Sigamos en contacto

Nota

La Casona rechaza el desalojo con dos palabras: «Queremos trabajar»

Los trabajadores del restaurante recuperado La Casona realizaron una “pizzeada solidaria” ante una amenaza de desalojo por la negativa de la propietaria del inmueble de seguir alquilándoles el local, que ellos pagaron siempre. Le llegaron aumentos de luz y gas de hasta el 900%, a una cooperativa que fue capaz de lo que hundió la patronal: recuperar 50 fuentes de trabajo. Un conflicto que expone cuáles son las respuestas sociales en tiempos de crisis

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Los trabajadores del restaurante recuperado La Casona realizaron una “pizzeada solidaria” ante una amenaza de desalojo por la negativa de la propietaria del inmueble de seguir alquilándoles el local, que ellos pagaron siempre. Le llegaron aumentos de luz y gas de hasta el 900%, a una cooperativa que fue capaz de lo que hundió la patronal: recuperar 50 fuentes de trabajo. Un conflicto que expone cuáles son las respuestas sociales en tiempos de crisis.

La Casona rechaza el desalojo con dos palabras: «Queremos trabajar»
Mario Romero entró a trabajar al restaurante La Casona a los 18 años, lo echaron a los 42 y hoy, a los 44, habla como presidente de la cooperativa que en 2014 recuperó 50 fuentes de trabajo.
“Toda una vida”, suspira ante el flashback que cruza delante de sus ojos.
¿Qué es lo que esa vida ve hoy?
“50 familias en riesgo de estar en la calle”, describe. Lo que Mario Romero cuenta es lo que hablan los 50 cuerpos que se mueven en este mediodía porteño, ubicado en la abarrotada intersección de Corrientes y Maipú, yendo y viniendo con cafés, pizzas, milanesas, papas fritas, gaseosas, aguas y bandejas con delicias que no paran de humear una situación caliente: la empresa Mercedes S.C.A., propietaria del inmueble, decidió no alquilarles más el local pese a que los trabajadores demostraron voluntad de pago. “Para ellos, somos okupas”, especifica Daniel Fernández, otro de los trabajadores cuya realidad pende de la decisión del juez en lo Comercial Sebastián Sánchez Cannavó. “En cualquier momento puede llegar una orden de desalojo”, dice Fernández.
Por ese motivo, los trabajadores realizaron una “pizzeada solidaria” para sacar el conflicto a la calle. La respuesta se mide en muzzarellas: “Sacamos más de 150 pizzas de forma gratuita”, dice el pizzero. Allí comieron vecinos, comerciantes, simples caminantes y también legisladores porteños que se hicieron eco del conflicto y hace poco más de un mes declararon en la Legislatura la “preocupación por la continuidad laboral de los trabajadores de La Casona”.
Fernández y Romero resumen el país en las dos palabras que sintetizan este conflicto:
-Queremos trabajar.

Lo lógico de lo ilógico

Daniel Fernández cuenta que lo primero que hace al despertarse es llamar a los compañeros que se quedaron de guardia durante la noche en el restaurante para preguntar si todo está bien. “Así uno, por lo menos, empieza el día más tranquilo”, dice a lavaca.org. “Estamos aguantando”.
La cosa venía bien. Los trabajadores recuperaron el local en junio de 2014 después de despidos, meses sin cobrar salarios, aguinaldos inexistentes y ninguneos de la empresa New North SA, que castigaba a sus empleados ordenándoles que se pararan al lado de la escalera, sin hacer otra cosa que soportar la humillación diaria. Los obreros se cansaron, tomaron el lugar y formaron una cooperativa.
“No teníamos problemas”, explica Fernández. “Vino el administrador de la empresa dueña de la propiedad, que nos dijo que si hacíamos buena letra nos renovaba el contrato. Vencía en diciembre de 2014. Pagábamos 160 mil pesos por mes y cumplimos hasta el último día, siempre con la promesa de que nos iba a renovar. Pero cuando llegó diciembre nos empezó a tratar como okupas. Y nunca pudimos hablar con el dueño real, sino siempre con el administrador”.
Mario Romero: “Nos cobraron durante 7 meses un alquiler prometiéndonos una renovación. ¿Por qué aceptaron esa plata si querían que nos fuéramos? Cuando se cortó el diálogo empezaron las denuncias de desalojo. Hoy el único diálogo que tenemos es con el abogado de ellos, que constantemente nos dice que nos vayamos, sin otra alternativa. Lo único que pedimos es que nos den la oportunidad. Nosotros tenemos voluntad de pago”.
Fernández: “Hasta hicimos algo ilógico: les dijimos a ellos que pongan el número que quisieran. Nosotros podemos pagar. Pero no tienen voluntad de sentarse a dialogar”.

