#NiUnaMás
Natalia Oreiro en El cuarto de Lucía: «Que esto no vuelva a pasar»

A pocos días de iniciarse el juicio político a los jueces Juan Facundo Gómez Urso y Pablo Viñas, la actriz y cantante Natalia Oreiro visitó El Cuarto de Lucía en el Museo Provincial por la Memoria, abrazó a la familia y leyó la carta que Marta, Guillermo y Matías dedican a quienes visitan la instalación, que permanecerá abierta hasta el 24 de noviembre en la ciudad de La Plata. Un día antes, el 23, comienza el juicio a los magistrados: convocan a movilizarse frente al Senado bonaerense.
El miércoles pasado abrió la muestra El cuarto de Lucía, nuevamente en la ciudad de La Plata, esta vez en el Museo de la Comisión Provincial de la Memoria. No es casual la fecha ni el lugar: este organismo recibió la instalación como parte de su trayectoria en la lucha por los derechos humanos, de denuncia al Estado y de construcción de verdad, memoria y justicia.
Dos días después de esta nueva inauguración, el viernes, la familia recibió la visita de Natalia Oreiro, actriz y cantante que sumó su abrazo y su voz al leer una carta que asegura que «todo femicidio es evitable» y reclama una serie de acciones concretas al Estado.
También, la nueva versión de la Carta invita a movilizarse el día 23 de noviembre frente al Senado bonaerense, ya que ese día en ese lugar fueron citados dos de los jueces que dejaron impune el femicidio de Lucía Pérez. Tendrán que dar explicaciones sobre ese fallo misógino, en el comienzo de un juicio político que la familia impulsa como parte de un reclamo social. Como dijo Natalia Oreiro previo a leer la carta: «Es para que esto no vuelva a pasar».
Nunca más.



Los anfitriones
Pasadas las cinco de la tarde, la periodista Claudia Acuña dio las palabras de bienvenida y la directora del Museo de Arte y Memoria, Laura Ponisio, manifestó: “Estamos muy conmovidos de recibir El Cuarto de Lucía, a los padres: seguimos de cerca la causa, es una situación muy especial”. Sandra Raggio, Directora General de Áreas de la Comisión Provincial por la Memoria, agradeció a Marta y Guillermo. “Este es un espacio para la sensibilidad. Este es un organismo público, autónomo, es un organismo que defiende los derechos humanos y trabaja por la memoria. El Presidente de la Comisión por la Memoria es Adolfo Pérez Esquivel, está integrada por Dora Barrancos, Nora Cortiñas. Tiene la función de bregar por los derechos humanos y eso implica controlar al Estado y también esos despliegues de violencias que se dan en la sociedad producto de estas estructuras jerárquicas como el patriarcado, que produce violencia de arriba hacia abajo”.
Roberto Cipriano García, Secretario ejecutivo de la Comisión Provincial por la Memoria subrayó: «Es necesario visibilizar esta causa, porque el Poder Judicial es un poder violento con ciertas víctimas. La prueba es lo que hizo este Tribunal, la fiscal, la revictimización de la familia, en lugar de traer reparación, trae más violencia. Este logro que tiene la familia, este jury hace falta para trabajar mucho con la conciencia de les pibes, de toda nuestra sociedad: esto es parte de hacer reflexionar”.
El padre de Lucía, Guillermo agradeció al espacio y a todes quienes les acompañan: “No estamos solos en esta lucha: Lucía nos une”.

