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Córdoba: el conflicto por la universidad pública en tres actos

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Un día después de la Tercera Marcha Federal Universitaria, las tensiones siguen en aumento en una provincia que ayer se movilizó masivamente en defensa de la educación. El estado de asamblea y de alerta permanente, mientras las tomas se multiplicaron en varias facultades y la actividad académica continúa. Las voces de estudiantes: «No vamos a ser la generación que entregó la universidad». De docentes: “No llego a los 300 mil pesos». Las pujas internas entre radicalizar o no el conflicto. El amedrentamiento de la Policía alrededor de Ciudad Universitaria y el hábeas corpus presentado como resguardo al derecho a la protesta. El (mal) recuerdo de Mauricio Macri y el rol actual del gobernador Martín Llaryora.

Por Bernardina Rosini desde Córdoba

Fotos Eze Luque desde Córdoba

«Martes, 18 horas, Patio de la Reforma: Asamblea en Derecho». El volante se reparte entre estudiantes y profesores a la entrada de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). No es un día cualquiera en esta manzana jesuítica que alberga una de las facultades más antiguas de Latinoamérica. Desde que el Congreso de la Nación ratificó el veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario, la tensión ha crecido, y esta es la primera asamblea tras la toma de la facultad el pasado 9 de octubre. Las palabras de una de las oradoras resuenan: “En esta facultad organizamos la República”. No es una frase vacía, ya que figuras históricas como Juan Bautista Alberdi -autor de la primera constitución nacional y referente liberal reivindicado especialmente por el actual gobierno- pasaron por estas aulas y moldearon el país desde este lugar.

El ambiente en la asamblea es efervescente. «No vamos a ser la generación que entregó la universidad», dice un joven con determinación. Detrás de él, una guirnalda de carteles cuelga en el patio, con los rostros de diputados y diputadas que votaron contra el aumento de fondos para las universidades, acompañados por la palabra «TRAIDOR» en grandes letras.

Fotos Eze Luque para lavaca

Las tomas se multiplicaron en varias facultades de la UNC: Artes, Comunicación, Arquitectura, Lenguas, Sociales, Filosofía y Psicología. A pesar de ello, la actividad académica no se detiene. Clases abiertas como «¿Quién es moralmente responsable por las malas políticas públicas?» o “Salud mental y políticas públicas” se llevan a cabo en veredas, calles y plazas. En el Museo de Antropología, una charla sobre la Ley Bases y el poder concentrado atrae a curiosos y preocupados por lo que pueda venir.

Fotos Eze Luque para lavaca

«No entreguemos la última promesa real de ascenso social», advierte un profesor en el Patio de la Reforma, mientras sostiene un informe de Adiuc (Asociación de Docentes e Investigadores Universitarios de Córdoba). Su voz es clara: «En los años ‘60, un profesor de dedicación exclusiva ganaba lo mismo que un juez de la Nación; hoy, sólo el 5% de los docentes tienen dedicación exclusiva, y a los 65 años, con más de 25 años de carrera, ganan lo mismo que un pinche de tribunales». La crudeza de su afirmación es respaldada por una profesora que aplaude y añade: «Soy semi-dedicación, 20 horas semanales, y no llego a los 300 mil pesos». El reclamo tiene números concretos, tanto en relación a los sueldos de docentes y no docentes como a los gastos de funcionamiento propios de la academia.

Córdoba: el conflicto por la universidad pública en tres actos

Fotos Eze Luque para lavaca

Un joven delgado y pequeño toma el micrófono. Se presenta como hijo de un carpintero y su mensaje resuena: «Esta lucha es colectiva, nos abraza a todos, no solo a los estudiantes, sino a la sociedad entera». Con la Constitución en la mano, cita el artículo 75, inciso 19: «El Estado debe asegurar la educación pública gratuita y equitativa». Su llamado es claro: la educación es un derecho que trasciende las fronteras ideológicas.

