Nota
Un día histórico: se confirmó el juicio político a los jueces que dejaron impune el femicidio de Lucía

Después de años de lucha tras el juicio misógino que dejó impune el femicidio de Lucía Pérez, la Bicameral que enjuicia a los magistrados confirmó que se iniciará un juicio político contra dos de los jueces que firmaron el vergonzoso fallo. Fue el mismo día en el que en la misma ciudad sede de esos tribunales, La Plata, quedó inaugurada la muestra El Cuarto de Lucía, otra de las acciones que lleva adelante la familia en busca de promover un nuevo juicio y sensibilizar a las personas sobre qué significa hablar de la violencia femicida hoy. Podrá visitarse hasta el 26 de abril, de 17 a 21 horas, en el Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti.

Marta la mira fijo.
La joven está en cuclillas frente a la mesita en la que se ofrecen volantes de la muestra y revistas. Acaba de salir de El cuarto de Lucía.
Y mientras su amiga hojea los materiales, ella mira al piso cerrando y abriendo los ojos, conteniendo las lágrimas.
Marta la mira fijo, y de pronto se le acerca.
Sin pedirle permiso, la abraza. Y entonces la joven estalla en un llanto que es catarsis, dolor y grito de justicia.
No se conocen. Y se quedarán hablando, Marta y la joven, durante un largo rato en el que ella parará de llorar y comenzará a reírse.
Y terminarán fundidas las tres en otro abrazo sanador y cómplice.
“Les hablo como si fueran mis hijas”, asegura Marta después de esa charla que mantuvieron solo entre ellas y nadie más escuchó. “Les hablo porque no quiero que se vayan con esa angustia a la casa, esa sensación que tenía ella después de haber visto el cuarto”, dice.

Cada persona que recorre la instalación que reproduce el cuarto de su hija sale distinta y transformada. No todas salen llorando; todas salen atravesades, con ganas de conversar con alguien, dejar un mensaje, una firma, un pedido, de charlar con Marta y Guillermo, que en la muestra en el Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti de La Plata están presentes, viendo las reacciones pero también siendo parte protagonista de una puesta en escena que ellos decidieron acompañar viajando desde Mar del Plata, haciendo malabares con los horarios laborales.
Junto a la periodista Claudia Acuña y el diseñador de MU Sebastián Smok se encargaron una vez más que la muestra llegue desde Mar del Plata, de la mano de la Campaña Nacional Somos Lucía, de los hacedores de la instalación (Héctor Martiarena, de Almacenes Culturales; Alejandra Vilar, Escenógrafa; Natalia Beresiarte, muralista; Juan Ignacio Echeverría, Escenógrafo), y lograra instalarse en el centro de la capital provincial, gracias a la acogida del director del museo Pettoruti, Federico Rovituso, y el Ministerio de Mujeres provincial que estuvo a cargo de la logística.
En esta edición, además de la reproducción del cuarto, de la proyección de videos y de la invitación a realizar una acción junto a la Campaña Somos Lucía, sobre el reverso de la muestra se comenzaron a pintar los más de 900 nombres de mujeres y personas trans asesinades en la Provincia de Buenos Aires.
Así y otrra vez más, quedó inaugurado en La Plata El cuarto de Lucía, como una forma de accionar desde el arte contra la violencia femicida y convertir al dolor y a la injusticia en abrazos sanadores, charlas cómplices y tejido social.
Un día especial
Que la segunda edición de la muestra haya sido inaugurada ayer fue especial para la familia. Temprano, Marta y Guillermo amanecieron con la noticia de que la Comisión Bicameral de Normas de Procedimiento para el Enjuiciamiento de Magistrados y Funcionarios, que venía postergando la decisión sobre juzgar o no a los jueces que dejaron impune el femicidio de Lucía, finalmente se reuniría.
¿Casualidad? Marta: “Fue Lucía”.
La noticia, entonces: se confirmó el juicio político a los jueces Juan Facundo Gómez Urso y Pablo Viñas que en 2018 dejaron impune el femicidio de Lucía Pérez. El jury no alcanzó a Aldo Carnevale, el tercer juez que componía el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Mar del Plata, ya que pidió la jubilación anticipada, la cual le fue concedida por la ex gobernadora María Eugenia Vidal.

