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Ley Ómnibus: Camarazo contra la represión
Frente al Congreso se organizó un “Camarazo” como reclamo contra la violencia policial que vienen sufriendo no solo manifestantes, sino especialmente quienes realizan la cobertura periodística de lo que sucede. Las características del nuevo gas que utilizan las fuerzas de seguridad, detalles de lo que ha venido ocurriendo y lo que significa un nuevo atentado a la libertad de expresión.
Texto: Francisco Pandolfi
El fondo es el mismo: el Congreso de la Nación Argentina.
Pero esta vez, una multitud de reporteras y reporteros gráficos no están con cascos que recubren sus cabezas; ni con antiparras o anteojos para soldar que les protejan sus ojos; ni pañuelos ni barbijos que resguarden sus bocas; ni máscaras de gas que atajen un químico tan desconocido como asfixiante.
En el Camarazo convocado este mediodía desde la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGra), la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN) y el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa), las caras están descubiertas, las cámaras están alzadas y el grito es al unísono: basta de represión a las y los trabajadores de prensa. Basta de balas de goma, basta de gases.
Y advierten: “Nuestros ojos miran”.
“No estamos en guerra”
“Este protocolo no es para una ciudad como Buenos Aires, no estamos en guerra, no es Palestina, no es Ucrania ni Rusia. Como reporteros gráficos no debemos estar vestidos como soldados con chalecos, cascos de kevlar y máscaras de gases. Tampoco creo que las marchas deban tener esa vista de los reporteros gráficos, preparados para un enfrentamiento; estamos sentando un precedente de que ahora sí pueden disparar a mansalva porque estamos protegidos. Pareciera que quieren implantar lo mismo que sucedió en Chile, donde tiraron de todo y con todo”, define el fotógrafo Juan Pablo Barrientos.
Entre las coberturas del miércoles, jueves y viernes por las manifestaciones contra la Ley Ómnibus que impulsa el Ejecutivo, hubo alrededor de 60 heridos, y más de la mitad fueron trabajadores de prensa, a manos de las distintas fuerzas federales que desplegó la ministra de Seguridad Patricia Bullrich en la plaza del Congreso –Gendarmería, Prefectura, Policía Federal, Guardia de Infantería Aeroportuaria y Policía de seguridad Aeroportuaria–.
“No quieren que la sociedad se entere”
Susi Maresca, reportera gráfica y fotógrafa documentalista, recibió tres balazos de goma. Repudia: “Estamos acá para denunciar todas las violaciones a los derechos humanos. Estamos siendo objetivo de la violencia estatal y policial, porque no quieren que mostremos lo que vemos, que la sociedad se entere de lo que está pasando y de qué modo quieren aprobar esta ley, en detrimento de nuestros derechos humanos y naturales”.
Susi Maresca, una de las fotógrafas reprimidas.
Rodrigo Ruiz integra la revista Cítrica y es otro de los fotógrafos que fue reprimido con balas de goma. “De un momento a otro, sobre esta misma plaza donde estamos ahora parados, recibí tres disparos de la Policía Motorizada Federal, que me dejaron bastante shockeado. Fue la primera vez que me sucedió en todos estos años de laburo”.
La represión a la prensa, en una foto.
El después, no fue menos traumático: “El caudal de sangre que corría sobre mi pierna era considerable. En una posta sanitaria me limpiaron la herida y un compañero me llevó al hospital Ramos Mejía, donde la guardia estaba sin atención administrativa y solo había un médico. Fui al hospital público de Wilde donde me hicieron unos Rayos X y se demostró que tenía alojado un perdigón. Cuando pedí que me lo sacaran, respondieron: ’Tu vida no está en riesgo y para retirarla necesitamos la orden de un juez’. Al día siguiente fui a la Procuraduría contra la Violencia Institucional a realizar la denuncia y me remitieron al cuerpo médico forense en el cual consta la sugerencia del fiscal de retirar el objeto. Sin embargo, ahí tampoco me extrajeron la bala porque en ese lugar no había ‘herramientas para tratar a gente’, así que la bala me la terminó sacando una persona conocida”.
Rodrigo Ruiz, reportero gráfico que sufrió tres balazos de goma.
