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Más de 100 clases públicas en Plaza de Mayo: una lección política
En el día de su cumpleaños, Javier Milei salió al balcón de la Rosada junto a parte de su gabinete. Tal vez por el mundo paralelo en el que vive (o el famoso “vive en un cumple”), no supo que la multitud que estaba en la Plaza no pretendía saludarlo por su aniversario sino todo lo contrario: cientos de personas de distintas universidades que daban clases públicas se acercaron en ese momento a la Rosada para reclamarle presupuesto universitario, y de paso sugerirle que se fuera del gobierno. Lo que hizo Milei fue el viejo mutis por el foro, irse por donde había venido, pero más rápido, junto entre otros a Patricia Bullrich, quien luego ordenó poner vallas unos metros antes de la Casa de Gobierno.
Una escena patética, delarruesca, sino fuera por la seriedad con la que alumnas y alumnos tomaron las cientos de clases públicas que se dictaron hoy. Clases que fueron eso: clases. De las más variadas materias; Álgebra, Sistemas, Geografía, IPC, Biología molecular, Biología Animal Comparada, etc., etc.
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Clases que fueron públicas como una forma de visibilizar el reclamo que tiene tomadas o en alerta a todas las universidades del país.
Clases que son el trabajo diario de docentes que están de paro hoy y mañana, pero decidieron dar clases.
Clases que fueron una movilización a la Plaza de Mayo, y una movilización que fue clase de lucha en la ciudad Córdoba, otro de los epicentros de los reclamos estudiantiles que no festejan cumpleaños.
Empiezan las clases
Alrededor de la Pirámide de Mayo cientos de alumnas y alumnos toman clase. Cada curso se sienta en sillas de plástico y se organiza alrededor de un pizarrón. En general, el pizarrón anuncia la materia que se dicta.
Uno de ellos dice “Biología animal comparada” (de la carrera de Biología que se dicta en la Facultad de Ciencias Exactas), y es impartida por el profesor Marcelo Ozu, jefe de trabajos prácticos. Uzu introduce el por qué: “Está bueno visibilizar el conflicto, ya que en las universidades siempre se habla de esto hacia adentro y hoy es necesario que se sepa lo que pasa afuera: por eso las clases públicas”.
Marcelo habla de células y mitocondrias y las y los alumnos toman nota. Pero antes paso esto: “Hablamos con los alumnos porque entendemos que algunos preferirían tenerla en el aula, hablamos con ellos sobre estos meses de movilización, lo que pasa en otras universidades nacionales, y lo que implica la política que se está llevando a cabo”.
Al igual que, supuestamente, decisiones de gobierno, la cátedra tomó la decisión de hacer las clases públicas tras hacer una encuesta: “Desde nuestro lado queríamos darlas acá, pero queríamos también escucharlos a ver qué opinaban. Hicimos una encuesta. Nosotros tenemos 45 alumnos y el 98% estaba de acuerdo con hacerla en Plaza de Mayo. Y el 90% dijo que iba a asistir”.
La votación en las asambleas es una característica, y también dentro de las clases para canalizar las decisiones: verdadera democracia versus un gobierno que veta las leyes del Congreso – y el Congreso, luego, le obedece-, y tira falsos números para justificar el brutal ajuste.
Una de las facultades que impulsó la movida de hoy fue la conurbana de General Sarmiento, aquella que emitió la información que desmintió a Milei: 7 de cada 10 alumnos de las universidades públicas son primera generación y 4 de 10, son además pobres. Ni ricos ni hijos de ricos.
Si bien las clases tuvieron un estricto sentido pedagógico, en cada una resuena la realidad.
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
En una de Geografía se oye a la profe decir: “No tiene ningún sentido intentar demostrar algo que no es verdadero. Siempre hay que convencerse que lo que quiere demostrarse es cierto”. Está hablando de la deducción natural, tema del día, pero parece que se refiere a la convicción de esta lucha o a las fake news del Presidente.
En otra clase de Genética molecular se habla, por caso, de la “soja transgénica” y cómo la Argentina se encuentra rendida a ser productora de commodities, y ofrece pocas soluciones soberanas para combatir el hambre en el país.
