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Radiografía de una revolución

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Las calles se llenaron una vez más de mujeres, niñxs, trans, travestis, lesbianas y no binaries que, más acá de reclamos de derechos, plantean una nueva forma de entender la política, la vida y el futuro. Con la mirada puesta en la legalización del aborto, extendieron sus reclamos desde el desborde que significa la mirada feminista para entender la época. Apuntes desde la calle junto a las Madres, las mujeres de fábricas recuperadas, las feministas de la agroecología, las sindicalistas, las estudiantas y el bachillerato trans Mocha Celis. Qué tiembla desde abajo y mueve arriba para parar y cambiar el mundo.

Por Avenida de Mayo, por las diagonales, por Rivadavia, por la 9 de Julio.

Por las arterias y las principales.

Por Callao. Por Entre Ríos. Por Riobamba. Por el sin fín de calles que en todo el territorio no llegamos a ver.

Las columnas llegan, algunas masivas, otras de a grupos, de a pares, de a sueltas. La marea no distingue fragmentaciones. Crece. Desborda. Y nos moja.

Enojadas, creativas, hartas. Con carteles, banderas, con tambores, con remeras. Con las muertas que cargamos en las manos, las desaparecidas en el pecho, y la rebeldía en los pies.

Avanzamos.

¿Hacia dónde?

Lo estamos creando.  

Radiografía de una revolución
Foto: Verónica Ape

La lección de Fátima

Una de las consignas más potentes de la masiva marcha por el 8M fue “Ni una menos, vivas nos queremos”. La indignación porque en 2020 haya más femicidios que días fue grito de lucha. La marcha que caminó de Plaza de Mayo a Congreso llevó el nombre de las 75 mujeres, travestis y trans que asesinaron este año. Y el pedido de justicia por todas las que ya no están. Este miércoles en Plaza de Mayo, el colectivo Familiares de Victimas de Femicidios convoca al tercer encuentro para seguir reclamando políticas urgentes y efectivas que pongan fin a la violencia machista.

El 8M pasó, siguió este 9 y cada día.

La jornada porteña estuvo conectada con Paraná, donde la movilización fue atravesada por las consecuencias de la inoperancia del Poder Judicial. En Día Internacional de las Mujeres hallaron en esa ciudad de Entre Ríos sin vida a Fátima Acevedo, la joven de 25 años que desapareciólocalidad el 1º de marzo.

Desde el 2017 Fátima denunciaba la violencia que Martínez ejercía sobre ella. Dio testimonio en el juzgado, en la policía y en el hospital cuando embarazada la internaron por los golpes que le había dado su ex pareja. Nicolás Martínez tuvo órdenes de restricción perimetral que no cumplió. Había tenido denuncias de una pareja anterior por violencia. Estaba denunciado por el entorno familiar de Fátima por amenazas de muerte. Fátima estuvo tres años escapando con su hijito de la violencia. Encontró refugio en la Casa de la Mujer de Paraná, que depende del municipio. Pero ni las denuncias ni un techo para dormir hicieron que se alejara definitivamente de su agresor. Nadie la protegió. En un audio le dijo a sus amigas que anticipaba lo peor: “Cuando termine muerta por culpa de él, puede ser que la policía, el juzgado, hagan algo y toda la mierda que tiene que hacer algo lo hagan. Mientras tanto vamos a tener que seguir pagando las consecuencias con el gordo”.

Eso mismo sucedió.

Radiografía de una revolución
Foto: Verónica Ape

Sandra Migues es la periodista entrerriana que más de cerca siguió el caso de Fátima. Desde allí habla con lavaca:  “La evidencia de lo que pasó con Fátima es la falta de perspectiva feminista en el poder judicial. Una chica que nueve veces declaró, hizo exposiciones y denuncias contra su ex pareja diciendo todo lo que le estaba sucediendo y sin embargo esa denuncia no tuvo peso porque salía con el papel en la mano pero no había otras medidas de restricción. No hubo tobilleras puestas en el victimario, no hubo acciones de protección integral hacia ella”, resalta.

¿Por qué el sistema jodicial no escucha las denuncias? “La cuestión común en todos estos casos es la falta de consideración de entender que son crímenes de odio y políticos contra las mujeres. Cuando no se los inscribe en ese paradigma se los considera delitos menores. Esto va en consonancia con no darle credibilidad a la voz de las mujeres cuando denuncian, a poner la sospecha moral siempre en torno a lo que van denunciando. Una serie de cuestiones que hacen a este patrón cultural misógino y machista que tiene la Justicia y que lo reproduce”.