Sin embargo, no todas las voces están alineadas. Un grupo de estudiantes sostiene carteles que dicen «NO A LA TOMA», y un joven de traje se acerca al micrófono pidiendo auditorías en las universidades, lo que desata abucheos. «Respetemos la pluralidad de voces», se escucha entre la multitud, mientras se mantiene el debate. Finalmente, la asamblea decide continuar las acciones de visibilización, pero sin tomar la facultad. Luis, estudiante de tercer año de Derecho, se muestra indignado: «¿En serio la Franja Morada definirá el plan de lucha? Es ridículo, el rector de la UNC es radical y son los radicales quienes nos están entregando, no pueden ser juez y parte”.

Córdoba: el conflicto por la universidad pública en tres actos

Fotos Eze Luque para lavaca

Hábeas corpus

El Pabellón Venezuela en la Ciudad Universitaria continúa tomado por los estudiantes. Desde el 14 de octubre, la policía provincial incrementó su presencia en los alrededores del campus. Flavia Dezzuto, decana de la Facultad de Filosofía y Humanidades, denuncia esta situación: «La policía no tiene permitido ingresar al predio universitario; sus límites son las avenidas exteriores». Sin embargo, patrullan cerca, interrogando a los estudiantes que salen de las asambleas. Preguntan sobre la cantidad de asistentes, los horarios y los temas discutidos.

Ante el incremento de situaciones de provocación y violencia en distintas universidades del país, decidieron presentar un hábeas corpus que resguarde el derecho a la protesta y en el documento presentado se exige que «las autoridades competentes informen sobre las medidas que hayan solicitado, o prevean solicitar, respecto a las medidas de protesta, expresión o deliberación, en el ámbito de la Universidad Nacional de Córdoba. En particular respecto al despliegue de fuerzas policiales que pudieron afectar la libertad, la seguridad y la integridad física, entre otros derechos». Asimismo las autoridades de la Facultad impulsaron una presentación en el Consejo Superior para que el rector tenga conocimiento sobre la situación. Teléfono al radical Jhon Boretto.

Córdoba: el conflicto por la universidad pública en tres actos

Fotos Eze Luque para lavaca

Las figuras del poder

La tercera Marcha Federal por la educación universitaria reunió ayer a miles de personas en Córdoba. Horas antes, el expresidente Mauricio Macri paseaba por las mismas calles, tras haber dado una conferencia en la Bolsa de Comercio y haber deslizado a través de la negativa la posibilidad de ser gobernador de la provincia mediterránea. “Estoy construyendo una casa en Córdoba, por lo cual voy a pasar más tiempo acá. No empiecen con las especulaciones de si voy a ser gobernador”, deslizó.

Su presencia en el marco del conflicto universitario reaviva la memoria de las protestas del 2018, bajo su gestión presidencial. En aquel entonces, estudiantes universitarios tomaron el Pabellón Argentina. 24 de ellos fueron identificados y posteriormente imputados por hechos encuadrados en la figura penal de usurpación por despojo y turbación de la posesión. Hace apenas 4 meses el Juzgado Federal 1 de Córdoba, a cargo del juez Pablo Montesi, declaró extinguida la acción penal contra los estudiantes. Este antecedente de judicialización de la protesta universitaria es el que motiva en la actualidad los estrictos recaudos que toman las asambleas estudiantiles en materia de seguridad.

Por otro lado, el actual gobernador, Martín Llaryora, se posicionó en el conflicto solicitando al Gobierno nacional la conformación de una mesa de diálogo urgente. Sin embargo, su propuesta de expandir la Universidad Provincial de Córdoba, con la creación de 20 nuevas sedes en el interior provincial, ha sido vista como una jugada astuta para distanciarse de la retórica de Javier Milei: «De las crisis se sale con más educación, no con menos», afirmó Llaryora. Esta afirmación, entendida como parte de una estrategia política, termina reforzando la imagen de Llaryora como un «buen alumno», ya que no desobedece a las intenciones de descentralización de la educación superior que propone el gobierno nacional.

