Nota
Ni un despido más
Diversos sindicatos, organizaciones sociales y cooperativas marcharon por Buenos Aires en contra de los despidos, la devaluación, el aumento de tarifas, la apertura de paritarias, la actualización de planes sociales y la judicialización de la protesta social.
Hubo un momento exacto en la Ciudad de Buenos Aires en el que la movilización que hizo confluir a la CTA Autónoma, ATE, sindicatos y organizaciones sociales y cooperativas, alcanzó unas 10 cuadras. Ese momento se dio aproximadamente a las 14 horas cuando la nutrida columna de movimientos sociales y piqueteros llegó a Congreso después de partir desde Liniers a las 7 de la mañana y caminar unos 11 kilómetros bajo la lluvia. El encuentro se produjo después de que los sindicatos marcharan hasta la Casa de la Provincia de Buenos Aires con reclamos puntuales a la gobernación de María Eugenia Vidal.

Foto: Nacho Yuchark/lavaca
Luego, ambas columnas confluyeron en el marco de un nuevo paro nacional al gobierno de Mauricio Macri en poco más de cuatro meses de gobierno, que marchó en contra de los despidos, la devaluación, el aumento de tarifas, la apertura de paritarias, la actualización de planes sociales y la judicialización de la protesta social, con el detalle de la instalación de una carpa de los jubilados frente al Palacio Legislativo para pedir por el 82 por ciento móvil.
Las columnas se dividieron al llegar a Plaza de Mayo. Los sindicatos montaron un escenario mientras las organizaciones sociales marcharon hasta el Ministerio de Trabajo.
Morir de un descuento
Una de las dirigentes femeninas que habló frente a la casa de la Provincia de Buenos Aires fue Susana Mariño, secretaria adjunta de SOEME (Sindicato de Obreros y Empleados de Minoridad y Educación), gremio que circuló mediáticamente en los últimos días por una noticia trágica: Yolanda Mercedes, una de sus afiliadas en Mar del Plata, falleció luego de enterarse que las autoridades ejecutivas y ministeriales del área de educación le había descontado su salario tras una medida de fuerza gremial. “Te la debo, no estoy en el tema”, fue la respuesta del presidente Mauricio Macri cuando la prensa le consultó por el tema.
“Fue una falta de respeto”, sostuvo Mariño a lavaca. “Además, Yolanda estaba con tareas livianas: no se había adherido a la medida, como muchos compañeras y compañeros que estaban internados y no cobraron el sueldo. Los auxiliares somos un sector muy humilde, con familias numerosas, con compañeros en su gran mayoría del Gran Buenos Aires, de la periferia, que no tienen acceso a la vivienda. Nuestros sueldos son de 7300 pesos: con estos aumentos ya no tenemos una canasta de alimentos de pobres, sino de indigentes. Imaginate: Yolanda fue a cobrar y vio en el cajero 40 pesos, se descompuso y falleció. Hay muchas compañeras que también se vieron afectadas en su salud. Tenemos compañeras con cáncer terminal, con licencias de maternidad, con bebés recién nacidos que no tienen para comprar. Eso no se vio ni en las peores ni más tristes épocas de ese país”.
¿Qué respuesta les dio el Ministerio? “Nosotros preguntamos si había sido un error. Dijeron que no: hicieron el cruce de todos los afiliados a SOEME y descontaron íntegro porque, consideraron, fue un exceso en la medida”. Mariño agregó al panorama otro dato: “Han recortado los cupos en comedores y eso también nos afecta, porque son nuestros chicos los que van a comer a nuestras escuelas. Recortaron también el desayuno y la merienda: es vergonzoso, porque un docente en el aula tiene que decir quién come y quién no, y por ahí al que le toca es un chiquito nuestro”.

Foto: Nacho Yuchark/lavaca
Scioli + Vidal
“Nosotros tenemos dos grandes disputas con el gobierno provincial: una salarial y otra por las condiciones de trabajo”, afirma Fernando Corsiglia, presidente de CICOP (Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires). “Pedimos un 40 por ciento de aumento: el ingresante a planta de 36 horas semanales de trabajo profesional está cobrando 12 mil pesos. Necesitamos una propuesta seria. Por otra parte, las condiciones de trabajo tienen una directa relación con las condiciones de atención de salud de la población: esto es falta de insumos, situación edilicia, episodios de violencia y falta de personal”.
Corsiglia remarca que la “crisis” en el sistema de salud bonaerense viene de hace tiempo. “Remarcamos que Scioli y Vidal son corresponsables. La gestión de Scioli en salud fue tan deficitaria que no adjudicó la importancia que debiera haber tenido, y eso generó la situación que tenemos y las muy malas condiciones que tenemos en los hospitales y centros de salud”.
