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Bot & Voto: Big data y política
¿La Big Data alcanza para ganar una elección? Un documental y un libro analizan el uso de las estrategias electorales, de uso de datos y manipulación. Diferentes miradas, del caso de Cambridge (Trump y Macri) a la paliza en las PASO, camino a octubre. FRANCO CIANCAGLINI
Se le atribuye al candidato a vicepresidente Miguel Ángel Pichetto haber dicho que el comando de campaña del PRO se parece a la NASA. La imagen va en línea con un mito autogenerado por Durán Barba sobre el uso novedoso de la tecnología que aplica Cambiemos en las estrategias electorales, no tan bien respaldado en las últimas PASO. Se habla de big data, de granja de trolls, de bots, de targeting, de microtargeting, de fake news. Pero, ¿cómo funciona, supuestamente, esa máquina?
En el reciente documental Nada es privado (The Big Cheat) Netflix muestra cómo actuó la polémica empresa Cambridge Analytica en distintos procesos electorales. Los más abordados son los que llevaron a la victoria de Trump y la campaña promotora del Brexit en el Reino Dividido, pero al minuto 40:22, entre los logros de la empresa británica, figura una placa que dice “Argentina – 2015” junto a la imagen de un Macri sonriente acompañado por Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli.
La vinculación de Cambridge Analytica a la campaña 2015 de Cambiemos ya había sido adelantada por el informe del canal británico Channel 4, que reveló en marzo de 2018 lo que se consideró un escándalo a nivel político, electoral y democrático: cómo, supuestamente, los candidatos de Cambridge aplicaron métodos para manipular a los votantes. Aquí hay dos cuestiones: una de corte ético, si se quiere, sobre si está bien o mal manipular a personas que debieran elegir libremente (¿no fue, acaso, siempre así?); otra más concreta apunta a investigar si se valieron de manera ilegal de datos de los usuarios tecnológicos. Ese informe de Channel 4 (que puede verse en YouTube como Cambridge Analytica Uncovered: Secret filming reveals election tricks) comienza con una mujer que luce una remera de Argentina festejando la victoria de la fórmula Macri-Michetti en diciembre de 2015.
En mayo de 2018, la Agencia de Acceso a la Información Pública de Argentina respondió a MU lo siguiente: “Desde la Agencia de Acceso a la Información Pública iniciamos una investigación de oficio contra Facebook para determinar si violó la Ley de Protección de Datos Personales de nuestro país a raíz del caso Cambridge Analytica. Es un proceso que llevará su tiempo y todavía sería imprudente adelantar cualquier conclusión al respecto”.
Consultada nuevamente para esta nota, la Agencia se limitó a responder que la investigación continúa abierta (después de más de un año) y que, a las puertas de otra elección, “no hay más comentarios para hacer por el momento”.
TÉRMINOS Y CONDICIONES
El denominado Project Alamo fue el monstruo que creó Cambridge como estrategia para buscar la victoria de Trump en las elecciones de 2016 en Estados Unidos frente a Hillary Clinton. Ya la campaña de Obama en 2012 había innovado en el uso de redes sociales, pero fue el crecimiento de un senador con aspiraciones presidenciales, Ted Cruz, lo que llamó la atención del magnate rubio. El CEO de Cambridge Analytica, Alexader Nix, se adjudicó esa campaña de Cruz –aunque finalmente no ganó- y Trump terminó por contratarlo.
La estrategia de Cambridge se centró sobre todo en Facebook (invirtió 1 millón de dólares por día) donde, a través de una encuesta falsa, logró obtener perfiles psicológicos de 50 millones de ciudadanos. Gustos, conductas, intereses, todo formaba parte de un gran volumen de datos que, teóricamente, les permitía arribar a cierta previsibilidad en el comportamiento de los votantes. Según el documental, esos datos colectados para campaña de Ted Cruz se pusieron al servicio de Trump.
Lo siguiente fue que un grupo de “creativos” generara mensajes pensados según esos perfiles influenciables, ya sea en forma de videos, memes, banners, blogs, noticias verdaderas o falsas. Un ejemplo: bombardearon las redes con distintas piezas comunicacionales que caracterizaban a Hillary Clinton como corrupta. ¿El límite?: “Hasta que vieran al mundo como nosotros queríamos, hasta que votaran a nuestro candidato”, revela uno de los cerebros de Project Alamo.
Otra de las claves es que no todo votante fue blanco por igual: los recursos se destinaron a quienes podían cambiar su voto o que aún no lo tenían definido. Los “persuadibles” –como los llamaba Cambridge- conformaban un porcentaje más bien bajo de la población.