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Fotos Eze Luque para lavaca

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La moto regalada

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Crónica sobre la violencia del miércoles de una de las suscriptoras de la revista MU, participante en nuestros diplomados, madre y muchas otras cosas, que estuvo en la marcha de jubilados y jubiladas viviendo en primera persona los enfrentamientos provocados por las fuerzas de seguridad. Su relato del miedo, las imágenes que le provocaron terror. Los gestos de solidaridad y convivencia entre los manifestantes. Y un detalle del relato que explica cómo la propia policía creó situaciones para justificar la continuidad de la cacería y la represión, en las calles con el alma rota.

Por Ludmila Goldsztejn para lavaca.org

Me tiembla la mano cuando quiero escribir lo que temo.

Terror.

La mirada llorosa asomando del trapo que cubría esa cara de ese cuerpo que escapaba…

Ahora tiemblo porque puedo moverme.

Mientras, tomo un rico mate y trato de sacar esto que me aterra cuando en vano quiero pensar en otra cosa o cuando cierro los ojos buscando evadirme.

No hay cómo.

Entonces vuelven esos ojos envueltos en lágrimas y en esa sirena/bocina que salían de las motos policías con tanta fuerza que aturde y los disparos.

Solo veo los ojos y su mano extendida que llegué a rozar pero no pude tocar el miedo me paralizó lo persiguen a él y no pudo escapar.

Llegando a Alsina por Bernardo de Irigoyen se subieron cuatro o cinco motos a la vereda y lo encerraron y nunca apagaron ese ruido y se bajaron de la moto y lo sacudieron hasta que lo aplastaron contra el piso, lo agarraron como si fuera una cosa y lo aplastaron y ni rebotó lo aplastaron contra el piso y no se movió más…

Unas manos me rodearon firmes y escuché: andate de acá, un cartonero con chaleco me trataba de sacar de la escena y ahí me di cuenta de mí y de mi quietud, estaba petrificada tapándome los oídos y viendo ese cuerpo que no se movía, quise gritar, pero no tenía voz y casi me dolió moverme unos pasos atrás de un árbol, me vi moverme sin voluntad, presa de un terror que no conocía.

Andate me seguía diciendo un señor de ojos muy negros y grandes y preocupados,

vení me dice otro señor mucho mayor que venía con otro con un bastón por el medio de Nueve de Julio. Nos vamos, vení, y yo que se me vencían las rodillas, yo joven ellos re viejos. No, no te quedes, ¿querés agua? No pares, no te detengas, nos tenemos que ir, me decía, unos pasos después, me dijo: vamos por el medio.

Lo aplastaron repetía yo. Están cazando me dijo, nos tenemos que ir.

Cruzamos Belgrano por el medio entre piedras y persecuciones y gente corriendo esquivando bondis que avanzaban lento por sus carriles, los policías tiraban a las piernas para que no corran y se abalanzaron sobre quienes creían que tiraban piedras o sobre quienes las tiraban que no eran pocos, cuando agarraban a alguien y lo arrastraban por el asfalto llovían piedras, esto fueron ¿dos cuadras, tres minutos? y el señor me convenció de tomar agua y decirle mi nombre, él se llama Julio y con su señora tienen un centro cultural en Ranelagh, me invitó a que vaya cualquier fin de semana me dio un abrazo y me deseó mucha suerte cuando doblé por Independencia a tomarme el subte sin poder parar de llorar.