Libertad de expresión
En el Camarazo, hay una canción que se repite en loop: “Unidad de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode, se jode”. También se canta contra Patricia Bullrich, responsable política de la acción policial: “Este Camarazo tiene una razón muy puntual, que es el atentado a la libertad de prensa por parte de las Fuerzas de Seguridad que atacaron indiscriminadamente a un montón de colegas de diferentes formas, no solo con balazos de goma, sino también con gases lacrimógenos. Hay que visibilizar este avance ilegal”, expresa Gabriela Salomone, docente de ARGRA. Completa: “Hay una campaña de amedrentamiento y miedo. Nadie está buscando violencia, ni enfrentamiento, simplemente queremos registrar lo que está ocurriendo. Somos fotógrafas y fotógrafos trabajando, nada más”.
Analiza Mariana Nedelcu, fotógrafa freelance: “No podemos documentar con libertad, hay claramente un ataque dirigido hacia la prensa”.
¿Qué es lo que más te sorprendió de estos días de represión?
–Varias cuestiones. Por un lado, esta especie de ensañamiento con nosotros; el hecho de no dejarnos mostrar lo que está pasando; por otro lado, el uso de este gas que no sé ni cómo llamarlo. Es muy fuerte y ha anulado a varios compañeros y compañeras, ya que te impide ver correctamente. Sin ir más lejos, en una de las jornadas de la semana pasada ligué gases sin haber estado de frente, sino de rebote. Durante toda la jornada no vi bien, hice fotos sin saber si estaba enfocando o no. Además de la vista, quema la piel, arde y dura muchísimas horas, algo que antes no era así. Realmente no te permite trabajar. Lo otro que me llamó la atención es la presencia ridícula, absurda y desmedida de la cantidad de Fuerzas de Seguridad alrededor del Congreso. No tiene explicación más que un show que están haciendo, en el que nos encierran con unas coreografías que antes no se veían.
Hablaste de ensañamiento. ¿La prensa fue un flanco a apuntar directamente?
–Sí, porque si bien han reprimido a todo el mundo, no solo a los trabajadores de prensa, es un dato objetivo que hay un número muy grande que fue agredido y reprimido; los datos lo demuestran, hay un ataque directo que tiene que ver con no dejarnos documentar, que es lo que debemos hacer y vamos a seguir haciendo.
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30 preguntas desde la comunidad travesti a nuestras disidencias: un llamado a la acción y la autocrítica
Por Marlene Wayar
1. ¿Cómo podemos construir una resistencia real frente al fascismo, más allá de la euforia y los slogans, que nos permita sobrevivir y generar cambios duraderos?
2. ¿Qué acciones concretas debemos tomar para evitar ser utilizadas como «chivos expiatorios» en los discursos de odio y violencia del poder?
3. ¿Cómo nos enfrentamos al uso político de nuestra existencia por parte de movimientos progresistas que nos dieron espacios sin poder real ni respaldo presupuestario?
4. ¿Por qué hemos permitido que nuestra representación en las instituciones sea simbólica y no estructural?
5. ¿Qué estrategias debemos adoptar para recuperar y fortalecer el estatus ciudadano que nos están arrebatando?
6. ¿Cómo respondemos a la narrativa que nos acusa de ser una «excentricidad caprichosa» sin interés en los problemas de la sociedad en general?
7. ¿Por qué no hemos priorizado construir una comunidad que proteja a nuestras viejas y las voces históricas que han clamado por dignidad y justicia?
8. ¿Cómo rompemos con la lógica binaria y superficial que se replica en nuestras propias redes sociales y espacios de visibilidad?
9. ¿Qué hemos aprendido del modelo brasileño, donde personas trans están ocupando espacios en el Congreso y visibilizando agendas inclusivas para todas las comunidades?
10. ¿De qué manera podemos reorientar nuestras luchas hacia un activismo que sea percibido como válido y necesario por toda la sociedad?
11. ¿Cómo reconstruimos el tejido comunitario, dañando por años de individualismo y desmovilización?
12. ¿Qué podemos aprender de las comunidades originarias, migrantes pobres, quienes también están siendo atacadas por los discursos de odio?
13. ¿Cómo podemos articularnos con otras luchas, como la de los pueblos originarios, las mujeres pobres, las trabajadoras sexuales y las comunidades afrodescendientes, para construir alianzas sólidas y efectivas?
