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Observatorio Lucía Pérez- Informe sobre cuarentena y violencia: cómo aumentaron las denuncias en 14 provincias y ciudades argentinas

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Desde que se decretó la cuarentena obligatoria los denuncias por violencia de género aumentaron un 750% en Tucumán, en Córdoba hubo 300 llamadas por día y se realizaron 210 detenciones, 42 alertadas por el botón antipánico. En Salta las fiscalías recibieron 270 denuncias, en Entre Ríos 900 y en Santa Fe hubo 3.649 reportes de violencias solo en los primeros 24 días de cuarentena. Estos son solo algunos datos informados por fuentes oficiales. A continuación, el relevamiento de los 14 provincias y ciudades, parte del Observatorio Lucía Pérez de violencia patriarcal.

Alertamos que no hay un registro unificado de denuncias, ya que hay una multiplicidad de formas de realizarlas, que varían de acuerdo a cada provincia e incluso, en cada ciudad, por lo cual –tal como alertó el Observatorio de Salud Pública de la provincia de Santa Fe cuando difundió su informe-: “Resulta crucial articular procesos y canales más rápidos de recolección de información válida y confiable sobre los datos”. Exigimos que así sea, ya que la violencia contra mujeres y trans es un tema de salud pública que debe tomarse como prioridad en el contexto de esta pandemia.

1.Tucumán

Al 7 de mayo las denuncias por violencia de género habían crecido un 750% durante la cuarentena. El dato surge de un relevamiento realizado por el Ministerio Público Fiscal de Tucumán en comisarías.

El fiscal  Ignacio López Bustos, a cargo de las Fiscalías I y II en Violencia de Género y Familiar, informó que en el contexto de cuarentena ya se efectivizaron más de 2.300 medidas de protección de personas.

Fuente: https://www.primerafuente.com.ar/noticias/86180/denuncias-violencia-genero-crecieron-750porciento-durante-cuarentena

2. Córdoba

Informe al 22 de abril : la provincia registraba un promedio de 300 llamadas por día. La cifra representa que se multiplicaron por 10 desde el inicio de la cuarentena. Entre las denuncias, el 76,7 por ciento es por situaciones de violencia de género, abuso sexual, maltrato infantil y violencia familiar. El 12,6 por ciento se da por situaciones de violencia de terceros, sean vecinos o conocidos. Finalmente,  el 10,7 por ciento de los llamados están relacionados a violaciones a las medidas de restricción.

Desde que rige el confinamiento hubo 210 detenciones, 42 motivadas por el botón antipánico. La mitad de estas aprehensiones se concretaron en la Capital.

Fuentes: https://eldoce.tv/sociedad/por-la-cuarentena-aumentaron-las-denuncias-por-violencia-familiar-y-de-genero_98130

https://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/primer-mes-de-cuarentena-210-detenidos-en-cordoba-por-violencia-familiar-o-de-genero

3.Salta

Desde el pasado 20 de marzo hasta el último 7 de abril, y según confirmó el Ministerio Público Fiscal de Salta, las fiscalías recibieron 270 denuncias por violencia de género. Del total de las denuncias por violencia de género, 154 corresponden al Distrito Judicial Centro; mientras que 40 al de Tartagal; 32 al de Orán; 27 al de Sur–Metán; y 17 al de Sur– J.V. González.

La Justicia salteña recibe 15 denuncias diarias por violencia de género desde el inicio del aislamiento social. Se contabilizaron 267 denuncias a la línea 144 (que en esta provincia se articula con el 911) entre el 20 de marzo y el 7 de abril según el Ministerio Público Fiscal.

Fuente: https://www.lagacetasalta.com.ar/nota/135106/actualidad/salta-se-reciben-dia-entre-12-16-llamadas-sobre-violencia-genero.html

4.Entre Ríos

Al 28 de abril hubo 900 denuncias. Ante el aumento de situaciones de violencia familiar y contra la mujer durante la cuarentena sanitaria por Covid-19, la Oficina de Violencia de Género del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos (STJ) y la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Entre Ríos Argentina (Uner) anunciaron que desarrollan, de manera conjunta, una acción de extensión de emergencia para prevenir y abordar estas situaciones.

La iniciativa se implementó bajo el hashtag #Mequedoencasa#Sinviolencia, con difusión a campañas de prevención de situaciones de violencia familiar y contra la mujer e implementación de un formulario on line de denuncia del Poder Judicial. En la primera semana hubo 20 denuncias vía  este formulario web (del 13 al 19 de abril).

