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Ley Minibus, día 3: el palacio y la calle

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Este viernes tuvo aprobación en general la Ley que podría calificarse como Minibus (hasta ayer se la llamaba Ley Ómnibus), que de 664 artículos pasó a 328. Obtuvo 144 votos contra 109, provocando un estado buscadamente exultante en La Libertad Avanza y el PRO, y cauteloso en el resto, mientras sigue siendo un enigma qué pasará con la votación de cada tema en particular que se producirá a partir del próximo martes 6 de febrero al mediodía. Lo que ayer definíamos como una naturalización de la violencia institucional en las calles por parte de las autodenominadas fuerzas del orden, tuvo este viernes un nuevo round. Lo protagonizaron diferentes policías colocados en la posición de agredir principalmente a jubiladas y jubilados, luego a periodistas que registraban esa violencia, y protagonizando luego una guerra fantasma cuando no había ya prácticamente manifestantes en el Congreso, pero sí cámaras ante las que exhibir esa sobreactuación represiva y de supuesto control callejero.

La lista de 12 detenidos de anoche: Joaquín Suárez, Juan Marcelo Irigoitía, Juan Carlos Denuble, Joaquín Arrúa, Pedro Andrés Esquivel, Joaquín Zuanich, Joaquín Gould, Astor Galar, Maximiliano Sosa, Sergio Luciano Rivotta. Además, el documentalista Pablo Sabando Aburto (atrapado por la espalda cuando filmaba la represión indiscriminada) y el fotógrafo Federico Triestch. Entre los heridos se encontraban Gonzalo Sorbo, camarógrafo de A24 al que rociaron con el gas pimienta potenciado que se utiliza en este gobierno y Gustavo Farías, camarógrafo de C5N agredido por la policía mientras filmaba los incidentes.

 (Todo este trabajo de Cooperativa Lavaca se hizo gracias al esfuerzo conjunto de Anabella Arrascaeta, Franco Ciancaglini, Lina Etchesuri, Francisco Pandolfi, Lucas Pedulla y Nacho Yuchark).

El Palacio    

Los discursos y encontronazos entre diputados de los diferentes partidos ocuparon parte de la tarde, mientras se sabía que el oficialismo y la oposición amistosa (o extensión oficialista, como en el caso del PRO macrista) ya tenían coordinado el dictamen con otros segmentos opositores (Hacemos Coalición Federal) con la idea de llegar a votar el dictamen en el horario mágico: el de los noticieros de la tarde. 

Ley Minibus, día 3: el palacio y la calle

Fotos Nacho Yuchark para lavaca

Un rato antes, Leopoldo Moreau (Unión por la Patria) tenía este diálogo con lavaca.

-¿Saben qué facultades finalmente delegan al presidente?

-No se sabe.

-¿Qué privatizaciones?

-Tampoco sabemos.

-Falta media hora y usted no tiene texto final.

-No tenemos el texto final. Nunca viví una cosa igual. Una ley con un tratamiento desprolijo, desordenado, tumultuoso, con un volumen enorme y además jugando a las escondidas con un dictamen desde hace una semana.

-¿Por qué no lo quieren mostrar? 

-Yo creo que no deben tener los votos en particular. Deben tener algún problema con algunos capítulos que reforman constantemente, algunas reformas que nos llegaron son peores que la original, eso genera más dificultades, y además hay una presión muy fuerte de los gobernadores que quieren asegurarse lo único que no tienen asegurado que son fondos. Hasta aquí las provincias quedan absolutamente a la intemperie como sardina en el desierto.

-¿Se va a votar sin conocerse?

-Cuando pasemos a la votación general ellos tienen que anunciar los cambios que se han introducido. Veremos si lo hacen.

Ley Minibus, día 3: el palacio y la calle

Fotos Nacho Yuchark para lavaca

Cómo votaron

Lo hicieron aunque de un modo igualmente incomprensible para el profano, definición válida para buena parte de los diputados y diputadas actuales.

Gabriel Bornoroni anunció los números de los artículos que se eliminaron del proyecto de Ley, que pasó así de 664 a 328. Mientras leía, sus colegas de LLA esperaban ansiosos levantar sus manos, y otros iban tachando esos números en sus carpetas y papeles. La Ley Ómnibus se convertía en Minibus, con el siguiente resultado para la votación en general:

A FAVOR: 144

37 de LLA

37 del PRO

32 (de 34) de la UCR

18 (de 23) de HCF

9 de Innovación Federal

3 de Independencia

2 de Producción y Trabajo

2 de Buenos Aires Libre

1 (de 2) de Por Santa Cruz (Garrido)

1 de Avanza Libertad (Espert)

