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Posta Sanitaria Cultural, 2° acto: El lugar del arte

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En la puerta del Teatro San Martín se realizó hoy la Segunda Posta Sanitaria Cultural, una ceremonia semanal que interpela la falta de respuesta estatal ante la crisis económica que transita el sector cultural desde el arranque de la pandemia. Ante la propuesta de protocolos que solo contemplan a los grandes empresarios, el sector cultural independiente no recibe soluciones a esta emergencia inédita. La danza de la bailarina Cecilia Gruner y las palabras encendidas de la artista Susy Shock hicieron su intervención fugaz en la calle para instalar algunas preguntas: ¿Por qué los teatros están vacíos?  ¿Por qué no hay lugar para el arte?

Posta Sanitaria Cultural, 2° acto: El lugar del arte

Pasadas las tres de la tarde, una bailarina con ropa y tapabocas negros inicia una danza en la puerta del Teatro San Martín. En sus auriculares escucha “Sur le fil”, de Yan Tiersen, sus movimientos van de un extremo a otro de las puertas vidriadas del teatro al ritmo de esa música. Sobre la avenida Corrientes se escuchan otros sonidos, pasan autos, algunos colectivos, trabajadores en bicicleta y muy pocos transeúntes. Los vidrios del San Martin tienen pegados aún los carteles promocionales de obras de teatro y de danza anunciados para marzo, mes en que arrancó el aislamiento social, preventivo y obligatorio y se detuvo la actividad  en todas las salas y espacios culturales del país.

Posta Sanitaria Cultural, 2° acto: El lugar del arte
Foto: Nacho Yuchark

Ante esta parálisis, la escena artística independiente propone moverse. Mientras la bailarina Cecilia Gruner baila sobre la vereda del teatro cerrado, la cantante y poeta Susy Shock toma el micrófono y lee:

Nosotres sabemos.

Sí, nosotres.

Sabemos por ejemplo por qué este inmenso teatro está vacío.

Sabemos también que este vacío está lleno de recursos ahora inútiles y sabemos  también que hay muchas personas, demasiadas, que necesitan cuidarse del terror que ustedes siembran, ese miedo tan promovido y tan inútil porque el temor no sirve para nada cuando lo que necesitás son cuidados.

Nosotres sabemos cuidarnos y por eso sabemos cuidar.

Nosotres sabemos que este teatro está vacío porque ustedes no tienen idea de cómo llenarlo de vida y de belleza y nosotres sabemos cómo en la más desolada de las intemperies hacer nacer ideas y belleza.

Nosotres sabemos porque aprendimos, porque entrenamos y porque practicamos cómo proteger la vida todos los días y en todos lados así como aprendimos ahora a mantener dos metros de distancia, a encontrarnos por zoom o a enredarnos por streaming y aún así hacernos sentir ese abrazo que tanto necesitamos.

Sí, nosotres, con esa “e” que tanto les irrita, sabemos todo lo que falta hoy y todo lo que sobra, siempre.

Nosotres sabemos y ese saber es lo que nos trae hasta acá, hasta este inmenso teatro vacío para señalar así que lo que sobra es lo que nos enferma y lo que falta es lo que nos cura el cuerpo, el alma y los sueños.

Nosotres sabemos que si hay programa de chimentos debería haber teatro.

Sabemos que si hay supermercados debería haber música.

Sabemos que si hay políticos debería haber poesía.

Sabemos que si hay control debería haber danza.

Nosotres sabemos que si hay este mundo debería haber arte.

Nosotres sabemos.

Detrás de Susy Shock, apoyados en los vidrios de la entrada al teatro, doce letras forman la frase “Acá no hay obra”. Sobre las baldosas, un pequeño altar de colores contiene la frase de Susy: “No queremos ser más esta humanidad”.

Posta Sanitaria Cultural, 2° acto: El lugar del arte
Foto: Nacho Yuchark

Por segundo martes consecutivo, la Posta Sanitaria Cultural irrumpe en el espacio público para que la presencia de los cuerpos transmisores de belleza señalen la ausencia de lo que nos alivia y cura.

Posta Sanitaria Cultural, 2° acto: El lugar del arte
Foto: Nacho Yuchark
Posta Sanitaria Cultural, 2° acto: El lugar del arte
Foto: Nacho Yuchark
La primera Posta Sanitaria, hace una semana.

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De la idea al audio: taller de creación de podcast 

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Todos los jueves de agosto, presencial o virtual. Más info e inscripción en [email protected]

Taller: ¡Autogestioná tu Podcast!

De la idea al audio: taller de creación de podcast 

Aprendé a crear y producir tu podcast desde cero, con herramientas concretas para llevar adelante tu proyecto de manera independiente.

¿Cómo hacer sonar una idea? Desde el concepto al formato, desde la idea al sonido. Vamos a recorrer todo el proceso: planificación, producción, grabación, edición, distribución y promoción.

Vas a poder evaluar el potencial de tu proyecto, desarrollar tu historia o propuesta, pensar el orden narrativo, trabajar la realización sonora y la gestión de contenidos en plataformas. Te compartiremos recursos y claves para que puedas diseñar tu propio podcast.

¿A quién está dirigido?

A personas que comunican, enseñan o impulsan proyectos desde el formato podcast. Tanto para quienes quieren empezar como para quienes buscan profesionalizar su práctica.

Contenidos:

  • El lenguaje sonoro, sus recursos narrativos y el universo del podcast. De la idea a la forma: cómo pensar contenido y formato en conjunto. Etapas y roles en la producción.
  • Producción periodística, guionado y realización sonora. Estrategias de publicación y difusión.
  • Herramientas prácticas para la creación radiofónica y sonora.

Modalidad: presencial y online por Zoom
Duración: 4 encuentros de 3 horas cada uno
No se requiere experiencia previa.

Docente:

Mariano Randazzo, comunicador y realizador sonoro con más de 30 años de experiencia en radio. Trabaja en medios comunitarios, públicos y privados. Participó en más de 20 proyectos de podcast, ocupando distintos roles de producción. También es docente y capacitador.

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Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

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Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.

Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Darío Santillán.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Maximiliano Kosteki

Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.

El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.

Siguen faltando los responsables políticos.

Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.   

Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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