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El adiós del barrio

Flores se reunió en la Basílica en la que Jorge Bergoglio se inició en el sacerdocio en 1953. Las voces, las contradicciones, los silencios y los gritos. Los sueños, el llamado del papa Francisco a animarse, y a no balconear la vida. Por Lucas Pedulla.
La vicepresidenta Victoria Villarruel baja del auto blanco oficial, sube toda vestida de negro –zapatos negros, pantalón negro, saco negro– las escalinatas de la Basílica de San José de Flores, le habla al enjambre de medios que se le tiran encima de “acompañar a los argentinos por el dolor por la pérdida de nuestro Santo Padre”, y un vecino de este mismo barrio porteño donde ese Santo Padre se crio le grita desde la mano de enfrente:
-¡Vendepatria!
Son las 18.32 y la iglesia es un hervidero. El sacerdote dice que entran 800 personas sentadas pero se queda pensando un rato cuántas hay ahora.
-1.800 personas, seguro– dice sin pestañear.
El flujo fue continuo a lo largo del día desde el momento en que todo el barrio –todo el país– se enteró de la muerte de su vecino Jorge Bergoglio, a los 88 años, después de 12 de un pontificado cuyos efectos ya se empiezan a sentir, como lo dice Graciela, de 77, que vino desde Villa Caraza, en Lanús: “Francisco es amor”.