Fuentes:

https://www.aimdigital.com.ar/disenan-un-plan-de-emergencia-ante-el-aumento-de-casos-de-violencia-de-genero-en-cuarentena/

https://www.elonce.com/secciones/sociedad/623895-durante-la-cuarentena-hubo-900-denuncias-por-violencia-de-gnnero-en-entre-rnos.htm

5.Santa Fe

Informe al  29 de abril: Según el Observatorio de Seguridad Pública de la provincia hubo 3.649 reportes de violencia de género en la ciudad en los primeros 24 días de aislamiento, uno cada 12 minutos. Sumando la ciudad de Santa Fe llegan a 5.000. La mayoría llega por 911. El estudio releva los casos que entran por distintos mecanismos de denuncia y consulta en las dos ciudades más grandes del territorio provincial. Abarca la segunda etapa de la cuarentena, del 1° al 13 de abril, y actualiza el ya publicado de la primera fase, del 20 al 31 de marzo. En total, en los 24 días hubo 5.000 registros algún tipo de violencia de género en Rosario y Santa Fe, 415 por día. Entre la primera y la segunda etapa hubo un incremento del 25 por ciento de casos. Rosario se lleva la mayor parte, con 3.649, que equivalen a 303 por día o uno cada 12 minutos. En Rosario registran 303 situaciones por día.

Una de las aclaraciones que hace el documento es la dificultad que hoy tienen para relevar de manera precisa la violencia de género en todo el territorio provincial. Es que en cada lugar y en cada dependencia estatal hay criterios distintos. Sólo por dar un ejemplo, en la Justicia un fiscal puede relevar un caso como lesiones o amenazas sin necesariamente tener en cuenta que fue en contexto de violencia de género. Por eso, el documento abarca las ciudades de Rosario y Santa Fe. “Resulta crucial articular procesos y canales más rápidos de recolección de información válida y confiable sobre los datos del resto de las localidades para realizar un informe que sea representativo de la totalidad del territorio provincial”, explican las personas a cargo del procesamiento de datos en un pedido de una política más contundente para tener información más precisa.

En la primera etapa de la cuarentena en la provincia registró 2.215 situaciones de violencia de género, 201 por día. De ese total, 1.644 fueron Rosario y 571 de Santa Fe.

En la fase del 1 al 13 de abril, hubo 2.785 entre las dos ciudades, lo que implica una suba de 565 situaciones en relación a los últimos 11 días de marzo. Del total, la mayoría volvieron a ser en Rosario, con 2.005 registros. En Santa Fe hubo 780.

En los 24 días de aislamiento la cifra total fue de 5.000 registros, 415 por día. De ese número, 1.350 fueron en Santa Fe, es decir 112 por día o uno cada 20 minutos, y 3.649 fueron en Rosario, que equivale a 303 por día o uno cada 12 minutos.

El informe detalla por dónde entra cada registro de violencia de género y da un panorama de los canales más usados para denunciar. Según las estadísticas, el 58 por ciento llega por llamados al 911. Le siguen la denuncia judicial en un 20 por ciento y la denuncia policial con un 10 por ciento. Los centros de salud y los espacios de acompañamiento y orientación registran un 6 por ciento cada uno.

Fuente: https://www.elciudadanoweb.com/violencia-de-genero-en-cuarentena-en-rosario-registran-303-situaciones-por-dia/

6.Mendoza

Intervinieron en 300 casos de violencia de género durante la cuarentena.

“Creemos que este contexto de aislamiento y de parejas compartiendo más tiempo en sus casas ha potenciado los casos. Pero han disminuido las denuncias. El tema es que recibimos llamadas de personas que cortan cuando atendemos, probablemente porque el violento está con ellas. Por eso estamos pensando en distintas estrategias, de acuerdo a los recursos”, señaló la directora de Género y Diversidad, Silvina Anfuso. “Muchos llamados son familiares, amigos o vecinos y vecinas de mujeres que son víctimas. Son testigos que buscan herramientas sobre cómo actuar”.

Fuente:  https://www.losandes.com.ar/article/view?slug=intervinieron-en-300-casos-de-violencia-de-genero-durante-la-cuarentena-en-mendoza

7.Neuquén

Las denuncias aumentaron un 34, 93% en la ciudad capital. Hasta el20 de abril había más de 500 por situaciones de violencia.

Según detalló María Soledad Crispín, coordinadora provincial de la línea  148, también hubo llamados por emergencias sanitarias y alimentarias. «En los primeros días de la cuarentena hubo muchas situaciones de conflicto entre padres y madres separados por las tenencias de los niños. Y también situaciones de salud mental dado el encierro, pero con el correr de los días casi la totalidad de los llamados a la línea se tratan de situaciones de violencia hacia mujeres en el contexto familiar.

Fuentes: https://www.lmneuquen.com/cuarentena-las-llamadas-violencia-genero-crecieron-un-39-n699506

https://www.rionegro.com.ar/en-cuarentena-se-agudizan-los-casos-de-violencia-machista-en-neuquen-1336938/

8.Corrientes

Al 13 de abril hubo 13 casos denunciados de agresión , según informóministro de Justicia y Derechos Humanos, Buenaventura Duarte en conferencia de prensa realizada en Casa de Gobierno de la provincia. «Tuvimos tres situaciones con exclusión de hogar», que definió como “bastantes conflictivas”.

