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Rojava: la revolución de las mujeres

«Luchamos por todas las mujeres del mundo, por romper fronteras y barreras», dice una de las militantes de las fuerzas kurdas de las Unidades Femeninas de Protección.

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“Luchamos por todas las mujeres del mundo, por romper fronteras y barreras”, dice una de las militantes de las YPJ. Por El Xemillero, desde el Kurdistán sirio.

Rojava: la revolución de las mujeres

Mujeres durante las celebraciones del 8 de Marzo n Derbesi, cantón de Cezire. Foto: Kimmie Taylor


En la federación autónoma del norte de Siria, Rojava, apenas se ven árboles. La distancia es una larga pradera verde con extractores de petróleo perfilados en un horizonte naranja. Sus lagunas negras arden al sol para transformar este oro negro en diésel. El embargo por parte de Turquía en el norte, el Kurdistán iraquí al Este y el terror yihadista amenazando el sur hacen que no sea posible venderlo, y así el aire se llena de benceno y gases que hacen que tu cabeza pierda perspectiva del suelo, que tambalee tu caminar. Pero este manto de hierba ya es bosque en la mente de la gente.
La tierra rota por la guerra es un hervidero de proyectos de todo tipo, en los que las mujeres es su centro. “La mujer es la tierra, la tierra es la base de la comuna, la comuna es la base de la sociedad…”, nos explica Zey­nep. Las comunas son los organismos sociales más básicos, compuestos por cientos de familias que conforman la sociedad de Rojava.
Zeynep es la personificación de la revolución agraria de las mujeres. Nos recibe con unos alicates colgando de un bolsillo trasero de su pantalón y una pistola del otro. Mientras, ordena a varios hombres que arreglen una de las verjas de los grandes invernaderos que gestionan. Su piel color tierra se estremece bajo una amplia sonrisa. Lleva una camiseta que dice “no soy normal”.
Rojava: la revolución de las mujeres