Con los ojos de su hija pintado a las espaldas, Marta reflexiona sobre el cruce de la inauguración con la noticia del jury: “Si te tengo que decir que tengo alegría, no es alegría porque no puedo estar alegre no teniendo a Lucia acá, pero sí es muy fuerte y muy especial: triunfamos. Hoy es un día de gloria para nosotros. Triunfamos en esta lucha para que estos jueces tengan que pasar por el jury. Eso es lo que nos interesa, que jueces como estos no pueden seguir trabajando, ejerciendo, ejecutando sentencias, diciendo que hacen justicia cuando esto no es justicia: lo que hacen es injusticia. Por eso digo que es un día de gloria para todos, para todos los que hemos luchado, para todas las familias que hemos perdido hijas de esta manera tan cruel. Es un día especial”.
La parada de El cuarto de Lucía en la capital provincial de la se dio gracias La Comisión Bicameral de Normas de Procedimiento para el Enjuiciamiento de Magistrados y Funcionarios bonaerenses resolvió ayer acusar a Viñas y Urso por “negligencia, incumplimiento de deberes inherentes del cargo y parcialidad manifiesta”. Estos jueces son los responsables del vergonzoso fallo que hizo un minucioso análisis de la vida de Lucía: qué le gustaba escuchar, qué profesión quería seguir, con quién y de qué chateaba, con quién se acostaba, qué le gustaba fumar. Fue también ese tribunal marplatense el que condenó a ocho años de prisión y multa de ciento treinta y cinco mil pesos a Matías Farías, 23 años, y Juan Pablo Offidani, 41 años, por el delito de “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravado por ser en perjuicio de menores de edad y en inmediaciones de un establecimiento educativo”; el que absolvió de la acusación de encubrimiento agravado a Maciel, 61 años, quien murió luego por un cáncer de pulmón; y fue ese tribunal el que no condenó a ninguno de los tres ni por el femicidio ni por el abuso sexual de una niña de 16 años. Esa sentencia de la impunidad fue anulada el 12 de agosto del 2020 por los jueces Carlos Natiello, Mario Eduardo Kohan y Fernando Luis María Mancini de la Sala IV de la Cámara de Casación de la Provincia de Buenos Aires, en un fallo ejemplar. Pero el pedido de destitución es otro reclamo que la familia sostiene incansablemente desde antes y que en 2019 fue promovido por las entonces diputadas nacionales Victoria Donda, Lucila De Ponti, Araceli Ferreyra, Gabriela Cerruti y Romina del Pla, y el diputado Facundo Moyano. Recién ayer, dos años después, se supo la respuesta. Aquel día de la presentación, en una de las salas del Congreso de la Nación, la Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas, apoyó el reclamo que hoy es realidad con estas palabras: “La costumbre que tienen los jueces de culpar a la víctima es lo que tenemos que combatir. La lucha tiene que ser fuerte y permanente. Nos tenemos que dedicar a cada caso. No tiene que quedar nadie impune. Hay que hacerles entender que esa inhumanidad no se puede permitir”. Y no se permitió. La Comisión Bicameral había sido constituida en febrero pasado y está integrada por doce legisladores, cinco senadores y siete diputados. En la resolución que se conoció ayer fueron contundentes al analizar el accionar de los jueces de primera instancia. Para hacerlo retomaron los hechos, el proceso judicial y la anulación del mismo por parte del Tribunal de Casación. Luego de un minucioso análisis y hacia el final de su escrito, concluyen: – “Considerar a la niña como no vulnerable frente a la situación juzgada bajo un grave error en la percepción de los hechos y la estigmatización operada sobre la víctima, nos conducen inevitablemente a concluir que los jueces denunciados no reúnen las condiciones que la constitución y las leyes determinan para proseguir en el cargo para el que prestaran juramento de desempeñar fielmente, habiendo por el modo de proceder frente a este caso puntual de una manera inidónea y arbitraria, perjudicando la fe del sistema jurisdiccional, desprestigiando la administración de justicia”. – “Se considera que han incumplido los deberes a su cargo, que consiste en juzgar las cuestiones sometidas a su competencia de manera imparcial, con respeto a los derechos de la víctimas, que se han visto avasallados sin considerar que la misma era una menor, en un estado de vulnerabilidad, apontocando su pronunciamiento sobre la base de prejuicios