Nota
Aurora Cividino: la otra cara del 26 de junio
Las víctimas y familiares de los asesinados el 26 de junio del 2002 formaron una comisión que busca justicia. Allí está Aurora Cividino, asambleísta baleada durante aquella cacería, que ha pasado por un laberinto hospitalario dedicado a no atenderla. Su historia, sus opiniones sobre Kirchner, Duhalde, la izquierda y el poder, y la travesura de un muchachito llamado Dante.
En la Argentina, afortunadamente, no existe ninguna agrupación, partido, movimiento, secta o club que lleve por nombre Aurora Cividino.
La policía bonaerense hizo lo posible, el 26 de junio de 2002. Aquella tarde nublada de muerte Aurora recibió dos balazos que le han dejado una invalidez que sólo el Estado parece incapaz de ver.
Pero no la mataron: Aurora vive.
Y forma parte de la Comisión de Víctimas y Familiares del 26 de junio que ha comenzado sus actividades (ver aparte) y recibe adhesiones en [email protected].
Con muletas, paciencia y espíritu, Aurora se mueve de aquí para allá y está casi todos los 26 en el Puente Pueyrredón, participa en eventos como Enero Autónomo, querella al Estado y a la policía bonaerense, además del comisario Alfredo Fanchiotti, y parece decidida a no seguir desperdiciando energías en sus choques con el sistema de salud porteño, que ha hecho más por enfermarla que por curarla. El dilema es: ¿quién asumirá que Aurora debe tratarse?
El 26 de junio de 2002 Aurora -de la Asamblea de Plaza Dorrego- marchó a la movilización en el Puente Pueyrredón convocada por la Asamblea Nacional Piquetera. “Fuimos siete compañeros, entre ellos un discapacitado físico, con muletas. Yo había evaluado que iba a haber represión ese día, se veía venir, pero fuimos igual”.
Aurora y su grupo estaban en la bajada del puente, del lado de Avellaneda, cuando escucharon lo que fue la segunda tanda de balazos de la policía. “Empezó una corrida y el compañero de la asamblea, el discapacitado, soltó las muletas y se tiró al piso. Fuimos las tres mujeres que componíamos el grupo. Los hombres ni se dieron por enterados: uno corrió enseguida y se escondió. Las mujeres no podíamos llevar a este hombre, que además de su discapacidad estaba excedido de peso, debía pesar 120 kilos por lo menos. Se nos ocurrió llevarlo a las camionetas de los medios y noticieros y dejarlo ahí”.
Aurora siguió escapando de la policía, y encontró a un joven al que le había explotado cerca una granada de gas lacrimógeno, y presentaba síntomas de asfixia. “Me detuve a darle bicarbonato, siempre llevo a las marchas porque neutraliza el gas lacrimógeno. Lo llevo en polvo y me lo pongo en las fosas nasales, en la lengua y, si puedo, en la cara”. Hubo bicarbonato para el joven, y también para un camarógrafo. Siguió la carrera y comprobó que tenía a los policías a unos 40 metros, pero a la vez se encontró con un espectáculo inesperado: “Había dos grupos de tipos disfrazados de piqueteros rompiendo todo, las vidrieras, todo lo que veían, rodeados por dos hileras de policías que los miraban sin hacer nada. Estaban todos como en familia. Ahí dije: son servicios, mejor disparar. Cuando empiezo a correr recibo un golpe en la pierna y caigo. Al principio pensé que era un cartucho de gas lacrimógeno. Intenté levantarme y no pude. Pedí ayuda, unos compañeros piqueteros me levantan y empiezan a correr pero veo que no pueden hacerlo: no les daba el físico. Uno de ellos me soltó pero después lo vi en el hospital: le habían baleado una pierna. Por suerte me pudieron llevar hasta una estación de servicio, ahí les pedí que se fueran para que no los agarrara la policía. Yo ya estaba jugada”.
Aurora sintió ese golpe en la pierna izquierda pero no un segundo balazo en la derecha. “El de la izquierda está determinado que lo hizo Fanchiotti con arma larga”. Se trata del comisario Alfredo Fanchiotti, que comandó el operativo y está imputado como el principal responsable material de la represión. “Me dio en el fémur, unos centímetros arriba de la rodilla. Fue de espaldas. El segundo me dio en la pierna derecha, ingresa por abajo y se aloja en la rodilla. Se ve que fue disparado desde arriba, desde algún edificio, rebotó en la calle y me dio. Ahí estábamos sobre Pavón, a unos 15 metros de donde empieza el supermercado Carrefour. Yo recuerdo haber pasado por el Bingo y a los pocos metros caí”.
La certeza sobre Fanchiotti se debe al análisis de las imágenes televisivas. “La investigación del fiscal muestra que fue Fanchiotti porque había un fotógrafo independiente que venía detrás mío. En el video se escucha el balazo, y yo caigo. Hay otra filmación de un canal abierto donde la hora coincide, lo enfocan a Fanchiotti disparando y el panorama es el mismo. La diferencia es de ángulo entre el camarógrafo independiente y el canal”.
Aurora reconoce que los balazos no le dolieron. “No sentís más que el golpe. Yo hubiera seguido corriendo, pero no podía. Te digo más: estuve internada con un compañero de la Verón que había recibido un balazo en el tórax, tenía un pulmón perforado, y sin embargo lo corrieron desde Avellaneda hasta Gerly hasta que pudo esconderse e ir al hospital. Recién ahí se enteró de lo del pulmón”.
En la estación de servicio Aurora tuvo un nuevo contacto con la policía. “Apareció un agente de apellido Robledo que dio la orden de que se fueran los periodistas que andaban por ahí y me quiso hacer subir a una supuesta ambulancia, que ni camilla tenía. Ordenó que vinieran paramédicos y apareció una moto con un cartel de la firma Vital. El médico que estaba ahí llamaba a una ambulancia, varias veces, y justo apareció cuando estos supuestos paramédicos me iban a hacer un entablillado. Resulta que como no me pueden llevar, se llevan a uno de los pibes que me había ayudado, y lo torturaron en un descampado. En ese caso también está hecha la denuncia penal”.
En el Hospital Fiorito Aurora vio la cantidad de personal convocado: “Ni podían circular las camillas de tanta gente. Te daba la pauta de que todo estaba preparado. Yo había evaluado que iba a haber represión. Lo que no había evaluado era que la iba a recibir yo misma”.
Aurora considera que su caso forma parte de esa especie de cacería selectiva ocurrida el 26 de junio. Darío y Maxi, se sabe, venían siendo identificados por su actuación en marchas y piquetes. “Me parece obvio que a mí también me marcaron. Me balearon dos personas distintas. Yo también venía de cierta actuación política. No estoy en ningún partido, pero fui de las primeras que llegó a Plaza de Mayo el 19 de diciembre del 2001 porque vivo cerca. Ahí ya me filmaron según me enteré después. Otra vez fue en una marcha al Sheraton, para repudiar al indio del Fondo (Anoop Singh). También estuve el 25 de mayo del 2002 cuando entramos al Colón a la función de gala desplegando banderas. Cuando las asambleas marchábamos los viernes, estuviera donde estuviera, aparecía en la televisión. Me enteraba porque me lo decían: che, te vi. Yo jorobaba diciendo que les iba a ir a cobrar cachet a los canales”.