La multitudinaria movilización en Paraná llegó esta tarde a Plaza Mancilla al grito de “yo sabía que a los femicidas los cuida la policía y la justicia”. Desde ayer 8M mujeres autoconvocadas se plantaron 17 horas de vigilia frente a los Tribunales de la provincia para que les den una respuesta: ¿por qué nadie cuidó a Fátima? Las mujeres paranaenses exigen la renuncia de funcionarios responsables en todos los niveles y poderes del Estado. Concretamente de la Ministra de Gobierno y Justicia, Rosario Romero; el Sub Jefe de la Policía de la Provincia, José Alejandro Lauman y el Procurador General, Jorge García. También que se promulgue urgente la ley de Emergencia por Violencia de Género con un presupuesto real. Y que se reglamente en la provincia la ley nacional de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia contra las mujeres.

Radiografía de una revolución
Foto: Verónica Ape

Hacer escuela: del Nacional al Mocha

La organización de la marcha en los secundarios fue la tarea principal de los últimos días. Todavía no habían empezado las clases pero hacía una semana las estudiantas de Ciudad de Buenos Aires se reunían por colegios nucleados en la Coordinadora de Estudiantes de Basa.  “Nos venimos juntando en plazas, teniendo reuniones en el centro de estudiantes antes de que empiecen las clases, para organizar tanto la jornada por el 8M como esta movilización y el paro”, cuenta Lucero, secretaria general del centro de estudiantes del Julio Cortázar. “Nos juntamos en la escuela como todas las otras movilizaciones, somos unas 40 pibas las que vinimos hoy. Queríamos convocar más, queríamos que este 8M seamos muchas. Por eso hicimos videos e intervenciones en redes para llamar la atención”.

La convocatoria de la Coordinadora de Estudiantes de Base fue en el Colegio Nacional Buenos Aires, cercano a Plaza de Mayo. Se concentraron con sus banderas para marchar; contaron que su columna era de 1500 pibas de escuelas secundarias de casi toda la Ciudad. Antes de salir hicieron un pañuelazo por el aborto legal, seguro y gratuito. “Empezar así el año da muchas ganas de luchar y seguir movilizando. Llevar nuestra bandera, nuestra identidad, nuestras canciones”, dijo entusiasmada Lucero cuando llegaron a Congreso. “El año lleva más femicidios que días. Ayer hubo una victimas más de todo el machismo que venimos viviendo. Vinimos a gritar por las que no están, por las desaparecidas, por todas”.

Más de cien estudiantes travestis, trans, no binaries, lesbianas, maricas y también cis elijen cada año el Bachillerato Mocha Celis para terminar su formación de escuela secundaria. Abrió sus puertas en la Mutual Sentimiento en 2011 y en 2012 empezaron las clases. Son ocho las promociones de egresadxs del Mocha. Y este año todavía no pudieron iniciar el ciclo lectivo por falta de fondos: el pago de las expensas son muy caras para el presupuesto que manejan y están obligados a cerrar el espacio. “Ojalá pudieran integrarse a espacios de educación formal sin sufrir discriminación. Pero como eso no sucede, el Mocha es imprescindible para la población que estudia acá”, explica Andrea Alcalde, docente de Proyecto profesional mientras les estudiantes marchan.

El Mocha se sostiene solo con el salario que perciben los docentes y las MochaFest que organizan una vez por mes para recaudar fondos. Ni un solo peso más entra de la Ciudad. Andrea cuenta a lavaca que los únicos que recibieron el reclamo fueron del Ministerio de Educación de Nación y con quienes intentan conseguir alguna solución. El Ministerio de Ciudad ni siquiera les respondió el pedido de reunión. Este 8M el Mocha Celis marchó con el pedido de justicia por las 12 travestis asesinadas por crimen de odio. Y con la lucha para que el bachi siga en pie para contener lxs estudiantxs que encuentran en sus aulas un futuro posible.

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Foto: Verónica Ape

El tejido por abajo

A las doce del mediodía, y por dos horas, las trabajadoras del subte pararon. Durante la mañana algunas cabeceras de las líneas habían sido intervenidas con banderas que decían: “Todas en todos lados. Ahora es cuando. Paren de matarnos”. Después de las tres de la tarde, decidieron salir a movilizar. La marcha la caminaron junto a trabajadoras de otros sectores. Trabajadoras de las tres confederaciones sindicales y de las confederaciones de la economía popular movilizaron juntas.

