Nota
Represión en Villa Mascardi contra la comunidad mapuche: “¿Querías tierra? Comé tierra, india de mierda”

El gobierno nacional, la justicia provincial y la oposición comandada por Patricia Bullrich -responsable política de la muerte impune de Rafael Nahuel en ese mismo territorio- se unieron en la represión contra la lof Lafken Winkul Mapu en Villa Mascardi, Bariloche. Fue el debut del comando Unificado de Seguridad zona Villa Mascardi -conformado por la Policía Federal, la Gendarmería Nacional, la Prefectura Naval y la Policía de Seguridad Aeroportuaria-, creado por el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández. «Entraron tirando gases lacrimógenos a las ruka (viviendas), apuntando con armas, nos vinieron a cazar con armamentos fuertes, hasta con balas de plomo; dispararon mientras chicos de 6 y 8 años junto a adolescentes corrían escapando hacia lo más alto de la montaña. También nos quemaron nuestras pertenencias”, cuentan desde la comunidad, y suman el comentario racista de uno de los efectivos que grafica el título de esta nota. Por qué reclaman ese territorio, y la doble vara política entre los mapuches y magnates como Joe Lewis en Lago Escondido, entre otros debates sobre usurpaciones, soberanías y cobardías de ayer y hoy.
El gobierno nacional decidió intervenir ayer en el conflicto territorial en Villa Mascardi de la peor manera posible: con represión.
Más de 250 efectivos, un helicóptero, un carro hidrante, gases lacrimógenos, le dieron cuerpo a una decisión que horas antes había sido determinada por el Ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, que en la resolución 637/2022 publicada anteayer en el boletín oficial dictaminó la creación del Comando Unificado de Seguridad zona Villa Mascardi, conformado por la Policía Federal, la Gendarmería Nacional, la Prefectura Naval y la Policía de Seguridad Aeroportuaria.
El flamante Comando, junto a fuerzas provinciales, tuvo su debut con un arrasamiento a la lof Lafken Winkul Mapu tras una orden de allanamiento dictada por el Juzgado Federal de Bariloche, comandado por la jueza Silvana Domínguez.




La comunidad mapuche se ubica en las laderas del Lago Mascardi, 30 kilómetros al sur de la ciudad de Bariloche, provincia de Río Negro. Por esa zona habitó el pueblo ancestral hasta la Conquista del Desierto a finales del siglo XIX, cuando fueron desterrados, torturados, aniquilados. Allí volvieron en 2017 cuando recuperaron su sitio sagrado, días antes del asesinato de Rafael Nahuel por el Grupo Albatros, de la Prefectura Naval. De allí fueron desalojados ayer con el aparato represivo del Estado puesto a disposición. Mauro Millán es el lonko del Lof Pillan Mahuiza. Desde Mascardi le cuenta a lavaca: “Fue un ejército arremetiendo contra una comunidad. El despliegue militar fue increíble, nunca habíamos visto algo así, fue como si estuviesen invadiendo otro país, y en este caso invadieron el territorio mapuche”. Suma: “Detuvieron a mujeres y a varios niños también, dispararon con todo lo que tenían”.
Una de las seis mujeres que continúan encarceladas –junto a dos bebés– se llama Betiana Colhuan Nahuel, a quien apresaron con su bebé de cuatro meses. Denuncia: “Entraron tirando gases lacrimógenos a las ruka (viviendas), apuntando con armas, nos vinieron a cazar con armamentos fuertes, hasta con balas de plomo; dispararon mientras chicos de 6 y 8 años junto a adolescentes corrían escapando hacia lo más alto de la montaña. También nos quemaron nuestras pertenencias”.
Betiana Colhuan Nahuel es la machi de la comunidad, autoridad tradicional mapuche. “Una o un machi es quien puede tratar enfermedades, como una médica; un término más conocido para el común de la gente que usan otros pueblos puede ser chamán. En el pueblo mapuche existen muchos roles dentro de nuestro sistema de organización comunitaria, la machi es quien puede ver enfermedades y tratarlas con medicina tradicional, es decir plantas y ceremonias propias de nuestra cultura”, explica Maitén Cañicul Quilaleo, comunicadora e integrante del colectivo mapuche Txafkuleiñ (Estamos unidxs) de Junín de los Andes.