Aurora es parte de esa generación que militó en los 70, y se dedicó a la familia durante la dictadura (tiene cuatro hijos, dos varones y dos mujeres, que van de los 31 a los 18 años). “Yo siempre me sentí una militante, pero suelta, no orgánica. El 19 fui espontáneamente a la plaza. Yo olía que había una calma previa a la tormenta cuando decían que la gente no reaccionaba”. Aurora había trabajado durante 17 años en el Hipódromo, en pelea gremial y personal con el sindicato: “El mismo sindicato pidió mi despido por oponerme a la reforma laboral en el 95”. Tuvo algunos trabajos inestables, el último en una empresa de telemarketing (ventas telefónicas): “Venden celulares, cuentas corrientes, pero con mentiras. Yo no quería engañar a nadie y trataba de convencer a los clientes de que lo que vendía era útil, pero no les mentía. Ética. Entonces me quisieron echar. Cuando fui a cobrar lo que me debían, no me pagaban. Entonces decidí quedarme ahí hasta que me pagaran. Terminaron sacándome con la policía”, describe Aurora, en lo que constituye un nuevo aporte al conocimiento del empresariado nacional.
Aurora estaba en el Fiorito, baleada y rodeada de enfermeros aterrorizados y controlados por la policía. Apareció un médico joven quien ordenó hacerle una tracción en la pierna izquierda. Aurora ya no confiaba en nadie y preguntó qué iban a hacerle. “No me limpiaron la herida, no me dieron un calmante, nada. Pero en vez de explicarme qué iban a hacer, hablaban entre los médicos sin dirigirme la palabra. Como les dije que me informaran qué iban a hacer, el médico empezó a gritarme y a decir que si yo estaba ahí, la culpa era mía. Medio me maltrató. Le dije que ninguno de mis hijos me trataría así. Usted tampoco hubiera sido mi madre, contestó, y yo le dije: por supuesto: un hijo así yo no tendría”. Todo este ameno diálogo concluyó con la única cosa importante, que fue comenzar el tratamiento: “Era un pibe de clase media, sin mucha experiencia. Y encima estaba todo lleno de canas”. Aurora se refiere al hospital y no a la cabellera del médico.
En el hospital ya había unos 25 de los 40 heridos que se conocen de aquel día (varias decenas decidieron huir y no figuran en la nómina oficial). Darío y Maxi ya habían sido asesinados: “El hospital era un correveidile, venían todos a contarte”.
La internación llevó casi un mes: “Metían presos comunes en tratamiento en nuestras habitaciones y salió la policía uniformada pero quedó la de civil. Un cana una noche entró a mi habitación y salió al rato. Yo supongo que era para intimidarme. La noche siguiente quiso abrir la puerta y le grité: ¿qué carajo querés? Ahí no molestó más”.
Empezó el debate por la operación. Le dijeron a Aurora que no había férula, o que había pero la cotización era con un dólar a 5 o 6 pesos, y varios etcéteras que alargaban la intervención. “Me decían que si esperaba la férula de Bienestar Social, podía tardar meses. Les dije a los médicos que existen figuras legales para esa situación, que los abogados de la Liga por los Derechos del Hombre podían iniciar una causa por abandono de persona, y que iba a denunciar todo como ciudadana italiana -tengo la doble nacionalidad- ante la embajada. A las dos horas apareció la férula”. Puede intuirse qué es lo que ocurre con los pacientes que no poseen tal arsenal de argumentos.
Aurora cuenta que tenía cuatro puntos de fractura, una expuesta, y de acuerdo a los estudios le faltan cinco centímetros de fémur izquierdo pulverizados por la bala. Le colocaron una placa de unos 20 centímetros asegurada con un clavo en medio de la fractura y ocho tornillos. Aurora venía con problemas de columna -dos operaciones incluidas- que se agravaron con esta situación.
En este punto la historia de Aurora podría ser tema de cualquier relato de Franz Kafka: “En el Argerich, el equipo de columna me dice que tienen que cambiarme la prótesis para fijarme más la columna. Me aconsejaron también operarme la pierna para alinearla, con un injerto para alargar el fémur. Pero me mandaban al Fiorito. Y yo quiero atenderme en el Argerich porque soy ciudadana de Buenos Aires, vivo en la zona, y tienen obligación. Después salió que tengo una osteomielitis, una infección en el hueso, y un compromiso severo en el nervio ciático de las dos piernas. Fui al Ramos Mejía y el médico me dijo que la infección no permitió que se mineralice el callo. Pero que él no me iba a operar y que fuera al Fiorito. Fui al Fernández, y me dijeron que estoy bien, para no tener que operarme. Claro, sabiendo mi historia, que me baleó la policía, se lavan las manos y no quieren saber nada. Fui al Santojanni. Ahí por lo menos me sacaron el yeso que iba desde la ingle hasta los dedos del pie izquierdo. A los pocos días le dije al médico del Santojanni que lo que me dolía era la rodilla, no la fractura, y me dijo que yo era una psicótica, que imaginaba los dolores”.
La idea de catalogar como psicóticos a los pacientes es un hallazgo del sistema público de salud, que permitiría agilizar muchos engorrosos tratamientos. A Aurora le dolía la rodilla porque la tracción en su pierna fracturada durante casi un mes, y el yeso durante otro, le habían producido una artrosis mecánica. “Después me explicaron que el líquido de las articulaciones se había fibromatizado. Qué sé yo. Al doblarla, me dolía. Pero este médico, además, me atendía con otros dos o tres pacientes a la vez. Así, no atiende a ninguno. Ya me di cuenta cómo son: ciegos, sordos y mudos”.
Para tratarse la infección le dieron turno el Muñiz, donde estuvo internada tres días con el objetivo de hacer una punción y analizar el material en patología. Nunca aparecieron los médicos. Era enero y retrasaron su regreso de las vacaciones. “Lo que pasa es que un médico del Ansses me dijo que la operación fue demasiado rápida. Cuando hay balazos se hace primero un tratamiento con antibióticos durante tres meses porque al ingresar la bala arrastra tejido epidérmico, o restos de tela y es fácil que haya infecciones. En ese caso se trataría de mala praxis”.
En el Ansses Aurora tramita la jubilación por invalidez, pero una junta médica dictaminó que apenas tiene el 45% de discapacidad. La apelación debería demostrar que supera el 75% requerido. “Se olvidaron de la osteomielitis, el acortamiento de la pierna, el problema de rotación de la cadera, y con todo eso paso el 75%”. Además, Aurora se quedó sin el plan “jefes de familia” porque su hijo menor cumplió 18 años. Conclusión: “Estoy meada por los elefantes”.
El laberinto médico la dejó sin saber a dónde ir, o sabiendo a dónde no quiere ir. “Yo no voy más a ningún hospital porque es más el desastre mental que me hacen que otra cosa. No puedo cada vez discutir con un médico por qué tienen que atenderme. Yo podría interponer un recurso de amparo, pero ¿quién va a una operación como la mía con la espada del recurso sobre la cabeza? Además, los médicos saben que al operarme van a tener que declarar en el juicio civil, y no quieren. Para mí, son afines al sistema y tienen una falta total de ética”. Según sabe, un militante del MTD de Solano tampoco logra que le hagan la cirugía reparadora correspondiente en su maxilar inferior. “Además, hay cosas de locos. Yo tengo mi problema de columna. Y ahora las muletas. No puedo estar mucho tiempo parada. Pero para conseguir turno en el Argerich tengo que ir a las 3 de la madrugada. ¿Cómo hago?”