Pero antes ¿qué pasó? antes cuando ya nos habían barrido como mierda del Congreso, cuando nos habían gaseado sin asco como a una plaga fumigada, cuando el Congreso ardía aquí y allá y una columna de humo negro se visualizaba desde Nueve de Julio, cuando nos sentamos a descansar y llorar en la fuente a mirarnos las caras y preguntarnos cómo estábamos y ayudarnos y pasarnos agua y limón y óleo para los ojos, cuando casi pudimos descansar tres minutos vino el hidrante y las motos y siguieron los gases y la gente furiosa, frustrada con más o menos miedo siguió para Plaza de Mayo, se iba para uno u otro lado por las avenidas y ahí pasan dos motoyutas y uno se baja y se suba a la otra moto y se van y dejan ahí la moto regalada, en segundos la dieron vuelta y la rompieron como pudieron ahogados de odio o de lo que sea, ¿Por qué? no sé, la furia no es amiga de la sensatez ¿no? y así otra vez, gas y persecución y cacería. Esto se repitió con similitudes y diferencias a lo largo de las calles tristes y avenidas heridas de una ciudad rota, rota dentro de su alma pero, aunque rota, resistiendo.

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La sociedad en movimiento versus el Estado barrabrava

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Jubilados e hinchadas generaron una movilización en Congreso que recibió como respuesta un feroz operativo represivo. Al cierre de esta nota el fotógrafo Pablo Griillo (35 años) peleaba por su vida tras ser herido por un ataque policial; había al menos 108 personas detenidas, pero no una lista ni confirmación oficial y en las  esquinas de  Buenos Aires sonaban las cacerolas mientras vecinas y vecinas marchaban espontáneamente hacia Plaza de Mayo.

La convocatoria de las y los jubilados, con el respaldo de las hinchadas de todo el fútbol argentino, entre otros sectores, tenía hora y lugar: 5 de la tarde en la puerta del Congreso de la Nación. Desde las 14 ya había gente, y a las 16, una masividad suficiente para que las distintas Fuerzas de Seguridad cumplieran la orden de reprimir a mansalva y sin excusa. El objetivo era impedir la concentración de manifestantes para evitar la foto más temida por el gobierno: la de una multitud unida y con camisetas de todos los colores. 

La sociedad en movimiento versus el Estado barrabrava

Beatriz Blanco, 87 años, golpeada por la policía, cayó golpeando la nuca contra el asfalto. La segunda agresión: ningún efectivo se acercó a ayudarla mientras ella estaba desmayada en el piso. Fotos Juan Valeiro y Lina Etchesuri para lavaca.

Los efectivos de la Policía Federal, la Gendarmería Nacional, la Prefectura Naval y la Policía Aeroportuaria no estuvieron hoy en Bahía Blanca ayudando a la comunidad devastada por la inundación, ni vigilando las valijas que ingresan al país con sospechosa carga, sino dedicadas a tirar balas de goma y gases a diestra y siniestra, a activar hidrantes y -con infiltrados- destruir  sus  propios patrulleros, hasta transformar la calle en  un infierno. En tanto, dentro del Congreso Nacional  el oficialismo –conformado por la alianza LLA/PRO que permitió a Javier Milei ser Presidente- protagonizó una pelea a las  trompadas cuando se disponía a votar las autoridades de  la Comisión de Juicio Político. Martín Menem aprovecho el caos para levantar la sesión.

En tanto, durante el resto de la  tarde,  se detuvo al menos a unas 108 personas –a  la hora de cierre de esta nota no hay listado ni cifra oficial de las y los detenidos-, culpándolas de los hechos que las propias fuerzas de seguridad provocaron para justificar lo injustificable: la brutal represión que dejó decenas de heridos. El caso más  dramático: el fotógrafo Pablo Grillo. El impacto de  una descarga de gas le produjo una herida en la frente,  con derrame cerebral y dejó su vida al borde del abismo.

La sociedad en movimiento versus el Estado barrabrava

Fotos Juan Valeiro y Lina Etchesuri para lavaca.

