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Parte 2, Congreso-Plaza de Mayo, 10D: el primer acto

Voces y Silencios de quienes se manifestaron al asumir Mauricio Macri la presidencia. Bailes, definiciones, consignas en globos, y expectativas hacia el futuro, mientras la máquina de gobierno se prepara para hacer lo suyo. La peluquera, la decoradora, la docente decente, el escritor y otros que no se arrepienten de este amor.

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Voces y silencios de quienes se manifestaron al asumir Mauricio Macri la presidencia. Bailes, definiciones, consignas en globos, y expectativas hacia el futuro, mientras la máquina de gobierno se prepara para hacer lo suyo. La peluquera, la decoradora, la docente decente y otros que no se arrepienten de este amor.

Parte 2, Congreso-Plaza de Mayo, 10D: el primer acto
Mauricio Macri baila en el balcón de la Casa Rosada, cumpliendo el deseo de quienes abajo, al sol, 30º, gritaron: “Que baile, que baile”.
Un joven con remera del PRO aúlla ante lavaca.org: “Es un grosso”. La escena de Macri bailando es acaso inolvidable, aunque es difícil determinar si eso es bueno o malo. En cierto momento la vicepresidenta Gabriela Michetti, toma el micrófono y canta (cabe consignar que nadie se lo había pedido). Al escucharla el joven del PRO decidió callar y ponerse auriculares de su móvil, tal vez en homenaje a Gilda y su tema que seguía sonando como fondo: No me arrepiento de este amor.
Es sabido que durante algunas horas el presidente argentino fue Federico Pinedo, presidente provisional del Senado, ex alumno de la Escuela Argentina Modelo y no del Cardenal Newman: es el tipo de dato que fluye por los pasillos del neopoder, sin que nadie sepa cómo descifrarlo. Se presume que la Presidencia Pinedo hubiera alegrado los corazones de varios no-macristas si hubiese resultado sustentable por más tiempo, pero el pinedismo no alcanzó a tomar forma.
Al llegar Macri al Congreso, lo más interesante fue la presencia de un señor que sostenía un cartel rodeado exactamente por cinco policías y tres en segunda línea: marcación similar a la que padecen normalmente el rosarino Lionel Messi o los terroristas en las series.
En el cartel podía leerse:
-Si devalúan, salimos a la calle.
El hombre estaba en silencio, mirando hacia la puerta del Congreso. Tiene 70 años. En un momento explicó que al rodearlo de ese modo, se estaba violando su libertad de expresión. Del otro lado de la pancarta decía:
-No devaluar, no endeudarse.
Los policías lo miraban atentamente, persuadidos de que algo no estaba bien en esa escena.
Macri ya hablaba en el Congreso, mientras en el móvil de un canal privado uno de los técnicos advertía algo que quizás no revelen los análisis políticos: “Parece que estuviera contando un cuento”.

No enojarse con los ignorantes

La Plaza de los Dos Congresos se había llenado de gente, de globos y de alegría ante lo que evidentemente resulta un triunfo histórico. Sobre las vallas había carteles amarillos con letras negras, como los que suelen promocionar las bailantas. Uno de ellos se dirigía a todos nosotros:
-Vecino. No tengamos miedo de votar a Macri. Mauricio no viene a sacarte ningún derecho conquistado. Mauricio viene a traer la paz, la unidad y lo más importante, la reconciliación de todos los argentinos bajo una sola bandera, la celeste y blanca”.
En los globos habían logrado imprimir como consigna las supuestas materias primas del vademécum gubernamental:
-Amor- Paz- Unión- Felicidad.
Macri salió del Congreso y recorrió Avenida de Mayo en una 4×4, asomado por el techo junto a Juliana Awada. Cerca de Plaza de Mayo se vio a una señora que observaba callada y sin gestos desde un balcón, mostrando una bandera con el rostro estampado de Cristina Kirchner.
Una mujer desde la calle, anteojos de sol, sombrero de paja, comenzó a hacerle llegar argumentos del tipo “chorros, corruptos, ladrones”. Los que habían logrado memorizar la consigna de los globos (amor, paz, etcétera) quisieron calmarla.
-No se enoje, señora.
-Para nada. ¿Cómo me voy a enojar, si debe ser una ignorante que ni debe saber dónde está el Río de la Plata?- dijo la mujer y siguió su marcha. La miraba un Mauricio Macri con bigotes, tal la máscara de uno de los concurrentes, vestido de traje, que solicitó a lavaca.org lo siguiente:
-No me saques la foto sin máscara, ni puedo darte mi nombre, porque me escapé del laburo.
En la mano izquierda el prófugo llevaba una calabaza con una foto de Cristina Kirchner llorando, referencia a que el día anterior la ex presidenta había dicho que a las 12 de la noche se convertiría en calabaza, situación política por la que anteriormente habría pasado Cenicienta, según rumores no confirmados.
El rumor que si se confirmó en la Plaza fue que la noche anterior Macri jugó al fútbol nada menos que con Evo Morales en Boca Juniors, ante la mirada del presidente de la institución y operador político-judicial Daniel Angelici. Intercambiaron camisetas y ambos demostraron no ser muy veloces para el fútbol, pero sí para la política.
Parte 2, Congreso-Plaza de Mayo, 10D: el primer acto