Desde el punto de vista médico Aurora supone que le quedan un par de fichas: una invitación a atenderse en Venezuela (que no se concreta por la inestabilidad política en dicho país) o esperar el milagro de las últimas décadas para muchos argentinos: un tratamiento en Cuba.
Mientras tanto, sigue sintiéndose muy cómoda deambulando incansablemente en esa “militancia suelta” y tratando de entender al país. “Las cosas que hace Kirchner son las que le convienen a él. Lo de la Corte, o descabezar mínimamente a la bonaerense que respondía a Duhalde y que él no podía manejar. De hecho, fijate cómo reforzaron las vallas en la Plaza de Mayo para el acto del 20 de diciembre del 2003. Eso es porque el gobierno tenía miedo de que Duhalde se mandara otra como la del 2001. Porque seamos sinceros: lo que pasó en la provincia el 19 de diciembre del 2001 fue manejado por Duhalde. Lo que él no calculó fue todo lo que pasó después, cuando la gente salió a la calle”.
Aurora cree que el problema de fondo para entender lo que ocurre es el siguiente: “El capitalismo no puede resolver el problema del 50 por ciento de la población que está en la pobreza y un estado de indefensión total. La única manera de arreglarlo es a palos, matando. Como en el resto de América Latina”. Si ese es el diagnóstico, ¿cuál es el tratamiento? “Bueno, los partidos de izquierda piensan que tienen el patrimonio de muchas cosas. Pero no es así. Se creen que con actos como el del 20 de diciembre logran algo, pero el 19 y 20 no son patrimonio de nadie. Yo conozco a los heridos de aquel día, y ninguno era de algún partido político”.
Sin embargo en el acto de diciembre la Corriente Clasista y Combativa, por poner un ejemplo, le pegó a los motoqueros, que sí habían participado de los hechos del 2001. “Yo converso mucho con la gente. Si hablás con las bases de la CCC, del PO, del MTR, del MTD, lo que opinan es más o menos lo mismo. Lo que está dividido es la superestructura. Están en una lucha de poder, y es una lucha de poder burguesa. Para subir en la jerarquía de poder partidario, tenés que usar una metodología burguesa, si no, no subís”.
A ella le han ofrecido cargos partidarios: “Si hubiera querido, hubiera agarrado. Pero no me interesa el poder. Hay que hablar con las bases, no con las superestructuras. Yo tengo un lenguaje que me permite entenderme con todas las bases, aunque sean de distintos movimientos”.
El cálculo de Aurora es que en las dirigencias -incluso en las piqueteras- hay una estimable cantidad de burócratas. “Pero a corto plazo van a desaparecer porque la realidad es que caen los planes, y ahí van a caer los burócratas. Pero mientras tanto, la gente tuvo la experiencia de lucha, estuvo en la calle, peleó. Por más que se hayan caído las asambleas, hay gente por todos lados moviéndose. Por ahí no se ven, pero están. Para mi eso es revolucionario. Una revolución lenta, pero sobre seguro”.
Aurora tiene un nieto, Dante, de casi ocho meses. Recién está conectándose con el mundo a fuerza de berridos, asombro, sonrisas y sensaciones. Empieza a gatear, quiere pararse para caminar, señala cosas que quiere. No es fácil saber si crecerá en un lugar donde los médicos curen en lugar de enfermar, y donde la policía proteja en lugar de balear a los ciudadanos. Temas espesos para un chiquito que nació en una fecha asombrosa para cualquiera salvo para la abuela, que intuía que la vida iba a hacer esa travesura.
Un año después de la muerte, el plomo y el dolor, el 26 de junio del 2003, nació Dante. Su abuela sonrió al enterarse por teléfono, cuando terminaba el acto en el Puente Pueyrredón.
Nota
Tres audiencias ante la CIDH que cuestionaron las políticas de Milei sobre mujeres, derechos humanos y economía popular
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) concedió tres audiencias temáticas a las organizaciones de la sociedad civil de Argentina para escuchar el impacto de las medidas regresivas que adoptó el Estado en políticas sociales, económicas y culturales. El gobierno de Javier Milei debió responder en Washington, sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), ante las autoridades internacionales respecto a la vigencia de los derechos humanos en nuestro país. Hubo en total tres audiencias:
- Impacto de las políticas sociales en personas trabajadoras de la economía popular;
- Situación de las políticas de prevención, sanción y erradicación de las violencias de género;
- Impacto de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia en los derechos humanos.
En el caso de violencia contra las mujeres y niñas, la presidenta de la CIDH Roberta Clarke planteó que se trata de “delitos de lesa humanidad”. La actitud del gobierno argentino, y los detalles de cada una de las audiencias.
Por Lucrecia Raimondi
Las audiencias ante la CIDH que se llevaron a cabo el jueves 14 noviembre reunieron a organizaciones sociales y de derechos humanos en la sede de la Ex Esma, desde donde se realizó la conexión. Fueron solicitadas por entidades de derechos humanos, políticas, sindicales, feministas, sociales, académicas y religiosas.
Durante el 191º Período de Sesiones, en un hecho inédito, la CIDH otorgó a la Argentina el tratamiento de tres temas:
- El “Impacto de las políticas sociales en personas trabajadoras de la economía popular”;
- la “Situación de las políticas de prevención, sanción y erradicación de las violencias de género”;
- el “Impacto de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia en los derechos humanos”.
En 10 meses de gestión, el gobierno de Milei debió presentarse cuatro veces a la CIDH para dar respuesta ante los reclamos de la sociedad civil por la violación a los derechos humanos. La primera fue en julio de este año sobre la “Situación de la protesta social y el derecho a la libertad de expresión” a partir de la represión durante el tratamiento de la Ley Bases en el Congreso Nacional.
Los representantes del Estado argentino sostuvieron la postura ultraliberal del presidente Javier Milei en todos los ámbitos internacionales de derechos humanos. Ante la CIDH, las intervenciones del gobierno y de la sociedad civil mostraron un país con una profunda división. En la exposición de los funcionarios oficiales quedó explícita su postura en “concordancia con los principales lineamientos del gobierno” en relación a la “racionalización de la gestión de los recursos disponibles”, según ellos como consecuencia de “la herencia institucional, económica y social recibida por la actual administración”.
En las tres audiencias el ex juez Alberto Baños, a cargo de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, argumentó que “los recortes de las partidas presupuestarias y el cierre de organismos ineficientes y la reducción de personal ineficiente, tienen que ver con la búsqueda de saneamiento que permita un renacimiento de la economía”. Las intervenciones de Baños se vieron plagados de un tono entre irónico y agresivo hacia las políticas de derechos humanos, con la habitual retórica oficialista que justifica la regresión en materia social amparándose en la crisis económica.
