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Córdoba: el conflicto por la universidad pública en tres actos

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Un día después de la Tercera Marcha Federal Universitaria, las tensiones siguen en aumento en una provincia que ayer se movilizó masivamente en defensa de la educación. El estado de asamblea y de alerta permanente, mientras las tomas se multiplicaron en varias facultades y la actividad académica continúa. Las voces de estudiantes: «No vamos a ser la generación que entregó la universidad». De docentes: “No llego a los 300 mil pesos». Las pujas internas entre radicalizar o no el conflicto. El amedrentamiento de la Policía alrededor de Ciudad Universitaria y el hábeas corpus presentado como resguardo al derecho a la protesta. El (mal) recuerdo de Mauricio Macri y el rol actual del gobernador Martín Llaryora.

Por Bernardina Rosini desde Córdoba

Fotos Eze Luque desde Córdoba

«Martes, 18 horas, Patio de la Reforma: Asamblea en Derecho». El volante se reparte entre estudiantes y profesores a la entrada de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). No es un día cualquiera en esta manzana jesuítica que alberga una de las facultades más antiguas de Latinoamérica. Desde que el Congreso de la Nación ratificó el veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario, la tensión ha crecido, y esta es la primera asamblea tras la toma de la facultad el pasado 9 de octubre. Las palabras de una de las oradoras resuenan: “En esta facultad organizamos la República”. No es una frase vacía, ya que figuras históricas como Juan Bautista Alberdi -autor de la primera constitución nacional y referente liberal reivindicado especialmente por el actual gobierno- pasaron por estas aulas y moldearon el país desde este lugar.

El ambiente en la asamblea es efervescente. «No vamos a ser la generación que entregó la universidad», dice un joven con determinación. Detrás de él, una guirnalda de carteles cuelga en el patio, con los rostros de diputados y diputadas que votaron contra el aumento de fondos para las universidades, acompañados por la palabra «TRAIDOR» en grandes letras.

Fotos Eze Luque para lavaca

Las tomas se multiplicaron en varias facultades de la UNC: Artes, Comunicación, Arquitectura, Lenguas, Sociales, Filosofía y Psicología. A pesar de ello, la actividad académica no se detiene. Clases abiertas como «¿Quién es moralmente responsable por las malas políticas públicas?» o “Salud mental y políticas públicas” se llevan a cabo en veredas, calles y plazas. En el Museo de Antropología, una charla sobre la Ley Bases y el poder concentrado atrae a curiosos y preocupados por lo que pueda venir.

Fotos Eze Luque para lavaca

«No entreguemos la última promesa real de ascenso social», advierte un profesor en el Patio de la Reforma, mientras sostiene un informe de Adiuc (Asociación de Docentes e Investigadores Universitarios de Córdoba). Su voz es clara: «En los años ‘60, un profesor de dedicación exclusiva ganaba lo mismo que un juez de la Nación; hoy, sólo el 5% de los docentes tienen dedicación exclusiva, y a los 65 años, con más de 25 años de carrera, ganan lo mismo que un pinche de tribunales». La crudeza de su afirmación es respaldada por una profesora que aplaude y añade: «Soy semi-dedicación, 20 horas semanales, y no llego a los 300 mil pesos». El reclamo tiene números concretos, tanto en relación a los sueldos de docentes y no docentes como a los gastos de funcionamiento propios de la academia.

Córdoba: el conflicto por la universidad pública en tres actos

Fotos Eze Luque para lavaca

Un joven delgado y pequeño toma el micrófono. Se presenta como hijo de un carpintero y su mensaje resuena: «Esta lucha es colectiva, nos abraza a todos, no solo a los estudiantes, sino a la sociedad entera». Con la Constitución en la mano, cita el artículo 75, inciso 19: «El Estado debe asegurar la educación pública gratuita y equitativa». Su llamado es claro: la educación es un derecho que trasciende las fronteras ideológicas.