Alivio moral

Un poco más allá Analía, una joven cincuentona, luce gorra, lentes oscuros y desconfianza:
-Esto es un alivio moral- dice al ver el panorama soleado.
-¿Por qué es un alivio moral?- consulta lavaca.org.
-Porque esto (señala con el dedo en general) es otra cosa distinta. ¿De qué medio sos? ¿La qué? ¿Es un medio nacional? Si eras extranjero te hablaba de todo. Pero acá no se puede opinar porque no hay libertad de expresión. Hay que opinar igual que ella porque si no…
-Señora, ella no está más.
-Bueno, ahora no, pero hasta ayer sí. Igual no voy a decir nada- concluyó la dama.
Victoria es docente de la Universidad de San Martín, entre otros establecimientos, y fue hasta Plaza de Mayo con paraguas, a falta de sombrilla.
-Lo principal para mí es que haya paz y que se acabe la desunión. No soy K ni del PRO, pero la verdad es que siento que los K pasaron todos los límites y derraparon mal. Y para mi es cierto que tenemos que hacer las cosas todos juntos.
-A veces parece más una expresión de deseos que otra cosa.
-En la Plaza estaban las Madres. Yo las aplaudí, y la gente me decía: “eh, son unas viejas locas y corruptas”. Yo les dije que cuando estamos diciendo todos juntos, es también con las Madres. Si ya las están insultando, nunca vamos a poder estar todos juntos. Esa es por lo menos mi idea.
Continúa Victoria con ideas que no suelen brillar en el macrismo.
-Creo en un gobierno popular en el que entremos todos. No creo que si nos sumamos al ALCA nos beneficiemos con nada, y en ese sentido las políticas K en cuanto a la región tienen que ser seguidas. Hubo políticas muy buenas. No se puede ir para atrás. Eso sí: ya se empoderó al pueblo, pero ahora hay que calmarlo y ver si podemos estar juntos. Y te reconozco que no veo muchos de este lado que quieran estar juntos, así que hay que ser prudentes.
-¿Por qué pasa eso? Parece una contradicción entre los discursos y lo que las personas sienten en realidad.
-Para mí el problema es que la clase media tiene cero cultura de participación. Eso pasa también porque mucha de la gente trabaja, no son militantes que tienen todo el tiempo para leer y pensar sin trabajar. Del otro lado en otros trabajos míos, no te hablo de la UNSAM, directamente me han abucheado por no apoyar al kirchnerismo. Y esas son las cosas que nadie tiene por qué aguantar- dice abriendo el paraguas para seguir caminando protegida del sol.
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¿Qué se robaron?

Marichu es lo que Landrú solía llamar “gente como uno”.
-¿Por qué vino al acto, señora?
-Porque sí, porque se han robado todo.
-¿Qué se robaron?
-Todo, no dejaron nada. Ni un poquito.
-¿Pero qué cosa, concretamente?
-Todo- reitera, aunque es posible que a este ritmo nunca la inviten a ser conferencista en las TEDx.
Parte 2, Congreso-Plaza de Mayo, 10D: el primer acto

Hartazgo y smile

-¡Smile!
La mujer hace el pedido a su amiga, que efectivamente sonríe, y le toma una fotografía. La amiga lleva una bandera con la imagen de Macri.
-¿De dónde son?
-De Capital- dice la fotógrafa, dama con sombrero panamá, un top con la bandera Argentina, ojos claros, pantalones ídem, oficio decoradora y de nombre Graciela.
-Ella es de Estados Unidos, pero la traje para que vea esta fiesta- explica Graciela quien se reconoce una mujer en pleno éxtasis de asombro:
-Nunca pensé que iba a tener vida para ver este milagro. Te lo digo y me emociono. El milagro es sacarnos de encima a un gobierno que creyó que era un reino. Y dejó a mucha gente sangrando por la herida. Yo por eso digo que no soy antiperonista, soy antikirchnerista. Ahora hay que mirar hacia adelante.
Carlos solicita que le tomemos una foto con su mujer y la bandera argentina flameando.
-Estoy como liberado porque se cortó la manera de hacer política casi dictatorialmente, de forma autoritaria.
-Perdón, pero ¿cuál fue la parte dictatorial?
-Había una línea que te marcaban a seguir, sin lugar a réplica, sin conferencias de prensa, haciendo abuso de la construcción hegemónica- dice Carlos, haciendo un posible abuso de Antonio Gramsci.
El argumento muestra que la sensación de hartazgo hacia el kirchnerismo fue crucial, incentivada seguramente por los medios opositores y, a su modo, por los oficialistas.
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El fin del choripanismo