Por su parte, las organizaciones de la sociedad civil presentaron informes detallados del impacto negativo de las políticas de ajuste y desregulación del Estado en tres áreas donde Argentina es un ejemplo para el mundo:
- la colaboración comunitaria contra la pobreza en los barrios vulnerables,
- la lucha social por la erradicación de la violencia de género,
- las políticas de memoria, verdad y justicia por la no repetición del terrorismo de Estado.
La sociedad civil peticionó a la CIDH una visita a la Argentina para monitorear la situación con el fin de impulsar al Estado a cumplir con sus obligaciones y respetar los estándares internacionales de derechos humanos.
Milei pretende diferenciarse de la Agenda 2030, consensuada en la ONU como el “Pacto del Futuro”, que reúne esfuerzos para garantizar derechos de tercera generación y de incidencia colectiva. “Aunque bienintencionado en sus metas, es un programa de gobierno supranacional de corte socialista, que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estados-nación y violentan el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad de las personas”, disertó el presidente de Argentina en septiembre ante la 79º Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. Al cierre de su discurso advirtió que “la Argentina no acompañará ninguna política que implique la restricción de las libertades individuales, del comercio, ni la violación de los derechos naturales de los individuos, no importa quién la promueva ni cuánto consenso tenga esa institución”. En esa línea fue la intervención de Baños, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
La economía popular y el avance narco
La primera audiencia sobre el “Impacto de las políticas sociales en personas trabajadoras de la economía popular” fue solicitada por la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) junto con el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y Mujeres en Empleo Informal Globalizando y Organizando (WIEGO).
La principal denuncia de este sector fue la falta de entrega de alimentos a los comedores comunitarios, el desmantelamiento de los programas de empleo social, la persecución y la estigmatización de las organizaciones sociales. Natalia Zarza, referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos e integrante de la UTEP describió la dramática situación de los barrios populares ante la falta de alimentos: “No llegamos a fin de mes, no tenemos a la noche un plato de comida todos los días. Los espacios que brindan los alimentos a los pibes se hacen de manera amorosa y con compromiso, son una herramienta fundamental de contención. Pero cuando el Estado se retira avanza el narcotráfico que le destruye el proyecto de vida a nuestros pibes. Estoy acá con mucha bronca, vengo para que me escuchen. No somos fantasmas, somos los que sostenemos los comedores comunitarios dándole de comer a los chicos y los ancianos de todos los barrios de la Argentina”.
Alejandro Gramajo, secretario general de la UTEP, explicó las consecuencias de la política de ajuste: “En nuestro país hay 10 millones de indigentes, hay más de 20 millones de compatriotas que están en la pobreza que no pueden comer todos los días, que saltean comida. El gobierno congeló el salario social complementario, implica que el Potenciar Trabajo, que percibían trabajadores y las trabajadoras de la economía popular producto de una tarea socio productiva, cayera en peores condiciones sociales de las que estaban en términos de pobreza. El gobierno tomó una decisión de avanzar en un proceso de ajuste, no solo en la política de economía popular, sino en muchas políticas. Nosotros hacemos mucho hincapié en que cuando se destruye la comunidad avanza el narcotráfico, se rompen las redes de contención social y de contención comunitaria”.
Además Gramajo detalló: “Lo que hemos planteado hasta acá es producto de las decisiones que ha tomado el gobierno. Los trabajadores de la economía popular y trabajadores formales van perdiendo su trabajo y su poder adquisitivo, los jubilados y jubiladas caen en la pobreza, millones de niños y niñas van todos los días a dormirse sin comer, más de 10.000 empresas han cerrado, privatizó las empresas del Estado. El gobierno decidió desfinanciar la educación y la salud pública” y concluyó que para la sociedad civil peticionante “esto representa un plan de miseria planificado, un plan de exterminio social y una gran crisis humanitaria que necesita el acompañamiento de los diferentes organismos internacionales. Porque el avance en el narcotráfico que se ve en el territorio argentino y también la gran tasa de suicidios que ha aumentado violentamente, son producto del deterioro económico y social que está viviendo nuestro pueblo”.
En respuesta a los planteos de las organizaciones, Baños acusó a Gramajo de tener un “discurso político”, habló de infiltrados en las manifestaciones, de comedores fantasmas y tildó a la militancia social de coercitiva. Además sostuvo que “las políticas de intermediación y asistencialismo clientelar llevaron al país años de pobreza estructural” y agregó que “durante épocas de pobreza estructural y asistencialismo clientelar, tampoco se presentó ningún pedido de audiencia pública”, cosa que en la Ex Esma fue interpretada como una chicana.
Ante la pregunta del comisionado Caballero sobre si era una proyección o un dato concreto que la pobreza disminuyera a la par de la baja de la inflación, Baños agitó el discurso libertario: “No es que en el segundo semestre del 2024 la pobreza bajó sino que en este segundo semestre estamos viendo que la pobreza empieza a bajar a partir de una sostenida baja en los índices de inflación”.
Al cierre de su intervención sobre este tema, Baños describió para quién gobierna el presidente: “La gestión encabezada por el presidente Milei es para mejorar la calidad de vida de los argentinos de todas las clases socioeconómicas, apuntar a lograr una vida en libertad y hacer de la propiedad de cada uno un fin en sí mismo”.
La voz de los marginados
Roberta Clarke, presidenta de la CIDH, se dirigió a los funcionarios en relación a las respuestas insuficientes del Estado y la evidente falta de diálogo ante los reclamos de los trabajadores de la economía popular: “Quiero invitarles a las dependencias del Estado a que básicamente reconozcan los derechos humanos y políticos en el marco de los derechos humanos. ¿Entienden esta lucha de poder que existe entre las instituciones y las personas? Por ejemplo, eso tiene que ver con la distribución de recursos. Cuando hay desigualdades muchos quedan afuera en sus necesidades, no son cumplidas. Esta es la historia que vive nuestra región, de arriba hacia abajo. Entonces, el marco de los derechos humanos dicta que los Estados tienen que proteger los derechos y los defensores de los derechos humanos y las organizaciones de la sociedad civil tienen el papel de monitorear lo que están haciendo los Estados para cumplir con los derechos humanos. La Comisión también tiene que ser la voz de los marginalizados”.
Además, se refirió a la denuncia por la estigmatización y las campañas de desprestigio al sector de la economía popular que sostiene los comedores en los barrios: “La sociedad civil y los defensores de derechos humanos no deben recibir ningún tipo de represalia. Deben en forma sustantiva ser esa voz, no solamente una voz desde afuera, sino una voz que puede sentarse a la mesa de negociaciones para que se vean sus perspectivas, para que se vea el monitoreo que han realizado en cuanto a las políticas. Los defensores de derechos humanos están trabajando con mucho valor en contra de los poderes que tiene el Estado y por supuesto esto lo vemos en toda nuestra región. Así que quiero honrar la integridad del trabajo que están haciendo ustedes y sus intenciones”.
“La violencia contra mujeres y niñas es un crimen de lesa humanidad”
En la segunda audiencia sobre la “Situación de las políticas de prevención, sanción y erradicación de las violencias de género” participaron como peticionantes Amnistía Internacional, el CELS, el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), la Fundación Mujeres x Mujeres y la Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentables. Los principales ejes de denuncia fueron el cierre del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades y su posterior cartera disminuida en Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género, la reducción drástica de los Centros de Acceso a la Justicia, el desfinanciamiento de la línea telefónica 144, del Programa Acompañar y el Programa Acercar que brindaba asistencia integral a las víctimas de violencia de género.
