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Ronda de pensamiento autónomo: la cooptación de los movimientos sociales y el fantasma del dogma autonomista

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La cita de agosto del pensamiento autónomo giró en torno a la teoría y la práctica de la horizontalidad en los movimientos. El punto de partida fue la crónica de lavaca que resumió la reunión anterior y la respuesta que originó por parte del MTD de Lanús. A partir de allí, se expresaron puntos de vista sobre temas diversos: el poder, Kirchner, Tony Negri, el acceso al conocimiento y la formación, el autonomismo y las chicanas.

Agencia www.lavaca.org

La Ronda de Pensamiento Autónomo fue rara, clarificadora y enigmática.
Como siempre.
Esta octava versión (sábado 2 de agosto de 2003, a 11 de la mañana) no se hizo al sol y al aire libre como las últimas. La amenaza de lluvia llevó a que más de 50 asistentes se reunieran en un salón cerrado de uno de los edificios abandonados del predio de Roca Negra, en Camino General Belgrano y Méndez, de Lanús. Los participantes se ubicaron en círculos más o menos concéntricos: asambleístas de Capital y Gran Buenos Aires, integrantes de movimientos sociales, personas interesadas; la convocatoria -cabe recordarlo- es absolutamente abierta, y se concreta el primer sábado de cada mes. Había tres jóvenes norteamericanos grabando y escuchando, un integrante del Colectivo Situaciones, y una joven sentada en el piso frente a su mochila, sobre la que había colocado un billete de 5 pesos, y una moneda de un peso.
Esta vez hubo un debate entrecortado sobre la autonomía, la teoría, la acción, la práctica horizontal y las diferencias entre diversos Movimientos de Trabajadores Desocupados, que no parecía terminar de tomar forma aunque, como corresponde a una Ronda, ha comenzado a circular. (El encuentro del mes pasado había iniciado una discusión al respecto, que fue respondida en una «carta abierta» por el MTD de Lanús).
Este sábado, hacia el final de la ronda, alguien definió la cuestión de un modo técnico: «Me parece que le estamos sacando el culo a la jeringa».
Esto es: no se estaba encarando a fondo el debate sobre las distintas formas de pensar y vivir esas ideas (autonomía, horizontalidad, teoría, acción, construcción política) que podría permitir criticarlas, debatirlas y potenciarlas.
En esa línea, lavaca consultó a Pablo, del MTD de Lanús, dos cosas: primero, si la respuesta a la crónica de la Séptima Ronda de Pensamiento, firmada por el MTD de Lanús, había surgido de una asamblea, y segundo, qué se quería decir y a quién se dirigía al hablar en esa carta del «dogma autonomista».
Pablo contó que la carta no había sido debatida en asamblea de Lanús, aunque sí leída con los compañeros del barrio. Y explicó lo siguiente: «Integramos unas 400 personas organizadas en cuatro barrios distintos. El MTD resuelve colectivamente en sus espacios desde cómo laburamos, cómo usamos el tiempo, de qué vivimos, cómo organizamos la alimentación que no alcanza, y cómo generamos nuestros espacios de debate y reflexión. El trabajo, las relaciones, las luchas con el gobierno, los espacios de formación, etcétera. No hay forma de que un movimiento que se expande geográficamente, que contempla tal nivel de cosas, discuta cada cuestión en una asamblea. Lo aprendimos. Tratamos, pero no hay forma. Los compañeros pierden una pala. ¿Cómo se repone? ¿Se evalúa en una asamblea?»
«La pregunta iba a si lo discutimos (la carta) democráticamente. Sí: se leyó con los compañeros, se leyó en los barrios, saben los compañeros lo que es la polémica. Y también decimos que es una falsa democracia la que plebiscita opiniones, la que somete determinado nivel de análisis que no está al alcance de una base social que está en las condiciones en que estamos hoy, de falta de acceso al conocimiento, de formación». Luego desarrolló un ejemplo: «Digamos que tenemos un delegado que va a cada asamblea, lee la polémica, lee la respuesta y quiere aprobación. No se entiende mucho de lo que se está hablando y se vota. Bueno: no creemos que eso sea democrático».
Pablo dijo que pretende «una horizontalidad de acceso al conocimiento, donde no haya compañeros que deban preocuparse por los debates mientras otros tienen que garantizar la alimentación de los pibes. Ahí no hay horizontalidad ni igualdad que valga».
Dijo que en algún momento quisieron discutir todo en asambleas semanales: «Pero cuando se hace más complejo el movimiento, buscamos la forma de no paralizarnos en la gestión administrativa, los grupos de trabajo, el área de emprendimientos productivos».
«Creemos que sin organización no vamos a lograr ninguno de los objetivos, ni vamos a lograr la resolución de la vida material en forma autónoma, ni vamos a ningún lado. Estamos construyendo organización. No somos hipócritas: estamos construyendo organización.
«Valoramos que todos tengamos nuestros lugares organizados donde caigan estos debates, si no tampoco es muy horizontal, participativo ni democrático que estemos sin ningún correlato con la práctica».
Pablo cerró su intervención reprochando el nivel de desconfianza que atribuyó a la ronda anterior, por el silencio ante supuestas desinformaciones, y dijo que esas cuestiones responderían a la pregunta sobre por qué no van los otros MTD a la Ronda de Pensamiento.