María Julia, bajita y de rulos, parecía compartir ese clima cuando apareció trotando a los gritos:
-¡Se acabaron los choripanes!- clamaba ante los aplausos y risas de la gente.
-¿Qué signfica eso? dudó lavaca.org.
-Que acá no hay nadie pago, nadie vino por el choripán o por la Coca. No hay micros.
-¿Cuál es su actividad?
-Soy una docente decente. ¿Entendiste? Docente, decente. Y le pido al Excelentísimo Señor Presidente Electo de la Argentina Mauricio Macri que antes de entrar a la Quinta de Olivos con su hermosa familia mande a sacar esas horribles flores amarillas y plante una flor blanca, que simboliza la bendición. ¿Lo pusiste?
-Sí, sí, puse que le pide a Macri que…
-¡No! Te dije que pongas así: “Al Excelentísimo Señor Presidente Electo de la Argentina Mauricio Macri que antes de entrar a la Quinta de Olivos con su hermosa familia mande a sacar esas horribles flores amarillas”. ¿Entendiste bien? Y que ponga la flor blanca y la haga bendecir. Y que haga el jardín como quiera. Pero con flores blancas. ¿Anotaste?
La docente decente vigila al bolígrafo, mientras se acerca una mujer rubia, pelo atado, lentes oscuros y musculosa, que se suma a la nueva tendencia.
-Soy Susana. Poné que adhiero a todo lo que dice la señora. Y poné que soy una empresaria que la remó desde el barro.
-…que- la- remó desde- el- barro- anoto, bajo la sospecha de que el periodismo, efectivamente, puede ser un sacerdocio.
Cerca del Cabildo se arremolinan caballeros jóvenes, canosos, gordos, babosos & afines porque hay una modelo brasileña, Daniele, con camiseta de su Selección, una joven levemente deslumbrante con sus rulos, su sonrisa, ojos más grandes que los pies, y el resto de sus atributos regionales, sumados a un cartel que propone:
-Trocamos Dilma x Mauricio.
Y del otro lado:
-Vem Mauricio governar o Brasil
O sea: Daniele nos cambiaría a Dilma por Macri, propuesta que hubiera tenido más éxito la noche anterior. Los señores presentes piden que les hagan fotos, o se sacan selfies junto a la señorita del trueque.
-Vine por turismo pero quise estar aquí para decir que lo que pasa en Brasil es muy duro, y que estamos maravillados con Mauricio Macri.
Nada suena demasiado creíble. Al rato la pasan a buscar y el show cesa.
Parte 2, Congreso-Plaza de Mayo, 10D: el primer acto

Si te borran del Facebook

Nadia es peluquera a domicilio en la zona de Constituyentes y está indignada porque algunos familiares la borraron del Facebook por sus opiniones a favor de Cambiemos.
-Esa división quiero que se acabe. No podemos estar peleando entre nosotros, llenos de odio y de rencor, como pasa con las Madres y todos lo que lucran con los derechos humanos y se llenaron de plata con ese curro y las Abuelas lo mismo porque mi papá me lo contó que él vivió más toda esa época y bien que no nos cuentan toda la verdad de la historia porque están todos metidos en ese negocio cuando lo que tenemos que conseguir con Mauricio es unidad y amor.
Tras confirmar que no hay vendedores ambulantes de ansiolíticos, la consulta:
-Usted habla de unidad y amor, pero acusa…
-Yo no acuso, digo la verdad, y no quiero profundizar ese tema, porque es un día de fiesta y hay que mirar para adelante los temas del futuro.
-¿Cuál es el más importante?
-La seguridad. Ahora sí que va a haber seguridad y una buena policía. Quedate tranquilo- dice, propuesta que no tiene éxito.
Parte 2, Congreso-Plaza de Mayo, 10D: el primer acto

Últimas banderas

Las banderas estaban a 50 pesos.
-¡Vamos con las banderas, que nos quedan las últimas diez mil!
-¿Cómo va la venta?
-Masomenos- dice el vendedor, metalero, pelo atado, lentes oscuros y dudas filosóficas.
-Me parece que estos son re amargos, como los de Independiente. Por eso les digo que son las últimas 10.000, a ver si se despiertan- dice riéndose cómplice con otro vendedor grandote que anda medio ofuscado con sus banderas en oferta.
-En general, ¿están contentos con el cambio de gobierno?
-Má qué contento ni contento, no me compraron un carajo. Al final, la gente humilde compra más. Ayer por lo menos.
-Yo me la perdí- dice el primero- porque el proveedor me trajo las banderas de Macri pero no las de Cristina. Así que ayer me clavé.
Gabriela y Natalia son veinteañeras y reiteran mucho de lo que se dice en esta convocatoria: paz, apertura a opiniones diferentes, diálogo, unión, amor. En programas de televisión que miden el rating minuto a minuto, no durarían 15 segundos con tanta redundancia.
Ahora agregan: “Tiene que haber seguridad y trabajo en lugar de planes sociales “.
La gente canta “sí se puede”, “sí se pudo”, o “ya no va a estar la Cadena nacional”.
Parte 2, Congreso-Plaza de Mayo, 10D: el primer acto