Visitantes
La gente se acomoda como puede, donde puede, y se nota el fastidio de los fieles de siempre respecto de aquellos que no se quieren perder la ocasión y que sacan fotos y filman, como esa prensa que no se queda quieta entre las paredes del templo. Norma, vecina de Caballito, es una de las que se queja luego de dos choques:
-Van y vienen como si estuvieran en un zoológico– dice bien alto para que se la escuche, indignada-. Qué me importa Villarruel, ¡es el Papa Francisco! Tienen mierda en la cabeza.
Otra señora complementa:
-¿A usted le parece venir a la Iglesia a ver a Villarruel? Pero qué farsa.
Otra se suma a la ronda:
-Pero está sola en el banco, por lo menos nos podemos ir a sentar.
La observación es periodística: Villarruel se sienta sola. En diagonal, a su derecha, están el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y el diputado Leandro Santoro. Enfrente de ellos, la vicejefa del Gobierno porteño, Claria Muccio. “Qué país”, murmura un señor, haciendo explícitas esas imágenes que a veces no pueden explicarse con palabras.
Recuerdos del colectivo
Afuera se venden pañuelos de Francisco a 3.000 pesos y remeras a 20.000 pesos. Siguen llegando personas. Delia, 66 años, de Virrey del Pino, en La Matanza, por “el valor y el coraje” de Francisco.
Nahiara, de 21, y Martín, de 27, pareja de Balvanera, porque Francisco “inspira a la juventud y nos da un empujoncito para la vida”.
María Eva, de 72 y de Nueva Pompeya, sur porteño, porque Francisco “pisaba el barro y pisaba la villa”.
-Viajaba en el colectivo con nosotros– subraya y afirma con vehemencia-. No decía “acá hay olor”. Nosotros, el pueblo, somos el zócalo, los cimientos de un edificio que sería la sociedad, pero los gobernantes siempre hunden los cimientos y así prevalece la gente de guita. Él lo decía y por eso jodía: a los cimientos hay que cuidarlos.
Los cimientos de esta basílica también lo recuerdan, como el confesionario que tiene enchapada una leyenda que jura que allí mismo, el 21 de septiembre de 1953, Jorge Mario Bergoglio “siguió el llamado de Dios para ser sacerdote”. Por eso esta misa, este amor, que Pamela (36) y Gabriela (26), vecinas de barrio, agradecen:
-La sencillez de poder transmitir la santidad y la cercanía con la gente, su mensaje de misericordia, es lo que más destaco de toda su obra –dice Pamela, y se toca la cruz que le cuelga del cuello como cadenita-. También, la alegría de no transmitir una fe muerta del pecado, sino más de la gracia y de la conversación.
Gabriela señala el “poder estar para el otro” como un mandato juvenil:
-Me acuerdo cuando dijo “hagan lío”, para que no nos quedemos quietos, como animándonos a salir. También dijo que no balconeemos la vida.
-¿Qué significa eso?
-No mirar la vida desde afuera, sino ser protagonistas.
Animarse a soñar
Son las 19 en punto y de pronto el coro empieza a cantar. La ceremonia comienza puntual, como toda misa marca e indica religiosamente. El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, es quien oficia la misa, y sus primeras cuatro palabras rebotan por los altos muros, las finas pinturas, las increíbles cúpulas, para llegar a tantas almas fuera de protocolo:
-Se nos fue papá.
García Cuerva cuenta que esta Basílica despertó la vocación de Francisco. Que los corazones habitan sentimientos contradictorios, porque la muerte genera “temor y angustia”, y habla de “tristeza” y de “orfandad”, pero también de que hay un nuevo amanecer, porque “la muerte no tiene la última palabra”. Dice que la tentación siempre fue tapar los problemas “no con perfume aunque sí maquillarlos”, y que el valor de Francisco fue ponerlos arriba de la mesa: la ecología, el calentamiento global, el planeta como la casa común, la exclusión y la cultura del descarte, la guerra, el tráfico de armas, la transparencia de la Iglesia.
-Animó a los jóvenes no a quedarse, sino a soñar –dice García Cuerva-. Tenemos que ver cómo, entre todos, construimos lo que el Papa nos enseñó todos estos años. Sobre todo, no tenemos que ser especialistas en diagnósticos, sino resolver problemas.
Luego, invita a escuchar dos fragmentos de dos de sus principales encíclicas:
- La primera que lee es de Laudato Si’: “Hace falta volver a sentir que nos necesitamos unos a otros, que tenemos una responsabilidad por los demás y por el mundo, que vale la pena ser buenos y honestos”.
- La segunda es de Fratelli Tutti: “Soñemos como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz, todos hermanos”.
La Basílica responde con una ovación.
La vicepresidenta Villarruel no aplaude.
-¡Hoy nos duele el corazón! –grita una señora cuando vuelve el silencio.
Antes de la comunión, García Cuerva, como si hubiera escuchado el grito, dice:
-El Papa decía que la guerra comienza en el propio corazón. Por eso podemos sentirnos lejos del foco de conflicto en el mundo, pero la guerra comienza en el corazón. Y eso los argentinos sabemos mucho porque nos destrozamos. Y, si no nos alcanza la lengua, tenemos las redes sociales. Regalémosle al viejo algo más: démonos la paz entre nosotros.
Es el momento de la misa donde todas las personas se saludan entre sí, algunos se abrazan. La prensa entonces dirige las cámaras y los flashes a la vicepresidenta y sus gestos. No pasa desapercibido que, entre otros, saluda a Pérez Esquivel. En el resto de la Basílica los besos duran, se extienden, luego llega la comunión, y todo se desordena en una fila que recibe el pan y la sangre de Cristo, mientras Triana, 26 años, de Villa Devoto, trabajadora en una cooperativa en la villa 31, piensa en las palabras que acaba de escuchar:
-Me quedo con lo que nos dijo: animarnos a soñar.
-¿Por eso le decían “comunista” al Papa?
-Esos son discursos viejos –dice y se ríe-. Sólo buscan crear un enemigo.
García Cuerva anuncia que la ceremonia está terminando y que la misa oficial de exequias se realizará en la Catedral de Buenos Aires, en Plaza de Mayo, al mismo momento que suceda en Roma, aunque todavía sin confirmar el momento. Pide rezar un Ave María, porque el Papa era muy devoto.
-¡Viva el Papa! –cierra el arzobispo, tres veces.
-¡Viva! –tiembla la Basílica en tres tiempos.

La salida es lenta, con paciencia. Muchos todavía siguen llorando. La vicepresidenta Villarruel se retira con sus custodios, por el centro del templo. Lavaca se acerca a Pérez Esquivel, quien reivindica a Francisco como un “pastor junto a los pueblos” y un “amigo” con quien se reunía con frecuencia, y dice sobre el saludo con la vicepresidenta:
-La vicepresidenta aquí no es la vicepresidenta, es una fiel más que vino a honrar a Francisco. Nada más.
Sin embargo, cuando Villarruel baja las escalinatas de la Basílica en dirección al auto blanco oficial, parece que ese afuera ya la reconoce nuevamente como la vicepresidenta, porque ya no es un vecino quien le grita, sino una multitud, que chifla y canta, y le da otro cierre al evento:
-Como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar.
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La revolución de la vereda