Sin embargo, no todas las voces están alineadas. Un grupo de estudiantes sostiene carteles que dicen «NO A LA TOMA», y un joven de traje se acerca al micrófono pidiendo auditorías en las universidades, lo que desata abucheos. «Respetemos la pluralidad de voces», se escucha entre la multitud, mientras se mantiene el debate. Finalmente, la asamblea decide continuar las acciones de visibilización, pero sin tomar la facultad. Luis, estudiante de tercer año de Derecho, se muestra indignado: «¿En serio la Franja Morada definirá el plan de lucha? Es ridículo, el rector de la UNC es radical y son los radicales quienes nos están entregando, no pueden ser juez y parte”.

Córdoba: el conflicto por la universidad pública en tres actos

Fotos Eze Luque para lavaca

Hábeas corpus

El Pabellón Venezuela en la Ciudad Universitaria continúa tomado por los estudiantes. Desde el 14 de octubre, la policía provincial incrementó su presencia en los alrededores del campus. Flavia Dezzuto, decana de la Facultad de Filosofía y Humanidades, denuncia esta situación: «La policía no tiene permitido ingresar al predio universitario; sus límites son las avenidas exteriores». Sin embargo, patrullan cerca, interrogando a los estudiantes que salen de las asambleas. Preguntan sobre la cantidad de asistentes, los horarios y los temas discutidos.

Ante el incremento de situaciones de provocación y violencia en distintas universidades del país, decidieron presentar un hábeas corpus que resguarde el derecho a la protesta y en el documento presentado se exige que «las autoridades competentes informen sobre las medidas que hayan solicitado, o prevean solicitar, respecto a las medidas de protesta, expresión o deliberación, en el ámbito de la Universidad Nacional de Córdoba. En particular respecto al despliegue de fuerzas policiales que pudieron afectar la libertad, la seguridad y la integridad física, entre otros derechos». Asimismo las autoridades de la Facultad impulsaron una presentación en el Consejo Superior para que el rector tenga conocimiento sobre la situación. Teléfono al radical Jhon Boretto.

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Fotos Eze Luque para lavaca

Las figuras del poder

La tercera Marcha Federal por la educación universitaria reunió ayer a miles de personas en Córdoba. Horas antes, el expresidente Mauricio Macri paseaba por las mismas calles, tras haber dado una conferencia en la Bolsa de Comercio y haber deslizado a través de la negativa la posibilidad de ser gobernador de la provincia mediterránea. “Estoy construyendo una casa en Córdoba, por lo cual voy a pasar más tiempo acá. No empiecen con las especulaciones de si voy a ser gobernador”, deslizó.

Su presencia en el marco del conflicto universitario reaviva la memoria de las protestas del 2018, bajo su gestión presidencial. En aquel entonces, estudiantes universitarios tomaron el Pabellón Argentina. 24 de ellos fueron identificados y posteriormente imputados por hechos encuadrados en la figura penal de usurpación por despojo y turbación de la posesión. Hace apenas 4 meses el Juzgado Federal 1 de Córdoba, a cargo del juez Pablo Montesi, declaró extinguida la acción penal contra los estudiantes. Este antecedente de judicialización de la protesta universitaria es el que motiva en la actualidad los estrictos recaudos que toman las asambleas estudiantiles en materia de seguridad.

Por otro lado, el actual gobernador, Martín Llaryora, se posicionó en el conflicto solicitando al Gobierno nacional la conformación de una mesa de diálogo urgente. Sin embargo, su propuesta de expandir la Universidad Provincial de Córdoba, con la creación de 20 nuevas sedes en el interior provincial, ha sido vista como una jugada astuta para distanciarse de la retórica de Javier Milei: «De las crisis se sale con más educación, no con menos», afirmó Llaryora. Esta afirmación, entendida como parte de una estrategia política, termina reforzando la imagen de Llaryora como un «buen alumno», ya que no desobedece a las intenciones de descentralización de la educación superior que propone el gobierno nacional.