Pegar y rezar

-¿Puede pensarse ese cambio con figuras como Prat Gay, Melconián y Sturzenegger, que si algo tienen es su propia historia?
-No vamos a volver a los 90 ni al 2001. Las condiciones macroeconómicas son otras- dice Ana, cubierta bajo un paraguas amarillo-. No sé qué dice Sturzenegger, pero Melconían pronosticó todo lo que está pasando ahora. Y además te digo: nada va a ser igual, porque el mundo es completamente distinto.
Karina:
-Y Macri nunca aceptó estar con Menem. Él formó su propio espacio.
Pasa un micro del Ministerio del Interior. Ana riéndose:
-Ahí se va Cristina.
-Si fuera cierto, ¿qué harías?
-Me saco los tacos, corro al micro, y la cago a patadas.
-¿Por qué tanta violencia?
-Porque estamos cansados. Lo que hizo con el traspaso no se lo hizo a un ingeniero. Nos ofendió a todos.
La música en la Plaza sigue siendo la de la fallecida Gilda. Dos señoras bien bronceadas, rubias, con lenes de sol, bailan tomadas de una bandera argentina. Muy cerca un hombre se arrodilla, se persigna y abre los brazos.
-Gracias Jesús –grita al cielo-. Gracias por este cambio y este país.
No quiere decir su nombre. Chupa un cubito de hielo, por lo que escupe a cada momento mientras predica.
-Esto es la democracia: fe, amor, verdad y justicia. Por Dios y por este país es que estamos acá.
La Plaza va quedando vacía. Unos camioncitos de la empresa AESA con cepillos giratorios limpian las calles, los obreros municipales levantan vallas, y apenas en un rato empieza la ronda de las Madres, como siempre.
Porque más allá de todo, hoy es jueves.

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4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas

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La familia de la joven asesinada en Capilla del Monte volvió a viajar de Buenos Aires a Córdoba para reclamar que se asigne urgentemente un fiscal en la causa y que se investigue su femicidio. Hace 4 años el cuerpo de Cecilia fue encontrado luego de estar 20 días desaparecido; su familia denuncia una trama local que involucra a la última persona que la vio con vida, el ex boxeador Mario Mainardi, jamás investigado, y la complicidad de la justicia de Cruz del Eje, representada por Paula Kelm, que buscó inculpar a un perejil. Gracias a la lucha familiar se logró anular esa línea de investigación, que culminó en un juicio nulo, pero desde entonces no se retomó la instrucción; y pese a que en diciembre se anunció que un nuevo fiscal tomaría la causa, eso no sucedió, y las dilaciones siguen. Crónica de una nueva reunión con promesas y sin hechos, cuando la impunidad se hace cada vez más grande y el reclamo, también: “Verdad y justicia para Cecilia Basaldúa”.

Por Bernardina Rosini

Daniel y Susana, padre y madre de Cecilia Basaldúa ya perdieron la cuenta de las veces que han viajado desde la ciudad de Buenos Aires a Córdoba con el único objetivo de lograr justicia por su hija. Han perdido esa cuenta pero no la cantidad de días que contabiliza la impunidad: 1460, es decir, cuatro años. 

En efecto, hace cuatro años (el 25 de abril de 2020) encontraron el cuerpo de Cecilia Gisela Basaldúa en un codo del Río Calabalumba en Capilla del Monte, luego de veinte días de estar desaparecida. Cuando Daniel y Susana llegaron ayer a los Tribunales en Córdoba Capital, se los ve invadidos por la bronca y el hartazgo. Son cuatro años sin Cecilia y a la par sostienen que las líneas de investigación han sido deliberadamente manipuladas y el material probatorio  de contundencia, ignorado

La última vez que estuvieron parados sobre esa vereda fue el pasado 7 de diciembre, tras reunirse con el Fiscal General Juan Manuel Delgado. Celebraban la noticia: “Tenemos fiscal, vinimos con 3.000 firmas de apoyo pidiendo fiscal y lo tenemos. Es el Nelson Lingua y comienza el 1° de febrero, después de la feria judicial”. Cinco meses después, otra vez viajan 700 kilómetros para golpear la puerta del Palacio de Justicia pues tal designación no sucedió y la causa acumula once meses sin fiscal a cargo de la instrucción.

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas
Daniel Basaldúa y Susana Reyes, papá y mamá de Cecilia: viajaron desde Buenos Aires para mantener una reunión y reclamar justicia por su hija.

El baile del fiscal

Mientras los Basaldúa llegaban el 25 de abril nuevamente a Córdoba para pararse frente a Tribunales y exigir justicia, fueron notificados que la Fiscal General Adjunta Bettina Croppi los convocaría a una reunión. 

Antes de ingresar al edificio Daniel comparte la situación actual de la causa “Nos vienen diciendo que no designan fiscal porque falta una firma: me cuesta creerlo. No puedo hacer nada más que venir y reclamar. Hasta ahora la única justicia que logramos fue que no metan preso a un inocente”. 

Hoy le cuesta hablar; tiene un nudo en la garganta y el rostro de su hija estampado sobre el pecho. “Sólo espero que esta investigación vaya tras los verdaderos sospechosos, tras Mario Mainardi, última persona que vio a Cecilia con vida, quien tenía pertenencias de ella y las regaló; la policía y la fiscal Paula Kelm contaban con ésta y más información y nunca lo investigaron. No podemos creer que Mainardi, que dijo trabajar en Uber porque no podía acreditar ingresos, tenga más poder que Diego Concha, quien fue durante décadas Director de Defensa Civil de la provincia y sin embargo hoy está preso”. 

Daniel pasa lista de todos los uniformados que participaron del caso y que hoy se encuentran desplazados, procesados o presos por distintas causas: el común denominador es la violencia de género. 

Mientras las abogadas ingresan junto a los padres de Cecilia a la reunión, afuera les esperan periodistas, agrupaciones feministas, trabajadores de la Secretaría de Derechos Humanos y familiares víctimas de violencia institucional. Repiten el colgado de banderas, los carteles con rostros de otras víctimas, y los cantos que se recitan como mantras: “¡¡Queremos fiscal, queremos fiscal, queremos fiscal!!” y “¡¡Justicia, justicia, justicia!!”.