1 de CREO (Omodeo)

1 de La Unión Mendocina (Martínez)

EN CONTRA: 109

97 (de 99) de UxP

5 del FIT

4 (de 23) de HCF (De La Sota, Fein, Paulon y Stolbizer)

2 (de 34) de la UCR (Manes y Juliano)

1 (de 2) de Por Santa Cruz (Acevedo)

AUSENTES: 3

– Guillermo Snopek (UxP)

– José Gómez (UxP)

– Jorge Ávila (HCF)

Ley Minibus, día 3: el palacio y la calle

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Así, el radical Facundo Manes votó contra la mayoría del bloque que preside el cuasioficialista Rodrigo De Loredo, y Hacemos Coalición Federal votó partido, aunque con la Coalición Cívica sumándose a la aprobación.  

Diálogo de Manes con lavaca:

-De las facultades extraordinarias ¿cuáles van a acompañar y cuáles no?

-Estamos divididos. Hay un dinamismo que nadie sabe cómo va a terminar el martes. Va a ser interesante. 

-¿Van a acompañar el tema privatizaciones?

-Nuestro sector está debatiendo. Hay varias voces críticas. Estamos trabajando en eso. 

-¿Se puede considerar una victoria del gobierno esta votación?

-Va a ser una ley bastante vacía. Es una victoria pírrica de cierta manera. 

-Hasta hace minutos no se conocía el texto final del dictamen.

-Es cierto, por eso voté en contra. Es difícil saber qué se votó. Todo esto me provoca mucha compasión por lo que día a día están viviendo los argentinos.

Ley Minibus, día 3: el palacio y la calle

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

¿Qué facultades tendrá Milei?

El jefe del bloque de UxP Germán Martínez y su intercambio con lavaca a partir de una cuestión: ¿Qué puede hacer Milei con las facultades delegadas?

“Primero, no hay media sanción. A partir de ahora tenemos una votación en general. Se completa cuando se vota hasta el último en particular, lo que empieza el martes que viene. Así que primero, calma. No demos un paso por adelantado”.

“Viene una dura batalla en el tratamiento en particular. Tenemos que tener muy claro el rechazo a los artículos, primero toda la ley y mirando muy especialmente algunos claves: cómo votan los otros bloques con respecto a facultades delegadas artículos 1, 2, 3 y 4. Cómo votan la posibilidad de intervenir todos los organismos descentralizados, artículos 5 y 6. Cómo votan la cuestión vinculada a las privatizaciones, artículo 7 en adelante. Cómo votan la modificación de dos cuestiones centrales de la deuda externa, el artículo 65 de la ley de administración financiera y el artículo 1 que deroga la posibilidad que toda nueva deuda tenga que pasar por el Congreso. Ahí se va a ver los niveles de coherencia política con los que firmaron dictámenes en disidencia, firmaron los propios y ver cómo termina eso expresándose en las votaciones”.

La síntesis de Martínez: “Si cada uno el martes expresa en el recinto lo que puso por escrito a la hora de firmar un dictamen en disidencia, o un dictamen propio, los campos de las delegaciones deberían ser muchos menos. Las privatizadas deberían tratarse ley por ley. La reorganización administrativa debería eliminar toda posibilidad de intervención de organismos y los temas vinculados a la deuda externa no deberían aprobarse. Todo dependerá de la coherencia de los otros bloques”.

El periodismo dentro y fuera del Palacio.

Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica) votó a favor, pero no quiso ahondar en el tema: “No queremos hacer declaraciones por ahora”.

Ferraro fue de los que reaccionó en el recinto frente a un comunicado de la Presidencia, al que los propios diputados dialoguistas consideraron un apriete. “Es hora de que decidan si están del lado de la libertad de los argentinos o de los privilegios de la casta. La historia los juzgará según el desempeño en favor de los argentinos o en favor de continuar empobreciendo el pueblo. Que Dios y la patria se lo demanden”. Ferraro le reclamó al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, que haga algo para que el Ejecutivo deje de intervenir y hostigar a los diputados. Fue aplaudido por todos los bloques, salvo LLA y el PRO. Miguel Pichetto, al hablar, le dijo a Ferraro que no se preocupe demasiado. «Vivimos tiempos líquidos. Un tweet y un vaso de agua no se le niega a nadie».

De todos modos hay miradas diferentes sobre quiénes están empobreciendo al pueblo actualmente, pero los dialoguistas ya saben a qué clase de liderazgo le pueden estar entregando, por ejemplo, facultades extraordinarias. De todos modos votaron a favor en general, y habrá que ver qué ocurre la semana que viene con el tránsito por estos lodazales.