Dividieron entonces Estados como Michighan, Pensilvania o Florida en distritos más pequeños. Y cruzaron los perfiles de esas localidades para ver qué cantidad de “persuadibles” había en cada lugar. Si llegaban a la conclusión de que había, por ejemplo, 22 mil persuadibles y era suficiente, trabajaban ahí.
El documental desliza que Cambridge se valió de datos de manera ilegal, es decir, sin que los usuarios dieran su consentimiento. Actualización de estados, likes y hasta mensajes privados habrían servido para engordar esos perfiles nacidos con la falsa encuesta. Brittiny Kaiser, excéntrica ex directora de Negocios de Cambridbge, dice en el film tener pruebas de que en la elección del Brexit y la de Trump pudieron haberse valido de recursos ilegales. Confiesa que el relato que desnuda a Cambridge aún es fragmentado pero que pronto se espera sea “perfecto”.
Extrañas coincidencias
La teoría de Cambridge y la del PRO coinciden en el siguiente planteo: un mensaje efectivo dirigido a la persona correcta puede hacer convertir un voto indeciso en un voto propio. Y eso surge no de la Big Data sino del clásico análisis electoral: la mayoría de los analistas coincide en que 1 de cada 5 argentinos decide su voto en la última semana de campaña. “La consultoría política pretende que en un día determinado la gente vote como tú pretendes”, plantea Jaime Durán Barba en el documental ¿Qué democracia? de Artó Cine. “Una buena estrategia es un plan general de la campaña que analiza todo lo que se hace basado estrictamente en investigaciones”, revela. Y da un ejemplo sencillo: “Había gente que decía que (Macri) privatizaría la salud y la educación. ¿Qué carteles pusimos? Más educación gratuita, más salud gratuita. Carteles más bobos que esos desde la publicidad, imposible”.
En sintonía con la campaña de Trump, entre las PASO y octubre de 2015 el PRO centró su estrategia sobre pocos distritos: Córdoba, Buenos Aires y Capital Federal. No más. Y aterrizó allí con mensajes teledirigidos a votantes que pedían cloacas, el fin de la corrupción o más seguridad, dependiendo el perfil influenciable en cada caso.
La ex CEO Kaiser también confiesa que “en todas las campañas de Cambridge Analytica para los países en desarrollo se recurrió a la práctica de algún truco o nueva tecnología: cómo convencer a la gente, cómo evitar la participación o cómo aumentarla”. Y eso también ocurrió en 2015 en Argentina: en octubre Cambiemos sumó un millón de votos de electores que no habían ido a las internas, lo cual contribuyó a revertir el resultado.
No hay dos consultores políticos que repitan explicaciones sobre por qué ocurren estos fenómenos que parecen ser multicausales. Y mientras Cambiemos alimenta el mito digital, se sabe que un mago no revela sus trucos. Si bien ahora la estrategia en las PASO parece haber fallado –con bots disléxicos como el principal bochorno- lo cierto es que en 2015 la fórmula Macri-Michetti se subió a la presidencia por apenas 600.000 votos. Al otro día, Macri fue decorado por los medios como “el primer Presidente de Facebook”.
La red y la trama
¿De qué sirve pensar la elección de 2015 hoy? Para el especialista Luciano Gallup el uso de la llamada Big Data es tan sólo una arista más de un proceso electoral mucho más complejo. El resultado de las PASO parece darle la razón. A diferencia del documental de Netflix, su primer libro Big data y política, de los relatos a los datos intenta no caer en teorías conspirativas ni paranoicas. Y aunque también da indicios de cómo funciona la cocina de las redes, logra su objetivo de permanecer en el análisis y no en el discurso.
Según Gallup, Cambiemos primereó en 2015 al darle una lugar central a la estrategia digital de la campaña. “Entendieron que podían resolver vía redes algunos de los problemas que tenían en los territorios”, explica. “De 2008 a 2015 hay un montón de años en los cuales lo digital crece no solo en términos electorales sino en términos de movimientos sociales: la primavera árabe, Ocuppy Wall Street, el 15, el Ni Una Menos. Esas experiencias le muestran a la clase política que lo digital no es solo un medio de comunicación sino que tenés espacios de participación, que las personas se conectan para sumarse a causas que les interesan”.
A partir del 2017 Gallup calcula que lo digital entra en todos los partidos políticos argentinos, en mayor o menor medida. Y que cada año que pasa el grado de importancia de la estrategia digital es mayor: “Fundamentalmente por un dato: en la elección de 2015 Argentina no tenía un desarrollo de banda ancha móvil como ahora. Aumentó la conectividad. Esto genera que haya más consumo digital en móvil: más videos, más formatos. Es medio obvio que tiene un peso significativo, lo que no quiere decir que haya desplazado a otras cosas. Las redes amplían la esfera pública pero no reemplazan ni los territorios físicos ni a otros medios como la prensa o la publicidad clásica”.
