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Amenaza de desalojo de la comunidad mapuche de Los Alerces: “Somos un estorbo para sus planes”

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Se vence mañana el plazo judicial para desalojar el sector del Parque Los Alerces ocupado desde 2020 por la comunidad mapuche Pailako. Detalles del caso, lo que plantea la comunidad, la ausencia de diálogo, la influencia de Milei y del gobernador chubutense, y qué pasó antes para llegar a esta situación. El contexto, según el pueblo mapuche, que incluye al gobierno kirchnerista que no concretó el mandado constitucional para relevar y reconocer las tierras que les corresponden. Por Francisco Pandolfi

Este jueves 9 de enero es el límite judicial impuesto a la comunidad mapuche Pailako, en el Parque Nacional Los Alerces, provincia de Chubut, para concretar su desalojo. El 2 de enero les dieron cinco días hábiles para concretarlo.

Desde la lof, le dicen a lavaca: “Parques Nacionales, en nombre del Estado argentino, está forzando un desalojo aplicando normativa creada en el gobierno de facto militar, sumándole a la reciente derogación de la Ley de Emergencia territorial que los impedía. Están llevando adelante una campaña racista sobre las personas que estamos aquí, no reconociendo la preexistencia, menospreciando nuestra cosmovisión, nuestra cultura, nuestra forma de relacionarnos con la naturaleza. La Cámara Federal de Comodoro Rivadavia rechazó todos los intentos de nuestros abogados y abogadas de frenar el desalojo, en una clara voluntad negacionista de entablar una mesa de diálogo. Detrás de esto hay intereses inmobiliarios, extractivistas, turísticos, y somos un estorbo para sus planes”. La idea del diálogo no prosperó para esta comunidad que se instaló en un sector de Los Alerces en 2020, reivindicando derechos ancestrales de cinco generaciones habitando en la zona. El 10 de diciembre pasado Javier Milei declaró por decreto el fin de la Ley de Emergencia para la concreción del reconocimiento a la posesión comunitaria de tierras por parte de los pueblos indígenas. Esa Ley 26.160 mantenía la suspensión de los desalojos sobre esas tierras. Después del decreto la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia dispuso el 20 de diciembre que ya no existe la emergencia en materia de posesión y propiedad de las tierras indígenas, por lo que podía procederse al desalojo en el caso de Los Alerces.

Amenaza de desalojo de la comunidad mapuche de Los Alerces: “Somos un estorbo para sus planes”

Imagen publicada en la revista MU de Los Alerces tras los incendios del año pasado. Fotos: Nicolás Palacios/lavaca.org.

El juez federal de Esquel, Guido Otranto (recusado en 2017 por la desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado, en medio de una violenta represión de Gendarmería), exhortó a la comunidad a abandonar su tierra hasta este jueves 9 de enero. De lo contrario, notificó que ejecutará el desalojo «por la fuerza pública». Tanto el director de Parques Nacionales, Cristian Larsen, como el gobernador de Chubut, Ignacio Torres (que el año pasado endilgó sin prueba alguna a la lof como responsable de los incendios en Los Alerces:

https://lavaca.org/notas/jamas-provocariamos-un-incendio-la-respuesta-de-la-comunidad-mapuche-acusada-por-el-gobernador-de-chubut/) informaron que presenciarán el desalojo.

En su primer año de gobierno el gobierno de Javier Milei cabalgó con toda su libertad discursiva y de acción por encima de las 40 naciones originarias que habitan lo que hoy es Argentina. Al intento ni bien iniciado su mandato de derogar la Ley de Tierras, que limita la posesión en manos extranjeras (decreto hoy frenado judicialmente) se le sumaron varios atropellos.

Los principales, en términos concretos, la derogación de la resolución 4811/96 que regulaba el Registro Nacional de Comunidades Indígenas, para inscribir las personerías jurídicas, y el desguace del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI). Se puede contabilizar además el cambio de nombre al Salón de los Pueblos Originarios de la Casa de Gobierno; la disolución del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI).

El contexto mapuche

Jorge Nawel es autoridad política de la Confederación Mapuche de Neuquén, y brinda un panorama para comprender la situación de las políticas sobre los pueblos indígenas. “Milei determinó distintos enemigos para su proyecto global y uno somos las naciones indígenas, porque habitamos lugares estratégicos para sus políticas de saqueo. Es un presidente al que no le interesa la industrialización, la educación y la salud pública, y todo su sistema económico se sostiene en la cuestión financiera y extractivista. Dentro de ese modelo sostenido en la explotación hidrocarburífera, minera, de litio, los pueblos somos una interferencia, y para facilitar el saqueo necesita privarnos de cualquier herramienta de defensa que tengan las más de 2.000 comunidades en el país y las más de 40 naciones indígenas que habitamos lo que hoy es Argentina. Así que cualquier ataque de Milei hacia nosotros no nos sorprende y siempre estamos esperando un próximo golpe”. 

Aclara sobre el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas: “Claudio Avruj es su titular y fue secretario de Derechos Humanos en la gestión de Macri. Es un conocido actor de políticas anti-indígenas. Al INAI lo desguazaron, lo vaciaron de contenido y de cuadros técnicos. Cuando hoy interviene, es para favorecer a nuestros sectores enemigos, así que no tenemos ninguna expectativa de que esto vaya a cambiar en el tiempo que dure su gestión”.

Amenaza de desalojo de la comunidad mapuche de Los Alerces: “Somos un estorbo para sus planes”

Escena de cultivo en la comunidad amenazada de desalojo. Fotos: Nicolás Palacios/lavaca.org

Democracia y racismo

–¿Cuál es la mayor preocupación frene al futuro?