En el mismo momento en que Grillo estaba siendo intervenido  de urgencia en el hospital Ramos Mejía, la ministra Patricia  Bullrich, responsable del operativo, pronunciaba su nombre en la pantalla del  canal La Nación+, presentándolo como un militante kirchnerista detenido. Los periodistas que la escuchaban no corrigieron la (des) información. El conductor, Luis Majul, prefirió expresar su “vergüenza”, pero por el  desorden.

Los jubilados y las hinchadas –que los medios oficialistas trataron de presentar como barras bravas- seguían en las calles del Congreso, pese a todo. “Este gobierno hizo lo que pocas cosas logran: unirnos”, dirá un hincha de Huracán al posar para una foto -inédita  en la Historia argentina- abrazado a otro con la camiseta  de San Lorenzo, y al lado de la de Morón, a otra  de Almirante Brown, a otra de Boca, y de River, y  de Tigre, y de Ferro, y de Los Andes, y etcétera, etcétera, etcétera.

La sociedad en movimiento versus el Estado barrabrava

Pablo Grillo estaba sacando fotos cuando fue víctima de un proyectil de gas policial. Una vida en riesgo, por la violencia institucional contra un comunicador. Fotos Juan Valeiro y Lina Etchesuri para lavaca.

Dos horas después de las declaraciones de Bullrich, mientras Grillo seguía peleando por su vida en  el quirófano, su papá, Fabián, sintetizaba así  a lavaca, la realidad que la prensa oficial deformaba: “Somos una familia de militantes y lo decimos con orgullo porque la militancia no es mala. Y lo digo porque me enteré  lo que está declarando esa bazofia de la  ministra.  Mi hijo es un militante, pero también es fotógrafo y hoy estaba  ahí trabajando. Y ahora por culpa de  una  ministra  y  un presidente que mandan a matar, la vida de  mi hijo está corriendo peligro. Su situación es  muy grave, muy grave”, dice entre lágrimas.

La sociedad en movimiento versus el Estado barrabrava

Fotos Juan Valeiro y Lina Etchesuri para lavaca.

La otra  imagen inédita es la que registra el video en el momento en el que un policía derriba a la jubilada Beatriz Blanco, de 87 años, con un golpe artero, que produce un estremecedor  estruendo: es la cabeza con canas golpeando en la vereda, mientras el policía se esconde detrás de otros uniformados.

Hay más: cuando la protesta  se trasladó a Plaza de Mayo las fuerzas de seguridad reavivó su show  represivo, que esta vez incluyó el registro en video de cómo plantaban un arma en el pasto y, algo quizá peor: chorros saliendo de la Casa Rosada, aunque eran  de agua.

La cacería siguió por el Obelisco e incluyó la fugaz detención del  Padre Paco Oliveira –ataviado con una camiseta de Boca y referente de Curas en Opción por los pobres- quien fue rápidamente liberado al ser reconocido por un comisario: “Soltalo que es cura”, dijo. Eligieron entonces encarcelar al monaguillo que lo acompañaba.

La sociedad en movimiento versus el Estado barrabrava

Carlos, el jubilado que impulsó la llegada de hinchas de Chacarita y luego del resto de los equipos. Fotos Juan Valeiro y Lina Etchesuri para lavaca.

La sociedad en movimiento versus el Estado barrabrava

River y Boca, esta vez unidos (y unidas). Fotos Juan Valeiro y Lina Etchesuri para lavaca.

A las diez de la noche, en Diagonal Norte  una veintena de personas esposadas y tiradas  en  el piso esperaba que su destino se definiera de acuerdo al resultado  de una disputa abierta entre el intendente Macri, Jorge –a cargo de la Policía de la Ciudad- y Bullrich, Patricia, con las fuerza federales a sus órdenes.  En tanto, en varias esquinas porteñas comenzaba a escucharse la característica  música del descontento: la de las cacerolas vacías. Y su clásica consecuencia: la marcha espontánea de vecinas y vecinos hacia Plaza de Mayo.

