Nota
Ronda de pensamiento autónomo: la cooptación de los movimientos sociales y el fantasma del dogma autonomista
La cita de agosto del pensamiento autónomo giró en torno a la teoría y la práctica de la horizontalidad en los movimientos. El punto de partida fue la crónica de lavaca que resumió la reunión anterior y la respuesta que originó por parte del MTD de Lanús. A partir de allí, se expresaron puntos de vista sobre temas diversos: el poder, Kirchner, Tony Negri, el acceso al conocimiento y la formación, el autonomismo y las chicanas.
Agencia www.lavaca.org
La Ronda de Pensamiento Autónomo fue rara, clarificadora y enigmática.
Como siempre.
Esta octava versión (sábado 2 de agosto de 2003, a 11 de la mañana) no se hizo al sol y al aire libre como las últimas. La amenaza de lluvia llevó a que más de 50 asistentes se reunieran en un salón cerrado de uno de los edificios abandonados del predio de Roca Negra, en Camino General Belgrano y Méndez, de Lanús. Los participantes se ubicaron en círculos más o menos concéntricos: asambleístas de Capital y Gran Buenos Aires, integrantes de movimientos sociales, personas interesadas; la convocatoria -cabe recordarlo- es absolutamente abierta, y se concreta el primer sábado de cada mes. Había tres jóvenes norteamericanos grabando y escuchando, un integrante del Colectivo Situaciones, y una joven sentada en el piso frente a su mochila, sobre la que había colocado un billete de 5 pesos, y una moneda de un peso.
Esta vez hubo un debate entrecortado sobre la autonomía, la teoría, la acción, la práctica horizontal y las diferencias entre diversos Movimientos de Trabajadores Desocupados, que no parecía terminar de tomar forma aunque, como corresponde a una Ronda, ha comenzado a circular. (El encuentro del mes pasado había iniciado una discusión al respecto, que fue respondida en una «carta abierta» por el MTD de Lanús).
Este sábado, hacia el final de la ronda, alguien definió la cuestión de un modo técnico: «Me parece que le estamos sacando el culo a la jeringa».
Esto es: no se estaba encarando a fondo el debate sobre las distintas formas de pensar y vivir esas ideas (autonomía, horizontalidad, teoría, acción, construcción política) que podría permitir criticarlas, debatirlas y potenciarlas.
En esa línea, lavaca consultó a Pablo, del MTD de Lanús, dos cosas: primero, si la respuesta a la crónica de la Séptima Ronda de Pensamiento, firmada por el MTD de Lanús, había surgido de una asamblea, y segundo, qué se quería decir y a quién se dirigía al hablar en esa carta del «dogma autonomista».
Pablo contó que la carta no había sido debatida en asamblea de Lanús, aunque sí leída con los compañeros del barrio. Y explicó lo siguiente: «Integramos unas 400 personas organizadas en cuatro barrios distintos. El MTD resuelve colectivamente en sus espacios desde cómo laburamos, cómo usamos el tiempo, de qué vivimos, cómo organizamos la alimentación que no alcanza, y cómo generamos nuestros espacios de debate y reflexión. El trabajo, las relaciones, las luchas con el gobierno, los espacios de formación, etcétera. No hay forma de que un movimiento que se expande geográficamente, que contempla tal nivel de cosas, discuta cada cuestión en una asamblea. Lo aprendimos. Tratamos, pero no hay forma. Los compañeros pierden una pala. ¿Cómo se repone? ¿Se evalúa en una asamblea?»
«La pregunta iba a si lo discutimos (la carta) democráticamente. Sí: se leyó con los compañeros, se leyó en los barrios, saben los compañeros lo que es la polémica. Y también decimos que es una falsa democracia la que plebiscita opiniones, la que somete determinado nivel de análisis que no está al alcance de una base social que está en las condiciones en que estamos hoy, de falta de acceso al conocimiento, de formación». Luego desarrolló un ejemplo: «Digamos que tenemos un delegado que va a cada asamblea, lee la polémica, lee la respuesta y quiere aprobación. No se entiende mucho de lo que se está hablando y se vota. Bueno: no creemos que eso sea democrático».
Pablo dijo que pretende «una horizontalidad de acceso al conocimiento, donde no haya compañeros que deban preocuparse por los debates mientras otros tienen que garantizar la alimentación de los pibes. Ahí no hay horizontalidad ni igualdad que valga».