Al salir, Giselle Videla -una de las abogadas de la familia- comparte lo conversado en la reunión: “Para iniciar nos han pedido disculpas puesto que en noviembre nos dieron la seguridad que tendríamos fiscal apenas finalizada la feria judicial. Como hoy no hay fiscal, y están subrogando fiscales de otros territorios que toman la causa por un plazo corto de tiempo, el avance es mínimo. Nos informaron en relación a esta situación que la designación de Nelson Lingua espera la firma del gobernador, Martín Llaryora. Ahora bien, nos enteramos que será designado como Fiscal reemplazante, y no como Fiscal titular puesto que Lingua no ha rendido el concurso que lo habilita para ese cargo; debe rendirlo ahora y recién en julio- agosto podremos saber si será finalmente el fiscal titular de la causa”. 

Para que se entienda: desde que el tribunal absolviera a Lucas Bustos en julio del 2022 reconociendo su inocencia y su no vinculación al crimen, y ordenara una nueva instrucción para dar con los responsables del femicidio, la causa demoró meses en ser asignada a un fiscal. Luego recaería en el Dr Raymundo Barrera de Cruz del Eje, fiscal que, hábil con el calendario, entre feria judicial y licencias llegó a junio del 2023, mes en el que se jubiló. 

Por la presión de la familia Basaldúa, en diciembre el mismísimo Fiscal General anunció la designación del Lingua el 3 de febrero; eso no sucedió y no hay certeza de que Lingua resulte el fiscal que definitivamente dirigirá la instrucción, puesto que no cumple con los requisitos.

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas

Preguntas sin respuesta

Es mediodía y el cielo se refleja en las ventanas del edificio neoclásico de la calle Caseros; da la impresión que adentro estuviera vacío, que sólo es una fachada. “Hoy, 25 de abril se cumplen cuatro años de la aparición del cuerpo sin vida de Cecilia Gisela Basaldúa” lee Susana de la pantalla de su celular; ella también lleva una remera con el rostro sonriente de su hija. Sigue:

Cuatro años de impunidad y de violencia sistemática por parte del Poder Judicial a quienes pedimos y exigimos justicia por ella. La causa volvió a foja cero en el 2022 luego de pasar por un juicio vergonzoso.

El tiempo pasa y los asesinos de Cecilia siguen libres e impunes. No tenemos fiscal ni respuestas” y continúa “¿Cómo vamos a llegar a la verdad? ¿Qué fue lo que pasó con Cecilia? ¿Por qué tardó tanto en aparecer? ¿Dónde está Mario Mainardi? ¿Por qué la fiscal Paula Kelm ordenó tan rápidamente detener a un joven sin tener pruebas? Todas estas preguntas nos conducen una y otra vez a un círculo cerrado de impunidad entre funcionarios judiciales que se jactan en demostrar un abuso de poder constante”. 

La carta leída en la vereda, casi sobre la calle, concentra todas las preguntas que la investigación del femicidio debiera responder. 

Y la carta también cierra como se espera que cierre la investigación: “Verdad y Justicia para Cecilia Basaldúa”.

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La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

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Séptima entrega del registro colaborativo de la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, realizada por la fotógrafa de lavaca Lina Etchesuri.

Toda la producción será entregada a ambas organizaciones de Madres y al Archivo Histórico Nacional. Invitamos a quienes tengan registros de las rondas realizadas estos 40 años a que los envíen por mail a [email protected] para sumarlos a estos archivos. Esta iniciativa es totalmente autogestiva.

Ese jueves hacía 38 grados de calor pero parecían 43. El calor quemaba y picaba.

Faltaba el aire, el que había estaba caliente y la humedad pegoteaba.

El día que acompañé a la Ronda haciendo fotos para este proyecto, fui descubriendo imágenes a medida que los pasos y las sillas de ruedas daban vuelta como siempre, hace 2392 jueves.
La ronda siempre me emociona. Mucho. Las miro a las madres y veo proyectada las fotos de sus hijxs en su mirada, hacia delante, repitiendo Presente como un mantra de presencia y resistencia. Lxs veo a ellxs en imagen, mirando de frente en su juventud detenida. Veía a Elia, que ronda en silla de ruedas, con la foto de su hijo Hugo Meidan, desaparecido el 18 de febrero de 1977, hace 47 años, y pensaba si ese día hizo tanto calor, si la luz tenía esta misma inclemencia.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

En las rondas transcurre un tiempo extraño, persistente y atemporal. Las hermanas abrazan las fotos de sus desaparecidxs, gritan sus nombres con contundencia, caminan junto a las madres, junto a nosotrxs.

Transforman el tiempo y la imagen en un futuro posible.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

Sobre Lina

Soy Lina Etchesuri. Fotógrafa, editora y docente

Soy parte de la cooperativa Lavaca desde hace más de 12 años donde hago todo lo que me describe y más. Me hace sentir muy orgullosa y feliz.

Estudié con Filiberto Muganini en el Rojas durante los 90s. Hice la carrera de fotógrafa en la Escuela de foto y artes visuales de Avellaneda, durante el 2001 y los años siguientes. 