Al momento de escribir esta nota hay mucha información todavía por  definirse y al  menos una vida en juego, pero  tal como  lo define Carlos, el jubilado que logró convocar a las hinchadas, lo único certero es que esta historia continuará.

La sociedad en movimiento versus el Estado barrabrava

El Estado desparramando personas en el piso, para que no se manifiesten. Fotos Juan Valeiro y Lina Etchesuri para lavaca.

La sociedad en movimiento versus el Estado barrabrava

Fotos Juan Valeiro y Lina Etchesuri para lavaca.

La sociedad en movimiento versus el Estado barrabrava

Fotos Juan Valeiro y Lina Etchesuri para lavaca.

La sociedad en movimiento versus el Estado barrabrava

Fotos Juan Valeiro y Lina Etchesuri para lavaca.

La sociedad en movimiento versus el Estado barrabrava

Fotos Juan Valeiro y Lina Etchesuri para lavaca.

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Fotos Juan Valeiro y Lina Etchesuri para lavaca.

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Diez cuadras de feminismo

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Por Claudia Acuña.

¿Cuánto mide diez cuadras de feminismo? La respuesta no es matemática, sino política y la política hoy es batalla y es incógnita. La calle revela algunos de sus misterios. Nos dicta, por ejemplo, lo que no hay:

No hay policías, ni protocolo.

No hay escenario ni documento.

Hay sí muchas personas organizadas y con convicciones que transmiten en carteles, en banderas y hasta en los cuerpos. Yasmín es una síntesis. Tiene 17 años, es de Lomas de Zamora. Su cara está cubierta con un pañuelo violeta que proclama Ni una menos, en la pierna derecha con marcador rojo se escribió Yo sí te creo; en la izquierda Yo tenía 5 años; en la muñeca, el pañuelo verde que defiende el aborto legal y sobre el corazón, un cartel que grita Fuera Milei. Fue abusada por su padrastro, dirá sobre lo que informan sus piernas. “Está haciendo mierda el país”, dirá sobre lo que exige su corazón.

Diez cuadras de feminismo

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Hay también pancarta oficial de la CGT. Y algunas voces que explican lo que implica haber logrado sacarla de su letargo.

Micaela Polak, secretaria de género del sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) lo sintetiza así: “El Bloque Sindical Transfeminista tiene un protagonismo en la organización de estas marchas y dentro de la CGT. En noviembre, por ejemplo, hicimos un encuentro con más de mil mujeres sindicalistas. El 8M recuerda a las obreras muertas en un incendio y en estos momentos ese crimen cometido contra quienes defendían sus derechos se resignifica con este crimen que están cometiendo contra nuestros derechos laborales, contra las y los jubilados, contra las paritarias, con la precarización. Y que la CGT recoja esto hoy y esté presente de manera contundente es un mensaje esperanzador para enfrentar a Milei. El fascismo nos ha elegido como enemigas principales en todo el mundo y en nuestro país, en particular. Es lógico, entonces, que seamos nosotras quienes estemos protagonizando los movimientos que son necesarios para enfrentarlo”.

Diez cuadras de feminismo

Una de las más flamantes organizaciones de derechos humanos: Nietes. Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Las docentes de la agrupación El Desborde, que integra el gremio de UTE, advierten: “Es para prestarle atención a lo que está pasando dentro de la CGT en estos momentos. Hay muchas compañeras que están haciendo fuerza ahí adentro y quién te dice que en breve no logren imponer una secretaria general”. Su mensaje para hoy lo llevan escrito en las remeras y lo repiten ante el grabador: “Arriba el feminismo que va a vencer”. Completan: “Es una etapa difícil, adversa, porque volvemos a ser la variable de ajuste, pero es en la calle, es con organización y es para adelante como se superan estas épocas, como lo hicimos siempre. “

Diez cuadras de feminismo

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Maqui, de la Comisión de Mujeres del Sindicato del Neumático, suma: “Estamos en las calles no simplemente marchando, sino luchando por todos los reclamos que tenemos ante un gobierno que quiere llevarse por delante todos nuestros derechos. Sobre todo en esta fecha que siempre fue importante para las trabajadoras y hoy más que nunca, cuando quieren hacer desaparecer hasta  la figura de femicidio y cuando,  como madres y trabajadoras, estamos soportando todo el peso del ajuste. Es un momento para estar juntas y buscar una salida. Es un día para repetir: exigimos que no nos maten y respeten nuestros derechos.”