–Que no hay oposición política. Este ajuste perverso contra los más postergados y débiles; estos abusos que genera un gobierno de verdaderos aventureros, lo pueden hacer porque enfrente hay una gran pasividad de la oposición, que está especulando –y que demuestra la pobreza de la política– con que una vez más sea el pueblo pobre el que salga a poner el cuerpo y la vida, y recién ahí aparecer como los defensores de las causas populares. Es vergonzoso que la dirigencia no se ponga a la altura de esta tragedia que estamos viviendo, porque la aparición de esta gente solo favorece a una porción muy pequeña de la población. No hay reacción de los partidos opositores, enfrascados en ver cómo salvan su pellejo, cómo sobreviven a todo el descreimiento general que va creciendo en esta falsa democracia, totalmente incompleta.

¿Y en ese caso?

Todo queda en nuestras manos: la defensa de nuestros derechos no depende de las instituciones, sino de nuestro poder de organización y movilización. Eso siempre fue así, pero en determinados momentos históricos supimos tener aliados. El gobierno nacional muchas veces lo fue, al ser una especie de garante o fiscal en nuestra lucha contra los intereses locales, los gobiernos provinciales que son los grandes deudores de los pueblos indígenas, por ser quienes tienen las facultades, la competencia y la jurisdicción para devolver nuestra tierra. Son los gobiernos provinciales los que deben otorgar la personería jurídica o aplicar la educación intercultural, por ejemplo. Hoy, sin embargo, el gobierno nacional sólo fogonea la criminalización y un absoluto odio racial, lo que genera que el abuso sea todavía mayor.

De CFK a Milei

–Todos los caminos conducen al extractivismo, al RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones). ¿Qué pasó para llegar hasta acá, a esta situación?

–Se llegó porque los gobiernos anteriores, más allá que se calificaran de demócratas, de progresistas, de nacionales y populares, todos defendieron siempre la matriz extractivista. Nosotros luchamos contra un modelo nocivo para la vida, la seguridad, para el aire que respiramos, como es el fracking que lo instaló Cristina Kirchner. En el momento de su mayor poder político nos entrevistamos con ella en el marco del Bicentenario (2010). No le pedimos que fuera una abanderada de la causa indígena, sino solo dos cosas: que nos garantice los derechos fundamentales como propiedad comunitaria de la tierra y el derecho a la consulta libre e informada. Ella tenía todas las facultades y posibilidades para hacerlo; contaba con mayoría absoluta en el Congreso para que esas leyes fueran realidad y sin embargo nunca lo logramos. En cambio lo que sí pasó fue que en 2013 se instaló el fracking (método de extracción de hidrocarburos empleando grandes cantidades de agua y contaminantes) con un pacto que hizo aquel gobierno con Chevron, una de las petroleras más contaminantes y desprestigiadas del mundo. Así lograron una alianza para explotar Vaca Muerta. Entonces, este perverso que ahora gobierna, encontró todas las condiciones para que la explotación fuera totalmente impune, al punto que hoy les permite instalar un comando unificado conducido por Patricia Bullrich, para que nadie interfiera sobre Vaca Muerta. En esto se ve claro cómo surgió Milei y cómo ante la enorme pasividad del poder político opositor, ejecuta las barbaridades que quiere.

Desalojo anunciado

El último 10 de diciembre, en coincidencia con el Día de los Derechos Humanos y a un año de tomar el poder, el gobierno nacional derogó la Ley de Emergencia Territorial Indígena, cuya prórroga vencía en noviembre de 2025 y suspendía los desalojos sobre tierras comunitarias de los pueblos originarios.

Amenaza de desalojo de la comunidad mapuche de Los Alerces: “Somos un estorbo para sus planes”

Cruz Cárdenas, uno de los integrantes de la comunidad Pailako.

Opina Jorge Nawel: “Por un lado, esa ley implicaba un relevamiento territorial de las comunidades, que en manos de este INAI era una herramienta peligrosísima, por sus múltiples abusos de poder, y su apoyo a los terratenientes y a las empresas transnacionales. Desde este punto no nos parece tan grave, porque Nación deja de tener injerencia en las disputas que tenemos con los gobiernos provinciales, así que ahora queda planteado el escenario para que las provincias muestren sus verdaderas caras: si van a resolver nuestra cuestión territorial o si van a seguir favoreciendo la usurpacion de los territorios”.

Los desalojos: “El problema mayor de la derogación de la ley de emergencia territorial es que detenía los desalojos. La necesidad de legislar en este aspecto se dio posterior al 2000, cuando se dictaron numerosas órdenes de desalojos, todas aplicadas con una violencia incontrolable. La ley aprobada en 2006 puso un freno a esa represión. Y en estos casi 20 años logramos –con mucha lucha y movilización–, la aprobación de numerosos instrumentos de derechos y jurisprudencia, así que si hay jueces y fiscales que creen que tienen las manos libres para cometer cualquier tipo de abuso, se equivocan y no nos vamos a quedar pasivos ante su intento de seguir violando nuestros derechos”.

–Existe una inminente amenaza de desalojo de la lof Pailako, en el Parque Nacional Los Alerces, que el juez Guido Otranto fijó para este jueves 9 de enero. ¿Qué significa este avance judicial?

–Esto tiene que ver con las políticas de Parques Nacionales. En el 2000, 2001 logramos en el Parque Nacional Lanín una política de co-manejo, en conjunto con el Estado, que pretendíamos que fuera ejemplificadora y se reprodujera en todo el país, porque las 40 naciones indígenas están superpuestas en áreas protegidas, pero no logramos que se replicara en otros parques, donde hay un abuso total hacia la población local, y los guardaparques son una especie de militarización en territorios indígenas. En el gobierno de Alberto Fernández pretendimos desarrollar esta política pero no hubo avances, en ningún sentido. Y así llegó Milei, que con una perversidad total dejó cesantes a numerosos trabajadores, muchos de ellos del pueblo mapuche. Además, prohibió todo tipo de manifestación política cultural; sacó resoluciones donde imposibilitó que se levantara la bandera del pueblo nación mapuche; prohibió a sus cuadros intermedios que promovieran festividades como el  We Xipantu, que es el año nuevo mapuche. Entonces, hoy los Parques Nacionales son un escenario de enfrentamiento, de criminalización grave. Si se llega a concretar mañana el desalojo de lof Pailako, significará una puerta abierta para toda una política de represión. La comunidad dijo que no va a permitirlo y veremos hasta dónde se animan a aplicar la violencia que vienen prometiendo. Lof Pailako tiene muchísimo acompañamiento, estamos todos movilizados y denunciando esta política perversa de Parques Nacionales. Los pueblos indígenas no vamos a bajar los brazos ante todas las amenazas, ningún pueblo se entrega mansamente como si fuéramos ovejas que vamos al matadero. 