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Fotos Eze Luque para lavaca

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Jubilados: el triunfo es seguir

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El Congreso de la Nación convirtió en ley el primer triunfo social que se logró al sostener en la calle, todos los miércoles y durante casi dos años, un reclamo que ni los gases ni los palos ni las detenciones arbitrarias pudieron desalentar.

Lo que deriva, ahora, es también el primer gran desafío político para un gobierno agobiado por la debilidad de su plan económico –debilidad que ahora quiere atribuir a esta decisión legislativa– y desgastado por una retórica abusiva que lo está dejando sin aliados y rodeado únicamente por aduladores, odiadores y especuladores.

La aprobación de un aumento de las jubilaciones del 7,2%, un incremento del bono de 70.000 a 110.000 y la extensión de la moratoria extinguida por decreto fue suficiente para que, además, comenzaran los reproches públicos de la interna oficialista, que tuvieron a la gran perdedora de esta pulseada –la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich– como vocera.

La estrategia de la ministra de sofocar con palos y criminalización el reclamo social dejó ayer en evidencia su fracaso, tal como había sucedido en su anterior gestión al frente de esa cartera en tiempos de Mauricio Macri presidente.

Lejos de aprender la lección, la repitió cosechando idéntico resultado. Lo sintetiza Beatriz Blanco, 81 años, la jubilada golpeada, tumbada y gaseada durante una la jornada de protesta del 12 de marzo (en la que también fue atacado el fotógrafo Pablo Grillo que continúa su arduo proceso de rehabilitación): “Si no aflojamos, lo logramos: esa es la lección de hoy”.

Beatriz no está confiada ni esperanzada: “Estoy decidida”, dice para definir qué espera en los próximos días, cuando se defina si el Congreso apoya o desactiva el anunciado veto del presidente Milei.

Esa decisión que define el estado de ánimo de Beatriz tiene un por qué: “ya no estamos tan solos y eso nos permite creer en nosotros. Nuestra fuerza es seguir”.

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La independencia de los jubilados

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Hubo marcha alrededor del Congreso vigilada por 26 vehículos de Gendarmería y Policía Federal como anticipo de las movilizaciones convocadas para la semana próxima. Sin embargo fue un 9 de Julio sin violencia contra quienes manifiestan, mientras lavaca planteaba una pregunta a jubiladas y jubilados: ¿De qué hay que independizarse?  

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

Fotos: lavaca.org

“Tengo 48 años de aportes y no llego a 500 mil pesos de jubilación. No puede ser que ni siquiera tenga para un gustito de comprarme un dulce de batata” dice a lavaca Hugo, 74 años, mientras marcha alrededor del Congreso. Tiene una barba blanquísima que le envidiaría Papá Noel. Vino desde Villa Domímico. Su síntesis para un 9 de Julio: “De lo que tenemos que independizarnos es de este gobierno, que no da para más”.

La independencia de los jubilados

El 9 de julio de 1816, el Congreso de Tucumán, integrado por representantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata, proclamó la Independencia de estas tierras. Ese día, las manifestaciones populares se concentraron en los alrededores de la Casa de Tucumán, coreando el grito de «Viva la Patria». 

209 años después, este 9 de julio de 2025, afuera de ese Congreso de la Nación integrado por diputados y senadores, jubiladas y jubilados proclaman de qué falta todavía independizarse en un contexto de jubilaciones licuadas (el haber mínimo a $379 mil), de barrida de la moratoria previsional y de la gratuidad los remedios.

Hugo sigue describiendo la situación tras sus 48 años de aportes, a través de un montón de preguntas: “¿Dónde está lo que pagué durante tantos años? ¿Cómo como? ¿Cómo vivo? ¿Quién me explica eso?”. Agrega otro elemento: “Soy epiléptico, tomo un remedio que me sale 200 mil pesos. Con mi señora ya no comemos a la noche. Esto es una esclavitud”.

