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Bolivia hoy: “Este es el momento de las mujeres”

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Bolivia hoy: “Este es el momento de las mujeres”

(lavaca en La Paz) Entrevista con la Confederación Sindical de Mujeres Interculturales de Bolivia, que reúne a distintas organizaciones de mujeres que apoyan al MAS. Denuncian amenazas y persecuciones, y aseguran sobre el gobierno de facto: “Han venido a saquear Bolivia”. En esta charla con lavaca y Yolanda Mamani (Radio Deseo/Mujeres Creando) reflexionan sobre cómo se llegó al golpe de Estado. Relatan cómo actores del gobierno del MAS han ido aislando a los movimientos sociales. Analizan la mala estrategia electoral hacia adentro del partido. Cuentan casos de machismo y arbitrariedad en las decisiones. Lo indígena como un instrumento. Y la posibilidad de plantear dentro del MAS nuevas ideas de cara a lo que se viene: “Es el momento de nosotras”.

Debajo de una whipala gigante y una foto de Evo Morales siete mujeres despliegan empanadas de queso y sirven té de manzanilla con canela. Todas son integrantes de la Confederación de Mujeres Interculturales y de la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia, más conocidas como Las Bartolinas. Pero la que hablará es Angélica Ponce, ejecutiva nacional de Mujeres Interculturales. Cuando termina de contestar preguntas, todas asentirán diciendo: “Ella ya habló todo”.

Estamos apretados en una oficina de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, a metros del Palacio Quemado y de la Asamblea Legislativa. Esta incomodidad es lo primero que las mujeres denuncian: su sede ha sido saqueada por seguidores de la Presidenta de facto Jannine Añez -posiblemente los mismos que hoy pululan por la Plaza como paramilitares- y ya no tienen las llaves ni las ganas de volver al espacio que fue suyo. “El mismo sábado 9 (previo al golpe) rompieron nuestras oficinas y nos han saqueado”, cuentan. “Se llevaron computadoras, ollas, víveres: todo”. La sede de Mujeres Interculturales en La Paz funcionaba como lugar de reunión y también como depósito de insumos que la Confederación reparte a las distintas organizaciones.

La resistencia

Angélica Ponce comenzará saludando formalmente el encuentro y subrayando la necesidad de denunciar “lo que sucede” a la prensa internacional. Al igual que otras dos mujeres, lleva una bufanda marrón con las insignias de la Federación: C.S.M.C.I.B. Está cayendo la tarde y todas tienen rostros cansados; alguna, incluso, alcanzará a cerrar los ojos durante la charla. Es que son días más que agitados: “Se han hecho marchas de las diferentes organizaciones, primero como alianza de mujeres en el departamento de La Paz, de las cuales somos parte como hermanas Bartolinas. Luego en Cochabamba, donde hubo una concentración masiva de mujeres en defensa de la democracia: más de 5 mil compañeras marchamos desde Sacaba hasta Cochabamba”.

Por movilizaciones como éstas fueron reconocidas por un plenario de organizaciones ligadas al MAS como una de las resistencias clave tras el golpe en Bolivia. Defienden la figura de Evo Morales y hablan de recuperar “el poder político para nuestra gente”. Antes de las preguntas, enseguida dicen: “Hemos ganado las elecciones generales. El tema del fraude solamente ha sido pretexto para hacer el golpe de Estado. El campo no ha sido contabilizado. Nos han excluido”. Repreguntada sobre las sospechas que despertó la demora del escrutinio, Angélica declara: “Hasta ahora no se ha comprobado fraude. Y mientras no se compruebe, sigue siendo legal la participación de todo el pueblo boliviano. Y en esas elecciones hemos ganado”.