“No nos van a poder borrar”

–Jorge, ¿cómo se reflexiona y se acciona ante este presente?

–Nos obliga a potenciar la organización y el grado de movilización que como pueblos indígenas podamos demostrar. Nunca vamos a bajar los brazos porque sabemos que estamos defendiendo un territorio valioso para este modelo depredador. Cada día estamos haciendo una política de resistencia, unificando las luchas para ponerle límites a quienes hoy gobiernan promocionando el sálvese quien pueda. En juego está nuestra vida, así que debemos potenciarnos y articularnos con los otros sectores también castigados, algunos incluso más que los propios pueblos indígenas. Ellos no van a poder, por más que consigan la complicidad de jueces y fiscales para ensayar políticas de desalojo, o que nos califiquen de usurpadores, violentos o terroristas. Más allá de todas esas campañas que montan junto a poderosos medios de comunicación, los pueblos indígenas estamos acá, en el centro de los intereses de este capitalismo depredador y no nos van a poder borrar. Si no lo hicieron con la fuerza de las armas hace 140 años atrás, menos lo van a poder hacer hoy.

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Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

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La noticia del día: el próximo 18 de noviembre fue citado a indagatoria el policía Pablo Alexis Aldama, sospechoso de haber agredido a la jubilada Beatriz Blanco (foto principal) haciéndola golpear de nuca contra la vereda. Fue algo de lo mucho que dejó este miércoles en el que jubiladas y jubilados marcharon pese a la habitual fumigación de gas pimienta por parte de las fuerzas de seguridad, que vallaron toda la zona de Congreso impidiendo el tránsito. Reflexiones pos electorales, propuestas de exportación, dilemas complejos, carteles lúcidos, cómo combatir el EPOC, y la certeza de seguir en la calle.

Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

Beatriz Blanco (en la foto de portada) es la jubilada que fue gaseada y empujada por la Policía Federal el 12 de marzo pasado –el mismo día que el fotógrafo Pablo Grillo fue atacado por una granada de gas lacrimógeno, y Jonathan Navarro por un disparo que le hizo perder la vista de un ojo–.

La imagen de Beatriz golpeándose la nuca contra el suelo dio la vuelta al mundo por lo violento: le causó un traumatismo encéfalo craneano, una herida cortante y problemas oculares permanentes.  

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Pero está viva para contarla. Beatriz tiene 82 años y un empuje que no merma ni con un golpe ni con una elección adversa. Este miércoles –como siempre– vuelve a caminar con su bastón cobrizo entre manifestantes y fuerzas de seguridad –federales, gendarmes y policía porteña–.

Sobre el domingo: “La gente ya no cree en soluciones porque ya no cree en nada, hace mucho que no se le da nada. Y además tiene miedo, y eso se nota en que cada vez hay menos gente involucrada, con temor a la represión, a quedarse sin laburo, y ahora encima a que le suban las horas de trabajo. Se van corriendo los límites, así estamos”.

Pero hay un lado positivo del “así estamos” de Beatriz. Este martes 28 de octubre el Juzgado Criminal y Correccional Federal 1 llamó a declarar al presunto policía que la agredió: “Existiendo en autos motivo bastante para sospechar que Pablo Alexis Aldama ha participado en la comisión de un delito de acción pública, cíteselo a los efectos de recibirle declaración indagatoria, fijando audiencia para el día martes 18 de noviembre de 2025”.

Dice Beatriz: “Lo quiero ver, le quiero hablar y decirle gracias. Gracias por pegarme, gracias por romperme la cabeza y el ojo; y gracias por romperme la cadera”. Lo dice con su voz suave y tranquila de siempre, y enfila con su bastón hacia la marcha.  

“Será largo lo que viene”

Detrás de Beatriz la Policía Federal va cercando a la gente que reclama en la vereda sobre la plaza de los Dos Congresos a la altura de Rivadavia y Callao, y la intima a pasar del otro lado de la valla.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

La frontera en Congreso. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Un hombre –con un gorro en el que se lee “jubilado testarudo”–, se acerca a Beatriz y suspira: “Será largo esto, muy largo”. No habla de hoy sino de lo que vendrá. Habla de la época. Mientras, los federales se acercan un poco más. La mayoría sin identificación. Se arrima otro jubilado y se arma una especie de asamblea que reflexiona sobre los comicios recientes: “Nos va a costar un pulmón o dos todo lo que viene, todas las reformas que el gobierno intentará hacer”. Otra voz plantea entre el sonido de redoblantes y trompetas: “La mayoría del pueblo eligió seguir estando mal por miedo a que se descontrole todo esta semana”. 

La Policía Federal termina de acorralar a los pocos manifestantes –y a los muchos fotógrafos– que aún quedan del lado del Congreso hasta terminar de cerrar la hilera de vallas. A la tensión le sigue una serie de gaseadas que deja a 11 personas heridas, según la Comisión Provincial por la Memoria.

Otra jubilada, señalando a la policía: “A esta gente la compadezco: sus dirigentes haciéndose los guapos en canales de stream y ellos acá poniendo el cuerpo”. 

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Geopolítica. Foto: lavaca.org

La pierna de Fernando

Fernando Quintero caminaba por la vereda y fue atropellado hace 9 años por un colectivo que había perdido el rumbo. Le amputaron la pierna derecha.

“Pero hace cuatro meses me sacaron la pensión” cuenta a lavaca, y al contarlo se le inundan los ojos celestes. Fue una segunda amputación.

¿Cuánto era la pensión? “263.000 pesos”.