La independencia de los jubilados

Un dolor en el pecho

Graciela, 78 años, es de Libertad, Merlo: “Tenemos que independizarnos de esta mierda de gobierno y de todo lo que nos explotan día a día. Estoy viviendo mal, no me puedo comprar los remedios que necesito. Nos han quitado todo a los jubilados. Este es un gobierno democrático, elegido por una votación, pero tremendamente dictatorial”. 

Un poco más joven, Osvaldo tiene 72 julios. Llegó desde Claypole donde vive. Dice que hay que independizarse de lo que define del siguiente modo: “Es una mafia que está regalando el país, todos los bienes naturales. Volvimos a depender de Estados Unidos, nos endeudan cada vez más, es un desastre”. Cuenta que cobra la mínima y que tiene un dolor en el pecho cada vez que lo visita alguno de sus seis nietos: “Me piden un yogur y no se los puedo comprar. Mis hijos no me ayudan aunque quieran, porque están peor”. Hace una pausa. Confiesa. “Te digo la verdad: ya no ceno, me tomo un té, no me da para otra cosa”.

La independencia de los jubilados

Lo que quiere Milei

Alrededor del Congreso, esta vez sin vallas, dos ejércitos desproporcionados están apostados para evitar vaya a saber qué: Gendarmería Nacional (15 vehículos) y Policía Federal (11 vehículos). Pero no pueden impedir que los y las jubiladas marchen alrededor del palacio legislativo, al grito de “qué vergüenza, pegarle a un jubilado por dos pesos con cincuenta”, aunque evidentemente los haberes de los llamados efectivos son otros.

Surgen algunas preguntas entre los manifestantes:

¿Cuánto cuesta un operativo así de desmedido?

¿Por feriado se les paga doble a ese montón de uniformados?

¿Qué sentido tiene tanta parafernalia de seguridad?

La independencia de los jubilados

Este jueves está prevista la sesión en el Senado para tratar el aumento de jubilaciones. Opina Hugo: “Milei ya dijo que lo volverá a vetar. Y eso que sería un miserable aumento, es una vergüenza, es un desalmado, una mala persona”. Argumenta Graciela: “No tengo expectativas, porque aunque el Congreso apruebe todo, el señorito que tenemos por presidente lo veta. Él quiere a los jubilados sin nada, muertos”.

La independencia de los jubilados

Señalando la corrupción

Teresa dice que pasó los ochenta y que es de un territorio innombrable: La Matanza. Se presenta como militante comunitaria en Laferrere, con acción en la casa de salud barrial, y cuando se le pregunta por el día patrio, se enciende: “Hay que independizarse de la corrupción”, dice y señala al Congreso: “Si pueden tirarlo abajo, tírenlo, porque no me representa a mí ni a ninguno de los que estamos acá. Nosotros hacemos la patria grande, con este bastoncito que ves hice mucho por esta Patria, la amo y me la están robando. Luché mucho por ella, hijo. Mucho”. Nos pide que escuchemos un tema de Horacio Guarany,

“Qué te ha pasado justicia”. Lo que se cantaba en el siglo pasado:

A ver, señor diputado,

¿qué le ha pasado que se olvidó

del bendito pueblo obrero

que usted en campaña siempre nombró?

Tengo mis hijos pidiendo,

que por la calle siempre se ven

y usted se aumentó la dieta, 

y yo a la dieta la hago muy bien.

Alicia, 80 años, es otra de las jubiladas con esa dieta (cobra la mínima, $304.723,90 más el bono de $70.000), y dice que hay que independizarse de todo: “Somos una colonia. Se han posesionado de nuestros recursos naturales, el agua, el litio, el petróleo, están regalando las mineras, la educación, la salud, la jubilación. En realidad, no tenemos nada”. 

La independencia de los jubilados

¿Qué necesitamos?: “Otra independencia”, sintetiza Alicia, que integra Jubilados Insurgentes.

