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La expropiación del Bauen tiene media sanción: 13 años en un día

Luego de una larga y complicada sesión, ya tiene media sanción la ley de expropiación del Bauen Hotel, recuperado por sus trabajadores.

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Entre bombos, banderas y cohetes que asustan hasta al propio personal de seguridad del Congreso de la Nación, la trabajadora del hotel Bauen, Elsa Vera, eleva su voz para hacerse escuchar y mira fijo a los ojos. No titubea ni se asusta:
-Es hoy.
No hay esperanza ni astrología en su tono: hay convencimiento.
La expropiación del Bauen tiene media sanción: 13 años en un día
Son las 14.30 de una tarde calurosa y en la puerta del Congreso no parece haber lugar para la duda. Las trabajadoras y los trabajadores del hotel, que desde 2003 es autogestionado por sus trabajadoras y trabajadores en cooperativa y sin patrón, convocaron a las 14 horas en el palacio legislativo porque el proyecto de ley que declara al Bauen “sujeto a expropiación y de utilidad pública” estaba en el orden del día.
Es decir, iba a ser debatido y posiblemente aprobado en Cámara. El miércoles había sorteado tres comisiones (Presupuesto, Legislación general y Cooperativas y Mutuales) y fue parte del paquete de más de 90 leyes que el FpV buscaba aprobar y que seis horas después sería eje de discusión en los medios y redes sociales. Pero a las 14:30, entre bombos, banderas y cohetes, Elsa Vera no titubea.
-Es hoy.
No sostiene la afirmación con datos, sino con la mirada. Diez minutos antes, los rostros alegres de se desdibujaron. Les habían advertido que la sesión había llamado a un cuarto intermedio hasta las 16 y que el quorum se había caído. Los rumores y las versiones circularon: que la oposición, que el kirchnerismo, que las 90 leyes, que el pejotismo.
En el medio, el Bauen.
En ese clima y en ese bullicio que no dejó infartos de casualidad, 13 años de autogestión quedaron sostenidos en una mirada.
-Es hoy.
Lo dice Elsa Vera, que hace algo sorprendente en ese contexto: sonríe.

Más fuerte que en casa

“Es un día trascendental”, dijo Marcelo Ruarte, uno de los 120 trabajadores del Bauen, en plena calle, en pleno estruendo, previo al ingreso al recinto. Además de la ley de expropiación, también estaba en ascuas la coparticipación en ganancias de los empleados telefónicos y telecomunicaciones, por lo cual los sindicatos de FOETRA y SATSAID coparon la calle junto a trabajadores de La Litoraleña (tomada y en proceso de cooperativa) y Acoplados del Oeste (exPetinari, recuperada y con media sanción de expropiación en el Congreso bonaerense) que apoyarbn así la lucha del Bauen.
“Se corren distintas imágenes por la cabeza de los trabajadores”, sigue Marcelo Ruarte. “La ocupación, la resistencia, la puesta en marcha de semejante empresa. Hoy es un día que tendría que haber pasado antes, pero nunca es tarde cuando los funcionarios eligen ocupar el lugar que les corresponde. Si esto se aprueba, no sólo es lo mejor que nos puede pasar a nosotros, sino a todas estas empresas que fueron factores de poder de la dictadura, de la derecha, de los Macri, y hoy están en manos de los trabajadores. Hay una cuenta regresiva para los trabajadores que tendrán que entender que se abre una nueva instancia, que no tiene que ver con lo comercial: el Bauen tiene que ser cultura, un lugar de reencuentro con organizaciones de abajo, sociales, y con otras empresas”.
Cerca de la puerta, expectantes, hay tres adolescentes que cuchichean: Isabel Sequeira, Arminda Palacios y la propia Elsa Vera. Isabel trabaja desde 1993 en el hotel y dice que no cree lo que está pasando. “Estoy en las nubes. Fueron tantos años de versiones de la expropiación y nunca pasó nada. No lo podía creer cuando me dijeron. Yo no creo nada. Estoy en las nubes”.
Armina Palacios cuenta que está por cumplir 80 años, pero no dice que es la más veterana. “No me gusta: sí digo que soy la más antigua”. “Hoy es el día que nos merecemos para que nos den nuestro lugar de trabajo. Acompañada por mis compañeras me siento más fuerte. Tengo gran esperanza. El sueño mío es que el Bauen quede en manos de los trabajadores. Todos los años digo lo mismo y ya me es pesado, pero voy a estar hasta las últimas consecuencias”.
Elsa Vera trabajó 5 años con patrón y 13 en cooperativa. “Si bien hemos pasado muchos años con idas y venidas, hemos vivido todos los sentimientos habidos y por haber. Y por eso tenemos un apego que no te das una idea. Me siento más fuerte estando en el Bauen que en mi propia casa, porque en mi casa no he luchado tanto ni he vivido tantas cosas sentimentales. Y si bien es cierto que hemos estado que sí, que no, que vamos, que no nos atienden, que mil cosas, yo pienso que pasa algo, como la medicina: el médico tiene su conocimiento profesional, pero la última palabra es del de arriba”. Elsa Vera señala al cielo con los ojos. “Hoy vamos a tener la última palabra de arriba. Siento esa certeza. Hoy es nuestra última vía de recibir un okey. Todo tiene un límite: es la hora”.
Cerca de las 16 horas las trabajadoras y los trabajadores entraron al Congreso.