La consulta sobre qué se quiso decir con las palabras «dogma autonomista» no fue respondida.
Luego habló Vasco, del MTD de Allen (Río Negro), con una mezcla precisa de serenidad y vehemencia. Algunos conceptos:
«Nosotros sí creemos que hay otras formas de concebir la horizontalidad. Y no es que estamos hablando de lo mismo. Somos distintos, somos diferentes. El problema es si nos pensamos en función de un colectivo y actuamos, hacemos y trabajamos desde distintas perspectivas, pero con un horizonte en función del colectivo. Eso es horizontalidad».
«Somos distintos. En nuestro MTD tenemos un 70 por ciento de compañeros que no han cumplido la escuela primaria. Y casi 10 por ciento de analfabetos. Y recién hemos llegado a resolver el problema del analfabetismo en un 4 por ciento.»
«Pero lo más importante del caso, y lo señalamos siempre con mucha vehemencia, es que los compañeros que más nos enseñan sobre autonomía, son los de un proyecto de costura que solos, por su cuenta, se organizaron. Que solos buscaron los medios. Que solos resolvieron los problemas que tuvieron, que cualquier excedente que produce el taller de costura lo hacen ir a parar al conjunto de movimiento, y así sucesivamente.»
«El punto de referencia de la horizontalidad no es ni Toni Negri ni (John) Holloway (teóricos europeos). Son esas compañeras del proyecto de costura. Y de esto nosotros presumimos. Porque nos pensamos desde ahí. Nos-pensamos-desde-ahí. Desde esa autonomía que se entrega con el cuerpo. Por eso pegamos un cartel que dice más o menos: no sabe más el que más habla sino el que sabe hacer y resolver con el cuerpo muchas cosas que los eruditos por ahí no sabemos comprender. Eso es horizontalidad. Es uno de los componentes de la relación social.»
«Lo digo porque estamos recansados y repodridos de las chicanas sobre la horizontalidad. Es cierto. Cualquier pensamiento teñido del poder cree que la horizontalidad es una línea sucesiva de puntos. Una raya. Horizontalidad presupone que hay un colectivo que se piensa como tal. En el que los egoísmos, los individualismos, el hacer, se piensa en función del otro, del conjunto. Entre otras cosas más que podríamos debatir toda la tarde, pero no es el motivo de la reunión.»
Anunció luego que se tomaría una libertad: «Yo no soy el MTD de Allen, yo soy el Vasco, y voy a hablar desde ahí». Fue la formulación de un modo distinto de hacer las cosas:
«Nosotros tenemos cinco compañeros del MTD que tienen capacidad de escribir con soltura y desenvolvimiento. El problema es si lo que escribimos -y nosotros escribimos mucho- no está consentido, no tiene el sentimiento colectivo del conjunto. Miren. En una de las últimas reuniones, unánimemente se resolvió y se acordó, no se votó, que había una cuestión que no queríamos: no queremos construir en función del poder. Así de sencillito y de claro.»
«Y somos capaces de hacerles leer a todos los compañeros lo que escribimos y nos llama la atención cómo muchas veces nos corrigen los términos que utilizamos, las palabras que usamos, las cosas que no son consentidas por el conjunto. Y muchas veces se vota por mayoría. Pero muchos compañeros perciben muy finamente que se está votando sin consentimiento, y hemos hecho la práctica de volver todo para atrás y discutir todo aunque haya una mayoría. Y nos parece una práctica hermosa de horizontalidad.»
Luego señaló otra diferencia entre los MTD, referida a la historia reciente, y al futuro:
«Por ejemplo, el 19 y 20 de diciembre para nosotros no es un hecho más desde la perspectiva de la destrucción del poder. Porque acá hay un principio. Nosotros no queremos construir poder, queremos destruir el poder, como invento de la humanidad hasta acá, no sólo del sistema capitalista. Queremos destruir todas las valoraciones que hasta aquí ha construido el pensamiento de la modernidad. Todas. Y gestar una nueva subjetividad y nuevos valores. Por eso el que diga que no tenemos horizonte, se equivoca. Queremos destruir el poder y destruir el Estado, hacerlos mierda».
«Ni encuadrarlo, ni como dice Hollloway, ni sé qué pindonga de Mahoma. Nada. Ni mierda de encuadre: los queremos destruir. Y concebimos el poder no como una superstructura que está allá arriba (señalando al techo) sino casualmente como una relación social (señalando la ronda) dentro de la cual nosotros también estamos. Queremos nuevas relaciones sociales.»
Caracterizó al 19 y 20 de diciembre del 2001 no como un acontecimiento pasajero, sino como «un torrente de potencialidad social, una expresión de insurgencia social que arremete contra los valores del poder y del Estado». Luego, despotricó contra el concepto de multitud de Toni Negri: «¿Qué multitud ni las pelotas? El 19 y 20 no es producto del espontaneísmo de la multitud, todo venía de antes, de las asambleas del Comahue, de Cutral Có. Que haya un reventón como ese tiene que ver con que hay muertos, gente que ha venido poniendo el cuerpo desde la radicalidad y la ruptura. Sería muy hipócrita decir que no estamos trabajando para otro 19 y 20. Pero no desde la orgánica o tratando de formar un estado mayor que dirija el próximo 19 y 20».