Mónica, 72 años, de la Asamblea de Vecinos de Boedo, viene siempre los miércoles sin importar si llueve o hace frío, y la hace corta: “Hay que independizarnos del presidente cipayo que tenemos, de Estados Unidos y de Israel”.

A su lado está Ricardo, 84, de Lanús, conurbano sur: “Llegamos al 9 de Julio con despidos masivos, garrote y gaseo a trabajadores del INTI, de Vialidad Nacional, con una CGT traidora. Esto, con huelga y un plan de lucha se termina. En 1919, los trabajadores de la Semana Trágica luchaban por trabajar ocho horas en lugar de doce y se cargaron 700 cuerpos. Hoy la clase argentina trabaja por salarios de hambre y no se para de manos”.

Pertenece a una agrupación llamada Bastones en rebeldía y dice que viene por quienes no pueden estar por razones de salud. “Acá tiene que venir más gente, somos seis millones de jubilados…”. Se enoja, mueve la cabeza y cuenta que tiene siete categorías para englobar a quienes no vienen cada semana a lo que se transformó en el epicentro de la resistencia a este gobierno: 1) Los indiferentes 2) Los indecisos 3) Los adormecidos 4) Los que naturalizan todo 5) Los resignados 6) Los mesiánicos 7) Los hiperindividualistas. Dice que no tiene necesidad económica, pero que prefiere seguir marchando.

La independencia de los jubilados

Las 14 organizaciones que integran la Mesa de jubiladas y jubilados en lucha convocan para el próximo miércoles 16 de julio, desde las 15, a una “gran marcha antirrepresiva entre todos los sectores que hoy padecen la crueldad de este gobierno”.

Llaman a marchar el jueves 17 con los trabajadores del Hospital Garrahan.

El 9 de julio de 1816 marcó la independencia política “de España y de toda dominación extranjera”, pero siguieron existiendo muchas formas de dependencia: económica, cultural, productiva, mental. Toda relación entre aquellos eventos de Tucumán y las cosas que ocurren 209 años después, ¿serán pura coincidencia? A más tardar la semana próxima las calles volverán a decir lo suyo.

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Otro ataque a la salud pública y al Garrahan: las movilizaciones que se vienen

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No solo no soluciona el problema, sino que lo empeora: el gobierno difundió un reglamento que degrada las condiciones laborales de los profesionales de la salud residentes en hospitales nacionales al buscar convertirlos en “becarios”. Asambleas y la decisión: paro y un abrazo al Garrahan el próximo jueves 10, y la convocatoria a una gran marcha federal por la salud el jueves 17 de julio.

Por Francisco Pandolfi

Residentes sí, becarios no. Ese es el nuevo lema que hoy levantan (y denuncian) residentes de los hospitales nacionales del país, ante el nuevo reglamento que dictaminó el 2 de julio el ministerio de Salud de la Nación para las residencias médicas.

¿Qué son las residencias? Tienen como objetivo capacitar y especializar a egresados de carreras como medicina, enfermería, psicología y bioquímica, entre otras, en el marco del trabajo asistencial y académico. 

¿Qué aduce el gobierno nacional para la formulación del nuevo reglamento? “Recuperar su rol formativo y permitir que los residentes puedan elegir bajo qué modalidad realizar este tramo de su formación y cómo administrar el monto de las becas percibidas. A fin de jerarquizar el carácter formativo de esta etapa, el nuevo reglamento recupera el concepto de beca (excluyendo cualquier encuadre como empleo público, relación laboral o contratación de obra o servicio) y ofrece a los residentes la posibilidad de elegir entre dos modalidades diferentes: Beca Institución (el hospital otorga la beca) o Beca Ministerio (contrato con el Ministerio de Salud). No es empleo público, no es una relación laboral. Es una etapa formativa con financiamiento estatal”.