“Celebramos el hecho de que muchas de las demandas que venimos impulsando del movimiento feminista están planteándose  en la agenda de la gestión publica y definitivamente es un logro de la organización y la movilizacion en la calle”, dice a lavaca Karina Nicoletta, secretaria de género de lxs Metrodelegadxs. Y abre la mirada a la región: “Ayer estábamos viendo todo lo que sucedió en Chile, en el resto de los países, nosotrxs tenemos articulación con los metros de América. Hay hay una movilización a nivel mundial que está llevando adelante el movimiento feminista en su conjunto, con la ofensiva de la derecha, de los sectores conservadores, se vuelve fundamental y necesario que los feminismos sigan creciendo y alcanzando cada vez más lugares”.

Mientras la bandera de las metrodelegadas avanza una marea lo hace alrededor. Trabajadoras judiciales, no docentes, docentes, aeronavegantes, ladrilleras, del campo, de la economía popular, de fabricas, artistas, feriantes, y más, más, más, caminan hacia el Congreso. Sigue Karina, trabajadora del subte: “Con las reivindicaciones feministas venimos impulsando muchas transformaciones pero todavía hay mucha desiguladad. Es un sector históricamente masculinizado: las mujeres representamos un veinticinco por ciento de nuestro coelctivo, hay muchas cuestiones para plentear en la negociación colectiva”.

Durante el debate en las Cámaras por el derecho al aborto legal, las trabajadoras del subte activaron desde la creatividad en su espacio de trabajo para intervenir el tránsito cotidiano. ¿Qué más hacer para que sea ley? “Vamos a acompañar una vez que se presente el proyecto que esta planteando el gobierno, seguiremos acompañando el proyecto de la Campaña. Y si bien hoy el contexto es distinto la calle sigue siendo lugar de organización, seguiremos ocupándola hasta que el acceso a un aborto legal, seguro y gratuito sea garantiado por el Estado y que esta deuda de la democracia se termine saldando”.

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Foto: Verónica Ape

El silencio no es salud

Las trabajadoras de los hospitales Muñiz, Piñeiro, Gutierrez, Fernandez, Alvear y Tornú inaguraron en simultáneo una muestra de fotos, y cada espacio sumó intervenciones artísticas.  

Maria Capelli, trabajadora social del Tornú cuenta a lavaca: “Cinco fotógrafas estuvieron retratando en contexto hospitalario a mujeres en situación de trabajo remunerado y no remunerado, los trabajos de cuidado que hacemos las mujeres y que mucha veces se invisibiliza. El nombre de la muestra es: ‘cuidado, mujeres trabajando’”. Sandra, del Comité de prevención de las violencias del hospital agrega el contexto de la acción: “El Comité es algo relativamente novedoso en el hospital. Venimos de una lucha compleja que tiene que ver con ir instalándolo con nuestros compañeros trabajadores, hay servicios que vienen acompañando, otros que se sumaron mas recientemente y otros que no se suman a nada. La tarea es darle visibilidad dentro del hospítal. Trabajamos con cuestiones que estaban naturalizadas, para que empicen a complejizarse  y que podamos luchar por un mundo mas justo”. El resultado: “Recibimos muchas consultas por violencia institucional”.

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Desobedecer el patrón

El 29 de febrero fue el Primer Encuentro de Mujeres de Fábricas Recuperadas, covocado por el reciente Comité de Géneros del histórico Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas. El espacio que nació lo hizo con la espectativa y la mirada en el futuro: “No sabemos como se va a ir construyendo, va a ser lo que los compañeras quieran ir planteando”, cuenta lavaca Erica que desde hace casi una década es parte de la Universidad de lxs Trabajadorxs que funciona en el IMPA.

¿Qué se aporta desde las recuperadas? “Lo que se plantea como eje es la deobediencia al patrón. Se empezó a pensar ¿qué es el patrón?, ¿dónde está cuando el patrón no esta?, porque en las recuperadas se lo sacan de encima pero sigue operando por otros medios y de otra manera. Desde ahí haremos la construcción. Además hay una experiencia muy particulasr en lo que se refiere a la relación con los compañeros: las compañeras plantean un codo a codo, pudiendo ver las cuestiones de los maschismos internos pero codo a codo con los varones en la lucha contra el patrón, contra el sistema de opresión patronal”.