Cobrar en negro

Ataliva Dinani es el abogado de los trabajadores de La Casona. Explica el conflicto en esta charla con lavaca.
-¿Cuál es la situación legal hoy?
-Al sexto mes de cooperativa, la propietaria Mercedes S.C.A, que cambió hoy su razón social a Corrientes 680 SA, con el paquete mayoritario en manos de Fabio Fernández, quiso cobrar el alquiler en negro. Los trabajadores dijeron que no porque quieren tener, lógicamente, todo en regla. Al tiempo se enteran que tenían iniciado un desalojo en sede civil, no comercial, aun cuando los propietarios venían cobrando puntualmente del 1 al 5 de cada mes los alquileres. Prueba de ellos son las facturas que están asentadas en sede civil, donde se desactivó el primer desalojo, y ahora también en sede comercial. Son facturas a nombre de Mercedes S.C.A. por el canon locativo más el ABL y otros cargos de servicio. Lo que le pedimos tanto al juez como al propietario fue un contrato de alquiler. El Código Civil establece que cuando hay un contrato de locación, el juez debe establecer plazo mínimo. Si se aplica el Código viejo es de 3 años. Si se aplica el nuevo son dos años. Los trabajadores no quieren ningún regalo. No cuestionan la propiedad del inmueble. Ellos quieren pagar. Pero de absoluta mala fe iniciaron un desalojo sin fundamento legal ni en la realidad.

Autogestión vs cuevas financieras

El abogado Dinani trata de descifrar la actitud empresaria.
-¿A qué se debe el comportamiento de la empresa?
-Mercedes S.C.A dice que, en principio, había una continuidad entre New North SA y los trabajadores hoy en cooperativa. Es una total mentira. Los trabajadores lamentablemente fueron defraudados por la empresa y decidieron el camino de la autosugestión. El otro argumento que nos dicen es que la cooperativa no puede pagar el alquiler. Nosotros expusimos nuestra realidad económica ante el juzgado: la cooperativa no solo es viable sino que en ningún momento se cuestionó la propiedad del inmueble, siempre se quiso negociar un contrato e incluso se llegó a ofertar que establezcan ellos el número. Tampoco han tenido voluntad de diálogo. Dentro del terreno de la especulación, lo que está en la cabeza de los propietarios es más que nada un prejuicio al trabajador autogestionado y a su capacidad económica. Si uno ve lo que ha sucedido con el sector gastronómico con otras empresas recuperadas, no solo han demostrado que son viables económicamente, sino que dentro del rubro son los únicos que cobran los sueldos de convenio. No tienen trabajadores en negro. Y esto lo posibilita únicamente la vitalidad que tiene este proyecto. Entiendo que es un prejuicio absurdo respecto a los trabajadores cooperativistas.
-¿Quiénes son los propietarios?
-Lo que hicimos, en base a la documentación presentada por ellos mismos en el expediente comercial, fue buscarlos en Internet y páginas de la AFIP. Vimos es que quien venía de cobrar estos cinco meses, Adrián Nilsen, era el síndico suplente de Mercedes S.C.A, lo cual queda probado la vinculación entre el cobrador de los alquileres y el propietario. Luego, si bien cambiaron de nombre durante los inicios de desalojo manteniendo el objeto con el mismo paquete accionario, el socio mayoritario es Fabio Daniel Fernández, y comprobamos que en los domicilios fiscales de estas personas también coinciden con domicilios fiscales de cooperativas de crédito o lo popularmente conocido como cuevas financieras. Desconocemos si hay un particular interés de esa índole en no renovarles el alquiler. Eso lo hemos denunciado en la sindicatura d la quiebra para que se lo haga saber al juez. Y también lo denunciaremos en persona.

