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Paro de sindicatos y movimientos sociales: la candidata ambulante

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El paro de este 30 de abril fue presentado como una posible bisagra sindical, y como un reinicio de actividad de gremios y movimientos sociales frente a las políticas del gobierno. ¿Cómo fue en los hechos? Lo electoral y lo que no se puede esperar hasta octubre. La performance policial produjo 39 detenciones. La fuerza del paro, la clase media y las rebeliones gremiales en lugares como Rosario. Las palabras de quienes rodearon la marcha porteña, y una propuesta presidencial desde la Villa 31.
Fotos de Nacho Yuchark.

Las columnas de sindicatos encuadrados, masivamente varoniles, con redoblantes y alguna que otra trompeta, caminan fluidamente hacia Plaza de Mayo sobre el asfalto en el que se ven pintadas imágenes sin rostro junto una palabra y un número: “Fueron 30.000”. Ni miran el puesto de choripanes y hamburguesas que instalaron María José y Wilson.
Unos marchan durante un paro. Los del puesto, no pueden dejar de trabajar. Todos están en la misma, pero todo es diferente.
María José (33) y Wilson (26) vinieron de la Villa 31 a instalar –como en cada marcha- su puesto de choripanes en Avenida de Mayo y Piedras. Son pareja e integrantes de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y tienen un diagnóstico preciso:
· “Está difícil todo”.
Un ejemplo económico: “Hay mucho enojo y, también, menos plata. La gente trata de traer comida en tupper. Lo vemos acá. Se traen un bizcochito o sanguchito, pero no compran”.
¿Están de acuerdo con el paro? “El paro está perfecto porque hay que darle un paro al gobierno. Los que tienen que parar son ellos con los aumentos de tarifas y de precios”.
María José recuerda que ocho meses atrás tenían un puesto mucho más grande que el actual.
¿Qué pasó?: “Era una marcha como esta, vino la policía y nos tiró todo al piso. Wilson gritaba pero la policía rompía todo. Nos dijeron que era por orden directa del gobierno. Antes podíamos trabajar, pero este gobierno, directamente, no te deja laburar”.
María José llegó entonces a una conclusión: “La próxima presidenta tendría que ser una vendedora ambulante, así como nosotros, porque Macri es una persona que tiene mucha plata y no le importa la gente. Gobierna para ricos, no para los pobres. Nunca necesitó nada. Por eso hace falta una persona que saque al país para adelante, como nosotros”.
No nombra candidatos ni candidatas, sino un concepto que puede plantearse así: tras los resultados de los políticos partidistas y de los CEOs, las vendedoras ambulantes se hacen acreedoras una oportunidad.
Paro de sindicatos y movimientos sociales: la candidata ambulante

Performance policial

A las 12:26 suenan los primeros disparos. Las columnas de movimientos sociales que avanzaban por Avenida de Mayo en dirección a 9 de Julio, serenas, más bien dispersas y raleadas, se repliegan y corren. Algunos doblan en dirección a Santiago del Estero. Del otro lado, efectivos de la Policía Federal aparecen disparando y lanzando gases lacrimógenos. La escenificación se hace ante oportunas cámaras de televisión que registran todo, bajo la aparente sospecha de que mostrar mano represiva aporta a consolidar votos de los espectadores porteños y la imagen electoral de Patricia Bullrich. (Luego dirán que se trataba de personas que agredían bancos y colectivos, para justificar el espectáculo policial).
Los gases hacen efecto. Comenzamos a taparnos los ojos, la nariz y a toser. Un cordón de motos policiales interviene la calle, sin dejar avanzar a las columnas. Hay que bordear dos cuadras y avanzar por Hipólito Yrigoyen o Alsina, y luego retomar para Avenida de Mayo.
La escena, entonces, se pone perversa.
Cuatro efectivos llevan detenidos a dos muchachos.
Una mujer, desesperada, se les pone de frente y les grita.
-¡Qué le hicieron! ¡No les pueden hace eso!
-¡Corrasé! –le gritan y la empujan. Los muchachos no atacaban bancos ni colectivos. “Uno es mi sobrino” solloza la mujer. Marchaban junto al sector visiblemente más pobre del acto, el formado por movimientos sociales como la como Barrios de Pie, la CCC y la CTEP a los que se sumó el Frente Darío Santillán.
Sobre 9 de Julio, otro cordón de efectivos protege un camión celular de la Policía de la Ciudad. Suben allí a varios detenidos. Algunos gritan sus nombres: María del Carmen Vallejo y Juan Brau, del Movimiento 22 de Agosto. Alrededor comienzan a sumarse personas que vinieron a la marcha sin ninguna organización ni movimiento ni sindicato. Sólo por bronca.
Se paran frente al cordón e insultan a la policía:
-Tenemos que echar al delincuente Mauricio Macri, corrupto y ladrón, que coimea a los funcionarios de las fuerzas –grita un hombre.
Los policías lo miran con absoluta indiferencia.
Una señora se suma:
-Con la gente humilde se van a meter. Vayan a donde están los contrabandistas. ¡Qué se meten con el pueblo! ¡No sean cobardes! ¡El pueblo unido jamás será vencido!
Paro de sindicatos y movimientos sociales: la candidata ambulante