La Confederación Sindical de Mujeres Interculturales nació formalmente el 25 de marzo de 2010 como otra de las variantes de organización de los pueblos originarios de Bolivia y, en particular, de sus mujeres. Primas hermanas de Las Bartolinas –fundada dos décadas antes en las áreas rurales de Bolivia-, en los últimos años se han distanciado; las razones formarán parte de la charla. Como mujeres campesinas, más acá de las siglas, todas aseguran haber formado parte de alguna u otra manera de la fundación del Movimiento al Socialismo en 1995. Y fueron protagonistas en distintas luchas, como en los enfrentamientos en la zona de Chapare en defensa de la coca. Angélica Ponce historiza: “Fuimos fundadoras del instrumento político, en el año 1995 nació la Federación intercultural en el trópico de Cochabamba”. Angélica pertenece precisamente a ese trópico, y cuenta que conoce a Evo desde sus tiempos de dirigente cocalero: “Hemos hechos huelgas de hambre, muchas marchas juntos”.

Los primeros días tras el golpe

Angélica revela que está amenazada. “Tengo dos hermanas que viven en Buenos Aires y ellas recibieron llamadas y mensajes después que salí en Telesur (canal tevé de alcance latinoamericano). Les dijeron: ´Que ya no incite más, está cometiendo sedición y va a ir presa´. A mi Facebook también me llegaron amenazas”.

-¿Qué dicen?

-Que los masistas siempre buscan acusar falsamente, que ya no es momento de los narcotraficantes, de los terroristas, de los vandálicos. O sea: a nosotros nos culpan de todo lo que son ellos. Y en un momento me dijeron que conocían mi casa, mis hijos, mis parientes y que debería desaparecer. Yo me callé, no hurgué mi Facebook por dos días, porque me quedé asustada pensando: ´qué voy a  hacer ahora´… Me sentía muy atormentada. Pero luego entendí que debía estar como cabeza de una organización delante de ellos luchando, porque eso es lo que he aprendido.

Poner el cuerpo, dar la cara

Angélica cuenta que ya cuando tenía 13 años fue representante de “vinculación femenina”  de la juventud de la Federación Carrasco, en el trópico de Cochabamba. “Ahí me enseñaron que un líder tiene que ir por delante de sus bases. Eso es lo que hice: dar la cara. Y empecé a llamar a los ejecutivos nacionales y les dije: nos juntaremos. Haremos fuerza por nuestros hermanos”.

-¿Cómo fue la comunicación con los funcionarios del MAS esos primeros días?

-Les mandé mensajes diciendo que tenían que hacer algo porque nosotros, como sectores sociales, estábamos siendo acribillados. Ellos también sufrieron: nuestras senadoras no podían pasar a la Asamblea Legislativa. La Plaza Murillo estaba recontra cercada, no podían pasar las hermanas diputadas; yo las llamaba diciendo “entren a sesionar, entren”. Se han quedado ahí esa noche. Han sido momentos muy duros.

-¿Qué es lo que más preocupa a las organizaciones de las primeras acciones del gobierno de facto?

-Personalmente, creo que esta gente no tiene la menor idea de irse del Palacio ahora. Hemos visto su accionar desde el momento que ha entrado la ex senadora Añez: ha empezado a cambiar el gabinete, a poner decretos, ha levantado la culpabilidad al Ejército y ha seguido cambiado la institucionalidad.

-¿Qué lectura hacen del pacto al que llegó Añez con Eva Copa Murga como representante del MAS?

-Sinceramente, quisiera que respeten los acuerdos que han hecho. Pero dudo que lo hagan. Su intención no es solamente momentánea, no es transitoria: ellos históricamente han sido golpistas, esa familia (por la familia Camacho) es golpista. Una muestra clara para nosotros ha sido la decisión de entregar Boliviana de Aviación (la aerolínea de bandera del Estado) a manos de Amazonas (una empresa privada): eso es privatización. En catorce años de gobierno de Evo Morales se ha respetado y se ha nacionalizado las instituciones privadas que han sido tomadas anteriormente por los capitalistas. Ahora nuevamente la idea es seguir privatizando, y estamos viendo todos los días que han cambiado directores, vocales y siguen dejando una estructura por la que nos quieren gobernar a puro decreto. Las organizaciones sociales a nivel nacional ya hemos debatido, hemos sacado conclusiones… Estamos haciendo también nuestras estrategias de combate, de cómo recuperarnos. Sabemos que ellos van a manipular las elecciones y nos van a querer someter: es lo que han hecho históricamente.

