Nota
Liberaron a los cinco gremialistas en Tierra del Fuego, pero los mantienen imputados
Denuncian que la policía encapuchada allanó viviendas sin orden judicial, violencia con abuelos y niños, restricción de no poder salir de sus casas y persecución sindical.
Dos de los cinco gremialistas apresados en Tierra de Fuego hablaron con lavaca.org luego de ser liberados. El horror en horas de madrugada, la policía encapuchada allanando viviendas sin orden judicial, la violencia con abuelos y niños, la restricción de no poder salir de sus casas y la persecución sindical son algunos de los ingredientes de esta provincia paralizada hace más de dos meses en contra del duro plan de ajuste dispuesto por el gobierno provincial.

Foto: eldiariodelfindelmundo.com
“Lo único que atiné hacer fue despedirme de mi viejo porque no sabía a dónde me estaban llevando”, describe José Gómez , secretario general de la Asociación Fueguina de Empleados Públicos (AFEP), uno de los cinco dirigentes gremiales detenidos durante la madrugada del martes por policía antimotines, liberados tras las protestas sociales que hace más de dos meses paralizan Tierra del Fuego contra el paquete de leyes propuesto por la gobernadora Rosana Bertone (FpV) que recorta los salarios y eleva la edad jubilatoria. Las medidas produjeron que una veintena de sindicatos confluyeran en la Unión de Gremios para evitar el ajuste reconocido por las propias autoridades políticas, que argumenta que no hay recursos.
Las detenciones se produjeron luego de que los trabajadores abordaran el lunes al vicegobernador Juan Carlos Arcando después de un homenaje a las víctimas del hundimiento del crucero General Belgrano. Los trabajadores exigían que el Gobierno los escuchara, pero denuncian que los custodios empezaron a agredirlos y la policía les arrojó gas pimienta. Allí empezaron los forcejeos que algunos medios cubrieron como agresión de los gremios. Fue al revés: “Nosotros reclamamos diálogo”, esgrimen.
Horas después, de madrugada, ocurrieron las detenciones. Gómez argumenta su temor: “Pensá que eran policías antimotines, encapuchados”.
José Gómez lo pone en imágenes.
Revoleando ancianos
“Hacía 64 días que estaba viviendo en una carpa frente a Casa de Gobierno”, explica Gómez. “Ese día fui a pegarme un baño a la casa de mi papá y le pedí un ratito para dormir. A la media hora escucho ruidos. Eran tipo 3 o 4 de la mañana. Eran policías que decían que tenían orden de allanamiento que nunca mostraron. Estaban todos enmascarados. Mi mamá busca el celular para filmar, le dicen que no puede, se le abalanzan y a mí me tiran al piso de forma violenta. Mi papá estaba subiendo la escalera y lo agarraron y lo revolearon al suelo. Estaba semi desnudo, una persona grande, con diabetes: no tuvieron ningún pudor en ponerle la rodilla encima. A mí me torcían los brazos”.
Gómez frena un instante.
“¿Viste cuando percibís que la otra persona está disfrutando hacerte daño? Esa era la sensación que tenía”, dice. “Lo único que pensaba era que no le hagan mal a mi papá del corazón”. El gremialista cuenta que en ese momento los policías se enteraron de que había otro departamento en la propiedad. “Era de mi excuñada, que estaba con los tres hijos”.
¿Qué pasó? “Los empujaron, los destaparon, estaban en ropa interior. Una situación de porquería. Tienen 16, 11 y 7 años y les apuntaban con armas”.
Gómez cuenta que le leyeron algo que no llegó a comprender. “Me llevaron a una comisaria. En las peores condiciones: sin calefacción, con materia fecal, un colchón meado. Los golpes que nos dieron se curan, pero la situación social que estamos viviendo es muy grave”. El gremialistas cuenta que, lo peor, era las maquinaciones mentales: “Rogábamos que no hubiera ningún muerto, porque sabíamos que también iban a desalojar el acampe”.
Los otros gremialistas detenidos:
- Horacio Gallegos, secretario general de Sindicato de Obreros y Empleados Municipales.
- Roberto Camacho, secretario general adjunto de la CTA Autónoma.
- Alejandro Gómez, secretario de Organización de SUTEF (Sindicato Unificado de los Trabajadores de la Educación).
