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La Cancillería, la UTT y los chanchos para China

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Apio y propuestas: la UTT movilizada con barbijos (todas las fotos: Sebastián Smok)

A través de funcionarios de Cancillería, el gobierno confirmó a integrantes de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) que el acuerdo con China para la criar y exportar masivamente ganado porcino a dicho país no tendrá marcha atrás.  Pero abrió la posibilidad de discutir la implementación del cuestionado proyecto con organizaciones sociales, ambientales y con otros ministerios como el de Agricultura y Medio Ambiente. Participaron en la imprevista reunión Rosalía Pellegrini y Agustín Suárez, de la coordinación nacional de la UTT y, por Cancillería, el jefe de gabinete Guillermo Chávez y el secretario de Relaciones Económicas Internacionales Jorge Neme. En la conversación quedaron expuestos diferentes paradigmas e intereses para pensar la producción y el trabajo. La continuidad, o no, entre la gestión macrista y la actual. Para la UTT el saldo es positivo, porque se sacará a luz un tipo de debate que hasta ahora se resolvía de espaldas a la comunidad. El dilema entre el vaso medio lleno o medio vacío.  

En la calle Esmeralda al 1200 hay un spa, una regalería, un local que anuncia “uñas esculpidas”- “peinados para fiestas” – “sol pleno” (antes llamados “peluquerías”), un almacén de fiambres, quesos, aceites y vinos, una veterinaria y una Cancillería. Una diferencia entre los distintos negocios de la cuadra es la escala: la cantidad de gente a la que pueden afectar según lo que hagan o dejen de hacer.

A esa geografía se estaban sumando este viernes, casi al mediodía, 10 cajones de verduras agroecológicas y una olla popular acercados por la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) frente a la puerta de la Cancillería (Esmeralda 1212). La acción del gremio campesino, célebre por sus verdurazos, buscaba cuestionar el acuerdo entre Argentina y China para la cría masiva de cerdos que abastezcan parte del mercado de dicho país.

Desde Cancillería, diplomáticamente, les pidieron que al menos no instalaran la olla y los convocaron a una imprevista reunión con Guillermo Chávez, jefe de gabinete del canciller Felipe Solá y Jorge Neme, secretario de Relaciones Económicas Internacionales. Subieron a esa charla Rosalía Pellegrini y Agustín Suárez, de la coordinación nacional de la UTT, y Sergio Val de la fundación Che Pibe, de la CTA Autónoma.

Quedaron en la vereda los tentadores cajones mientras la reunión se extendía durante una hora, y los vecinos de esa zona afrancesada de Retiro consultaban a las mujeres de la UTT –todas con sus barbijos y las distancias pandémicas correspondientes– si podían comprarles calabazas, zanahorias, tomates o kale. “Si nos ponemos, las vendemos todas” comentaba una de las agricultoras, “pero estaba definido algo mejor: mandarlas a comedores comunitarios».

En los contendedores de la zona se veían afiches: «Argentina matadero del mundo. No al acuerdo con China. Liberación Animal». Un hombre se acercó en plan charla, saludando cada tanto a vecinos que pasaban en Mercedes o Audi. Postuló que el Covid-19 no existe, que el barbijo es inútil, y que el veganismo es una maniobra china para que la gente deje de comer carne, y quede toda para ellos.

A un costado, la olla estaba en modo espera.   

“El monocultivo es bueno”

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Los cajones que la UTT llevó frente a la Cancillería.

Tras la reunión hubo una charla informativa con quienes acompañaron la acción.

Agustín Suárez: “Nos plantearon dos posturas. La primera fue muy técnica. Están convencidos de que el acuerdo con China es positivo. Se va a hacer, va a traer dólares, puestos de trabajo y felicidad para todos” ironizó sobre lo que le plantearon. “Desde lo político, entienden  la propuesta que les acercamos: tiene que haber un diálogo con el resto de la sociedad para discutir si realmente va a ser o no positivo. Ahí está el conflicto. Parte de la sociedad tiene memoria sobre lo que significa la soja transgénica, lo que representó como saqueo, contaminación, vaciamiento de los campos, hambre. Y no nos convence tanto”.

El argumento se apoya en que una cría masiva de cerdos significará otro envión para la producción transgénicos como soja y maíz con que les dan de comer.