Pablo Abramovich, secretario general de la Asociación Judicial Bonaerense: “Nosotros pedimos un aumento salarial del 45 por ciento, porque la propuesta de 16,7 por ciento para el primer semestre que nos dio el gobierno ni siquiera alcanza para cubrir la inflación de los primeros 4 meses del año. Y el nuestro es uno de los salarios más bajos del país. El Estado es la garantía de los derechos de los sectores más postergados y pobres de la población, y son los que masivamente van a Tribunales a querer resolver estas cuestiones”.

Foto: Nacho Yuchark/lavaca
Los Ceos y las cooperativas
La columna más numerosa de la caravana de movimientos y organizaciones sociales fue de Barrios de Pie (de Movimientos Libres del Sur). “Nosotros sostenemos que hubo un deterioro del cuadro social que heredó este gobierno, donde ya había una situación compleja por el aumento de precios”, evalúa Daniel Menéndez, secretario general.
“La pérdida de puestos de empleo y la devaluación tuvo un impacto directo. A eso se le suman los aumentos de tarifas, de alimentos, que generó una complicación para millones de argentinos y un concreto aumento de pobreza en 100 días del gobierno de Macri. Un cálculo que hacemos es que por cada empleo formal que se pierde, se pierden cuatro empleos informales. Y eso impacta en la pérdida de poder adquisitivo de los más humildes. Por reclamamos establecer un piso de discusión respecto a la situación social y de diagnóstico que hace este gobierno”.
¿Puede decirse que también hay un nuevo piso de discusión para las organizaciones sociales? “Entiendo que eso tiene que ver con una etapa de mayor concentración del ingreso y mayor agresión sobre mínimas conquistas que hubo, y eso genera una necesidad de unidad, de coordinación de prácticamente el conjunto de organizaciones sociales. Expresamos políticas territoriales frente a un gobierno que está conformado por ceo´s. Hay una regresión del ingreso, más allá que en el kirchnerismo hubo una consolidación de un piso de pobreza muy alto, pero lo que estamos viviendo es una profundización de esa estructura de pobreza.”.
A su lado marcha Fredy Mariño, integrante de la Mesa Nacional de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), otra de las organizaciones que aportó una nutrida columna a la movilización. “En un país que tiene un marco de 40 por ciento de inflación, Macri dio un 20 por ciento en algunos planes sociales. Es insuficiente para mejorar la situación, particularmente en el conurbano, donde tenemos más de 3000 cooperativistas. Hay otros 600 en Capital y 200 en La Matanza y Almirante Brown donde hacemos red de agua y cloacas y cobramos por producción”.
¿Cuánto percibe de ingreso un cooperativista? “Con el aumento, unos 3150 pesos, cuando la canasta familiar, según los cálculos, no baja de los 15 mil pesos. Exigimos equiparación acorde para vivir dignamente”.
¿Qué lectura tienen de la actual coyuntura donde confluyen movimientos y sindicatos? “Entendemos que es muy necesaria. Nosotros, incluso los beneficiarios de planes sociales, nos seguimos considerando trabajadores Conocemos el grado de complicidad de distintas centrales con distintos gobiernos de turno, pero si por abajo se logra unificar al movimiento obrero, bienvenido. Entendemos que las políticas de ajuste que está aplicando Macri va a hacerlas pasar aplicando la Ley Antiterrorista, el protocolo antipiquetes y la judicialización de la protesta”. ¿Como el caso de Milagro Sala, por ejemplo? “Por ejemplo. Está detenida por ser dirigente social. Después, hay debates, pero el origen de la detención es ese”.

Foto: Nacho Yuchark/lavaca
Precarización de la vida
Similar lectura tiene Darío Leo, de la conducción del Frente Popular Darío Santillán: “A Milagro Sala la meten presa por indígena y mujer. Representa un trofeo para la derecha más que un caso de corrupción o de ilícito”. ¿Por qué marcha el Frente? “Por trabajo, salud y educación en los territorios donde estamos, donde desarrollamos trabajo sin patrón, herrería y panadería. En ese camino de organizarnos colectivamente, exigimos ciertas medidas que todo gobierno tiene que tener con los sectores populares”.