- Juan Manuel Estefoni, dirigente municipal de ASEOM (Asociación Sindical de Empleados y Obreros Municipales).
La liberación de los gremialistas se enmarcó en un “régimen especial” por el que no pueden salir de sus casas entre las 22 y las 6 de la mañana. Tampoco pueden acercarse a ningún edificio público ni ante la gobernadora Bertone o el vicegobernador Juan Carlos Arcando. “Es insólito, estamos en una ciudad chica: ¿cómo llevo a mis hijos a la escuela o al hospital?”.
Los cinco, además, siguen imputados.
Te reviento
A Horacio Gallegos, del Sindicato de Obreros y Empleados Municipales, también le golpearon la puerta violentamente cerca de las 3 de la mañana del martes. Su perro ladraba. “Me acerco, miro por la ventana y me dicen que tengo tres segundos para abrir la puerta”, rememora. “Les digo que esperen para que me fuera a cambiar. Me dicen: ´Si no la abrís, te reviento la puerta´. No tuve otra que quedarme para tratar de que no me rompan la casa. Es de madera”.
Gallegos estaba en bata. “No pude terminar de atarla. Ni bien entraron me tiraron al piso. No había discusión posible. Eran más o menos 15 policías del grupo antimotines. Les digo que hay una familia, que vivo con mi mujer y hay una nena de 12 años. Cuando estoy cabeza al piso les pregunto dónde están los testigos, para que las cosas sean transparentes. Me contestan balbuceando: no existían. Nunca me mostraron la orden de allanamiento”.
Lo mismo pasó con José Gómez.
A Gallegos le trajeron la ropa y lo llevaron hasta la Comisaría 4º de Rio Pipo, Ushuaia. “A partir de ahí me dicen que estoy en carácter de incomunicado. Así durante 48 horas, sin poder hablar con mi familia o mi abogado. Yo la saqué barata dentro de todo. Pero estamos bien, independientemente de las limitaciones que nos pusieron en cuando a nuestra movilidad y libertad, aunque sabemos que es parte de una política de acortar nuestros derechos. Sabemos que iban a intentar hacer una maniobra para que dejemos de manifestarnos”.
Patotas y policías
¿Cómo interpretan lo que ocurrió? Piensa Gómez: “Siempre que uno va incrementando la medida de fuerza lo hace como parte de una estrategia para que el otro sepa que hay un fin, que queremos llegar a una instancia de diálogo, pero no sé hasta qué punto nosotros no hemos podido interpretar los mensajes que dio el Gobierno. Cuando ellos sacan la ley, pedimos diálogo. Vamos y habían rodeado la Legislatura: había patotas y policías. Hicimos cortes y éramos flexibles con los ingresos, pero el Gobierno organizó un grupo de choque. Después cortamos Planta Orión, que es donde la provincia se abastece de combustible. Y ahí armaron una patota de camioneros, que estaban con los camiones y la policía atrás. De fondo, escondidos, los antimotines. Venían con armas de fuego y armas blancas. Estaban sacados, y sin mediar palabra arrojaron piedras y avanzaron sobre las mujeres. Ese fue un acto totalmente de terrorismo. Después nos empezaron a llover las causas. En cambio, ellos, no tienen ninguna No hay un indagado. Y nosotros, en menos de 10 horas, estábamos encarcelados e incomunicados en las peores condiciones humanas”.
Piensa Gallegos: “El gobierno jugó a que el conflicto iba a decaer y que íbamos a desistir de nuestro reclamo. Nunca pasó. Si bien tiene altas y bajas, las demandas siguen latentes. Ellos intervinieron y allanaron nuestras casas con la excusa de que había desaparecido un par de handies de la policía y la billetera de una periodista. Y por eso nos consideraban suficientemente peligrosos como para no dejarnos acercar a la policía ni a nadie. La idea, en realidad, era sacarnos del medio políticamente y desactivarnos como gremialistas”.
Gómez: “Es terrorífico. Estamos presos de nosotros mismos. Y sabemos que, cualquier acción que hagamos, en el corto plazo nos vuelven a meter. Seguimos imputados. ¿Sabés qué pasa en realidad? Esto está hecho a propósito. Está hecho para mostrarle al resto de los trabajadores que el que activa sus derechos va a terminar en estas condiciones”, dice sobre esta historia que, como tantas, continuará.
Nota
Alianzas bobas, espanto político, el ajuste y el oro, en el Día de la Lucha contra la Violencia hacia la Mujer