Una milioiana de las YPG porta un AK-47. Foto: Kimmie Taylor

Cooperativas agrarias

Esta mujer de pelo corto y caminar holgado es una ingeniera del Kur­distán turco que lleva un año trabajando en un proyecto de amplios terrenos de cultivo e invernaderos que cederá a las mujeres de la zona para que trabajen juntas de forma cooperativa, abasteciendo a 18 comunas. Nos confiesa que no tenía conocimientos de cultivo y contesta que todo lo “aprendió de internet”. Aquí se preparan 201.000 semillas de tomates, berenjenas, pimientos y calabaza. También nos muestra 3.000 plantones de árboles y 268 frutales, y nos habla de un proyecto de plantación de soja para transformarlo en aceite de cocina. Además, el proyecto incluirá el cultivo de maíz, único en la región. “¡Maíz Rojava 2016!”, bromea. Es, sin duda, un oasis ideológico que crece en forma de naturaleza.
Todas las ramas de la sociedad de Rojava tienen un terreno común revolucionario que se va labrando paso a paso. su política se basa en la ecología social y en un sistema horizontal de confederalismo democrático, ideas impulsadas por el líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdullah Öcalan, que, desde la cárcel en la isla turca de Imrali, predica esas ideas heredadas de Murray Bookchin, anarquista estadounidense muerto en el año 2006. Para que esto sea posible, Öcalan, conocido como ‘Apo’, afirma que las mujeres deben recuperar el terreno perdido. “¡El trabajo de las mujeres es el primer frente!”, exclama Zeynep.
Las calles de Rojava están asfaltadas de un simbolismo que a menudo gira alrededor de la figura de Öcalan. Pero las mujeres encuentran en su historia innumerables ejemplos de compañeras que impulsaron la unión de mujeres por la libertad. La activista kurda Sakine Cansız, parte del grupo fundador del PKK (junto con Öcalan), se convirtió en un símbolo de resistencia femenina. Su asesinato en París en 2013 fue un duro golpe al espíritu kurdo, pero se fue para quedarse.
Las mujeres de Rojava se organizan mayoritariamente a través de la organización de mujeres soberana Congress Star, hasta marzo denominada Yekitiya Star. Ésta se encuentra interconectada con el Movi­miento Democrático Po­pular de Kurdistán Oeste. Sabah, una de sus integrantes encargadas de la coordinación, explica que las mujeres manejan la tierra trabajando en cooperativas o colectivos autónomos organizados de manera horizontal, sin un marco legal definido. “El objetivo no es vender, es conseguir que las mujeres se organicen y trabajen para ellas mismas, para obtener la independencia total del hombre”, nos cuenta.
Uno de los proyectos de Congress Star es una academia de mujeres que realiza cursos de unos meses para educar a la población. Entre sus asignaturas está la unión de la ecología y la economía, entendidas como una vuelta a la realidad de las mujeres. “Es una tercera forma de hacer, ver y entender la realidad”, nos explica una de las profesoras. Para ellas todo empieza con las mujeres, las más oprimidas, y por eso en ellas está la clave para cambiar la sociedad.
Otras asignaturas son el estudio de la anatomía del cuerpo femenino y defensa personal, apoyada en tres pilares: defensa, nutrición y reproducción. Todas las asignaturas tienen un enfoque de ruptura con el sistema capitalista y patriarcal. La profesora habla de revolución radical mientras compartimos tranquilamente un té con pastas, parece la combinación perfecta.
La lista de proyectos destinados al women power es sorprendente. La Fundación de las Mujeres Libres de Rojava, por ejemplo, organizada dentro de Congress Star, tiene múltiples planes en marcha nunca antes implementados en este lado del planeta, como un proyecto de pueblo exclusivo para mujeres. Cuando una de ellas sufre maltrato y huye a una casa de mujeres, se encierra ahí como en una prisión, nos cuenta una de las responsables del proyecto. “Este pueblo puede ser la base de una sociedad libre, donde las mujeres y sus hijos puedan liberarse del sistema patriarcal” recalca.
Estas ideas se engloban dentro de la ginología o ciencia de la mujer, un enfoque radical de lucha contra el patriarcado acunado en esta revolución de los cuerpos, almas y mentes. Su contenido se elabora, debate y discute en una casa cuyo amplio salón es arropado por una alfombra morada y fotografías de las personas mártires de la revolución. Aquí estudian los diferentes tipos de feminismo e integran teorías de todo tipo para apoyar el contenido ideológico de estos tiempos. “Hay muchas teorías que critican el sistema: anarquistas, marxistas, etc. Nosotras estudiamos todas para formar un pensamiento propio”, dicen. Y explican que su misión es impulsar una ciencia que agrupe todas las teorías de los movimientos feministas bajo un mismo paraguas, sin caer en tópicos.
A pesar de ello, la gente de a pie sigue sus roles tradicionales. Mu­jeres y hombres cubren sus extremidades a pesar del calor, y la sexualidad es un gran tabú, pero la revolución va a paso lento. Ilham, la encargada de una casa de mujeres en Qamishli, que sirve como mediación en conflictos que implican a las mujeres, explica que los cambios deben darse poco a poco para no generar rechazo. “La libertad comienza dentro de ti misma, sin importar cómo te vistas”, explica. Las casas de mujeres sirven de centro de reunión para solucionar problemas familiares antes de tener que acudir a la justicia. “La construcción de una sociedad democrática comienza construyendo una familia democrática,” añade. Mien­tras conversamos, un matrimonio entra en la sala, el hombre con expresión de derrota se sienta en una silla mientras un grupo de mujeres escucha a su esposa. Parece el mundo al revés.

