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¿Cuál es tu cepo?

Dos preguntas mientras sucedía la marcha de jubiladas y jubilados en Congreso de este miércoles 16. Una de esas preguntas le cabe a toda la sociedad: ¿Cuál es tu cepo? Palabras, hechos y “daños colaterales” durante una nueva ronda del sector más movilizado contra la situación actual. Pablo Grillo, el fotógrafo herido por la policía, y una nueva operación. Y cómo se está atacando el verdadero sentido de la palabra libertad.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Entre gendarmes, prefectos, aeroportuarios y federales que intentan –sin éxito– ponerle un cepo a la manifestación en las calles de jubiladas y jubilados. Entre cacerolas y latas de dulce de batata golpeadas con botellas de plástico. Entre silbatos y cantitos sobre qué feo de ser pegarle a un jubilado para poder comer o qué vergüenza pegarle a un jubilado por dos pesos con cincuenta. Entre una movilización que registró una persona detenida y según la Comisión por la Memoria al menos 116 heridas (entre ellas una niña de 13 años, un joven de 16 y decenas de jubilados, la mayoría con quemaduras por el lanzamiento de gases químicos, pero también por golpes con palos y escudos). Entre vírgenes de Luján y carteles que denuncian las políticas de desguace. Entre banderas y remeras que exigen justicia por Pablo Grillo, las voces de la vanguardia de la lucha contra este gobierno: jubilados y jubiladas –que la repetición valga lo político– contestan dos preguntas bien concretas, en medio de celebraciones libertarias de cepos económicos, devaluaciones camufladas y genuflexiones monetarias internacionales:
- ¿Cuál es tu cepo?
- ¿Cómo seguimos?

Beatriz Blanco, la jubilada atacada hace un mes por la policía, marchó con su propia imagen en la tapa de la nueva MU. Fotos Lina Etchesuri/lavaca.org
Viaje a la verdulería
Oscar tiene un cartelito. Un cartel. Un cartelazo, en realidad: “Con 71 años lucho porque la dignidad no la negocio”. Dice: “Te cuento el cepo de hoy. Fui a comprar un pedazo de queso fresco y me quedaban 28.000 pesos hasta fin de mes. Me costó 4.500 pesos y lo tuve que pagar con la tarjeta de crédito. Es un cepo que nunca había tenido en mi vida y se llama pasar hambre”. Afirma, digno: “La lucha no se deja, la calle no se abandona. Esto algún día va a cambiar, yo estoy seguro que va a cambiar”.

Mirta, de Lanús, 71 años. Su cepo: “Gano la mínima después de haber aportado 40 años, es una aberración, nunca hemos vivido algo así. Mirá que he vivido gobiernos, eh, pero como esto nunca. No podemos salir a ningún lado. Voy a la verdulería y tengo que comprar 4 papas, 3 manzanas. Tenemos que elegir entre la medicación o comer, así de sencillo”. Así de complejo, ¿cómo se sigue? “Luchando para que esta gente se vaya de una vez por todas y para que construyamos un cambio estructural”.

