunas actividades productivas, soliciten aún más subsidios para seguir funcionando. Subsidiar la producción de recursos no renovables (petróleo, gas, minería) es una práctica insustentable que en lugar de fomentar nuevos empleos, sostiene equivocadamente a industrias contaminantes sin futuros. Mientras el mundo piensa y trabaja fuertemente en el reciclado de materiales y convierte sus ejes de pensamiento y sus nuevas mineras son las “ciudades” (de donde reciclan y extraen materiales), la Argentina sigue siendo la última frontera de transformación de minerales básicos, y quita las retenciones (mal aplicadas, pero pasibles de reorientarse), a las mineras multinacionales más contaminantes. Es importante y parte de la sociedad moderna el uso de minerales y metales. Lo es también contar con toda la información posible sobre minería de baja intensidad, para quienes deciden políticas. Naciones Unidas ha publicado varios documentos y colabora en proyectos que coadyuvan a disminuir, y no aumentar estos impactos. Pero ya no hay una única forma de producirlos o de reobtenerlos y ahí está la verdadera cuestión, entre países avanzados más cercanos al mundo desarrollado o economías extractivas al estilo más degradante del tercer mundo.
La retención ambiental es definitivamente un instrumento de política ambiental y de gestión sustentable del territorio. Mientras, como decía nuestro padre de la conservación de suelos en la Argentina, el Ing. Molina, “Argentina, se escribe con “A” de alfalfa…”, y se promovía un proceso de refinación de campos y rotaciones agrícola ganaderas que duraron más de cien años, hoy parece que la “A”, se quitó del abecedario agrónómico para ser ocupado solo por la soja y el maíz. Las retenciones ambientales y su utilización pueden o pudieron haber ayudado a reordenar estos factores cruciales de rotaciones agrícola ganaderas, reorientando lo que por coyuntura, el productor agropecuario no quiere hacer, volver a las pasturas o aprovechar los pastizales, pocos que quedan, naturales. La rotación hacia pasturas, además de mejorar el perfil, permite una mejor infiltración del agua, optimizar la estructura y porosidad, bajar la napa freática (hoy tan complicada con la soja), en definitiva, un conjunto de servicios agroambientales, de enorme valor productivo y ambiental.
Mientras la misma China, está en un proceso de pensar su futuro mineral y energético (carbón), un poco más alejando de la economía minera, con un costo social de más de 1.500.000 de puestos de trabajoy inversión para su redireccionamiento de más de 15.000.000.000 de euros, que orientarán hacia empleos verdes, según informa el propio presidente chino, la Argentina, sigue focalizada a fortalecer una economía extractiva, carbonizándose aún más en lugar de lo contrario. Le guste o no a un gobierno, la única manera viable de funcionar en el mediano plazo, será descarbonizar a su sistema económico y ello se logra explícitamente cambiando drásticamente su matriz energética: cambios en la producción, en la base de recursos energéticos, transformación de las fuentes de energía y abandono directamente de las no renovables, logística de transporte, de ciudades, de la industria. Cambios rotundos y no medidas paliativas. Nuevamente el uso de retenciones y subsidios, son junto con otros instrumentos de regulación ambiental, imprescindibles de ser pensados y aplicados. Tampoco bastará con consumir menos de lo malo disponible.
Para ello es vital, disminuir el consumo, destruir el consumismo y cambiar de hábitos. No promover “dos acondicionadores” por cabeza sino aire en las cabezas…Nuevas formas de pensar el mundo y del hacer. Una nueva mirada y de hecho un nuevo enfoque. Una mirada basada en una sociedad democrática respetuoso de ese entorno. Y ello se logra directamente con una cosa: Educación Ambiental.
Es llamativo que a la luz de la poco evaluada decisión de la quita de retenciones al campo,a la minería y la incomprensión de su papel ordenador en el ambiente, la sociedad y la economía. Más incomprensible lo es hoy, a pesar de contar ahora con ministerios de ambiente, agroindustria, energía y minería, ninguno de estos organismos haya dicho, informado, investigado nada sobre los efectos, directos, indirectos, de corto y largo plazo y menos aún, de una mirada algo más profunda vinculada a la sustentabilidad que debería tener una sociedad que apuntara a un proceso de mayor vinculación con el entorno que le da de comer y la sostiene: su naturaleza. En política verde, la Argentina está verde y los verdes no aparecen…
No basta con pregonar la importancia que tiene la naturaleza o que seremos cuidadores de la misma, sino sostener con la seriedad de los números, el análisis físico de la sociedad y la economía, y en especial, la estabilidad ecosistémica de las distintas ecorregiones del país que hoy en día siguen al menos aún hoy en día, frente a un nuevo conjunto de riesgos.
El ejemplo de la quita de retenciones ambientales, en un país desordenado en el uso de sus recursos naturales es sólo un ejemplo, de la falta de políticas ambientales activas. De políticas que de igual a igual, rediscutan el sentido y orientación de todo el proceso económico. Y no de una mirada paliativa de la economía. Hacer ecología hoy, no es promover el reciclado de papeles o el trazado de una ciclovía. Hacer ecología hoy, es discutir de igual a igual o aún más, con los dueños de los factores de producción y plantear un nuevo camino. El camino alternativo de la transición socioecológica, donde simplemente lo dañino, lo degradante, aunque produzca dinero, ya no es posible hacerlo. Pero el problema no se resolverá con la misma mirada, la formación y el objetivo político ambiental de corto plazo. Pensar la Argentina, es pensar el ambiente y su futuro. Así lo demanda su ley magna, aunque la mayoría esté mirando para otro lado.
Continuamos así, una nueva década de economía de rapiña. Una economía marrón con altos costos ambientales, claramente crecientes. Y una economía podrida que sólo podrá seguir funcionando, cuando como antes y actualmente, se sigan sublimando las externalidades a los precios del mercado. ¿Quién dirá que no, cuando el precio del mercado ordena a la economía?, ¿Quién, será escuchado ahora en la nueva mesa de discusión de políticas nacionales?, ¿Primará el llamado sentido común?, o simplemente se escuchará, algún día, el de la mejor ciencia ambiental, esto es, el de la comprensión de la complejidad en su cabal sentido….
Dr. Walter A. Pengue
www.walterpengue.com
Profesor de Economía Ecológica (UNGS-UBA)
Buenos Aires, Marzo 2016.
Nota:
Para profundizar en los temas vinculados a retenciones ambientales, metabolismo
social, intangibles ambientales, política ambiental, se sugiere leer los artículos de
Pengue, W., de acceso libre, publicados en la Revista FRONTERAS, del
GEPAMA, FADU, UBA, disponibles en www.gepama.com.ar