Rojava: la revolución de las mujeres

Foto: Kimmie Taylor

Salud revolucionaria

Escondida en una calle en la ciudad de Serekania encontramos una pequeña clínica para mujeres, uno de los múltiples proyectos de la Fun­dación de las Mujeres Libres de Rojava. Mujeres de varios rincones del territorio llegan aquí caminando y son atendidas por cuatro enfermeras y por la doctora Ronahi Azad.
Vestida con atuendo kurdo, nos explica que cada vez llegan menos medicamentos y se ve obligada a improvisar. “¡Para realizar exploraciones de garganta uso la linterna de la parte de atrás de mi mechero!”, exclama con una gran sonrisa. Nos dice que a pesar de las limitaciones uno de sus objetivos es acompañar a las mujeres a autoconocerse. La clínica hace cursos de dos o tres meses en atención primaria para formar a futuras enfermeras y ofrece apoyo psicológico por los traumas de la guerra, empoderando a toda la que pisa este lugar.
Clínicas y hospitales de toda Ro­java son un libro abierto al cambio hacia la salud integral, la autonomía y la integración de las mujeres en todos los ámbitos. Según el director del centro de rehabilitación militar de la ciudad de Qamishli, en el cantón de Cezire, “la vida tiene cuatro pilares básicos: la cultura, la naturaleza, las mujeres y la libertad”.
Nos cuenta que debemos recuperar la salud a través de un cambio de sistema que vaya hacia una igualdad real. Su discurso sigue una línea parecida a la del ecofeminismo, que aquí se teoriza para aplicarse en hospitales y clínicas de Rojava. En la pared se proyectan diapositivas mostrando esta visión. Un grupo de unas 30 personas observamos con la boca abierta una imagen de una mujer amamantando a su hijo con uno de sus pechos y a una cabra con el otro.
Los valores relacionados con los cuidados, la atención, la comida, la salud y el bienestar emocional son representados por las mujeres y caen en la sombra de los valores masculinos de productividad, desarrollo, industria y poder empresarial. La sociedad de Rojava le da la vuelta a esos valores, poniendo por delante los intereses de la tierra y de la mujer, que al pie del cañón renace poco a poco de una opresión milenaria.

Mujeres en guerra

La población kurda repartida principalmente en el sur de Turquía, oeste de Iraq y norte de Siria lucha por su liberación como pueblo, por hacerse un hueco en el mundo, a la vez que impulsa un sistema de valores democrático y participativo. Su ejército, que batalla contra diversas fuerzas, entre las que se encuentra el Daesh (Estado Islámico), se divide en facciones de hombres y mujeres. Estas mujeres son el brazo armado de la ‘ginología’.
“Luchamos por todas las mujeres del mundo, por romper fronteras y barreras”, dice una de las militares de las fuerzas kurdas de las Unidades Femeninas de Protección (YPJ), compuestas únicamente por mujeres. Su intensa mirada se destina hacia un idea que arde en los corazones de estas mujeres dueñas de sí mismas.
Otra de sus compañeras explica que luchan con armas obsoletas pero que aun así están ganándole la batalla al extremismo islamista. “Cuando tu corazón y tu mente trabajan en una misma dirección, no importa lo que tengas entre las manos, puedes luchar con ello”.
Las YPJ dejan su vida atrás para regalársela a la libertad de su pueblo, pero principalmente para que las mujeres recuperen su espacio y se liberen de toda opresión. No podía ser de otra manera en este nuevo mundo que florece entre el furor de una sangrienta guerra que está desafiando al mundo.

Declaración de Rojava por una Siria Federal

El 17 de marzo, el Consejo Constitutivo del Sistema Federal de Rojava llegó a un acuerdo de nueve puntos que “será considerado como un modelo de solución de la crisis siria”. En ellos se establece, por ejemplo, que “la futura Siria pertenecerá a todos los sirios y es el sistema federal democrático basado en la participación de todos los componentes de la sociedad lo que hará establecer esto”, y la “constitución de un sistema federal democrático para Rojava, en el norte de Siria”. También se establecía un Comité Organizacional que deberá preparar un contrato social para este sistema político en el plazo de seis meses.
Derecho a una participación igualitaria
El punto 6º de la Declaración de Rojava establece que “la liberación de la mujer es la esencia del Sistema Democrático Federal. La mujer tiene derecho a una participación igualitaria y es la que toma las decisiones en relación con los temas que la conciernen. Es representada por igual en todos los ámbitos, incluyendo los aspectos sociales y políticos”.
Un Contrato Social para Rojava
En enero de 2014, dos meses después de que Rojava proclamase su autonomía, se publicó una Constitución provisional de sus tres regiones (Afrin, Jazira y Kobane). La Carta del Contrato Social de Rojava establece que “en búsqueda de la libertad, la justicia, la dignidad y la democracia y conducido por los principios de la igualdad y la sostenibilidad ambiental, la Carta proclama un nuevo contrato social, basado en la convivencia y el entendimiento mutuo y la paz…”.
La nota completa se puede leer en el periódico español Diagonal.