Tras el resultado electoral, las integrantes de distintas organizaciones sociales, barriales, políticas y sindicales (ATE, CCC, UTEP, CTA, FPDS, Barrios de Pie, PO, Evita) analizan lo que pasó, en la previa al Día Internacional de la Lucha contra la Violencia hacia la Mujer. Los errores que llevaron al presente, la situación económica actual y la inflación, la falta de trabajo. El regreso de los que se la llevaron con pala, el clima en los barrios y el comienzo del ajuste, en paralelo a la desmovilización de las mujeres tras la Ley de aborto. Sensaciones, incertidumbres y estrategias frente a lo que viene.
Por Anabella Arrascaeta.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
“No es posible que siempre nos esté uniendo el espanto”
Silvia León, referenta de ATE Nacional, llegó a Plaza de los Dos Congresos el viernes con el pañuelo violeta sindical al cuello y el verde por aborto legal en la muñeca. El día anterior, siempre en representación de las trabajadoras y trabajadores estatales, había estado en la Ronda que las Madres de Plaza de Mayo hacen cada jueves. “El límite es el ataque a los derechos humanos, el ataque a las mujeres, el ataque a los trabajadores. Pertenezco a ATE, en la época de Macri sufrimos alrededor de 60.000 despidos en el Estado y esto se avecina de la misma forma pero con características más graves”, dice sobre quienes acaban de ganar las elecciones. “En esta etapa, con este gobierno, tenemos que ampliar los ámbitos de debate y de construcción colectiva. No es Macri, va a ser más fuerte, más feroz y más profundo: más fascista. Y la única forma de enfrentar eso, como decían las Madres en la Ronda, es con esperanza y con organización. Ahora bien, creo que en este tiempo hay que pensar una estrategia bien distinta a lo que estamos haciendo”.
¿Por qué?
No es posible que siempre nos esté uniendo el espanto. Hacemos las alianzas, el frente, y después adentro hay un aquelarre y cada uno tira para su lado, los personalismos y los egos… todo ya lo vivimos. Porque la primera pregunta es: cómo llegamos a este momento. Hay que dar una respuesta distinta, ampliar los espacios del debate, no se puede salir con una resistencia loca, salir a la calle sin pensar lo que vamos a hacer; hay que construir bases sólidas con una visión de futuro.
¿Esa base con qué alianzas se puede construir?
Desde los feminismos tenemos una experiencia grande de construcción donde ponemos objetivos concretos y secundarízamos las diferencias, eso es lo primero. Y para nosotras se construye desde todo el campo popular, porque además hacen falta proyectos y formas que puedan enamorar y llegar a los y las jóvenes. Yo estoy segura que gran parte de la población que votó al partido que ganó no votó el proyecto de Milei, sino que votó una oposición ante la desesperación por este gobierno que no dio respuestas profundas, y que pudiendo hacerlo no lo hizo. Hay que hacerse cargo. Y el primer paso es estar en la calle todas juntas, defendiendo nuestros derechos, van a cerrar el Ministerio de las Mujeres que es nuestra conquista, están atacados los derechos que construimos, tenemos que estar defendiéndolos desde los sindicatos, desde la intersindical feminista que es una experiencia a profundizar, desde las organizaciones sociales, desde los feminismos, y sobre todo tendiendo puentes. También estamos acá por el Día Mundial para la Prevención del Abuso Sexual en las infancias, porque en este contexto como siempre los que van a perder derechos son las niñeces: a medida que se agudiza la violencia en la sociedad, también se agudiza dentro de los hogares. Este es un momento para pensar cómo hacer la resistencia.