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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

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(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los  libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?

El podcast completo:

Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

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Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.

Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

Fotos Juan Valeiro

El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.

Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.

Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.

Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.

La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”. 

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:

  1. “Que no te vendan gato por león”.
  2. “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”. 

Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:

Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.

Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.  

Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.

Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
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Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.

Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.

La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.

Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
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La Ley del Cáncer: avanza un proyecto que permite fumigaciones con agrotóxicos a 10 metros de viviendas

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Una Ley Nacional que proviene del sector del agronegocio avanza en la Cámara de Diputados, impulsada por la UCR y la Coalición Cívica. Se trata de la norma que regula, entre otras cosas, la aplicación de agrotóxicos. El punto clave de este proyecto legislativo figura en el artículo 9, donde se establecen distancias mínimas para fumigar desde los 10 metros para aplicaciones terrestres y con drones, y 45 metros para aplicaciones aéreas. La primera reunión informativa contó solo con oradores promotores de la iniciativa y solo dos voces críticas; crónica de esa reunión y la opinión del médico Damián Verzeñassi, la enfermera del Garrahan Meche Méndez, el abogado Marcos Filardi y Sabrina Ortíz, vecina fumigada y abogada que acaba de presentar un escrito para convocar a audiencias públicas y foros de debate para evitar que se apruebe esta Ley que prioriza el negocio a la salud social y medioambiental. FRANCISCO PANDOLFI

Esta semana se presentó en la Cámara de Diputados el proyecto de ley nacional “de presupuestos mínimos de protección ambiental para la aplicación de productos fitosanitarios”. Es decir, de agrotóxicos.

El proyecto fue escrito por la Red de Buenas Prácticas Agrícolas, integrada por más de 80 instituciones públicas y privadas vinculadas con el agronegocio, y dentro del recinto encabezan la iniciativa los diputados Atilio Benedetti (UCR – Entre Ríos), presidente de la Comisión de Agricultura en la Cámara de Diputados, y Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica). La nueva norma ya cuenta con el acompañamiento de 32 legisladores, entre un abanico variopinto que engloba a La Libertad Avanza, Unión por la Patria, UCR, PRO, Coalición Cívica, Encuentro Federal, entre otros partidos. 