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Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”

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Los feminismos siguen siendo el único movimiento que tiene la capacidad de transversalizar la unidad, amplia, y poner en Avenida de Mayo, de cara a Plaza Congreso, cuadras y cuadras de columnas que van desde el sindicalismo, a los movimientos sociales, a la izquierda, al kirchnerismo. 

Aún cuando por Hipólito Yrigoyen ingrese la enorme columna de la intersindical feminista seguida por poco del oficialismo; y por el otro costado, por Avenida de Mayo, ingrese la izquierda; todos los espacios comparten plaza a menos de un mes de elecciones generales que definen quién presidirá el país. 

Esa es la noticia: seguimos transversalmente en la calle. 

Video: Sebastián Smok.

De la economía popular a la formal

“Creían que el movimiento había desaparecido porque no estaba en la calle, pero estábamos en cada uno de nuestros territorios, ahí también damos la batalla y la lucha”, dice Leonor Cruz, Secretaria de Géneros y Diversidad de la CTA Autónoma, frente a la enorme columna de trabajadoras que son protagonistas de esta marcha. Las tres banderas que encabezan: UTEP, CTA y CTA Autónoma. De la economía popular a la economía formal, todas adentro.

Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”
La cabeza de la marcha de este 28 S. (Foto: Sol Tunni).

Junto a ellas también marchan familias de víctimas de femicidios: Marta y Guillermo, mamá y papá de Lucía Pérez; y Daniel y Susana, papá y mamá de Cecilia Basaldúa, que salieron desde la sede de MU junto a un grupo de mujeres que les siguen con los pañuelos blancos que bordan dos palabras: Nunca Más. 

Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”
Foto: Sebastián Smok.

No con el FMI

Dice Leonor: “La derecha más fascista de nuestro país tiene una agenda muy clara contra el feminismo, quieren ir contra cada uno de los derechos que hemos conquistado con sangre y a fuerza de lucha; pero no lo vamos a permitir. Estamos en la más amplia y diversa unidad de vuelta en la calle porque a la derecha la vamos a enfrentar, pero también vamos a decir: no es con el FMI, porque somos las trabajadoras, las precarizadas, las compañeras del barrio, las que más sufren el ajuste”. 

Leonor llegó a Plaza Congreso desde Tucumán, trayendo lo que se ve fuera del centro porteño: “En nuestra Argentina profunda lo que se ve es la pobreza, en todas sus dimensiones, pero el movimiento feminista en la provincia es lo más fuerte que hay, es donde está la unidad y donde nosotras resistimos”.

Sobre la transversalidad habla también Silvia León, referente de ATE Nacional: “Hoy el objetivo tiene que ser que las derechas no avancen en nuestro país. Los 30 mil compañeros desaparecidos y muertos no murieron en vano, y las víctimas de femicidio tampoco”. 

Silvia, rodeada de pañuelos verdes, sostiene junto a las familias de víctimas de femicidios, que tienen las fotos de sus hijas colgando en el pecho, los pañuelos blancos. Los feminismos honran el legado que los derechos humanos construyeron en la calle, con los pies. Dice Silvia: “Nosotras peleamos por soberanía, por educación, por salud, y también seguimos el camino de las Madres, las Abuelas, de los 30 mil, pero también de los familiares. Hay un tiempo que se termina, el de la verticalidad, el del verticalismo y del patriarcado, ahora toca construir transversal y federalmente”

Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”
Foto: Sol Tunni.