Fotos Lina Etchesuri/lavaca.org
La vanguardia y la milanesa
Hernán, 75 años, artesano. Su cepo: “Seguir trabajando a mi edad. No podría vivir si no, con la cantidad de remedios que tengo. Tengo gratis solo el de la diabetes”. Cómo seguir: “Parece que la única forma que tenemos de cambiar las cosas es en la calle. Pero es una lástima que la vanguardia de lucha seamos nosotros, es horrible. Deberían estar los estudiantes, los sindicatos, no los jubilados al frente”.
Cristina, 78 años, casi 79. “Mis cepos son todos. Si pago una cuenta, no puedo pagar otra. Así vivo. Nos gobierna una manga de atorrantes, chupasangre, desgraciados. Desde Mauricio Macri en adelante es imposible afrontar el día a día”.
¿Qué nos queda? “Lo único que nos queda es un plan de lucha, rebeldía y resistencia. No queda otra, te lo dice esta vieja que es de la década del 40, cuando en el país ni siquiera se hacían alfileres, nada de nada de nada”.
Mario (70), Beatriz (79), Rubén (72) y Felipe (76) integran el Movimiento Activo de Trabajadores y Jubilados. Mario: “Mi cepo es la carne. Con lo poco que tengo casi la dejé de lado, como máximo algún día una milanesita preparada, pero hasta ahí, el asado ya no existe”.
Beatriz: “Mi jubilación es de 493.000 pesos mensuales, así que vivo gastando lo menos posible. Vivo con mi hijo, que es un trabajador activo y eso me ayuda. Hoy mi cepo está en los libros. No me puedo comprar ni uno, no puedo ir al teatro, ni al cine. El domingo me gustaría ir al teatro a ver la última función de Miguel Ángel Solá, que es maravilloso. Esas actividades no las puedo hacer más y también son importantes. Trabajamos toda la vida para eso, y ni así”.
Rubén. “Yo visualizo dos cepos para tratar de ser sintético. No soy poeta, pero sí puedo hacer una síntesis. Uno es mi futuro, con el acotado tiempo que nos queda, y otro es exactamente lo contrario que este gobierno propone y propagandiza: mi libertad”.
Felipe: “Mi cepo está en la alimentación y los remedios, porque los servicios los tengo que pagar sí o sí. Por más que el gobierno anterior era un desastre, no era de esta manera, se podía tomar el colectivo, pagar la luz y teníamos los remedios. Estábamos mal, pero ahora estamos hundidos”.
Entre los cuatro, comparten un plan para el futuro: “Este es un gobierno que aplica el ajuste marcado por el FMI, esa manga de usureros que aprietan a todos los países del mundo. Acá estamos en manos de un gobierno agarrado de pies y manos y al que no le importa el destino de nosotros ni de los trabajadores. Están llevando a cabo un ajuste criminal oncológico y la única forma de hacerlo retroceder es parando el país, no hay otra. Un plan de lucha con paros y movilizaciones hasta hacerlo retroceder y poder imponer otro plan al servicio de la necesidad del pueblo trabajador”.

Fotos Lina Etchesuri/lavaca.org
¿Dónde ir?
María Elba, 78 años, camina y tose por los gases que ya empiezan a surcar el aire, porque la marcha se hace igual, a pesar de las cuatro fuerzas federales, los ojos que lagrimean y los –al menos– seis drones que se dejan ver en el cielo. Su cepo: “Ninguno, porque soy jubilada y no tengo nada, ¿o querés que te mienta como miente este gobierno? ¿Te parece que no tenga un plato de comida a los 78 años?”.
Cómo se sigue: “Con esto –dice y señala la marcha que resiste y persiste–. Que los jóvenes nos acompañen y que no se olviden que nosotros ya vivimos cosas feas y jodidas”.
Alicia, 76 años, chaleco rojo y gorra roja de Jubilados Clasistas. Su cepo: “Que no pueda llegar a fin de mes”. Piensa en su hija y en su nieta por cómo se sigue: “Organizándonos de forma independiente para no depender de la CGT que siempre cuida su quintita. Aquí seguimos los miércoles, con un montón de organizaciones más, por el destino de ustedes, porque no se van a poder jubilar. La lucha es en conjunto con la juventud”.
Estela, de 81, con bellos rulos color caoba y voz suave: “Mi cepo es mi jubilación, porque está, pero en verdad es como que no está: se esfuma. Por suerte tengo un hijo que trabaja: no sé cómo haría para pagar las expensas. ¡Me vinieron 150.000 pesos!”. Cómo se sigue: “Este gobierno se tiene que ir, porque estamos mal, y así la cosa no termina bien. Yo estuve en el 2001”.
Luis, 80, médico jubilado, y una paleta de cepos: “La gente que conozco con cáncer a la que le niegan los medicamentos. El millón de pibes que no tienen para cenar. Que haya tantos policías –dice y señala a la burda farsa actual teatro antidisturbios que nos rodea– y que solo sirvan para cagarnos a palos”.
Su mapa de ruta es intelectual, militante, cultural y político: “¿Cómo se sigue? Este gobierno, que es lo peor que nos pasó, se va a romper si nos movemos y sacamos el cepo de nuestras cabezas, el cepo que llevamos dentro. Para eso hay que ir a las marchas, a la asambleas del barrio, a la iglesia del cura piola”.
Luis mira, abraza y resume: “Moverse”.