Itai Hagman, de UxP, aportaba otra visión: “El gobierno salió con una ley que no es la original y es solo la votación general. Para terminar de ver qué ley termina saliendo hay que esperar la semana que viene. Además los bloques llamados dialoguistas expresaron públicamente que iban a acompañar en general. Para eso tuvieron que retirar muchos artículos. Hay que ver a partir del martes como quedan. Los puntos centrales son facultades delegadas, privatizaciones, cambios para restructurar deuda externa, desgregulación de sistema energético, régimen de grandes inversiones, impuesto país, coaprticipaciones. Hemos tenido charlas con los dialoguistas y creo que podremos votar en conjunto varios artículos negativamente.

Ley Minibus, día 3: el palacio y la calle

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Sergio Palazzo, gremialista de la Bancaria y diputado:

“Todo lo que están sacando hoy de la Ley, el Presidente lo puede hacer mañana si se le delegan las funciones legislativas extraordinarias. Por ejemplo con la jubilaciones, privatizaciones, todo lo puede hacer por decreto. Puede hacer todo lo contrario de lo que ahora está negociando en el parlamento, gracias a que el parlamento le de las facultades extraordinarias”.

“No estamos de acuerdo con darle semejantes funciones a un presidente con una inestabilidad tan grande, más cuando viene amenazando y vive insultando. Pero por primera vez está incluido en las delegaciones que las normas que dicten son de carácter permanente. Ese es un cambio sustancial e inaceptable, además de lo que te decía. En la práctica todo lo que está supuestamente cediendo hoy, lo va a poder hacer con esas facultades”.  

 Fotos Nacho Yuchark para lavaca

La calle

La locura puede ser cronometrada. Como en días anteriores, las diferentes fuerzas de seguridad convocadas por la ministra Patricia Bullrich se atavían con sus trajes de fajina, armas, cascos, escudos, gases, camiones, motos y escopetas, siempre para estar presentables en los horarios pico de la televisión. La palabra “locura” responde a la idea de que lo que hacen es disparatado, violento, desproporcionado, innecesario, provocador, etc. Pero tal vez haya que desplazarla por otra terminología: la de una racionalidad represiva y política cuyo fin último tal vez esté aun por verse.

Ley Minibus, día 3: el palacio y la calle

 Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Tras la aprobación de la Ley en general, los diputados salían escoltados del Congreso mientras la gente empezaba a cacerolear en la zona.

 Fotos Lina Etchesuri y Nacho Yuchark para lavaca

Frente al Congreso comenzaba a armarse un Festival Cultural.

Julieta Laso en el festival cultural. Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Todo se vio interrumpido con la llegada de motos, camiones hidrantes y cientos de efectivos, que superaban tal vez en número a los manifestantes que había en la Plaza, sobre todo de una menguada izquierda.

Ley Minibus, día 3: el palacio y la calle

Fotos Nacho Yuchark para lavaca

Pero el gran hecho político y comunicacional del jueves había sido la presencia de jubiladas y jubilados aplaudiendo, caceroleando y reclamando por la paupérrima situación que arrastran del gobierno anterior, agravada por el actual. La policía venía con claras órdenes sobre que el “enemigo” a combatir eran justamente esas jubiladas y jubilados que cantaban desde la vereda.

Muy cerca una señora sin piernas golpeaba su cacerola.

Ley Minibus, día 3: el palacio y la calle

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

La mujer se llama Medra. Su hija la acompaña. Esta es una entrevista conmovedora en la que no habla.

Todo lo dice con su cacerola, su mirada, su emoción y sus lágrimas.

Los jubilados y jubiladas continuaban su respetuoso reclamo, la policía cada vez más agresiva.

Hasta que llegó el momento de gasear y amedrentar.

Acorralan a los jubilados contra un quiosco de diarios de Rivadavia y Callao. Les tiran gas pimienta (reforzados) oficiales de la GIA (Guardia de Infantería Aeroportuaria) y de la PSA, Policía de Seguridad Aeroportuaria.

 Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Una mujer había escrito a mano una pregunta crucial para el presente, desde el punto de vista de la ley y la libertad.

La interpelación de un jubilado a la policía después del ataque con gases: «Le pregunto si tienen padres, si tienen abuelos. Esto es una aberración».

Trabajadoras y trabajadores de prensa ya están acostumbrándose a ir a estos actos con máscaras de gas, antiparras, anteojos para soldar, cascos, pañuelos, barbijos. Mientras tanto otra gente habla de “libertad de expresión”.