Las víctimas
Marta Montero tomó el micrófono y dijo: “Quiero que hable la mamá de Nani, quiero que digas que todavía no tenés justicia”.
Susana, la madre de Nadia Ferraresi, a quien asesinaron en 2019 de una puñalada, contó: “Ayer se complireron 33 meses del femicidio: fue una bomba en la familia, pero nos tocó. Y tenemos que pedir justicia. Yo debería estar dedicándome a mi nieto, porque me dejó una semillita, y tuve que dejarlo porque me tengo que ocupar de pedir justicia. No es justo. Hay gente que tiene que defendernos, que investigar, me dieron su palabra y yo todavía creo en la palabra de la gente, y me defraudaron. Elevaron la causa a juicio y no investigaron. Yo necesito respuesta, mi nieto de seis años me pregunta y tengo que responderle. Necesito que investiguen, quiero saber qué pasó, no quiero a un perejil en la cárcel. No sé a quién recurrir, nadie está preparado para esto. A mi hija no me la devuelven más, sé que está muy trillado decir esto, pero tengo a mi nieto. Tenemos una vida que reconstruir y no nos dejan. Quiero justicia”. Por el femicidio de Nadia hay un detenido que es esquizofrénico pero la familia cree que actuó con otra persona, a quien el hijo de Nadia reconoció.
Marta volvió a tomar el micrófono y, mirando a Susana, aseguró: “Estamos acá, por eso estamos acá. No nos callamos más. Hace cinco años que mataron a Lucía, hace 33 meses que mataron a Nadia. Vamos a conseguir justicia, no pedimos dádiva, pedimos lo que nos corresponde. Exigimos justicia. Esta lucha que llevamos como mujeres.
«Así como salieron las Madres cuando les mataron a sus hijos en la época de la dictadura, hoy salimos nosotras».
Marta Montero, mamá de Lucía Pérez.
SY siguió Marta: «Susana: vos vas a tener justicia para tu hija, como la va a tener Lucía, como la tuvo Araceli. Tu hija va a estar orgullosa de vos, como lo está Lucía de mí, sigamos acompañándonos. Ellas nos van a guiar. Tené paz en el alma, porque vos no hiciste nada que te mataran a tu hija, como yo no hice nada para que mataran a Lucía, Lucía no hizo nada para que la mataran. Tené paz, la paz nos deja ver el horizonte, nos deja pensar. Yo salía de mi casa y sentía que me volvía loca, a todos nos pasa. No hay equipo interdisciplinario, ese padecimiento seguimos teniendo, los que tuvieron justicia, tuvieron justicia pero sigue otra etapa peor, te das cuenta de que tu hija no vuelve más. Algo vamos a hacer, no sé qué. Lo que sé es que estamos juntos para que esto cambie, para que no nos sigan matando a nuestras hijas”.