Gas pimienta a mansalva, golpes con los escudos, violencia estatal absurda. El protocolo de Patricia Bullrich funcionó durante la marcha de jubilados de este miércoles en modo preelectoral, antes del comicio porteño del domingo. Fue visible la provocación policial, tanto por el estilo del operativo como por el caos creado en la zona. La violencia tuvo un saldo de aproximadamente 100 personas heridas y cuatro detenidas. El cura Francisco “Paco” Olveira fue metódicamente gaseado (al menos cuatro veces) junto a otros cinco religiosos (en la foto de portada, el sacerdote Rodolfo forcejeando con las fuerzas de seguridad). En medio de los golpes, y antes del Padrenuestro y el Himno, Paco dijo que los jubilados con su movilización están protagonizando “la revolución de la vereda”.
Desde temprano se vio la maniobra del ministerio de Seguridad que encabeza Patricia Bullrich. Las llamadas fuerzas de seguridad cortaron insólitamente la Avenida Rivadavia a la altura del Congreso.

La prefectura no sabe o no quiere custodiar el mar (pesca ilegal), ni los ríos (narcotráfico a granel). El misterio: ¿qué estará custodiando en esta vereda porteña? (Fotos: Tadeo Bourbon/lavaca.org)
Eso obligaba al tránsito que venía por Rivadavia a girar obligatoriamente a la derecha por Callao, en una zona angosta por la presencia de las propias vallas policiales. Había muchos más efectivos que manifestantes.
Los jubilados y jubiladas hacían sus clásicos semaforazos pero la Policía y la Prefectura se lanzaron a agredir a la gente que estaba no sobre el asfalto sino sobre la vereda de Callao.
Método policial: le pegan con el escudo a personas de más de 70 y 80 años. El segundo método fue la lluvia de gas pimienta sobre gente que no estaba interrumpiendo tránsito alguno (la circulación de vehículos, se reitera, era interrumpida por el propio operativo con sus vallas). Hubo decenas de afectados, incluyendo a toda la prensa (los cronistas y reporteros de lavaca tampoco fueron privados de tal entusiasmo policial, cosa reflejada por otros medios como Cítrica e Infonews).

Óleo calcáreo para los atacados con gas pimienta . (Fotos: Tadeo Bourboun/lavaca.org)
La presencia de Francisco “Paco” Olveira (cura en Opción por los Pobres) junto a otros cuatro sacerdotes y un pastor exacerbó a los cuatro drones policiales que sobrevolaban Callao, y a los efectivos “antidisturbios” con sus cascos y pertrechos, que en las últimas semanas eternáuticas comenzaron a ser llamados “cascarudos”.
Ante cada agresión policial, los religiosos intentaban interponerse con lo cual los golpes y gases se re-direccionaban también hacia ellos. La gente se preocupaba pero Paco respondía, con los ojos inyectados y tosiendo: “Yo estoy bien, los que están mal son los jubilados”. Había una imagen de la Virgen que también recibió su fumigación de gas pimienta, aunque al menos no le pegaron con los escudos.

Uno de los detenidos. (Fotos: Tadeo Bourboun/lavaca.org)
Esto se repitió varias veces. La policía forcejeaba con jubilados y también con sacerdotes, que terminaron rezando un padrenuestro y cantando el Himno Nacional. Entre los drones que sobrevolaban Callao y la inflación represiva a ras del piso, apareció una mariposa que se refugió entre periodistas y provocó un revuelo fotográfico: una nota color. Poco después, emigró hacia lugares menos inhóspitos.
Cuando todo parecía calmado y sobre Callao ya no había policías, otro grupo apareció cortando parte de la avenida, y estuvo allí una media hora sin aplicación de protocolo alguno y con los autos que de todos modos circulaban por el carril que les dejaban: nueva demostración de lo arbitrario de la violencia estatal. Recién después aparecieron prefectos, que le ganaron de mano a los motoqueros policiales y dispersaron al grupo de manifestantes que se fue antes de que lo echen.