14. ¿Por qué no hemos aprovechado la libertad conquistada para romper con el sistema establecido en lugar de replicarlo?
15. ¿Qué papel juega la cultura en nuestras luchas, y cómo podemos hacer que nuestras expresiones artísticas lleguen a tocar otras vidas más allá de nuestros propios nichos?
16. ¿Cómo enfrentamos la instrumentalización de nuestras identidades por parte de quienes buscan distraer al pueblo de los problemas estructurales del capitalismo, el patriarcado y el colonialismo?
17. ¿Estamos creando espacios seguros y significativos para nuestras infancias travestis y trans? Si no, ¿qué nos lo ha impedido?
18. ¿Cómo podemos construir un humor y una narrativa que no se burle de quienes ya están en el suelo?
19. ¿Qué nos falta para reconocer la importancia de proteger nuestra memoria colectiva y honrar nuestras historias sin convertirlas en herramientas frívolas de consumo?
20. ¿Qué lecciones podemos extraer de nuestra convivencia con burócratas que prometieron apoyarnos y nos traicionaron?
21. ¿Cómo nos preparamos para enfrentar la violencia estatal que se cierne sobre nosotras, especialmente en este contexto de fascismo explícito?
22. ¿De qué manera podemos recuperar el respeto hacia nuestras comunidades, evitando ser colonizadas por narrativas globales que borran nuestras especificidades locales?
23. ¿Qué hemos dejado de lado en nuestra lucha por derechos colectivos al concentrarnos en obtener visibilidad individual?
24. ¿Cómo enfrentamos las contradicciones entre el deseo de unidad y la desconfianza hacia quienes se suman solo en momentos de crisis?
25. ¿Qué estrategias podemos implementar para crear autonomía económica y social dentro de nuestras comunidades?
26. ¿Por qué hemos permitido que la lucha por la «libertad» sea cooptada por dinámicas de frivolidad y banalidad?
27. ¿Cómo enfrentamos la sensación de que llegamos tarde a este reclamo, y qué podemos hacer con el tiempo y los recursos que aún tenemos?
28. ¿Qué formas de autocrítica nos permitirán no caer en los mismos errores que nos han llevado a esta precariedad política y social?
29. ¿Cómo podemos canalizar el enojo y la indignación para construir un movimiento más fuerte y cohesionado?
30. ¿Qué mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, y qué estamos dispuestas a hacer hoy para lograrlo?
Reflexión, estrategia y contradicciones: un llamado urgente
No podemos seguir librando esta batalla como si fuéramos iguales a quienes nos atacan. Nuestra fuerza debe nacer de la decisión consciente y de un equilibrio entre firmeza y afabilidad. Firmeza para evitar el Yo que todo lo puede, y la afabilidad de escuchar otras ideas de manera receptiva y hacer crecer esas ideas. No podemos comprometernos con el odio ni embellecer nuestras propias fallas. La maldad debe quedar desacreditada bajo cualquier circunstancia.
Debemos abandonar la violencia directa como estrategia, pues al combatir golpe por golpe solo alimentamos al odio y nos enredamos en pasiones que nos desgastan. La verdadera resistencia comienza en casa: debemos observarnos, identificar y trabajar nuestras propias deficiencias sin enfrentarlas con violencia interna. Al hacerlo, las armas del odio pierden su filo, incapaces de encontrar adversario.
El progreso en el sentido del bien debe ser nuestra mayor herramienta. En lugar de dirigirnos únicamente contra quienes nos odian, nuestra tarea es interpelar al pueblo: a nuestras familias, vecinas, compañeros de trabajo y quienes nos conocen. Es su responsabilidad protegernos, comprender que el odio no es una herramienta de gobernanza y que no deben convertirse en las manos ejecutoras de un poder macabro. Un país que niega 30.000 desapariciones o que simplemente dice “yo no sabía” debe hoy ver que se están re-configurando nuevos campos clandestinos y que el objetivo somos nosotras.
Pero aquí me encuentro, habitando una contradicción profunda. No puedo dejar de sentirdesazónal ver cómo se nos exige seguir luchando, sin permitírsenos siquiera envejecer en paz. Me dicen que me despreocupe, que serán creativas e incluirán, pero me queda claro que debo ocuparme yo misma, aun cuando ya lo he dado todo. No es metiendo nuestra identidad en el armario que vamos a convocar a nadie contra el fascismo y el antirracismo, convocamos nosotras travestis, maricas, lesbianas, nobinaries … somos nosotras el blanco de tiro.