La carta
Natalia Oreiro tomó la palabra, saludó a les presentes y dijo: “Tengo para aportar que estoy acá porque Lucía somos todas y además soy madre de un varón: quiero que él sepa la sociedad en la que vive para que también construya una sociedad más justa, que esto no vuelva a pasar. Voy a leer una carta que es de la familia de Lucía, para todas las personas que visitan esta muestra”.
Una vez finalizada la lectura, Natalia recorrió al Cuarto de Lucía y se quedó hablando con Marta y Guillermo.
Carta de Marta, Guillermo y Matías a quienes visitan El Cuarto de Lucía:
Todo femicidio es evitable.
Lo decimos desde el dolor y desde la convicción que nos da la experiencia de haber convertido este sufrimiento en una batalla cotidiana contra la violencia.
Todo femicidio es un golpe brutal para cada familia y una herida social para toda la comunidad pero también, una oportunidad para prevenir los próximos si hacemos lo que hay que hacer hoy, ya, ahora.
El femicidio de Lucía es un ejemplo, es un símbolo, es un alerta, pero no es un “caso”. Es el brutal resultado de una cadena que hace funcionar la maquinaria femicida y es esa cadena la que tenemos que romper, eslabón por eslabón.
El principal eslabón es el que garantiza la impunidad de ese crimen. Es el que se activa desde el primer momento para que la investigación esté contaminada por las complicidades que permitieron que ese femicidio se produzca. Es el que se activa en Salta, por ejemplo, hace diez años cuando asesinan a Cassandre y Horuie, las chicas francesas; o en San Martín con Melina y Araceli; o en esta Capital con Carla; o Córdoba con Cecilia; o hace menos de dos meses, en Santiago del Estero, con Luciana. Todas vidas jóvenes, alegres, que fueron destrozadas, y con ellas, sus familias, sus amigas, sus compañeras de colegio, sus vecinas, sus barrios.
Las familias aprendimos así, con ese golpe atroz, que mientras estábamos aturdidas por el dolor ya se estaban destruyendo pruebas y construyendo relatos para justificar el crimen de nuestras hijas y por eso mismo sabemos que la posibilidad de justicia depende de que en las primeras horas intervenga un equipo que garantice una investigación imparcial, como corresponde. Eso exigimos.
Todo femicidio es evitable. Y una forma concreta de hacerlo es crear un cuerpo especializado de fiscales y peritos para que intervengan en aquellos crímenes en los que la trama de impunidad territorial implique la complicidad policial y judicial.
También aprendimos que otro eslabón que nos condena a esta violencia es el silencio. Por eso las familias estamos convencidas de la importancia que tiene para prevenirlos poder reflexionar en comunidad. En cada escuela, en cada plaza, en cada barrio donde las Lucías son asesinadas por ser Lucías debemos parar el mundo por un rato y sentarnos a pensar qué nos pasó, qué lo hizo posible y cómo evitarlo. Eso exigimos.
Todo femicidio es evitable, repetimos. Pero cuando sucede, las familias tenemos que enfrentarnos a un Poder Judicial insensible, inhumano, injusto. En el caso de Lucía, con mucha lucha, persistencia y apoyo de toda la sociedad, logramos anular un fallo vergonzoso. Un triunfo que significa nada menos que un límite al asqueroso Poder Judicial, nunc más va a poder juzgar a las víctimas. Eso exigimos. Y lo logramos .
Pero no alcanza: esos mismos jueces siguen hoy tomando las decisiones en la causa penal de Lucía. Y siguen tomando decisiones en otras causas. Contra esa injusticia también luchamos y logramos que se inicie el trámite de un jury para que se juzgue a esos jueces que tendrán audiencia este 23 de noviembre a las 11 hs acá en la ciudad de La Plata. Y en ese jury el defensor de los jueces que pretendieron dejar impune el femicidio de Lucía es el mismo abogado que defendió a los genocidas responsables de las torturas, violaciones y desapariciones producidas durante la dictadura en el centro clandestino La Cacha; es el mismo abogado que defendió al Padre Grassi en el juicio que lo condenó por abusar de menores y es el mismo abogado que defendió a los policías que desaparecieron a Miguel Bru.
Este apenas un dato sobre estos jueces, un golpe más de los tantos que recibimos en este largo camino que nos reveló con claridad algo: tenemos que exigir una reforma judicial urgente.
Por eso les pedimos que el próximo 23 de noviembre nos acompañen porque eso significa construir esta reforma judicial, estar juntos, juntas. Ese diá en la calle solo vamos a lograr justicia para las Lucías si somos capaces de construir un Poder Judicial respetuoso de los derechos humanos.
Solo vamos a terminar con esta violencia si tenemos un Estado presente, activo y decidido a intervenir en cada femicidio con todas sus herramientas y recursos para que sea el último. Hasta que así sea.
No es una utopía. Es un desafío que nos toca enfrentar y que podemos superar si nos unimos, sin grietas, porque no hay dos bandos posibles si la batalla es contra la muerte.
Hoy estamos acá con El cuarto de Lucía, que representa ese parte de nuestra vida que la violencia femicida arrancó de nuestro hogar. Compartimos ese vacío, esa
ausencia, esos sueños que ya no serán soñados, nuestra pesadilla, con la esperanza de que les transmita nuestra convicción: Ni Una Más es posible. Asi como fue posible el Nunca Más.
Hagamos todo lo que hay que hacer como las Madres y las Abuelas. Hagamos lo imposible hasta que así sea.
Con amor,
Marta, Guillermo y Matías
#NiUnaMás
La venda en los ojos: la justicia frente al abuso sexual contra niñas y niños
El 42% de las denuncias de violencia sexual corresponden a menores de 17 años en la ciudad de Buenos Aires. El ministerio de Justicia bonaerense reveló que entre 2017 y 2022, de más de 96.000 causas por abuso sexual, 6 de cada 10 tuvieron como víctimas a menores y se duplicó el número de denuncias: el 80% fueron mujeres, principalmente niñas y adolescentes de entre 12 y 17 años. ¿Cómo recibe el Poder Judicial a las infancias que se atreven a denunciar abusos? Las víctimas convertidas en “culpables” de un delito que padece a nivel mundial entre el 15 y el 20% de la niñez. La campaña conservadora y oficial: desestimar denuncias y motosierra. Lo que no quiere ver la justicia. Cómo encarar estos casos, y la enseñanza de Luna. Por Evangelina Bucari.
(más…)#NiUnaMás
Cecilia Basaldúa: el cuerpo desaparecido