La psicosis legislativa

No había demasiadas certezas sobre lo que estaba ocurriendo. La novela comenzó pasadas las 12:30 cuando el oficialismo y sus aliados y los diputados de Unidad Popular, FIT (Frente de Izquierda y de los Trabajadores) y la diputada Victoria Donda alcanzaban 130 legisladores. Para que haya quorum, se precisan 129. Es decir, hubo uno más. La mayoría de los partidos de la oposición no acudieron y, durante los días previos, habían convocado a no sesionar hasta que la próxima gestión asuma el 10 de diciembre. Pero las piezas se juntaron y la Cámara sesionó y aprobó la creación de Yacimientos Carboníferos Federales como sociedad del Estado. Tras ese voto se llamó a un cuarto intermedio hasta las 16, donde prometieron incorporar rápidamente la expropiación del Bauen.
La espera se extendió porque tres legisladores riojanos del FpV -Javier Tineo, Griselda Herrera y Teresa Madera, que responden al gobernador Luis Beder Herrera- se retiraron del recinto. Los periodistas acreditados en Congreso comentaban que esa la provincia entró en negociaciones con el presidente electo, Mauricio Macri. También faltaban en sus bancas el santafesino Omar Perotti y la bonaerense Dulce Granados (esposa de Alberto Granados, ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires: se casaba su hija. Tampoco estaban los sindicalistas Oscar Romero y Carlos Gdansky, el misionero Oscar Redzuk y aliados del Frente Cívico por Santiago del Estero que responden al gobernador Gerardo Zamora.
La sesión se prolonga.
Pasan las 16:30, las 17, las 17:30.
Una eternidad.
Los palcos poblados. Las trabajadoras y los trabajadores del Bauen rompen la monotonía legislativa con diversos cantos: “Se viene la expropiación” o “A ver si bajan o los vamos a buscar” son dos de los hits que más resuenan. Mientras, observan el marcador de la Cámara como si fuera la final del mundo. Cada diputado que se suma es festejado como un gol. Pero los números varían de manera infartante: 94, 95, 96, 92, 90, 84, 75, 76, 79. Y así, ida y vuelta durante horas y horas. A las 18 el contador incrementa de golpe: llega hasta 128. Se frotan las manos. Caminan de acá para allá. Se miran.
“Uno más y no jodemos más”, gritan desde las tribunas. Falta sólo un diputado para el quorum. No aparece. El presidente de la Cámara, Julián Domínguez, abre la sesión y la presidenta del bloque FpV, Juliana Di Tullio, pide tiempo porque “hay voluntad de sesionar”. Hablan también Victor De Gennaro (Unidad Popular), Pablo López y Myriam Bregman (FIT). También Victoria Donda (Libres del Sur, primera autora del proyecto del Bauen, que luego tomó Carlos Heller), que subraya que los legisladores se hicieron presentes porque están “convencidos de estar votando leyes a favor de los trabajadores”. Entre los proyectos también estaban indemnizaciones para trabajadores de Gas del Estado, de Segba (Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires), de Petroquímicas Fiscales, que quedaron fuera del Programa de Propiedad Participada cuando fueron privatizadas. También, beneficios para ex trabajadores de Canal 13, Canal 11 y radios Belgrano y Excelsior. Los diputados y las diputadas nombradas fueron criticados en las redes sociales y en medios contrainformativos como Clarín y La Nación por habilitar el quorum, con sus consecuentes trolls virtuales.
A las 18:24 finalmente se alcanzó el quórum con la llegada del tucumano Isaac Broomberg.
Cuando el marcador cambió de color (de rojo a verde) para indicar que la Cámara puede sesionar los palcos rompen en aplausos. Pero el contador seguía jugando: 128, 127, 128, 126, 125, 127, 128. “¡Átenlos!”, propone alguien desde las tribunas.
Los minutos parecen años.
A las 18:28 Domínguez pide que se identifiquen todos. Hay quorum, hay aplausos y lo que sucede a continuación es extraño.
Di Tullio propone votar todo el paquete de leyes en un mismo voto, cuyas especificaciones leerá el secretario de la Cámara. La moción se aprueba. El secretario comienza entonces a leer números y números de órdenes del día, expedientes, trámites y un largo etcétera que fue aprobado por la totalidad del Congreso. Hay algunos leves aplausos. Inmediatamente, Domínguez se despide de la presidencia de la Cámara y todo concluye con la Marcha Peronista entonada a coro.
Los diputados se retiran.
Los trabajadores, en tanto, se miran.
“¿Y?”.
Federico Tonarelli, vicepresidente del Bauen, gestualiza con Carlos Heller, que le dibuja un círculo con la mano.
“Parece que me dice que se votó con todo el paquete”, interpreta.
Llama por teléfono.
Todos lo miran, nadie habla.
Los ojos de Tonarelli se humedecen y levanta la mano. Cierra el puño.
Las trabajadoras y los trabajadores rompen en gritos y saltos y abrazos.
Sí: habían conseguido la media sanción.