Fuente: https://www.diarioellibertador.com.ar/notix/noticia/132784_violencia-de-genero-en-cuarentena-gobierno-destaca-contencion-a-victimas.htm

9.Misiones

Durante la cuarentena hubo cuatro femicidios y dos intentos de femecidios. No hay datos oficiales sobre denuncias ni llamados a las líneas de emergencia. “Hemos pedido acciones de urgencia, facilitando los teléfonos para denunciar, también vía online. Queremos casa refugios para las víctimas y que tengan una ayuda económica”, declaró la coordinadora de la organización social Mumalá en conferencia de prensa.

Fuente: https://www.noticiasdel6.com/violencia-de-genero-los-casos-siguen-aumentando-en-tiempos-de-cuarentena/

10.Conurbano Bonaerense

En una encuesta realizada por el Instituto del conurbano de la Universidad nNacional de General Sarmiento entre 165 referentes territoriales se registró que más del 40 % de los encuestados “informan que conocen casos de violencia de género durante la cuarentena en sus propios barrios o barrios vecinos.  Consideran que se agravó especialmente la violencia psicológica y económica hacia las mujeres y también la violencia hacia niñas y niños.

Fuente: https://chequeado.com/el-explicador/como-se-vive-la-cuarentena-en-los-barrios-populares-del-conurbano-bonaerense/

11.Trelew:

Al 11 de mayo ya sumaban 120 las víctimas por violencia de género en Trelew. Estiman que pueden ser más: muchas no pueden acercarse a la Comisaría ni usar su celular. Varias organizaciones de mujeres nucleadas en una Multisectorial elaboraron un programa para que el Gobierno ponga la lupa urgente en lo que sucede: solicitan módulos alimentarios, subsidio de alquileres hasta que se supere la pandemia, y seguridad: que la Policía llegue a todos los barrios donde exista una urgencia. “El hogar pasó a ser un lugar inseguro para la mujer. Hoy su casa no es segura. Tiene al violento al lado, no puede salir. A veces ni siquiera le permite usar el celular”, explicó Lorena Elisaincin, miembro de la Multisectorial y Puerta Violeta. Es abogada y tiene a su cargo el asesoramiento que las víctimas solicitan cada día. “Se nos hace cada vez más difícil la asistencia en esta situación: teníamos 1.700 casos en 2019. Muchas habían salido del círculo de violencia, logramos que se inserten en la Economía a través de las ferias, pero fueron cerradas”. “La violencia de género es tan importante como la emergencia por Covid-19. En Trelew tenemos 3 llamados por día. Algunos podemos resolverlos enseguida y otros derivamos. Desde que se inició la cuarentena llevamos 120. Las victimas necesitan asesoramiento y ayuda”.

Puerta Violeta es una organización con un lugar físico de asistencia. Es el salvavidas de muchas mujeres en emergencia. Pero aclaró Elisiancin que es un lugar de tránsito. Se evita que las víctimas permanezcan mucho tiempo. “Están a lo sumo 3 días. Trabajamos con el entorno familiar para que la mujer pueda salir del círculo de violencia. Con la mayoría, lo logramos a través de la independencia económica. Ahora, con los comercios y ferias cerradas no pueden mantener a sus hijos ni llevar comida a su casa. “Las Comisarías de la Mujer siguen atendiendo y Fiscalía tiene que tener a alguien de turno siempre. Hay que insistir porque las denuncias, se deben tomar”. “Necesitamos que la Violencia de Género esté en la agenda. A veces, la Policía llega más rápido a un lugar en que se denuncia una violación de cuarentena que cuando llama una mujer que está siendo agredida. Pedimos que se atiendan urgente esos casos”.

Fuente: https://www.diariojornada.com.ar/273173/provincia/ya_son_120_victimas_por_violencia_de_genero_en_trelew/

https://www.trelew.gov.ar/violencia-de-genero-trelew-refuerza-la-atencion-a-mujeres-vulneradas/

12.Mar del Plata

Informe al 3 de mayo:  bajo al período de cuarentena, las llamadas al 144 – la línea telefónica de emergencia – aumentaron un 140%.«Durante el encierro de las víctimas con su agresor, es alarmante ver cómo aumenta la violencia hacia las mujeres», explicaron a través de un comunicado diferentes organizaciones sociales. El tema fue tratado en una sesión del Consejo Deliberante de la ciudad y fue tema de la Defensoría del Pueblo, que reclamó medidas urgentes.