Destacaron la falta de políticas de prevención del abuso sexual en la infancia, las barreras para el acceso al aborto legal, el cierre del Plan ENIA de prevención de embarazos no deseados en la adolescencia, más el desmantelamiento de programas que promovían la equidad de género en empresas y de ayuda económica para personas trans. La audiencia comenzó con un claro mensaje de Clarke: “Dediqué casi toda mi vida profesional a este tema y no se ha visto una disminución en las estadísticas. Tal vez no contemos con cifras exactas por subregistro, pero la violencia contra mujeres y niñas es un crimen de lesa humanidad”.
Natalia Gerardi, directora ejecutiva de ELA, puso en contexto a la CIDH: “Desde que asumió el 10 de diciembre de 2023, el actual gobierno ha atacado sistemáticamente los derechos de las mujeres, niñas, adolescentes y personas LGBT. Desmanteló políticas públicas exitosas, desprestigió sin evidencias las instituciones encargadas de garantizarlas, recortó de manera arbitraria las partidas presupuestarias y redujo el personal que sostenía la implementación de las políticas públicas mediante despidos masivos. Con estas acciones el Estado incumple pactos y tratados internacionales vigentes como la Convención de Belém do Pará y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW)”. Gerardi explicó que el desmantelamiento sistemático de estas políticas “se enmarca en un acelerado proceso de des responsabilización, el Estado Nacional abandona a las mujeres renunciando a su rol de rectoría en materia de política pública y garante de un piso mínimo de derechos en todo el país” y enfatizó en que “son medidas regresivas tomadas en manifiesto incumplimiento de los principios de progresividad y no regresividad en derechos humanos”.
Juliana Miranda, del Centro de Estudios Legales y Sociales, cuestionó ante la CIDH la actitud internacional del Estado argentino: “Nuestro país fue el único que se negó a firmar la Declaración sobre Igualdad de Género y Empoderamiento de las Mujeres del G20. Hoy mismo, hace unas horas, en la Asamblea General de Naciones Unidas, Argentina fue el único estado de 184 países que votó en contra de una resolución que llama a intensificar esfuerzos contra la violencia contra mujeres y niñas en el entorno digital. Estas acciones regresivas del Estado, en términos de protección del colectivo de mujeres y personas LGBT, es contraria a los estándares fijados por la normativa internacional y los antecedentes del sistema interamericano e incluso los compromisos que asumió en la emblemática solución amistosa por el intento de feminicidio y actuación estereotipada y discriminatoria en perjuicio de Ivana Rosales”.
En ese sentido, Miranda analizó lo discordante de esta posición en relación a los derechos adquiridos con que cuentan las niñas, mujeres y disidencias en Argentina: “Este giro en la política exterior alejó al país de sus alianzas en América Latina y de los foros multilaterales regionalistas en los que promovió el avance de la protección de este colectivo, con la excusa de considerar los derechos humanos como ineficaces e ideológicamente dirigidos. Argentina se está alejando de su rol de liderazgo histórico en la promoción de derechos de las mujeres, iniciativas contra la violencia de género y la promoción y protección de derechos sexuales y reproductivos”.
La respuesta de Baños fue la misma: la crisis económica y la ineficacia del Estado. “Los recortes de las partidas presupuestarias y el cierre de organismos ineficientes. La reducción de personal ineficiente tiene que ver con la búsqueda de saneamiento que permitan un renacimiento de la economía. Por la reestructuración total, los programas del ministerio fueron asumidos por la entonces Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género, donde se evaluaron oportunamente las estructuras organizativas. El análisis realizado puso en evidencia la superposición de tareas y duplicación de funciones con el consecuente exceso de personal, incluyendo coordinaciones y programas con objetivos similares. Se detectaron inconsistencias en materia patrimonial, incluyendo el incumplimiento de la aplicación de la normativa vigente en relación al seguimiento, supervisión y rendición de cuentas. Atento a eso, fue necesario llevar adelante un realineamiento de las acciones y programas provenientes de la ex subsecretaria”, justificó Baños.
Además, el Secretario de Derechos Humanos desacreditó y desconoció la especificidad de las políticas llevadas adelante hasta el momento, diseñadas y articuladas con actores sociales especializados en materia de género: “No existe, como pretenden las organizaciones peticionantes, un retroceso o proceso de desarme, desmantelamiento y el remanido y machacante uso de la violación al principio de progresividad y no regresividad porque son inexistentes las políticas orientadas a proteger, acompañar y asistir a la persona que se encuentra en situación de vulnerabilidad”.
Proyectos de vida y niñas violadas
Ante la falta de reconocimiento del Estado de Argentina a las políticas iniciadas contra la violencia de género y por la igualdad de las mujeres, el comisionado José Luis Caballero Ochoa apuntó: “Lo que no se nombra no existe. Esta es una convicción que me parece muy importante en el terreno del derecho de los derechos humanos. Si decían ustedes que la violencia no tiene género, si decimos que la violencia no tiene género, la protección del género no existe cuando hay discriminación estructural de años sobre grupos o colectivos tradicionalmente invisibilizados como las mujeres y el colectivo LGBTI, en violencia de género o en políticas de cuidado. Si no se protege, no existe. Este es un principio básico del derecho internacional de los derechos humanos, del derecho discriminatorio, de la igualdad. En ese sentido, debemos tener visiones muy claras desde la Comisión Interamericana”.
Amplió su llamado de atención dirigiéndose al Estado argentino luego de escuchar su postura: “El principio de progresividad es un principio que forma los derechos humanos. Los derechos humanos son universales, progresivos, interdependientes, indivisibles, inalienables. La prohibición de regresividad es un piso mínimo que tenemos en el patrimonio de la evolución del derecho internacional de los derechos humanos”.
En línea con su colega, la presidenta de la CIDH reforzó: “Me siento dando un sermón. A pesar de la ideología de igualdad de género, los actores estatales tienen que responder. Gran parte de la arquitectura del Estado comparte la cultura prevaleciente en donde se normaliza e invisibiliza esa violencia específica contra las mujeres. Entonces les pido como funcionarios del gobierno tener la conversación sobre por qué se tiene que nombrar, nombrar específicamente es importante porque tiene importancia simbólica”.
El secretario de Derechos Humanos cuestionó a las peticionantes respecto al acceso al aborto legal con una postura antiderechos: “La Convención Americana de Derechos Humanos protege la vida en general desde la concepción. La República Argentina es parte de la Convención sobre los Derechos del Niño que su preámbulo establece que la vida se debe proteger tanto antes como después del nacimiento. Seguramente los solicitantes están al tanto de que la Plataforma de Beijing y la del Cairo, no incluyen el aborto entre los derechos sexuales y reproductivos”.
Sobre el desmantelamiento del Plan ENIA, Baños sostuvo: “No es razonable exigir que se lleve adelante una política pública en donde les fallamos a las niñas y adolescentes”.