Les dimos un país transformado, con una Ley de Identidad desesperada y errónea, pero que reconoció finalmente un cupo laboral, sin antes haber reparado el genocidio travesti que era un imperativo colectivo. Nuevamente son los privilegios lo que mueve, mientras el hambre de alimento y abrazo de las viejas espera mejores tiempos ¿Para qué? Para ser payasas de un peronismo estúpido que ahora les suelta la mano mientras chupa cirios. Gritan «no tenemos miedo» y tiran frases vacías con los nombres de mis amigas muertas como si fueran una droga más. Dejen de drogarse con muestras muertas. Sus nombres no son amuletos ni mercancías para toda esta euforia vacía.
¿Y qué hicimos que no vemos los resultados de la Ley Micaela? ¿Por qué nadie, ni siquiera dentro de nuestra propia comunidad GLBTTI, conoce a las funcionarias que no funcionaron? ¿Convocaran a sumarse a la marchas las rectorías universitarias? ¿Un sábado no laboral irá la clase trabajadora? ¿Qué cuerpos tomarán la responsabilidad? Este reclamo llega tarde, no porque no sea necesario, sino porque ahora tenemos enfrente un Estado capaz de dispararnos a plena luz del día, matándonos en tacos altos y con brillos a las cuatro de la tarde.
Nuestra energía no debe perderse en redes sociales donde reina la irracionalidad y la mala fe. Es inútil discutir con quien ha decidido no escucharnos. Debemos centrar nuestra acción en despertar conciencia y solidaridad en el resto de la sociedad, interpelando a quienes aún pueden actuar desde la animalidad de proteger su prole, no desde el odio. Dejemos de emplear la palabra humanidad como un término con el presupuesto de bien: hasta las disputas por el territorio entre machos animales se dan sin producir un genocidio. El genocidio, sí es humano, lo ha sido y el que se cierne sobre nuestras cabezas lo será.
Hoy más que nunca, necesitamos construir una comunidad enérgica, honesta y solidaria, capaz de avanzar con convicción hacia un futuro donde el odio no sea la respuesta, sino el reconocimiento y la dignidad para todas las personas, incluso mientras discutimos las identidades. Entreguen lo hombre y lo mujer que nos resta identidad y tanto escozor les da. Que el buen sentir-pensar sea nuestra revolución, que la memoria sea nuestra guía y que el amor por nuestras muertas nos inspire a cuidar a las vivas.
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Marcha nacional antifascista y antirracista: a moverse
Por Claudia Acuña. La cita es el próximo sábado 1º de febrero a las 16 y la convocatoria es clara: marcha nacional antifascista y antirracista desde Congreso a Plaza de Mayo. Para seguir bordando los detalles habrá una nueva asamblea el 29 de enero a las 19 en este mismo lugar: el anfiteatro de Parque Lezama. Quien haya prestado atención a las gotas que conforman esta marea que desbordó hoy esa ágora sabrá que allí se celebró el festival de apoyo al pueblo jujeño en esa represión que anticipó lo que ahora sufrimos a escala nacional. Hoy y en pocas horas, con las mismas herramientas de autogestión, se congregó una multitud que escuchó atenta durante más de tres horas exposiciones breves, agudas, precisas, de voces que representaban experiencias diversas, todas políticas y casi ninguna partidaria, al menos en el sentido tradicional. Es enero, la tarde arde, no hay aroma a miedo sino a rabia y lo que aquí late es pura necesidad, es urgencia y es convicción: hay que hacer algo, ya.
Quienes podrían confundirse con referentes de la organización no hablaron: escucharon. Así debe hacerse política en estos tiempos.
Susy Shock, Marlene Wayar y Carola, de la organización Nietes.