Fuente: https://www.0223.com.ar/nota/2020-5-3-18-26-0-la-cuarentena-profundiza-la-violencia-de-genero-una-mujer-es-asesinada-cada-30-horas

13.Comodoro Rivadavia

En abril hubo un 50% más de denuncias por violencia de género, informó la subcomisaria Alejandra Medina jefa de la comisaría de la mujer, zona sur, de Comodoro Rivadavia, donde se recibieron 81 denuncias. El 26% fue por lesiones, un 20% por incumplimiento de medidas judiciales y un 11% por amenazas. A su vez, tienen 456 medidas cautelares que están controlando.

Fuente: https://diariocronica.com.ar/646943-en-abril-hubo-un-50-mas-de-denuncias-por-violencia-de-genero-en-comodoro.html

14.Puerto Madryn

En el juzgado de Familia N° 2 se registraron 36 denuncias por violencia entre el 16 y el 30 de abril. Esto representa un promedio de  una denuncia cada 9 horas. El juzgado informa que notó también “un aumento de la crueldad” en las agresiones y de “las lesiones físicas”.

Fuente: https://www.eldiariodemadryn.com/2020/05/preocupa-el-aumento-de-la-crueldad-en-los-hechos-de-violencia-de-genero/

Observatorio Lucía Pérez

Buenos Aires 12 de mayo de 2020

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Caso Lucía Pérez: matar al femicidio

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La audiencia realizada en Mar del Plata para determinar la pena de Matías Farías por el crimen de Lucía Pérez reveló las contradicciones de un sistema judicial que lleva nueve años sin resolver el caso. El tribunal enfrenta el desafío de aplicar una condena bajo un delito que según Casación pasó a ser un «acceso carnal agravado», mientras la querella insiste en que se trata de un femicidio. La definición del abogado Juan Pablo Gallego: «Lo que hizo Casación fue matar el femicidio de Lucía, y eso es lo que tratamos de impedir en todas las instancias posibles». Los cruces entre la defensa y la acusación que dejan al descubierto las tensiones en torno a la violencia machista y la impunidad.

Por Claudia Acuña (Desde Mar del Plata) (En la imagen de portada, los padres de la menor asesinada junto a Familiares de Víctimas de Femicidio y de la Campaña Somos Lucía).

La audiencia de admisión de pruebas para establecer la pena que le corresponde a Matías Farías por el crimen de Lucía Pérez tuvo características tan inauditas como lo es esta nueva etapa de la intervención del Poder Judicial. El presidente del tribunal, Javier Riquert, tuvo que dar explicaciones para que se comprendiera lo incomprensible de este nuevo proceso judicial, que ya lleva nueve años (el femicidio ocurrió el 9 de octubre de 2016) y ha sufrido tres sentencias diferentes y un juicio anulado.

Caso Lucía Pérez: matar al femicidio

El tribunal: el presidente Javier Riquert en el centro, Federico Cecchi y Paula Soulé. No pueden juzgar por femicidio por orden de Casación. La querella sigue denominando al crimen de Lucía como un femicidio.

Riquert explicó que el Tribunal de Casación —responsable de cambiar el delito por el que fue juzgado Farías, de femicidio a acceso carnal agravado— ordenó que se realizara esta instancia judicial de «cesura», dedicada exclusivamente a determinar la pena, que en este caso puede oscilar entre 8 y 20 años de prisión. Para definir cuánto corresponde dentro de ese rango, el tribunal —integrado por jueces de tres fueros distintos: Riquert, Federico Cecchi y Paula Soulé— debe analizar atenuantes y agravantes.

Caso Lucía Pérez: matar al femicidio

En primera fila escuchan Marta Montero y Guillermo Pérez, los padres de Lucía, junto a su otro hijo, Matías. El abogado de la familia es Juan Pablo Gallego (en el centro de la imagen) con el fiscal Carlos Russo a su izquierda.

Por ello, tanto la acusación —representada por la querella de la familia de Lucía, a cargo del doctor Juan Pablo Gallego, y el fiscal Carlos Russo— como la defensa oficial de la doctora Laura Solari, presentaron sus solicitudes de prueba. Riquert también aclaró que era necesario cumplir con este requisito para que las apelaciones presentadas pudieran ser evaluadas y resueltas. En síntesis: se trataba de un trámite imprescindible para que las objeciones a este nuevo fallo prosperaran. Sin embargo, todo indica que lo que se inicia con este capítulo no será un mero formalismo.

Lo que siguió fue una puja por el control del relato de lo ocurrido. Acostumbrada a dominar las audiencias con su estilo incisivo, la doctora Solari intentó impugnar todas las pruebas solicitadas por la querella, que incluían una inspección ocular en la escena del crimen, la declaración de testigos clave del segundo juicio y el testimonio de una posible víctima de Farías, quien —ante la noticia del nuevo fallo— había expresado en redes sociales su temor por su posible liberación. El doctor Gallego, por su parte, destacó la contradicción de que la defensora se opusiera a la inspección ocular pero solicitara como prueba las fotos de la inspección realizada por el tribunal que había condenado a Farías por femicidio y a prisión perpetua. La paradoja la resolvió la secretaria del tribunal: no había registros fotográficos ni videos de aquella diligencia en el expediente.