«¿Si queremos hacerlo sin conducciones? Miren, hasta eso le discutimos al Toni Negri. No seamos boludos. Creemos que hay un momento dado en el que hay sujetos sociales que expresan la potencialidad del conjunto y se lanzan a ello. Lo que no queremos es eso de la vanguardia permanente. Ahora, si nos dicen «negristas» ni nos importa. Un mérito le reconocemos al Negri y al Holloway: habernos hecho pensar en un montón de cosas».
Alguien le hizo un gesto, y Vasco anunció: «Ya termino».
Por suerte, no se hizo caso a sí mismo. «Si hay una cuestión que rompimos desde la autonomía, es la fuente puntual, teórica, bíblica, eso de recitar de nuevo a dios. No queremos más».
Habló entonces de los más flamantes recientes debates sobre teoría política: «Tenemos también diferencias en la teoría. Si hay alguien que lo expresa cortito y directo como viaje de laucha es Marcos (el subcomandante zapatista) y no voy a hacer de Marcos un dios. Pero ¿cómo refleja él la cuestión de la teoría? Desde la negación del poder y de la centralidad. La niega de pé a pá. Por eso dice «dejen que la academia, los autores ajenos, sigan escribiendo. Lo valioso es cómo escribimos y hacemos teoría desde los movimientos, desde una práctica que presupone rectificaciones constantes. Entonces, tomar a Marcos desde lo teórico sin negar la cuestión del poder, nos parece un oportunismo. O-por-tu-nis-mo y lo decimos con todas las letras porque ahí también tenemos discrepancias muy fuertes.»
Alguien volvió a hacer un gesto, y Vasco repitió: «Ya termino».
Pero siguió: «También tenemos discrepancias en esto: no se puede ser autonomista y, al mismo tiempo, pretender la construcción del poder popular: son dos cosas que chocan de plano. Y si están buscando una tercera posición, nunca nos gustaron. Vean a este muchacho de Inglaterra que asume por izquierda y termina haciendo la guerra para el imperio por derecha. No nos gusta las terceras posiciones. O nos definimos por la radicalidad, por la ruptura permanente, por la negación de todos los valores que hasta aquí esta civilización nos ha metido en la cabeza, o no somos consecuentes».
Finalmente hizo un análisis sobre el actual gobierno, muy diferente de los que suelen estar a la moda:
«Hay quienes dicen que Kirchner es emergente de toda la lucha social que se viene dando. Nosotros tenemos otra caracterización. Es un tapón. Viene a frenar y a taponar la insurgencia social abierta en la Argentina, y lo hace nada menos que reconstituyendo el poder y la institucionalidad. Y toda búsqueda de consenso presupone siempre represión. Ese es el tema. Consenso -para la burguesía y el Estado- es represión. No represión abierta, persiguiendo a los piquetes, matando gente en la calle. No. Éste sabe que eso no lo puede hacer, que tiene que actuar de otra manera. Para destruir al movimiento social hace falta referenciarlo, institucionalizarlo, que se verticalice, hace falta comprarlo también con dinero, y además instrumentar una política represiva.»
«Textuales palabras de Kirchner: ‘Tenemos que copiar del movimiento social que desde la nada, desde la pobreza, hizo lo que hizo’. Es decir: todos los proyectos que estábamos construyendo, ahora los va a hacer el Estado. Salud, educación, talleres productivos. Y los va a sembrar alrededor nuestro. Y cuanto más cerca estén de los movimientos sociales que están haciendo esto, más va a reprimir todavía. Y va a sembrar cooperativas ofreciendo salarios buenos para que los compañeros vayan allí. Es una política represiva. Pero también es un desafío para nosotros, si somos capaces de tomarlo y darlo vuelta a ese proceso y seguir construyendo con las herramientas que tenemos para gestar nuevas relaciones.»
«Ya termino» dijo Vasco nuevamente, y redondeó:
«Si sólo ponemos comedores para que los compañeros coman, estamos jodidos. Si creemos que producir una huerta es simplemente sacar verduras para que los compañeros coman, estamos rejodidos. Si no sabemos hacer desde la huerta y de todo lo que nos tire el Estado, ser constructores de una nueva relación social, de nuevos valores, de nueva subjetividad, no estaríamos apostando a otro 19 y 20».
La ronda había comenzado con unos silencios densos. Alguien había propuesto: «Hablemos sobre lo que publicó lavaca«, aunque velozmente se pasó a centrar la charla en el contenido de ese debate, más que en quien tuvo ocasión de darle difusión. Pancho, de gorro de lana y bigotes, propuso evitar la vieja estrategia de matar al mensajero, y no eludir el asunto de fondo en una ronda a la que definió como «una manera insólita de construir» para alguien que -como muchos allí- viene de experiencias en las que las palabras «partido», «militante», «poder» y demás tenían un peso central. Propuso avanzar hacia lo desconocido. «No sabemos dónde se salda lo que produce este organismo». Es todo un dilema: la Ronda no genera comunicados, declaraciones ni odas. Julio, que suele coordinar las charlas, dijo hace tiempo que tal vez el principal registro de cada ronda se produzca que en cada uno de los que asiste ese día. Nada más. Nada menos.
Alberto, del MTD de Solano-quien había tomado la palabra en la reunión anterior- ratificó el rechazo a los que soberbiamente se ponen por encima de los movimientos para decirles qué tienen que hacer, el rechazo a las «orgas» (organizaciones políticas centralizadas y verticalistas), y a los que se pretenden vanguardias.
