Nota
Mar del Plata, una película de terror: investigan a la Bonaerense
La repercusión de la denuncia del integrante de lavaca Bruno Ciancaglini impulsó la apertura de un sumario administrativo a cargo de la Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad provincial. No hay noticias aún de que el Ministerio Público Fiscal haya abierto una investigación, tal como es su obligación. Qué dice el fiscal que fue consultado esa madrugada de terror por la policía. El caso originó que muchos marplatenses compartieran sus experiencias de abusos policiales, pero también su impotencia por la impunidad que los protege, por inacción de la justicia.
El Ministerio de Seguridad bonaerense ordenó un sumario administrativo para investigar la detención arbitraria y los abusos policiales denunciados por lavaca. A través de su jefe de prensa se comunicaron ayer con la redacción de MU, en horas de la tarde, para informar que la denuncia había sido remitida a Guillermo Berra, titular de la división de Asuntos Internos de Ministerio.
También se comunicó el fiscal marplatense Guillermo Nicora, quien intervino en el procedimiento de esa madrugada de pesadilla. Detalló:
«La policía me llamó a las 6 de la mañana. Me dijeron que les había sacado una foto y eso era coacción agravada. Les dije que eso no era ningúna coacción, que la gente tiene ese derecho».
Luego explicó las características particulares de la administración de justicia en suelo marplatense:
- Si es un delito penal (en este caso, coacción agravada) la policía llama al fiscal para que intervenga.
- Si es contravencional, no. Explica Nicoria. «Desde 1999 los fiscales no tenemos actuación en el ámbito contravencional, solo la policía». Esto significa que la policía hace todo el procedimiento y recién después, lo remite a un juez de paz. Para que quede claro: no hay ningún control del procedimiento policial.
Este caso es un ejemplo de cómo funciona el sistema en manos de la policía Bonaerense: ante la negativa del fiscal de legitimar la detención de Ciancaglini, la policía la justificó armando una causa contravencional.
¿Qué pasa cuando se denuncia este uso abusivo de la fuerza y de la ley?
- Hasta el momento el Ministerio Público Fiscal no se presentó ante la justicia para impulsar que se investigue la actuación policial, tal como es su obligación.
- Consultado el fiscal Nicoria sobre si él iba a investigar el abuso policial del que tiene evidente conocimiento, respondió: «Me solidarizo con Bruno y ofrezco dar testimonio, porque esto es una barbaridad».
Por su parte, la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados de la Nación, Victoria Donda, habló con Federico Salvai, jefe de gabinete de la gobernadora María Eurgenia Vidal, para expresar su preocupación por la seguridad de las víctimas, en especial de las que no pudieron ser identificadas con nombre y apellido por Bruno. En su crónica describe los golpes que recibió uno de los detenidos: es probable que esas personas –testigos de esta denuncia- estén ahora en una celda de la policía bonaerense, y por lo tanto, expuestas a presiones y amenazas.
La violencia cotidiana
Fueron innumerables las expresiones de solidaridad, ofrecimiento de apoyo legal y repudio por la violencia policial, entre ellas la del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), que en un comunicado “rechaza categóricamente los abusos policiales ocurridos en ocasión de la cobertura del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata”.