Caso Lucía Pérez: matar al femicidio

De azul, la abogada de Farías, Laura Solari: la puja por el control del relato del crimen de Lucía Pérez.

Tras varios cruces infructuosos para la defensa, el presidente del tribunal esbozó el posible rumbo: tres jornadas de debate, en las que se presentarían pruebas, se visitaría la escena del crimen y se daría a conocer el monto de la condena. La fecha se anunciaría en los próximos días, junto con la resolución sobre la admisión de las pruebas solicitadas.

En el ambiente quedó flotando el anticipo de lo que se debatirá: por un lado, el negacionismo de la violencia de género; por el otro, la insistencia en que el crimen de Lucía fue un femicidio, aunque este tribunal no pueda reconocerlo por orden de Casación. «Aunque los jueces vean un femicidio, no pueden juzgarlo», declaró Gallego a las puertas del tribunal marplatense. «Lo que hizo Casación fue matar el femicidio de Lucía, y eso es lo que tratamos de impedir en todas las instancias posibles».

Caso Lucía Pérez: matar al femicidio

Familiares de Víctimas de Femicidios con integrantes de la Campaña Somos Lucía, escuchan lo que les explica el abogado de la familia Juan Pablo Gallego: «Lo que hizo Casación fue matar el femicidio de Lucía, y eso es lo que tratamos de impedir en todas las instancias posibles».

Mientras el abogado hablaba ante el grupo de Familias Víctimas de Femicidios e integrantes de la Campaña Somos Lucía —que acompañaban a la familia en la calle soportando el viento helado y la lluvia—, un grito inesperado irrumpió: «Yo compartí la cárcel con ese monstruo, y la pasé muy mal». La voz, quebrada, pertenecía a un joven de jeans y campera negra, que la lanzó con paso apresurado antes de ingresar al edificio donde, se supone, se imparte justicia.

Caso Lucía Pérez: matar al femicidio

El acompañamiento en la calle pese al frío marplatense y judicial.

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El abrazo y la espera: habrá tres nuevas audiencias.

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El crimen de la periodista Griselda Blanco: cómo negar un femicidio

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El femicidio de la periodista correntina Griselda Blanco fue víctima del Poder Judicial: en un juicio abreviado condenaron a su asesino por homicidio simple, sin considerar la brutalidad de su asesinato ni investigar las conexiones de su crimen con sus denuncias periodísticas. “Estamos tan tristes que no podemos ni hablar”, dirá Fabián, el hijo mayor de Griselda. Cuenta que el acuerdo se selló entre la fiscal y la defensa del asesino y que ellos simplemente fueron notificados del acuerdo. “Llegamos a esta etapa con pruebas perdidas y la constante amenaza de que si íbamos a un juicio oral se iban a dedicar a ensuciar la memoria de mi madre. Realmente es imposible luchar contra este sistema: es como andar contra el viento. Perdimos toda esperanza”.

Griselda fue asesinada en su casa de Curuzú Cuatiá en 2023. El viernes el juez Martín José Vega, titular del Juzgado de Garantías de Curuzú Cuatiá, avaló el acuerdo y de esa manera Darío Alfredo Ricardo Holzweissig deberá cumplir la pena por el delito de homicidio simple: 12 años y 6 meses de prisión, no de cumplimiento efectivo por no reconocerse en este fallo el componente de violencia de género. El acuerdo fue alcanzado entre la defensa del imputado y el Ministerio Público Fiscal, representado por Clara Belén Arrúa, titular de la Unidad Fiscal.

En la última emisión de su programa en Facebook Griselda había acusado al comisario  Walter Maciel por seguir en su puesto de policía pese a que una oficial lo había denunciado por abuso sexual. Maciel está ahora detenido por encubrimiento en el caso de Loan Peña, el niño desaparecido en Corrientes hace casi un año. Dijo Griselda en su último programa y día de vida: “Diana Yardín es policía. Es de Curuzú Cuatiá, pero se encontraba ejerciendo su labor en Monte Caseros. Nadie se solidarizó con Diana. Todos encubren a este individuo: comisario Maciel. Aún no lo apartaron de la fuerza como hicieron con ella”, sostuvo la periodista asesinada.

Y continuó: “Solo pedimos justicia. Que intervengan los fiscales, por favor. No podemos tener un violador en la fuerza”. La denuncia del abuso había sido radicada en la justicia en 2019 por la oficial y también incluiría presuntas amenazas y maniobras de encubrimiento, delito por el que ahora está detenido el comisario en el caso del pequeño desaparecido.

