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Posta Sanitaria Cultural N° 15: De los malos aires y el momento antipoético, a la belleza que surge del arte
Otra vez con artistas invitades y Susy Shock, Caro Bonillo y Andrea Bazán como anfitrionas, se largó la 15ta Posta Sanitaria Cultural que sigue dando que hablar desde la calle y con arte. El manifiesto para el artista desorientado. Por qué es un momento antipoético. La canción de una niña y el baile de un niño que hablan de los malos aires de esta ciudad. Las chacareras, tangos, melodías y bailes que curan cada viernes y continúan los domingos con las postas de Escena.
La Posta Sanitaria Cultural tuvo su décima quinta versión. Se inició con la lectura del Manifiesto para el artista desorientade, en la voz de Martina Perosa, fotógrafa de la cooperativa lavaca, y siguió con Elís Paván, de diez años, quien tocó la guitarra y cantó dos temas de su autoría: uno sobre una niña que sale a caminar bajo la lluvia y desestima el uso del paraguas, y otro titulado “Malos Aires”, que compuso durante la cuarentena.

“Coronavirus llegó, en Argentina y ahora en Buenos Aires hay malos aires. Ahora se trabaja en la cama y en el living, acostado en el sillón, estoy panzón”, dice parte de la letra y el estribillo es tan pegadizo que las palmas se acoplan y les presentes lo tararean.
Elís canta mientras su hermano Lisandro, de seis años, interpreta cada canción a través de su cuerpo, con movimientos espontáneos que brotan con la melodía.

Al terminar la canción, Elís nos da la bienvenida a la Posta N° 15, mientras va subiendo el telón de metal que deja al descubierto a la artista Susy Shock y a las guitarristas Caro Bonillo y Andrea Bazán.
Susy continúa cantando el estribillo de la canción que acabamos de escuchar y dice: “Las crianzas… Les debemos un mundo, un futuro y siguen haciendo belleza. No sé cómo no nos aniquilan. Tienen la piedad de seguir generando belleza”. Y arranca con una chacarera.

“Queremos ir por todo, queremos un debate nacional, queremos que píensen les artistas, porque hasta ahora viene pensando la ciencia y la política burocrática y nos han traído a todes hasta este fracaso. Escuchen a les artistas” enfatiza Susy, luego entona un dulce chamamé llamado “Ñangapirí”.
Con las medidas de cuidado, distanciamiento y rociado de manos con alcohol, varias personas se acercaron a escuchar el show de los viernes por la tarde sobre Riobamba al 100. Un colectivero de la línea 12 toca bocina y agita su mano, un anciano que pasa por la vidriera, se detiene unos instantes y saluda a la cantante. Susy le devuelve el saludo y le obsequia una mirada amorosa.

“Vamos a empezar a presentarnos. Una se conoce y dice Soy Susy, bióloga, astrónoma, tengo tres hijos y estoy casada. Una vez estaba en un encuentro de chicas que escribían y había una señora que se presentó y dijo yo soy Marisa y a mi mamá le hicieron dar tanta vergüenza del guaraní que yo crecí sin hablar guaraní. Así se contó. Y creo que tiene que ver con animarnos a poetizarnos un poco en un mundo que de poesía ya no tiene nada. Este es un momento antipoético de la humanidad. Es la antipoesía gigante, tácita, explícita, abominable. La necesidad de poetizarnos va más allá de escribir poesía, comprar libros de poesía, de vociferar palabras que rimen. La necesidad de poetizarnos tiene que ver con eso, con ser la mejor mirada que tenemos de una misma. Inclusive con los límites, con lo poco que puedo. No sé hablar guaraní porque a mi mamá se lo negaron, pero eso me constituye. A mí me constituye ser diabética, los genes tucumanos, también la búsqueda de la poesía. No soy solamente un dato, no soy un DNI, no soy eso que esta sociedad sin poesía quiere que seamos. Salgamos a la calle pensándonos, sintiéndonos, mostrándonos más poéticamente. Es la contundencia de no ser este mundo, mirá cómo es este mundo sin poesía. Entonces, seamos poesía”, dijo Susy. Y sus palabras se convierten en abrazo sutil, en caricias vibrantes, en manifiesto vivo.

Los pañuelos verdes se agitan: se viene “Tango putx”. Susy dialoga con un chico que acaba de sentarse en el banquito. “¿Vos viste que la Marcha del Orgullo fue por internet? ¿Qué es eso? No es el único modo ese, somos creativas, no queremos ser este mundo. Mirá si no podríamos haber salido a los balcones, no podríamos haber mostrado que estamos en todos lados, que somos una graciosa y poderosa plaga, como termitas, erosionando los muebles fláccidos y decadentes de la heteronorma”.

Aplausos y comenzó el tango. Otra de las invitadas de la jornada artística fue la cantante Flor Giammarche, quien primero escuchó el tema “Los bailes de la vida” de Milton Nascimento en la voz de Susy. “Esto es un escenario. Ustedes lo han hecho posible”, se entusiasmó Susy. Luego Flor tomó el micrófono y cantó su tema, “Trisquel”. El cierre musical vino de la mano del Milongón del Guruyú y con la invitación de Susy:
-¡A seguir celebrándonos!

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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