¿Y cómo sigue la cuestión? “Me dieron un turno para que un médico certifique que no tengo una pierna. El turno es para abril”. Todo ocurre en órbita de la ANDIS, agencia de discapacidad de notoriedad pública. Gracias a la aplicación de este tipo de motosierra, el gobierno sostiene que logra equilibrio fiscal.

Tal vez esta foto sirva para que alguien certifique antes de abril que a Fernando Quintero le falta la pierna derecha. Y que le devuelvan la pensión.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Fernando Quintero. Le amputaron una pierna, y la motosierra oficial también le mutiló la pensión de 260.000 pesos. Lo citaron en abril, para certificar que le falta la pierna derecha. Así se logra el equilibrio fiscal. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

“Llenar las calles de pasos”

Mientras tanto, dos drones de las fuerzas de seguridad sobrevuelan la escena. Filman desde arriba lo que expresa otro jubilado en un cartel: “Derrotados son los que dejan de luchar”. 

También graban a Carlos, 73 años , con un cartón en las manos pensando en lo que pasó en las elecciones, pero sobre todo mirando a futuro: “Acá no se rinde nadie”. Lo justifica cuando habla: “Por un resultado electoral en contra no se desarma el reclamo. Al contrario. Hasta que no haya una mejora en los remedios y en las jubilaciones esto va a seguir y se va a incrementar porque seguirán mandándose cagadas. Yo confío en que el pueblo va a reaccionar”.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Jubilado gaseado. Hubo un total de 11 heridos. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Alicia, de Jubilados Insurgentes, resume cómo estamos: “En las ciudades inundadas, como Bahía Blanca, Milei no les dio un peso y ganó igual. Es difícil de comprender. Somos masoquistas”. 

Y comparte su alternativa: “Hay solo una salida: llenar la calle de pasos”.

Motosierra, medios y comercio exterior

Eduardo tiene 79 años, cumple 80 el 30 de marzo. Leva un gorro piluso y un cartel que es una propuesta de comercio exterior: “La solución argentina: exportar libertarios a los Estados Unidos ¡hasta agotar el stock!”

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Eduardo. A los 9 años lo mandaron del colegio a su casa porque se producía el bombardeo de las FF.AA a Plaza de Mayo. «Así que estamos acostumbrados, siempre peleando».Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Es un hombre de sonrisa fácil: “Los medios de comunicación hacen un aporte importante a la confusión, a que la agente no razone. Te dicen que es mejor esto que lo otro, pero no está muy claro qué es lo que está bien o lo que está mal. Te hablan del peronismo, y yo pregunto: ¿se entiende qué es el peronismo? Entonces es difícil. Por eso lo que me parece importante es seguir acá, sin resignarse, tratando de lograr lo mejor”.

Cree que es una época complicada. “Pero mirá: cuando yo tenía 9 años iba al colegio que está frente a Plaza Lavalle, al lado del Colón. Y un día nos mandaron a todos para casa. Habían empezado el bombardeo a Plaza de Mayo de 1955. Duró cuatro horas. Mataron como a 300 personas o más que iban por la calle tranquilamente. Uno no se puede olvidar nunca de algo así. De cómo mataron. Pero se peleó, se peleó después cuando fue la proscripción, cuando estuvieron los militares, cuando estuvo Menem, después en el 2001”.

Fernando trabajó en mil oficios. Fue empelado en casas de cambio, vendedor en comercios, y tuvo un oficio por el que merecería un lugar en el gabinete nacional: vendía y reparaba motosierras en el Once. “Pero eso me enfermaba, por el humo de los motores”. Tuvo otro negocio de venta de repuestos de autos. “Pero me fundí en la época de Menem, con todo lo importado”.

Pone una mano en el hombro del cronista: “Así que estamos acostumbrados. Siempre peleando”.

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Cacerola y máscara antigas. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Un camino entre quienes piensan parecido

Rubén y Mario integran el Movimiento Activo de Trabajadores y Jubilados (MATyJ). “Hay una clase media y un sector muy pobre con miedo a perder lo poco que tiene”, piensan. Recuerdan la época de Carlos Menem: “En el 95 le llamamos el ‘voto cuota’, muchos sectores votaron por miedo a que todo explote”.

Keiko, también de Jubilados Insurgentes: “El peronismo no tiene programa. La Libertad Avanza tiene: te vamos a hacer mierda. Es su programa. ¿Y los otros? ‘Freno a Milei’, te dicen. Eso no es un programa. Hasta Menem tuvo una propuesta, con salariazo y revolución productiva, que después fue todo mentira. Y otra cosa: ¿cómo el candidato va a ser Taiana, que tiene mi edad? ¿Por qué no ponen a otro pibe como vos?”. Alguien la escucha y observa: “La derecha sí se renueva”.

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Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

El sacerdote Francisco Olveira, o padre Paco, está frente a la policía. Piensa dos cosas: “Una es que el apoyo de Trump y Estados Unidos influyó mucho porque hasta yo, si no pensara como pienso, votaría a Milei porque la sensación era que se iba todo a la mierda, lo cual no quita que eso ocurra, pero más adelante”.

¿Y lo otro? “Lo otro es que hay muchos hijos de puta, con perdón de las chicas de AMMAR que quiero mucho, que les importa un carajo el 3% de Karina, que promulguen leyes sin financiamiento, lo que le hacen a la gente del Garrahan, a los jubilados, a las personas con discapacidad”. Sintetiza: “Muchos que solo votan a otro hijo de puta”. 

El padre vive en el asentamiento Esperanza, en Merlo, oeste del conurbano. “Los sectores más pobres que habían votado a Milei se dieron vuelta, salvo este sector que te marco. Te cuento un ejemplo: la provincia está completando una obra que tenían que hacer las ISU (Integración Socio Urbana) a nivel nacional, y un vecino que es mileísta sacó fotos trucadas diciendo que como habían perdido las elecciones, se estaban llevando las máquinas”.