Al informar sobre el escandaloso cierre del caso el diario Norte sintetizó: “Griselda Blanco era una periodista incisiva, una co­municadora social que utili­zaba su voz para denunciar injusticias y dar voz a quie­nes no la tenían. Su asesi­nato no solo fue un crimen contra una persona, sino también un ataque a la li­bertad de prensa. La forma en que la Justicia abordó su caso tiene un eco profundo en la sociedad, especialmen­te para el libre ejercicio del perio­dismo”.

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Fotos Sebastián Smok para lavaca.

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La tesis del gran bonete

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¿Cómo informar sobre femicidios? ¿Quién sabe cómo hacerlo? Una polémica tesis promocionada por Rita Segato desliza la responsabilidad del Estado a los medios, en momentos en los que el gobierno pretende derogar la figura legal de femicidio. Las falacias y generalizaciones que construyen una orden de silencio. 

Por Claudia Acuña

Las periodistas somos responsables de los femicidios. Mientras tipeo esta frase me invade un sentimiento que solo explica el clásico «no sé si reírme o llorar”.  Desde que la escuché pòr primera vez en el año 2020, de boca del entonces gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, hasta ahora, que la repite una integrante del movimiento transfeminista del Valle de Punilla, en Córdoba, han pasado varios años, pero aquella primera vez y esta última tienen un contexto en común: esas provincias habían sufrido en poco tiempo una serie de femicidios que sembraron protestas sociales importantes. En el caso de Jujuy, estaban todas sus rutas cortadas con adolescentes que sostenían cartulinas escritas a mano exigiendo justicia, mientras las fuerzas de seguridad disparaban gases para dispersarlas. En esta ocasión, en Punilla la movilización también fue masiva.

Lo que cambió, y no es poco, es otro contexto: en estos momentos el Estado argentino intenta imponer la derogación de la figura jurídica de femicidio.

Otro cambio: el ex gobernador Morales, por entonces interesado en que no se difundan las protestas –que por cierto fueron las primeras que azotaron su gobierno– citó a Rita Segato como autora de la tesis que responsabiliza a los medios de comunicación de sembrar femicidios, ya que al informar sobre ellos los contagiaba. En plena pandemia de coronavirus esa palabra significaba meter el dedo en una herida social. Investigué entonces de qué galera había sacado Morales ese argumento: había escuchado a Segato en una capacitación que la académica le dio a su gabinete, por zoom y en el marco de un programa financiado por ONU Mujeres. Cuatro años después ya tenemos un libro que lo justifica, con prólogo de Segato y suscripto por su alumna, la brasileña Daniela Gontijo. Tuve la oportunidad de conocerla en La Paz, Bolivia, cuando intenté conversar con ella sobre su tesis. Le pregunté si sabía que la Organización Mundial de la Salud había comunicado su autocrítica por solicitar a los medios que no informen sobre suicidios, un argumento que en su tesis es basal para extenderlo a los femicidios. Sigo esperando su respuesta.

La principal diferencia, sin embargo, es que ahora esa frase es repetida por una comunicadora y activista que ha participado de la organización de la protesta en el Valle de Punilla. Está preocupada, angustiada diría, por su rol. Y lo que es peor, insegura. Es ella, entonces, quien motiva esta nota, que escribo con hartazgo.

Las raíces de la información

¿Cómo se informa “bien” un femicidio? ¿De eso se trata este debate? No. Y por varios motivos. El primero es el primero: el término femicidio tiene una larga y dolorosa historia política y social. Resumo: la palabra encuentra sus orígenes en la expresión feminicide, “desarrollada inicialmente en el área de los estudios de género y la sociología por Diana Rusell y Jane Caputi a principios de la década de los 90 (…) concepto que surge con una intención política: desvelar el sustrato sexista o misógino de estos crímenes que permanece oculto cuando se hace referencia a ellos a través de palabras neutras como homicidio o asesinato” (Toledo 2009: pp23-24).

Tal como advirtió la antropóloga Marcela Lagarde al aplicarlo a la situación desesperada de Ciudad de Juárez, México, “femicidio no es solo una palabra: es toda una teoría”. ¿Qué teoría sostiene la palabra femicidio? La responsabilidad del Estado en estos crímenes. Explica Lagarde: “Son crímenes que no responden a una problemática derivada de la mal llamada violencia doméstica o intrafamiliar, sino que es parte de una problemática mucho más grave y compleja. La conexión entre el género y la clase social en los femicidios de Ciudad Juárez es clara: sus torturadores y asesinos actuaban porque querían y porque podían hacerlo, amparados por unas estructuras sociales y gubernamentales que propiciaban la impunidad de sus actos.” Esto decimos cuando decimos “femicidio”: lo sistémico de lo biográfico.