Ante la Resolución 2109/2025, las y los residentes del Hospital Garrahan a la cabeza, y todos los profesionales de la salud del sistema de residencias nacionales realizaron ayer una conferencia de prensa en Plaza de Mayo, donde denunciaron: “Este modelo de residencias, ampliamente utilizado a nivel global y que rige en Argentina desde hace más de 30 años y que fue perfeccionándose en el tiempo, garantizó profesional altamente capacitado en cada rincón del sistema de salud. La nueva normativa desmantela las bases fundamentales del sistema, se nos atribuye libertad de elección ante dos opciones de las cuales ninguna resuelve la problemática salarial de base, y además ambas implican la pérdida de múltiples derechos laborales adquiridos; pretende transformar lo que hasta ahora era un régimen formativo en servicio, remunerado y con derechos reconocidos, en un esquema de becas sin vínculo laboral claro, ni aporte y con importantes recortes en licencia, descanso y condiciones de trabajo”.

Entre los puntos “más alarmantes”, destacaron: 

  1. Aumento de la carga horaria y del número de guardias (de 70 horas semanales a 93).
  2. Eliminación del descanso post guardia (lo que implica pasar de 24 horas de corrido a 30).
  3. Reducción del valor de la hora trabajada: en caso de la Beca Institución, $3.200 de cobrarse un bono hospitalario. En Beca Ministerio: $2.200. 
  4. En la Beca Institución, mayor dinero en mano, pero a expensas de la pérdida del aguinaldo, aportes previsionales y obra social.
  5. En la Beca Ministerio, menos dinero en mano, obra social estatal y sin posibilidad de cobrar bonos institucionales. 
  6. En caso de rescisión de contrato, no se contará con indemnización. 
  7. Renovación de contrato de forma anual a pesar de concursarse por formación de 3 a 4 años.

Como cierre de la conferencia, sentenciaron: “No se puede aludir a la libertad cuando se nos acorrala entre dos opciones de precarización extrema. La residencia sí es un trabajo. Exigimos la inmediata derogación de la resolución y la apertura urgente de instancias de diálogo con las y los residentes de todo el país. Sin residencia como fuente de personal capacitado, no hay futuro posible para la salud de Argentina”. 

Abrazo y marcha federal 

Josmar Flores Arnéz es licenciado en bioimágenes, tiene 37 años recién cumplidos y hace 16 que trabaja en el servicio de neurointervencionismo del hospital. Además, es delegado de la junta interna de ATE. Habla con lavaca: “La modificación en las residencias no sólo es una degradación de las condiciones laborales de las y los residentes, sino también implica la degradación del sistema de salud completo, porque cambian la forma de contratación quitando derechos laborales. Lo que decretan es que dejan de ser trabajadores, para hacer las tareas por una especie de bono, a través de una metodología de becas”.

Esta nueva medida se enmarca en una política de ajuste a la salud pública en general, y al hospital Garrahan en particular. El miércoles pasado, en la Cámara de Diputados se estaba tratando la emergencia para el Garrahan, pero la sesión se levantó por discusiones entre el bloque oficialista de La Libertad Avanza, y el peronismo. La emergencia quedó sin tratar…

¿Cuál es la emergencia? Josmar Flores plantea cuatro puntos clave:

  1. Una recomposición salarial del 100%.
  2. Que la persona que recién ingresa cobre lo mismo que estipula la canasta básica familiar: un millón ochocientos mil pesos. 
  3. El aumento del presupuesto del hospital.
  4. Mejora en las condiciones de trabajo: que se reconozca un régimen de insalubridad especial para el hospital.

¿Cómo sigue la cuestión? “Todos los trabajadores del hospital, incluidos los residentes, hacemos asambleas conjuntas y acabamos de decidir ir a paro los próximos dos jueves –cuenta Josmar–. El 10 llamamos a un abrazo solidario al hospital, en la puerta sobre Combate de los Pozos; y 17 convocamos a toda la población a una gran marcha federal, que en la Ciudad Buenas Aires irá desde Congreso a Plaza de Mayo”.

Cierra: “Este gobierno nos ataca por muchos ángulos y la única manera de cambiar la realidad es seguir por este camino”.

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