Fotos Lina Etchesuri para Lavaca

Video en el que se ve como la policía dispara balas de goma a la gente que está sobre Plaza Congreso:

Contra toda la sociología de moda, un vendedor de Glovo gritaba “que se vayan todos” mientras Juan valle, de la asamblea de Scalabrini Ortiz y Corrientes, brindaba su testimonio a lavaca: “La ley tiene un montón de cosas. En particular pueden privatizar al INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial, en el que trabaja). Tenemos compañeros jubilados en las asambleas, que no llegan a fin de mes y están recalientes. Otros que les desregularon las prepagas y están viniendo con aumentos del cien por ciento, una salvajada. Los jubilados son quienes están con más bronca. Todavía no se sienten las medidas del plan económico de Milei para ya lo vivimos con Menem. Hay jóvenes en la asamblea, tendrán veintipico. Volanteando e invitando a cacerolear, nos pasó de hablar con gente que había votado a Milei y ya estaba arrepentida porque no estaba haciendo lo que les dijo”.

Ley Minibus, día 3: el palacio y la calle

 Fotos Nacho Yuchark para lavaca

A pesar de la represión, las y los vecinos aplaudieron y cantaron el hit de este verano: “la patria no se vende”

Ley Minibus, día 3: el palacio y la calle

El momento de la detención del fotógrafo Juan Triestch. Foto Juan Tesone

A pesar de la represión, las y los vecinos aplaudieron y cantaron algo que unifica lo que todos están sintiendo.

 Fotos Lina Etchesuri para Lavaca

En muchos sentidos esto recién está empezando.

Continuará.

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Marcha de jubilados: guerra, paz y fernet

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El acto de jubiladas y jubilados volvió a exhibir este miércoles la absurda represión contra personas que trabajaron toda la vida y se manifiestan pacíficamente ante la licuación brutal de sus ingresos. Tras los golpes, las fuerzas de Gendarmería, Prefectura y Policía Federal (que no parecen estar donde deberían), recibieron orden de retirada, mientras la gente celebraba otra batalla ganada. El acompañamiento de personas discapacitadas, la creatividad de los carteles, las estampitas de la Virgen y las teorías sobre el fernet para describir parte de la actualidad.

Por Lucas Pedulla y Sergio Ciancaglini

Fotos: Juan Valeiro/ lavaca.org

El horario de marcha de jubilados y jubiladas de todos los miércoles es a las 15 horas: a la hora señalada ya había un jubilado detenido –Julio Vargas, luego liberado– y una decena de heridos entre gases, palos y escudos. Por ejemplo Carlos, más conocido como Chaca, el mítico hincha de Chacarita Juniors, en un día en el que el gobierno había anunciado descuentos en supermercados: “Ni enterado, pero ya nadie les cree nada. Mirá”, dice y muestra sus brazos golpeados, su codo ensangrentado, el labio partido por un golpe. “Hoy de vuelta nos fajaron. Pero que hagan todo lo que quieran hacer, ya se van”.

Marcha de jubilados: guerra, paz y fernet

Golpes en los brazos, el labio partido y la sonrisa de Carlos Chaca: las fuerzas de Bullrich terminaron yéndose mientras la gente celebraba.

Tapar a Espert

Las agresiones incluyeron a la Prefectura Naval y a la Gendarmería, ubicadas en Rivadavia y Callao para castigar a personas ancianas mientras las fronteras siguen siendo un colador por el que entran y escapan narcos, según se informa cada día.  

Marcha de jubilados: guerra, paz y fernet

Un total de 20 heridos, según mencionó el Centro Provincial por la Memoria.

Después de la represión, la escenografía del Congreso volvió a evidenciar su irracionalidad: el cordón de policías federales, prefectos y gendarmes circundaba la plazoleta y abarcaba dos cuadras. Es la segunda semana consecutiva en la que el despliegue del operativo queda a cargo de las fuerzas federales, luego de varios miércoles donde la única fuerza que se veía era la Policía de la Ciudad.

“Esto se llama Operativo No Rompan Las Pelotas”, define Lorenzo, 73 años, vecino del partido bonaerense de San Martín. “No quieren mostrar debilidad y quieren tapar a Espert. Tienen mil quilombos, y creen que esto a Bullrich le suma puntos para su campaña”.

Marcha de jubilados: guerra, paz y fernet

La marcha pacífica después de otra represión absurda. Gendarmería y Prefectura, ¿no deberían estar en otra parte?

Esa sumatoria todavía está por verse: alguien debió pensar algo distinto si hoy desistieron repentinamente de agredir a jubilados. El razonamiento de Lorenzo emparenta el despliegue policial con la candidatura de la ministra de Seguridad a una banca en el Senado, un lugar donde tendrá fueros que la podrían proteger ante un eventual avance en las causas por las diversas represiones que la tienen como la máxima responsable política, entre ellas el balazo que dejó al borde de la muerte al fotógrafo Pablo Grillo, hoy en rehabilitación.