¿Por ejemplo? “La financiación a las cooperativas o que simplemente el Estado compre nuestros productos, como hacía con guardapolvos, juguetes o los laburos de herrería que hacíamos en municipios. Eso se cortó todo. ¿Por qué pedimos esto? Todas las empresas están subsidiadas: nosotros, no. No podemos competir económicamente. Necesitamos arrancar, que el Estado, al menos, nos compre, para después sí lograr la cooperativización completa”.
Leo también vivió el contexto en carne propia: es uno de los despedidos del SENASA. “Pero también se ve en el barrio: en Ezeiza, por ejemplo, la salud está totalmente desmantelada. La salita no atiende y el hospital, el único que hay, hace tres meses que está cerrado. En ese camino es donde buscamos construir alternativas educativas, culturales y talleres para los jóvenes”. ¿Le sorprende esta confluencia de organizaciones y sindicatos? “El espanto nos une. El pueblo nunca quiere retroceder en su lucha histórica. Ni un paso. Por eso estamos en la calle”.
En la cabeza de la columna hay una militante trans, Maite Amaya, de la Federación de Organizaciones de Base (FOB-regional Córdoba). “Nos manifestamos en este marco de alianzas muy amplia contra el hambre y la precarización de la vida. Todo repercute sobre nuestros cuerpos y bolsillos. Los sectores más marginados somos el postre de estas políticas estructurales del gobierno macrista que, con el pretexto de los ´ñoquis´, apuntan a la reducción del Estado generando una desocupación cada vez mayor. Yo soy desocupada, en la década ganada y también ahora. Nuestras compañeras transgénero siguen en estado de prostitución y/o trabajo sexual, según el debate que hay para caracterizarlo, pero no estamos pudiendo salir de la calle, lo cual nos expone a un plus de violencia mayor al que significa no tener para armar una olla ni comer”.

Foto: Nacho Yuchark/lavaca
Lecciones
Sobre Rivadavia espera para marchar Ricardo Peidro, secretario general de la Asociación Agentes de Propaganda Médica (APM). ¿Cuál es el contexto que se avecina, con los rumores sobre unificación de las tres CGT y las dos CTA? “Creemos en la unidad de acción: hicimos cinco paros generales en el gobierno anterior. No creemos que la unidad tenga que ser por ley, como dicen, que tenga que haber una sola CGT. La decisión tiene que ser de los propios trabajadores. Si esa unidad de acción lleva a una unidad de otro tipo, bienvenido sea. Creo que hoy, por ejemplo, la CTA bajo ningún punto de vista se va a unificar orgánicamente con la CGT. Somos dos modelos sindicales distintos: nacimos como CTA para diferenciarnos y hoy siguen las mismas condiciones. Esto no quita que vayamos en juntos en un petitorio conjunto para frenar el ajuste”.
¿Qué lecciones pueden sacarse de los últimos años de cara a una eventual unidad de acción? “Nosotros nos reafirmamos en nuestra idea de autonomía, que no es neutralidad, pero sí es llevar las posiciones de la clase trabajadora a los gobiernos, y no a la inversa. Hay que crear las condiciones para poder avanzar en esa dirección, y la manera es tener autonomía de los gobierno, de los patrones y de los partidos políticos, sin renegar de ellos, sino reafirmándonos como clase”.

Foto: Nacho Yuchark/lavaca
Ajuste ampliado
Por las calles también camina Hugo Cachorro Godoy, secretario general de ATE-Nacional. “Hasta ahora hemos logrado frenar los despidos en el Estado nacional. Ahora queremos que se reincorporen a todos los injustamente despedidos y que se abra inmediatamente la paritaria nacional para discutir salarios y el pase a planta permanente de todos los trabajadores precarizados, que es la situación más grave que padecemos los trabajadores del Estado”.
Godoy menciona la provincia de Buenos Aires, Mendoza, Córdoba, Tierra del Fuego: “El ajuste que aplica Macri es repetido y ampliado mecánicamente por los gobiernos provinciales, aun con distintas identidades partidarias, aunque esto cueste la vida: 3 muertes se produjeron producto del ajuste. Una es Melisa, una trabajadora del ProHuerta de Chaco. Otra es Yolanda, auxilar docente en Mar del Plata. Y el otro es Esteban un trabajador de 41 años de la Biblioteca Nacional. Estas muertes marcan el dramático lado humano que implica este ajuste”.
Julio Fuentes, secretario adjunto: “Macri asume una política clara de neoliberalismo conservador. Hizo dos cosas: durante todo este tiempo nos sacó a los pobres y se los dios a los ricos. Esto es lo que estamos enfrentando, esta forma de distribución injusta, retrógrada, que no lleva más que al conflicto social. Y se está expresando todos los días. Ningún gobierno en tan poco tiempo ha tenido tantos paros y movilizaciones. Es un signo de que deben revisar inmediatamente su práctica política, porque acá hay un gobierno que está dispuesto a dar pelea”.