Silvia León. (Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org.)
“Los que se la llevaron con pala están de vuelta”
Nené Aguirre, de la Corriente Clasista y Combativa, vive en zona norte de la provincia de Buenos Aires, donde cuenta que grandes fábricas ya empezaron a suspender trabajadores. “Lo hacen a dos días de ganar, ni subieron, pero se envalentonan, y el camino es este: juntarnos para pensar qué hacer”, dice en Plaza Congreso. “La convocatoria de hoy es importante: una vez más las mujeres estamos en la calle. Estamos acá para defender lo conquistado y avanzar con las conquista que faltan”
¿Cómo creés que será esa defensa y avance?
Primero tenemos que encontrarnos, reunirnos, hablar, nosotras supimos hacer una gran unidad ante las adversidades, siempre el recorrido fue poder reunirnos primero, y en este momento necesitamos unirnos como fuerza, y entre todas pensar qué medidas, qué acciones, qué objetivos. Las mujeres seguimos haciendo frente a la violencia de género en los barrios y seguimos a cargo de las ollas, y esto va a venir peor porque ataca a muchos sectores a la vez, todos populares.
¿Qué autocrítica tiene que hacer el movimiento?
Creo que desde el movimiento de mujeres peleamos mucho para que no llegue Milei. Nos manifestamos en todas las formas posibles, no alcanzó porque hay una situación objetiva de 150% de inflación. Al haber firmado con el FMI hubo un cambio. En nuestra organización decimos: tienen que pagar los que se la llevaron en pala, que son los que ahora volvieron, están de vuelta. Hubo infinidad de manifestaciones para defender lo que conseguimos, no alcanzó porque el gobierno no dio respuesta a quién paga la crisis. Hay que hacernos fuertes para que los sectores que la tienen paguen la crisis, y no el pueblo.
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“Hay que llorar, patalear y putear, pero después seguir adelante”
Lis González es de la villa 21-24, donde en las PASO ganó Milei, pero en las generales Massa. “Se vienen tiempos muy duros, como mujeres quedamos más perjudicadas, y más como mujeres pobres y villeras”, dice. Lis milita en el Movimiento Evita. “No le tenemos miedo, pero hay cierta consternación sobre qué va a pasar. No estoy enojada con la gente, soy autocrítica y entiendo que no hicimos un buen gobierno, mucha gente la pasó mal y fue un voto bronca”.
¿En el barrio qué se ve?
Es que no podes decirle a alguien que vive en una villa que va a vivir sin derechos, cuando alguien que vive en una villa no goza de derechos: no tenemos luz, ni agua potable, no tenemos cloacas, caen dos gotas y perdemos todo porque se inunda o se electrocutan las paredes, y mucha gente no entiende qué gobierno tiene que hacerse cargo, no se sabe que no hay programas del gobierno de la Ciudad para mejorar la calidad de vida de las personas que viven en la villa. La gente en el barrio está triste, porque no sabe qué va a pasar. Es complicado, pero hemos sabido durante el gobierno de Macri organizar la resistencia y en este gobierno también lo vamos a hacer.
¿Cómo se sale de la tristeza y de la consternación hacia la acción?
Organizándonos, hay que llorar, patalear y putear lo que haya que putear, pero después seguir adelante, y siempre juntas, porque cuando no hay un proyecto de país que nos ayude se hace más difícil pero quizás podemos generar, en esa falta, la alternativa.

_Lis González (Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org)
“La organización comunitaria es nuestro oro”
Norma Morales, de la UTEP, suspira y dice: “Seguimos teniendo las heridas abiertas, es difícil, pero tenemos que reflexionar sobre qué está pidiendo el pueblo que votó a favor de esta nueva dirigencia política. Veníamos notando que la política se venía alejando de la realidad, entonces era difícil contrarrestar los planteos que te hacía un jubilado o una mamá que está criando sola y que no llega a fin de mes, o ir a un hospital y que te den turno para 6 meses, o la inflación; hay que sentarnos a reflexionar y ponernos a la altura de lo que hoy está pidiendo el pueblo”.
¿De dónde agarrarse?
Creo que tenemos un tesoro los feminismos y los movimientos sociales: la organización comunitaria, es nuestro oro, tenemos que fortalecer y cuidar esa red que hemos construido en este tiempo. Falta, hay cosas que estamos haciendo mal, se nos siguen muriendo mujeres por feminicidios, por eso tenemos que escucharnos, abrazarnos.
¿Qué aparece como sensación en los barrios?
Hay mucho dolor, miedo, intranquilidad, tenemos muchas compañeras grandes y los anuncios en las redes, en los medios, traen mucha incertidumbre. Y en la otra vereda tenemos muchos vecinos que nos dicen que votaron a Milei porque quieren un cambio, y así abrieron una puerta donde la habitación que aparece es oscura. Por eso: nos tenemos que preparar.