¿Cuáles son las urgencias del sector? “Empezar a pensar espacios de cuidado. De la jornada que hicimos salió esa necesidad de pensar en cada empresa recuperada espacios de cuidado no solo para les niñes sino también para personas mayores. Se está pensando en eso dentro de la ley que estamos impulsando desde hace 20 años para la expropiación”.

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Foto: Verónica Ape

Agroecología y feminismo

Marchan con lechugas en las manos y verduras en un carro que lleva la bandera de la Unión de Trabajadorxs de la Tierra. Llevan también carteles escritos a mano que dicen: “Nosotras elegimos cuántos hijos tener”, “elejimos acceder a la tierra”, “sin feminismo no hay agroecología”, “ni una más sin acceso a la tierra”. Zulma lleva en sus manos además un megáfono donde agita canciones feministas y dos corazones violetas en la cara.

Las mujeres de la UTT, antes de la movilización, convocaron con este potente texto: “Nosotras decidimos sobre nuestros cuerpos. Nosotras decidimos sobre nuestra salud. Nosotras decidimos como queremos producir nuestros alimentos. Detrás de esa mesa donde comen hay mujeres trabajadores. Esa lechuga, ese tomate, ese morrón, lsso producimos con nuestras manos. Paramos por nuestros derechos y los derechos de todas”. Mañana mismo convocan a un verdurazo y tractorazo. Las dos fechas se vuelven parte de una misma propuesta: un plan agroalimentario solidario y feminista para Argentina.

Rosalia, fundadora y secretaria de género de la UTT cuenta a lavaca que hoy las trabajadoras del campo pararon. “Eso implica que se está teniendo que trabajar sin nosotras, que volvemos tarde y no preparamos la cena, que se reactivó el debate entre las y los delegados, en los grupos de whastapp. Vinimos para poder marchar con miles y miles de compañeras. Todavía falta mucho”.  

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Foto: Verónica Ape

De la calle al Senado

La senadora por La Pampa Norma Durango es en esa cámara presidenta de la Comisión Banca de la Mujer. Desde su provincia atiende a lavaca mientras en las calles de todo el país se exige el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. “Valoramos y revindicamos el movimiento de mujeres de nuestro país. Y si bien siempre fui defensora de los derechos de las mujeres, hemos ido aprendiendo con mujeres de diversidad. Estamos preocupadas por los femicdios, por el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, por la violencia, los abusos, el maltrato”

¿Cuál es la agenda legislativa urgente? “Lo más urgente es el proyecto que estamos esperando desde el Ejectuvio: la ley de aborto legal, seguro y gratuito. En 2018 en el Senado no logramos los votos, pero creo que no ha sido una derrota. El resultado no fue el que buscábamos, pero como he dicho en muchas oportunidasdes, nadie puede parar el viento. Logro una visibildad tal que permitió que hoy muchas de las personas que no estaban de acuerdo lo estén entendiendo que no es un problema de creencias, sino que es un problema de salud publica. Estamos trabajando, y mucho, porque no celebramos la clandestinidad ni que la posibilidad de que las mujeres se mueran. Quien no quiera realizarselo tiene que entender que esta ley no obliga a nadie, es el derecho a decidir sobre neustro cuerpo, y el gobierno ha sido miuy claro, junto con la ley de aborto ha hecho un programa para contener a aquellos embarazos vulnerables, por lo tanto no estamos incitando a ningún aborto, olamente estamos diciendo las mujeres tienen derecho a elegir.

¿Cómo se está trabajando desde la Comisión Banca de la Mujer? “ Trabajamos juntas las que estamos a favor, y esto es transversal a los partidos políticos: se han tenido muchas reuniones con compañeras de la oposición que estana favor. Ahora hay una diferencia: algunos están totalmente en desascuerdo, y otros están a favor solo de la despenalizascion y otros de la legalización total. Tenemos que trabajar esa diferencia que parece pequeña pero que no lo es. Lo que queremos es que salga con la mayor posibilidad de consenso, que las senadoras y senadores entiendan que es un debate histórico y viene a saldar una deuda de la democracia”.

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Foto: Verónica Ape

Epílogo

Camina rápido con el pañuelo blanco atado en la cabeza y el verde en la muñeca.

Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Linea Fundadora, llega al Conrgreso después de las cinco de la tarde,, y mientras avanza imparable dice a lavaca:

“Vengo a apoyar la ley, porque es el día de la mujer, y para que nos vean. Hay que estar de cuerpo presente”

Ahora.

Y siempre.

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Actualidad

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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