Paco mastica bronca, pero dice que la salida es seguir estando en la calle. ¿Y hacia dentro? “Me gustaría que Bregman y Grabois se sentaran a charlar. Debería ser un camino, entre quienes pensamos más o menos lo mismo. Pero no sé si pueda darse en nuestra Patria”. 

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Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

“Si tirás la toalla, perdemos”

Guillermo, 77 años y vecino de Ituzaingó, es jubilado metalúrgico. Estuvo algunos miércoles sin venir porque tiene EPOC y está medicado. Tiene un cartel con dos palabras: “Voto luchar”. Piensa que hay mucha gente que sabe que está mal, pero no quiere estar peor: “Saben que el peronismo no es alternativa porque no luchó en dos años. La CGT, tampoco. Pero la izquierda algo creció: siempre está acá y eso se paga. Conozco muchos peronistas: hay gente enojada con su dirigencia, porque perdieron y se dividieron más: se peleaban por octubre, ahora se van a pelear por las elecciones de 2027, pero no están peleando con la gente acá. Si hubieran hecho algo, ganaban con todo el apoyo”. 

-¿Por qué seguís viniendo con tu EPOC y todo este contexto?

-Venir acá te cura, te da pila, es un remedio. Te mantiene ligado con tu realidad. ¿Voy a sentarme en una silla de paja a ver cómo pasan los vecinos por la ventana? ¡Me pego un tiro! Hay que creer en la lucha, creer en las calles. Hay que subir al ring aunque te caguen a sopapos, porque si tirás la toalla, perdemos. Nosotros vamos por el round final.

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Imagen en la plaza de Congreso.Foto: lavaca.org

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Mapumundi: Lef y una cartografía de la situación mapuche

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Lefxaru Nawel es ciudadano argentino de nacionalidad mapuche, werken (vocero) de la comunidad, abogado, profesor universitario, rockero y papá, entre otras cosas. Fue uno de los detenidos en julio por reclamar que se cumplan las leyes. Su mirada sobre el gobierno de las corporaciones, Occidente, el fin del cinismo, los cascarudos, el racismo y el odio, el progreso, el fracking, la pobreza, el agua, Vaca Muerta, la democracia y algunos datos sobre las utopías y el futuro. Por Sergio Ciancaglini.

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Elecciones 2025: la noche de las urnas

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El gobierno obtuvo el 41% de los votos en la elección de medio término con menor índice de participación desde el regreso de la democracia. El enigma es qué cosas se acomodan y desacomodan a partir de este lunes en el que la vida continúa, aunque no está claro todavía de qué modo. Estuvimos en los búnkers y sus alrededores, que tal vez brinden algunas pistas sobre lo que se viene.  

Por Lucas Pedulla, Franco Ciancaglini y Claudia Acuña

Fotos: Lina Etchesuri y Juan Valeiro

La calle del búnker

La primera en llegar fue Patricia Bullrich, actual ministra de Seguridad, futura senadora, con una sonrisa que escondía el 50 por ciento de votos que sacó en la Ciudad.

Luego fue el presidente Javier Milei, que levantó un cartel que decía, de un lado, “las fuerzas del cielo – Virrey del Pino”, y del otro, “el futuro es en libertad”.

En tercer lugar, el ministro de Economía Luis Caputo.

Finalmente, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, acompañada del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, dos que tampoco escondían buenos gestos: «Estamos contentos», dijo la hermana.

Elecciones 2025: la noche de las urnas

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Todavía faltaban tres horas para que los primeros –y definitivos– resultados se multiplicaran en los cientos de celulares encendidos en la esquina de Córdoba y Maipú, frente al Hotel Libertador, convertido nuevamente en búnker de La Libertad Avanza en estas elecciones de medio término que tuvieron una participación del 67,8% del electorado, el número más bajo desde el regreso de la democracia en 1983. Hasta hoy, la baja participación en cada elección desdoblada hacía suponer que el perdedor era el oficialismo, ya que la ausencia se medía desde ese electorado desencantado con las políticas del gobierno.

Elecciones 2025: la noche de las urnas

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Pero este domingo el mapa de la Argentina coloreado de violeta casi por completo hizo quemar todos los manuales una vez más, en un país cuya capacidad de asombro no tiene techo ni tampoco umbral de dolor. Y ni hablar del principal golpe: la victoria por menos de un punto (apenas 46.612 votos, al cierre de esta nota) en la provincia de Buenos Aires, principal bastión electoral por su caudal, lugar donde LLA se había comido una paliza de 13 puntos en las elecciones desdobladas de septiembre.

Una lectura rápida indica que, en territorio bonaerense, Fuerza Patria sacó 261.000 votos menos y LLA, 881.000 más. Un fiscal libertario comenta su sorpresa en esta calle que comienza a cantar sus primeros versos –»kuka tira piedra»– y lo dice abriendo bien grandes los ojos después de haber estado todo el día en una escuela de Pilar, norte del conurbano bonaerense: «Perder por seis puntos era un buen resultado, imaginate esto».

Elecciones 2025: la noche de las urnas

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Esto es, ni más ni menos, que le dieron vuelta la elección al peronismo, como pasó en su escuela. Su interpretación: «Hay una ancha avenida del medio que ve linealmente que el peronismo ganó y subió el dólar, aumentaron los precios y que el país se va a incendiar. Por eso, salió a votar». De todas formas, la participación fue baja, algo que tendía a perjudicarlos: «Te digo algo, porque hoy lo vi: para mí los que no fueron a votar son los del peronismo. No te olvides que ellos siguen su interna». El fiscal se mete a los festejos. Algo de ese antikirchnerismo y antiperonismo reloaded es lo que incita a estas cientos de personas a entonar con voz ronca: «Che Peluca, peronismo y kirchnerismo no queremos nunca más».