Norma Morales (Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org).
“Basta de alianzas bobas”
Leonor Cruz, Secretaria de Géneros y Diversidad de la CTA Autónoma, llegó desde Tucumán, donde dice que ya hay despidos y achique de Ministerios, por eso plantea para lo que viene: “Unidad, estrategia, y federalización” ¿Por dónde empezar? “Primero: dejar de decir que nos derrotaron y que tienen la mayoría, porque eso no es cierto, hay un 44% de la población que le dijo que no. Es un tiempo de mucha escucha, las organizaciones tenemos la obligación de seguir en las asambleas escuchando el run run que por lo visto estuvo abajo, no hemos sabido construir un liderazgo, construir alternativas. El movimiento feminista en toda su diversidad y en toda su amplitud debe hacer un análisis sincero de la construcción de nuevos liderazgos, porque construir nuevos liderazgos es construir nuevo poder, y el poder que hemos venido construyendo por lo visto no ha convencido ni ha enamorado; tenemos que poder revisarlo sin flagelarnos porque no vamos a ponernos la culpa. Hay que debatir la construcción real de poder pero no el que estamos acostumbradas, porque hay un nuevo tiempo y eso es también una nueva oportunidad: la oportunidad de volver a enamorar, no es utopía, es realidad, y el movimiento lo supo hacer y va a estar a la altura de estos tiempos”.
¿Qué alianzas pueden construir esa utopía?
Todas, creo que no puede quedar nadie afuera. Pero basta de alianzas bobas, la unidad no se decreta. Todos tenemos una idea de proyecto de país: con justicia social, con más democracia, con trabajo, con producción, con soberanía. ¿Qué significa eso para cada uno de nuestros espacios? Hay que empezar a amalgamarlo en una idea común que nos una. No podemos caer en decir que nuestro pueblo se volvió fascista, porque eso es la derrota, nuestro pueblo no se volvió fascista, hay una parte que siempre lo fue, y lo sabemos, pero hay otra parte que está cansada, que tiene hambre, que está agobiada, que ve que nuestros barrios son cárceles a cielo abierto, que las juventudes no es que no tienen futuro, no tienen presente, a esos compañeros y compañeras hay que volver a enamorar.
“Los derechos humanos nos abrazan y sostienen como sociedad”
Celeste Ortiz lleva atado en la cintura un pañuelo blanco con dos palabras: Nunca Más. Es militante de Barrios de Pie, está sentada con sus compañeras, y se ríen entre chistes. Cambia su ánimo al ponerse hablar del presente, y cuando dice que imagina que se vienen años de tristeza. “Es fundamental que el feminismo, las organizaciones sociales, políticas y sindicales estemos en la calle. Va a ser desgastante”.
¿Cómo hacerlo entonces?
Nosotros creemos en la democracia. El pueblo eligió, y lo respetamos. Vamos a tener que ser estrategas, hay que salir, pero cuidándonos, para no exponer a compañeras y compañeros.
¿Qué significa el pañuelo con el Nunca Más?
Los derechos humanos son los que nos abrazan y sostienen como sociedad, me parece importante usar el emblema de Nunca Más, vamos a tener una vicepresidenta negacionista, que defiende a los genocidas, y hoy más que nunca tenemos que recordar a nuestros compañeros y compañeras desaparecidas, a las infancias que han arrebatado, reivindicar a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, y llevar el pañuelo a todos lados, como una forma de seguir construyendo memoria.