Marcha de jubilados: guerra, paz y fernet

Retenciones y fin de mes

A Lorenzo lo escucha Juan Manuel, uno de los tantos jubilados que redacta carteles que van marcando el ritmo de la época: lleva 115 frases anotadas en una libretita, ordenadas por fecha de creación. 

Hoy exhibe dos, que aquí registramos:

Marcha de jubilados: guerra, paz y fernet
Marcha de jubilados: guerra, paz y fernet

Sobre esta última hipótesis, Juan Manuel hace un gesto con su mano derecha, como quien describe a algo que está rumbo a otra parte.  

Despidiendo policías

Los que primero parten, en este caso, son los efectivos (?) federales. La gente de a poco fue sobrepasando al cordón policial, empujándolos hacia la vereda, hasta que de alguna parte llegó la orden de abandonar el lugar.

La manifestación los despide cantando: “Son todos narcos”. Lo pesado de los trajes policiales, sus escudos, armas y tonfas, hace cada movimiento más robótico, y en muchos sentidos más absurdo. El vallado que separa el punto de fuga de la plaza es tan grande que solo por un pequeño pasillo los cientos de efectivos se escabullen a un ritmo que permite que el estribillo que no cesa –“son todos narcos”– sea capturado por cientos de cámaras. 

Marcha de jubilados: guerra, paz y fernet

Una imagen resulta conmovedora. Alberto, un hombre ciego, camina con un bastón en la mano derecha y la izquierda la lleva apoyada –para guiarse– en el hombro de Sergio, que avanza en silla de ruedas.

Marcha de jubilados: guerra, paz y fernet

Alberto y Sergio.

Forman parte de un pequeño grupo que incluye a Ariel, que tiene síndrome de Down, Remigia en su andador eléctrico, integrante de la CTA, Julito, también ciego, Sol, Daniel. Marcela y Leonor los acompañan y llevan una pequeña bandera que dice “Unidos por la especial”, en referencia a la educación especial eliminada, calcula Leonor, en más de 20 escuelas porteñas. Alguien que ve a ese pequeño grupo manifestarse plantea una posibilidad: “Este pueblo es invencible”.

Marcha de jubilados: guerra, paz y fernet

Alberto dice: “No podemos dejar que nos quiten los derechos, nos pisoteen como un trapo sucio en el fondo de una casa”. Sergio agrega: “Hoy encima, como vienen las elecciones, te dicen que te van a dar descuentos en los supermercados. Nos toman de idiotas. Pero así les va a ir”.

Sobre las estampas y el fernet

Cuando se va el último policía, la plaza celebra. Entonces empieza la marcha, como cada miércoles. Aparece una tercera fuerza –Policía de la Ciudad– que sólo armará un cordón sobre Sáenz Peña para que la marcha no siga hasta Plaza de Mayo.

Allí está Patricia, 68 años, de zona norte del conurbano, que le reparte estampitas de la Virgen María a los policías.

Marcha de jubilados: guerra, paz y fernet

La sonrisa de Patricia, observada por la policía y por un «eternauta» de prensa.

Algunos se ríen, otros permanecen inmutables, y ella dice: “Necesitamos bendiciones. Prefiero confiar en la misericordia. Es una forma de decirle al Presidente que se está equivocando. Confiemos en que puede escuchar, ¿no? Escuchó el resultado de las elecciones, pero no está escuchando la calle. Hay que seguir viniendo. Y pedir por los derechos del pueblo”. 

La insistencia sonriente de Patricia genera lo inesperado: varios policías aceptan la estampa de la Virgen y le agradecen. Nadie sabe muy bien cómo interpretar eso. Ella arquea las cejas: “No se pueden conocer los caminos de la misericordia”.

Un poco más allá hay una celebración de cumpleaños, con orquesta de bombos y trompetas, con baile de jubiladas y jubilados al ritmo de «como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar».

Selva, 65 años, vecina del barrio porteño de Floresta tiene una bandera argentina atada como capa, gorrito celeste y blanco, y un cartel que ranquea entre los más llamativos de la jornada:

Marcha de jubilados: guerra, paz y fernet


Su situación –dice– es como la de cualquier otra jubilada: “Tengo la suerte de tener mi casa, un baño con agua caliente, mi comida calentita, pero la veo feo para mis hijos”. Por eso no se pierde un miércoles. Tampoco pierde el humor: “Toda mi vida traté de ser respetuosa. No me gusta venir y pelear con la policía. Pero no nos vamos a dejar asustar. A mi hermana y a mí nos tiraron con el hidrante en el invierno pero seguimos luchando”.