Las bases y el hermano Presidente

-En estos debates al interior del movimiento y del partido, ¿qué análisis hacen de cómo se llegó al golpe de Estado?

-Entre los puntos principales está el tema del litio. Y otro, es que han infiltrado muchos actores políticos o ejecutivos dentro del entorno de nuestro Presidente. Nos han alejado, simplemente, de nuestro presidente a los sectores sociales que nosotros cuidábamos. Siempre habíamos dado recomendaciones, siempre habíamos dado el horizonte adonde debía caminar el Presidente. Pero en los últimos tiempos nos han ido alejando. No tenía tiempo para reunirse y cuando nos reuníamos, también teníamos personas infiltradas dentro de las mismas organizaciones, incluso. Nos han ido trabajando. Y nuestro error ha sido ser inclusivos, ser abiertos ante toda la sociedad: en los catorce años no hemos tenido un dirigente, un campesino que haya podido llevar una cierta parte del Poder Ejecutivo. Nunca hemos tenido. De las clases que tiene Bolivia se les ha dado la oportunidad a todas y desde ahí nos han ido haciendo daño. Nosotros, los sectores sociales, somos agradecidos por las carreteras, por todas las obras, y seguimos siendo agradecidos y vamos a valorar la gestión del Presidente. Pero tenemos ahora una visión de reestructurar el Poder Ejecutivo, si vuelve a confiar nuestra gente.

Yolanda Mamani: ¿Cómo van a volver a tener la credibilidad de la gente? Porque muchas organizaciones sociales se han fracturado prácticamente con el MAS.

-Simplemente nos han hecho ver que solo había pequeños espacios para nosotros. Solamente era la cabeza de Evo en la presidencia y lo demás, nosotros, no éramos capaces de administrar el país. Eso es lo que nos han hecho ver los invitados que hemos tenido. Ciertamente la nueva esperanza para recuperar a nuestros sectores sociales es respetar la Constitución política del Estado. Ya no tiene que ser discurso el tema de la igualdad de oportunidades. Ya no puede ser discurso respetar los derechos de mujeres. Tiene que ser una práctica. Tiene que ser una práctica (repite).

Yolanda Mamani: ¿Cuántas veces en estos 14 años tú te has reunido con el Presidente Evo Morales? Y cuéntanos si en alguna oportunidad le has corregido cuando se ha vuelto soberbio y autoritario, si le has jalado la oreja.

-Yo me acuerdo cuando el hermano Presidente Evo Morales era sólo dirigente (social). Hemos hecho huelga de hambre juntos, y marchas también. Y después que ha subido al poder hemos tenido varios ampliados en el trópico de Cochabamba. Me he reunido muchas veces. Una de las veces que le he llamado la atención es cuando en el trópico de Cochabamba una de las compañeras, la alcadesa Lidia Poma, había ganado con mayoría de votación y nuestro hermano Presidente pues no aceptó porque… no sé, eso es lo que no me explico, porque era mujer, tal vez. Se ha equivocado. Yo vi personalmente cómo Lidia Poma ha tenido apoyo masivo, que debería respetarse. Y en uno de los ampliados yo me paré y le dije: “Hermano Presidente, cuando éramos dirigentes hemos quedado en que si subíamos al poder debíamos respetar la decisión de las bases; efectivamente la compañera Lidia ha sido la ganadora y debería respetarse”. Y una de las repuestas de mi hermano ha sido, directamente me ha señalado y me dice: “Hermana, usted parece de la oposición, ¿me está diciendo que yo estoy fallando? Pareces de la oposición”. Y yo me callé. Y se paró otro compañero, Gregorio Mamani, y le dijo: “Hermano Presidente: la compañera te está diciendo la verdad”. Y yo le dije: “Hermano Presidente, esto que estamos haciendo puede ocasionar que esa gente quede disconforme”. Y no pasó más de un mes que abrieron una casa de campaña en Chinoata los de la oposición, y quisieron apuntarle a la compañera Lidia Poma; la compañera no aceptó, hasta el momento sigue siendo masista. Me dijo: “Yo voté por el Evo, hermana, por más que me ha hecho mal”. En las elecciones nacionales nos hemos encontrado con el hermano Presidente y me pidió disculpas. Me dijo: “Reconocer es de los humanos, me he equivocado”.