Dijo que en algún momento quisieron discutir todo en asambleas semanales: «Pero cuando se hace más complejo el movimiento, buscamos la forma de no paralizarnos en la gestión administrativa, los grupos de trabajo, el área de emprendimientos productivos».
«Creemos que sin organización no vamos a lograr ninguno de los objetivos, ni vamos a lograr la resolución de la vida material en forma autónoma, ni vamos a ningún lado. Estamos construyendo organización. No somos hipócritas: estamos construyendo organización.
«Valoramos que todos tengamos nuestros lugares organizados donde caigan estos debates, si no tampoco es muy horizontal, participativo ni democrático que estemos sin ningún correlato con la práctica».
Pablo cerró su intervención reprochando el nivel de desconfianza que atribuyó a la ronda anterior, por el silencio ante supuestas desinformaciones, y dijo que esas cuestiones responderían a la pregunta sobre por qué no van los otros MTD a la Ronda de Pensamiento.
La consulta sobre qué se quiso decir con las palabras «dogma autonomista» no fue respondida.
Luego habló Vasco, del MTD de Allen (Río Negro), con una mezcla precisa de serenidad y vehemencia. Algunos conceptos:
«Nosotros sí creemos que hay otras formas de concebir la horizontalidad. Y no es que estamos hablando de lo mismo. Somos distintos, somos diferentes. El problema es si nos pensamos en función de un colectivo y actuamos, hacemos y trabajamos desde distintas perspectivas, pero con un horizonte en función del colectivo. Eso es horizontalidad».
«Somos distintos. En nuestro MTD tenemos un 70 por ciento de compañeros que no han cumplido la escuela primaria. Y casi 10 por ciento de analfabetos. Y recién hemos llegado a resolver el problema del analfabetismo en un 4 por ciento.»
«Pero lo más importante del caso, y lo señalamos siempre con mucha vehemencia, es que los compañeros que más nos enseñan sobre autonomía, son los de un proyecto de costura que solos, por su cuenta, se organizaron. Que solos buscaron los medios. Que solos resolvieron los problemas que tuvieron, que cualquier excedente que produce el taller de costura lo hacen ir a parar al conjunto de movimiento, y así sucesivamente.»
«El punto de referencia de la horizontalidad no es ni Toni Negri ni (John) Holloway (teóricos europeos). Son esas compañeras del proyecto de costura. Y de esto nosotros presumimos. Porque nos pensamos desde ahí. Nos-pensamos-desde-ahí. Desde esa autonomía que se entrega con el cuerpo. Por eso pegamos un cartel que dice más o menos: no sabe más el que más habla sino el que sabe hacer y resolver con el cuerpo muchas cosas que los eruditos por ahí no sabemos comprender. Eso es horizontalidad. Es uno de los componentes de la relación social.»
«Lo digo porque estamos recansados y repodridos de las chicanas sobre la horizontalidad. Es cierto. Cualquier pensamiento teñido del poder cree que la horizontalidad es una línea sucesiva de puntos. Una raya. Horizontalidad presupone que hay un colectivo que se piensa como tal. En el que los egoísmos, los individualismos, el hacer, se piensa en función del otro, del conjunto. Entre otras cosas más que podríamos debatir toda la tarde, pero no es el motivo de la reunión.»
Anunció luego que se tomaría una libertad: «Yo no soy el MTD de Allen, yo soy el Vasco, y voy a hablar desde ahí». Fue la formulación de un modo distinto de hacer las cosas:
«Nosotros tenemos cinco compañeros del MTD que tienen capacidad de escribir con soltura y desenvolvimiento. El problema es si lo que escribimos -y nosotros escribimos mucho- no está consentido, no tiene el sentimiento colectivo del conjunto. Miren. En una de las últimas reuniones, unánimemente se resolvió y se acordó, no se votó, que había una cuestión que no queríamos: no queremos construir en función del poder. Así de sencillito y de claro.»
«Y somos capaces de hacerles leer a todos los compañeros lo que escribimos y nos llama la atención cómo muchas veces nos corrigen los términos que utilizamos, las palabras que usamos, las cosas que no son consentidas por el conjunto. Y muchas veces se vota por mayoría. Pero muchos compañeros perciben muy finamente que se está votando sin consentimiento, y hemos hecho la práctica de volver todo para atrás y discutir todo aunque haya una mayoría. Y nos parece una práctica hermosa de horizontalidad.»
Luego señaló otra diferencia entre los MTD, referida a la historia reciente, y al futuro:
«Por ejemplo, el 19 y 20 de diciembre para nosotros no es un hecho más desde la perspectiva de la destrucción del poder. Porque acá hay un principio. Nosotros no queremos construir poder, queremos destruir el poder, como invento de la humanidad hasta acá, no sólo del sistema capitalista. Queremos destruir todas las valoraciones que hasta aquí ha construido el pensamiento de la modernidad. Todas. Y gestar una nueva subjetividad y nuevos valores. Por eso el que diga que no tenemos horizonte, se equivoca. Queremos destruir el poder y destruir el Estado, hacerlos mierda».
«Ni encuadrarlo, ni como dice Hollloway, ni sé qué pindonga de Mahoma. Nada. Ni mierda de encuadre: los queremos destruir. Y concebimos el poder no como una superstructura que está allá arriba (señalando al techo) sino casualmente como una relación social (señalando la ronda) dentro de la cual nosotros también estamos. Queremos nuevas relaciones sociales.»
Caracterizó al 19 y 20 de diciembre del 2001 no como un acontecimiento pasajero, sino como «un torrente de potencialidad social, una expresión de insurgencia social que arremete contra los valores del poder y del Estado». Luego, despotricó contra el concepto de multitud de Toni Negri: «¿Qué multitud ni las pelotas? El 19 y 20 no es producto del espontaneísmo de la multitud, todo venía de antes, de las asambleas del Comahue, de Cutral Có. Que haya un reventón como ese tiene que ver con que hay muertos, gente que ha venido poniendo el cuerpo desde la radicalidad y la ruptura. Sería muy hipócrita decir que no estamos trabajando para otro 19 y 20. Pero no desde la orgánica o tratando de formar un estado mayor que dirija el próximo 19 y 20».
«¿Si queremos hacerlo sin conducciones? Miren, hasta eso le discutimos al Toni Negri. No seamos boludos. Creemos que hay un momento dado en el que hay sujetos sociales que expresan la potencialidad del conjunto y se lanzan a ello. Lo que no queremos es eso de la vanguardia permanente. Ahora, si nos dicen «negristas» ni nos importa. Un mérito le reconocemos al Negri y al Holloway: habernos hecho pensar en un montón de cosas».
Alguien le hizo un gesto, y Vasco anunció: «Ya termino».
Por suerte, no se hizo caso a sí mismo. «Si hay una cuestión que rompimos desde la autonomía, es la fuente puntual, teórica, bíblica, eso de recitar de nuevo a dios. No queremos más».
Habló entonces de los más flamantes recientes debates sobre teoría política: «Tenemos también diferencias en la teoría. Si hay alguien que lo expresa cortito y directo como viaje de laucha es Marcos (el subcomandante zapatista) y no voy a hacer de Marcos un dios. Pero ¿cómo refleja él la cuestión de la teoría? Desde la negación del poder y de la centralidad. La niega de pé a pá. Por eso dice «dejen que la academia, los autores ajenos, sigan escribiendo. Lo valioso es cómo escribimos y hacemos teoría desde los movimientos, desde una práctica que presupone rectificaciones constantes. Entonces, tomar a Marcos desde lo teórico sin negar la cuestión del poder, nos parece un oportunismo. O-por-tu-nis-mo y lo decimos con todas las letras porque ahí también tenemos discrepancias muy fuertes.»
Alguien volvió a hacer un gesto, y Vasco repitió: «Ya termino».
Pero siguió: «También tenemos discrepancias en esto: no se puede ser autonomista y, al mismo tiempo, pretender la construcción del poder popular: son dos cosas que chocan de plano. Y si están buscando una tercera posición, nunca nos gustaron. Vean a este muchacho de Inglaterra que asume por izquierda y termina haciendo la guerra para el imperio por derecha. No nos gusta las terceras posiciones. O nos definimos por la radicalidad, por la ruptura permanente, por la negación de todos los valores que hasta aquí esta civilización nos ha metido en la cabeza, o no somos consecuentes».
Finalmente hizo un análisis sobre el actual gobierno, muy diferente de los que suelen estar a la moda:
«Hay quienes dicen que Kirchner es emergente de toda la lucha social que se viene dando. Nosotros tenemos otra caracterización. Es un tapón. Viene a frenar y a taponar la insurgencia social abierta en la Argentina, y lo hace nada menos que reconstituyendo el poder y la institucionalidad. Y toda búsqueda de consenso presupone siempre represión. Ese es el tema. Consenso -para la burguesía y el Estado- es represión. No represión abierta, persiguiendo a los piquetes, matando gente en la calle. No. Éste sabe que eso no lo puede hacer, que tiene que actuar de otra manera. Para destruir al movimiento social hace falta referenciarlo, institucionalizarlo, que se verticalice, hace falta comprarlo también con dinero, y además instrumentar una política represiva.»