Me seguí formando en talleres visuales con mi querida Julieta Escardó y muchxs más.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

Viajé haciendo fotos durante algunos años: conocí al subcomandante Marcos y le saqué una foto en la que se está riendo. Estuve en Cisjordania, Palestina, durante 3 meses, viviendo retratando la vida bajo la ocupación. 

Junto con algunas personas y amigxs fundamos MAFIA en 2012, un colectivo de fotógrafxs que sigue hasta hoy.

Coordino talleres de foto e imagen.

Soy mamá de Fermin.

Y me encanta hacer todo lo que hago.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

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Un abrazo contra la motosierra

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Sin presupuesto actualizado (“cada 10 pesos del año pasado, hoy tenemos 2” informa el rector de la UBA) las universidades y los hospitales en “modo ahorro” deben cortar la luz, los ascensores, reducen cirugías, no tienen insumos. La imagen del Clínicas, uno de los más importantes del país: “Los pacientes se están quedando sin comida”. Hoy una gran concentración frente a ese hospital escuela simbolizó un abrazo en defensa de la salud y la educación pública, mientras el gobierno nacional juega a pelearse con las prepagas, y el de la Ciudad a subvencionar a quienes mandan a sus hijxs a colegios privados. ¿Qué pasa con lo público? ¿Cuándo comenzó el desastre? Distintas voces (directores de hospitales, rectores de universidades, trabajadorxs) relatan la realidad y los datos motosierra; la organización como única salida; y el canto “la UBA no se vende”, mientras la realidad, o los números, parecen indicar otra cosa.

Por Francisco Pandolfi

Un abrazo contra la motosierra

“Se defiende, la UBA se defiende”, fue uno de los hits / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Clarisa y Caetana acaban de salir de cursar dermatología. Clarisa tiene 24 años y lleva puesto un ambo azul marino. Caetana, de 23, uno verde oscuro. Son alumnas desde hace seis años de la Facultad de Medicina y hace tres caminan por los pasillos del Hospital de Clínicas, ya en la etapa de las prácticas. “Hace un rato terminamos una clase en la que no teníamos vendas”, dice Clarisa. Su compañera agrega: “El otro día, en un práctico, nos faltaba vaselina para curar las úlceras; sí, vaselina, probablemente el producto más básico y barato que se necesita”.

Alrededor de ellas hay una multitud, con ansias de visibilizar la gravedad de la situación.

Clarisa, Caetana y la marea contra el ajuste / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

“Estamos funcionando al 30%”, comparte Marta, médica desde hace 38 años en el Clínicas.

“Los pacientes se están quedando sin comida”, cuenta Susana, auditora. 

“Soy empleado de limpieza del hospital, monotributista, trabajo cinco días por semana, siete horas por día y mi sueldo no supera los 150 mil pesos”, confiesa Diego Ruiz.

“Ya debimos reducir las cirugías y no atender a algunos pacientes”, expresa Marcelo Melo, el director del Hospital de Clínicas.

“Estamos económicamente por debajo de un 80% sobre el presupuesto que deberíamos tener. Cada 10 pesos del año pasado, hoy tenemos 2”, precisa Ricardo Gelpi, rector de la Universidad de Buenos Aires.

Un abrazo contra la motosierra

Susana Dionisio, y la esperanza que genera el juntarse / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Tiempos de abrazos

“La biblioteca destinada a la educación universal es más poderosa que nuestro ejército”.

José de San Martín.

Al libertador de la patria se lo homenajea con su nombre en calles y avenidas; clubes deportivos, teatros y centros culturales; plazas y parques; hospitales y universidades.

Y también en un hospital-escuela: el Hospital de Clínicas José de San Martín, dependiente de la Universidad de Buenos Aires y dedicado a tres ejes clave para el desarrollo de cualquier sociedad: la asistencia, la docencia y la investigación.

Son tiempos de clases abiertas; de paros y movilizaciones; de una marcha nacional universitaria a realizarse el próximo martes 23 de abril. Son tiempos de contar en cuántos meses y en cuántos días las universidades se quedarían sin presupuesto hasta cerrar sus puertas.

Son tiempos de abrazos.

Uno de ellos se forma con un montón de brazos, este jueves por la mañana, en la puerta del Hospital de Clínicas. Médicos, docentes y no docentes, estudiantes, le brindan un espaldarazo simbólico al Hospital de Clínicas, ubicado en el límite de los barrios porteños de Recoleta y Balvanera. Sobre la Avenida Córdoba, miles de personas se reúnen en la puerta principal para reclamar por el recorte presupuestario en todas las universidades del país, y en particular de las universidades escuelas.

Hay equipo en el Hospital de Clínicas /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Los cuerpos aplauden. Están vestidos con guardapolvo blanco; con ambos celestes y azules; con chaquetas bordós y verdes. De fondo, un telón negro enorme sirve de súplica para estos momentos. Es un ruego a la sociedad toda; y una exigencia, también, puertas adentro: “Defendamos la UBA”. Delante de la banderota se sostienen grandes letras blancas, hechas con cartulina, a mano, a pulmón, a necesidad de que el reclamo se vea un poco más. “La salud se defiende”, se lee, mientras se canta al unísono: “No se vende, la patria no se vende”. Minutos después, se cambia sólo una palabra: “No se vende, la UBA no se vende”.