Carla, la joven que tenía los 6 pesos sobre su mochila, criticó las imprecisiones del artículo de lavaca (mencionar a un MTD como firmante de un documento que no había firmado, y equivocar a qué barrio corresponde Juan Cruz D’Affuncio), dijo que de todos modos lo central del debate estaba reflejado en la crónica, y que el problema supera ampliamente a los MTD, ya que involucra a todos los que se interesan por la construcción de la autonomía: «Nos cuesta llevar adelante discusiones medianamente adultas. Y me parece bastante infantil lo de la carta esa. En los discursos no veo tantas diferencias, más bien en las prácticas. Todos somos fantásticos para decir ‘autonomía’ pero lo distinto es la práctica».
Tanto Vasco como Neka, de Solano, señalaron diversas imprecisiones en la carta abierta del MTD de Lanús (tal vez los errores provengan de la complejidad de estos movimientos que, según parece, abarca algunas veces a quienes los conforman). Más en el centro de la cuestión, Neka comentó que había visto muy agresiva la carta abierta realizada por Lanús, y que la clave, para ella, es qué se quiso decir con ‘dogma autonomista’. «Ese es el centro de toda la discusión, todo lo demás son adornos. Están los compañeros de Lanús, podrán explicar cómo lo interpretan».
Pablo repitió fundamentalmente lo expresado en la carta abierta, criticó la desconfianza que había percibido en la ronda anterior, y dijo que la autonomía es un dogma si no se admite que hay posiciones diferentes (las mayores precisiones pueden leerse en la propia carta abierta).
Vicky, del MTD Maximiliano Kosteki de Guernica, dijo que lo de Lanús le había parecido una manipulación mediática. Pablo dijo que simplemente habían querido responder en los mismos medios «donde se habla de nosotros».
Neka volvió a intervenir: «A veces el debate se vuelve tan fino que esconde otras cosas. A mí me preocupa en serio eso del dogma autonomista. Porque si acá intentáramos darle uniformidad al pensamiento sería un dogma. Si intentamos sacar definiciones todos por igual, sería un dogma. Para mí los compañeros de Lanús usan el dogma para responder a eso. Intentan purificar o purificarse de un montón de cosas del debate».
«También tenemos que decir, sin pegarle a ningún movimiento, a ninguna práctica, que venimos sufriendo el tema de la cooptación, la institucionalización que hay, las internas que hay en el campo popular, y eso no significa ponernos en contra del MTD de Lanús ni de nadie, sino expresar lo que estamos viviendo hoy».
Como suele ocurrir, hubo algunas intervenciones hacia otros temas: la escolaridad infantil, por ejemplo, o si la propia discusión no significa alejarse de la práctica que hace que a veces el problema de un movimiento sea, por ejemplo, la falta de electricistas. La ronda, en realidad, es una práctica de pensamiento, que además funciona entre gente que suele tener prácticas políticas y sociales; la solución del problema del electricista difícilmente se encuentre ahí, aunque Graciela (que no pertenece a ningún movimiento) aclaró: «Aquí estamos discutiendo cómo hacer que existan los movimientos sociales, para que les haga falta tener un electricista. Mientras tanto, pido que no se boicotee la discusión central».
Carla volvió a hablar para decir que, habiendo militado en el MTD de San Telmo, había visto problemas de rechazo a la discusión, y a las críticas internas. «Pero se ofendían los compañeros porque no se hablaba de lo maravilloso de los MTD sino de lo malo. Me siento parte de todo este movimiento, así que no estoy de acuerdo con eso de que no podemos hablar de los demás. Los de Lanús dicen ‘por qué hablan de prácticas que son ajenas’. Yo creo que todos podemos hablar, ¿por qué no? Y eso es parte de abrir las discusiones y hacerlas transparentes y públicas, como casi nunca sucede. Y creo que la división es entre las lógicas jerárquicas y las no jerárquicas, que pueden vivir en un mismo espacio. Por ejemplo, no estoy de acuerdo con el MST de Brasil que forma cuadros universitarios que saben mucho más que las bases. No es que esté en contra de las luchas, sino de las lógicas, y no sé por qué hay que tener miedo de decir si hacemos algo que es una porquería, y debatirlo en el conjunto».
Una asambleísta tomó la palabra para decir que el debate a partir de la anterior Ronda de Pensamiento «es inédito, y se dejó de toda esa paparrucha que ya la hemos padecido demasiado de todos los fundamentalismos de izquierda. Se empieza a hablar de un terreno resbaloso, que es la construcción de un espacio autónomo. Y en esa construcción va a haber diferencias enormes. Bienvenidas sean esas diferencias.»
Fue entonces cuando se produjo el debate entre Pablo y Vasco, que se reproduce al comienzo de esta crónica, que así comienza a redondearse.
Al finalizar esas intervenciones, Carla agitó los 6 pesos y anunció que era el sobrante de lo gastado en los actos del 21 de junio. Le avisaron que había quedado carbón sin pagar: cuenta saldada. Todos ayudaron a bajar los bancos de madera.
El destino de todas estas discusiones es incierto. La ronda se abrió y ahora fluye, aunque para esta crónica tal vez no quede más remedio que conservar cierta circularidad que permita anunciar:
La Ronda de Pensamiento Autónomo fue rara, clarificadora y enigmática.
Como siempre.