«Textuales palabras de Kirchner: ‘Tenemos que copiar del movimiento social que desde la nada, desde la pobreza, hizo lo que hizo’. Es decir: todos los proyectos que estábamos construyendo, ahora los va a hacer el Estado. Salud, educación, talleres productivos. Y los va a sembrar alrededor nuestro. Y cuanto más cerca estén de los movimientos sociales que están haciendo esto, más va a reprimir todavía. Y va a sembrar cooperativas ofreciendo salarios buenos para que los compañeros vayan allí. Es una política represiva. Pero también es un desafío para nosotros, si somos capaces de tomarlo y darlo vuelta a ese proceso y seguir construyendo con las herramientas que tenemos para gestar nuevas relaciones.»
«Ya termino» dijo Vasco nuevamente, y redondeó:
«Si sólo ponemos comedores para que los compañeros coman, estamos jodidos. Si creemos que producir una huerta es simplemente sacar verduras para que los compañeros coman, estamos rejodidos. Si no sabemos hacer desde la huerta y de todo lo que nos tire el Estado, ser constructores de una nueva relación social, de nuevos valores, de nueva subjetividad, no estaríamos apostando a otro 19 y 20».
La ronda había comenzado con unos silencios densos. Alguien había propuesto: «Hablemos sobre lo que publicó lavaca«, aunque velozmente se pasó a centrar la charla en el contenido de ese debate, más que en quien tuvo ocasión de darle difusión. Pancho, de gorro de lana y bigotes, propuso evitar la vieja estrategia de matar al mensajero, y no eludir el asunto de fondo en una ronda a la que definió como «una manera insólita de construir» para alguien que -como muchos allí- viene de experiencias en las que las palabras «partido», «militante», «poder» y demás tenían un peso central. Propuso avanzar hacia lo desconocido. «No sabemos dónde se salda lo que produce este organismo». Es todo un dilema: la Ronda no genera comunicados, declaraciones ni odas. Julio, que suele coordinar las charlas, dijo hace tiempo que tal vez el principal registro de cada ronda se produzca que en cada uno de los que asiste ese día. Nada más. Nada menos.
Alberto, del MTD de Solano-quien había tomado la palabra en la reunión anterior- ratificó el rechazo a los que soberbiamente se ponen por encima de los movimientos para decirles qué tienen que hacer, el rechazo a las «orgas» (organizaciones políticas centralizadas y verticalistas), y a los que se pretenden vanguardias.
Carla, la joven que tenía los 6 pesos sobre su mochila, criticó las imprecisiones del artículo de lavaca (mencionar a un MTD como firmante de un documento que no había firmado, y equivocar a qué barrio corresponde Juan Cruz D’Affuncio), dijo que de todos modos lo central del debate estaba reflejado en la crónica, y que el problema supera ampliamente a los MTD, ya que involucra a todos los que se interesan por la construcción de la autonomía: «Nos cuesta llevar adelante discusiones medianamente adultas. Y me parece bastante infantil lo de la carta esa. En los discursos no veo tantas diferencias, más bien en las prácticas. Todos somos fantásticos para decir ‘autonomía’ pero lo distinto es la práctica».
Tanto Vasco como Neka, de Solano, señalaron diversas imprecisiones en la carta abierta del MTD de Lanús (tal vez los errores provengan de la complejidad de estos movimientos que, según parece, abarca algunas veces a quienes los conforman). Más en el centro de la cuestión, Neka comentó que había visto muy agresiva la carta abierta realizada por Lanús, y que la clave, para ella, es qué se quiso decir con ‘dogma autonomista’. «Ese es el centro de toda la discusión, todo lo demás son adornos. Están los compañeros de Lanús, podrán explicar cómo lo interpretan».
Pablo repitió fundamentalmente lo expresado en la carta abierta, criticó la desconfianza que había percibido en la ronda anterior, y dijo que la autonomía es un dogma si no se admite que hay posiciones diferentes (las mayores precisiones pueden leerse en la propia carta abierta).