Esta concepción teórica y política aplicada a Ciudad de Juárez tuvo su consecuencia jurídica cuando el Estado de México fue condenado por la Corte Interamericana con el fallo conocido como Campo Algodonero. De ahí derivan todas y cada una de las herramientas legales que cada país latinoamericano fue obligado a adoptar para prevenir, erradicar y hacer justicia por la violencia que sufrimos mujeres, travestis, trans y diversidades sexuales.

¿Cómo señalar entonces en cada femicidio la responsabilidad estatal que lo propicia? De eso se trata este debate. La respuesta, digámoslo rápido y fácil, es el territorio.

Como marco teórico a esta territorialización de la información sobre la violencia femicida propongo leer Capitalismo Gore, de Sayak Valencia, escritora, filósofa y artista performática mexicana. Es su tesis doctoral de la Universidad Complutense de Madrid y, por eso mismo, es interesante conocer su origen porque leída hoy resuena como una respuesta contundente a esta otra tesis: “Originalmente la iba a hacer sobre epistemología feminista. Para mí era muy importante revisar cómo se producen ciertos grados de verdad o ciertas ficciones políticas que encumbran el conocimiento como algo que parece incuestionable si está mediado por el sello cientificista”. En eso estaba, entonces, cuando en un alto en sus estudios viajó a visitar a su familia a su Tijuana natal y en el camino que la llevaba del aeropuerto a su casa vio desde el auto y a la vera de la autopista un cadáver descuartizado. Así decidió cambiar el tema de su tesis y así nació un término –Capitalimo Gore– para  denominar aquello que la había sacudido: “el capitalismo gore sería la forma material de explotación que va atravesada de colonialismo, machismo, sexismo, crimen organizado, y corrupción”, sintetiza en una entrevista que le realizaron diez años después de la primera publicación.

Dirá también en esa entrevista Sayak Valencia: “El pensamiento es siempre contextual y si tratamos de hacer universalizaciones tajantes de ese pensamiento ya estaremos cayendo en una tentación solipsista, al considerar que tenemos las verdades absolutas sobre fenómenos que no serían explicables de manera sencilla en primera instancia. La necropolítica, la biopolítica y el uso de la violencia se dan de manera contextual porque su intensidad depende de los países, las condiciones económicas, lo gubernamental, lo social, lo cultural, en suma, dependiendo de la regionalización del mundo. No es igual de explícita la violencia racista contra ciertas poblaciones en territorios indígenas en México y la violencia racista que se da en Estados Unidos contra la población afro, que otro tipo de violencias como el negar servicios de salud a las poblaciones trans o a crear condiciones hostiles que provocan violencia y que terminan en una especie de necroadministración, o como dice Ariadna Estévez, en una administración del sufrimiento para que ciertas poblaciones sean dejadas de lado y mueran en ese apartamiento de lo social”. Esta última frase resuena especialmente en la actualidad y en la lucha de cada miércoles de las y los jubilados.

Reitera Sayak: “Creo que hay que seguir pensando lo biopolítico y lo necropolítico de manera contextual”.

¿Cuál es entonces el contexto en el que debemos fijar la atención ante cada femicidio y, mucho más, ante su reiteración producida en pocos días? El territorio. En el Jujuy gobernado por Gerardo Morales, en el Valle de Punilla azotado por la sistemática impunidad de los femicidios que allí se padecen, en las tramas de complicidad policial y judicial que han sembrado el terreno propicio para que la mimesis suceda, una y otra vez, sin sanción, ni contención ni reparación, que es finalmente aquello que expresa el grito de justicia que sin descanso nos hace oír el movimiento transfeminista organizado que también habita esas tierras, porque ya sabemos: donde hay criminalidad organizada en este país también hay resistencia.

En estos contextos, las órdenes de silencio no solo son peligrosas: suenan cómplices.

Emitirlas en nombre del saber es, además, perverso.

¿Quién sabe y quién no sabe informar sobre la violencia femicida? ¿De eso se trata este debate? No. Lo que tenemos que discutir es quién tiene autoridad sobre el saber. Y el saber es saber hacer resistencia a estas violencias.

¿Cuáles son las fuentes de información adecuadas, especialmente en tiempos en los que el poder se vuelve opaco e inaccesible? La narcocriminalidad ha impuesto esa barrera a la verdad del poder. Su privilegiada posición de economía “en negro” e “informal” ni siquiera nos permite conocer las cifras con las que maneja el mundo, en general, desde cada territorio en particular, pero sí alcanza para reconocer que aquello que llamamos ultraderecha tiene entre sus patrocinadores estos oscuros capitales que la promueven. ¿Hay entonces una relación entre la motosierra que destroza los pocos programas de contención de víctimas de violencia, la iniciativa de la administración Milei de erradicar la figura jurídica de femicidio y la manifiesta violencia misógina de la narcocriminalidad? Es pregunta.