Daniel y Susana denunciaron que desapareció el cuerpo de su hija, Cecilia Basaldúa, que reclamaban para realizar nuevas pericias. La historia de lo ocurrido y el rol de la fiscal de Córdoba Paula Kelm “que hizo todo lo posible para que los asesinos de Cecilia sigan hoy libres e impunes”.
Por Claudia Acuña
El 7 de noviembre Cecilia Basaldúa hubiese cumplido 42 años y no hay festejo porque no hay Cecilia: la desaparecieron, violaron y mataron en abril del año 2020, en Capilla del Monte y en pleno aislamiento por la pandemia de Covid. Su familia, como cada año, reunió amistades y familiares de otras víctimas de femicidios territoriales –el padre de Natalia Melman, el hermano de Laura Iglesias– en el mural que la recuerda en su barrio de Belgrano. Fue ese el marco elegido por Daniel y Susana, los padres de Cecilia, para compartir lo que significa buscar justicia para este tipo de crímenes. Con la voz partida por el dolor narró cómo fue la última reunión con la nueva fiscal responsable de la investigación: es la cuarta. La primera – Paula Kelm– desvió las pruebas para atrapar a un perejil, que fue liberado en el juicio oral y así la investigación del femicidio de Cecilia volvió en punto cero; el segundo estaba a meses de jubilarse y pidió varias licencias para acortar su salida; el tercero –Nelson Lingua– no aprobó el examen para ocupar el puesto y, finalmente, desde hace pocos meses, llegó ésta –Sabrina Ardiles– quien los recibió junto a dos investigadores judiciales y los abogados de la familia. Antes se habían reunido con el ministro de Justicia de la provincia de Córdoba, Julián López, quien le expresó el apoyo para “cualquier cosa que necesiten”. Fue entonces cuando Daniel y Susana creyeron que había llegado el momento de trasladar el cuerpo de su hija hasta Capital, donde viven y, además, habían logrado conseguir que se realice una pericia clave para la causa y que siempre, en estos cinco años, les negaron. Fue la joven investigadora judicial quien soltó la noticia: el cuerpo de Cecilia no está.

Gustavo Melmann, que sigue buscando justicia por su hija Natalia, junto a Daniel Basaldúa y Susana Reyes, los padres de Cecilia.
Según pudo reconstruir la familia después del shock que les produjo la noticia, fue en 2021 –cuando todavía estaban vigentes varias restricciones originadas por la pandemia– cuando el cuerpo fue retirado de la morgue judicial, a pesar de que Daniel y Susana habían presentado un escrito solicitando lo retuvieran allí hasta que se realicen las pruebas por ellos requeridas. La fiscal Kelm no respondió a ese pedido ni notificó a la familia de lo que luego ordenó: retirar el cuerpo de la morgue y enterrarlo.
¿Dónde? La familia está ahora esperando una respuesta formal y sospechando que deberán hacer luego las pruebas necesarias para probar la identidad, pero no dudan al afirmar que con esta medida han desaparecido el cuerpo de su hija durante varios años y definitivamente las pruebas que podía aportar su análisis.
A su lado está Gustavo Melmann, en el padre de Natalia, asesinada en 4 de febrero de 2001 en Miramar, quien desde entonces está esperando que el Poder Judicial realice el análisis de ADN del principal sospechoso de su crimen: un policía local. Por el femicidio de Natalia fueron condenados a prisión perpetua otros tres efectivos policiales. Uno ya goza de prisión domiciliaria. Falta el cuarto, el del rango más alto.
Melmann cuenta que se enteró de la desaparición de Cecilia Basaldúa por su sobrina, quien había ido al secundario con ella. “Fue el primero que nos llamó”, recuerda Daniel. También rememora que no entendió por qué le ofrecía conseguir urgente a un abogado “si yo la estaba buscando viva. Hoy me doy cuenta de mi ingenuidad”.
El silencio entre quienes los rodean es un grito de impotencia.
Daniel y Susana lo sienten y responden: “Nosotros no vamos a parar. Nada nos va a detener. Ningún golpe, por más artero que sea, va a impedir que sigamos exigiendo justicia. Elegimos contar esto hoy, rodeados de la familia y los amigos, porque son ustedes quienes nos dan fuerza. Que estén hoy acá, con nosotros, es lo que nos ayuda a no parar hasta ver a los responsables presos, y esto incluye a la fiscal Kelm, que hizo todo lo posible para que los asesinos de Cecilia sigan hoy libres e impunes”.