Luz y gas: entre 500% y 900% más

A las amenazas de desalojo se suma que La Casona no tiene contrato de locación. “El Gobierno de la Ciudad nos está matando con infracciones, multas de 40 mil pesos, clausuras, contravenciones”, describe Fernández. “Tenemos todo en regla, pero nos falta el contrato”. No es lo único que sufren. “Las tarifas están complicadísimas: de 8 mil pesos de luz pasamos a pagar 42 mil. Así, de un mes para el otro”. Es cinco veces más. ¿Y el gas? “De 1200 pesos nos pasaron a 10 mil”.
Así y todo, con la situación del país pisándoles los talones, los trabajadores cuentan que la cooperativa es sustentable. “Podemos y queremos pagar el alquiler”, afirma Romero. “Y además podemos meter a 5 o 10 compañeros más. Tenemos un proyecto a futuro: todavía no cumplimos dos años y ya pudimos invertir en otro lado para poder abrir otro local. El único objetivo es que la cooperativa crezca”. Eso reveló la pizzeada solidaria: La Casona es una realidad autogestiva.
“Cambiamos muchos en estos dos años de trabajar sin patrón”, sostiene Fernández. “Te pongo un ejemplo: tenemos un socio de la cooperativa, un compañero, que cuando recuperamos pidió si podía ir al médico. ¿Sabés por qué no iba? Porque tenía miedo que la empresa lo echara. Se fue a hacer los estudios y tenía cáncer. Lo operaron. Y hace dos años que le pagamos lo que le corresponde. La cooperativa nunca dejó que se fuera”.
Romero: “En estos dos años nos levantamos y nos dan ganas de venir a trabajar. Y eso le pasa a todos los compañeros. Saben que la plata queda acá y la distribuimos entre todos”.
Eso es lo que ve la vida de Daniel Romero y la de sus otros 49 compañeros. Y sintetizan:
-Queremos trabajar.

Fotos: Néstor Saracho/lavaca

Nota

De la idea al audio: taller de creación de podcast 

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Todos los jueves de agosto, presencial o virtual. Más info e inscripción en [email protected]

Taller: ¡Autogestioná tu Podcast!

De la idea al audio: taller de creación de podcast 

Aprendé a crear y producir tu podcast desde cero, con herramientas concretas para llevar adelante tu proyecto de manera independiente.

¿Cómo hacer sonar una idea? Desde el concepto al formato, desde la idea al sonido. Vamos a recorrer todo el proceso: planificación, producción, grabación, edición, distribución y promoción.

Vas a poder evaluar el potencial de tu proyecto, desarrollar tu historia o propuesta, pensar el orden narrativo, trabajar la realización sonora y la gestión de contenidos en plataformas. Te compartiremos recursos y claves para que puedas diseñar tu propio podcast.

¿A quién está dirigido?

A personas que comunican, enseñan o impulsan proyectos desde el formato podcast. Tanto para quienes quieren empezar como para quienes buscan profesionalizar su práctica.

Contenidos:

  • El lenguaje sonoro, sus recursos narrativos y el universo del podcast. De la idea a la forma: cómo pensar contenido y formato en conjunto. Etapas y roles en la producción.
  • Producción periodística, guionado y realización sonora. Estrategias de publicación y difusión.
  • Herramientas prácticas para la creación radiofónica y sonora.

Modalidad: presencial y online por Zoom
Duración: 4 encuentros de 3 horas cada uno
No se requiere experiencia previa.

Docente:

Mariano Randazzo, comunicador y realizador sonoro con más de 30 años de experiencia en radio. Trabaja en medios comunitarios, públicos y privados. Participó en más de 20 proyectos de podcast, ocupando distintos roles de producción. También es docente y capacitador.

Seguir leyendo

Nota

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.

Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Darío Santillán.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Maximiliano Kosteki

Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.

El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.

Siguen faltando los responsables políticos.

Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.   

Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.

Seguir leyendo

Nota

83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

Publicada

el

Pablo Grillo
Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

Seguir leyendo

Lo más leido

Anticopyright lavaca. Todas nuestras notas pueden ser reproducidas libremente. Agradecemos la mención de la fuente.