Por la avenida Córdoba pasan colectivos, autos y taxis que tocan bocina y sacan sus cuerpos por las ventanas que estimulan esa excitación. Por allí celebra Carlos, 45 años, vendedor de banderas con el logo del león, discapacitado y medicado, que lamenta la gente que tiene que salir a pedir por la emergencia: “Cuando se hagan auditorías y todo esté bien, la plata va a estar”. Vino de Berazategui, sur conurbano, donde votó la lista que seguía teniendo como cabeza a José Luis Espert, acusado de recibir dinero narco: “Mirá, si a mí me compran una bandera, yo no sé de dónde viene la plata. Si hizo algo, que pague”.

Elecciones 2025: la noche de las urnas

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

El efecto Espert no se siente para nada. Las respuestas son pragmáticas: si robó, que lo metan preso. Luis, + 40, vino de Quilmes, también del sur, es herrero y dice que le está yendo bien: “Fui, voté esa lista, pero le creo a Milei, porque quiero un cambio, un futuro para mis nenes. Vamos a ver qué pasa. Pero mi apuesta es el cambio”.

Kevin, 24 años, es barbero, vecino de Recoleta: “Espert es un tipazo, pero si sos delincuente, adentro. Tiene que hacerse cargo, aunque todavía hay mucho que investigar”. Miranda, de 22, trabaja en una tercerizada, y vino con él: “Sí, él dijo cárcel o bala, entonces que se haga cargo: la ley es para todos igual, para mí, para él, para Karina o para Milei”.

Así es la doctrina liberal libertaria, explica Kevin, que dice que está en los mejores años de su vida: “No somos Suiza, somos un país pobre, estamos nadando en la profundidad pero de a poco estamos sacando cabeza. Hay que ponerle garra”. Para Miranda, la elección es fundamental para que “Milei siga con las reformas” y que el Congreso no se las trabe, “como los vetos”, aclara.

Elecciones 2025: la noche de las urnas

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Algunos de ellos fueron por la emergencia en discapacidad, el financiamiento universitario y aumento de las jubilaciones. “¿Pero de dónde va a salir la plata?”, repregunta, en uno de los clásicos argumentos de Milei, al punto de posponer la reglamentación de las leyes.

¿Pero no se contradice con las retenciones cero a los agroexportadores? Miranda no titubea: “Es una apuesta para que entren dólares al país”.

Luis, en sus sesenta, es jubilado y tiene una “artritis brava”, por lo que camina con dos muletas sujetas a sus antebrazos. Lleva una remera de Milei de las elecciones 2021, cuando entró al Congreso por primera vez. Plantea una lógica microeconómica, bien de hogar, que se repite con eficacia en otros entrevistados: “Sé que el mejor ministro de economía soy yo. Si gano 100 y gasto 120, el problema soy yo. Todo arranca desde el hogar. No digo que Milei es papá y nosotros los hijos, pero está ordenando la casa. Hay que tener conciencia. El gobierno anterior jubiló gente a mansalva y mis familiares peronistas me dicen que me van a sacar la pensión, pero acá estoy. Es inútil entender la desgracia de los que apoyan al gobierno anterior, pero bueno: tenemos cuatro generaciones criadas en la vagancia. Movilizaban gente por migajas. Así la acostumbraron”. Sobre Espert, no duda: “¿Y quién lo acusa? ¿El setentista extremista de Taiana? ¿Por qué llegó la dictadura? Y vamos, no fueron 30 mil: el peronismo mató más gente con la pandemia que el militarismo”.

Elecciones 2025: la noche de las urnas

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Beatriz, en sus veintis, es cordobesa pero vive a la vuelta del Hotel hace un año. No votó, porque todavía no hizo el cambio de domicilio, y trabaja en el rubro textil. “Está bravo. La venta, todo. Muchos esperando a ver qué pasa hoy. Algunas competencias nuestras nos dijeron que tenían un botón para pausar páginas y ver qué iba a pasar con las elecciones. Por el dólar, viste”. Pero ella, que no votó, igual banca: “Es más que nada un cambio”, repite.

Tema jubilaciones, economía, discapacidad: “Milei está hace dos años. ¿De quién es la culpa? ¿Del anterior, del nuevo, o del próximo? Yo perdí el año en mi universidad, hace dos años, porque no paraban de hacer paros. Y no fue por hoy”. Cuenta que tenía un abuelo radical y otro peronista, que hasta el último momento cantó la marcha: “Me contó que era policía en el Cordobazo, pero que ese día dejó el servicio porque no iba a reprimir al pueblo”. Le pregunto si sabe que ese 29 de mayo de 1969 estudiantes y obreros salieron a las calles en contra de una política económica de características similares a la de hoy. “Es verdad”, dice Beatriz y sonríe, aunque revolea los ojos. “Pero así es Argentina: cíclica”.

La euforia sigue.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

De todo lo que esta calle de esta Argentina cíclica vuelve a mostrar, como ya lo hizo en este mismo lugar durante el balotaje de 2023 con personas de barrio que no eran sólo aquellos vestidos de Jason y Jokers dispuestos para la foto satírica o la burla progre, los principales flashes apuntan a una nena, toda vestida de violeta, en brazos de su madre. La chiquita, con un brazo, la abraza, y con el otro agita una motosierra –también violeta– hecha con telgopor y con algunas firmas escritas con fibrón negro. “Son de Milei”, dice Sol, su mamá, comerciante del barrio porteño de Villa Crespo. Su hija, llamada Isa, y de tan sólo 7 años, la agita, feliz, y solo canta, como estas ¿doscientas?, ¿trescientas?, personas, dos palabras:

–Cristina tobillera.

Una reportera de RTVE de España la mira, por largo rato, como queriendo entender ese entusiasmo, esa sonrisa, ese fervor. Le pregunta a Sol, de 40 años, qué siente.

Ella pronuncia, entre el medio del ruido, la palabra esperanza.

La reportera la mira, con esos ojos ajenos, tan de otro país, como quizá millones estén mirando ahora estos resultados, esta noche, este fervor, que no se mide en algoritmos ni tampoco en marchas, pero que está ahí, tan a la vista, tan al lado, una vez más.