-¿En qué año sucedió esto?

-Anterior gestión: 2015. En ese entonces no había una sola oposición en el trópico. Pero después de eso hubo en el municipio dos concejales de la oposición. El único municipio que no tuvo oposición fue mi federación (Cochabamba). Quedamos en trabajar nuevamente y respetando a las bases. Pero este entorno que ya ha empañado… En estas elecciones pasadas se ha delegado a los ministros como delegados políticos en los nueve departamentos. Han ido a dividir las organizaciones y no han respetado a las bases. Han puesto a la mayoría de los diputados y los senadores. Y eso ha hecho que muchos de los compañeros estén resentidos. Ha habido un voto castigo, puede ser, porque nosotros hemos superado siempre arriba de los 50 puntos.

-¿Cómo fue que actuaron esos ministros en las organizaciones? ¿No las conocían?

-Conocían, pero es que es más intereses de amistades, de compañeros, era un entorno favorable a intereses personales, más allá de las masas. Por ejemplo, a mi organización nos han sacado de la Conalcam (Coordinadora Nacional para el Cambio) y del Pacto de Unidad. Nunca hemos podido participar como organización, siendo las fundadoras del instrumento político. Nos han aislado, simplemente porque somos leales a las bases y al Presidente Evo Morales. Nos han empezado a dividir. Por ejemplo, a nivel nacional hay dos organizaciones grandes: las hermanas Bartolinas y las Confederación sindical que representamos. Pero nos han dividido, con una y otra situación nos han dividido: con mentiras, con chismes, con otras cosas.

-¿Puede brindar un ejemplo concreto de cómo se gestaron esas divisiones y quiénes fueron sus responsables?

-Hacíamos nuestros eventos, para otros había financiamiento para pasajes, talleres, pero para nosotras, no. ¿Por qué nosotros no? Era una pelea interna entre organizaciones y eso hicieron los mismos ministros. El principal fue el coordinador de las organizaciones sociales, el Alfredo Rada. Yo le dije: “Usted no es del proceso de cambio, usted no nos representa porque está coartando nuestros derechos”. Cuando nos sacaron de la lista del Conalcam le pregunté al hermano Presidente por qué nos habían sacado de la reunión. Me dijo: “Hermana, yo no tenía conocimiento que no estaba participando. Llama a Alfredo Rada”. Llamé a Rada miles de veces: nunca me contestó. Y sabe perfectamente Alfredo Rada que las Mujeres Interculturales somos parte. Así nos han ido coartando la única oportunidad que yo tenía para hablar con el Presidente allá en el trópico. Luego no había tiempo más que para decirle “fuerza compañero” en algún acto. Lamentablemente nos han ido coartando a diferentes organizaciones sociales, y eso nos duele mucho. La participación de las mujeres dentro de las asambleas plurinacionales del Senado, departamentales, consejos municipales nunca ha sido fácil. Y hasta ahora el machismo sigue. A veces los hombres deciden quiénes van a ir como candidatas, incluso como candidata da mujer intercultural. Son los que apuntan y dicen: «Ella va a ir», solo porque ellos han decidido. Y las candidatas que nosotras elegimos, no respetan.

Bolivia hoy: “Este es el momento de las mujeres”

“Nadie es más que nadie”

Yolanda Mamani: ¿Cómo piensa reestructurarse de nuevo el MAS?