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Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos

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Este 24 de marzo, a 49 años del golpe, la editorial lavaca publica Escritos sobrevivientes, un libro creado junto a un grupo de personas que estuvieron secuestradas y desaparecidas en distintos centros clandestinos de represión durante la última dictadura militar. Se presenta el próximo viernes 28, pero ya podés pasar a buscarlo por MU (Riobamba 143) desde hoy. En este texto, Claudia Acuña cuenta qué representa esta obra parida en colectivo y en medio de aires negacionistas.

Por Claudia Acuña

Este libro representa muchas cosas y todas y cada una nos parecen decisivas para estos tiempos desesperados.

Ni sé por dónde comenzar a enumerarlas, así que sin orden de importancia ni cronológico enumero algunas, aunque sin duda me faltarán otras que invito a que completen quienes lo lean.

Lo primero, para mí, es reconocer el valor social, político, histórico y ético que merecen las personas detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico militar que azotó este país desde el 24 de marzo de 1976. No olvidamos esa fecha gracias a ellas, pero no siempre se las nombra con la relevancia que han tenido para construir verdad, justicia y memoria.

A algunas de ellas he tenido el honor de escucharlas y verlas testimoniar en los juicios de lesa humanidad, pero también en los diferentes procedimientos contra la impunidad que crearon y sostuvieron para que esos juicios sucedan.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Hasta lograrlo.

Solo a una pude agradecerle con palabras y lágrimas el esfuerzo, el coraje y el legado que recibíamos por su esfuerzo, pero fundamentalmente por sus vidas consagradas a hacer posible lo imposible. Fue en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, mientras los altoparlantes transmitían la primera condena a los genocidas responsables del centro de detención clandestino y de tortura que funcionaba en la Esma. Ahora, con este libro queremos extender esas gracias a cada una, a cada uno.

Sé, porque comprendí la lección que nos daban, que no puedo afirmar que lo hicieron solo ellas, ellos. Esa es otra de las cosas que representa este libro: el saberse parte – y reconocerlo siempre- de algo más grande, más importante y más trascendente no solo del yo, sino incluso del núcleo colectivo en el que nos organizamos, reflexionamos y tomamos fuerza para resistir. Nuestras fuerzas individuales y nuestras construcciones políticas suman, activan, empujan, pero alcanzan sus objetivos cuando sincronizan con la necesidad social, con la época y con la Historia. Tienen alas porque tienen raíces y mueven al mundo hacia lugares mejores porque se sabe más grande y más poderosa que lo que nos rodea.

Eso que aquí las y los autores definen como “subjetividad sobreviviente” nos advierte eso: somos nuestros cuerpos y la sombra que proyectan, lo que hacemos y lo que soñamos, nuestras obras y nuestra imaginación, nuestros saberes y nuestra intuición, pero también y además aquellos cuerpos, proyecciones, hechos, batallas ganadas y perdidas, que nos anteceden y desbordan para fortalecernos y sostenernos de pie. Aquello que ilumina la oscuridad es la memoria sensible: de eso se trata este libro, además.

Otra: el valor de las utopías. En los momentos más aterradores hemos gritado “Aparición con vida y castigo a los culpables”. Bueno: la noticia es que hemos tenido éxito y aquí están las personas que cuando pronunciábamos esas palabras mágicas no podíamos abrazar. Algunas de ellas son las que el tercer sábado de cada mes vimos ingresar a nuestra trinchera durante el largo y desalentador año 2024. Para nosotros ese taller de escritura significó una cita con la esperanza, cada vez. Y una comprobación: el futuro se construye con el hacer colectivo, cada vez.

Por último: este no es un libro de testimonios sobre el horror de la dictadura, sino su contracara o quizá, lo que se puede pensar después de cruzar el abismo de la impunidad.

Quizá.

Me falta todavía superar la alegría de haberlo logrado, de sostener con las manos esta pequeña utopía realizada en tiempos de saqueo de recursos simbólicos y materiales, en las cuales sólo proponerlo sonaba casi irresponsable, para poder encontrar las palabras certeras, que expresen lo que representa que personas empobrecidas y violentadas podamos hacer lo que querramos financiadas sólo por el deseo y la convicción, que siempre es política.

Quizá la palabra exacta sea una sola: Argentina.

La presentación

Escritos sobrevivientes y compila una serie de textos producidos en un taller de escritura que tuvo lugar en MU durante 2024. Estos relatos abordan historias marcadas por lo que el grupo denomina «subjetividad sobreviviente». El resultado es un conjunto de textos poéticos, políticos y filosóficos, de una potencia y belleza conmovedoras.

Participan: Rufino Almeida, Margarita Fátima Cruz, Graciela Daleo, Lucía Fariña, Mercedes Joloidovsky, Eduardo Lardies, Susana Leiracha, María Alicia Milia, Claudio Niro, Silvia Irene Saladino, Stella Maris Vallejos e Inés Vázquez.

Así lo resumen sus autoras y autores: «Un grupo de compañeras y compañeros, ex detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, nos reunimos en un taller de escritura para crear textos enfocados en la subjetividad sobreviviente, mientras la voz del poder alimenta el negacionismo y la reiteración del sufrimiento popular por variados medios».

El libro se presentará el próximo viernes 28 de marzo a las 20 horas en Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143.

Podés conseguirlo desde hoy, 24 de marzo, también en MU.

Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos
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La Justicia esquiva la causa por el disparo a Pablo Grillo: “Hasta ahora no se investigó nada”

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La recuperación de Pablo “es muy rápida” pero la investigación sobre su intento de asesinato, muy lenta, o directamente inexistente. Qué dijo el padre hoy frente al Hospital Ramos Mejía donde Pablo sigue pelando por su vida, aún en terapia intensiva pero con avances prometedores, y las abogadas del caso que presentaron ante la Justicia: primero Servini de Cubría y luego el candidateado a la Corte Ariel Lijo rechazaron la causa, y ahora se sortea en la Cámara Federal de Casación a qué juez le tocará investigar a quien le disparó y a sus superiores jerárquicos. Los dichos de Adorni en conferencia de hoy, y quién cortó el diálogo con la familia; las pruebas que se pidieron y las que se aportaron; y el texto de la presentación judicial en la que la familia pide ser querellante, con las pruebas que aportamos desde decenas de medios, fotoperiodistas y organizaciones sociales.

Por Francisco Pandolfi

Pablo Grillo todavía no está fuera de peligro, pero la mejoría día a día, paulatina y constante, le permite a la familia hablar ya no sólo de su estado de salud. Hasta hoy, el único foco era la supervivencia de este fotógrafo de 35 años impactado por una granada de gas lacrimógeno, fuera de toda legalidad, por las fuerzas de inseguridad comandadas por la ministra Patricia Bullrich.

La pérdida de masa encefálica y la fractura de cráneo con la que llegó de urgencia al Hospital Ramos Mejía –el miércoles 12 de marzo, cuando se desató la represión en la marcha por las paupérrimas condiciones en las que viven las y los jubilados–; la primera operación esa misma noche en la que se bajó la presión intracraneal y se le reconstruyó algo del tejido. Las pupilas que empiezan a reaccionar bien. La merma en la sedación. Los primeros movimientos – prematuros e inesperados por los propios médicos–. Otra operación por un derrame que es revertido a tiempo. La baja de los glóbulos blancos como síntoma de la baja en la infección. Y a solo una semana del disparo, Pablo abre los ojos. Y le sacan el respirador para ver cómo reacciona y lo hace agarrándole la mano a la mamá. Y por si fuera poco le susurra las palabras más hermosas a su papá: “Hola, viejo”. 

Pablo continúa en terapia intensiva, en estado crítico, pero respondiendo bien neurológica y físicamente. “Es asombroso el nivel de avance que tuvo”, dice Fabián, su viejo, con los ojos emocionados e incrédulos por la mejoría impensada en tan poco tiempo. Esa sucesión de buenas noticias las que posibilitan a la familia convocar este viernes a una conferencia de prensa «para contar novedades en la causa judicial».

Primero, habla Fabián, su papá, sobre la salud de Pablo: “Las novedades son que está estable, por lo tanto es bueno. Está con los ojos abiertos y sigue sin respirador”.

En la conferencia de prensa convocada por la familia de Pablo Grillo, fotógrafo que fue impactado por una granada de gas lacrimógeno lanzada por las Fuerzas comandadas por Patricia Bullrich, Fabián, su papá, habló sobre la salud de su hijo.

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:35:39.538Z

Fabián lleva puesta una remera azul, con letras blancas que dicen: “Justicia por Pablo Grillo”. Se lo nota cansado, pero más distendido. Se ríe cuando cuenta: “Tengo un video con saludos de (Ricardo) Bochini, veremos si los médicos nos permiten que se lo pasemos. Si lo escucha al Bocha, va a volver a hablar seguro Pablo”. Mantiene los pies sobre la tierra: “Todavía la situación es grave: está en terapia y con riesgo de vida. Pero en ese marco todo lo que estuvo ocurriendo es favorable. A todos nos sorprendió su evolución. Incluso los médicos manifiestan que la evolución que está teniendo es asombrosa. Es muy rápida”.

Este jueves, el vocero presidencial Manuel Adorni dijo que el diálogo con la familia quedó roto desde que el padre de Pablo acusó a Bullrich de ser cómplice. Fabián le responde: “Nosotros no cortamos nada porque nunca existió el diálogo. Lo mío fue una respuesta a una declaración mentirosa de Bullrich, por tanto si es que alguien cortó el diálogo fueron ellos. Yo estoy dispuesto a escuchar, si alguien me llama”. Y agregó: “A esta altura no lo espero (ese llamado). Espero poco. Pero demostraría que tienen todavía un grado de humanidad”. 

En relación a las mentiras de Bullrich sobre el trayecto del proyectil, expresó: “Me da vergüenza la forma en que fue acomodando la mentira. La va acomodando a medida que la realidad se lo desmiente, es hasta absurdo, burdo, grotesco: no sé que palabra utilizar”. Cuando le preguntaron si le diría algo al gendarme que, según los elementos reconstruidos hasta el momento, sería quien disparó (presuntamente, el cabo Guerrero), afirmó: “Personalmente no le diría nada. Sí lo vamos a decir de forma jurídica. El mejor diálogo que podemos tener con esta gente es en lo judicial”.

La causa, sin avances

Fabián estuvo acompañado por Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, y a Paula Litvachky, del CELS, organismos que patrocinarán legalmente a la familia, que este 21 de marzo se presentó ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 1 para ser tenida en cuenta como querellante en la investigación judicial.

Lo más importante de la causa hasta ahora: desde el 12 de marzo “no se investigó nada y reclamamos que se empiece a investigar urgente”. Las abogadas cuentan el por qué: “La causa iniciada por la denuncia de la Procuvin (Procuraduría de Violencia Institucional) que dio inicio a la instrucción estaba presentada en el Juzgado 12 de Ariel Lijo, quien se la devolvió a la Jueza Servini de Cubría, que otra vez la rechazó. Ninguno de los dos quiere hacerse cargo de la investigación. Ahora irá a sorteo para definir quién la sigue. La Cámara Federal de Casación Penal tiene que resolver”. Agregan: “Hasta ahora el Ministerio de Seguridad dijo que no hará sumarios internos por el accionar de su Fuerza, lo que refleja el encubrimiento”. 