Los puntos y el knock out

Los puntos que se descontaba Fuerza Patria le sacaría a LLA en la provincia de Buenos Aires fueron bajando con el correr de las horas: de 10 a 5 puntos de diferencia, de 5 a empate. Había un cóctel programado que rápidamente pasó a estar en duda, lo que hizo que la prensa se abalanzara sobre los últimos sánguches de fiambre, con una voracidad que mataba la espera y el nerviosismo en un Hotel Gran Brizo de La Plata, dominado por el silencio y las caras largas.

Elecciones 2025: la noche de las urnas

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org

Mientras tanto, llegaba por whatsapp el conteo de mesas de otras provincias con mejores números para LLA y se instalaba la idea de una elección nacional pareja. Tampoco fue así. A las 20 ya se hablaba de derrota. Y a las 21, con los primeros resultados, la sorpresa fue que se perdía incluso en la provincia de Buenos Aires. Fue knock out.

Indicios: más temprano el “cuervo” Larroque, Carli Bianco y Gabriel Katopodis habían llegado juntos al hotel-búnker y evitaron hablar con la prensa. El hermetismo duró hasta que el gobernador Axel Kicillof dio su discurso a las 22.30, después del de Milei. Los que dieron la cara ante los cronistas no fueron los candidatos bonaerenses sino algunos sindicalistas, que ocuparon un palco al costado del escenario principal.

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Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org

Hugo Yasky fue el primero en contestar a la prensa tras los resultados: “Se ratifica un escenario de polarización a nivel nacional; quedan de pie dos grandes fuerzas. Evidentemente, la operación rescate del gobierno de Estados Unidos a Milei tuvo efecto”.

-¿Las listas estuvieron bien armadas?
-Si gana un candidato que tuvieron que bajar porque está sospechado de ser narco, fijate que la cosa no pasa por ahí.

-¿Hay autocrítica?
-La vamos a hacer con la seriedad y el tiempo que se merece.

-¿Le da la razón a Cristina el resultado?
-No, no se trata de eso. Este resultado demuestra que La Libertad Avanza terminó de incorporar al PRO y a gran parte de los votantes del radicalismo.

-¿Cuál es la propuesta para lo que viene?
-Necesitamos fortalecer la unidad y pensar una propuesta hacia la gente- finaliza Yasky.

Que esos sigan siendo temas pendientes tal vez explica parte de lo ocurrido este domingo.

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Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org

La gente

Tomasa, arquitecta, es una de las tantas anonadadas con el resultado:
-No me lo imaginaba, pero bueno, es parte de la presión que sembró Estados Unidos, ese temor de que si Milei no ganaba… Yo creo que la gente votó con ese miedo, con esa hipótesis.

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Tomasa, sus banderas y reflexiones sobre la gente, Taiana, Kicillof y Cristina.

Agita dos banderas argentinas, una en cada mano.
-Al peronismo esto le tiene que dar fuerzas.

-¿Y el antiperonismo?
-Una elección más, una menos, no importa: el tema es que esto implica la entrega de soberanía, del agua, de los ríos, del petróleo.

-¿Y por qué la gente no vota por eso?
-No lo quieren ver.

-¿Quién te gusta?
-Taiana: no le pudieron hacer una campaña en contra.

-¿El gobernador?
-Me consta que se está haciendo cargo de lo que abandona el Estado nacional, como el Astillero Río Santiago.

-¿Y Cristina?
-Me está demostrando que tenía razón en muchas cosas.

-¿Qué falta?
-Intuición. Y amor. Lo contrario del amor es el miedo.

“No puede ser”, repite a su lado Andrea, que cree que en los números finales “hay algo raro”. Primero habla del sistema de votación –por primera vez en formato de boleta única–pero  luego reflexiona sobre la mezcla entre estrategias electorales y errores propios.

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Andrea, su sobrina (con bolsos listos para irse a Europa a buscar trabajo y horizonte) y Soledad.

Comenta que algunas colegas enfermeras suyas votaron a Milei por una razón: “Quieren un cambio”. A su lado, su sobrina psicóloga ya tiene listos los bolsos para irse a vivir a Europa. Explica: “Los efectos de esto van a durar muchos años”. Menciona otra calidad de vida, la posibilidad de ejercer, más oportunidades.

Acá la van a estar esperando…
-Vamos a seguir laburando para que esto se termine– dice Andrea.

Pero Soledad, su amiga, acota:
-Si llegamos.

Habla, literalmente, de la muerte.

-Hicimos algunas cosas mal, es cierto. Pero estos… Spagnuolo, lo de Espert… no entiendo.

Vienen de ver a Cristina en el balcón de la calle San José, y ahora están bajo una llovizna esperando a Kicillof. Las sigue moviendo el amor, frente a lo que consideran odio ajeno:
-Es una lástima, porque la pagamos todos. Se llevan todo. Y este desastre va a durar años.

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Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org

Otro de los que está pegado a la valla es Martín, a la espera de que salgan los dirigentes “para reconocer que se perdió”. Para él también “hay algo raro: no me cierran los números”. No lo puede creer.

Es jubilado, exferroviario. Cuenta que se le acercan personas a pedirle comida en un pequeño local con el que complementa sus 600 mil pesos de jubilación (tras 40 años de aportes).
-Me da pudor, me da vergüenza que la gente pida para comer. Lo que está pasando no tiene precedentes.

Habla del mismo ministro de Economía que endeudó al país con Macri primero, y ahora, en nombre de las finanzas. Y vuelve a sacudir la cabeza en señal de incredulidad:
-Si vos me decís: ganó porque hizo obras… ¿qué obra hizo? Los jubilados, los discapacitados estamos por el piso.

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Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org

-¿Cómo se explica?
-No tiene explicación, no me va a entrar en la cabeza. La miseria que hay en la calle, no hay trabajo. Endeudaron al país y metieron a Cristina presa. ¿Y ellos? Son estafadores, son evasores, y no dan explicaciones. ¿A quién beneficiaron? Solamente los peronistas van presos.