Magdalena, integrante de la junta interna ATE Capital en el Conicet. “Estamos soportando el embate desde un montón de frentes, muy preocupadas por la situación en general, no solo en el Conicet sino en todo el sector público que está sufriendo un recorte brutal en programas que afectan a toda la población, no solo a nosotras”.

Pregunta difícil: ¿por qué no salen a la calle todas las personas despedidas del Estado?

Lo que percibo es que es un sector súper precarizado, que está haciendo malabares para sobrevivir, y también que es todo un desafío organizar eso. Creo que construir esta resistencia es difícil porque lo que está amenazada es la subsistencia.

¿Qué tiene para decirle el feminismo a esos despedidos?

Que más que nunca hay que evitar que el miedo te paralice, que hay que salir a la calle, hay que encontrarse, escuchar y conversar para crear la respuesta entre todas. Se van construyendo las respuestas en el caminar. El movimiento feminista lo hizo siempre con sensibilidad. El feminismo tiene una tradición larguísima que nos enseña a abrazar las crisis  y a no eludir las dificultades, sino a enfrentarlas. A poner el cuerpo y el corazón en los momentos más críticos.

La última difícil: ¿quién conduce a este movimiento?

Su historia.

Diez cuadras de feminismo

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Hay también militantes de partidos políticos –otro milagro que produjo esta marcha– y  adolescentes –muchísimas– que a su paso cantan:

“Los varones quienes parar/que paren/ que paren/ que paren de matarnos”.

Hay, adelante, una bandera que proclama “Asamblea Antifascista y Antirracista”, la noticia de esta, la más nueva y la más vieja de las batallas. Entre quienes la sostienen –trabajadoras sexuales, travas, lesbianas, personas no binarias y otras identidades que hoy están al frente y siempre fueron las últimas de la fila– está Jazmín. Al lento paso de la marcha resume su historia: comenzó su transición trans en 2022, a prostituirse a los 17, a estudiar la licenciatura en Economía cuando se sancionó la Ley de Identidad, a tener un trabajo con derechos, cuando se logró la ley de cupo. “Mi vida es un resumen de cómo impacta en la vida de las personas tener estas leyes. Y también cómo el feminismo nos dio las herramientas para lograrlo. Luchamos por una sociedad fraternal y sorora y eso significa hoy estar en las calles contra el fascismo. No estamos por nosotras: el feminismo siempre es abrazo”.

Diez cuadras de feminismo

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Hay, además, intervenciones artísticas que exponen a otra de las protagonistas que impulsa esta protesta: la tierra. Es lo que llevan en las manos las mujeres vestidas de blanco, con las bocas tapadas con cintas que advierten “peligro” y es también lo que exponen las mapuche que enarbolan la ancestral bandera de su criminalizada nación.

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Gustavo Melmann, reclamando justicia por el crimen dsu hija Natalia. Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Hay más, por supuesto, porque la Avenida de Mayo y sus laterales desbordan de mensajes que son de actualidad y de urgencia, pero que también anuncian horizontes y esperanzas. Mateo y Ana representan exactamente eso. Están parados frente a la Catedral, son primos, tienen 8 y 7 años y eligieron compartir hoy estas noticias escritas con colores en una cartulina:

“Soy nene, no quiero ser macho”.

“Quiero ser la artista, no la musa”.

Diez cuadras de feminismo

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