Vicky, del MTD Maximiliano Kosteki de Guernica, dijo que lo de Lanús le había parecido una manipulación mediática. Pablo dijo que simplemente habían querido responder en los mismos medios «donde se habla de nosotros».
Neka volvió a intervenir: «A veces el debate se vuelve tan fino que esconde otras cosas. A mí me preocupa en serio eso del dogma autonomista. Porque si acá intentáramos darle uniformidad al pensamiento sería un dogma. Si intentamos sacar definiciones todos por igual, sería un dogma. Para mí los compañeros de Lanús usan el dogma para responder a eso. Intentan purificar o purificarse de un montón de cosas del debate».
«También tenemos que decir, sin pegarle a ningún movimiento, a ninguna práctica, que venimos sufriendo el tema de la cooptación, la institucionalización que hay, las internas que hay en el campo popular, y eso no significa ponernos en contra del MTD de Lanús ni de nadie, sino expresar lo que estamos viviendo hoy».
Como suele ocurrir, hubo algunas intervenciones hacia otros temas: la escolaridad infantil, por ejemplo, o si la propia discusión no significa alejarse de la práctica que hace que a veces el problema de un movimiento sea, por ejemplo, la falta de electricistas. La ronda, en realidad, es una práctica de pensamiento, que además funciona entre gente que suele tener prácticas políticas y sociales; la solución del problema del electricista difícilmente se encuentre ahí, aunque Graciela (que no pertenece a ningún movimiento) aclaró: «Aquí estamos discutiendo cómo hacer que existan los movimientos sociales, para que les haga falta tener un electricista. Mientras tanto, pido que no se boicotee la discusión central».
Carla volvió a hablar para decir que, habiendo militado en el MTD de San Telmo, había visto problemas de rechazo a la discusión, y a las críticas internas. «Pero se ofendían los compañeros porque no se hablaba de lo maravilloso de los MTD sino de lo malo. Me siento parte de todo este movimiento, así que no estoy de acuerdo con eso de que no podemos hablar de los demás. Los de Lanús dicen ‘por qué hablan de prácticas que son ajenas’. Yo creo que todos podemos hablar, ¿por qué no? Y eso es parte de abrir las discusiones y hacerlas transparentes y públicas, como casi nunca sucede. Y creo que la división es entre las lógicas jerárquicas y las no jerárquicas, que pueden vivir en un mismo espacio. Por ejemplo, no estoy de acuerdo con el MST de Brasil que forma cuadros universitarios que saben mucho más que las bases. No es que esté en contra de las luchas, sino de las lógicas, y no sé por qué hay que tener miedo de decir si hacemos algo que es una porquería, y debatirlo en el conjunto».
Una asambleísta tomó la palabra para decir que el debate a partir de la anterior Ronda de Pensamiento «es inédito, y se dejó de toda esa paparrucha que ya la hemos padecido demasiado de todos los fundamentalismos de izquierda. Se empieza a hablar de un terreno resbaloso, que es la construcción de un espacio autónomo. Y en esa construcción va a haber diferencias enormes. Bienvenidas sean esas diferencias.»
Fue entonces cuando se produjo el debate entre Pablo y Vasco, que se reproduce al comienzo de esta crónica, que así comienza a redondearse.
Al finalizar esas intervenciones, Carla agitó los 6 pesos y anunció que era el sobrante de lo gastado en los actos del 21 de junio. Le avisaron que había quedado carbón sin pagar: cuenta saldada. Todos ayudaron a bajar los bancos de madera.
El destino de todas estas discusiones es incierto. La ronda se abrió y ahora fluye, aunque para esta crónica tal vez no quede más remedio que conservar cierta circularidad que permita anunciar:
La Ronda de Pensamiento Autónomo fue rara, clarificadora y enigmática.
Como siempre.
CABA
Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?
Por María del Carmen Varela
Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?
La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.
Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.
¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.
Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.
En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.
Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.
NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA
Miércoles 30 de julio, 21 hs
Próximas funciones: los viernes de octubre