La causa aún no tiene carátula porque no está radicada en ningún juzgado. La denuncia presentada es por tentativa de homicidio agravado, por abuso de autoridad e incumplimiento de funcionario público.

Dice Paula Litvachky, del CELS: “Es muy importante que la causa salga de este limbo judicial y se inicie el pedido de pruebas antes de que pase más tiempo”.

Dice Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos: “Esperamos que en estos primeros 9 días en los que no se hizo nada, no haya ninguna prueba que se haya destruido, modificado, alterado. Hay cámaras del Gobierno de la Ciudad que tienen un tiempo de duración determinado, o de negocios que también se van borrando y si no las pedís inmediatamente después ya no están. Es vergonzoso que un hecho así no lo esté investigando nadie”.

Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, es junto a Paula Litvachky, del CELS, la abogada que representa a la familia jurídicamente. En este video cuenta los avances de la causa judicial:

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:54:48.310Z

Las abogadas pidieron una serie de pruebas. Las más relevantes: “Quién dio las órdenes, cómo se manifestaron esas órdenes y cuáles fueron, antes y después del impacto; cuál fue el protocolo que se aplicó, quienes integraban el equipo donde estaba incluido el cabo Guerrero y qué órdenes se le impartió a ese grupo en particular; qué armas utilizaron”. También exigen que se lo llame a indagatoria a Guerrero. “Ya hay suficientes elementos para hacerlo”.

Completa Paula Litvachky: “Hicimos una presentación con los hechos, tenemos un montón de pruebas para que se reconstruya ese tramo del operativo de modo tal que se pueda tener la responsabilidad de quién disparó y de toda la cadena jerárquica”.

Concluyen ambas: “Las pruebas están. Nunca hubo tanto registro fotográfico y audiovisual. Necesitamos el acompañamiento social para empujar a que se haga justicia y que no quieran desviar el foco de la investigación”.

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La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

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Traumatismo encéfalo craneano, herida cortante e irritación ocular: las heridas causadas a Beatriz Blanco (81 años) ya forman parte de una causa judicial que inició ella misma y también la Procuraduría de Violencia Institucional, y apunta contra dos efectivos que la gasearon y le pegaron, provocando su caída. También apunta a la responsable del operativo, la ministra Patricia Bullrich, que se desplegó el miércoles de manera feroz, pero que -plantea la denuncia- es parte de un “plan sistemático”. Beatriz fue golpeada a las 16:10, antes de los principales incidentes, mientras se manifestaba en una esquina: cómo fue el momento, según relata ella misma en la denuncia y cuenta su hija. Quién es esta jubilada que trabajó de todo. Cómo está: recuperándose, enojada y “con más fuerza que nunca”. La voz de una de sus hijas junto a quienes lucha por justicia, y paz.

Por Franco Ciancaglini.

La imagen de Beatriz Blanco cayendo en seco al suelo -tras ser gaseada y empujada por dos efectivos de la Policía Federal- dio la vuelta al mundo. 

En el video se ve el fin de una secuencia más larga que inicia cuando la Policía Federal empuja de manera violenta a jubiladas y jubilados que se encontraban haciendo el clásico semaforazo de todos los miércoles en el Congreso. 

“Ella lo que cuenta es que estaba con el grupo de jubilados, cortando Entre Ríos, para mostrar sus carteles. Y cuando el semáforo se pone verde se vuelven a la esquina. Y en ese momento vino la policía, apurando a todos los viejos a subirse a la vereda”.

La que habla es una de sus hijas, Paula.

El relato coincide con la temprana decisión de las fuerzas de abalanzarse sobre personas que hacen lo mismo todos los miércoles -un semaforazo, y luego una movilización que da la vuelta al Congreso-: Beatriz fue atacada a las 16:10. 

Esta vez, por lo especial de la fecha, los Policías iban además con el gas apretado y el palo suelto. Cualquiera que estuvo en la manifestación pudo apreciar cómo apenas una persona se acercaba a los efectivos, o incluso estando a metros, sin hacer nada, podía ser gaseado. Incluso teniendo 81 años.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Los camiones hidrantes fueron parte de la cacería desatada. Foto: Lina Etchesuri.

El arma y la palabra

Beatriz Blanco no está afiliada a ninguna barrabrava ni milita en ningún partido político.

Es jubilada.

Trabajó toda su vida como empleada en cooperativa de fletes, empleada cuidando niños, costurera, y de casera hasta los últimos tiempos.

Tiene tres hijas.

Una de ellas, Paula Ippolito, cuenta que junto a su madre Beatriz y su hermana Paula suelen ir juntas a las marchas. “Esta vez fue sola porque justo yo estaba operada de la rodilla. Suele ir, no va todos los miércoles pero cuando puede va”.

Beatriz ya conocía a varios y por eso se acercó al grupo de jubilados que realiza los miércoles el semaforazo. Luego de que la empujaran a la vereda, se puso a hablarle a un cordón policial, una práctica habitual de jubilados anodados ante la violencia sin sentido que ejercen las fuerzas: “Ella siempre es de ir y hablar, de decir qué están haciendo, cómo no les da vergüenza; mi mamá siempre como que quiere hacer conciencia. Ella le debería estar gritando al policía que estaba de espaldas y lo toca con el bastón como diciendo ´mirame´. Ahí el chabón se da vuelta y le tira el spray, y el otro que le pega con el palo en la cabeza”.