Significado de la libertad

Marta y Guillermo, llegaron desde Mar del Plata a las siete de la mañana; junto a Susana y Daniel, se colgaron las fotos de sus hijas en el pecho: Lucía Pérez y Cecilia Basaldúa, dos femicidios territoriales emblemáticos, donde las tramas narco barriales marcaron como alerta una emergencia que traen las periferias.  

¿Por qué recorrer la Ruta 2 durante toda la noche para marchar? Contesta Marta Montero, mamá de Lucía: “Para gritar que no vamos a permitir perder nuestros derechos, lo que hemos conquistado en este tiempo de lucha que no es solo el reciente, me voy más lejos: en este tiempo de democracia que es el tiempo en el que podemos salir, podemos luchar, y también decir lo que pensamos. Todo esto está en peligro, no podemos permitir que venga alguien a decirnos lo que tenemos o lo que podemos hacer, que corten nuestros derechos y lo conseguido: por ejemplo un ministerio. Todas las mujeres no tenemos la suerte de que nos acompañen los gremios, las organizaciones; hay muchas mujeres que están solas, pero vos sabés que hay una puerta que podés golpear y que se va a abrir. Ahora corremos el peligro de que todo eso se termine».

Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”

Marta Montero y Guillermo Pérez, los padres de Lucía (Foto: Sebastián Smok)

¿Por qué creés que quieren que se termine?

Porque somos muchas, hemos tomado la calle, hemos salido, y nuestra palabra se ha hecho escuchar. Y así hemos logrado cambios: el más importante fue el aborto legal. Es imposible no pensar hoy en día que una mujer no tiene derecho de poder decidir sobre su vida.Yo soy una persona de fe, creo en dios, en la virgen, pero no creo en que alguien pueda decirnos que esto tiene que ser de una sola manera porque creo en la libertad de las personas, y si alguien no quiere tener un hijo es respetable. 

Libertad es una palabra hoy disputada, ¿qué significa?

Libertad significa levantarme, salir a la calle y decir lo que pienso sin censura de nadie, poder acompañar a alguien, poder hablar, poder estar. El libertario es otra cosa: son los que nos quieren vender que vamos a estar mejor por cosas que no terminamos ni de entender, es un juego de palabras siniestro que termina en opresión. 

Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”

Foto: Sol Tunni.

¿Qué tienen que hacer los movimientos feministas?

No los tenemos que dejar avanzar. A mí no me representa una persona que esté con una agresividad tal que se le nota, en su manera de hablar, de moverse, a mi no me representa esa violencia, pero estamos viviendo en un momento muy difícil que hoy todo es violencia. El enojo hoy está peor que nunca, o tal vez tenga otra visibilidad, antes se tapaba más, hoy lo ves en un medio, en una red social, es más visible, por eso parece que pasa más. 

¿Cómo volvemos para volver a ser marea?

Es muy importante creer en nosotras mismas, en el valor que nosotras tenemos, valorar quienes somos. Es muy importante no tener miedo, no tener miedo al ridículo, estar seguras de lo que hacemos, de lo que queremos y si tenemos que salir a defender a una compañera, a una hermana, salir y hacerlo con convicción propia. Lo más libre que una puede hacer es salir. Si no es con cada una de nosotras, hasta acá no se hubiese llegado, sin las mujeres luchando por su propia vida, las más grandes ayudando a las más chicas, y las más chicas, por ellas mismas. Esa es la hermandad, todas nos necesitamos, yo sola no puedo, te necesito a vos, a otra, a la hermana, sola es imposible. Necesitamos la confianza en nosotras mismas, evitar la competencia. Nosotras luchamos por la vida, por eso luchamos por todas. Solas no llegamos a nada, pero juntas llegamos a todo.

Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”

Daniel y Susana (padres de Cecilia Basaldúa), Guillermo y Marta. Foto Sebastián Smok.

Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”
Foto: Sebastián Smok.
Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”
Foto: Sebastián Smok.
Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”

Foto Sol Tunni.

Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”

Foto: Sol Tunni

Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”

Foto: Sebastián Smok

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Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

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El total (100%) de participantes argentinos en una investigación internacional sobre agrotóxicos “presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal”. El problema incluye a personas que viven lejos de las fumigaciones, por lo que se consideró a estos plaguicidas como «omnipresentes». Se encontraron además los venenos en los alimentos, el polvo del hogar, los granos de cultivos, animales, alimentos para animales, suelos y agua.

A través de una conferencia virtual desde Nueva York, durante más de 3 horas, el proyecto SPRINT reveló este miércoles 27 -Día de la Salud Ambiental- los resultados del estudio realizado en Europa y en la provincia de Buenos Aires (como principal exportadora de soja para alimentación animal).

Entre los venenos detectados están obviamente el glifosato (genotóxico y probable cancerígeno) y el clorpirifos (que pese a estar prohibido en Argentina se sigue vendiendo hasta en los supermercados). El informe señala además los “cócteles”, que mezclan químicos para aumentar la potencia de cada veneno, reuniendo hasta 120 plaguicidas.

La dirección del INTA prohibió a la doctora Virgina Aparicio (que integró en la investigación) participar en cualquier instancia actual del proyecto, y hablar con la prensa, siendo que se trata de un tema de salud pública.

Algunos de los datos que, pese al silencio y a la mordaza oficial, se revelaron en el marco de la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

En alimentos: “el total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.

En el polvo del hogar: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.

Granos de cultivos: “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.

En animales: “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes).

En alimento para animales: “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.

En suelos: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.

Agua superficial: en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.

Por Anabel Pomar

Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

Resultado global presentado sobre las concentraciones de glifosato en seres humanos. Argentina lidera esa tabla con absoluta comodidad.

En el día de la celebración del día de la salud ambiental, miércoles 27 de septiembre, en Nueva York, EE. UU., en el marco de la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGA78) por primera vez para grandes audiencias pudieron conocerse parte de los resultados del proyecto europeo SPRINT (siglas en inglés de Transición Sostenible de Protección Vegetal: Un Enfoque de Salud Global 2020/2025).

¿Qué es el SPRINT? Es un proyecto financiado por La Unión Europea (UE) que busca identificar los residuos de los agrotóxicos, en ecosistemas y en humanos, y analizar el peligro de la sinergia (la combinación o mezcla) entre los plaguicidas hallados. Esto último, algo jamás contemplado a la hora de aprobar esos peligrosos venenos en el mercado, ni en el llamado “viejo continente”, ni en nuestro país.

En 2021 los muestreos en el marco de ese proyecto además de realizarse en los 10 países europeos participantes se ampliaron a la provincia de Buenos Aires. 

¿Por qué se incluyó a nuestro país?  Por ser el principal exportador de soja para alimentación animal al mercado europeo.

Entre las principales conclusiones del evento de este miércoles en NY, pudieron escucharse las voces de expertas y académicos participantes de ese proyecto. Contaron, basados en rigurosa información, cómo los agrotóxicos usados en la agricultura veneno-dependiente están contaminándolo todo. Cuerpos, comida y ambientes. Una de las palabras que más se repitió en las presentaciones, fue “omnipresente”. Los agrotóxicos están en todos lados: incluso en donde no son utilizados.

Entre los cuadros con centenares de nombres de moléculas químicas usadas en la agricultura, destacan algunos de los agrotóxicos más fumigados en nuestro país. El herbicida glifosato, y su metabolito AMPA, en los primeros puestos. Y para los muestreos en Argentina, en cantidades hasta tres veces superiores en algunas matrices. También el clorpirifos, recientemente prohibido en el país pero que se puede seguir comprando en cualquier góndola de supermercado en el sector de insecticidas.

Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

Resultados de plaguicidas en las muestras en orina.

El momento de la presentación es importante ya que este próximo 13 de octubre la Unión Europea deberá votar si decide re-autorizar el uso del glifosato. Desde la coordinación del SPRINT aseguraron que a la brevedad la información –que ya fue presentada en la euro-cámara– será publicada y distribuida al público general para lograr mayor difusión. También aseguraron que esperan que tales resultados impidan que se concrete la renovación del peligroso herbicida.