_ Leonor Cruz (Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org).
“Hay que volver a las calles”
Vanina Biasi integra el Plenario de Trabajadoras y el Partido Obrero. Imagina que vienen años de mucha lucha, “y eso tiene un aspecto positivo para reivindicar, porque cuando te tenés que sacar de encima a un Milei, a una Villarruel, no da lo mismo cómo lo hagas, de eso depende si vas a tener un futuro o no. El movimiento de mujeres tiene que saber que tiene un poder enorme, y que tiene que salir a organizarse para frenar los atropellos, para tener nuevamente la primacía en las calles que es un elemento fundamental en nuestra lucha porque ellos trataron de competirnos en la calle y no pudieron. Y hay que seguir militando en los barrios, en los lugares de trabajo, hablando con el votante de Milei, explicando por qué llegamos hasta acá.
¿Qué propuesta hay que construir?
Creo que tenemos que identificarnos con un programa independiente, no podemos salir a decirles a los que votaron a Milei que queremos volver al esquema que tuvimos hasta ahora, porque la gente votó contra el esquema de este gobierno. Realmente creo que tenemos que defenderlo desde un lugar de mucha independencia para salir a reconquistar a quienes votaron a Milei y no son fachos, obviamente. Esa tiene que ser nuestra estrategia: ganó Milei, las mujeres tenemos que volver a organizarnos; el movimiento obrero también, pero tiene una losa más pesada sobre la cabeza: la burocracia sindical.
El movimiento feminista quedó desarticulado tras la Ley de aborto, ¿por qué?
Quedó desarticulado porque estos años fue la prédica de que no necesitábamos movilizarnos porque teníamos un Ministerio de las Mujeres, y finalmente ni una cosa ni la otra se hizo. Siento que hay que reconstituirlo, y va a haber que sortear muchos debates, hay que ir a hablar con gente de otra corriente política que depositaron sus esperanzas en el gobierno anterior y plantearles que hay que volver a las calles. El norte tiene que ser el programa de las mujeres, no el programa de un gobierno que después pone por delante los intereses económicos de ese gobierno y nos deja a nosotras nuevamente sin avanzar sobre nuestras demandas. No va a ser fácil, pero nosotras vamos a colaborar en este camino.

_Vanina Biasi. (Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org)
“No hay trabajo en las calles”
“Este gobierno en la campaña dijo todo lo que iba a hacer, así que ya lo sabemos. Hay que estar atentas, y luchando”, dice Vany Velarde, del Frente Darío Santillán, una de las organizaciones que concentraron frente al Congreso. “Hay una estigmatización grande, pero los movimientos sociales y piqueteros existen porque hay un Estado ausente. No somos piqueteras porque queremos, no somos como dicen planeras, lo que hacemos es defender derechos que no están garantizados”.
¿Cómo imaginás que puede impactar en las mujeres la quita de planes sociales?
Terrible, porque muchas estamos organizadas en cooperativas y lo que recibimos es un impulso. Por ejemplo el Potenciar Trabajo, que aunque no cubre la canasta familiar, ayuda mucho. Lo mismo con toda la ayuda social que hay, otro ejemplo es la Asignación Universal por Hijo, que es fundamental para nosotras las madres, lo necesitamos, porque hoy no hay trabajo para todas en las calles.

Vany Valerde (Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org)
Nota
Mar del Plata protagonizó una gran marcha para espantar el miedo

(Desde Mar del Plata) «Vine con mis dos hijas para que vean que mientras en las redes hay odio y miedo, acá hay mujeres aliadas» dijo Andrea a lavaca este viernes, en plena y multitudinaria movilización marplatense convocada ante el Día Internacional de la Lucha contra la Violencia hacia la Mujer.
La marcha ocupó más de diez cuadras entusiastas en las que fermentaron también temas relacionados con el contexto político tras las elecciones del domingo pasado. La bandera que encabezó la movilización plantea: 25N Milei: ni un paso atrás con los derechos de las mujeres y diversidades”. Las mujeres aliadas que mencionaba Andrea esgrimieron también argumentos de las luchas por los derechos humanos y contra la violencia institucional y especialmente policial.
Algunas canciones, frases, ideas, sentimientos:
“Nuestros derechos no son privilegios. Derechos sí, derecha no”.

(Fotos: Sebastián Smok)
“No a la violencia/ las mujeres somos resistencia».
“Creyeron que el feminismo se va a acabar/ unidas y organizadas seremos más”.
Camila, de 21 años, iba con un letrero hecho a mano: “La ESI y la ley del aborto no se negocian”. Explicó a lavaca: «Tenemos que cuidar los derechos que ya tenemos, así, juntas y sin miedo». El tema del miedo parece acompañar estos tiempos, pero también los modos de superarlo.