-Reestructurar con gente que no ha sido partícipe dentro de los gobiernos anteriores. Los dirigentes que han sido partícipes pueden ser asesores desde la base, pero que dejen el lugar a otros líderes que no han tenido. Hay muchos líderes que no han podido subir a la departamental, a la nacional, que han sido coartados. Y uno de nuestros errores ha sido no fortalecer a nuestros líderes. Ha habido mucha envidia. Eso es lo que yo quisiera que termine. La discriminación: no debemos discriminarnos entre nosotros, no debemos coartar los derechos entre nosotras. Ya está empezando a crecer un líder, y por asesoramiento de estos anteriores actores del Poder Ejecutivo – ministros, directores, o mismos asambleístas invitados- no dejaban que crezcan. Por ejemplo, el Foro Indígena ha sido bien preparado para los líderes. Junto con el hermano Presidente ha habido grandes líderes. Pero, ¿qué han hecho? Lo han desarmado. Yo digo: nadie es más que nadie y nadie es menos que nadie. Han habido personajes del mismo entorno del Presidente que nos han hecho separar. Incluso cuando nos han dado cuotas en los plenarios, hacían que otros participen menos que los otros. Me acuerdo cuando nos dijeron: «Veinticuatro compañeras por departamento». Cuando llegaba el momento, decían: «A vos te tocan solamente cinco». Los que decidían no eran compañeras. No eran las hermanas Bartolinas: eran los que estaban coordinando, los coordinadores con los sectores sociales; manejaban las planillas, manejaban los cupos, manejaban los recursos. Desde ahí nos damos cuenta que no hemos sido nosotros los que nos hemos separado: nos han (subraya esta palabra) separado. Es momento que recuperemos esa unidad y luchemos por recuperar el poder político para nuestra gente, para nuestros hermanos y hermanas.

Yolanda Mamani: ¿Cómo van a construir un nuevo partido y cómo van a controlar que no exista esta nueva gente que quiere llegar al poder usando a las organizaciones como instrumento político? Porque al inicio ha nacido este movimiento como un instrumento indígena, pero finalmente nos hemos dado cuenta que los indígenas solamente hemos sido su instrumento: las cholas, los indios, las indias nunca hemos ocupado cargos altos. ¿Cómo piensan ustedes viendo ese pasado utilitario indígena estructurar esto nuevo?

-Cambiar profundo… Tienes mucha razón, hermana. Porque en verdad hemos pasado esa historia. Pero desde mi punto de vista creo que hoy los campesinos y la gente de los pueblos ya tenemos nuestros hijos formados sindicalmente. Creo que ahora es la oportunidad de ellos. Por ejemplo la equidad de género. Yo decía: tenemos más de veintidós ministerios y solamente las mujeres hemos entrado como lunares: tres, cuatro máximo. Y de verdad como mujeres queremos ser tomadas en cuenta. Y lo vamos a hacer, porque si nosotros no luchamos esos lugares, nadie nos lo va a dar. Como mujeres vamos a pelear: en el Poder Ejecutivo también tiene que haber equidad de género. Y también en la Presidencia, ¿por qué no? Las organizaciones de mujeres hemos aportado mucho, hemos resistido mucho.

“Somos muchas personas bien organizadas”

-¿Creés que solo ha sido un discurso el tema indígena?

-En un momento venimos acompañando a nuestro hermano Presidente y en cierto momento nos han aislado. Y últimamente hemos sido los que hemos sostenido el proceso de cambio, sinceramente. Los sectores sociales hemos creado el instrumento político y las organizaciones sociales a plan de agua y coca. Y hemos sostenido también hasta el momento a plan de agua y coca. Nunca nos hemos vendido. Los verdaderos líderes no negociaron, no se pueden vender. Seguimos. Somos muchos. Si nos paran a todos, les va a costar mucho: somos millones, somos muchas personas organizadas. Estamos bien organizadas. En este momento hemos caído moralmente porque nuestro Presidente nos ha abandonado, pero preferimos que esté vivo a que esté muerto, porque sabemos que la DEA está detrás de él. Hay que recuperar las cosas buenas, pero también hay que ver las cosas malas para hacer cosas buenas. Es la única visión que nos da el seguir adelante. Una de las fortalezas es aprender de los errores.