Fotos Lina Etchesuri/lavaca.org
Pablo y la política de reciclarse
Pasaron cinco miércoles del momento en que un gendarme le disparó a Pablo Grillo un tubo de gas lacrimógeno que lo dejó peleando por su vida. Por eso, en la marcha instalaron una silueta de Pablo en Hipólito Yrigoyen y Solís, donde el joven recibió el impacto. Entre carteles y cantos que lo recuerdan y le transmiten toda la solidaridad y el amor, la familia comunicó que el fotorreportero pasó por otra operación para encontrar dónde se originaba la pérdida de líquido cefalorraquídeo que tuvo estos días. La intervención salió bien.
“Gracias eternas por los rezos, las energías y toda la buena vibra que enviaron”, saluda la familia.
Termina la marcha y Oscar sigue ahí. Es quien arranca esta nota y también la cierra, porque sus ojos son un cristal donde se ve lo que pasa. Tiene la mirada repleta de cepos. Como tanta gente. Y una convicción, como tantos más. “Este es un gobierno de exterminio a cuenta gotas, que festeja un préstamo. Pasamos a una democracia colonial, es una locura. Pero así como ellos se reciclaron, nosotros también. Adelante está el triunfo”, dice, sin ninguna duda.

Fotos Lina Etchesuri/lavaca.org

Actualidad
La revolución de la vereda

Gas pimienta a mansalva, golpes con los escudos, violencia estatal absurda. El protocolo de Patricia Bullrich funcionó durante la marcha de jubilados de este miércoles en modo preelectoral, antes del comicio porteño del domingo. Fue visible la provocación policial, tanto por el estilo del operativo como por el caos creado en la zona. La violencia tuvo un saldo de aproximadamente 100 personas heridas y cuatro detenidas. El cura Francisco “Paco” Olveira fue metódicamente gaseado (al menos cuatro veces) junto a otros cinco religiosos (en la foto de portada, el sacerdote Rodolfo forcejeando con las fuerzas de seguridad). En medio de los golpes, y antes del Padrenuestro y el Himno, Paco dijo que los jubilados con su movilización están protagonizando “la revolución de la vereda”.
Desde temprano se vio la maniobra del ministerio de Seguridad que encabeza Patricia Bullrich. Las llamadas fuerzas de seguridad cortaron insólitamente la Avenida Rivadavia a la altura del Congreso.

La prefectura no sabe o no quiere custodiar el mar (pesca ilegal), ni los ríos (narcotráfico a granel). El misterio: ¿qué estará custodiando en esta vereda porteña? (Fotos: Tadeo Bourbon/lavaca.org)
Eso obligaba al tránsito que venía por Rivadavia a girar obligatoriamente a la derecha por Callao, en una zona angosta por la presencia de las propias vallas policiales. Había muchos más efectivos que manifestantes.
Los jubilados y jubiladas hacían sus clásicos semaforazos pero la Policía y la Prefectura se lanzaron a agredir a la gente que estaba no sobre el asfalto sino sobre la vereda de Callao.
Método policial: le pegan con el escudo a personas de más de 70 y 80 años. El segundo método fue la lluvia de gas pimienta sobre gente que no estaba interrumpiendo tránsito alguno (la circulación de vehículos, se reitera, era interrumpida por el propio operativo con sus vallas). Hubo decenas de afectados, incluyendo a toda la prensa (los cronistas y reporteros de lavaca tampoco fueron privados de tal entusiasmo policial, cosa reflejada por otros medios como Cítrica e Infonews).

Óleo calcáreo para los atacados con gas pimienta . (Fotos: Tadeo Bourboun/lavaca.org)
La presencia de Francisco “Paco” Olveira (cura en Opción por los Pobres) junto a otros cuatro sacerdotes y un pastor exacerbó a los cuatro drones policiales que sobrevolaban Callao, y a los efectivos “antidisturbios” con sus cascos y pertrechos, que en las últimas semanas eternáuticas comenzaron a ser llamados “cascarudos”.
Ante cada agresión policial, los religiosos intentaban interponerse con lo cual los golpes y gases se re-direccionaban también hacia ellos. La gente se preocupaba pero Paco respondía, con los ojos inyectados y tosiendo: “Yo estoy bien, los que están mal son los jubilados”. Había una imagen de la Virgen que también recibió su fumigación de gas pimienta, aunque al menos no le pegaron con los escudos.

Uno de los detenidos. (Fotos: Tadeo Bourboun/lavaca.org)
Esto se repitió varias veces. La policía forcejeaba con jubilados y también con sacerdotes, que terminaron rezando un padrenuestro y cantando el Himno Nacional. Entre los drones que sobrevolaban Callao y la inflación represiva a ras del piso, apareció una mariposa que se refugió entre periodistas y provocó un revuelo fotográfico: una nota color. Poco después, emigró hacia lugares menos inhóspitos.
Cuando todo parecía calmado y sobre Callao ya no había policías, otro grupo apareció cortando parte de la avenida, y estuvo allí una media hora sin aplicación de protocolo alguno y con los autos que de todos modos circulaban por el carril que les dejaban: nueva demostración de lo arbitrario de la violencia estatal. Recién después aparecieron prefectos, que le ganaron de mano a los motoqueros policiales y dispersaron al grupo de manifestantes que se fue antes de que lo echen.