En respuesta, Clarke interpeló al Estado en relación a la violencia contra niñas, niños y adolescentes: “¿Dónde está la voluntad de proteger a los niños? ¿Cuál es el enfoque del Estado para darles a los niños y adolescentes lo necesario para protegerse? Los adultos tienen la responsabilidad de protegerse, pero se les pueden dar herramientas a los niños a través de la escuela, la educación sexual tiene relación. Doctor Baños, usted en la sesión anterior habló de darles autonomía a los niños para el proyecto de vida. Una niña de diez años que ha sido violada y quedó embarazada, ¿Cómo es su proyecto de vida en realidad? Pregunto para hacerme una idea de cuál es el enfoque de protección de los niños en tales situaciones”.
En su momento de réplica, Gerardi aseveró que “no hay una sola manera de garantizar la implementación de políticas públicas, pero sí hay una sola manera de garantizar su existencia y es con financiamiento en el presupuesto nacional. ¿De qué manera piensan que pueden implementar una política pública de atención y de distribución de recursos económicos para atención de violencia doméstica con cero presupuesto para el 2025? Al mismo tiempo, este presupuesto contiene una enorme cantidad de partidas dedicadas a exenciones tributarias y regímenes especiales como el régimen de minería”. También, contrapuso el cuestionamiento de Baños respecto al aumento de las denuncias a la Oficina de Violencia Doméstica: “Claro que aumentó a lo largo de los años la cantidad de consultas recibidas, porque aumentó el conocimiento y la percepción social de las mujeres, en particular de que hay algo que está mal en las formas de violencia que vivimos y que hay lugares donde podemos recurrir. Eso habla bien de la existencia de una política de conocimiento y difusión de derechos y de conocimiento y existencia de los lugares a los que se puede recurrir para conocer si aumenta o disminuye la incidencia de la violencia en el país”.
Estela de Carlotto: “Vengo a pedir su ayuda”
Estela Carlotto (Abuelas) junto a Taty Almeida (Madres Línea Fundadora) y, a su derecha, Carlos Pisoni, de H.I.J.O.S.
El auditorio de la Casa por la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo, en el Espacio por la Memoria Ex ESMA, estuvo repleto de movimientos sociales, organizaciones religiosas, sindicatos, universidades, equipos de investigación, organizaciones feministas, clubes y redes de comunicación comunitaria que acompañaron a los organismos de derechos humanos.
En conexión por videoconferencia expusieron sus opiniones Estela de Carlotto por Abuelas, Taty Almeida por Madres y Carlos Pisoni por H.I.J.O.S. De forma presencial en Washington, participó una comitiva de los organismos integrada por Paula Litvachky, directora ejecutiva del CELS; la nieta restituida Claudia Poblete, Carolina Vilella, integrante del equipo jurídico Abuelas de Plaza de Mayo; Verónica Torras, directora de Memoria Abierta, y el escritor Martín Kohan.
“Vinimos por primera vez a pedir su ayuda cuando en nuestro país nos cerraban todas las puertas y negaban las graves violaciones a los derechos humanos que estaban cometiendo. Desde ese entonces para nosotras y todos los organismos fue siempre fundamental y de gran importancia su acompañamiento. Ya con 94 años, vengo a pedir una vez más su ayuda ante todos los retrocesos que se viven en la Argentina en materia de derechos humanos y el Proceso histórico de Memoria, Verdad y Justicia. Todavía buscamos a 300 hombres y mujeres que hoy son padres y madres, por lo que también nos encontramos buscando a nuestros bisnietos”, expresó Estela de Carlotto como peticionante.
Durante la audiencia los organismos de derechos humanos expusieron el retroceso en las políticas públicas de memoria restaurativa. Explicaron cómo desde diciembre de 2023 el Poder Ejecutivo concretó sus promesas de campaña en la destrucción simbólica y material de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, de Reparación y No Repetición. A través del desfinanciamiento del Banco Nacional de Datos Genéticos y de las recompensas para la búsqueda de prófugos de delitos de lesa humanidad, el cierre de líneas de trabajo en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI) para la búsqueda de los nietos apropiados y del Equipo de Relevamiento y Análisis documental del Ministerio de Defensa orientado a la apertura de los archivos. En paralelo avanzó con despidos masivos de trabajadores, vaciamiento de instituciones y la puesta en venta de sitios de memoria.
El secretario de Asuntos Internacionales de la Defensa del Ministerio de Defensa, Juan Battaleme, volvió a justificar el ajuste por “la necesidad de optimizar recursos” frente a la crisis económica. A los trabajadores de los organismos de derechos humanos los acusó de que “actuaban como vengadores”, al Ente Público Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos (ex ESMA) y sus representantes los definió como un “ente opaco e inorgánico que funcionaban sin un superior jerárquico que imponga los criterios de actuación” y que “la arbitrariedad en esta dependencia era moneda corriente”. Battaleme expresó la posición del Gobierno en relación a la apertura de los archivos de integrantes de las fuerzas armadas para identificar su participación en el terrorismo de Estado: “No podemos permitir bajo ninguna circunstancia indagaciones generales o excursiones de pesca. Quiero recordar que toda la información de los legajos personales de militares se encuentran clasificados como secreto militar”.
En el cierre de su exposición, Battaleme quiso dejar un mensaje: “La lucha por la justicia es para nosotros un compromiso con todos los argentinos, no debe ni puede transformarse en un terreno de venganza o abuso de poder. Avancemos juntos en la búsqueda de un futuro donde la justicia sea para todos y la memoria completa una base sólida de libertad”, aclaró el funcionario con sentimientos de “profundo deber y convicción”. Por su parte, Alberto Baños, reafirmó esta posición del gobierno de Milei: “El problema aquí es que se consideran dueños del relato. Hablan de negacionismo y que se abandona la política de memoria. Pero la memoria es para todas las víctimas. Sin excusas ni banderas. Por las señoras que hoy participaron en el video uno no puede tener sino empatía por la situación que han vivido y siguen viviendo. Pero eso no las puede convertir en directoras de las políticas públicas a más de 40 años de perpetrados los hechos. Nosotros seguimos respetando la memoria de quienes hayan perdido sus vidas y hayan sido víctimas. Pero también el Gobierno está respetando la memoria de aquellos que hayan sido víctimas del accionar terrorista. Hablan de negacionismo pero en realidad pretenden dirigir las políticas públicas en materia de derechos humanos de las que el Estado hace honra y no cede ante las presiones ideológicas”.
La indignación en el auditorio de Abuelas pesaba en el aire. Estela y Taty negaban con la cabeza, se agarraban la mano, resoplaban por el desagrado de escuchar a los funcionarios argentinos hablar de esa manera ante un organismo internacional de derechos humanos. Los participantes aguantaron las ganas de chiflar y putear. Cuando terminó la audiencia, pudieron descargar: “¡30 mil detenidos desaparecidos presentes, ahora y siempre!”, gritaron entre abrazos y dedos en V en alto, con la convicción de no bajar jamás los brazos.
El representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Arif Bulkan, transmitió por videollamada la opinión de la ONU respecto a la Argentina: “La Oficina que represento comparte las preocupaciones de diversos actores sobre el cambio de narrativa de políticas y de institucionalidad en torno al proceso de memoria, verdad y justicia desde la recuperación de la democracia argentina”. Bulkan reconoció el esfuerzo del Estado y de la sociedad “por enfrentarse al legado de las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura cívico militar”. Destacó el trabajo de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, puso en valor los museos y sitios de memoria, en particular la Ex ESMA como Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Arif Bulkan fue categórico en remarcar que la situación económica no puede ser motivo de regresiones en materia de derechos humanos: “La existencia de una crisis económica no debería significar la limitación de recursos humanos y financieros para ciertas áreas de crucial importancia para los procesos de justicia transicional y reconciliación, como lo son las entidades dedicadas al esclarecimiento de crímenes de lesa humanidad durante la dictadura. La oficina expresa su preocupación por los riesgos que esto podría implicar para la garantía de los derechos a la verdad, justicia y reparación y garantías de no repetición”.
Además, expresó que en el Alto Comisionado de la ONU “preocupa la retórica de algunas autoridades que parecerían banalizar o relativizar los crímenes de la dictadura y cuestionar el proceso de juzgamiento de los responsables, lo que tiene un impacto real victimizante en las víctimas de la dictadura y además afecta al derecho a la memoria ante la sociedad en su conjunto. La Oficina quisiera alertar a la Comisión que todos estos cambios podrían contribuir a debilitar el proceso de justicia transicional que fue y es tan importante para nuestra región y al mundo”.
Taty Almeida valoró la postura de los organismos internacionales: “Las mentiras que hemos escuchado por parte del Gobierno es lamentable, pero fue muy buena la postura de la ONU y de la CIDH. Los invitamos a que nuevamente vengan para que comprueben personalmente que todo lo que se ha denunciado es la verdad”. Por su parte, Miguel “Tano” Santucho, hijo de desaparecidos y parte del directorio de Abuelas, también expresó a lavaca sentir vergüenza de los funcionarios argentinos: “Una vez más hablaron de revanchismo y de organismos militantes, que lo somos, de una justicia y una verdad histórica que estamos reconstruyendo. Los que niegan toda la información son justamente el Estado Nacional y en particular las Fuerzas Armadas. Ellos saben perfectamente dónde están los 300 hombres y mujeres que estamos buscando. Desde que perpetraron los crímenes de lesa humanidad nunca permitieron acceder ni dieron ninguna información. Y ahora, en una tribuna tan importante como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, nos injurian de esta manera”.
Uno de los comisionados habló de la reconciliación en relación a la justicia transicional, un tema sensible en la lucha por el esclarecimiento de los crímenes de la última dictadura, que fue utilizado para instalar la teoría de los dos demonios y evitar el juzgamiento de los responsables. “Desde los 90 que vengo escuchando la palabra reconciliación -siguió Santucho- y yo siempre dije que la reconciliación es posible en la medida que se pueda hacer justicia, que se puedan hablar, que se puedan aclarar los casos que pasaron, que se puedan recuperar los nietos. Pero no hay ningún tipo de colaboración de parte de los perpetradores del terrorismo de Estado, que no hay ninguna persona que haya abierto los archivos o la información. Es muy difícil plantear una reconciliación porque todavía nos falta mucho por reconstruir y mucha justicia por obtener. Mi postura particular es que cuando tengamos justicia y encontremos los 300 nietos, nos sentaremos a hablar de reconciliación”.
Nota
Rosario y el asesinato de “Pillín” Bracamonte: las hipótesis, la pelea entre bandas y un corte de luz antes de las balas
En el atentado número 30 contra su vida, Andrés “Pillín” Bracamonte –líder de la barra brava de Rosario Central desde hace al menos 25 años– fue asesinado a balazos este sábado junto a su segundo, Daniel “Rana” Atardo. Ocurrió en el marco de un partido de Central contra San Lorenzo. Hubo una posible zona liberada, luces cortadas en la zona, y un crimen que se veía venir pese a la aparente calma de la violencia en Rosario en los últimos meses. Publicamos aquí las crónicas del medio cooperativo rosarino El Ciudadano, que dan cuenta del hecho, las primeras hipótesis, un perfil de Bracamonte y el contexto. Todo puede seguirse además en El Ciudadano (elciudadanoweb.com). Y agregamos una reflexión del periodista y diputado Carlos del Frade quien anticipa que estos asesinatos tendrán igual o mayores efectos que todo lo que ocurrió tras el crimen del “Pájaro” Cantero.
La muerte de Pillín: las hipótesis detrás del crimen que agita la pelea entre bandas y un sugestivo corte de luz antes de las balas
Quizás por haber sido víctima de 29 ataques a balazos, estaba regalado en una calle donde tampoco le llamo la atención que la luz estuviera cortada antes de que lo asesinaran. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).
Con 29 ataques a balazos en el lomo, Andrés Bracamonte, único barrabrava capaz de sostenerse 25 años en el paravalancha canalla sabía que lo querían matar. Desde antes del último ataque, en agosto pasado, tenía esa certeza. Pero igual estaba regalado en la esquina de Avellaneda y Reconquista, con la luz cortada, sin sospechar lo que vendría. Algunos aseguran que contaba dinero de la recaudación.
El asesinato de Samuel Medina, el Gordo Samu, yerno del Guille Cantero abrió una serie de hipótesis que hoy desembocan en la muerte de Pillín. Una daba cuenta de una pelea entre Los Monos y Bracamonte que sus allegados desmienten. El Gordo Samu era allegado a Pillín, viajaban juntos y su muerte está orientada hacia una banda de un barrio periférico manejada desde Buenos Aires que la fiscalía tenía entre manos, según allegados a la investigación. Uno de los integrantes de esa banda fue golpeado personalmente por Pillín, algo que en la jerga se considera una especie de humillación. Pillín lo sabía, pero llama la atención que estuviera tan regalado en la esquina de Reconquista y Avellaneda. También llama la atención que un rato antes del ataque a balazos cortaran la luz de la calle en el marco de un partido de Central. Lo mataron a oscuras; a él y a su sucesor. Una versión da cuenta de que la pelea con el grupo del barrio periférico fue para evitar comercialización de sustancias en la cancha: Pillín no quería la Federal encima de ellos.
La escena del crimen, en las afueras del estadio de Rosario Central.
La banda señalada, que ya fue allanada, está vinculada directamente con una banda contraria a Los Monos. Si esta hipótesis se confirma habrá dos sectores en disputa, por un lado las dos grandes bandas que operan en Rosario y por otro lado la sucesión del paravalancha.
El perfil de un duro: a Pillín lo habían intentado matar 29 veces en los 25 años que estuvo al frente de la barra de Central
Andrés Bracamonte estuvo al frente de la barra canaya desde fines de siglo pasado, cuando era uno de los 7 jefes de fracciones internas y se quedó con todo. Desde entonces hubo plomos contra él: lo hirieron, lo rozaron, pero logró reponerse una y otra vez. Esta vez no pudo. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).
—¿Es verdad que a Pillín lo balearon 29 veces?
—Sí, de locos, pero sí. Espero que podamos festejar las 30 con él sentado a mi lado.