Godoy: “La capacidad de unirnos después de haber sufrido tantos años de un trabajo sistemático para producir la fragmentación de los distintos sectores del movimiento popular, va a ser un proceso difícil. Pero la unidad la encaramos aquí, en la calle, luchando democráticamente y construyendo no por desesperación sino a conciencia de un proceso de que nos permita no solo quebrar el ajuste sino crear una perspectiva mejor para el futuro, sin que nos lleve a una nueva frustración. No queremos un Estado clientelar, organizaciones del pueblo que se terminan subordinando a quien gobierna. Son la libertad, la democracia sindical y la autonomía las tres condiciones fundamentales para que las organizaciones de los trabajadores aportemos al fortalecimiento de la democracia. Esa unidad es la que importa y la que vale”.
Nota
Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos
Este 24 de marzo, a 49 años del golpe, la editorial lavaca publica Escritos sobrevivientes, un libro creado junto a un grupo de personas que estuvieron secuestradas y desaparecidas en distintos centros clandestinos de represión durante la última dictadura militar. Se presenta el próximo viernes 28, pero ya podés pasar a buscarlo por MU (Riobamba 143) desde hoy. En este texto, Claudia Acuña cuenta qué representa esta obra parida en colectivo y en medio de aires negacionistas.
Por Claudia Acuña
Este libro representa muchas cosas y todas y cada una nos parecen decisivas para estos tiempos desesperados.
Ni sé por dónde comenzar a enumerarlas, así que sin orden de importancia ni cronológico enumero algunas, aunque sin duda me faltarán otras que invito a que completen quienes lo lean.
Lo primero, para mí, es reconocer el valor social, político, histórico y ético que merecen las personas detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico militar que azotó este país desde el 24 de marzo de 1976. No olvidamos esa fecha gracias a ellas, pero no siempre se las nombra con la relevancia que han tenido para construir verdad, justicia y memoria.
A algunas de ellas he tenido el honor de escucharlas y verlas testimoniar en los juicios de lesa humanidad, pero también en los diferentes procedimientos contra la impunidad que crearon y sostuvieron para que esos juicios sucedan.
Una y otra vez.
Una y otra vez.
Una y otra vez.
Hasta lograrlo.
Solo a una pude agradecerle con palabras y lágrimas el esfuerzo, el coraje y el legado que recibíamos por su esfuerzo, pero fundamentalmente por sus vidas consagradas a hacer posible lo imposible. Fue en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, mientras los altoparlantes transmitían la primera condena a los genocidas responsables del centro de detención clandestino y de tortura que funcionaba en la Esma. Ahora, con este libro queremos extender esas gracias a cada una, a cada uno.
Sé, porque comprendí la lección que nos daban, que no puedo afirmar que lo hicieron solo ellas, ellos. Esa es otra de las cosas que representa este libro: el saberse parte – y reconocerlo siempre- de algo más grande, más importante y más trascendente no solo del yo, sino incluso del núcleo colectivo en el que nos organizamos, reflexionamos y tomamos fuerza para resistir. Nuestras fuerzas individuales y nuestras construcciones políticas suman, activan, empujan, pero alcanzan sus objetivos cuando sincronizan con la necesidad social, con la época y con la Historia. Tienen alas porque tienen raíces y mueven al mundo hacia lugares mejores porque se sabe más grande y más poderosa que lo que nos rodea.
Eso que aquí las y los autores definen como “subjetividad sobreviviente” nos advierte eso: somos nuestros cuerpos y la sombra que proyectan, lo que hacemos y lo que soñamos, nuestras obras y nuestra imaginación, nuestros saberes y nuestra intuición, pero también y además aquellos cuerpos, proyecciones, hechos, batallas ganadas y perdidas, que nos anteceden y desbordan para fortalecernos y sostenernos de pie. Aquello que ilumina la oscuridad es la memoria sensible: de eso se trata este libro, además.
Otra: el valor de las utopías. En los momentos más aterradores hemos gritado “Aparición con vida y castigo a los culpables”. Bueno: la noticia es que hemos tenido éxito y aquí están las personas que cuando pronunciábamos esas palabras mágicas no podíamos abrazar. Algunas de ellas son las que el tercer sábado de cada mes vimos ingresar a nuestra trinchera durante el largo y desalentador año 2024. Para nosotros ese taller de escritura significó una cita con la esperanza, cada vez. Y una comprobación: el futuro se construye con el hacer colectivo, cada vez.
