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Retrato de una época

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Eduardo Vasco Murúa. Presidente del Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas, su currículum incluye 31 causas judiciales, varias detenciones y un amigo: el Papa. ▶ SERGIO CIANCAGLINI

Retrato de una épocaAntes de cumplir los 30 años Eduardo Murúa, el Vasco, ya era totalmente canoso. A los 55, este taurino sigue empecinado en darle sentido al zodíaco arremetiendo de cabeza en distintas situaciones. Así logró que le abran 31 causas por usurpación, que le acondicionen las canas con cachiporras y culatas en incontables rounds, y que se lo pueda considerar un virtuoso en el arte de ir preso.

Ejemplos:

Murúa fue golpeado y detenido en junio al ocupar Industrias RB de Martínez con los trabajadores para hacer cumplir la Ley de Expropiación de esa fábrica de la que los desalojaron tras 16 años de trabajo.

El 24 de marzo se había presentado en el portón del Parque de la Memoria con 22 integrantes del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER), para impedir que entrase allí Barak Obama, ganándose un hospedaje en la Comisaría 51° junto a su compañero Emilio Carrasco.

En abril hubo amenaza de detención no concretada cuando se instaló en el Ministerio de Energía reclamando contra los tarifazos cometidos por el ministro Juan José Aranguren.

Una a favor: su charla de 100 minutos en Santa Marta, Vaticano, con el Papa Francisco. Ocurrió el 23 de febrero, cuatro días antes de la audiencia de 22 minutos del Papa con el presidente Macri. Murúa cuenta que Francisco le dijo: “Nunca vi tanto gorila junto en un gobierno”.

Estas andanzas suelen tener una causa: el trabajo. Mientras una parte de la curiosa etnia local sostiene que el problema es que los argentinos no quieren trabajar, Murúa es uno de los tantos ejemplos de lo contrario.

De Lorenzo a las velas

La oficina del Vasco Murúa en IMPA tiene un cartel fileteado de Juan Domingo Perón, una foto de Eva y otra foto de ambos. Hay mate, cigarrillos, y trabajadores que pasan saludando. A los 12 años (1973) Murúa entró en la Unión de Estudiantes Secundarios. Su padre era peronista y funcionario en Lanús. El golpe del 76 y una visita fallida de los grupos de tareas hicieron que papá Eduardo mudase la familia a Chivilcoy, donde correteó veladores de cerámica.

Vuelta la democracia, el joven Murúa se incorporó a Intransigencia y Movilización, trabajó en una metalúrgica porteña, y se afilió a la UOM, oponiéndose a la conducción de Lorenzo Miguel. Conoció a Francisco Gutiérrez, el Barba, quien le presentó a Guillermo Robledo. Menemismo en los 90, ola de despidos: “La desesperación hacía que los compañeros aceptaran cualquier arreglo o indemnización. Había que buscar otro modo de lucha. Por una experiencia en Quilmes pensamos lo de la cooperativa,  ocupando la fábrica para hacerla producir”.

En 1998 Industrias Metalúrgicas y Plásticas Argentinas (IMPA) era una cooperativa más de forma que de fondo, regenteada por un Consejo que funcionaba como tantas patronales de la época: directivos ricos de empresas vaciadas y fundidas. Murúa colaboró con los trabajadores, ocuparon IMPA, desplazaron a la directiva, y como les habían cortado hasta la luz, votaron la incoroporación del hombre canoso a la cooperativa iluminados por las velas.

Empezaron de nuevo. Recuperaron la relación con proveedores y clientes que confiaron en ellos porque los conocían. A parir de 2000 IMPA fue un espaldarazo para empresas recuperadas por flamantes cooperativas sin patrón, a las que aportó recursos concretos en medio de la mayor crisis de la biografía argentina. “Nos atacaba la izquierda diciendo que éramos patrones, los sindicalistas, la derecha, los progres, los medios. Pero había que seguir”.

Murúa incrementó su estadística de usurpaciones al colaborar con la recuperación de otras empresas, con un saldo: “Hasta ahora no perdimos ni un conflicto”.