En el desfile de intervenciones solo hubo dos expresiones de la política representativa, por así decirlo: la diputada Mónica Macha y la legisladora porteña Celeste Fierro. Ninguna fue ni ovacionada ni abucheada, lo cual es mucho decir. Los aplausos los cosecharon quienes fueron al hueso. Cuatro ejemplos:
La Kalo, drug queen: “Reconozcamos algo: no es que un día nos despertamos y nos estaban gobernando los fascistas. Esto fue un proceso y ese proceso tiene responsables. No nos olvidemos ahora quiénes se pintaron la carita con glitter para la foto. Esto no nos sorprendió, pero sí nos descolocó. Necesitamos entonces volver a nuestro eje. Como vieja bruja que soy les digo: elijan las batallas que hay que dar. No se dejen llevar por la agenda de los fachos. Esto no es solo contra nosotres. Esto es una lucha de clases. Esto es contra los jubilados, contra la universidad y la salud pública, contra la cultura, contra los derechos humanos. Y con todas esas personas tenemos que estar en la calle hoy. Si queremos que nos acompañen, tenemos que acompañar. ” (La multitud grita. “Madres de las Plaza, el pueblo las abraza”).
La multitud reunida de un día para el otro en el anfiteatro de Parque Lezama: «Por favor: basta de redes. Vuelvan a las calles. Porque en las calles están durmiendo hoy las compañeras que no tienen ni para comer» .
Lara Bernasconi, activista trans: “Como toda trava, como todo puto, como toda torta, como todo no binarie soy sobreviviente del fascismo. Pero nunca, ni a palos, me pudieron borrar la sonrisa que me provoca la alegría de saber quién soy. No tengamos miedo Nunca Más”.
Georgina Orellano, trabajadora sexual: “Nos pidieron que no hagamos catarsis, pero un poquito voy a hacer. Dejemos de llorarle a los pakis influencers que nos apoyen. Por favor: basta de redes. Vuelvan a las calles. Porque en las calles están durmiendo hoy las compañeras que no tienen ni para comer. Y a ellas les tenemos que ir a pedir perdón por haberlas abandonado. Porque con el cupo trans nos dieron trabajos miserables y precarios. Porque no le debemos nada a ningún ministerio y mucho menos al feminismo blanco. Y porque ahora no queremos salir a la calle a exigir migajas: queremos todo lo que nos deben. Y esto no se lo gritamos solo a Milei, sino a quienes vengan después. Lo que sí sabemos es que lo que estamos sufriendo ahora no lo estamos sufriendo solo nosotras ni es solo contra nosotras: esto es contra la democracia y eso es lo que hay que salir a defender. Nuestra dirigencia está durmiendo, pero nosotras estamos acá bien despiertas y organizando qué hacer.”
Otra voz: “No es lo mismo ser trolo, torta o trava en CABA que en el conurbano. No es lo mismo ser blanco, rubio y de ojos celestes que marrón. Todes sabemos por qué y por eso este movimiento si pretende luchar contra la injusticia, la violencia y la desigualdad, si pretende defender la diversidad, la democracia y la alegría, además de antifascista tiene que ser antirracista”.
Un homenaje alado a Lohana Berkins.
Hay más, por supuesto, pero el anfiteatro ya desborda y el pequeño amplificador de voces no alcanza a transmitir la potencia de cada palabra.
Lo que se siente entonces es ceremonia de estar ahí, tantas personas, tantas voces, tantas ganas.
Lo que se amplifica entonces es el latido social que agita el reloj de los tiempos.
A mi lado están Susy Shock, Marlene Wayar y Carola, la joven integrante de Nietes, atentas, sonrientes, expectantes. “Lo importante ahora es preguntarse tanta gente para qué”, advierte Wayar. Completa Shock: “Cuidar el espíritu de la convocatoria que es claro, directo y universal. Hoy el mundo debería estar organizando esta gran marcha antifascista y antirracista”.
También está Manu Fanego, que a manera de saludo dice, simplemente: “Les he visto”. Recuerda así las palabras finales de la obra que interpretó en nuestra MU Trinchera Boutique, días antes de las elecciones que consagraron esta barbarie. Su título era Preciado, se basaba en textos de ese filósofo trans y premonitoriamente concluía así:
“Les he visto salir por centenas del subte, llegar por todas las calles, desde el norte y desde el sur, caminar en grupo, llegar en bici o a pie, y reunirse en el parque como una bandada de pájaros que vuelan y se posan al unísono. Les he visto. La historia de la violencia se detiene en sus miradas. Una revolución comienza así, con una sacudida del tiempo que hace que la repetición obsesiva de la opresión se pare para que pueda empezar un nuevo ahora. Todo tiene que cambiar. La Historia no ha hecho más que comenzar. Les he visto: por eso ya no tengo miedo de lo que pueda ocurrir”.