androcéntricos, estereotipados en perjuicio de una menor de edad, desconociendo la aplicación obligada de la cuestión de género y no discriminación, junto a las demás cuestiones contenidas en la normativa nacional e internacional”. – “Con su proceder los jueces Juan Facundo Gómez Urso y Pablo Viñas, incurrieron acciones en cuanto a las consecuencias de su decisión y mediando la omisión concreta de sus obligaciones legales, una clara defección de la buena conducta que exige la Constitución para el desempeño de la magistratura, por lo que deben ser destituidos”. – “Sobre estos magistrados, hoy acusados, descansan en sus manos los bienes, la hacienda y la libertad de las personas que habitan el suelo de la Provincia de Buenos Aires, que en casos como el que nos ocupa han burlado el mandato por el cual fueron ungidos para administrar justica, produciendo con sus desviadas conductas procesales y legales, han burlado la confianza pública y la fe en las Instituciones del Estado, que se vieron degradadas por sus acciones, desprestigiando el sistema de justicia”. – “Puede afirmarse que la mala conducta de los magistrados en el caso que nos ocupa, traducida en hechos, actos u omisiones contrarias a la obligación de obrar dentro del ejercicio de sus funciones configura mal desempeño, tal como se ha verificado, motivadamente, con las exigencias que caracterizan a esta etapa procesal”. Marta comparte esta resolución por Whatsapp, la difunde, saca fotos a la muestra, las manda, graba un video contando los días que se llevan sin justicia, se pone a hablar con las jóvenes que salen del cuarto: no para. Está desbordada de emociones – entre las que hoy por suerte se cuenta la felicidad- y ya piensa junto a Guillermo y la Campaña Nacional Somos Lucía los próximos pasos para que este jury deje afuera del sistema a los jueces misóginos pero también se feche un nuevo juicio que se juzgue a los culpables del femicidio de su hija. Hasta que eso suceda es al menos inocente creer que esta familia va a parar, como no paró ni un segundo desde hace casi 5 años. La lección que dibujan Marta, Guillermo, Lucía, Matías y todes quienes les acompañan es entonces mucho más que el estudio de un caso, el seguimiento de una experiencia o una anécdota familiar: es la forma efectiva en la que al menos por el día de ayer los familiares de víctimas tuvieron una noticia que festejar, porque comprobaron que luchar sirve, que si no hacen cada una de las marchas, sentadas, acciones, reuniones, pedidos, cartas y todos los etcéteras imaginables los jueces no enfrentan un juicio político y la posibilidad anular un proceso y recomenzar otro no sería ahora un antecedente real y concreto para todas las víctimas. Desde la muestra en La Plata, Marta dibuja su propia parábola sobre qué significa este fallo para las mujeres víctimas de femicidios, sus familiares, sus injusticias y, sobre todo, para lo que viene: “Estoy absolutamente convencida que fue las luchas en las calles, el salir, no importa si hace frío, calor, llueve, truene, seamos diez veinte, no importa la cantidad sino la calidad de personas, y el compromiso que tenemos cada una. Eso es lo importante. Está lucha que hemos llevado desde hace cerca de los cinco años, del día que hemos perdido a Lucia, no la hemos parado nunca. Siempre hemos estado. Es fundamental que sigamos por este camino de lucha, y de tener una convicción de lo que queremos hacer y de hacía donde vamos. En este tipo de lucha hay momentos que creés que no va a ser posible y sin embargo con la paciencia, con la paz, con la convicción, todo termina dando frutos”. La muestra El cuarto de Lucía podrá visitarse hasta el 26 de abril, de 17 a 21 horas, en el Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti, en La Plata (Av. 51 N° 525 entre 5 y 6). Más info:El fin de una costumbre
Lo que dice la Comisión Bicameral
Luchar sirve
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Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.
Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío Santillán.

Maximiliano Kosteki
Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.
El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.
Siguen faltando los responsables políticos.
Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.
Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
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