Alguien sugiere que tal vez sea el formato de estos contenidos lo que quieren desfinanciar. Fundador del gremio docente AGD y secretario general durante 15 años, Néstor Correa, concuerda: “Primero, quieren favorecer la universidad privada. Segundo, quieren que la universidad se convierta en un enseñadero de cursos para mano de obra no calificada. Y quieren poner totalmente la ciencia al servicio de la gran empresa. Y quieren acabar, sobre todo, con el debate abierto y democrático que todavía se da en la universidad”.
Las y los trabajadores de la salud pública también dijeron presentes en Plaza de Mayo: realizaron una masiva movilización y se plegaron a la movida universitaria. Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Néstor recuerda asambleas de 78 delegados en los 90, en discusiones sobre las paritarias, y cita también como ejemplo lo que ocurría en las fábricas. Dice que esos espacios hoy no ocurren, pero sí en las asambleas estudiantiles. Las clases públicas desplegadas hoy generaron esa sensación: la de una gran asamblea o la de una comunión de asamblea de saberes que transmiten a su vez un mismo sentido.
Néstor, más poético, habla con metáforas: “Piano a piano si va lontano”, dice sobre los tiempos de lucha, refrán tano que significa que para ir lejos hay que ir despacio o tener paciencia. Y luego, otra metáfora: “La juventud, cuando se moviliza, es el canto del canario: preanuncia una cosa más grande”. ¿Qué preanuncian estos canarios? Sin dudarlo responde: “Una explosión social de envergadura”.
El canto de hoy y de esta lucha: “Que este pueblo no cambia de idea, pelea y pelea por la educación”.
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Las voz de las pibas
Néstor se sentará luego en un panel de debate, uno de los tantos que complementaron a las clases públicas. Es protagonizado por otros dos veteranos como él –dicho por él- al que asisten decenas y decenas de estudiantes, sobre todo mujeres jóvenes.
Varias pertenecen a la Facultad de Psicología y son quienes más intensamente hablan después de la charla, durante la ronda de preguntas. Y lo que dicen es – permítanme- mucho más interesante que lo planteado desde el panel. O en todo caso, un complemento o un contrapunto generacional.
A la descripción y diagnóstico de la situación – que a esta altura o en este lugar ya queda más o menos clara- las jóvenes le agregan una ronda de pensamiento y proyección sobre distintos temas que sobrevuelan esta, su época.
Postal de hoy en la Plaza: jóvenes repasando apuntes pre clase y los pizarrones esta vez fueron hojas, que después se despegaban y se seguían compartiendo como material de estudio. Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Una de ellas es Lucía e invita a pensar a los presentes en cómo unir las distintas luchas que se están dando y también acercar a más estudiantes a espacios como estos. Ella, que no pertenece a ninguna organización política, participa en la asamblea de Psicología como estudiante independiente. En su intervención post panel, habla de cómo “desparticularizar la experiencia y pensar que siempre hay otros sosteniendo”; habla de “aunar el pensamiento pero también la acción”; y dice que “es difícil llegar a ese común porque antes ya aparecen los juicios y las individualidades”.
De pronto siento que en Plaza de Mayo se hace un silencio y estamos todos pensando en eso que dijo Lucía, que sigue diciendo que la clase pública es “como una clase social nueva” que, si bien no nació hoy, “podríamos seguir militando como parte de los espacios democráticos, como las asambleas y las marchas”.
Lucía, estudiante de 4º año de Psicología, intervino en un panel de debate, dejó pensando a todas y todos, y se llevó los aplausos. Fotos Lina Etchesuri para lavaca
La gente la aplaude, y al lado una de sus docentes la mira, emocionada. La docente es Florencia Macchioli, de Historia de la Psicología 1, que dice que desde los 30 años que está en el ámbito académico nunca vio la potencia de este movimiento estudiantil de hoy. “Siempre es subjetivo, pero siendo estudiante en el segundo lustro de los 90`s, no vi esta movilización. Hubo varias, pero no vi esto, no con esta fuerza, ni esta cantidad. Y habiendo egresado en el 99, nunca vi estos movimientos de estudiantes como un contagio de universidades de todo el país. Psicología tampoco fue una facultad que se destacó por las movilizaciones, y el otro día hubo una asamblea de 1.500 alumnos”.