(Fotos: Sebastián Smok)
Una pareja iba de la mano. El hombre explicó su presencia: «Ella tenía miedo y le dije: te acompaño».

(Fotos: Sebastián Smok)
Mucho más joven, Alex Sánchez (17 años) “Llevo este cartel porque la Memoria, la Verdad y la Justicia deben estar más vigentes que nunca».

(Fotos: Sebastián Smok)
La marcha en todo su recorrido unió las consignas clásicas del feminismo con las que denuncian la violencia policial, lo que despertó el aplauso de chicos jóvenes que miraban el paso de las mujeres muy desde afuera, al escuchar las canciones como “Dale alegría a mi corazón, vamos a llenar de ratis el paredón”.
Una mujere acompañaba también con aplausos. «Vienen tiempos difíciles pero nosotras vamos a dar pelea. Ni un paso atrás». La marcha continuó hacia adelante, en una ciudad que parece decidida a no dejarse ganar por el miedo.

(Fotos: Sebastián Smok)
(Fotos: Sebastián Smok)

(Fotos: Sebastián Smok)

(Fotos: Sebastián Smok)
Nota
Primera Ronda poselectoral de Madres: Tik Tok, el combate al miedo, las sonrisas, y otras batallas al sol

Primera Ronda de Madres de Plaza de Mayo, después de las elecciones. La gente en la Plaza, los comentarios, chiquilines de alto vuelo y mujeres que encaran el presente sin olvidar sonreír. Por Lucas Pedulla.
Jara Fernando.
Jarach Franca.
Jaramillo Galindo Maria del Carmen.
Juárez Carlos Héctor.
Los nombres siguen y siguen. Son decenas. Van por la jota, seguirán por la ele. La voz los lee en un cuaderno escrito a mano y todos son respondidos con un «¡Presente!» a puño alzado. La ronda da vueltas, como todos los jueves, alrededor de la Pirámide de Mayo, detrás de las Madres Nora Cortiñas, Mirta Baravalle y Elia Espen, acompañadas en sus sillas de ruedas.

Nora, Elia y Mirta. La imagen conmovedora en la Plaza, como siempre. Fotos Lina Etchesuri/lavaca.org
Pero, a diferencia de todos los jueves, hoy ocurrió algo: hay miles de personas acompañando. La ronda se transformó en el acto reflejo de una sensibilidad herida tras el triunfo de Javier Milei con el 55% de los votos en el balotaje del domingo. La Plaza se convirtió así en un escenario urgente de micro asambleas, donde en cada metro cuadrado había grupos de entre 3 y 6 personas con necesidad de hablar, mirarse y, sobre todo, pensar. Donde se escuchaban frases como:
-Hay que saber cuándo salir y cómo.
-Necesito llorar..
-Llorá, pero tenemos que pensar cómo poner el cuerpo para no pagar siempre los platos nosotros.
-Si ellas pudieron, cómo no vamos a poder.

Fotos Lina Etchesuri/lavaca.org
La madre de Tehuel y los sub-12
Una de las que llegó marchando es Norma Nahuelcura, la mamá de Tehuel de la Torre, el joven trans desaparecido desde el 11 de marzo de 2021. «Vine para pedir justicia por los que ya no están -dice a lavaca-. Siento que hay mucha gente que no sabe la historia, y por eso votaron lo que votaron».
-¿Tiene miedo?
-¿Miedo? No tengo. Soy la mamá de Tehuel y sigo luchando para que aparezca mi hijo.
-¿Cómo salir de esa sensación?
-Saliendo a movilizarse, por eso estoy acá para saber qué pasó con Tehuel.
La ronda también es escuela a cielo abierto, y por eso Inés -47 años, socióloga- trajo a sus hijos Facundo, de 11, y Malena, de 8. «Estamos para que las nuevas generaciones aprendan. Me da mucha tristeza que después de tanta lucha, a muchas Madres y Abuelas les toque terminar sus días en un gobierno que desconoce su lucha».
Facundo, con una camiseta de Argentinos Juniors, agrega: «Y que haya negado a los desaparecidos».
-¿Qué piensan tus compañeros de lo que pasó?
-Muchos lo votaron en sus casas.
-¿Qué pensás que les gustó?
-No sé si algo les gustó o si fue más lo que no les gustó de este gobierno, y por eso votaron por un cambio. Tengo un amigo al que le echaron al tío y difícilmente vote por Massa. A mí Massa me parecía un buen candidato, porque con lo horrible que fueron estos años, un 44% fue demasiado.
Es la descripción política de Facundo que, vale recordar, tiene 11 años.
Tania y Aimé son dos hermanas que caminan detrás de la ronda. Aimé, con 10 años, es la segunda vez que participa: “Hay mucha gente que viene porque se preocupa por el país y no le gusta que lo arruinen y disfruta lo que tenemos”. A algunos de sus compañeros les gustó Milei, a otros no: “Los que sí, decían que iba a hacer escuelas, y que como en Estados Unidos se hizo famoso, nosotros íbamos a ser famosos como Estados Unidos”.