El enemigo policial: los ancianos. (Fotos: Tadeo Bourboun/lavaca.org)
Paco Oliveira dejó algunas reflexiones para lavaca. “Los jubilados están haciendo la revolución de la vereda. Lo que estamos viviendo se parece a la dictadura, pero no nos pueden hacer desaparecer. Aunque me quieran hacer un juicio, yo digo que son actitudes y políticas nazis”. Otro aspecto del tema: “Ya pegaron la semana pasada, ahora lo mismo. Me rompieron la estola, que para mí es un símbolo sagrado. Fue con violencia. Y nos pegaron y gasearon estando en la vereda”. La idea original era rezar en la vereda del edificio Anexo de la Cámara de Diputados, pero el sector era inaccesible por las vallas policiales. “Me parece que nos tienen miedo a los curas, o tienen miedo de que recemos. No vamos a dejar de rezar ni de movilizarnos con los jubilados y jubiladas, que son quienes están pagando la mayor parte de este ajuste”.

El cura Paco atendido tras uno de los ataques que sufrió. (Fotos: Tadeo Bourboun/lavaca.org)
Dirigiéndose a la policía que lo miraba impasible: “Soy un ser humano, todos los que estamos aquí lo somos. Yo sé que los mandan a hacer esto, pero por lo menos hagan el menor daño posible. No pongan esa saña, porque así nunca vamos a tener una patria de hermanos”. Luego los religiosos y laicos con sus imágenes rezaron un Padrenuestro y cantaron el Himno.
Según informó la Comisión Provincial de la Memoria hubo al menos 100 heridos, y cuatro detenidos como saldo de una represión de las fuerzas federales que califica como “brutal”.

El cartel describe una forma de política de Estado. La gendarmería al acecho. (Fotos: Tadeo Bourboun/lavaca.org)
“Frente a una movilización pacífica, los efectivos avanzaron contra los manifestantes golpeando con sus escudos y palos, y lanzando gases químicos, incluso con pistolas Byrna. Siguieron reprimiendo y golpeando cuando la gente ya estaba en la vereda, y mientras se asistían a las víctimas de la represión. Entre las personas heridas, hay 5 curas y un pastor, personal de salud de la Posta de Salud y Cuidados, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios e integrantes del equipo de la CPM que se encontraba monitoreando el despliegue policial en el marco de la protesta social”.
Entre tantos temas, de lo que casi no se habló aunque es el trasfondo de todo, es de la destrucción sistemática de los ingresos y del sistema de salud destinado a jubilados que, como decía el sacerdote, son los que en mayor medida pagan el ajuste.

Inesperada aparición de una mariposa en medio de los disturbios. (Fotos: Tadeo Bourboun/lavaca.org)

Jubilados y policías: bastones de distinto tipo. (Fotos: Tadeo Bourboun/lavaca.org)

Lo que ataca la violencia estatal. (Fotos: Tadeo Bourboun/lavaca.org)

El recuerdo para el fotógrafo Pablo Grillo, que sigue pelando por su salud. (Fotos: Tadeo Bourboun/lavaca.org)

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Pablo Grillo: ocho semanas y una vida

Desde el Hospital Ramos Mejía llegó la mejor de las noticias: después de 55 días en terapia intensiva, el fotógrafo Pablo Grillo salió a dar sus primeros pasos fuera de la habitación. “No fue por ningún estudio ni chequeo, salió a disfrutar un poco de aire fresco”, cuentan familiares y amigos. “La alegría es total. El agradecimiento es eterno”. Pablo sonreía en la terraza, cubierto con un gorro rojo de uno de sus amores: Independiente.
Salió de terapia intensiva por primera vez desde aquel 12 de marzo en el que un gendarme le fracturó el cráneo con el disparo de una granada de gas lacrimógeno cuando estaba ejerciendo su oficio durante la marcha de jubilados, y la violenta represión encarada por el Estado bajo las órdenes de Javier Milei y Patricia Bullrich.
Pablo perdió masa encefálica, se temió siempre lo peor, se intuyó que podría quedar en estado vegetativo, pero poco a poco fueron restableciéndose los signos vitales, las señales, el movimiento, la evolución de ese joven de 35 años.
Ocho semanas después Pablo salió de su habitación. Fue este miércoles por la tarde a unas 15 cuadras del Congreso, mientras se producía otra marcha de jubilados.
No podría haber sido de otra manera.
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Loan: el cumpleaños de un desaparecido