Marcelo Uzu, el de Exactas, coincide en este diagnóstico: “Hay muchísima participación, sobre todo de estudiantes que no están alineados con ninguna agrupación. Al menos en Exactas es así: están las agrupaciones que empujan, pero la cantidad de estudiantes que no están alineados y participan está en crecimiento: en una asamblea de mil personas, 500 ya son estudiantes independientes”.
Lucía piensa un por qué: “Hace 5 años que no teníamos asambleas en Psicología, pandemia mediante. No habíamos tenido espacios de diálogo ni asambleario. Este año recién fue la primera, el 22 de abril, a raíz del veto a la ley”.
Profesor de Análisis 1 del CBC, en plena clase. Fotos Lina Etchesuri para lavaca.
En esa asamblea se pactó, entre otras cosas, que los estudiantes independientes sean los que moderaran, y no las organizaciones políticas ni la conducción del centro de estudiantes (en manos de una agrupación ligada a la Franja Morada).
De esta manera las asambleas cobraron otra dinámica, votando la toma con clases públicas, al igual que muchas otras universidades del país.
Y acciones como la de hoy en Plaza de Mayo.
Néstor retoma el guante de las pibas, y también reflexiona emocionado: “Se hace camino al andar, pero hay que intentar saber a dónde vamos”.
Y las mira a los ojos.
“Ese es un debate que tienen que dar ustedes. Ese es el debate que nace de la Universidad Pública”.
La foto final de la jornada, con la bandera de de uno de los gremios docentes que la promovió, con la Pirámide de Mayo y la Rosada de fondo: lección de cómo organizar un cumpleaños. Fotos Lina Etchesuri para lavaca.
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Amenaza de desalojo de la comunidad mapuche de Los Alerces: “Somos un estorbo para sus planes”
Se vence mañana el plazo judicial para desalojar el sector del Parque Los Alerces ocupado desde 2020 por la comunidad mapuche Pailako. Detalles del caso, lo que plantea la comunidad, la ausencia de diálogo, la influencia de Milei y del gobernador chubutense, y qué pasó antes para llegar a esta situación. El contexto, según el pueblo mapuche, que incluye al gobierno kirchnerista que no concretó el mandado constitucional para relevar y reconocer las tierras que les corresponden. Por Francisco Pandolfi
Este jueves 9 de enero es el límite judicial impuesto a la comunidad mapuche Pailako, en el Parque Nacional Los Alerces, provincia de Chubut, para concretar su desalojo. El 2 de enero les dieron cinco días hábiles para concretarlo.
Desde la lof, le dicen a lavaca: “Parques Nacionales, en nombre del Estado argentino, está forzando un desalojo aplicando normativa creada en el gobierno de facto militar, sumándole a la reciente derogación de la Ley de Emergencia territorial que los impedía. Están llevando adelante una campaña racista sobre las personas que estamos aquí, no reconociendo la preexistencia, menospreciando nuestra cosmovisión, nuestra cultura, nuestra forma de relacionarnos con la naturaleza. La Cámara Federal de Comodoro Rivadavia rechazó todos los intentos de nuestros abogados y abogadas de frenar el desalojo, en una clara voluntad negacionista de entablar una mesa de diálogo. Detrás de esto hay intereses inmobiliarios, extractivistas, turísticos, y somos un estorbo para sus planes”. La idea del diálogo no prosperó para esta comunidad que se instaló en un sector de Los Alerces en 2020, reivindicando derechos ancestrales de cinco generaciones habitando en la zona. El 10 de diciembre pasado Javier Milei declaró por decreto el fin de la Ley de Emergencia para la concreción del reconocimiento a la posesión comunitaria de tierras por parte de los pueblos indígenas. Esa Ley 26.160 mantenía la suspensión de los desalojos sobre esas tierras. Después del decreto la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia dispuso el 20 de diciembre que ya no existe la emergencia en materia de posesión y propiedad de las tierras indígenas, por lo que podía procederse al desalojo en el caso de Los Alerces.