Sobre ese tema cuenta: “Soy peronista por mi papá. Me crié en los 70, en una casa donde escondían la foto de Perón y Evita porque te perseguían”. Ahora se expresa libremente acá, pero también se siente en una encerrona: “Hay algo muy oscuro, muy turbio. Estos tipos no me merecen ningún respeto, porque no respetan al pueblo”.

-¿La gente se va a dar cuenta de eso?
-No. Porque la justicia que tenemos en Argentina es in-justicia. Hay que empezar de nuevo muchas cosas. No es solo esperar las próximas elecciones.

Otro de los que aceptó hablar con lavaca fue Héctor Daer, secretario general de la CGT.

-Le escuché decir que en una elección se gana o se pierde por un voto, pero que no hay que andar con caras largas. Ahora bien, ¿cómo pensar la composición del Congreso?

-Los números siempre van a depender de un sector que pendule, el mismo que hoy votó “por afuera” o “por el medio”, entre comillas. Es ese sector que dice “no estoy de acuerdo con esto ni con lo otro”, pero después termina votando todo. Esos sectores van a tener que refrendar en el Congreso los discursos que tuvieron durante la campaña. Fijate que desde el último trimestre del año pasado el oficialismo tuvo fracaso tras fracaso en el Congreso. Y con algo inédito: se ven obligados a promulgar una ley porque el Congreso les rechazó el veto, pero dicen “hasta que no me digan cómo se financia, no la aplico”. Eso no se vio nunca en la Argentina. Son cosas que la democracia tiene que resolver. Que en plena campaña el propio Presidente diga que lo único que aspira es a tener un tercio para sostener sus vetos habla de la poca creatividad y de la escasa consideración por el Poder Legislativo. Muchas de las cosas que estamos viendo son insólitas.

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org

-Después de septiembre, ¿cómo se explica este resultado? ¿También es la gente eligiendo esas cosas insólitas?

-No hay que enojarse con el votante. Tal vez nos equivocamos en el debate. Desde el movimiento obrero, en 2023 fuimos claros sobre lo que se venía, pero parece que no alcanzó. Ahora veremos los resultados y analizaremos en qué nos equivocamos.

-¿En qué sentido hubo errores?

-El peronismo tiene representación sobre sectores muy heterogéneos. A veces concentramos el discurso en los derechos laborales, las conquistas, pero eso representa solo una parte de la población. Hay otro sector que no goza de esos derechos, y en esa heterogeneidad quizás no logramos universalizar el mensaje, hablarle a más gente. No es fácil, porque hay que unificar el discurso, definir qué hacer. Y parece que eso no se hizo.

-¿Cómo se puede corregir de acá en adelante?

-Hay que laburar para lograrlo. Si no fuéramos optimistas, estaríamos todos en casa tomando el último mate y yéndonos a dormir. Pero somos optimistas, y por eso seguimos acompañando.

¿El armado electoral o la estrategia pudieron haber sido mejores?

-Cuando se firman las listas, todos son los mejores y las mejores, ¿no? Pero bueno, después la realidad te acomoda.

-¿Cómo estará la calle de acá a diciembre?

-La calle va a tener un termómetro que tiene que ver con las cuestiones sociales, más que nada. La legitimidad electoral no te da legitimidad absoluta para hacer lo que se te ocurra. Esto es día a día.

-¿Hay un paro en el horizonte?

-Por ahora no. Ya vimos en el último paro que hubo un sector grande que no pudo movilizarse porque cobra por día trabajado. Entonces las dificultades para vaciar todo con medida fuerza no son las mismas que antes.

-¿Y si el oficialismo avanza con una reforma laboral?

-Ahí sí. Ahí vas a tener a todos los trabajadores encolumnados. Olvidate.

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Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org

La jornada terminó a las 23 horas, después de que hablara Axel Kicillof, único orador, ladeado por la vicegobernadora Verónica Magario. Hizo una lectura de las elecciones bonaerenses (“muy ajustada”), le habló al gobierno y dijo que hay que redoblar el esfuerzo para construir una alternativa: “Ni miedo ni resignación. Más esfuerzo, más militancia y más trabajo. Vamos a usar todos los recursos para seguir funcionando como escudo y como red. Pero además de ayudar y proteger, es nuestra obligación construir una alternativa que le muestre a nuestro pueblo que hay otro camino”.

En el escenario lo acompañaron Máximo Kirchner, Sergio Massa y Juan Grabois, entre otros. Finalizaron cantando tibiamente la marcha peronista.

Mirando a la izquierda

Es más importante transformar que interpretar, proclama el principio básico del marxismo, pero lo que este domingo impregna el primer piso del club vasco donde se reúne la dirigencia y militancia del Frente de Izquierda es el aroma de la prudencia, a pesar de tener algo para festejar: una diputada por Capital (Myriam Bregman) y dos por provincia de Buenos Aires (Nicolás Del Caño y Romina Del Pla). La cosecha porteña fue importante: en mayo fue de 3,6% y hoy, el 9%, mérito sin duda de La Rusa, como apodan a Bregman.

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Fotos: lavaca.org

La cautela la siembra el contexto: no es el Congreso de la Nación el escenario de ninguna transformación. “Es la calle”, dirá Del Pla, sin dudar y aferrándose a la memoria reciente “Lo mismo sucedió con Macri, que ganó las elecciones de medio tiempo y envalentonado quiso imponer la reforma laboral y jubilatoria y así le fue después”.

Juan Carlos Giordano –quien reemplazará a Del Caño en la rotación de su banca como diputado nacional– suma otras cuentas: “La gente que no fue a votar representa casi diez millones”. En su mirada esa cantidad hay que facturarla también a la oposición al gobierno, junto con el casi 60% que eligió otras fuerzas. ¿Será así? Para Cele Fierro no hay duda: “Solo hay que mirar un poco lo que sucede en el resto del mundo donde al mismo tiempo que la ultraderecha llega a controlar los aparatos de gobierno también hay una multitud que no deja de expresarse en las calles para defender otros valores”. Por ahí, creen, pasará lo que transforma: el voto con los pies.

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