Maitén profundiza sobre hasta dónde cala hondo el ataque de ayer: “La recuperación territorial se inicia con el objetivo concreto de levantar el Rehue (altar) de la machi Betiana, luego de más de 100 años que no hubiera de este lado del territorio ancestral mapuche, que nosotros lo reconocemos como Puel Mapu. La denominación que damos al territorio es Wall Mapu –lo que hoy se conoce como Argentina y Chile–. Cuando no había Estados, ni fronteras, nuestro pueblo se movía por un amplio territorio. Cuando llega la Conquista del Desierto, denominada así por el Estado argentino, una de las tareas fue prender fuego vivas a las mujeres que se dedicaban a la medicina. En Argentina no había vuelto a nacer una persona que tenga la posibilidad de ejercer esa función comunitaria. Hasta Betiana, quien hizo un proceso de formación desde muy niña. Porque no solo implica conocer la medicina, o el lawen, decimos nosotros, que es hablar el mapuzugun, su idioma materno. También un montón de cambios en la vida cotidiana de la ciudad para ejercer este rol mapuche, tras la recuperación de su territorio días antes de que mataran por la espalda a Rafael Nahuel, su primo”.
Eduardo Soares integra la Asociación Gremial de Abogados de Argentina, que acompaña gran parte de las causas del pueblo mapuche, incluida la que derivará en el juicio por la recuperación territorial de sus siete hectáreas, en un sitio lindante a grandes extensiones de tierras cuyos dueños son, en gran parte, empresarios multimillonarios. “Casi todos los juicios los hemos ganado y eso es lo que ha movido a hacer la barbaridad que ayer ejecutaron juntos el gobierno nacional, el provincial, la Justicia Federal”, arranca y continúa: “En este lugar es donde estuvieron las últimas machis eliminadas por los ejércitos de Roca. Se levanta la machi al recuperarse el territorio e inmediatamente el gobierno de Mauricio Macri, con Patricia Bullrich a la cabeza, arrasaron ese lugar. Lo mismo hicieron ayer, llevándose a las lamien (hermanas), a los peñis (hermanos), separando a los chiquitos de las madres, gaseándolos, precintándolos, poniendo a las mujeres con la cabeza contra la tierra y diciéndoles: ‘¿Querías tierra? Comé tierra, india de mierda’”. Justamente el último domingo, a horas del desalojo y la represión, Bullrich fue parte de una movilización en Villa Mascardi contra el pueblo mapuche.


En la resolución que crea el Comando Unificado se justifica la decisión debido a que en “los últimos días de septiembre se originaron nuevos hechos de violencia en la localidad de Villa Mascardi, Bariloche, Provincia de Río Negro, que consistieron en el incendio de un puesto móvil de vigilancia de la Gendarmería Nacional Argentina” y que “la Fiscalía Federal de Bariloche imputó de los hechos a los miembros de la comunidad autodenominada ‘Lof Lafken Winkul Mapu’”. Al respecto, responde Soares: “Esperamos con ansias el juicio por la recuperación territorial porque no tenemos dudas de que vamos a ganarlo; contamos con más de 150 testigos, informes técnicos, historiadores y antropólogos que van a explicar por qué esos territorios le corresponden a la comunidad que los había recuperado. Pero no podían arriesgarse a perder Mascardi y eso lo leyó la Justicia federal, los cobardes del gobierno de Río Negro y de Nación, las derechas peronista y macrista, las oligarquias y burguesías que buscan apropiarse de la Patagonia. Entonces, con la complicidad de sus medios de comunicación, de sus diputados y senadores, de sus Pichettos, empezaron a golpear a la comunidad con el armado de causas como la del supuesto ataque a un camión de Gendarmería abandonado en la ruta, o usurpaciones que nunca se dieron; nuestros defendidos jamás usurparon nada que no sean los territorios que consideran propios ancestralmente”.
El lonko Mauro Millán agrega un dato no menor: “La comunidad está puesta a derecho, discutiendo su territorio a través de la Justicia. Pero esta decisión política cambia todo y supera la imaginación de lo que podíamos creer en relación al aparato represivo”. Va más allá: “Se trató de una medida ejemplificadora, estimulada por un sector supremacista y racista, conformado por empresarios y partidos políticos, del PRO –encabezado por el puntero Diego Frutos– y del peronismo involucrados en el negocio inmobiliario. El pueblo mapuche está tocando fibras muy sensibles y crearon un relato cargado de falacias, hasta incluso hablando de narcotráfico para generar este grado de violencia inusitado”.
En cuanto a la complicidad de los Estados, la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, que sobre el conflicto dijo estar “defendiendo la soberanía de la Patagonia”, es la misma que apelará el fallo contra el terrateniente inglés Joe Lewis, obligado a garantizar el acceso al Lago Escondido. “Queda claro que cuando hablan de soberanía, lo que hacen es una parodia”, sintetiza Mauro Millán.
Tras el accionar de las Fuerzas de Seguridad, ningún funcionario del gobierno nacional se pronunció por fuera de este ministerio. Su máximo responsable, Aníbal Fernández, ayer aseguró: “No hubo represión en el operativo de Villa Mascardi”.
Le contesta Millán, mientras ve cómo pasan por delante de sus ojos varias tanquetas: “250 tipos entraron a los balazos… ¿Qué es eso?»
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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