¿Cómo seguimos? “Hay que ir a votar. Cada uno sabe en qué momento estuvo mejor. Hay que luchar. Siempre con esto”, dice y señala su obra de arte sobre el fernet: “Con la palabra y la sonrisa”.

Marcha de jubilados: guerra, paz y fernet

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Ni Una Menos con voz propia: lo que necesitamos escuchar

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Por Claudia Acuña

Empecemos por el final, que es el principio de todo.

La mujer lleva una remera blanca con la cara de una de las masacradas encima del pullover y resguardada por un chaleco negro. Sostiene la cabeza con una mano mientras con la otra se frota la mollera donde recibió el golpe de un palo. No está sentada, sino derrumbada en la silla cuando comienza a hablar. Lo que dice y cómo lo dice es lo revelador porque esa mezcla de aturdimiento e información es lo que define esta jornada en la que miles de personas se movilizaron para decir aquello que necesitábamos nombrar en voz alta.

Ni Una Menos con voz propia: lo que necesitamos escuchar

“No sé cómo terminamos así, pero ahí estamos” arranca.

Su joven hija la observa en silencio.

“Tenía de la mano a los chicos que se subieron al micro… quisieron acompañar, pero son muy chicos… y las madres… bueno: eso no es lo que importa ahora. Son chicos: eso es lo que importa. Y está bien que vengan a la marcha porque es una manera… ya saben, de salir de toda la lógica que quieren imponerles… Siento que sus manos tiemblan… Ellos que siempre se muestran tan… tan como que nada los afecta… y estaban agarraditos a mi mano… siento eso y me doy cuenta que son nenes, que hay que cuidarlos y no sé si puedo… y los chicos se sueltan y ahora… ¿dónde están?

Repite:

¿Dónde están?

Suspira:

“No doy más”.

Llora.

La abrazo.

Un vaso de agua, un ibupirac para el golpe, un mate, el silencio que riega sus lágrimas.

Sigue:

“Queríamos llegar al micro y no podíamos: estábamos encerradas por la policía. Tiraban gases. Golpeaban. Y cuando logramos doblar no sé por qué calle (era Solís) aparece un pelotón de motos con policías y ahí es como que me perdí, no sabía para dónde ir… Estaba paralizada… lo único que pensaba era por qué… por qué”.

Su joven hija la ubica:

“Por el periodista que se estaba riendo de nosotras”.

Se refiere a un cronista de La Nación+ que tuvo un gesto hacia las mujeres y fue repudiado por las manifestantes, lo que justificó que la policía comenzara a golpear y arrojar gases a las familias de las víctimas.

La mujer sigue:

“También se ríen de nosotras en las redes, pero bueno: eso no es lo que importa ahora… Lo que importa… (cierra los ojos en un largo silencio) Ya está. Ya estoy en eje otra vez: lo que importa es que tenemos que volver al barrio”.

La mujer llama al chofer del micro: las están esperando en el edificio con la cara de Evita, la ubica.

Ni Una Menos con voz propia: lo que necesitamos escuchar

Lo que se mueve

Tres chicas muy jóvenes y muy empobrecidas masacradas con crueldad lograron algo imposible: que la marcha la encabecen sus familias. Detrás, miles de nadies. En el cordón de protección, las travas y putas de Constitución, las heroínas anónimas de la economía social, las jóvenes no binaries que protagonizaron la primera rebelión antifascista en aquel febrero que parecía tan lejano. Muy detrás los kioscos –encabezados por el de Ni Una Menos– todavía por delante de los partidos y los sindicatos, pero eso hoy tampoco es lo importante. Lo que suma es el todo porque es lo impredecible para los criminales que ejercen su saña sobre cuerpos que creen socialmente descartables. Que así no lo sea es lo que hace único a este movimiento y a este país, todavía: eso es lo importante.

Hay muchas madres acompañadas por hijas de la edad de las víctimas, aun cuando sin duda no comparten esos destinos sociales. Le pregunto a una –Isabela, 15 años– qué sintió cuando leyó la noticia. “Miedo”. Su madre, Carolina, completa. “Por eso le dije que había que estar hoy acá: lo que saca el miedo es salir a la calle”.

Le pregunto a otra –Dina Sánchez, secretaria general de la UTEP– qué representa esta marcha: “Estamos expresando con mucha contundencia que está pasando algo gravísimo: avanza el narcotráfico y no pasa nada. Desaparecen el Estado y no pasa nada. Matan pibas ¿y no pasa nada? No: acá estamos”.

Ni Una Menos con voz propia: lo que necesitamos escuchar

Dina Sánchez, de la UTEP.