Por último: este no es un libro de testimonios sobre el horror de la dictadura, sino su contracara o quizá, lo que se puede pensar después de cruzar el abismo de la impunidad.
Quizá.
Me falta todavía superar la alegría de haberlo logrado, de sostener con las manos esta pequeña utopía realizada en tiempos de saqueo de recursos simbólicos y materiales, en las cuales sólo proponerlo sonaba casi irresponsable, para poder encontrar las palabras certeras, que expresen lo que representa que personas empobrecidas y violentadas podamos hacer lo que querramos financiadas sólo por el deseo y la convicción, que siempre es política.
Quizá la palabra exacta sea una sola: Argentina.
La presentación
Escritos sobrevivientes y compila una serie de textos producidos en un taller de escritura que tuvo lugar en MU durante 2024. Estos relatos abordan historias marcadas por lo que el grupo denomina «subjetividad sobreviviente». El resultado es un conjunto de textos poéticos, políticos y filosóficos, de una potencia y belleza conmovedoras.
Participan: Rufino Almeida, Margarita Fátima Cruz, Graciela Daleo, Lucía Fariña, Mercedes Joloidovsky, Eduardo Lardies, Susana Leiracha, María Alicia Milia, Claudio Niro, Silvia Irene Saladino, Stella Maris Vallejos e Inés Vázquez.
Así lo resumen sus autoras y autores: «Un grupo de compañeras y compañeros, ex detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, nos reunimos en un taller de escritura para crear textos enfocados en la subjetividad sobreviviente, mientras la voz del poder alimenta el negacionismo y la reiteración del sufrimiento popular por variados medios».
El libro se presentará el próximo viernes 28 de marzo a las 20 horas en Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143.
Podés conseguirlo desde hoy, 24 de marzo, también en MU.

Nota
La Justicia esquiva la causa por el disparo a Pablo Grillo: “Hasta ahora no se investigó nada”

La recuperación de Pablo “es muy rápida” pero la investigación sobre su intento de asesinato, muy lenta, o directamente inexistente. Qué dijo el padre hoy frente al Hospital Ramos Mejía donde Pablo sigue pelando por su vida, aún en terapia intensiva pero con avances prometedores, y las abogadas del caso que presentaron ante la Justicia: primero Servini de Cubría y luego el candidateado a la Corte Ariel Lijo rechazaron la causa, y ahora se sortea en la Cámara Federal de Casación a qué juez le tocará investigar a quien le disparó y a sus superiores jerárquicos. Los dichos de Adorni en conferencia de hoy, y quién cortó el diálogo con la familia; las pruebas que se pidieron y las que se aportaron; y el texto de la presentación judicial en la que la familia pide ser querellante, con las pruebas que aportamos desde decenas de medios, fotoperiodistas y organizaciones sociales.
Por Francisco Pandolfi
Pablo Grillo todavía no está fuera de peligro, pero la mejoría día a día, paulatina y constante, le permite a la familia hablar ya no sólo de su estado de salud. Hasta hoy, el único foco era la supervivencia de este fotógrafo de 35 años impactado por una granada de gas lacrimógeno, fuera de toda legalidad, por las fuerzas de inseguridad comandadas por la ministra Patricia Bullrich.
La pérdida de masa encefálica y la fractura de cráneo con la que llegó de urgencia al Hospital Ramos Mejía –el miércoles 12 de marzo, cuando se desató la represión en la marcha por las paupérrimas condiciones en las que viven las y los jubilados–; la primera operación esa misma noche en la que se bajó la presión intracraneal y se le reconstruyó algo del tejido. Las pupilas que empiezan a reaccionar bien. La merma en la sedación. Los primeros movimientos – prematuros e inesperados por los propios médicos–. Otra operación por un derrame que es revertido a tiempo. La baja de los glóbulos blancos como síntoma de la baja en la infección. Y a solo una semana del disparo, Pablo abre los ojos. Y le sacan el respirador para ver cómo reacciona y lo hace agarrándole la mano a la mamá. Y por si fuera poco le susurra las palabras más hermosas a su papá: “Hola, viejo”.
Pablo continúa en terapia intensiva, en estado crítico, pero respondiendo bien neurológica y físicamente. “Es asombroso el nivel de avance que tuvo”, dice Fabián, su viejo, con los ojos emocionados e incrédulos por la mejoría impensada en tan poco tiempo. Esa sucesión de buenas noticias las que posibilitan a la familia convocar este viernes a una conferencia de prensa «para contar novedades en la causa judicial».