Imagen publicada en la revista MU de Los Alerces tras los incendios del año pasado. Fotos: Nicolás Palacios/lavaca.org.
El juez federal de Esquel, Guido Otranto (recusado en 2017 por la desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado, en medio de una violenta represión de Gendarmería), exhortó a la comunidad a abandonar su tierra hasta este jueves 9 de enero. De lo contrario, notificó que ejecutará el desalojo “por la fuerza pública”. Tanto el director de Parques Nacionales, Cristian Larsen, como el gobernador de Chubut, Ignacio Torres (que el año pasado endilgó sin prueba alguna a la lof como responsable de los incendios en Los Alerces:
https://lavaca.org/notas/jamas-provocariamos-un-incendio-la-respuesta-de-la-comunidad-mapuche-acusada-por-el-gobernador-de-chubut/) informaron que presenciarán el desalojo.
En su primer año de gobierno el gobierno de Javier Milei cabalgó con toda su libertad discursiva y de acción por encima de las 40 naciones originarias que habitan lo que hoy es Argentina. Al intento ni bien iniciado su mandato de derogar la Ley de Tierras, que limita la posesión en manos extranjeras (decreto hoy frenado judicialmente) se le sumaron varios atropellos.
Los principales, en términos concretos, la derogación de la resolución 4811/96 que regulaba el Registro Nacional de Comunidades Indígenas, para inscribir las personerías jurídicas, y el desguace del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI). Se puede contabilizar además el cambio de nombre al Salón de los Pueblos Originarios de la Casa de Gobierno; la disolución del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI).
El contexto mapuche
Jorge Nawel es autoridad política de la Confederación Mapuche de Neuquén, y brinda un panorama para comprender la situación de las políticas sobre los pueblos indígenas. “Milei determinó distintos enemigos para su proyecto global y uno somos las naciones indígenas, porque habitamos lugares estratégicos para sus políticas de saqueo. Es un presidente al que no le interesa la industrialización, la educación y la salud pública, y todo su sistema económico se sostiene en la cuestión financiera y extractivista. Dentro de ese modelo sostenido en la explotación hidrocarburífera, minera, de litio, los pueblos somos una interferencia, y para facilitar el saqueo necesita privarnos de cualquier herramienta de defensa que tengan las más de 2.000 comunidades en el país y las más de 40 naciones indígenas que habitamos lo que hoy es Argentina. Así que cualquier ataque de Milei hacia nosotros no nos sorprende y siempre estamos esperando un próximo golpe”.
Aclara sobre el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas: “Claudio Avruj es su titular y fue secretario de Derechos Humanos en la gestión de Macri. Es un conocido actor de políticas anti-indígenas. Al INAI lo desguazaron, lo vaciaron de contenido y de cuadros técnicos. Cuando hoy interviene, es para favorecer a nuestros sectores enemigos, así que no tenemos ninguna expectativa de que esto vaya a cambiar en el tiempo que dure su gestión”.
Escena de cultivo en la comunidad amenazada de desalojo. Fotos: Nicolás Palacios/lavaca.org
Democracia y racismo
–¿Cuál es la mayor preocupación frene al futuro?
–Que no hay oposición política. Este ajuste perverso contra los más postergados y débiles; estos abusos que genera un gobierno de verdaderos aventureros, lo pueden hacer porque enfrente hay una gran pasividad de la oposición, que está especulando –y que demuestra la pobreza de la política– con que una vez más sea el pueblo pobre el que salga a poner el cuerpo y la vida, y recién ahí aparecer como los defensores de las causas populares. Es vergonzoso que la dirigencia no se ponga a la altura de esta tragedia que estamos viviendo, porque la aparición de esta gente solo favorece a una porción muy pequeña de la población. No hay reacción de los partidos opositores, enfrascados en ver cómo salvan su pellejo, cómo sobreviven a todo el descreimiento general que va creciendo en esta falsa democracia, totalmente incompleta.
–¿Y en ese caso?