También fueron muchísimos los mensajes de marplatenses que compartieron sus experiencias de abusos policiales. Un ejemplo es este que, firmado con nombre, apellido y DNI, relata:
“En mi barrio esto es el pan de cada día!! Nuestros hijos viven estas situaciones como normales. Lo peor no es que ellos crean que los policías tienen derecho a hacerles eso porque es su deber. Lo peor es que no hay manera de que una denuncia llegue más lejos que una nota en el diario. Las denuncias ante la fiscalía quedan archivadas por falta de pruebas. Y lo que los señores policías hacen queda invisibilizado. A mi hijo le rompieron la moto, lo cagaron a trompadas y patadas, le robaron la gorra y los cigarrillos, le quitaron el DNI, lo putearon, lo discriminaron por usar gorra de visera, etc. etc. etc. y como no hay testigos no pasa nada. Al otro lo apuntaron con la ametralladora porque les dijo que no lo podían maltratar. Por supuesto que siempre a los gritos y puteadas. Otro día estaban jugando a la pelota en la plaza y les pidieron los documentos y a uno se lo perdieron, los subieron al patrullero y los llevaron a la comisaría, Ahí metieron al más grande en el calabozo y al más chiquito lo dejaron encerrado en el patrullero hasta que le dio un ataque de pánico. Después lo soltaron y le dijeron que raje de ahí o lo cagaban a patadas. Disculpen que les cuente todo esto, pero lo que sucedió ayer me conmovió hasta las lágrimas porque no se puede hacer nada. Déspotas, tiranos, ladrones, completamente violentos, y están armados !!! Les mando un abrazo desde Mar del Plata y mis disculpas por la vergüenza de policía que tenemos”.
Otro mensaje sintetiza los muchos abrazos escritos que recibimos:
Querido Bruno,
Me parte el corazón y el alma lo que contás. No entra en la cabeza de este pibe de 24 años, que cada vez desconfía más del mundo y de sus monstruosidades, que un visitante como vos, que se acerca a cubrir el que creo yo es uno de los acontecimientos más bellos, enriquecedores y fascinantes de esta ciudad, tenga que pasar por las experiencias que con tanta habilidad conseguiste transmitir en palabras.
Lo lamento muchísimo.
Por supuesto que lo lamento por vos. Porque nadie se merece pasar por semejante situación, jamás en la vida. La impotencia que debe generar semejante privación de libertad y derechos es indescriptible, por lo que realmente me deja sin palabras tu testimonio
Pero también lo lamento un poco por mí, y por todos los marplatenses. Porque no termino de entender cómo semejantes atrocidades pueden pasar en mi ciudad, en mi hogar de toda la vida. Porque que me cuentes que estas barbaridades ocurren acá me hacen sentir como si ocurriesen en el patio mismo de mi casa, me parten el alma y me llenan de lágrimas de rabia y decepción.
Entiendo que es posible que jamás vuelvas a pensar en Mar del Plata de la misma manera. Me parece una lástima que nunca más puedas disfrutar como antes de las maravillas que puede llegar ofrecer este lugar que aparentemente hoy en día está bajo la «protección» de seres de tan bajo nivel.
Sin embargo, quiero dejarte la puerta abierta para que el año que viene, siempre y cuando estés de acuerdo, pueda remendarlo recibiéndote por cuenta propia, de parte mía y de todos los marplatenses, y asegurándome de que no te falte nada para que puedas llevar a cabo tanto la cobertura del festival como tu disfrute del mismo.
Porque nadie debería perderse de un evento tal, a pesar de que los malvivientes (porque estos son los verdaderos malvivientes) hayan querido mancillarlo para vos por siempre.
Te espero de brazos abiertos, y esperando que estés dispuesto a nunca bajar los tuyos.
Y por favor, nunca calles. Porque testimonios como el tuyo ayudan a abrirle los ojos a más de uno.
De parte mía y de todos los marplatenses te mando el abrazo más fuerte que pueda darse, y espero verte el año que viene, para demostrarle a los cobardes lo que es tener un par de pelotas bien puestas”.
A todas las personas que nos hicieron sentir tan acompañados queremos decirles: gracias. Nos dan fuerza para seguir.
Nota
Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.
Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío Santillán.

Maximiliano Kosteki
Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.
El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.
Siguen faltando los responsables políticos.
Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.
Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

- Revista MuHace 2 semanas
Mu 204: Creer o reventar
- MúsicasHace 3 semanas
Susy Shock y Liliana Herrero: un escudo contra la crueldad
- ActualidadHace 4 semanas
Que viva el periodismo: las respuestas a los ataques a la prensa
- ActualidadHace 2 semanas
Los vecinos de Cristina
- AmbienteHace 2 semanas
Contaminación: récord histórico de agrotóxicos en el Río Paraná