El acto

“El pueblo unido jamás será vencido” fue también lo que gritaba una voz femenina desde el palco, sin lograr mucho eco en la concurrencia, muy sectorizada según cada sindicato, con mucha afluencia de Camioneros. En el palco se tomó nota de los incidentes casi media hora después de ocurridos, pero no mencionaron la actitud policial sino la presencia de “infiltrados” que, tal vez, fueron quienes justificaron la acción de la policía contra las columnas de movimientos sociales.
Hablaron, entre otros, Sergio Palazzo, secretario general de La Bancaria, Ricardo Peidró por la CTA Autónoma, Hugo Yasky por la CTA De los Trabajadores y Pablo Moyano.
Palazzo planteó que se debe ir hacia otro paro nacional “con CGT o sin CGT a la cabeza” y cuestionó a quienes buscan el “vedetismo”. Puso el horizonte en el octubre electoral, lo mismo que Yasky, quien planteó el valor simbólico del paro: “Hoy empieza una nueva historia para la clase trabajadora. Hoy construimos el primer día de una historia que va a ser mucho mejor que la que dejamos pasar”. Peidró planteó: “Estamos aquí los que no nos resignamos” y agregó: “Pasamos momentos mucho más duros y salimos victoriosos. Esta no va a ser la excepción”. En lugar de lo electoral, planteó el día a día reiterando las dos palabras más utilizadas, por lejos, por los oradores: “lucha” y “unidad”.
Luego Omar Plaini, de Canillitas, fue el encargado de leer el documento conjunto del FRESIMONA (Frente Sindical para el Modelo Nacional, que reúne a la Corriente Federal –bancarios y televisión, entre otros-, Camioneros y SMATA). FRESIMONA trabaja junto al Triunvirato de San Cayetano (Barriosde Pie, CTEP y Corriente Clasista y combativva, a quienes se agregó el Frente Darío Santillán).
El documento enumera el tema de los fondos buitres, la liberación del mercado cambiario, la baja de retenciones a exportaciones de cereales y oleaginosas, la eliminación de retenciones a las mineras, la emisión de letras a intereses astronómicos que provocó la enorme bicicleta financiera, el blanqueo
Definió la situación así: “Un plan económico y social impuesto para que las clases dominantes, además de beneficiarse, ejecutaran una veganza siniestra contra los sectores populares de nuestro país”, y recordó el blanqueo millonario en dólares “provenientes de lavado de dinero de empresarios delincuentes entre los que figuran muchos ministros de este gobierno y los familiares del presidente”.
Pablo Moyano recordó que las movilizaciones frenaron el proyecto de Reforma Laboral y anunció que este 1º de Mayo se hará una jornada solidaria con ollas populares para los sectores excluidos: “Los trabajadores les vamos a dar un plato de comida, cosa que los funcionarios no entienden nada, no sienten nada, no salen a la calle viven otra realidad. Esta es la realidad de los trabajadores con hambre, despido y amenazas. En 20 días si no hay respuesta seguramente en otro congreso vamos a decidir las medidas que se van a tomar. Y a los compañeros camioneros: preparémonos, que en 15 días discutimos paritarias”, concluyó su discurso enfocado en el gremio propio, luego de plantear que ante la no aceptación de la conciliación obligatoria por parte del gremio, «que se metan en el culo la multa».
Paro de sindicatos y movimientos sociales: la candidata ambulante