-¿Qué estrategias se van a dar como organización para esta nueva etapa?

-Ahora vamos a abrir nuestros sectores y acoplar a nuestras hermanas jóvenes. A todas las mujeres que todavía no hemos participado en las organizaciones sociales, ahorita vamos a invitarlas. Con las debilidades que hemos tenido, con los tropiezos que hemos tenido, vamos a seguir mejorando, vamos a unificar con las hermanas Bartolinas, a nuestras hermanas de las Sierras Bajas, y vamos a salir como ha sido en la historia. Como mujeres también nosotras vamos a pedir nuestra posición en el Poder legislativo y en el Ejecutivo, y también dentro de las organizaciones sociales. Hemos venido luchando por esto desde hace muchos años.

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Desde que se inició este año desde el Observatorio de Violencia Patriarcal Lucía Pérez registramos 100 femicidios, casi 1 por día. 

La víctimas fueron desde mujeres de 83 años, como Ana Angélica Gareri, en Córdoba, a una adolescente como Pamela Romero, de 16, en Chaco; y una bebé de 3 años en González Catán. 

En este 2025 ya registramos 85 tentativas de femicidio.

En el 2025 registramos en todo el país 77 marchas y movilizaciones que se organizaron para exigir justicia por crímenes femicidas. 

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En nuestro padrón de funcionarios denunciados por violencia de género, podés encontrar el registro clasificado por institución estatal y provincia. Hasta la fecha, tenemos contabilizados 161 funcionarios del Poder Ejecutivo, 120 del Poder Judicial, 72 del Poder Legislativo, 71 de las fuerzas de seguridad y 71 de la Iglesia Católica. 

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En el padrón que compila datos oficiales sobre denuncias de violencia de género, podés encontrar datos sobre cantidad de denuncias por localidad y la frecuencia con que la recibimos. Un ejemplo: este mes la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de la Nación informó que durante el primer trimestre de este año recibió un promedio de 11 denuncias por día de violencia contra las infancias.

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Otro: el Ministerio Público Fiscal de Salta informó que no alcanzan al 1% las denuncias por violencia de género que son falsas.

En nuestro padrón de desaparecidas ya registramos 49 denuncias.

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Lo que revela toda esta información sistematizada y actualizada es el resultado que hoy se hace notorio con una cifra: 100.

Más información en www.observatorioluciaperez.org

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5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

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Pasaron cinco años del femicidio de Cecilia Basaldúa en Capilla del Monte. Tres años de un juicio que absolvió a un imputado sin pruebas. Cuatro fiscales, cuatro policías presos y numerosas movilizaciones, desde Buenos hasta Córdoba, para exigir la verdad, ese compromiso que aún es la certeza que falta.

Fotos y crónica de María Eugenia Morengo para cdmnoticias.com.ar

25 de abril. Cruz del Eje. El GPS calcula unos 2 kilómetros. La entrada a la ciudad está envuelta de un aire viscoso. Una avenida se extiende en silencio y después de atravesarla, la llegada a los Tribunales se convierte en un ritual: una reminiscencia de lo que fue, una promesa de lo que debe ser. El pedido por Verdad y Justicia, es una demanda que crece. Cada letra se ubica en el mismo lugar que ocuparon tres años atrás. Las escaleras de la justicia cruzdelejeña son de un cemento gastado. Raspan, duelen.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

¿Qué pasó en Capilla del Monte? El papá y la mamá de Cecilia, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, están cargados de bolsas, llenas de carteles con el rostro de su hija, multiplicado. Son como una red que se estira a lo largo de esos 868 kilómetros que conectan a Buenos Aires con el noroeste de Córdoba. El camino recurrente que transitan para llegar a la verdad..