El enemigo policial: los ancianos. (Fotos: Tadeo Bourboun/lavaca.org)
Paco Oliveira dejó algunas reflexiones para lavaca. “Los jubilados están haciendo la revolución de la vereda. Lo que estamos viviendo se parece a la dictadura, pero no nos pueden hacer desaparecer. Aunque me quieran hacer un juicio, yo digo que son actitudes y políticas nazis”. Otro aspecto del tema: “Ya pegaron la semana pasada, ahora lo mismo. Me rompieron la estola, que para mí es un símbolo sagrado. Fue con violencia. Y nos pegaron y gasearon estando en la vereda”. La idea original era rezar en la vereda del edificio Anexo de la Cámara de Diputados, pero el sector era inaccesible por las vallas policiales. “Me parece que nos tienen miedo a los curas, o tienen miedo de que recemos. No vamos a dejar de rezar ni de movilizarnos con los jubilados y jubiladas, que son quienes están pagando la mayor parte de este ajuste”.

El cura Paco atendido tras uno de los ataques que sufrió. (Fotos: Tadeo Bourboun/lavaca.org)
Dirigiéndose a la policía que lo miraba impasible: “Soy un ser humano, todos los que estamos aquí lo somos. Yo sé que los mandan a hacer esto, pero por lo menos hagan el menor daño posible. No pongan esa saña, porque así nunca vamos a tener una patria de hermanos”. Luego los religiosos y laicos con sus imágenes rezaron un Padrenuestro y cantaron el Himno.
Según informó la Comisión Provincial de la Memoria hubo al menos 100 heridos, y cuatro detenidos como saldo de una represión de las fuerzas federales que califica como “brutal”.

El cartel describe una forma de política de Estado. La gendarmería al acecho. (Fotos: Tadeo Bourboun/lavaca.org)
“Frente a una movilización pacífica, los efectivos avanzaron contra los manifestantes golpeando con sus escudos y palos, y lanzando gases químicos, incluso con pistolas Byrna. Siguieron reprimiendo y golpeando cuando la gente ya estaba en la vereda, y mientras se asistían a las víctimas de la represión. Entre las personas heridas, hay 5 curas y un pastor, personal de salud de la Posta de Salud y Cuidados, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios e integrantes del equipo de la CPM que se encontraba monitoreando el despliegue policial en el marco de la protesta social”.
Entre tantos temas, de lo que casi no se habló aunque es el trasfondo de todo, es de la destrucción sistemática de los ingresos y del sistema de salud destinado a jubilados que, como decía el sacerdote, son los que en mayor medida pagan el ajuste.

Inesperada aparición de una mariposa en medio de los disturbios. (Fotos: Tadeo Bourboun/lavaca.org)

Jubilados y policías: bastones de distinto tipo. (Fotos: Tadeo Bourboun/lavaca.org)

Lo que ataca la violencia estatal. (Fotos: Tadeo Bourboun/lavaca.org)

El recuerdo para el fotógrafo Pablo Grillo, que sigue pelando por su salud. (Fotos: Tadeo Bourboun/lavaca.org)

Actualidad
Pablo Grillo: ocho semanas y una vida

Desde el Hospital Ramos Mejía llegó la mejor de las noticias: después de 55 días en terapia intensiva, el fotógrafo Pablo Grillo salió a dar sus primeros pasos fuera de la habitación. “No fue por ningún estudio ni chequeo, salió a disfrutar un poco de aire fresco”, cuentan familiares y amigos. “La alegría es total. El agradecimiento es eterno”. Pablo sonreía en la terraza, cubierto con un gorro rojo de uno de sus amores: Independiente.
Salió de terapia intensiva por primera vez desde aquel 12 de marzo en el que un gendarme le fracturó el cráneo con el disparo de una granada de gas lacrimógeno cuando estaba ejerciendo su oficio durante la marcha de jubilados, y la violenta represión encarada por el Estado bajo las órdenes de Javier Milei y Patricia Bullrich.
Pablo perdió masa encefálica, se temió siempre lo peor, se intuyó que podría quedar en estado vegetativo, pero poco a poco fueron restableciéndose los signos vitales, las señales, el movimiento, la evolución de ese joven de 35 años.
Ocho semanas después Pablo salió de su habitación. Fue este miércoles por la tarde a unas 15 cuadras del Congreso, mientras se producía otra marcha de jubilados.
No podría haber sido de otra manera.
Actualidad
Loan: el cumpleaños de un desaparecido