Primero, habla Fabián, su papá, sobre la salud de Pablo: “Las novedades son que está estable, por lo tanto es bueno. Está con los ojos abiertos y sigue sin respirador”.
Fabián lleva puesta una remera azul, con letras blancas que dicen: “Justicia por Pablo Grillo”. Se lo nota cansado, pero más distendido. Se ríe cuando cuenta: “Tengo un video con saludos de (Ricardo) Bochini, veremos si los médicos nos permiten que se lo pasemos. Si lo escucha al Bocha, va a volver a hablar seguro Pablo”. Mantiene los pies sobre la tierra: “Todavía la situación es grave: está en terapia y con riesgo de vida. Pero en ese marco todo lo que estuvo ocurriendo es favorable. A todos nos sorprendió su evolución. Incluso los médicos manifiestan que la evolución que está teniendo es asombrosa. Es muy rápida”.
Este jueves, el vocero presidencial Manuel Adorni dijo que el diálogo con la familia quedó roto desde que el padre de Pablo acusó a Bullrich de ser cómplice. Fabián le responde: “Nosotros no cortamos nada porque nunca existió el diálogo. Lo mío fue una respuesta a una declaración mentirosa de Bullrich, por tanto si es que alguien cortó el diálogo fueron ellos. Yo estoy dispuesto a escuchar, si alguien me llama”. Y agregó: “A esta altura no lo espero (ese llamado). Espero poco. Pero demostraría que tienen todavía un grado de humanidad”.
En relación a las mentiras de Bullrich sobre el trayecto del proyectil, expresó: “Me da vergüenza la forma en que fue acomodando la mentira. La va acomodando a medida que la realidad se lo desmiente, es hasta absurdo, burdo, grotesco: no sé que palabra utilizar”. Cuando le preguntaron si le diría algo al gendarme que, según los elementos reconstruidos hasta el momento, sería quien disparó (presuntamente, el cabo Guerrero), afirmó: “Personalmente no le diría nada. Sí lo vamos a decir de forma jurídica. El mejor diálogo que podemos tener con esta gente es en lo judicial”.
La causa, sin avances
Fabián estuvo acompañado por Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, y a Paula Litvachky, del CELS, organismos que patrocinarán legalmente a la familia, que este 21 de marzo se presentó ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 1 para ser tenida en cuenta como querellante en la investigación judicial.
Lo más importante de la causa hasta ahora: desde el 12 de marzo “no se investigó nada y reclamamos que se empiece a investigar urgente”. Las abogadas cuentan el por qué: “La causa iniciada por la denuncia de la Procuvin (Procuraduría de Violencia Institucional) que dio inicio a la instrucción estaba presentada en el Juzgado 12 de Ariel Lijo, quien se la devolvió a la Jueza Servini de Cubría, que otra vez la rechazó. Ninguno de los dos quiere hacerse cargo de la investigación. Ahora irá a sorteo para definir quién la sigue. La Cámara Federal de Casación Penal tiene que resolver”. Agregan: “Hasta ahora el Ministerio de Seguridad dijo que no hará sumarios internos por el accionar de su Fuerza, lo que refleja el encubrimiento”.
La causa aún no tiene carátula porque no está radicada en ningún juzgado. La denuncia presentada es por tentativa de homicidio agravado, por abuso de autoridad e incumplimiento de funcionario público.
Dice Paula Litvachky, del CELS: “Es muy importante que la causa salga de este limbo judicial y se inicie el pedido de pruebas antes de que pase más tiempo”.
Dice Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos: “Esperamos que en estos primeros 9 días en los que no se hizo nada, no haya ninguna prueba que se haya destruido, modificado, alterado. Hay cámaras del Gobierno de la Ciudad que tienen un tiempo de duración determinado, o de negocios que también se van borrando y si no las pedís inmediatamente después ya no están. Es vergonzoso que un hecho así no lo esté investigando nadie”.
Las abogadas pidieron una serie de pruebas. Las más relevantes: “Quién dio las órdenes, cómo se manifestaron esas órdenes y cuáles fueron, antes y después del impacto; cuál fue el protocolo que se aplicó, quienes integraban el equipo donde estaba incluido el cabo Guerrero y qué órdenes se le impartió a ese grupo en particular; qué armas utilizaron”. También exigen que se lo llame a indagatoria a Guerrero. “Ya hay suficientes elementos para hacerlo”.
Completa Paula Litvachky: “Hicimos una presentación con los hechos, tenemos un montón de pruebas para que se reconstruya ese tramo del operativo de modo tal que se pueda tener la responsabilidad de quién disparó y de toda la cadena jerárquica”.