Todo queda en nuestras manos: la defensa de nuestros derechos no depende de las instituciones, sino de nuestro poder de organización y movilización. Eso siempre fue así, pero en determinados momentos históricos supimos tener aliados. El gobierno nacional muchas veces lo fue, al ser una especie de garante o fiscal en nuestra lucha contra los intereses locales, los gobiernos provinciales que son los grandes deudores de los pueblos indígenas, por ser quienes tienen las facultades, la competencia y la jurisdicción para devolver nuestra tierra. Son los gobiernos provinciales los que deben otorgar la personería jurídica o aplicar la educación intercultural, por ejemplo. Hoy, sin embargo, el gobierno nacional sólo fogonea la criminalización y un absoluto odio racial, lo que genera que el abuso sea todavía mayor.
De CFK a Milei
–Todos los caminos conducen al extractivismo, al RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones). ¿Qué pasó para llegar hasta acá, a esta situación?
–Se llegó porque los gobiernos anteriores, más allá que se calificaran de demócratas, de progresistas, de nacionales y populares, todos defendieron siempre la matriz extractivista. Nosotros luchamos contra un modelo nocivo para la vida, la seguridad, para el aire que respiramos, como es el fracking que lo instaló Cristina Kirchner. En el momento de su mayor poder político nos entrevistamos con ella en el marco del Bicentenario (2010). No le pedimos que fuera una abanderada de la causa indígena, sino solo dos cosas: que nos garantice los derechos fundamentales como propiedad comunitaria de la tierra y el derecho a la consulta libre e informada. Ella tenía todas las facultades y posibilidades para hacerlo; contaba con mayoría absoluta en el Congreso para que esas leyes fueran realidad y sin embargo nunca lo logramos. En cambio lo que sí pasó fue que en 2013 se instaló el fracking (método de extracción de hidrocarburos empleando grandes cantidades de agua y contaminantes) con un pacto que hizo aquel gobierno con Chevron, una de las petroleras más contaminantes y desprestigiadas del mundo. Así lograron una alianza para explotar Vaca Muerta. Entonces, este perverso que ahora gobierna, encontró todas las condiciones para que la explotación fuera totalmente impune, al punto que hoy les permite instalar un comando unificado conducido por Patricia Bullrich, para que nadie interfiera sobre Vaca Muerta. En esto se ve claro cómo surgió Milei y cómo ante la enorme pasividad del poder político opositor, ejecuta las barbaridades que quiere.
Desalojo anunciado
El último 10 de diciembre, en coincidencia con el Día de los Derechos Humanos y a un año de tomar el poder, el gobierno nacional derogó la Ley de Emergencia Territorial Indígena, cuya prórroga vencía en noviembre de 2025 y suspendía los desalojos sobre tierras comunitarias de los pueblos originarios.
Cruz Cárdenas, uno de los integrantes de la comunidad Pailako.
Opina Jorge Nawel: “Por un lado, esa ley implicaba un relevamiento territorial de las comunidades, que en manos de este INAI era una herramienta peligrosísima, por sus múltiples abusos de poder, y su apoyo a los terratenientes y a las empresas transnacionales. Desde este punto no nos parece tan grave, porque Nación deja de tener injerencia en las disputas que tenemos con los gobiernos provinciales, así que ahora queda planteado el escenario para que las provincias muestren sus verdaderas caras: si van a resolver nuestra cuestión territorial o si van a seguir favoreciendo la usurpacion de los territorios”.
Los desalojos: “El problema mayor de la derogación de la ley de emergencia territorial es que detenía los desalojos. La necesidad de legislar en este aspecto se dio posterior al 2000, cuando se dictaron numerosas órdenes de desalojos, todas aplicadas con una violencia incontrolable. La ley aprobada en 2006 puso un freno a esa represión. Y en estos casi 20 años logramos –con mucha lucha y movilización–, la aprobación de numerosos instrumentos de derechos y jurisprudencia, así que si hay jueces y fiscales que creen que tienen las manos libres para cometer cualquier tipo de abuso, se equivocan y no nos vamos a quedar pasivos ante su intento de seguir violando nuestros derechos”.