Rosalía Pellegrini: “Nuestra propuesta es que haya una mesa de diálogo. Que intervengan el ministerio de Agricultura, el de Ambiente y Cancillería, pero también entidades de las que llamamos ‘el otro campo’, organizaciones que participan en el Foro Agrario, organizaciones ambientalistas e incluso académicas. Gran parte de lo que veníamos buscando tenía que ver con eso: con poder debatir”.

Rosalía percibió las contradicciones de la situación: “Obviamente hay contradicciones. Hablan con una concepción popular, como gobierno de Alberto, pero parece que para ellos la justicia social y la protección ambiental son contradictorias. Llegar a la justicia social y un nivel de vida aceptable para el pueblo es contradictorio con pensar propuestas alternativas, por ejemplo agroecológicas”.

Agustín recordó que al hablar de justicia social, sus interlocutores les respondieron mencionando “inclusión” social.

“Y cuando nos íbamos seguían insistiendo en que el modelo sojero y de monocultivo fue bueno. ‘Revisen eso’, nos decían, y lo único que cuestionaban es que no estuvo correctamente controlado”. Cabe señalar que el señor Neme fue Coordinador Ejecutivo del ministerio de Agricultura de la Nación durante 14 años y 1 mes, entre enero de 2002 y enero de 2016, años del boom sojero que ahora describe como no “suficientemente controlado” durante su propia gestión.  “Pero ahí está la diferencia entre quien piensa un modelo de monocultivo frente al modelo diverso y agroecológico que planteamos nosotros”. El modelo de monocultivo que se vende como moderno, en realidad implica un atraso que pone al país en una etapa productiva de venta de materias primas, pre-“granero del mundo”.

Dólares & virus porcinos

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Otro planteo de los funcionarios fue el de la necesidad de dólares. Sergio Val: “¿Pero dólares para qué? Entraron dólares durante años por la soja, pero el país está totalmente endeudado, hay más pobreza y más hambre”.

Rosalía: “Y con este tema de China está la misma situación. Si los actores van a ser un puñado de empresas que especulan con el mercado internacional y mandan los ingresos afuera, ¿de qué sirve que entren un montón de dólares si no hay soberanía alimentaria, posibilidad de acceso a la tierra, y políticas públicas concretas?”  

“De todos modos es un desafío desde las organizaciones pensar cómo traer dólares a la Argentina, desde otro esquema productivo” propone Rosalía haciéndose cargo de lo que la clase política y económica no ha sido capaz de resolver.

El proyecto del Estado chino, a través de la Asociación para la Promoción y el Desarrollo Industrial de dicho país, consiste (supuestamente, porque en estos casos suele haber una brecha entre los números y la realidad) 27.000 millones de dólares en ocho años para la instalación de criaderos porcinos, que permitirían exportaciones a la propia China por 20.000 millones de dólares anuales (supuestamente).

O sea: es un traslado de sus criaderos a zonas lejanas, entusiasmo motorizado por la gripe porcina de 2018 que mató a más de 200 millones de cerdos, todo lo cual permite intuir que la culpa de los murciélagos en la actual pandemia es una leyenda frente a otros sistemas de relación enfermiza con los animales que generan las zoonosis. Los posibles efectos ambientales y sanitarios de este negocio son parte del rechazo que se manifestó en estos días.  

Para la Argentina, el proyecto representa (supuestamente) duplicar la producción actual. Y desde el punto de vista de la agricultura implica un relanzamiento –para alimentar a estos animales- de la producción transgénica basada en agrotóxicos, cuyos efectos cancerígenos han sido señalados por la OMS y por la justicia norteamericana en las causas contra Monsanto por el uso del glifosato Roundup.

Solá y la antinaturaleza

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Integrantes de la UTT tras la reunión con Chávez y Neme. (Fotos: Sebastián Smok)

Agustín Suárez: “Nos dijeron que van a instalar en principio cinco megafábricas de producción porcina en el norte argentino, de 12.000 madres cada una, con la idea de llegar en cinco años a 300.000 madres. No especificaron en qué provincias. Les dijimos lo que pensamos, que eso no va a funcionar, que va a traer problemas para la economía, para la salud, para la producción, la contaminación, pero ellos se cierran en que el proyecto es positivo. Creen que el desarrollo del país viene de la mano de la profundización del modelo agropecuario que ya tenemos. Nosotros decimos que tenemos casi 30 años de soja, y el discurso era el mismo: todo positivo. Y no fue así. ¿Quién abrió la puerta?”.