Concluyen ambas: “Las pruebas están. Nunca hubo tanto registro fotográfico y audiovisual. Necesitamos el acompañamiento social para empujar a que se haga justicia y que no quieran desviar el foco de la investigación”.
Nota
La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Traumatismo encéfalo craneano, herida cortante e irritación ocular: las heridas causadas a Beatriz Blanco (81 años) ya forman parte de una causa judicial que inició ella misma y también la Procuraduría de Violencia Institucional, y apunta contra dos efectivos que la gasearon y le pegaron, provocando su caída. También apunta a la responsable del operativo, la ministra Patricia Bullrich, que se desplegó el miércoles de manera feroz, pero que -plantea la denuncia- es parte de un “plan sistemático”. Beatriz fue golpeada a las 16:10, antes de los principales incidentes, mientras se manifestaba en una esquina: cómo fue el momento, según relata ella misma en la denuncia y cuenta su hija. Quién es esta jubilada que trabajó de todo. Cómo está: recuperándose, enojada y “con más fuerza que nunca”. La voz de una de sus hijas junto a quienes lucha por justicia, y paz.
Por Franco Ciancaglini.
La imagen de Beatriz Blanco cayendo en seco al suelo -tras ser gaseada y empujada por dos efectivos de la Policía Federal- dio la vuelta al mundo.
En el video se ve el fin de una secuencia más larga que inicia cuando la Policía Federal empuja de manera violenta a jubiladas y jubilados que se encontraban haciendo el clásico semaforazo de todos los miércoles en el Congreso.
“Ella lo que cuenta es que estaba con el grupo de jubilados, cortando Entre Ríos, para mostrar sus carteles. Y cuando el semáforo se pone verde se vuelven a la esquina. Y en ese momento vino la policía, apurando a todos los viejos a subirse a la vereda”.
La que habla es una de sus hijas, Paula.
El relato coincide con la temprana decisión de las fuerzas de abalanzarse sobre personas que hacen lo mismo todos los miércoles -un semaforazo, y luego una movilización que da la vuelta al Congreso-: Beatriz fue atacada a las 16:10.
Esta vez, por lo especial de la fecha, los Policías iban además con el gas apretado y el palo suelto. Cualquiera que estuvo en la manifestación pudo apreciar cómo apenas una persona se acercaba a los efectivos, o incluso estando a metros, sin hacer nada, podía ser gaseado. Incluso teniendo 81 años.

Los camiones hidrantes fueron parte de la cacería desatada. Foto: Lina Etchesuri.
El arma y la palabra
Beatriz Blanco no está afiliada a ninguna barrabrava ni milita en ningún partido político.
Es jubilada.
Trabajó toda su vida como empleada en cooperativa de fletes, empleada cuidando niños, costurera, y de casera hasta los últimos tiempos.
Tiene tres hijas.
Una de ellas, Paula Ippolito, cuenta que junto a su madre Beatriz y su hermana Paula suelen ir juntas a las marchas. “Esta vez fue sola porque justo yo estaba operada de la rodilla. Suele ir, no va todos los miércoles pero cuando puede va”.
Beatriz ya conocía a varios y por eso se acercó al grupo de jubilados que realiza los miércoles el semaforazo. Luego de que la empujaran a la vereda, se puso a hablarle a un cordón policial, una práctica habitual de jubilados anodados ante la violencia sin sentido que ejercen las fuerzas: “Ella siempre es de ir y hablar, de decir qué están haciendo, cómo no les da vergüenza; mi mamá siempre como que quiere hacer conciencia. Ella le debería estar gritando al policía que estaba de espaldas y lo toca con el bastón como diciendo ´mirame´. Ahí el chabón se da vuelta y le tira el spray, y el otro que le pega con el palo en la cabeza”.
Ese combo, que representa un ataque, de gaseo, empujón y golpe, hace que Beatriz pierda el equilibrio instantáneamente, y caiga al suelo.
La primera pregunta es cómo está: “Se está recuperando. Está en reposo, en observación por el golpe que recibió en la cabeza. Está con mucho dolor en todo el cuerpo, con un poco de inestabilidad, con el dolor en los ojos por el gas que le tiraron. Tiene los ojos muy hinchadas: le tiraron gas directo en la cara”.
Este dato del gas directo a sus ojos explica a la vez la pérdida del equilibrio, desechando por tierra las mentiras del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que aseguró que se “cayó sola”. También el título de la empresa La Nación que habló de que la jubilada “atacó” a la policía previo a su “caída”: “Ella le tocó con su bastón para que se diera vuelta, para que la escucharan, no golpeó a nadie. Habría que mostrar los videos enteros donde la Policía increpa primero a los jubilados para que se suban a la vereda, con la agresividad que suelen tener”.