El lema del movimiento fue Ocupar, Resistir y Producir. Se aclara a los funcionarios culturales que la frase no pertenece a Jorge Luis Borges.

Ocupando la Rosada

En casos como Crometal (Berazategui) los trabajadores echaron a la policía, fueron a su vez desalojados, y volvieron a ocupar la fábrica hasta que la expropiación fue celebrada en fiesta pública. “En uno de esos choques me metieron un balazo que me agujereó la campera”. En la clínica IMECC de Almagro, las fuerzas del orden arrojaron a Murúa y sus compañeros por una ventana. “Suerte que era en planta baja. Al rato llegó el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde como depositario judicial del edificio, y ganamos”.

Hubo también ocupaciones de despachos, como el de la Comisión de Desarrollo Económico de la Legislatura, que facilitó la expropiación de Gráfica Patricios, o del juzgado de Juan Gutiérrez Cabello por Textiles Pigüé. “El juez era divino. En un momento saqué la llave de la puerta y me dice: ‘¿Los muchachos que están afuera me están puteando? ¿Y usted me está tomando el despacho?’. Pero teníamos razón, él lo sabía, y por eso la planta quedó para los trabajadores”. 

El movimiento tuvo un encuentro en octubre de 2004 con Néstor Kirchner. “Llevé una carpeta explicando que crear un puesto de trabajo costaba un millón de pesos en ese momento. Pero con solamente cien mil por trabajador, se podían recuperar las fábricas cerradas. Proponíamos un fondo de reconversión tecnológica como préstamo para nuevas maquinarias, y una ley para las expropiaciones definitivas. Kirchner nos dijo: ‘La plata está, y lo de la ley arreglalo con Alberto Fernández’. Planteamos que estábamos contra el pago de la deuda, y que hubiera 2.500 procesados por reclamos sociales. Patricio Griffin, del INAES, dijo que no era tema del Presidente sino de la justicia”.

Marzo de 2005: todo seguía en la nada. Murúa fue a una reunión con Oscar Parrilli, secretario general de Presidencia, quien lo hizo atender por Juan Bontempo. Afuera, los trabajadores de IMPA y el MNER arrojaban papeles de aluminio en un acto objetivamente brillante. Como no había respuesta Murúa dijo: “Avisale a Parrilli que me quedo aquí, en su despacho, hasta que salga alguna solución, que es lo que discutimos en asamblea”. Estaba con Robledo y el entonces abogado del MNER y legislador kirchnerista, Diego Kravetz: “Ese directamente se escapó”. A las dos de la madrugada, con promesa de futura reunión, Murúa y Robledo salieron de la Rosada y la relación con el oficialismo caducó. Kravetz mantuvo la coherencia fonética: de Néstor (Kirchner) con los años pasó a Néstor (Grindetti), intendente de Lanús investigado por los Panamá Papers. Es hoy su secretario de Seguridad, nada menos.

Vuelve Murúa al tema K: “El gobierno anterior apostó a intervenir, dividir y debilitar a los movimientos sociales. Usaron los derechos humanos, pero la única forma de asumir los 70 es romper con el plan impuesto por la dictadura, que es la planificación de la miseria para convertirnos en una sociedad con riqueza concentrada, saqueo de los recursos, fuga de capitales, injusticias. Acá no hay pobres, hay robados: millones a los que les roban la parte de la torta que les corresponde. Eso no cambió, y era el compromiso de los 70, no los discursos sobre derechos humanos. Quieren que los pueblos sean mendigos, que les pidas y te den, no que los cuestiones. No les importaba la crítica de derecha ni izquierda, sino la del movimiento social. Te decían: ‘Pero las condiciones, el momento, no se puede’. Má sí: si no se podía te hubieras ido”. Por ideas como esa es que muchos kirchneristas no lo saludarán en el próximo Día del Amigo.