Rosalía responde: “Felipe Solá, el mismo que cuando negociaron con el sector del agronegocio dijo que la soja venía a solucionar el hambre de la Argentina. Hoy se ve más que nunca que no fue así. Aprobó el uso de transgénicos (en 1996, como secretario de Agricultura de Carlos Menem, en base a un informe de la propia Monsanto que ni siquiera había sido traducido al castellano). Y no hubo ninguna solución sino ganancias para un sector cada vez menor, mayor concentración de tierras y todo lo que ya conocemos como efectos en la salud”.

Plantea Rosalía que además ya es evidente que hay otros modos de producción: “Yo pensaba lo del ingreso de divisas, como algo que puede ser diversificado. En el Foro Agrario hemos presentado propuestas en ese sentido. Y además hay esquemas de producción extensiva de granos que son sustentables, experiencias reales como la RENAMA (Red de Municipios y Comunidades que Fomentan la Agroecología), que no dejan de crecer, y que tendrían que ser apoyados”.

Encadena Rosalía otra idea: “Estamos en el marco de una pandemia, una epidemia global, causada muy probablemente por la devastación de los ecosistemas. No es alteración, es destrucción: desmonte, monocultivo, contaminación. Y ahora quieren incorporar sistemas que implican hacinamiento de animales, que implican la antinaturaleza. Animales que hay que rellenar de vacunas y antibióticos para que no se mueran, y que después nos dan de comer. Yo creo que  la pandemia es una oportunidad para pensar otros modos de desarrollo y de vida”

Lo que huele Zulma

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Rosalía: “Celebramos la ida del macrismo, y saludamos la llegada de este gobierno, perro claramente es nuestra responsabilidad como movimiento social decir cómo son las cosas. Dudamos mucho de este proyecto, y tenemos todo el derecho a dudar”.  

Agustín:”Por eso planeamos que tiene que existir consenso social, y hablamos de abrir el diálogo. Entre esta gestión y la anterior, en lo técnico, no hay diferencias. No las hubo en estos últimos 30 años. Por eso es importante la actitud policía que se tome”.

En estos casos puede pensarse el diálogo como una oportunidad (el vaso medio lleno) o, por el contrario, como una forma oficial de evaporar las aguas y dejar el vaso medio vacío, para seguir con lo suyo sin ruidos en la calle.

Rosalía: “Para mi es positivo lo que pasó. Estamos logrando sacar a la luz un debate de política económica y agropecuaria dura, que venía gestándose a espaldas del pueblo. Es muy bueno poder sentar a las organizaciones campesinas, y a los ministerios para que pongan la cara y paguen el costo político de lo que hagan o dejen de hacer. Y a las organizaciones ambientalistas. Es un paso positivo. Una primera victoria”.   

Los cajones de verduras se cargaron rumbo a comedores comunitarios. La olla fue llevada a Plaza San Martín, donde comenzaron a acercarse personas que viven en la calle, en este invierno, en esta pandemia. Un guiso maravilloso funcionó como un gesto de convivencia. Rosalía: “Con las verduras y la amenaza de olla, logramos la reunión. Es apenas el comienzo, no es que mañana se vaya a lograr la reforma agraria. Pero hay que insistir e insistir para que se discuta, que la gente se informe y crezca la conciencia”.

Zulma Molloja, joven y aguerrida boliviana productora también de la UTT tiene una percepción: “Me huele mal el proyecto, porque todo lo hicieron a escondidas. Quieren más transgénicos, y ese es un modelo de muerte. Muerte para nosotras, para nuestros hijos. Como productores queremos ser parte de esto, pero llevándolo de otro modo.  En lugar de transgénicos, cosas sanas. En lugar de animales enfermos, animales saludables. Eso queremos: cambiar el modelo”.   

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La Estela: tierra guaraní en escena

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Las actrices Casandra Velázquez e Ivana Zacharski crearon un unipersonal sobre una niña litoraleña que descubre aventuras al amparo del monte misionero. El calor agobiante, la siesta obligatoria, los árboles de yerba mate y las leyendas de ese territorio se cruzan con la inspiración de Clarice Lispector como punto de partida.