Ese combo, que representa un ataque, de gaseo, empujón y golpe, hace que Beatriz pierda el equilibrio instantáneamente, y caiga al suelo.

La primera pregunta es cómo está: “Se está recuperando. Está en reposo, en observación por el golpe que recibió en la cabeza. Está con mucho dolor en todo el cuerpo, con un poco de inestabilidad, con el dolor en los ojos por el gas que le tiraron. Tiene los ojos muy hinchadas: le tiraron gas directo en la cara”.

Este dato del gas directo a sus ojos explica a la vez la pérdida del equilibrio, desechando por tierra las mentiras del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que aseguró que se “cayó sola”. También el título de la empresa La Nación que habló de que la jubilada “atacó” a la policía previo a su “caída”: “Ella le tocó con su bastón para que se diera vuelta, para que la escucharan, no golpeó a nadie. Habría que mostrar los videos enteros donde la Policía increpa primero a los jubilados para que se suban a la vereda, con la agresividad que suelen tener”.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Beatriz Blanco, tras los gases recibidos y el golpe posterior. Foto: Lina Etchesuri.

El caso de Beatriz es uno de los dos -junto al del fotógrafo Pablo Grillo- denunciados por la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) ante la Cámara del Crimen. En esas denuncias a las que accedió lavaca, el organismo que se encarga de monitorear a las fuerzas -en estos tiempos, con menos entusiasmo- presenta como “pruebas” distintos recortes periodísticos alrededor del ataque a Beatriz. Y solicita a la justicia que requiera al Ministerio de Seguridad el personal policial afectado a los lugares de ambos ataques, así como los datos de la “sala de operaciones” a la que reportaban los agentes a cargo del operativo.

Por otro lado, la propia familia de Beatriz presentó una denuncia contra los dos agentes de la Policía Federal y contra la propia ministra Bullrich. Narra en su presentación lo mismo que refiere su hija en esta nota: “Siendo aproximadamente las 16:10 hs me encontraba en las inmediaciones de la esquina de las avenidas Entre Ríos y Rivadavia de esta ciudad (…) cuando fui rociada con una sustancia lacerante por un efectivo de la Policía Federal. Inmediatamente después, y también a manos de un efectivo de la PFA, recibí un golpe en la cabeza, con un elemento que creo se denomina ‘tonfa’, lo que provoca mi caída al piso”.

Tras el golpe, Beatriz fue derivada al Hospital Argerich, donde diagnosticaron lo producido por el ataque: traumatismo encáfalo craneano, herida cortante e irritación ocular.

Por eso, por un lado, reclama la identificación de los dos efectivos que la atacaron, plausibles de ser responsables de “delitos de lesiones leves” agravadas por tratarse de personal de la fuerza. Y por otro, califica a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich como “autora mediata” por ser responsable del operativo y algo más: la valiente presentación habla de que estos hechos son parte de un plan sistemático.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Una síntesis del plan sistemático. Foto: Juan Valeiro.

“Como en los momentos más aciagos de nuestra historia, desde el Poder Ejecutivo se ha montado un Programa de Miseria Planificada cuya consecuencia natural es la Protesta Social. Y sabido es que este tipo de políticas socioeconómicas sólo resultan aplicables cuando se pone a disposición de las mismas al aparato represor del Estado”.

Firma toda esta historia la propia Beatriz, acaso poniendo en contexto lo que representan los golpes que sufrió, su historia y el futuro por el que pelea junto a sus hijas. “Nosotras somos fieles a las marchas que son para los derechos del pueblo”, cuenta Paula, una de ellas. “No militamos en ningún partido político, siempre vamos independientes y solas”, aclara por si hiciera falta.

Paula habla siempre en plural femenino, pensando en su madre y su hermana. Desde ese lugar cuenta: “Nos están sacando todo. Nos están metiendo miedo para que no salgamos a las calles. Están imponiendo todo lo que quieren imponer. Siempre estamos atentas a todas las luchas. Esto va a por todos, no es solamente por los jubilados. A mi me han robado plata con la AFJP a pesar de que ya tengo 30 años de aportes. Estos vienen por todo, por todo lo que conquistamos”.

Junto a Natalia, las jóvenes militan tocando tambores en Batuka, uno de los conjuntos que lleva el ritmo a la calle y es la banda de sonido de la protesta social y la lucha. Hoy, del lado de la víctima, Paula asegura: “Estamos luchando para que esto no vuelva a suceder. Para que tengamos memoria y el pueblo no se duerma. No tenemos miedo. Ya la verdad que queda poco por perder”.

Esta lucha incluye, claro, a Beatriz: “Está más fuerte que nunca. Está enojada, muy enojada. Pero está fuerte para seguir la lucha”.

La lucha, ahora, es por justicia: “Solamente queremos que los responsables tengan justicia, sean los policías o la ministra de Seguridad: que la justicia trabaje a favor del pueblo. Y que no salga nadie más impune”. 

¿Tenés esperanzas? “Y no. Pero hay que hacerlo igual: nos corresponde”.

La esperanza tal vez siga estando en la calle, mientras estas jóvenes sin contención psicológica ni asistencia estatal de ningún tipo enfrentan los golpes: “Estamos nosotras, las hijas, para cuidarla y para que se reponga de esto”.

¿Necesitan algo? “Sí: paz”.

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