Este 8 de mayo Loan Danilo Peña está cumpliendo 6 años de edad. O no. El niño sigue desaparecido desde el 13 de junio de 2024 sin que se tenga una noción clara de lo que le pasó. El caso se inició aquel día en 9 de Julio, Corrientes, durante un almuerzo de la familia y algunos supuestos invitados. Hay siete detenidos y procesados por el delito de sustracción de un menor y otros diez por entorpecer el expediente. En junio se cumplirá un año de la desaparición, y en julio la causa sería elevada a juicio. La pregunta sigue siendo: ¿Dónde está y qué pasó con Loan?
por Francisco Pandolfi
Para recordar
En noviembre, el fiscal federal de Goya, Mariano de Guzmán, y los responsables de la Procuraduría contra la Trata y Explotación de Personas (Protex), María Alejandra Mangano y Marcelo Colombo, pidieron a la jueza Cristina Pozzer Penzo procesar con prisión preventiva por sustracción y ocultamiento de Loan Peña a los seis detenidos que estuvieron en el almuerzo familiar tras el que desapareció el niño correntino. Además, exigieron el procesamiento del entonces comisario de 9 de Julio, Walter Maciel, por encubrimiento agravado y entorpecimiento de la investigación.

El abogado de la familia, Juan Pablo Gallego: «La prueba que hemos podido redondear en los últimos meses ha convalidado lo que ahora los fiscales analizan como contundente para sostener los siete procesamientos”.
“La solicitud de procesamiento de los siete detenidos por la Fiscalía es un enorme paso adelante. Tiene una mirada muy parecida a la nuestra. Tenemos un análisis con bastantes puntos de contacto; ambas partes descartamos el accidente de tránsito que se buscó instalar desde una mirada más dirigida a desviar la causa, que desde una posibilidad práctica” dijo a lavaca el abogado que representa a la familia de Loan Peña, Juan Pablo Gallego.
El contexto: operaciones, mentiras, y fakes más que pruebas concretas para llegar a lo único importante: Loan. El fiscal federal de Goya, Mariano de Guzmán, y los responsables de la Procuraduría contra la Trata y Explotación de Personas (Protex), María Alejandra Mangano y Marcelo Colombo, pidieron a la jueza Cristina Pozzer Penzo procesar con prisión preventiva a los siete detenidos por la causa principal en la que se investiga la desaparición de Loan. Existe una causa paralela por “obstrucción de la investigación”, en la que permanece detenida una persona apodada el “Americano”.
Las personas, las naranjas, y la desaparición
Loan fue con su papá a visitar a la abuela Catalina en el paraje rural Algarrobal a las afueras de 9 de Julio. Aquel jueves 13 de junio almorzó junto a su tía Laudelina Peña, la pareja Antonio Benítez y los tres hijos de ella: Macarena y dos menores. También con su prima política Camila Núñez, que fue con su nena; y con dos matrimonios más: Daniel Ramírez y Mónica del Carmen Millapi (pareja amiga de los tíos de Loan), y con María Victoria Caillava (funcionaria municipal y amiga de la abuela de Loan) junto a su marido Carlos Pérez (capitán de navío retirado de la Armada). Luego de la comida, Benítez, Caillava y Ramírez fueron junto a Loan y los otros nenes a juntar naranjas.
Y Loan desapareció.
El año pasado viajamos a 9 de Julio para intentar comprender lo que el nene de 5 años nos muestra sobre el presente y lo contamos en esta investigación publicada en la MU: https://lavaca.org/mu197/lo-que-loan-nos-hace-ver/
Las llamadas sospechosas
El fiscal de Goya y la Protex elevaron a la jueza un escrito de 86 páginas, en el que exhortan a que las tres parejas (Laudelina Peña-Antonio Benítez, Mónica del Carmen Millapi-Daniel Ramírez y Victoria Caillava-Carlos Pérez) sean procesados por la sustracción y el ocultamiento del menor (figura que prevé de 5 a 15 años de prisión, según el artículo 146 del Código Penal).
A su vez, exigieron el procesamiento del entonces comisario de 9 de Julio, Walter Maciel, por el delito de encubrimiento agravado (con pena de 1 a 6 años de cárcel, según el artículo 277 del Código Penal), por haber entorpecido la investigación y facilitado el encubrimiento de quienes desaparecieron a Loan.