Fotos Lina Etchesuri/lavaca.org
Tik tok y la comunicación
Tania tiene 19 y estudia Ingeniería Ambiental: “Mucha gente lo votó por conocer algo distinto, pero falta que conozcan de la historia. Si tu formación es Tik Tok y no hablás con tu familia, vas a repetir lo que ya vivimos. Hay que refugiarse en los cuidados y resistir”.
Natalia tiene 30, trabaja en una cooperativa de producción de alimentos saludables, y vino desde Avellaneda, sur del conurbano bonaerense. “Perdimos una batalla cultural -piensa-. Dimos por sentado cosas y nos costó poner una pregunta que desnaturalice lo que estaban diciendo: es terrible que hoy tengamos una vicepresidenta amiga de los milicos. La fragmentación, también, hizo que el debate sea entre los que pensamos parecido”.
Le preocupa el odio: “Habilitó la violencia. Esto viene con el antiperonismo histórico, luego fue con el kirchnerismo, la pandemia lo potenció, y el hito fue el intento de asesinato a Cristina: que no haya pasado nada a nivel político, social y judicial, es tremendo. Naturalizamos un hecho terrible, más allá del partido político que seas. Hay que fortalecer la organización, apoyarnos y ser inteligentes en cuándo salir y cuándo no, y qué enfrentar”.
¿Las causas del resultado electoral?: “Veo mucho descontento. Este gobierno no pudo resolver cuestiones materiales que mejoren la calidad de vida. La inflación termina opacando cosas buenas, porque la gente vota con el bolsillo, y el discurso político parece desanclado de las necesidades. Por otro lado, el odio. Luego, la juventud, con una dirigencia que ya no la interpela porque tampoco tiene un proyecto de futuro: no sabe si va a poder alquilar”.
Por último, subraya una crisis de la verdad: “Necesitamos construir una verdad: hoy decís algo, pero el otro no te cree. Sabemos que la verdad es una construcción, pero hoy las palabras que a nosotros nos marcaron ya no significan lo mismo. Lo que representaba un imaginario para otros no existe, y es un problema, porque no nos podemos comunicar”.

Nora y Mirta con paraguas
Hay miles de personas, hace calor, y a las Madres las refugian con paraguas para evitar el impacto directo de los rayos del sol. Cuando termina la ronda, se escucha la voz de Nora Cortiñas, 94 años, con su clásico final: tres veces “30 mil compañeros detenidos desaparecidos”, tres veces “presente”, tres veces “ahora y siempre”, tres veces “hasta la victoria siempre”.
Tres veces “venceremos”.
Frente al miedo y la angustia, las Madres.
Por eso Mirta Acuña de Baravalle, que desde el 26 de agosto de 1976 busca a su hija Ana María, secuestrada mientras estaba embarazada, junto a su compañero Julio César Gallizi, contesta tranquila: “El pueblo lo votó. Yo puedo sentir un montón de cosas, pero tengamos calma, confiemos en el tiempo”.
-¿No tiene miedo?
–El miedo es para los cobardes.
Dice esta mujer de 98 años que, en un gesto tan necesario para estos días, sonríe.
El jueves que viene, a las 15:30, habrá ronda otra vez, como hace 46 años.

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