Freno al hartazgo

“Cuánto tiempo hace que la venimos buscando”, suspira Marcelo Ruarte. Armina Palacios agrega: “Tan grande es mi emoción que a los 79 años, después de tanta lucha, de tantas lágrimas, esto es nuestro y mis compañeros se merecen que así sea. Estoy con mi corazón más que contento”. María Eva Lossada, presidenta de la cooperativa, sintetiza: “Me hicieron temblar, pero seguimos fuertes como siempre. No ganamos sólo nosotros: ganaron todos los que creen en este proyecto y nos dan fuerza día a día. Estamos muy alegres. Me emociona mucho. Gracias a todos los que nos apoyaron. Demostramos que los negros pueden llevar una empresa adelante y es un mensaje a muchas cooperativas que necesitan fuerza para seguir”.
Federico Tonarelli, que durante toda la jornada estuvo con el celular pegado a la oreja o cantando o nervioso, puede finalmente sentarse y hablar dos minutos con lavaca. “En un momento pensé: ya está”, dice. “Me pasa de todo por la cabeza. Acá entré con mi viejo que falleció hace 3 años, y me hizo prometerle que sigamos hasta que logremos la expropiación. Pasan infinidad de cuestiones personales en medio de todo esto, que es un gran conflicto político. Ahora, tranquilidad. Pero esto sigue. Vamos a tomarnos algunos días y después pensaremos en la media sanción que falta en el Senado, en su reglamentación. El Bauen llega bien. Llega con hartazgo en relación a las cosas que vimos y vivimos todos esta tarde. Nos tienen hartos. Pero más allá de eso, tranquilos: vivimos de nuestro trabajo”.
Y en las escalinatas del Congreso, mientras las trabajadoras y los trabajadores bajan al ritmo de cantos y aplausos en dirección al hotel para festejar con un brindis, la mirada se cruza nuevamente con Elsa Vera, que mira y sonríe radiante, en un mar de abrazos:
-Era hoy.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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