Primera posible lección de la derrota del gobierno: las redes suman, pero no reemplazan. Y si se usan mal (como los bots de Twitter), restan.
Sin identidad
En la campaña para las PASO tanto el PRO como el Frente de Todos sofisticaron sus equipos digitales.
Por su parte, la oposición se aggiornó aunque según Gallup tiene menos recursos que el PRO: “Lo digital requiere mucho tiempo y en eso los oficialismos van con ventaja porque tienen más recursos y pueden planificar mejor: ya saben quiénes son sus candidatos, etc. Dentro de la urgencia y la desprolijidad de ser opositor, el Frente de Todos tiene una idea de qué hacer en lo digital y convoca a la participación. Hablar de otros espacios es complicado, pero por nombrarte a la campaña de Lavagna, no tienen la menor idea de cómo gestionar lo digital”.
Por otro lado Cambiemos intentó innovar en el uso del Whatsapp, invirtió mucho dinero en Youtube y en redes como Facebook, Twitter e Instagram llamó los ciudadanos a que participaran de la campaña (como lo hizo Obama en 2012): convocó a convertirse en “Defensor del Cambio” e hizo circular fotos con la imagen de Macri y un “Yo te voto”.
Para Gallup la estrategia importada no terminó de estar bien resuelta: “Es una elección en la cual la definición es a quién odiás menos y no con quien te sentís más conmovido, sobre todo del lado de Cambiemos. Cambiemos hoy está definido como ‘lo de en frente es peor’, y no como una identidad potente. Entonces quiere resolver una instancia de participación pero para participar tenés que sentirte parte de algo, y hoy sentirse parte de Cambiemos es difícil, a diferencia de 2015”.
Segunda lección: no hay participación sin identificación. Y definirte por oposición puede ser útil, pero no genera compromiso: “Decir que los de en frente son malísimos no necesariamente te alcanza para ganar una elección; y si ganás, no te genera un compromiso de tus votantes con tus proyectos. Vas a seguir teniendo problemas de legitimación de la opinión pública pase lo que pase”.
En este sentido se notó también que el PRO sólo hace un uso electoral de las redes pero no lo desarrolla durante la gestión. Gallup: “Hay muchas más ganas de ganar una elección que de ver qué se puede hacer más allá de pedir votos. Lo digital y las tecnologías de la información permitirían pensar nuevas formas de relacionarse con los ciudadanos más allá de contarles que estás haciendo: dinámicas de gestión, de toma de decisiones, de denuncia, de sentirse parte. Hoy eso no se está usando”.
Es la política
La sobreestimación del poder Big Data fue fogoneada al calor del escándalo de Cambridge y ante la propia confesión de muchos de sus creadores sobre el uso de datos privados con fines electorales y comerciales.
Su uso pareció hacerse efectivo en elecciones reñidas pero para Gallup no es la causa sino otro de los efectos de un termómetro que sigue siendo social y político. Otro ejemplo: “Bolsonaro se montó sobre un descontento e hizo circular mensajes de odio en las redes, sí. Pero, ¿cuál era la razón? Probablemente tenga que ver más con el hartazgo de la sociedad brasilera con la violencia y la pobreza que con que se los pueda manipular o no por redes sociales. El problema no es el uso o no de Big Data, sino que las sociedades son más injustas”.
El planteo de Gallup apunta a descartar la idea de que las personas son fácilmente manipulables: “Las teorías de manipulación no pueden explicar, por ejemplo, por qué el Brexit fue votado por los viejos y no por los jóvenes que son los más usuarios de redes; no logra explicar por qué en el primer trabajo de Cambridge con Ted Cruz perdieron la elección con Trump”.
Entonces, última lección: las redes son un canal más de manifestación y participación, pero no el único. “No es que tenemos mayor circulación de mensajes de odio o estamos más polarizados que durante el 55 en Argentina. El antiperonismo fue un mensaje de odio y ‘viva el cáncer’ (destinado a Eva Perón) estaba escrito en la pared como hoy estaría en las redes. Pensar que la Big Data define una elección es tranquilizador porque la conclusión sería cerrar las redes, y no es así. El problema es económico, cultural y de las democracias, no de las redes sociales”.
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.
María del Carmen Varela
Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.
Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.


La historia
A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…
Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial. Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.
A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.
Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.
El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal. Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .
De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.
El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.
En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.
La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia.
Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.
Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.
Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.
Atlas de un mundo imaginado
Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre
Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.
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