Más palos: “Los que aceptaron en la etapa anterior los armados desde el Estado para dividirnos han cometido un error histórico y lamentable. La Ley de Expropiación la mataron por una modificacioncita de la Ley de Quiebras que no le sirve a nadie. El fondo para capital de trabajo se regaló a cambio de subsidios ínfimos, y el fondo de reconversión tecnológica lo dejaron morir. Tiraron todo para atrás haciendo cosas que solo le sirven al Estado para frenar nuestras luchas”. Un concepto: “Fue un plan para desmovilizar lo social. Para mí el único lugar que tenemos es la calle. Atrapados en la lógica institucional, no tenemos destino”.

Cuestión de fe

El papa Francisco recibió a Murúa y a Guillermo Robledo a quienes conoce desde 2002. Guillermo es fundador del Movimiento Helder Cámara por la paz entre las religiones y los pueblos.   “El Papa nos preguntó sobre las elecciones y Cristina: ‘¿Qué quiso hacer esta señora?’. Dijimos que el pueblo trató de frenar la cosa después de la primera vuelta, pero el propio gobierno parecía que jugaba a perder, o a que Scioli ganara por poco para controlarlo. Así les fue. Apoyamos a Scioli, que incluso vino a IMPA para anunciar la creación de un Ministerio de la Economía Popular. Era el mal menor. Le contamos también a Francisco la situación actual del país. ‘¿Qué me viene a pedir este señor?’, dijo por Macri. Comenté que la política es endeudarnos. ‘Por buen puerto viene’, contestó. Y dijo: ‘Ustedes son jóvenes, pero yo viví el 55 y tengo el presentimiento de que hay un clima similar, de revancha contra los pobres y los humildes’. Y mencionó algo más, que nunca conté: ‘Nunca vi tanto gorila junto en un gobierno’. No hablaba enojado, sino preocupado y triste”.

Sobre las cúpulas sindicales: “Francisco dijo: ‘Olvidate, solo se puede confiar en los movimientos sociales’. Yo contesté: ‘Ojo, porque en el entramado con el Estado pueden convertirse en algo meramente reivindicativo’”.

Murúa no cree en Dios. “Pero nos llevamos bien con Francisco”. Le regaló un frasco de dulce La Salamandra, joya recuperada por sus trabajadores para evitar el vaciamiento a manos de Cristóbal López. El Papa bendijo rosarios, camisetas del MNER y el cuaderno enviado por la contadora Julia Taborda con la contabilidad de IMPA.

“Cuando volvimos pasó lo de Obama que nos parecía, como trabajadores, una afrenta al pueblo argentino. Cuando los de la Embajada y la seguridad gringa, muy educadamente, dijeron que nos teníamos que ir de la entrada al Parque de la Memoria, les respondí: ‘Los que se tendrían que ir son ustedes’. Pero esa vez en la comisaría nos trataron bien”.

Cálculo: “Cuando tomamos el Ministerio de Energía explicamos que al trabajador formal le dan aumento de salario menor a la inflación, pero al autogestionado directamente le quitan el dinero del bolsillo, con la recesión y los tarifazos. No podemos trasladar los aumentos a precios, como hacen los monopolios. Nos rompen cualquier plan de negocios, y nos convierten en muertos sociales”.

Panorama: “¿Por qué nadie plantea hacer un bloque con los 3 millones de trabajadores de la economía popular, 4 millones de las pymes y 4 millones del Estado, o sea 11 millones que son la demanda agregada de los 500.000 trabajadores de las mutinacionales? Somos los que pagamos para que las corporaciones concentren cada vez más riqueza que creamos nosotros, y nos roban”.   

Murúa cree que estos tiempos son violentos. “Una jueza declaró abstracta la ley de expropiación de RB. Eso es violento. Y encima reprimen al que reclama. Habrá que seguir. No solo movilizarse, sino quedarse en las oficinas, ministerios, donde sea, a lo Gandhi, pacíficamente, hasta que te resuelvan las cosas. De última, que nos metan a todos presos. Pero por favor: que alguien nos explique por qué”, dice este señor mientras bajo sus canas sigue bullendo un proyecto insólito: que el trabajo digno sea posible.

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Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

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Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

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También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro
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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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