Omnipresentes

 Ver la presentación de esos estudios que respaldan una afirmación que muestra la magnitud del daño, estremece. Hasta las personas que consumen o producen alimentos sin usar agrotóxicos tienen sus cuerpos contaminados. Y aquellas que consumen alimentos libres de agrotóxicos, también. El cuadro completo muestra que la exposición ambiental llega a todas las personas, no solo a quienes producen con venenos o viven en zonas rurales. Y por todas las rutas de exposición.

Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

Los resultados de los venenos en materia fecal.

En los hogares

Como ejemplo se puede mencionar lo que se encontró al medir el polvo de hogares, presentado por Daniel M. Figueiredo, de la Universidad de Utrecht de Países Bajos. Los resultados indican que los agrotóxicos llegan a impactar en los organismos más por los ambientes que por la dieta misma: también son una ruta de exposición directa. El más detectado es el glifosato y su metabolito AMPA, en un cóctel de sustancias químicas peligrosas en un rango de entre 25 y 120 plaguicidas.

Otra constante: los cócteles de agroquímicos. No hay una sola sustancia sino decenas o cientos, mezcladas para aumentar la  potencia del veneno. En el caso presentado impactaban tanto a los vecinos de producciones convencionales cómo orgánicas.

A su turno, Hans Mol de la Universidad de Wageningen de Países Bajos, en la presentación de lo hallado en muestras de fluidos humanos –en los que el glifosato vuelve a estar entre lo más detectado. Los resultados señalan que hay presencia del herbicida genotóxico y probable cancerígeno en orina en el 86,1% de los argentinos muestreados y en el 35,2% de los europeos, mientras al analizar las heces humanas se detecta ese plaguicida en el 70,5% de las personas residentes en Europa y en el 100% de los bonaerenses.

Para el caso del clorpirifos, el 3,7% de europeos tiene en sus heces ese tóxico, mientras que para la Argentina el número asciende a 37,7%. Nuevamente salimos campeones, esta vez de otro podio tóxico.

La mordaza

En la conferencia virtual –toda en inglés– que  duró tres horas y a la que asistió lavaca y aproximadamente un centenar de personas conectadas desde distintas partes del mundo, no estuvo la investigadora a cargo del proyecto en Argentina, la doctora Virginia Aparicio.

Lavaca consultó a la investigadora del INTA el porqué de su ausencia que para la decena de personas conectadas desde Argentina no pasó desapercibida. Aparicio no tiene autorizado por orden directa de la dirección de ese organismo estatal participar de ninguna instancia del SPRINT, ni hablar con la prensa.

Lavaca se comunicó con el INTA (socio número 16 identificado como CSS11-Buenos Aires dentro del proyecto SPRINT) pero nuevamente, como sucede desde hace meses, no hubo respuesta oficial.

El organismo público impidió que hasta el día de hoy los resultados de lo muestreado en nuestro país se difunda. En julio de este año, pese a esa censura oficial, la vaca pudo conocer los resultados de ese muestreo en territorio y población bonaerense y publicarlo.

Del muestreo en Argentina participaron 73 personas. De las 73, 1/3 consumidoras, 1/3 habitantes de pueblos pequeños y “vecinos de productores”. Y 1/3 productores agropecuarios de los cuales la mitad usa plaguicidas y la otra mitad trabaja agroecológicamente. También se incluyó un monitoreo en 14 establecimientos rurales. Se tomaron pruebas en ambiente, alimentos, grano y muestras biológicas en animales.

“El total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal” es una de las revelaciones de la  investigación.   

En los ambientes en los que esas personas se mueven a diario, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 7 a 53 plaguicidas en las pulseras” de detección.

La vida cotidiana asediada

En las consideraciones preliminares de esos estudios personales que trascendieron se consigna: “Las mezclas de residuos de plaguicidas están presentes en los cuerpos humanos. Las personas se exponen a los plaguicidas en su vida cotidiana (datos de pulseras). La mayoría de los residuos son peligrosos para el ecosistema y los humanos”.