Este 8 de mayo Loan Danilo Peña está cumpliendo 6 años de edad. O no. El niño sigue desaparecido desde el 13 de junio de 2024 sin que se tenga una noción clara de lo que le pasó. El caso se inició aquel día en 9 de Julio, Corrientes, durante un almuerzo de la familia y algunos supuestos invitados. Hay siete detenidos y procesados por el delito de sustracción de un menor y otros diez por entorpecer el expediente. En junio se cumplirá un año de la desaparición, y en julio la causa sería elevada a juicio. La pregunta sigue siendo: ¿Dónde está y qué pasó con Loan?
por Francisco Pandolfi
Para recordar
En noviembre, el fiscal federal de Goya, Mariano de Guzmán, y los responsables de la Procuraduría contra la Trata y Explotación de Personas (Protex), María Alejandra Mangano y Marcelo Colombo, pidieron a la jueza Cristina Pozzer Penzo procesar con prisión preventiva por sustracción y ocultamiento de Loan Peña a los seis detenidos que estuvieron en el almuerzo familiar tras el que desapareció el niño correntino. Además, exigieron el procesamiento del entonces comisario de 9 de Julio, Walter Maciel, por encubrimiento agravado y entorpecimiento de la investigación.

El abogado de la familia, Juan Pablo Gallego: «La prueba que hemos podido redondear en los últimos meses ha convalidado lo que ahora los fiscales analizan como contundente para sostener los siete procesamientos”.
“La solicitud de procesamiento de los siete detenidos por la Fiscalía es un enorme paso adelante. Tiene una mirada muy parecida a la nuestra. Tenemos un análisis con bastantes puntos de contacto; ambas partes descartamos el accidente de tránsito que se buscó instalar desde una mirada más dirigida a desviar la causa, que desde una posibilidad práctica” dijo a lavaca el abogado que representa a la familia de Loan Peña, Juan Pablo Gallego.
El contexto: operaciones, mentiras, y fakes más que pruebas concretas para llegar a lo único importante: Loan. El fiscal federal de Goya, Mariano de Guzmán, y los responsables de la Procuraduría contra la Trata y Explotación de Personas (Protex), María Alejandra Mangano y Marcelo Colombo, pidieron a la jueza Cristina Pozzer Penzo procesar con prisión preventiva a los siete detenidos por la causa principal en la que se investiga la desaparición de Loan. Existe una causa paralela por “obstrucción de la investigación”, en la que permanece detenida una persona apodada el “Americano”.
Las personas, las naranjas, y la desaparición
Loan fue con su papá a visitar a la abuela Catalina en el paraje rural Algarrobal a las afueras de 9 de Julio. Aquel jueves 13 de junio almorzó junto a su tía Laudelina Peña, la pareja Antonio Benítez y los tres hijos de ella: Macarena y dos menores. También con su prima política Camila Núñez, que fue con su nena; y con dos matrimonios más: Daniel Ramírez y Mónica del Carmen Millapi (pareja amiga de los tíos de Loan), y con María Victoria Caillava (funcionaria municipal y amiga de la abuela de Loan) junto a su marido Carlos Pérez (capitán de navío retirado de la Armada). Luego de la comida, Benítez, Caillava y Ramírez fueron junto a Loan y los otros nenes a juntar naranjas.
Y Loan desapareció.
El año pasado viajamos a 9 de Julio para intentar comprender lo que el nene de 5 años nos muestra sobre el presente y lo contamos en esta investigación publicada en la MU: https://lavaca.org/mu197/lo-que-loan-nos-hace-ver/
Las llamadas sospechosas
El fiscal de Goya y la Protex elevaron a la jueza un escrito de 86 páginas, en el que exhortan a que las tres parejas (Laudelina Peña-Antonio Benítez, Mónica del Carmen Millapi-Daniel Ramírez y Victoria Caillava-Carlos Pérez) sean procesados por la sustracción y el ocultamiento del menor (figura que prevé de 5 a 15 años de prisión, según el artículo 146 del Código Penal).
A su vez, exigieron el procesamiento del entonces comisario de 9 de Julio, Walter Maciel, por el delito de encubrimiento agravado (con pena de 1 a 6 años de cárcel, según el artículo 277 del Código Penal), por haber entorpecido la investigación y facilitado el encubrimiento de quienes desaparecieron a Loan.