Los padres y hermanos de Cecilia, junto al mural que la recuerda en el barrio de Belgrano.
#NiUnaMás
Femicidios, cifras y vidas: lo que Bullrich oculta

Por el Observatorio de violencia patriarcal Lucía Pérez
Todas las administraciones del Estado se han adjudicado falsamente la baja de femicidios y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich acaba de rendirle tributo a esta tradición. Pero las cifras del Observatorio Lucía Pérez, construidas a partir de casos judiciales, denuncias y relevamientos provinciales, demuestran una realidad diferente.
Antes de los números, una aclaración: el 2023 fue el primer año en que el Estado nacional publicó estadísticas criminales sin clasificar. Lo hizo con un archivo Excel desordenado que abarcaba una década, sin distinguir delitos ni consolidar provincias. Algunas jurisdicciones directamente no informaron datos en categorías sensibles, como violaciones. Así, la ciudadanía no puede verificar ni auditar los números oficiales.
En ese vacío, las declaraciones de Bullrich remiten a una lógica conocida: la de la inflación. Como con los precios, la diferencia entre los números oficiales y la vida real se amplía cuando se manipula o se oculta información.
Por eso, este Observatorio público y autogestionado carga 12 padrones de manera diaria. Para realizar un seguimiento estructural de la violencia machista, y también para controlar el rol del Estado.
A diferencia de los 178 registrados que mencionó la ministra, el Observatorio Lucía Pérez contabiliza 217 femicidios y travesticidios en lo que va del 2025. Estos son las cifras que pueden verse y verificarse, ya que el OLP es un padrón público:

Otro dato que se oculta es el que representan los femicidios cometidos y sufridos por integrantes de fuerzas de seguridad, que están bajo la responsabilidad de la ministra.
En 2025, el primer femicidio del año fue el de una mujer policía asesinada con su arma reglamentaria (Guadalupe Mena). Y el último, ocurrido apenas el 26, también: Daiana Raquel Da Rosa.
Si bien existen medidas para en estos casos limitar su acceso por parte de los uniformados por “representar un riesgo inminente para la víctima”, como indica la resolución 471/2020 del Ministerio de Seguridad de la Nación, los datos muestran que esto no siempre se cumple. Según el relevamiento de funcionarios denunciados por violencia de género del Observatorio Lucía Pérez, 71 de ellos pertenecen a las fuerzas de seguridad. Es decir que muy probamente porten armas.
Armas reglamentarias, vínculos jerárquicos y falta de sanción disciplinaria conforman una trama donde la violencia institucional se reproduce dentro y fuera de las comisarías. ¿Y Bullrich?
Más preguntas que emergen: ¿cómo se mide el porcentaje de crueldad? Los “narcofemicidios” de Lara, Brenda y Morena muestran una violencia cada vez más planificada y asociada a redes delictivas con complicidad del Estado.
Otra cifra invisibilizada en este crimen social que es un femicidio es la de las infancias huérfanas. En lo que va de 2025, el Observatorio registra 139 infancias huérfanas por femicidios. En todo 2024 fueron 173. Y detrás de cada una hay un Estado que sigue sin garantizar la Ley Brisa, que establece una reparación económica y acompañamiento a hijas e hijos de víctimas de femicidio.
Mientras la violencia machista sigue cobrando vidas, multiplicando huérfanos y exponiendo la precariedad institucional, el Estado tergiversa y oculta.
La pregunta es: ¿por qué?

Revista MuHace 3 semanasMu 208: Lara Brenda Morena

#NiUnaMásHace 4 semanasUn mes sin Brenda, Lara y Morena: lo que se sabe de la trama narcofemicida

Soberanía AlimentariaHace 3 semanasMiryam Gorban: hasta siempre, maestra

Derechos HumanosHace 3 semanasEstela, 95 años y 140 nietos recuperados: ¡que los cumplas feliz!

#NiUnaMásHace 4 semanasTransfemicidio en Neuquén: reclaman justicia por Azul, la trabajadora estatal por la que se declararon dos días de duelo


