Sin previo aviso, adentro del edificio de Tribunales Daniel y Susana se anuncian. Quieren ver al todavía fiscal Nelson Lingua, quien aún está a cargo de la investigación de la causa, antes de que asuma como nueva fiscal, Sabrina Ardiles. Afuera todavía se respira la niebla. La espera alerta a los policías. Quieren saber si van a venir más personas.

      – Lo hacemos para cuidarlos –dice la mujer de uniforme.

Piden datos, intentan tomar nota de lo que es una rutina inventada.

–La policía a nosotros no nos cuida –reacciona Susana y en un intercambio sin sentido, se alejan.

Silvia Rivero es la prosecretaria de la fiscalía, se acerca afuera y los llama. El fiscal se hizo un lugar en la agenda del día viernes. Adentro, el reflejo del piso de tribunales es como un espejo que se extiende, entre mocasines, tacos, alpargatas y zapatillas.

La preocupación de la familia es evidente. El recibimiento del fiscal es cordial. Se explica ante los recientes cambios que pronostican para el mes de mayo a Sabrina Ardiles, como la persona que estará sentada en el mismo sillón inmenso de cuerina, desde donde ahora, les habla Lingua. La dra. Rivero, también explica, y confirma que nunca se dejó de investigar. La necesidad de la confianza es una tregua durante esa hora de reunión, los tecnicismos se suspenden y las palabras se abren en una cronología de datos, guardados en la memoria indeleble de Daniel Basaldúa.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

La medida del tiempo de la causa, son las fojas de expedientes que se acumulan. La inspección judicial realizada en el mes de agosto del año 2024, por los posibles lugares donde Cecilia pudo haber estado en Capilla del Monte antes de su muerte, dejó en evidencia la dudosa hipótesis de la anterior fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien había asegurado que Cecilia había llegado por sus propios medios al lugar donde apareció sin vida. Mientras que en el transcurso de estos años, cada vez son más los policías que estuvieron en la búsqueda e investigación, presos por violencia de género:

Adrián Luquez, ex sub comisario, detenido por amenazas con armas de fuego a su pareja. Hoy en libertad, se fue a vivir a San Luis. Ariel Zárate, ex sub comisario de la Brigada de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte –preso por violencia de género.  Diego Concha, ex director de Defensa Civil, encargado de la búsqueda –condenado a prisión perpetua por el crimen de Luana Ludueña y por la causa de violencia de género hacia su ex mujer, y Diego Bracamonte, ex comisario departamental, a cargo del operativo de la búsqueda –preso por violencia de género.

El tiempo de la justicia es una curva enredada, en apariencia, inofensiva. El tiempo de la justicia es el de las burocracias que definen su forma de proceder. El tiempo, es de una lentitud que lastima. Las letras se vuelven a guardar.

Son las cuatro de la tarde y el sol avanza en la siesta de Capilla del Monte. En la plaza San Martín, alrededor del Jardín de la Memoria, se arman los gacebos, se pone un aguayo, se llena de flores. Rojas, amarillas, lilas, celestes, el monte aún está florecido. Contrayerba, lavanda, romero, palo amarillo, incayuyo, ruda, los sahúmos se arman. Una compañera comienza a preparar el fuego.

Más lejos, sobre la calle Pueyrredón, en la puerta de la Secretaría de Turismo, la concentración crece. Llegan de todas las direcciones. Con tambores y repiques, con banderas y ofrendas. Una combi estaciona, descienden vecinos y vecinas que subieron en Córdoba y en distintas partes del Valle de Punilla.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

La batucada suena, es un comienzo en cuenta regresiva. La marcha avanza a contramano. Hay una indignación que toma el ritmo de los tambores, trepa en el repique y todo se hace canción. La calle techada de Capilla del Monte es un anfiteatro de barricadas. Los sonidos viajan a través de la mejor acústica para el reclamo: ¡Vecino, vecina, no sea indiferente nos matan a Cecilia en la cara de la gente. Cecilia presente!