#NiUnaMás
La actualidad en una foto: los privilegios del poder
Por Claudia Acuña.
25 femicidios en 24 días: esa violencia criminal es para el gobierno de Javier Milei un privilegio.
17 infancias huérfanas en 24 días: el Presidente también considera que otorgarles el subsidio de la Ley Brisa –equivalente a la jubilación mínima– es otro privilegio.
En la continuidad discursiva que desplegó en el Foro Económico de Davos se anunció ahora la elaboración de un proyecto de ley para eliminar la figura de femicidio, además de derogar las leyes de cupo laboral trans y los DNI no binarios. El ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona lo proclama con el nombre “igualdad ante la ley” y el propio gobierno reconoce que no tiene ninguna posibilidad de ser aprobado.
¿Entonces?
“Bizarro” calificaron en Davos el discurso de odio del Presidente argentino, según informa la periodista Luisa Corradini, la única que presenció el momento en el que Milei agravió
–¿sin saberlo?– a personas claves para seducir inversiones, el cual se supone es el objetivo que persigue todo funcionario en esa cumbre. Quizá por estar torpemente pronunciada o redactada, su cita del caso de Zachary y William Zulock –una pareja que abusó de sus dos hijos adoptivos y que en diciembre fue condenada a 100 años de cárcel– resonó como una acusación de pedofilia a todos los matrimonios igualitarios. Los asistentes al Foro señalaron además la desafortunada coincidencia: el flamante secretario del Tesoro de los Estados Unidos designado por Donald Trump es, justamente, Scott Bessent, casado con John Freedman y padre de dos hijos adoptados.
¿Entonces?
El Estado argentino otorgó en 2011 rango constitucional al Tratado de Belén Do Pará que lo obliga a implementar políticas y programas para erradicar la violencia contra las mujeres, personas trans y no binarias. En los últimos años ya fue apercibido dos veces por el Comité encargado de hacer cumplir ese tratado en los países miembros de la ONU. En ambos casos Argentina logró eludir la condena porque aceptó la culpa y suscribió un “acuerdo amistoso” que la obliga a cumplir una serie precisa de medidas. Es decir: el Estado argentino está ahora mismo obligado a algo así como una probation y al no cumplirla se expone a sanciones, especialmente económicas.
¿Entonces?
Este año y en octubre hay elecciones de medio tiempo. Se renueva media Cámara de Diputados y media de Senadores, pero hay mucho más en juego: la credibilidad del gobierno, la solidez del plan económico, el futuro. Por eso mismo a fines de diciembre el Gobierno adjudicó a 15 consultoras la realización de encuestas, focus groups y entrevistas en profundidad. La licitación fue publicada en el Boletín Oficial, detallando un esquema que incluye 66 tipos de estudios y montos que superan los 4 millones de pesos por encuesta, todas destinadas a monitorear la gestión en la opinión pública. Aunque formalmente el plan debe ponerse en marcha a partir del inicio legal de la campaña electoral previsto para el próximo 17 de junio de 2025, una de las seleccionadas es la consultora Julio Francisco Antonio Aurelio S.A que ya realiza para el gobierno monitoreos diarios.
¿Entonces?
Gustavo Córdoba, experto en análisis de opinión pública, calcula que el piso de apoyo electoral a la Libertad Avanza está en el orden del 30/35 %, cifra que no alcanza ninguna otra fuerza opositora en virtud de la actual fragmentación.
La postal actual la sintetiza así:
- Una oposición sin liderazgos a la cual le es muy difícil armar un anti-mileísmo porque todavía es mayor el anti-kirchnerismo.
- La mayor parte de los representantes políticos, con sus apoyos tanto como con sus ausencias y silencios, suman al oficialismo.
- Los fuegos artificiales del Presidente dejan en las sombras la falta de resultados concretos de sus últimos viajes: asunción de Trump, Davos.
¿Entonces?
El mismo día que el Presidente agitaba odio e impunidad en Davos, a Malena Soto la degolló su pareja. Tenía una hija de 5 años y en su foto de perfil había escrito la siguiente frase:
“Nací para ser libre, no asesinada”.
¿Entonces?
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