El Estado como responsable: el reclamo de familiares y vecinos de Corrientes frente a un caso con inquietantes nexos con el poder, y sin respuesta sobre el destino de un chico de 5 años de edad.
El Ministerio Público Fiscal considera que tras el almuerzo se registraron dos llamadas “sumamente sospechosas”: una, cuando Ramírez llamó a su hermana y conversaron durante ocho minutos. Luego, una comunicación entre Benítez y Laudelina que se extendió más de nueve minutos. “El día de la desaparición se advierte un incremento en la actividad de cada uno de los imputados a partir de sus comunicaciones y desplazamientos, que no responden a la búsqueda”, y agregan: “Tras el llamado de Benítez a Laudelina comienzan dos etapas posteriores de ocultamiento y encubrimiento en la que toman parte los imputados presentes al momento de la desaparición, el comisario Maciel y otras personas involucradas por las que solicitamos su llamado a indagatoria”.
Este pedido a la jueza sobre “otras personas involucradas” apunta a Macarena Peña, prima de Loan e hija de Laudelina, y a Cristian Agustín Gutiérrez, conocido de Benítez. “Son varias las evidencias que permiten sostener un grado de sospecha en contra de ambos”, explicaron.
“El niño no se perdió”
En el documento, reflejan un punto clave en la investigación: “La camioneta de estos imputados (Caillava y Pérez) es el único vehículo que se retira del Paraje inmediatamente después de haber tomado conocimiento de la desaparición del niño. En sus vehículos -camioneta y auto- se verificó un rastro positivo del niño”. Caillava y Pérez fueron “los únicos que también abandonaron la localidad de 9 de Julio al día siguiente del hecho, con conocimiento de Maciel, ya a cargo de la investigación y la búsqueda”.
Por todo esto, tanto el fiscal como la Protex plantean su hipótesis: “Nos permite afirmar que el niño no se perdió como afirmaron las personas por las que aquí pedimos su procesamiento -que tampoco lo abandonaron-, y que se montó una escena para hacer creer que así había sucedido. En ninguna oportunidad se hallaron rastros fehacientes del niño que lo ubicaran fuera de la órbita del naranjal, nadie escuchó ni un grito, llanto o pedido de auxilio”.
La continuidad del caso
A la consulta sobre si el pedido de procesamiento fue tardío, el abogado Gallego responde: “No lo calificaría como tal. Nosotros veníamos preocupados por la falta de participación de los fiscales en la última etapa probatoria, en lo que hace a la recolección de pruebas, examen de testigos, audiencias y esto sí nos tenía altísimamente preocupados. Creemos que lo que tiene que ver con el pedido de procesamiento es oportuno, porque precisamente la prueba que hemos podido redondear en los últimos meses ha convalidado lo que ahora los fiscales analizan como contundente para sostener los siete procesamientos”.
¿Cuáles son los pasos a seguir? “La jueza va a analizar los pedidos de procesamiento y es probable que antes de fin de año se expida sobre estas cuestiones. Entiendo que con total claridad va a procesar a los siete y esto significaría llegar a un estadío procesal que va enfilando hacia un posible juicio oral, que por ahora iría con estas calificaciones: captación, sustracción, secuestro de un niño y encubrimiento por parte de Maciel”.
Agrega Juan Pablo Gallego: “Todavía quedan diligencias pendientes: testimoniales de diversas personas y careos; en el aspecto técnico, todavía falta cotejar parte de la información del entrecruzamiento de teléfonos entre los imputados; en cuanto a rastrillajes en septiembre se dispuso hacerlos en determinadas zonas donde en rigor se hizo mal, y esa es una área que incluye a cuatro lagunas. Esto se intentó hacer entre el 15 y el 17 de octubre, pero no se terminó por el mal clima y por la falta de recursos del SIFEBU (Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas): la ausencia de recursos técnicos y de los canes, necesarios para lo requerido por la jueza”.
Concluye el abogado: “La instrucción está prorrogada hasta el 19 de marzo, por lo que es posible que esas nuevas diligencias nos permitan tener otros detalles y complete el cuadro probatorio que ya tiene que ver con el desenlace: dónde está Loan y en qué estado. Mi aspiración es tener resuelto eso antes de la etapa de juicio oral. Queremos encontrar al niño como un elemento útil para terminar de configurar los delitos y para que la familia empiece a tener un poco de paz”.
La pregunta sigue vigente y sin respuesta: ¿dónde está Loan?

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