Así confirmaba el número de gambetas a la muerte que llevaba Andrés Bracamonte un amigo que había ido a acompañar al hospital donde lo revisaban por heridas menores y roces de bala. Era el sábado 10 de agosto y Rosario Central acababa de vencer 1 a 0 en el Gigante de Arroyito a su archirrival Newell’s Old Boys. Y en medio de un torrente de personas a pie que caminaban por los bordes del parque Alem iba Pillin en su auto, despacio, junto a su pareja, y en avenida de los Trabajadores y José María Drago rociaron a ambos a balazos.
No habían ido a ver el partido, Pillín tenía restricción para entrar.
Según contaron testigos, un motociclista se acercó al auto y disparó ocho veces. Escapó. El entorno del jefe de la barra reaccionó rápido, pero no logró dar con el tirador. A Pillín una bala le entró en la espalda; también salió. No afectó ningún órgano, dijeron después en el hospital. A su pareja las balas le dieron en la zona costal derecha y en el codo derecho. También la atendieron sin que su vida estuviera en riesgo.
Pillín un cuarto de siglo al frente de la barra de Central. Había llegado a la cima antes del año 2000: era 1999 cuando quedó como jefe indiscutible de todas las fracciones. Y en los 25 años que se mantuvo fue acusado, condenado, detenido, liberado y baleado 29 veces.
De esos ataques, hay pocos registros en las crónicas policiales. Pero en el entorno del mandamás los tienen contados.
En julio de 2002, Pillín atacado por un desconocido que logró impactarle tres balas en el cuerpo. Fue en la puerta de un gimnasio ubicado en Ovidio Lagos al 1000. Pillín estaba en la puerta y vio a un desconocido cruzar la calle. Ese hombre extrajo un arma y le efectuó cuatro disparos, tras lo cual escapó a la carrera hacia la esquina donde al parecer lo aguardaba un auto.
Pillín recibió tres impactos de bala, dos en cada brazo y un tercero en la pierna derecha; el tirador falló el cuarto, que tenía como destino la otra pierna. Un balazo le provocó una fractura y el que recibió en el otro brazo le cortó una vena, lo que le produjo una importante pérdida de sangre.
En 2006 fue baleado por desconocidos en la puerta de su casa donde vivía entonces, en la zona norte. Recibió cuatro balazos: uno en el abdomen con orificio de salida, uno en cada pierna y otro en un tobillo. Rápidamente recibió el alta.
En febrero de este año, desconocidos balearon el frente de Los Álamos Club de Campo, el country de Ybarlucea donde vivía actualmente. Dejaron una nota amenazante contra el líder de la pesada.
Mediático
Pillín no pudo entrar a la cancha desde 2018. Antes del partido que Central disputó ante Talleres por la Copa Argentina, Bracamonte fue detenido mientras repartía entradas de protocolo, destinadas a dirigentes, en las inmediaciones del estadio de Lanús, donde se disputó el partido. Sólo quedó unas horas demorado. Pero la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) dispuso su prohibición de ingreso a los estadios.
En junio de 2010 fue uno de los diez barrabravas argentinos que no pudieron ingresar a Sudáfrica y fue deportado a la Argentina. Bracamonte, quien tenía tres causas judiciales en trámite, había sido autorizado por la Justicia local a salir del país.
Tres años antes el programa Crónicas Extremas del canal América filmó desde adentro a Los Guerreros, la barra canalla, con Pillín como estrella principal. Eso incluyó una visita a La Carpita, que el capo de la pesada también administra.
Causas judiciales
En diciembre pasado, Pillín pasó una semana preso, pero recuperó la libertad antes de la Navidad. Fue por una causa que involucra a un dirigente de la Uocra local por asociación ilícita, pero finalmente logró que sólo pesara sobre él una causa por extorsión.
Esa causa contra el gremio de albañiles reflotó un caso por lavado de activos que pesaba sobre Bracamonte, a raíz de la incautación de un cheque por el pase de un futbolista en su vivienda de Ybarlucea. Tras la imputación cuatro años atrás la causa quedó congelada, pero en diciembre la Justicia local decidió pasarla al fuero federal. Ante la apelación, la Cámara definió, finalmente, que la causa debía seguir bajo la órbita provincial.
Parecía intocable desde cualquier arista. Pero la suerte, si de tal cosa se trataba, esta vez le falló.
Daniel “Rana” Atardo, segundo de Pillín. Ambos asesinados ayer en Rosario.
Vienen días bravos
Este es el texto que escribió y distribuyó el periodista y diputado provincial santafesino Carlos del Frade, que este domingo a las 21 organizará un vivo en su Instagram @defradecarlos sobre las causas y consecuencias del asesinato de Pillín.
Por Carlos Del Frade
El asesinato del Pillín corta en dos la historia del presente criminal en Rosario.
Tendrá la misma o una mayor profundidad de lo que sucedió después del asesinato del Pájaro Cantero.
Era el único jefe de una barrabrava de primera división que permaneció por treinta años liderando esos negocios que surgen desde la cancha chica del fútbol y se expanden en la cancha grande de la realidad.
Más allá de las primeras informaciones, es claro que los últimos tres atentados contra él y su gente en los partidos de Central como local exhibían una voluntad manifiesta de matarlo.
Vienen días bravos en la ex ciudad obrera.
Portada
Hasta siempre, Mirta
Lo dijo con una sonrisa, amorosa, y con la mirada encendida, directo a los ojos: “El miedo es para los cobardes”. Fue un jueves de puro sol, cuando le preguntamos si tenía miedo en este contexto, antes de comenzar una nueva ronda que justo ella, con otras trece madres, fundó el 30 de abril de 1977, cuando buscaban con desesperación a sus hijos e hijas.
Mirta Acuña de Baravalle buscaba, además, a un nieto o nieta: su hija Ana María, a quien secuestraron el 26 de agosto de 1976 junto a su compañero Julio César Galizzi, estaba embarazada. Mirta murió este viernes sin saber qué pasó con ellos.
Su despedida será de 16 a 19 en el hall del Municipio de San Martín, el partido donde ella vivía, donde jugaba al scrabble sin cansarse, y donde seguía todos los jueves las rondas de Madres Línea Fundadora por las transmisiones de medios comunitarios, mandando saludos en vivo y recordatorios que una hermana leía sobre otras personas desaparecidas.
Tenía 99 años, la mirada encendida y la sonrisa amorosa, para indicarle a nuevas generaciones que la lucha sigue.
Gracias, Mirta.
Presente, ¡ahora y siempre!
Mirta en las marchas masivas del 24 de Marzo, marchando por la memoria, la verdad y la justicia junto a sus compañeras de Madres Líneas Fundadora. Foto Lina Etchesuri para lavaca
24 de Marzo de 2017. Mirta acompañada por Victoria Moyano, nieta recuperada. Foto Lina Etchesuri para lavaca
Esta foto fue tomada el 29 de febrero de este año y fue el último jueves de ronda donde estuvieron las tres Madres Líneas Fundadora juntas: Nora Cortiñas (fallecida el 30 de mayo), Mirta Baravalle (en el centro) y Elia Espen. Consultada sobre si tenía miedo en un contexto de discursos de odio y negacionistas, Mirta respondió a Lavaca con una sonrisa: “El miedo es para los cobardes”. Foto Lina Etchesuri para lavaca
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