Pero la realidad no parece indicar lo mismo. 

Problemas de fondos

Luego del abrazo, se rodea al hospital y en otra de las puertas de la institución, sobre la calle Paraguay, se lleva a cabo una conferencia de prensa. Marcelo Melo, el director del Hospital de Clínicas, va al hueso: “Ya tuvimos que optimizar los recursos, que son insuficientes; no podemos comprar insumos, ni hacer transferencias porque no hay licitaciones de presupuesto que avalen las compras. Mientras, tenemos un montón de pacientes internados”. Sigue: “Es muy difícil no usar la luz en un hospital; no usar los ascensores cuando los pacientes necesitan usarlo… Lo mismo pasa con la calefacción. El año pasado estábamos orgullosos de haber comprado y cambiado la caldera, y este año no sabemos si va a funcionar, porque el modo de ahorro va a estar en el gas, en la luz, en todo”.

Le cambia la cara. Se tensa, aún más. “Poner a un hospital en modo ahorro es una agresión al médico. Es muy difícil mi lugar, el tener que decirle a mis colegas si pueden atender o no a alguien. No estamos haciendo una buena medicina con estas cosas”.

Un abrazo contra la motosierra

Marcelo Melo y Ricardo Gelpi en conferencia de prensa /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

A su lado está el rector de la UBA, Ricardo Gelpi, acompañado por el Secretario de Hacienda Matías Ruiz. Juntos, definen lo terrible: “La UBA tiene dos partes principales en las que se divide el presupuesto. Una es la salarial, que consume entre el 85% y el 90%; y después está el gasto de funcionamiento, que consume entre el 10 y el 15%”. Desmenuzan: “En lo salarial hubo un recorte en términos reales ajustado por inflación del 35%, lo que significa que si en noviembre un docente o un trabajador cobraba 100 pesos, hoy cobra 65”. 

Sobre los gastos para el funcionamiento: “Lo dividimos en salud y en educación. En educación este año las partidas arrancaron congeladas al presupuesto del año 2023; hubo una actualización parcial del 70% desde marzo; pero en términos interanuales eso significa un 58% de actualización, comparado con una inflación de casi un 300% interanual. Por el lado de la salud, empezamos el año sin presupuesto, ya que la partida devengada del año 2023 no había sido asignada hasta esta semana”.

Tomar la calle en defensa propia / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Peligro de cierre

¿La partida ya firmada –pero aún no depositada–, es un remedio? “No, para los hospitales universitarios será de la misma magnitud nominal del año pasado. O sea, no es una actualización, ni un incremento”. Subraya el rector: “Estas partidas no están ajustadas por inflación, lo que significa que sólo podrán estirar un tiempo esta situación, pero estamos lejos de estar conformes. Si se mantiene esa partida, podremos funcionar como venimos dos o tres meses más. Y después, así las cosas, la UBA cierra, porque si no hay plata, no hay plata”.

El Secretario de Hacienda suma un dato, que agudiza el cuadro: “El pago de la energía eléctrica en el último año se multiplicó por siete. Y si comparamos con febrero de este año, sólo los últimos dos meses, se multiplicó por cuatro”. Y ejemplifica con una cuenta que no cierra: “El crecimiento del gasto, sumado a las partidas congeladas, hace que crezca más rápido el gasto que tenemos la universidades y empeorando cada vez más el funcionamiento”. 

Un abrazo contra la motosierra

La educación, la salud y la ciencia, en juego; en venta / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

“El mal funcionamiento es de hace años”

La falta de recursos no empezó en la era Milei. Marta, médica desde hace 38 abriles, describe: “El mal funcionamiento viene de años, como consecuencia de malas administraciones anteriores. Y ahora, este recorte presupuestario es el tiro de gracia”. ¿En qué se venía mal? “De 12 quirófanos funcionan 5 y hay numerosas salas cerradas; cada vez se va achicando más la estructura, deteriorando y no hay presupuesto para mantenerlo”. 

Clarisa, alumna, añade: “El edificio tiene un montón de falencias, es muchísima la cantidad de arreglos que harían falta y esto viene desde hace años. Con este recorte, el único futuro que veo es que se caigan las paredes… Me da mucho miedo e impotencia”.

Florencia trabaja hace 10 años y el amor que siente por la entidad viene de familia: “Mi mamá trabajó ahí; mis dos hijos fueron a ese jardín; le salvaron la vida dos veces a mi mejor amiga; curaron a mi papá, a mi abuela”.

Admite que el hospital “siempre tuvo pocos recursos; siempre hubo carencia de insumos”. Profundiza: “La situación no viene bien hace mucho; las personas que deben hacer el presupuesto no valoran la calidad humana ni la cantidad de atenciones que se realizan por día. El hospital siempre tuvo lo básico, y en muchas oportunidades debimos conseguir insumos por fuera, siempre tardó en llegar el material que se necesitaba”.