El punto clave de este proyecto legislativo figura en el artículo 9, donde se establecen distancias mínimas para fumigar desde los 10 metros para aplicaciones terrestres y con drones, y 45 metros para aplicaciones aéreas.

La Ley del Cáncer: avanza un proyecto que permite fumigaciones con agrotóxicos a 10 metros de viviendas
Atilio Benedetti, UCR-Entre Ríos, principal promotor del proyecto, expone en la reunión del pasado martes.

Exposiciones sin consenso

El martes pasado se llevó a cabo una primera reunión informativa en la cual las y los oradores sólo fueron personas, organismos y corporaciones a favor de la iniciativa.

En la comisión conjunta realizada entre Agricultura y Ganadería y Recursos Naturales y Conservación de Ambiente Humano hubo entidades gubernamentales, de productores, de ingenieros agrónomos, de acopiadores, de empresas de tecnología agropecuaria y ONG a favor de la ley. Maximiliano Ferraro expresó que “el proyecto no tiene una mirada sectorial”. Y que “nace de un diálogo. Un diálogo y consenso, que podemos ampliar”.

Sin embargo, se dijo, no hubo invitaciones a voces disonantes.

Las únicas dos ponencias que no se alinearon al lobby de la producción con plaguicidas fueron el diputado Juan Carlos Giordano (Izquierda Socialista – FIT Unidad) y su par Blanca Osuna (Unión por la Patria). Dijo Giordano: “Deben darle espacio a quienes estamos en contra de esta ley. Hay una lista de un montón de organizaciones que quieren venir a exponer las barbaridades que ocurren por el uso de agrotóxicos. Fumigar a 10 metros de ninguna manera puede ser una buena práctica agropecuaria”. Dijo Osuna: “Es indispensable escuchar voces de otros sectores, estamos en falta si no. Los expertos científicos deben estar acá, están ausentes en este proyecto. Primero debe estar la salud, luego la producción”.

La evidencia del modelo

Tras el encuentro del martes, distintos actores se manifestaron en contra del proyecto. Damián Verzeñassi es médico generalista y es el director del Instituto de Salud Socioambiental de la Universidad Nacional de Rosario, desde donde se hicieron desde 2010 a 2019 más de 40 campamentos sanitarios en diversos pueblos de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba para  relevar puerta a puerta la situación de la salud en localidades fumigadas. ¿Qué demostraron esos resultados? Que en las comunidades rurales se multiplicaban los trastornos endócrinos, los abortos espontáneos, las malformaciones y el cáncer. Opina Damián: “Si se aprueba esta ley permitiría que se fumigue a 10 metros con productos que pueden generar cáncer de mama, cáncer de tiroides, alteraciones endocrinas en las glándulas, disminución de la capacidad de nuestro sistema inmunológico de defendernos. Por ejemplo, el herbicida atrazina está prohibido en 37 países, pero en Argentina está autorizada. Este tipo de cosas avala la ley que quieren aprobar”.

Sin embargo, el diputado por la Libertad Avanza Pablo Ansaloni, que proviene de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) dijo en la reunión informativa: “Desde nuestra actividad, que la vengo ejerciendo durante 30 años, manipulamos el cereal y estamos en contacto todos los días con el fitosanitario. Podemos dar fe que no tenemos ningún enfermo”.

Meche Méndez es enfermera de Cuidados Paliativos del Hospital Garrahan y desde hace años viene dando una pelea (casi en soledad) para que exista una historia clínica ambiental que pueda demostrar la relación de los agrotóxicos con las enfermedades. Le dice a lavaca: “El sistema de salud sigue sin considerar el daño, en muchos casos irreparable, que los tóxicos utilizados desde hace décadas en el modelo extractivo están produciendo en el ambiente, los territorios y por ende en los cuerpos de quienes los habitamos, atendiendo los síntomas y/o la enfermedad una vez producida, pero sin asociarlo cómo posibles causa”.

Sobre el proyecto de ley, analiza Méndez: “Sólo puedo compartir mi absoluto rechazo. Ya está comprobadísimo por la ciencia sin conflicto de interés que la deriva (movimiento de plaguicidas en el aire) no tiene control, que los venenos enferman y matan. Necesitamos medidas aún más protectoras de las que tenemos actualmente y sobre todo dejar de usar esos tóxicos. Hago un llamado urgente a los profesionales de la salud, a las sociedades científicas supuestamente comprometidas con la salud y el ambiente a que se expidan y rechacen esta posibilidad criminal de echar venenos a 10 metros”. Remata: “Se sabe que produce cáncer, malformaciones, daños genéticos, un montón de enfermedades y síntomas. Esto no puede salir de la Cámara de Diputados”.