CABA
Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor

“Vestite de gala y salí a la calle. Sacate la careta, ponete el antifaz”. Con esa consigna trabajadorxs de las artes escénicas salieron a exigir la derogación del decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro y pone en serio riesgo al sector teatral independiente. Hubo color y calor, pese a los tiempos oscuros y fríos. El apoyo de la gente en la calle, el fondo del planteo, y la inesperada reacción de Pluto.
Por María del Carmen Varela. Fotos: Sebastián Smok

El público en la calle, sumándose al reclamo en favor del Instituto Nacional del Teatro.
La cita fue en la puerta del cine Cacodelphia, en Diagonal Roque Saenz Peña 1150, desde donde partió la colorida y ruidosa caravana que dobló por 9 de Julio y continuó por Av. Corrientes, hasta llegar a Rodriguez Peña. A las dos de la tarde el tramo de la Diagonal entre Lavalle y Corrientes fue punto de encuentro para actores, actrices, músicxs, bailarinxs, cirquerxs y zanquistas que engalanadxs con trajes de colores, vestidos de puntillas, tapados simil piel y elegantes sombreros le pusieron alegría y movimiento a una lucha que viene desde hace tiempo y se agudizó con el decreto que pone fin a a la autonomía y financiamiento del INT, entre otros organismos afectados. Una de las consignas: “Vestite de gala y salí a la calle. Sacate la careta, ponete el antifaz”.

¿Quién dijo que hace frío?
Al grito de “Señor, señora no sea indiferente, estamos defendiendo el teatro independiente” la caravana de la cultura logró su objetivo. Irrumpieron sobre el carril peatonal de una Avenida Corrientes poblada de gente en plenas vacaciones de invierno y nadie quedó indiferente. Aplausos, bocinazos, brazos en alto y muchas gargantas se unieron al canto. El reparto de volantes con el logo de ENTRÁ –Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa– puso palabras al reclamo:

¿Te imaginás la calle Corrientes sin teatros?
Las luces apagadas, las pizzerías vacías
Los artistas callejeros sin público
¡Esta peatonal es orgullo nacional!
Y eso es gracias a nuestro teatro
Hoy, nuestro teatro llena la calle de música y color
en este desfile en defensa del Instituto Nacional del Teatro
que para quienes se pregunten ¿qué es y de qué sirve?
Para fomentar y garantizar que el teatro llegue a todo el país
Hace dos meses, el gobierno firmó el decreto 345 que vacía al Instituto
con argumentos falsos sobre su funcionamiento y financiación
¡Al INT, que con los impuestos que pagan los medios de comunicación y los juegos de azar,
produce obras, abre salas, genera trabajo y construye cultura e identidad federal!
¡El Instituto no solo implica poco gasto, sino que genera tanto valor!
¡Defendámoslo!

Las familias y el apoyo a la creación, al arte y al significado del teatro.
El teatro que habla y Pluto en marcha
Nora es una de las mujeres que no resultó indiferente. Mientras paseaba por Corrientes se topó con la caravana y se sumó con canto y aplauso. “Me resulta muy conmovedor porque están defendiendo lo más precioso que tenemos, nuestra posibilidad de seguir creando. Esta puesta en escena me emociona, es poner en escena el deseo”.
¿Vas al teatro? “Todo lo que puedo, cuando puedo pagarlo”.

Los besos vuelan.
Las niñeces se sintieron muy atraídas por la caravana y no dudaban en acercarse a saltar y aplaudir. Frente al Teatro General San Martín, hicieron una parada y allí el Teatro habló:
- Ay, ay, ay, me duele todo
- Teatro, ¿qué pasa?
- ¡Me dieron una piña en la cara! Y en la panza y en las piernas. ¡Me tiembla todo!
- ¿Por qué?
- ¡Quieren desmembrarme!
- ¿Quién?

- El teatro explicándo por megáfono la situación.
- El decreto 345 quiere vaciar mi instituto
- ¿Al instituto que produce obras y abre salas en todo el país? ¿Al instituto que genera trabajo y construye cultura e identidad?
- Sí. (El Teatro llora y casi se desvanece)
- ¡Cuidado el teatro se desmaya!

- Al teatro le da un soponcio.
- Yo les juro, no hice nada, el instituto recauda los impuestos que pagan los medios de comunicación y los juegos de azar, pero parece que no sirvo para nada
- ¿Qué serían las noches sin tus risas y tus lágrimas? ¿Sin tu forma de imaginar? ¿Sin que nos animes a encontrarnos?
- ¿Alguien vio un teatro? (Señalan a los distintos teatros de calle Corrientes y gritan: ahí, ahí)
- ¡Quiero vivir! (grita el Teatro).
- Si, acá estamos y nos organizamos– replican todas la voces.