–Existe una inminente amenaza de desalojo de la lof Pailako, en el Parque Nacional Los Alerces, que el juez Guido Otranto fijó para este jueves 9 de enero. ¿Qué significa este avance judicial?
–Esto tiene que ver con las políticas de Parques Nacionales. En el 2000, 2001 logramos en el Parque Nacional Lanín una política de co-manejo, en conjunto con el Estado, que pretendíamos que fuera ejemplificadora y se reprodujera en todo el país, porque las 40 naciones indígenas están superpuestas en áreas protegidas, pero no logramos que se replicara en otros parques, donde hay un abuso total hacia la población local, y los guardaparques son una especie de militarización en territorios indígenas. En el gobierno de Alberto Fernández pretendimos desarrollar esta política pero no hubo avances, en ningún sentido. Y así llegó Milei, que con una perversidad total dejó cesantes a numerosos trabajadores, muchos de ellos del pueblo mapuche. Además, prohibió todo tipo de manifestación política cultural; sacó resoluciones donde imposibilitó que se levantara la bandera del pueblo nación mapuche; prohibió a sus cuadros intermedios que promovieran festividades como el We Xipantu, que es el año nuevo mapuche. Entonces, hoy los Parques Nacionales son un escenario de enfrentamiento, de criminalización grave. Si se llega a concretar mañana el desalojo de lof Pailako, significará una puerta abierta para toda una política de represión. La comunidad dijo que no va a permitirlo y veremos hasta dónde se animan a aplicar la violencia que vienen prometiendo. Lof Pailako tiene muchísimo acompañamiento, estamos todos movilizados y denunciando esta política perversa de Parques Nacionales. Los pueblos indígenas no vamos a bajar los brazos ante todas las amenazas, ningún pueblo se entrega mansamente como si fuéramos ovejas que vamos al matadero.
“No nos van a poder borrar”
–Jorge, ¿cómo se reflexiona y se acciona ante este presente?
–Nos obliga a potenciar la organización y el grado de movilización que como pueblos indígenas podamos demostrar. Nunca vamos a bajar los brazos porque sabemos que estamos defendiendo un territorio valioso para este modelo depredador. Cada día estamos haciendo una política de resistencia, unificando las luchas para ponerle límites a quienes hoy gobiernan promocionando el sálvese quien pueda. En juego está nuestra vida, así que debemos potenciarnos y articularnos con los otros sectores también castigados, algunos incluso más que los propios pueblos indígenas. Ellos no van a poder, por más que consigan la complicidad de jueces y fiscales para ensayar políticas de desalojo, o que nos califiquen de usurpadores, violentos o terroristas. Más allá de todas esas campañas que montan junto a poderosos medios de comunicación, los pueblos indígenas estamos acá, en el centro de los intereses de este capitalismo depredador y no nos van a poder borrar. Si no lo hicieron con la fuerza de las armas hace 140 años atrás, menos lo van a poder hacer hoy.
Actualidad
El mundo en una foto: el Papa y la kufiya
El bebé está rígido, con los brazos abiertos y las piernas levemente recogidas. Alrededor tiene a sus padres, aunque se sabe que el oficial, formalmente conocido como Dios, debe estar mirando la escena desde otra parte.
El bebé es Jesús y descansa su rigidez sobre una kufiya, el pañuelo que lleva el diseño de una red en negro sobre blanco: símbolo de Palestina, tal vez más fuerte que la propia bandera. La imagen y el pañuelo son parte de la escultura que artistas palestinos regalaron al argentino Jorge Bergoglio, formalmente conocido como Papa Francisco.
Cuando ese pesebre se presentó en el Vaticano el 7 de diciembre de 2024 dijo Francisco: “Ante este pesebre recordamos a nuestros hermanos y hermanas que, en Belén y en otras partes del mundo, sufren la tragedia de la guerra”. Recorriendo ese paisaje desde su silla de ruedas agregó: “Con lágrimas en los ojos elevamos nuestra oración por la paz. ¡No más guerra, no más violencia! ¡Que haya paz en todo el mundo y para todos los hombres, a quienes Dios ama!”.