También sabemos que eso que llamamos Academia, aquí en Latinoamérica, no ha producido investigaciones, estudios y publicaciones que relacionen la violencia femicida con el crecimiento de la narcocriminalidad, que en los territorios siempre tiene la forma de narcomenudeo porque esa es la lógica de gestión del negocio. Sí ha producido, y lo sigue haciendo, mucho análisis sobre los medios de comunicación que, en tiempos de redes virtuales, agigantan el rol de los formatos clásicos, en una operación que produce una restauración por repetición de marcos desactualizados –descontextualizando alcances de tiradas y audiencias, por ejemplo– y, a la vez, deslizan el eje del debate central: del Estado hacia los medios.

Ante cada femicidio hablemos del Estado. Narremos por ejemplo, el marco social-económico que afectó a víctimas y victimarios, nombremos los crímenes impunes sucedidos en ese territorio, los antecedentes de los fiscales encargados de investigar esos femicidios, los servicios y programas desmantelados en esa zona para prevenir y contener violencias, los funcionarios denunciados por violencia sexual, la cantidad de denuncias realizadas y cómo fueron atendidas, etcs y etcs.

Hablemos incluso de aquello que la política etiqueta como “inseguridad”, palabra detrás de la cual se esconden las tramas de complicidad policial-judicial (eso es el Estado) que alientan y sostienen las violencias.

Luego, si nos sobra tiempo, charlamos sobre el rol de los medios en la producción y reproducción de los femicidios.

Recién entonces, diré lo que puedo aportar al respecto, tras más de treinta años de informar, investigar y reflexionar sobre el tema y compilar información sobre casi 6.000 femicidios producidos en este país:

  1. Cuando era editora del principal diario de la Argentina recibí la recomendación de la Organización Mundial de la Salud sobre el peligro de informar sobre casos de suicidios, ya que provocaban contagio: resumo así la larga instrucción que señalaba ese peligro. En aquel momento el director del diario era Roberto Guareschi y encontré en él un aliado para imponer esa orden de silencio. Me pareció adecuada. Creí ser responsable de aplicarla y controlar que se lleve adelante, no solo en ese diario: enseñé a mis estudiantes a no informar. Cuando veinte años después leí la autocrítica de la OMS, admitiendo el contundente fracaso de esa restricción, aprendí la lección: en el periodismo el silencio nunca es opción. Tampoco lo es para una víctima de violencia.
  2. Cuando vi la tapa de un diario de México con la foto a toda página de una mujer colgada de un árbol, con la cabeza encapuchada, desnuda y con la leche maternal emanando todavía de su cuerpo destrozado comprendí aquello que escribió Sayek Valencia sobre la espectacularidad de la violencia: los medios completaban el trabajo de los sicarios. Ellos mataban a una mujer, los medios amenazaban a todo el resto. Estamos en Argentina, muy lejos de esa horrorosa maquinaria mediática de reproducción de la violencia. Estamos, además, en un oficio de periodistas profesionales, organizadas, formadas, muchas de ellas orgullosamente feministas y en gran parte, abrazadas a los movimientos sociales que las sostienen más que los medios donde trabajan en condiciones precarizadas, injustas, brutales. Ellas no lo son. Y es todo un esfuerzo no dejarse impregnar por la decadencia de la producción de noticias que hoy padecemos.
  3. Por último, hago mía las palabras de Helen Álvarez, la periodista boliviana integrante de Mujeres Creando, cuando en una mesa de debate con la autora de la Tesis del Gran Bonete, refutó: “No pienso dedicar un minuto de mi vida a discutir cómo mejorar medios comerciales, porque puede que logres que se escriba allí sobre un femicidio tal como pretendes que está bien, pero cuando das vuelta la página te vas a encontrar con un reportaje al jugador de fútbol que hizo el gol de la semana, sin mencionar que fue acusado de violación la anterior, y en la sección Economía, la noticia del ministro anunciando recortes de los programas sociales”. Como siempre, hay que contextualizar la frase: Helen fue la editora de la sección Economía del principal diario de Bolivia y es la mamá de Andrea, víctima de femicidio. Helen sabe.
  4. Por último, una noticia que nos da una pista sobre por dónde ir: en qué anda Sayek Valencia ahora. “Actualmente me encuentro investigando algo que denomino política post mortem, que son los agenciamientos prácticos que vienen de las personas que han sobrevivido a acontecimientos traumáticos y violentos. Es decir, son las prácticas, agenciamientos y acciones puestas en marcha por personas que han sufrido el asesinato, el femicidio o la desaparición de alguien que aman y que a partir de ese acontecimiento violento se han organizado para exigir justicia. Política post mortem sería esta forma de agenciamiento político que viene después de la masacre, después del trauma, después de la muerte de un ser querido, y que sigue luchando por esos muertos a través de las resistencias, de las búsquedas y de la dignificación del reclamo de justicia social”.
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