Pluto junto a las familias en la calle, observando y aplaudiendo.
La escena de un Teatro golpeado pero en resistencia, revitalizado por la suma de voluntades que lo quieren vivo, se repitió en la puerta del Teatro Astral, donde mucha gente salía de una función infantil. Una vez más, muchxs se acercaron y acompañaron. Pluto, o la persona con el disfraz del famoso perro creado por Walt Disney, saludaba niñxs a su paso aprovechando la alta concurrencia del Astral.
Una vez finalizada la performance del Teatro que quiere seguir contando historias, la caravana emprendió el regreso hacia el lado del Obelisco. Y hasta Pluto decidió abandonar el teatro comercial y se sumó a la fiesta del teatro independiente, mientras otra mujer con su familia se hacía oír con cuatro palabras: “¡Que viva el teatro!”

CABA
Más allá de tu vereda: un documental sobre personas en situación de calle en CABA

Más allá de tu vereda.
Así, a secas, es el nombre del documental que acaba de estrenarse.
No es un documental más. Así se llama el programa de radio de y para personas que viven o vivieron en la calle, que se realiza semanalmente en la organización Sopa de Letras. Esta cobija y aborda la problemática así como la salud mental, desde hace más de 10 años en el barrio porteño de Parque Patricios.
El documental explicita la importancia de la radio, el valor de la comunicación, la potencia de lo colectivo, la necesidad de comunicarse, y que alguien escuche del otro lado, o mejor aún: al lado. Y también refleja la historia de Víctor Rodríguez Lizama, su director, que tiene 64 años y vivió varios en situación de calle.
El Cuervo, como le dicen a Víctor por su fanatismo por San Lorenzo, visibiliza en primera persona junto a otrxs protagonistas lo que se ve a diario, pero no tanto. Lo que se sabe, pero no tanto.
En Más allá de tu vereda, Víctor entrevista a muchos de los integrantes del programa que se emite en Radio Parque Vida (105.9) desde hace más de tres años.
Marcela dice que antes sólo escuchaba. Y que ahora se animó a decir.
Luciana dice que perdió un poco la timidez. Y que, quizá, eso la ayudó a crear la sección “la música que nos hizo”.
Cata dice que encontró un espacio para hacer arte. Para animarse a leer sus poesías.
Alicia dice que antes hablaba “poquito”. Y que ahora “habla un poquito más”.
Lautaro habla cuando llora, emocionado. Dice que no tenía experiencia. Y que ahora se sorprende de sí mismo.
Juan Bautista dice que es el encargado de informar las noticias. Y que ahora sí, alguien escucha su punto de vista.
Cristian dice que está más atento a su alrededor. Tanto, que ahora se anima a opinar.
Víctor dice que hasta no hace mucho, había personas que no agarraban el micrófono. Y que ahora no lo quieren soltar.



Termina el documental, con una última imagen; pantalla en blanco y una sola línea en letras negras.
«A todos los que estuvieron en situación de calle y ya no están».
Hay aplausos, hay felicidad, hay valoración.
Hay orgullo.
Luego, se abre el micrófono para que quien quiera diga lo que quiera.
Jorgelina: “Hagamos más radios”.
Adrián: “Podría estar en cualquier otro lado, haciendo cualquier otra cosa en este momento y gracias a ustedes estoy acá, me ayudaron un montón desde lo emocional”.
Cierra Víctor Rodríguez Lizama, con la remera puesta de su San Lorenzo querido y su pelo repleto de canas:
“La finalidad de este documental es mostrar cómo a través de la salud mental podemos llegar a la gente invisibilizada, que está ignorada. Ojalá que se reproduzca en otros lugares, que sirva de herramienta para salir adelante. Hoy hay mucha más gente viviendo en situación de calle. Además de haber vivido mucho tiempo, participé de los censos populares. Recientemente censamos en la comuna 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Monserrat y Constitución) y sólo acá contamos 1480 personas, por donde vos camines están. En la olla popular que hacemos en el Parque Lezama se ve algo similar al 2001. Más personas en calle y más hambre”.
Detrás del Cuervo hay un pizarrón donde se completa al nombre de su documental:
“Más allá de tu vereda,
hay otra realidad,
atrás de tu puerta”.
Al costado, un mural con un puñado de palabras escritas en letra cursiva:
“Hasta que no quede ni una sola persona en situación de calle,
allí seguiremos estando”.
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