Luego estalló un apocalipsis de críticas internas y externas. El mundo no parece excesivamente preparado para la búsqueda de la paz: su zona de confort es la violencia. El pequeño Jesús rígido y el pañuelo con la red en negro sobre blanco fueron retirados de la escena.
La situación previa: en octubre de 2023 un ataque del grupo Hamás a Israel –uno de los países más militarizados y en una zona permanentemente monitoreada por los servicios de inteligencia– provocó 1.189 asesinatos, entre ellos el de 815 civiles. Hamás pudo secuestrar además a 251 personas. De ellas, 117 (mujeres, niños y trabajadores extranjeros) recuperaron su libertad. En Israel se calcula que 64 rehenes siguen vivos en la Franja de Gaza, piezas de cambio para negociar la liberación de prisioneros palestinos.
El ataque de Hamás abrió la puerta a otro infierno: la campaña militar israelí contra Gaza.
El cálculo difundido por Naciones Unidas es que ya ha habido 45.000 muertes de población mayoritariamente civil. UNICEF estimó que los niños muertos en Gaza por los ataques militares desde que se desató el conflicto es de 14.500. El otro dato: la hambruna masiva y la restricción del acceso a la ayuda humanitaria y a la prensa internacional. En su informe anual Reporteros sin Fronteras destaca: “Gaza se afianza como la zona más peligrosa del mundo en 2024 y en el territorio con mayor número de periodistas asesinados en el ejercicio de sus funciones en los últimos cinco años: el Ejército israelí ha matado a más de 145 periodistas desde octubre de 2023”.
El papa Francisco había planteado en noviembre: “Lo que está ocurriendo en Gaza, que según algunos expertos parecería tener las características de un genocidio, debería ser investigado con atención para determinar si encuadra en la definición técnica que sostienen juristas y organismos internacionales”.
La propuesta queda planteada, aunque corre el peligro de ser retirada a los mismos aposentos a los que fueron a parar Jesús y el pañuelo.
Nota
El gobierno en una foto: los dueños de la Argentina
La foto y las sonrisas podrían ser un emblema de la época. Ocurrieron el 17 de diciembre de 2024 en el hotel Palacio Duhau-Park Hyatt. (Por Sergio Ciancaglini)
De creerse en los trascendidos a la opinión pública, el ministro Luis Caputo, alias Toto, dio cuenta en ese almuerzo de un pollo al horno con puré. Es un plato difundido en estas curiosas tierras, que tal vez Caputo no encontró en fugas anteriores, desparramado en playas cariocas tras “fumarse” 15.000 millones de dólares de reservas “irresponsable e ineficientemente”, según lo denunciaba el entonces panelista televisivo Javier Milei.
En la foto se ve al actual ministro de Economía junto una serie de personas que en cualquier otro ámbito podrían ser confundidas con jubilados salvo por los trajes, las cuentas bancarias y las prótesis: Luis Pagani de Arcor (primer productor mundial de caramelos y otros productos que no aplican como alimentos); Héctor Magneto de Clarín (que definió a la presidencia de la Nación como “cargo menor”, aunque luego lo desmintió sin éxito ante la versión original del maestro Chiche Gelblung); Sebastián Bagó de los laboratorios ídem; Federico Braun de La Anónima (quien reconoció que lo suyo es “remarcar todos los días” como actitud ante la inflación); Alejandro Bulgheroni (de Pan American Energy); Cristiano Rattazzi (reconoció que gracias a las actuales políticas la gente come menos carne, pero él también, mezclando pobreza con tips vegetarianos); Carlos Miguens del grupo ídem; Paolo Rocca de Techint, instalado financieramente en la guarida-ducado de Luxemburgo para no pagar impuestos; y Jaime Campos de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) promotora del encuentro y diversas actividades cobijadas en una metódica penumbra. No estaba el presidente: no hacía falta.
Había otras mesas que reunieron un total de treinta y tres comensales, tres de ellas mujeres. Había un Blaquier, un Roggio, un Pérez Companc, un Roemmers, y hasta un Duhau (no Park Hyatt), entre tantos. No estaba el más rico, Marcos Galperín, un Elon Musk all uso nostro, emigrado al Uruguay para aliviar impuestos, quien de todos modos fue designado en la Mesa Ejecutiva de AEA junto a Magneto, Pagani y Rocca, por ejemplo.