Le pregunto a Bianca, militante de izquierda, cómo seguir después de esto: “Para mi tendría que seguir con asambleas en todos los lugares porque esta pelea es muy grande. Tenemos que juntarnos a pensar cómo dar la batalla no sólo a estos femicidios crueles, al narcotráfico y a la pobreza, que es la madre de todas estas batallas. De arriba no va a venir ninguna idea ni mucho menos, una solución”.

Ni Una Menos con voz propia: lo que necesitamos escuchar

Le pregunto a Georgina Orellano –trabajadora sexual y secretaria general de Ammar– qué  expresa esta marea, pero hoy prefiere no hablar. Solo repite por el pequeño megáfono –que es el único lujo de la organización de la marcha– los tres nombres que duelen:

Lara.

Morena.

Brenda.

Ni Una Menos con voz propia: lo que necesitamos escuchar

Georgina lo gritará mil veces a lo largo de las diez cuadras que separan Plaza de Mayo del Congreso y todavía más alto cuando pasa delante de la bandera que sostiene el pequeño grupo de Mujeres Abolicionistas, la vieja cicatriz que divide esas aguas. Y aunque eso no sea hoy lo importante me tienta decirlo: la bandera proclama “Ninguna mujer nace para puta”, frase robada a la activista boliviana María Galindo, quien batalla desde hace añares por terminar con esa grieta apelando al realismo: sin políticas sociales el abolicionismo suena negacionista. ¿Significa afirmar esto estar a favor de la explotación sexual? No: significa Lara, Morena, Brenda, mutiladas en vivo por Instagram. El horror aniquila disputas teóricas. Es cruel realidad: abre preguntas nuevas que hay que comenzar a responder urgente y colectivamente.

Ya está.

Recuperemos el eje.

Ni Una Menos con voz propia: lo que necesitamos escuchar

Lo importante hoy quedó claro cuando en las calles de la ciudad este Ni Una Menos representado –al fin– por los bordes más castigados gritó con voz propia lo que necesitábamos escuchar:

“Yo sabía,

yo sabía

que a los narcos

los protege la policía

¡y la justicia!”.

Luego, vino el final: las familias de las víctimas acorraladas por la policía.

Y esa mujer que, como todas, necesita nuestro abrazo.

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Marcha de jubilados: volvió la “coreo” represiva

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El gobierno montó nuevamente una coreografía de represión buscando imágenes que ensamblen con la del presidente Javier Milei, su hermana Karina y el ministro Luis Caputo en Estados Unidos, alborozados por los tuits de Donald Trump y el nuevo endeudamiento del país. En Congreso pudo verse a lisiados marchando en sillas de ruedas, jubilados atacados y gaseados por la policía, la libertad de expresión en los carteles que dicen mucho más que los exmedios de comunicación. Reflexiones sobre préstamos y deudas y las primeras reacciones en la calle frente al triple femicidio de Lara, Brenda y Morena.

Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi

Fotos: Tadeo Bourbon / lavaca.org

“La timba de la city es la tumba del país”.

Podría ser una síntesis de esta época. Es un cartel que lleva Juan Manuel, jubilado de asistencia perfecta los miércoles. Dice que espera que hoy no haya gases ni represión. Lo dice por un cuidado colectivo, pero también por una necesidad personal. Muestra contento, feliz, una entrada que sacó al teatro (Sala Lugones, del San Martín, $4000) para ver “El gran desfile”, sobre la Primera Guerra Mundial.  Sus carteles, como los de tantas jubiladas y jubilados suelen decir más sobre la actualidad del país que los editoriales y comentarios del experiodismo que fatiga los medios.

Marcha de jubilados: volvió la “coreo” represiva

Pero sus deseos sobre un miércoles sereno no serán órdenes porque a los 10 minutos, por reloj, la Policía Federal y la Prefectura empiezan a reprimir, en una imagen que pareciera que las Fuerzas vinieron a buscar.

El saldo: varias personas gaseadas, dos demoradas (entre ellas, una mujer embarazada de dos meses) y dos heridas fuera de peligro trasladadas por el SAME: Mabel, jubilada de 64 años, enfermera de Malvinas, a quien le pegaron con un casco y su cabeza dio contra el asfalto; y Diego Gómez, comunicador, al que gasearon y le pegaron con un palo. A ambos los llevaron al Hospital Ramos Mejía y para hacerles estudios. 

Marcha de jubilados: volvió la “coreo” represiva

La Prefectura gaseando a jubilados.

Marcha de jubilados: volvió la “coreo” represiva

Marcha de jubilados: volvió la “coreo” represiva

Mabel golpeada por la policía. Fue enfermera en Malvinas.