El Estado como responsable: el reclamo de familiares y vecinos de Corrientes frente a un caso con inquietantes nexos con el poder, y sin respuesta sobre el destino de un chico de 5 años de edad.
El Ministerio Público Fiscal considera que tras el almuerzo se registraron dos llamadas “sumamente sospechosas”: una, cuando Ramírez llamó a su hermana y conversaron durante ocho minutos. Luego, una comunicación entre Benítez y Laudelina que se extendió más de nueve minutos. “El día de la desaparición se advierte un incremento en la actividad de cada uno de los imputados a partir de sus comunicaciones y desplazamientos, que no responden a la búsqueda”, y agregan: “Tras el llamado de Benítez a Laudelina comienzan dos etapas posteriores de ocultamiento y encubrimiento en la que toman parte los imputados presentes al momento de la desaparición, el comisario Maciel y otras personas involucradas por las que solicitamos su llamado a indagatoria”.
Este pedido a la jueza sobre “otras personas involucradas” apunta a Macarena Peña, prima de Loan e hija de Laudelina, y a Cristian Agustín Gutiérrez, conocido de Benítez. “Son varias las evidencias que permiten sostener un grado de sospecha en contra de ambos”, explicaron.
“El niño no se perdió”
En el documento, reflejan un punto clave en la investigación: “La camioneta de estos imputados (Caillava y Pérez) es el único vehículo que se retira del Paraje inmediatamente después de haber tomado conocimiento de la desaparición del niño. En sus vehículos -camioneta y auto- se verificó un rastro positivo del niño”. Caillava y Pérez fueron “los únicos que también abandonaron la localidad de 9 de Julio al día siguiente del hecho, con conocimiento de Maciel, ya a cargo de la investigación y la búsqueda”.
Por todo esto, tanto el fiscal como la Protex plantean su hipótesis: “Nos permite afirmar que el niño no se perdió como afirmaron las personas por las que aquí pedimos su procesamiento -que tampoco lo abandonaron-, y que se montó una escena para hacer creer que así había sucedido. En ninguna oportunidad se hallaron rastros fehacientes del niño que lo ubicaran fuera de la órbita del naranjal, nadie escuchó ni un grito, llanto o pedido de auxilio”.
La continuidad del caso
A la consulta sobre si el pedido de procesamiento fue tardío, el abogado Gallego responde: “No lo calificaría como tal. Nosotros veníamos preocupados por la falta de participación de los fiscales en la última etapa probatoria, en lo que hace a la recolección de pruebas, examen de testigos, audiencias y esto sí nos tenía altísimamente preocupados. Creemos que lo que tiene que ver con el pedido de procesamiento es oportuno, porque precisamente la prueba que hemos podido redondear en los últimos meses ha convalidado lo que ahora los fiscales analizan como contundente para sostener los siete procesamientos”.
¿Cuáles son los pasos a seguir? “La jueza va a analizar los pedidos de procesamiento y es probable que antes de fin de año se expida sobre estas cuestiones. Entiendo que con total claridad va a procesar a los siete y esto significaría llegar a un estadío procesal que va enfilando hacia un posible juicio oral, que por ahora iría con estas calificaciones: captación, sustracción, secuestro de un niño y encubrimiento por parte de Maciel”.
Agrega Juan Pablo Gallego: “Todavía quedan diligencias pendientes: testimoniales de diversas personas y careos; en el aspecto técnico, todavía falta cotejar parte de la información del entrecruzamiento de teléfonos entre los imputados; en cuanto a rastrillajes en septiembre se dispuso hacerlos en determinadas zonas donde en rigor se hizo mal, y esa es una área que incluye a cuatro lagunas. Esto se intentó hacer entre el 15 y el 17 de octubre, pero no se terminó por el mal clima y por la falta de recursos del SIFEBU (Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas): la ausencia de recursos técnicos y de los canes, necesarios para lo requerido por la jueza”.
Concluye el abogado: “La instrucción está prorrogada hasta el 19 de marzo, por lo que es posible que esas nuevas diligencias nos permitan tener otros detalles y complete el cuadro probatorio que ya tiene que ver con el desenlace: dónde está Loan y en qué estado. Mi aspiración es tener resuelto eso antes de la etapa de juicio oral. Queremos encontrar al niño como un elemento útil para terminar de configurar los delitos y para que la familia empiece a tener un poco de paz”.
La pregunta sigue vigente y sin respuesta: ¿dónde está Loan?

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