En alimentos, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.

En el polvo del hogar, en “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.

Granos de cultivos, en “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.

En animales, en “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes).

En alimento para animales, en “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.

En suelos, “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.

Agua superficial (en la zona de trabajo de SPRINT) en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.

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Tucumán: condenan a un funcionario judicial y en el fallo recomiendan colgar placas en Tribunales que digan «un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia»

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Un funcionario judicial de Tucumán fue condenado por abuso sexual: 4 años, obligación de reparación económica, capacitación y placas en Tribunales. El hecho no es aislado: el Observatorio Lucía Pérez lleva adelante un registro que incluye 420 funcionarios (integrantes del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, de las cúpulas de las Fuerzas de Seguridad y de la Iglesia Católica) denunciados por violencia de género. Los argumentos e implicancias de un fallo ejemplar.

Jorge Edmundo Mistretta, exjefe de despacho de la Secretaría Electoral del Juzgado Federal N° 1 de Tucumán, jubilado desde 2019, fue condenado a cuatro años por abuso sexual contra dos de sus empleadas. Los abusos ocurrieron en 2013 y 2015: incluye tocarle los pechos a una de ellas y querer besarla, comentarios sexuales groseros, e intento de tocar a otra de las denunciantes. 

En el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán, compuesto por la jueza María Noel Costa, y los jueces Carlos Enrique Jiménez Montilla y Enrique Lilljedhal, se ordenó: 

  • La inmediata detención, aunque cumplirá prisión domiciliaria por su estado de salud.
  • Una indemnización de $4.4 millones de pesos y 3.6 millones de pesos para cada una de las víctimas.
  • La realización de un programa de capacitación sobre perspectiva de género y en política de prevención, sanción y eliminación de la violencia contra la mujer.
  • Se solicitó a Recursos Humanos de la Corte Suprema de Justicia Nacional que “se arbitren los mecanismos administrativos necesarios por una medida restaurativa que contemple la incorporación a una de las oficinas judiciales de esa jurisdicción -de la Cámara o del Tribunal Oral -, debiendo garantizar la ‘no revictimización’ de una de las víctimas”.
  • Además se recomendó que se coloquen placas en tribunales donde sucedieron los hechos que digan: “Un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia. No a la violencia ni al acoso”.

Los fundamentos se conocerán el próximo 29 de septiembre.

El “caso” no es aislado. El Observatorio Lucía Pérez lleva adelante un registro de denuncias por violencia de género contra integrantes del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, de las Fuerzas de Seguridad y de la Iglesia Católicas. 

El registro incluye ya 420 funcionarios denunciados, entre intendentes, diputados, fiscales, sargento, jueces, asesores, concejales, cabos, decano, sacerdotes y un largo etcétera. De todos los denunciados 99 son del Poder Judicial, al igual que Jorge Edmundo Mistretta; 139 del Poder Ejecutivo; 62 del Poder Legislativo; 67 de la Iglesia Católica; y 53 de las cúpulas de las fuerzas de seguridad.  

El padrón de funcionarios denunciados se puede ver acá

Tucumán: condenan a un funcionario judicial y en el fallo recomiendan colgar placas en Tribunales que digan «un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia»
El Poder Judicial es el segundo del Estado con más denuncias. Datos de Observatorio Lucía Pérez.

El Estado argentino se comprometió en 2020 a llevar un registro público de funcionarios judiciales denunciados por violencia de género como parte de un acuerdo amistoso alcanzado en el marco de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Hasta el momento lo hizo de forma incompleta y escasa, por ello comenzó a realizarlo, de manera autogestiva, el Observatorio Lucía Pérez que sumó además otros poderes para completarlo y con esa información reflexionar acerca de qué relación hay entre la ausencia de políticas públicas de contención y prevención y estas prácticas impunes.

Lo que se ve: la consigna “El Estado es responsable” se hace carne en la sistematización de esta información. No lo es solamente por omisión, o ineficaz: es un Estado violento. 

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