Por María del Carmen Varela

A la hora de la siesta el pueblo entra en una pausa obligatoria barnizada por un calor agobiante. Ni el sueño ni el sofoco detienen a la niña, que abandona su cama con sigilo y logra escapar al amparo del monte. Encuentra en la intemperie el abrigo que no es costumbre en su casa. Cada día la espera una aventura distinta, aunque no siempre hay juego y risas. Rebelde, divertida, decidida, busca compañía para sus andanzas y si no la encuentra, transita en soledad.  La salvación a cielo abierto, la naturaleza como sostén y una fascinación: “La Estela”.

La actriz y bailarina Casandra Velázquez y la actriz y directora de teatro Ivana Zacharski dieron luz a esta niña litoraleña sumergida en la vastedad de un paisaje indómito y deslumbrada por Estela, la joven esquiva con mirada de pantera. Ivana y Casandra se conocieron a sus 18 años tomando clases de actuación con Pompeyo Audivert en el Teatro Estudio El Cuervo, poco tiempo después de que cada una viniera a estudiar teatro a la Capital. Casandra nació en Rosario y creció en Venado Tuerto (Santa Fe), Ivana es de Apóstoles, Misiones, donde se desarrolla esta historia que juntas llevaron a escena. Este universo, recorrido por Ivana, de tierras guaraníes surcadas por árboles de yerba mate y leyendas de peligros a la hora de la siesta, fue la inspiración para La Estela.

Ivana tenía ganas de dirigir un unipersonal y eligió a su amiga Casandra para actuarlo. El punto de partida fue un cuento de Clarice Lispector: La relación de la cosa. Casandra: “Los primeros encuentros fueron sin texto, nos acercamos a la obra desde el cuerpo, la respiración y la carne. En los primeros ensayos bailé un montón, unas danzas extrañas, medio butohkas, transpire, canté, corrí, toqué el bajo. Ivana empezó a escribir y yo a probar y actuar todos esos textos e hipótesis, el insomnio estaba presente, la obsesión con el tiempo, los fantasmas del futuro, algo vinculado a la materialidad del agua y el devenir del río. Aparecieron unos cuentos protagonizados por distintas niñas en paisajes litoraleños. Nuestro personaje de ese momento: una mujer en medio del insomnio, se contaba esos cuentos a ella misma para poder dormir”.

La Estela: tierra guaraní en escena

Foto: Gentileza La Estela.

Después de que Ivana hiciera un taller de escritura con Santiago Loza y Andrés Gallina, la historia fue tomando fuerza. Cuenta Casandra que algo se abrió y comenzó a aparecer la trama: “La obra apareció y nos empezó a hablar. Nos metimos adentro de esos cuentos, de esos paisajes y de esas niñas y dejamos de lado todo lo demás. Apareció algo muy mágico entre nosotras, algo de eso que las obras permiten, que es crear un universo común, descubrir conexiones y relaciones nuevas. Sentía que la obra estaba apareciendo y tenía voz propia, apareció el cuerpo de la obra y una forma de narrar”. Casandra recorre el escenario y su fuerza expresiva invita a adentrarse en la historia de esta niña llena de vitalidad y asombro. La vemos en su habitación, presa del calor de la tarde, en busca de libertad y juego, invocando protección divina cuando algo se le escapa de las manos, trabajando en el puesto rutero, pateando una pelota, como se patea a la injusticia, hipnotizada al descubrir la mirada felina de “la Estela”.

El entusiasmo de la juventud, las tragedias inesperadas, las súplicas, el goce de la novedad caben en ese cuerpo palpitante de sueños. Ivana y Casandra apelaron a sus propias vivencias para hilar la narración. Casandra: “Las dos pasamos nuestras infancias y adolescencias medio punkis en distintos paisajes litoraleños, lejos de esta ciudad, sus ritmos y velocidades. Había algo de ese universo común, de elegir siendo muy chicas irnos de las ciudades donde crecimos, que empezó a operar, casi telepáticamente. El ejercicio de revisitar esos paisajes y poblarlos de ficción fue fascinante, mirar el mundo con ojos de infancia nos abrió mucho permiso y nos devolvió mucha vitalidad, nos permitió vincularnos con la violencia, el dolor y la crudeza de crecer desde un lugar de mucho delirio y mucho juego. La obra es bastante impune en ese sentido, el relato no pide permiso, ni da explicaciones, sólo sucede. Justicia poética, decimos, un conjuro de liberación”.