Para la foto

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, otra vez montó una coreografía de represión, buscando una imagen de violencia en las calles que dialoga con la del presidente Javier Milei y el ministro de Economía Luis Caputo con la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, en Estados Unidos. La imagen llega también después de la reunión con Donald Trump, la noticia del swap de miles de millones de dólares de los que nada llega al país ni a su población, sino al esquema de vaciamiento financiero, con el agregado del supuesto pedido/orden de la Casa Blanca de que el gobierno retome el control político del Congreso.

Marcha de jubilados: volvió la “coreo” represiva

Editorial sobre la actualidad argentina.

Por eso, en la previa de la marcha, algo de la disposición policial callejera olía extraño.

A diferencia de otros miércoles el vallado no cruzaba de punta a punta la plaza. El tránsito tampoco estaba cortado. Y la impronta Bullrich se veía en las fuerzas: el control de la calle estuvo a cargo de Prefectura y Policía Federal. Había gendarmes pero no intervinieron en la represión, que comenzó en Entre Ríos e Hipólito Yrigoyen, mientras un grupo de jubilados realizaba un semaforazo. Primero avanzó la Prefectura con violencia en el cuerpo a cuerpo con escudos frente al puñado de personas. Luego, cortaron el tránsito y colocaron las vallas, mientras desparramaron su gas tóxico sobre los manifestantes. 

Marcha de jubilados: volvió la “coreo” represiva

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Marcha de jubilados: volvió la “coreo” represiva

Marcha de jubilados: volvió la “coreo” represiva

Teatro antidisturbio

Durante la marcha Juan Manuel, dudando sobre si ir o no al San Martín, analiza la economía argentina en este teatro antidisturbios: “El nuevo acuerdo con Estados Unidos potencia este circuito de guita en el que nos prestan y nos prestan, y solo nos queda más y más deuda que pagará el pueblo. Por eso siguen prestando. Es simple”.

Lo que más se escucha y se lee en la movilización de hoy está vinculado a la relación cada día más carnal con los Estados Unidos. Un señor espigado camina al grito de “vendepatria, Milei vende patria”. Otro hace lo mismo golpeando un jarrito de lata. Abundan los carteles alusivos: “cipayo”, “no faltan recursos, nos sobran ladrones”.

Marcha de jubilados: volvió la “coreo” represiva

En la radio abierta, no van con vueltas: “Esta semana volvió a quedar claro que es un gobierno de transnacionales, que le sacaron las retenciones al campo mientras a nosotros nos tienen acá, dando vueltas en este marchódromo”. También hay carteles por el triple femicidio de las chicas de La Matanza: “Justicia por Lara, Brenda y Morena”.

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Sin palabras

Una de las que vino a movilizarse es Amanda, que dice ser “barra y patotera”. Lo dice en el dorso de su guardapolvo blanco. Tiene 86 años y llega en bastón con un mantra que suelta al aire: “No nos han vencido; no nos han vencido”. Amanda dice que repite esto porque ya no tiene palabras para describir lo que ve. Que ya no quiere ni mencionar el apellido del presidente porque le hace mal a la salud. Señala su garganta y señala que le quedan atragantadas justo ahí. “A mi edad, pensé que ya había visto todo”. 

Marcha de jubilados: volvió la “coreo” represiva

Amanda cuenta que le gusta usar el diccionario y conocer palabras nuevas y que desde hace semanas tiene un pasatiempo: encontrar un adjetivo que encaje para describir a Javier Milei. “Pero ya se acabaron, no hay palabra que describa a este sinvergüenza que vino a sacarnos lo que no teníamos a los jubilados”. Amanda tiene 4 hijos. Uno de ellos está ahora en Hamburgo, Alemania, “puchereando”. Su hijo es músico, dice, y que se llama Ariel Prat. “Ambos estamos puchereando, él allá; y yo acá”.

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El Himno al sol

Sobre avenida Rivadavia, tres jubilados y una jubilada en silla de ruedas van por el medio de la calle. Se detienen al sol y cantan el himno. Se emocionan. La Plaza, que había comenzado sin cortes de tránsito ni vallas, ahora está cercada y sin tránsito.

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En otra postal del epílogo del miércoles, Zulema, de Jubilados Insurgentes, agarra el megáfono y dice a todos los vientos: «Ante la deuda externa que crece más y más, la única que nos queda es organizarnos cada vez más y más, no solo contra este gobierno sino contra todos los poderes que lo sostienen. Esto va a seguir, sea el gobierno que esté, y nos tiene que encontrar organizados y dispuestos a hacernos oir para que las cosas cambien».

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