María Luisa Chomiak, de Chaco, es la única diputada de Unión por la Patria que acompañó con su firma este proyecto. Argumentó: “Lo suscribí porque se necesita tener esta discusión. Toda iniciativa es perfectible y no hay nada más importante que la salud. Si se prioriza esto, celebro que estemos discutiendo este tema”. Sin embargo, en el proyecto no figura que la reducción de las distancias va en sentido contrario al principio de «no regresión en materia ambiental» que establece la Ley General de Ambiente y tratados internacionales como el Acuerdo de Escazú. Ni tampoco informa las pruebas científicas ya demostradas sobre la consecuencia de los plaguicidas: desde los efectos letales del glifosato en embriones anfibios, constatado por el ex titular del Conicet Andrés Carrasco, hasta los estudios de Delia Aiassa en la Universidad de Río Cuarto sobre daño genético, que comprobaron el riesgo aumentado de contraer cáncer. A partir de estas investigaciones hubo fallos judiciales en distintos puntos del país prohibiendo las fumigaciones terrestres a menos de 1.095 metros y las aéreas a menos de 3.000.

Antecedentes que enferman

Una de esas localidades es Pergamino, al norte de la provincia de Buenos Aires. Allí vive Sabrina Ortiz, una de las tantas personas que se enfermó por agrotóxicos. Perdió un embarazo de casi 6 meses y tuvo dos ACV. Sabrina tiene una particularidad notable: como no encontraba abogados que la defendieran, estudió Derecho y se recibió. Fue amenazada; le mataron a su perro como amedrentamiento. Después de años de denuncias y estudios científicos, la Justicia federal confirmó que el 3 de diciembre de 2025 comenzará el juicio oral contra tres productores agroindustriales por delitos de contaminación ambiental, según la Ley de Residuos Peligrosos (N° 24.051). En la causa se documentaron daños a la salud vinculados a la exposición crónica a sustancias como glifosato, atrazina y clorpirifós. 

Sabrina, junto a varios colegas, acaba de presentar un escrito colectivo de abogadas y abogados de Pueblos Fumigados en donde solicitaron a las presidencias de las comisiones de Agricultura y Ganadería y de Recursos Naturales de la Cámara de Diputados de la Nación que convoquen audiencias públicas, foros y videochats de debate antes de tratar el proyecto de ley.

Marco Filardi es abogado especialista en derechos humanos y temas ambientales y es parte de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la Facultad de Medicina de la UBA. Le dice a lavaca: “Esta norma manda un mensaje a todas las provincias de que este (10 metros fumigación terrestre y dron, y 45 metros aérea) es el estándar mínimo, el piso ambiental y eso no lo podemos aceptar. Gran parte de nuestra población está expuesta cotidiana, sistemática y estructuralmente a la aplicación de más de 7.000 formulados comerciales con autorización vigente por el Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) en una cantidad de más o menos 500, 600 millones de litros de agrotóxicos al año. Tenemos el triste privilegio de ser el país que más agrotóxicos por persona y por año usa en el mundo y los resultados están en los cuerpos, están en los territorios”.

Desde los impulsores de la iniciativa no contactaron a científicos, ni profesionales de la salud, ni abogados, ni a ninguna de las organizaciones ambientales. Como por ejemplo la coordinadora “Por una vida sin agrotóxicos Basta es Basta”, de Entre Ríos, que se moviliza todos los martes desde 2018 frente a la Casa de Gobierno en Paraná. “La ley nacional es un ‘copy-paste’ de la que ya tenemos acá, aprobada a finales de 2024 y en la que habilitan fumigar a 5 metros de los cuerpos de agua, a 10 de las plantas urbanas y a 15 de las escuelas rurales. Ellos se amparan en las buenas prácticas agrícolas sin basarse en ninguna evidencia científica, a diferencia de todos los trabajos publicados en Argentina y en el mundo donde se demuestra el impacto que tiene el uso de los venenos sobre la salud y los ecosistemas, más allá de la dosis y la distancia. Lo que genera el daño es la presencia del veneno y si hay evidencia científica ya está: no hay más que hablar”.

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