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“Este es un día especial y este lugar es especial porque tiene mucho que ver con lo que le pasó a Cecilia”, comienza Daniel en la puerta de la comisaría de Capilla del Monte, “hay muchos policías involucrados en el caso. Ya lo hemos denunciado muchas veces, pero parece que no alcanza”, dice mirando a los uniformados que permanecen parados como  granaderos.

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Daniel les recuerda que durante el año pasado, la policía de Capilla debió haber realizado  notificaciones a tres personas para declarar en los Tribunales de Cruz del Eje, pero no lo hicieron. Las testimoniales pudieron efectivizarse, porque intervinieron los abogados de la querella, Daniela Pavón y Gerardo Battistón. En ese mismo reclamo, la abogada Pavón  se acerca y también hace pública la falta de atención institucional que hay para las víctimas de violencia de género en la localidad.

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Susana, Daniel y Daniela Pavón

La familia de Ezequiel Castro, asesinado por la policía de Córdoba, se adelante y los abraza. Alguien grita que ahí mismo, en la comisaría, apareció ahorcado Jorgito Reyna, hace 12 años, atado con la manga de su campera a la reja de una ventana, pocos centímetros más alta que él. Que su causa, también sigue impune y que los golpes que tenía no fueron suficientes para demostrar  que lo habían torturado. Que a pesar de no bajar los brazos, las familias sienten que el duelo es un proceso tan profundo, como inacabado.

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Susana y Daniel permanecen frente a una multitud, observan hacia adelante y hacia atrás. Saben que la comisaría es señalar lo que siempre llega al mismo lugar: complicidad. “A las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien -acentúa Susana- que no se dejen asustar con los policías ni con nadie, nadie tiene derecho a venir a violentarnos”.

 El espacio público es un canal clave para recordar que los asesinos de Cecilia están libres, “y que muchos andan dando vueltas por acá”, dice Daniel y remarca que no dejarán de venir a Capilla del Monte, hasta que los responsables del femicidio de su hija, estén presos.

La llegada a la plaza San Martín es un círculo de candombe que la nombra. Hace cinco años que se insiste en las mismas palabras, como un tajo que se abre en el cemento, una cicatriz que se agranda en medio de la incertidumbre: ¿Qué pasó con Cecilia?

Tal es el encubrimiento que las responsabilidades se hacen obvias.

La ronda se acerca al altar. Es un asedio a la justicia que falta. Desde el micrófono se invita a dejar una ofrenda en memoria de Cecilia, a conjurar entre todas y todos ese momento, esa memoria. En el  centro de una plaza que se anochece, resuena una voz grabada -desde algún punto del Abya Yala- Lolita Chávez, lideresa maya de los pueblos K’iche de Guatemala, habla entre los yuyos que comienzan a perfumar lo que no se puede detener. Cada rama seca que se enciende se hace una intención, un pájaro que se dispara, restos del día que se van:

 “Hoy 25 de abril levantamos nuestra fuerza sagrada, y nuestro poder popular feminista. Reconociendo la memoria, la historia, el vientre en la sangre, de Cecilia Basaldúa. Ese femicidio no debe quedar en la impunidad (…). Con la fuerza de nuestras ancestras, con los fuegos sagrados que encendemos, levantamos nuestra expresión de indignación  y lo comunicamos a los cuatro puntos cardinales. Para que nunca más haya este tipo de violencias contra nuestras vidas”.

Las copleras y la poesía toman el escenario. Las y los músicos hacen de Cecilia esa canción y en el centro del caldero caliente, el humo abre el cielo: hay una memoria que se desprende y una vida que cambió de idioma.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

En medio del algarrobo que sostiene los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, una placa de cerámica con el rostro de Cecilia, también observa. El día queda atrás y en el fondo de la noche, las palabras todavía están en suspenso, son un silencio que pronto dirá.


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