Resistencia autogestionada

Durante la desconcentración Alan, camionero de Florencio Varela, explica a lavaca: “Nosotros queremos un salario digno. Yo sé que estamos mucho mejor que otra gente que ni salario tiene. Lo que ves alrededor es un desastre. Eso es lo que queremos cambiar”.
Roberto, también camionero de pechera verde, de Esteban Echeverría: “Yo vivo en la villa. Los pibes andan buscando comida por cualquier lado. Y la gente se arma ollas cocinando sobre maderas, porque ya ni para garrafa hay. Algunos compañeros votaron a Macri en 2015. Yo no, yo me veía venir que estos iban a hacer todo lo que están haciendo. La jodimos, ahora hay que arreglarla”. Las mujeres del sindicato de peajes parecen tener la consigna de no hablar, mientras miran a un grupo de camioneros que hacen un pogo, y otro que cae derrumbado con su botella de litro de gaseosa que ha estado llena y ya no.
Sobre Avenida de Mayo, casi llegando a 9 de Julio, están Rubén (71), Cacho (66) y La Tana Elva (72). Tienen una bandera con una leyenda: “Jubilados autogestionados”.
Rubén pone contexto: “Somos jubilados organizados de forma autogestiva fuera de todo partido político, en defensa del haber jubilatorio. Queremos una jubilación de acuerdo a lo que gane un trabajador, con 82 por ciento móvil, y que el PAMI y la ANSES sean gestionados por jubilados y no por los cuatro sátrapas que usurpan el poder para meter mano a la caja”.
Cacho recoge el guante: “En octubre vendrá otro gobierno autoritario que no va a llamar a la autogestión porque lo que les interesa es el poder y sentarse en el sillón que supuestamente es de Rivadavia, otro vendepatria. Son sólo administradores que administran su voluntad en contra de la del pueblo, como los sátrapas del Congreso que votan leyes que nos reprimen”.
¿Hace falta más autogestión en la política?
La Tana Elba responde: “Totalmente. Creemos en las asambleas, en la formación a partir de la decisión horizontal y federal. Es nuestra forma de trabajo”.
Por eso, La Tana lee el manifiesto de Jubilados Autogestionados:
· “Basta de tarifazos”.
· “Basta de despidos”.
· “Basta de inflación”.
· “Basta de patriarcado”.
· “Basta de capitalismo”.
· “Arriba las y los que luchan”.
Ríe la Tana: “Este debería ser el programa político del próximo gobierno”.

Paro de sindicatos y movimientos sociales: la candidata ambulante

La marcha coincidió con el aniversario 42 de las Madres de Plaza de Mayo.

El “no” de Susi

Susi (“muchos años”, declara), es de Lanús, vendedora ambulante y en todas las marchas despliega un abanico de remeras con imágenes que van desde Evita, Frida Kahlo, Néstor Kirchner, Mafalda, Perón, Gardel y hoy sumó una de color azul, con la leyenda Sinceramente, por el libro de la expresidenta.
Consulto si le puedo hacer algunas preguntas.
-¿De qué medio sos? –me devuelve.
-MU, de Cooperativa Lavaca.
-Ah, entonces sí. Porque sos comunitario. Recién eché a uno de América: no hablo con gorilas.
-Lo tomo como un cumplido.
-¡Podemos elegir con quién hablar! Así como ellos no nos quieren y nos embrutecen, yo no los quiero a ellos. Y me insistía: “¿Me decís cuánto están las remeras, por lo menos?”. Le contesté: “Flaco, no me entendés. Es mi puesto y acá decido yo: andate”. Filmó igual, porque hacen lo que se les canta. Se llevan el mundo por delante. Son el poder fáctico.
-¿Es un ejercicio de soberanía?
-Siempre tuve una postura muy radicalizada, pero ahora estoy harta. En la cola del supermercado, cuando sacan la tarjeta de crédito, hablo en voz alta: “¿Qué pasa, no tienen plata para comprar alimentos?”. Me cansé. Basta. Nos cagaron la vida a todos. Basta de esto.