Carteles, ruido, sonrisas: estrategias contra el recorte / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Orgullo nacional 

El Hospital de Clínicas es considerado uno de los hospitales más importantes de la Argentina y de América Latina. Se fundó en 1881 y allí se realizaron varios procedimientos por primera vez. Algunos hitos que nacieron entre sus paredes que hoy yacen descascaradas: la aplicación de la insulina, el cateterismo cardíaco, las residencias médicas, las punciones de riñón, las operaciones filmadas. Dice la médica y hoy auditora Susana Dionisio: “En este hospital se formaron la mayor parte de los médicos de renombre que hay en toda la medicina prepaga”. Suma otro caso testigo: “Hay que acordarse de acontecimientos como el de la AMIA, cuando sucedió el atentado este hospital recibió a la mayoría de los heridos, y fue gracias a este hospital que se salvó a muchísima gente. Entonces, podés hacer un comité de crisis, pero si al mismo tiempo desfinanciás a la educación, está muy mal. El presidente se merece un juicio político y la oposición tiene que pararse y ser una oposición real, sino perdemos la democracia”.

Marta Cora Eliseht es médica de obstetricia del hospital de Clínicas y docente de la Facultad de Medicina. “El Clínicas es fundamental, un orgullo nacional; no sólo cumple funciones asistenciales, sino también de docencia en áreas de pregrado y postgrado; esta es la sede de infinidad de carreras. Somos especialistas en obstetricia y atendemos muchos embarazos de alto riesgo, casos que no se atienden en otros lados”. 

Un abrazo contra la motosierra

Marta es médica en el Clínicas desde hace 38 años /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

En el hospital trabajan más de 3.200 empleados y se atienden alrededor de 365 mil personas al año. En lo educacional, cursan por año cerca de 1500 alumnos. “Hay cinco cátedras y estudiamos 300 personas promedio en cada una. Este es el hospital escuela más grande del país”, explican Clarisa y Caetana, estudiantes de medicina. 

Las palabras de Sofía, que integra la comisión interna, laten: “El hospital-escuela literalmente es el corazón de la UBA, donde se retroalimenta la ciencia, la investigación, la educación, pero sobre todas las cosas la salud pública, con todo lo que conlleva ese concepto de gratuidad e inclusión. Queremos seguir brindando la atención de calidad a los y las pacientes, pero sobre todas las cosas contar con un financiamiento que nos permita que nuestra casa, como así consideramos al hospital, siga funcionando. No queremos tener el privilegio de pisar la UBA, sino el derecho de seguir en ella”.

Un abrazo contra la motosierra

Una que pedimos (casi) todxs /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Un dolor inenarrable

El hit se vuelve a cambiar: “Universidad de los trabajadores, y al que no le gusta se jode se jode”, se vocifera con angustia y con firmeza, en un clamor popular que hiela la sangre. Las y los laburantes le dan magnitud al problema. La obstetra Marta Cora Eliseht dice: “En el sector no tenemos espéculos, vidrios para hacer papanicolaou, guantes, gasas, algodón, lo básico. Los profesionales de la salud estamos intentando conseguir donaciones de entidades privadas para suplir las faltas”. Sintetiza: “Estamos sufriendo un ataque artero a la universidad pública”.

Susana Dionisio es médica desde hace 49 años. Quince los trabajó en el Clínicas, donde ahora es auditora. “Sentimos un dolor que no se puede narrar. Los pacientes se están quedando sin comida y solidariamente se intenta ayudar entre sindicatos, médicos y administrativos, pero los insumos médicos no los podemos comprar. Ya se está cortando la luz a cierta hora, no se puede creer”. 

Un abrazo contra la motosierra

La potencia de Elsa Carrizo, la potencia de lo colectivo /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Elsa Carrizo es delegada general de la comisión interna del Hospital de Clínicas. Tiene puesto un guardapolvo blanco, que lleva el logo de la institución. Se lee: “Fundado en 1881”. Dice: “Trabajamos con obras sociales, pero es impresionante la cantidad de gente sin obra social que viene, alcanza con ver las colas que se forman a la mañana. Ya no tenemos insumos ni para el mantenimiento, ¿con qué vamos a limpiar? Hay un combo de muchísimas necesidades en el hospital”.

“Últimamente no nos estuvieron entregando secadores”, detalla Diego Ruiz, empleado de maestranza. Cobra menos de 150 mil pesos por mes y sólo el monotributo para facturar (no está en planta permanente) le cuesta alrededor de 18 mil. “Estamos en una situación de mierda, personalmente para mí es imposible llegar a fin de mes”.

Un abrazo contra la motosierra

Diego cobra menos de $150 mil por mes. Y no es una joda / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Tomás trabaja en el área de personal hace 5 años y es delegado de la comisión interna. “No hay paritarias y los sueldos quedan muy bajos. Tenemos poco más de 300 contratos que salen del bolsillo del hospital y son los que más corren peligro. Estamos hace un par de meses sin aumento y no hay respuesta del gobierno ni comunicación. Estamos estancados, no da para más”.

Carolina Nadal es empleada desde hace 30 años. Hoy es la jefa del departamento de Trabajo Social. “El presupuesto que se está ejecutando es el del año pasado y esto es inviable en términos de sostenimiento, de todo lo que se necesita para que funcione el hospital de manera integral. El gobierno va a tener que responder de una manera diferente a la que está respondiendo ahora. Siento mucha bronca e indignación, pero al mismo tiempo tengo la esperanza de que en las calles, con la resistencia, haya otro desenlace que no sea cerrar las puertas”.

“Cuando la patria está en peligro, todo está permitido, excepto no defenderla”.

José de San Martín.

Clases abiertas, presupuestos cerrados / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

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