Al cabo de dias de ensayo, la voz de la niña litoraleña comenzó a asomar y Casandra hizo un trabajo específico con la coach vocal Mariana García Guerreiro. El actor Iván Moschner también se sumó a pulir el fluir de la voz. Escuchar radios misioneras, discos y entrevistas a Ramón Ayala y otrxs artistas misionerxs colaboró con esa tarea. La niña que sube el escalón hacia la adolescencia, la que se enfrenta al monte y sus amenazas, se abre paso en la oscuridad con la lumbre de su irreverencia. Salvar y ser salvada, desafiar la imposición de la siesta, para correr a soñar despierta.

La Estela

El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960, CABA

Sábados a las 18  hs, hasta el 27 de septiembre

@laestela.obra

@casandravelazqz

@ivanazacharski

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Litio: nace un nuevo documental

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Este viernes 29 de agosto se presentará un nuevo contenido de Cooperativa de trabajo lavaca: Litio. Un documental dirigido junto a Patricio Escobar que refleja la lucha de las comunidades originarias y el paralelismo entre la reforma (in)constitucional de Jujuy, como experimento hacia la Ley Bases votada a nivel nacional.

“Te cuento esta historia, si me prometés hacer algo. ¿Dale?”.

Así arranca el documental Litio, una historia de saqueo y resistencias, que continúa…

Un documental independiente y autogestivo de cooperativa lavaca y dirigido en conjunto con Patricio Escobar, que traza un hilo conductor entre la reforma (in)constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).

Este proyecto tiene algunas particularidades: por un lado, no se trata de una única pieza audiovisual, sino de varias. Una más larga, de 22 minutos; y otras más cortas, de menos de 6 minutos. Por otro lado, se propone un documental en construcción permanente, al que se le irán agregando nuevas piezas de una cadena extractivista que parece no tener fin. Para esto, creamos una página web (que también estrenaremos el viernes 29) en la que iremos agregando los nuevos eslabones que surjan a futuro relacionados al oro blanco. 

LITIO muestra cómo viven las comunidades de la puna jujeña en la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, y a la par, zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo. Dato insoslayable: para obtener un kilo de carbonato de litio se utilizan hasta dos millones de litros de agua. Las imágenes se entrelazan con los ostentosos congresos mineros, la represión policial a las manifestaciones por la reforma (in)constitucional y la resistencia de un pueblo que no otorga la licencia social a la explotación minera.

“¿Cuánto cuesta, cuánto vale… nuestra Pacha?”, cantan las comunidades originarias. Esa bandera hecha canción – y esa pregunta- se construye a través de distintas entrevistas a las comunidades Santuario de Tres Pozos, Lipán, El Moreno, Tres Morros, Potrero de la Puna, así como a otros actores. También evidencia el silencio de las autoridades, que no quisieron hacer declaraciones públicas. “Todas las Salinas están cuadriculadas de pedimentos mineros. Allí viven las comunidades y debajo, en el subsuelo, están las minas”, cuenta Alicia Chalabe, abogada de las comunidades.

El documental plantea una premisa: la reforma (in)constitucional de Jujuy en 2023 impuesta por el entonces gobernador Gerardo Morales –a merced de la explotación del litio, ya que modificó el régimen de agua, de tierras fiscales y de la propiedad privada, y ratificó la propiedad exclusiva de la provincia sobre los recursos naturales, entre los que incluye el subsuelo y el mineral de litio– fue el experimento que sirvió de antesala a la Ley Bases aprobada en 2024. Esta profundizó no sólo la matriz extractivista mediante enormes beneficios fiscales a empresas mineras, petroleras y del agronegocio, sino también las relaciones carnales con Estados Unidos y particularmente con Elon Musk, dueño de la empresa Tesla que construye autos eléctricos, para lo cual el litio es fundamental.

LITIO termina con tres palabras, y se erige como punto de partida:

“Esta historia continuará

¿Dale?”.

Te invitamos a seguir construyendo esta historia, este viernes 29 de agosto a las 20, en MU Trinchera (Riobamba 143, CABA).

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Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

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¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?

Por María del Carmen Varela

Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?

La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.

Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.

¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.

Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.

En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.

Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.

NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA

Miércoles 30 de julio, 21 hs

Próximas funciones: los viernes de octubre

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