Planeros, Kukas y cacas

Susi espera más preguntas.
-¿Y qué percibe en la calle?
-La gente no tiene un mango. Está durísimo. Trabajo mucho más que antes. Menos que el lunes, voy a la feria todos los días. Estoy muerta, cargando bolsos pesadísimos. Hay que buscarle la vuelta, pero hay que llegar hasta el 10 de diciembre, al menos, con muletas. No se puede más: un yogur en envase de vidrio sale 70 pesos. Un trapo de piso: 150. Me quedo mirando la góndola y no entiendo. Me sale más barato limpiar con una remera.
-¿Y qué le dice la gente?
-Está harta como yo. Porque ellos no tienen límite. Pero claro, los chorros seguimos siendo nosotros: los vagos-planeros-kukas-cacas-Cristina chorra-yegua… Repiten todo lo mismo. No veo el momento en que sea el 10 de diciembre, cambie el gobierno, vayan todos presos y les expropien los bienes para pagar la deuda.
-¿Quién puede tomar esa medida?
-Tenemos que tener cuidado a que los medios no nos metan algún Caballo de Troya, como le están haciendo a Venezuela como la “ayuda humanitaria” de Estados Unidos. De eso hay que cuidarse. Yo prefiero comer sapos. Mirá, vengo del PC (Partido Comunista), soy kirchnerista, pero no soy peronista porque me aferro a Marx, que dijo: “Hay dos clases, la de los explotadores y los explotados”. Punto. Esa es la contradicción principal.
Observando el contenido social de la marcha y de la actualidad argentina, cabe plantearse si las políticas oficiales no están logrando resetear un concepto que parecía fosilizado: la lucha de clases.

Rebeliones sindicales y clase media

El paro fue minimizado por los medios y el gobierno, y exaltado por sus organizadores. Tal vez Buenos Aires sea un caso especial, aunque los medios porteños declaran que lo ocurrido en el microcentro porteño es un evento nacional. No se mencionaron los cortes matinales a los accesos, particularmente el de Puente de la Noria, los bancos cerrados, la cantidad de comercios que también cerró y era visible en los barrios, pero sí se exhibía como un fracaso del paro el movimiento de millones de trabajadorxs que no pueden parar para lograr seguir viviendo.
“Nosotros sabemos que pasa eso” dice Juanchi de Aceiteros, “y entonces al parar estamos expresando a mucha otra gente que no es que esté de acuerdo con lo que pasa, sino que no tiene a quién pararle”.
En Rosario la situación fue diferente. Gustavo Martínez, secretario general de la CTA Autónoma de Santa Fe: “En Rosario no solo por una cuestión gremial, sino también por una decisión general del comercio, pasó algo que no se veía hace mucho. Los dueños de pequeños y medianos comercios se sumaron masivamente al paro. Los tarifazos, el ajuste salarial, afectan directamente a esos comercios. Y se recreó lo que se dice tantas veces Rosario capital nacional del paro”.
Cuenta Martínez a lavaca: “Hasta la tarde el clima fue de paro general rabioso. Y muchos gremios cegetistas cantaban ‘adonde están los que no iban a parar. O sea, además de las CTA hubo rebelión en la granja en la propia CGT. Hubo cantidad de comisiones internas que se sumaron a una movilización que aquí fue muy importante, que calcularon en 60.000 personas”.
“Obviamente estamos en una ciudad rodeada y golpeada por la crisis, como pasó otras veces. Todos los informes de pobreza, indigencia, desocupación parecen el retrato de lo que pasa acá. Hoy estábamos charlando con unos compañeros, sobre los 20 despidos que hubo. Pero uno hablaba de 20 despidos en Electrolux, otro de la municipalidad de Timbúes, y el tercero hablaba de otro caso en el interior provincial. Todos creían que hablaban de los mismos 20 despidos, pero hablaban de 60 de tres lugares distintos”.
Agrega Martínez: “En el nivel de la administración pública, salud, educación, el paro fue total, salvo en algunos colegios privados. Acá la paritaria estatal fue el 12 más el 3 por ciento, cuando tenems un acumulado de 40%. Y entre los gremios que desobedecieron a sus conducciones está el caso de UOM, golpeadísima por despidos y salarios, pero con mucha presencia de columnas de compañeros no identificados como sindicatos pero sí como fábricas en la movilización”.
Y donde no pararon hubo asambleas, explica Martínez: “Y también hubo olla popular en la plaza central de Rafaela, que es como Luxemburgo comparado con otros pueblos. En San Javier hubo protesta, hay indicadores de que esto se multiplicó y se extendió por diferentes lugares. Cada uno organiza algo, y hay cientos de movidas que no están centralizadas. Hay actos tradicionales y otros espontáneos, pero unidos por todo un malestar que corre por abajo. La clase media también está diciendo que hay una destrucción de la economía, no solo de los trabajadores. Pero nadie acusa recibo. Las respuestas oficiales parecen una tomadura de pelo. Y por eso me parece que esto recién está empezando”.
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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Actualidad

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

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Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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