Había allí más riqueza reunida que la que posee en conjunto gran parte de las millones de personas del país que intentan seguir aferradas a una supuesta pirámide social que no derrama hacia abajo dinero y bienestar sino escombros y residuos. Afuera del hotel, cuentan, había gente ansiosa por ver qué pasaba dentro. No por AEA, sino por la posible aparición ante sus fans de Luis Miguel, huésped del lugar e intérprete de canciones que entre estos adultos mayores podrían haber encontrado coro. Por ejemplo, “Dame”.
Antiguamente se mencionaba a este tipo de personas como dueños del país, capitanes de la industria y otros epítetos menos glamorosos. Hoy muchas de esas empresas están trasnacionalizadas y los ex dueños mutaron a CEOS. Había en otras eras emblemas como Franco Macri y Carlos Bulgheroni. Este último, fallecido en 2016 a los 71 años tras convivir desde los 28 con un cáncer de ganglios, es un símbolo: negoció con todas las dictaduras, con gobiernos democráticos, con Occidente, con China y hasta con los talibanes por un gasoducto de Las Mil y una noches, que jamás llegó a construir. Se le conocen pocas frases: “Somos los cortesanos del poder”, y “Los gobiernos pasan, nosotros quedamos” entre las icónicas.
Los comensales del Duhau tomaron lo que Bulgheroni y también el Macri originario enseñaron. Al menos desde los tiempos de la dictadura lograron que los gobiernos les entregaron todo o casi. Muchos se enriquecieron inoxidablemente gracias al Estado, y supieron enriquecer a militares y funcionarios con los porcentajes correspondientes. Pero a estos empresarios nada, nunca, les resultó suficiente: “Será que no me amas” cantaría el huésped del Duhau. Los gobiernos pasan, ellos quedan. Para la población los resultados de tanto poder acumulado por estos señores en las últimas décadas están a la vista.
Según las crónicas más serias (La Nación, por ejemplo, que tenía entre los convidados a Julio Saguier, presidente del directorio del diario), el ministro Caputo “contó que la genialidad fue bajar la tasa de interés”.
En el marco del autopercibido mejor gobierno de la historia, las palabras de ese coloso rock star trasuntan cierto nerviosismo oficial, un trastorno obsesivo compulsivo de alabarse a sí mismo. Pueden parecer reacciones diagnosticadas por un conocido refrán español: “Dime de qué presumes, y te diré de qué careces”. El gobierno presume de un éxito económico inigualable, de un apoyo social inédito, de un crecimiento económico deslumbrante. Lo mismo ocurrió en su momento con otras experiencias como las de Martínez de Hoz, Menem y Macri, por poner una letra.
El autoelogio oficialista deberá confirmarse o no más adelante, de acuerdo a los designios a veces astrológicos de la familia gobernante y su entorno, que evocan también a otra etapa que se autopercibía como exitosa, comandada por José López Rega (a) el Hermano Daniel, promotor de la idea de Argentina Potencia, del Rodrigazo y recordado, además, por la creación de la Alianza Anticomunista Argentina (o Triple A).
Volviendo al Duhau, los invitados dijeron a Caputo a través del señor Campos lo que repitieron de distintas formas a todos los gobiernos anteriores:
“La AEA, conformada por empresarios que lideran empresas muy importantes de nuestro país, quisiera expresarle hoy el compromiso de todos sus miembros de trabajar para que la Argentina deje atrás décadas de estancamiento y se encamine definitivamente en la senda del desarrollo económico y social”.
La pregunta podría ser: ¿quién les pide tanto? ¿O será como tantas veces, un oficialismo producto del viento a favor, para finalmente descartarlo? Por ahora, solo sabemos que terminó una parte del juego que continuará en este 2025. Tiempo para desearnos un feliz año, aunque esta vez –con todo tan dado vuelta– podría ser prudente plantearlo al revés: que todos tengamos un zilef oña.
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