Beatriz Blanco, tras los gases recibidos y el golpe posterior. Foto: Lina Etchesuri.
El caso de Beatriz es uno de los dos -junto al del fotógrafo Pablo Grillo- denunciados por la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) ante la Cámara del Crimen. En esas denuncias a las que accedió lavaca, el organismo que se encarga de monitorear a las fuerzas -en estos tiempos, con menos entusiasmo- presenta como “pruebas” distintos recortes periodísticos alrededor del ataque a Beatriz. Y solicita a la justicia que requiera al Ministerio de Seguridad el personal policial afectado a los lugares de ambos ataques, así como los datos de la “sala de operaciones” a la que reportaban los agentes a cargo del operativo.
Por otro lado, la propia familia de Beatriz presentó una denuncia contra los dos agentes de la Policía Federal y contra la propia ministra Bullrich. Narra en su presentación lo mismo que refiere su hija en esta nota: “Siendo aproximadamente las 16:10 hs me encontraba en las inmediaciones de la esquina de las avenidas Entre Ríos y Rivadavia de esta ciudad (…) cuando fui rociada con una sustancia lacerante por un efectivo de la Policía Federal. Inmediatamente después, y también a manos de un efectivo de la PFA, recibí un golpe en la cabeza, con un elemento que creo se denomina ‘tonfa’, lo que provoca mi caída al piso”.
Tras el golpe, Beatriz fue derivada al Hospital Argerich, donde diagnosticaron lo producido por el ataque: traumatismo encáfalo craneano, herida cortante e irritación ocular.
Por eso, por un lado, reclama la identificación de los dos efectivos que la atacaron, plausibles de ser responsables de “delitos de lesiones leves” agravadas por tratarse de personal de la fuerza. Y por otro, califica a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich como “autora mediata” por ser responsable del operativo y algo más: la valiente presentación habla de que estos hechos son parte de un plan sistemático.

Una síntesis del plan sistemático. Foto: Juan Valeiro.
“Como en los momentos más aciagos de nuestra historia, desde el Poder Ejecutivo se ha montado un Programa de Miseria Planificada cuya consecuencia natural es la Protesta Social. Y sabido es que este tipo de políticas socioeconómicas sólo resultan aplicables cuando se pone a disposición de las mismas al aparato represor del Estado”.
Firma toda esta historia la propia Beatriz, acaso poniendo en contexto lo que representan los golpes que sufrió, su historia y el futuro por el que pelea junto a sus hijas. “Nosotras somos fieles a las marchas que son para los derechos del pueblo”, cuenta Paula, una de ellas. “No militamos en ningún partido político, siempre vamos independientes y solas”, aclara por si hiciera falta.
Paula habla siempre en plural femenino, pensando en su madre y su hermana. Desde ese lugar cuenta: “Nos están sacando todo. Nos están metiendo miedo para que no salgamos a las calles. Están imponiendo todo lo que quieren imponer. Siempre estamos atentas a todas las luchas. Esto va a por todos, no es solamente por los jubilados. A mi me han robado plata con la AFJP a pesar de que ya tengo 30 años de aportes. Estos vienen por todo, por todo lo que conquistamos”.
Junto a Natalia, las jóvenes militan tocando tambores en Batuka, uno de los conjuntos que lleva el ritmo a la calle y es la banda de sonido de la protesta social y la lucha. Hoy, del lado de la víctima, Paula asegura: “Estamos luchando para que esto no vuelva a suceder. Para que tengamos memoria y el pueblo no se duerma. No tenemos miedo. Ya la verdad que queda poco por perder”.
Esta lucha incluye, claro, a Beatriz: “Está más fuerte que nunca. Está enojada, muy enojada. Pero está fuerte para seguir la lucha”.
La lucha, ahora, es por justicia: “Solamente queremos que los responsables tengan justicia, sean los policías o la ministra de Seguridad: que la justicia trabaje a favor del pueblo. Y que no salga nadie más impune”.
¿Tenés esperanzas? “Y no. Pero hay que hacerlo igual: nos corresponde”.
La esperanza tal vez siga estando en la calle, mientras estas jóvenes sin contención psicológica ni asistencia estatal de ningún tipo enfrentan los golpes: “Estamos nosotras, las hijas, para cuidarla y para que se reponga de esto”.
¿Necesitan algo? “Sí: paz”.
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