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Ómnibus marcha atrás: no fue ley

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El oficialismo no avanza, puso el freno a la discusión parlamentaria, y mandó a comisión la llamada Ley Ómnibus (“Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos”) ante el fracaso de su intento de aprobarla a cualquier costa. De ese modo quedaron anulados los artículos que se habían votado en particular este martes, y la aprobación en general producida la semana pasada.

El reflejo inmediato se vio en las calles de Buenos Aires, donde la gente salió con sus cacerolas y el tránsito fluía al son de los bocinazos celebratorios, con la policía antidisturbios esta vez en un rol más bien decorativo mientras se convertía en tendencia un nuevo nombre: Javier Niley. El cambio inesperado en plena sesión, el cuarto intermedio con diputados en fuga, los razonamientos en el recinto y la recomendación de no subirse a ningún pony.

(Esta producción de lavaca se hizo gracias al esfuerzo de Anabella Arrascaeta, Lina Etchesuri, Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi).

La policía garantizaba el flujo de tránsito a las 8 de  la noche de este difícilmente olvidable 6 de febrero en Rivadavia y Callao, frente al Congreso Nacional. Un día de 43º de sensación térmica, y tarifazo de bochorno en los medios de transporte. Ante la policía, la gente permanecía en las veredas, golpeando tachos y cacerolas. Esta vez en tono de fiesta.

Entonces los autos pasaban y tocaban bocinazos también celebratorios y compartidos hacia quienes estaban en la vereda. Los colectiveros también. La policía miraba ese flujo de festejos, sometida a la irrelevancia con sus trajes antidisturbios, obligada a cuidar un orden que se cuidaba solo. Cuando la luz se ponía roja, la gente de la vereda pasaba a la acera, frente a los automovilistas, a continuar armónicamente ese concierto de cacerola y bocina. Al cambiar la luz, volvían a la vereda. Y la fiesta volvía a empezar. En este lugar comenzó la oposición a la actual gestión, la noche del 21 de diciembre, cuando Javier Milei acompañado por un grupo de seguidores y ministros anunció el DNU, dando lugar al nacimiento del primer cacerolazo que se concentró, justamente, frente al Congreso.

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Seguir perdiendo

Todo había empezado un rato antes, en el palacio legislativo: la Cámara de Diputados. El diputado Eduardo Valdés advirtió a lavaca lo que resultaba un misterio. Hubo primero un cuarto intermedio con jefes de bloque oficialistas y amigables opositores que huyeron del hemiciclo para reunirse quién sabe dónde con el presidente de la Cámara, Martín Menem. La movida había comenzado cuando Miguel Pichetto (Hacemos Coalición Federal) dijo durante el debate: «Al oficialismo le pedimos que tenga una cuota de flexibilidad, les encanta seguir perdiendo». Nueva demostración de opositores queriendo facilitarle a Javier Milei las cosas, sin éxito.

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Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Se produjo la reunión secreta, a la que no pudieron asistir Miriam Bregman (Frente de Izquierda) ni Germán Martínez (Unión por la Patria). Martínez luego aclaró a lavaca: “Nunca hay que tratar de ir a una reunión a la que no te invitan”. Oficialistas y opositores colaboracionistas volvieron al rato y allí Oscar Zago (La Libertad Avanza) pidió la palabra y propuso el envío de la Ley Ómnibus a comisión. El asombro inundó a la Cámara, y en el Salón de los Pasos Perdidos se veía a asesores y asistentes varios mirando las bellas baldosas en silencio, y a demasiados otros riendo, aplaudiendo y abrazándose.

La propuesta de Zago, votada a mano alzada, implica que todo lo discutido hasta ahora vuelve atrás: tanto la aprobación en general de la Ley como los puntos votados este martes en particular. Fue asombroso saber que el ministro del Interior, Guillermo Francos, en televisión, dijo que “solo va a comisión el tratamiento en particular” de la Ley, desconociendo la metodología parlamentaria: el paquete entero propuesto por el Ejecutivo debe ser tratado desde cero en comisiones, como ocurrió durante el último mes.

Apareció un comunicado de LLA: «La traición se paga cara y La Libertad Avanza no va a permitir que los gobernadores extorsionen al pueblo para mantener sus privilegios. La Ley Bases vuelve a comisión».

Otro de Presidencia de la Nación: “Este martes, los gobernadores tomaron la decisión de destruir la Ley ‘Bases y Puntos para la Libertad de los Argentinos’ (sic) artículo por artículo, después de acordar acompañarla”. Quien escribió esto supone además que la actitud de los gobernadores implica “traicionar a sus votantes”.

Fotos Lina Etchesuri para lavaca 

Un tercer comunicado, obviamente por Twitter (X) fue del propio Javier Milei. Título: “La casta contra el pueblo”. Nuestro programa fue votado por el 56% de los argentinos y no estamos dispuestos a negociarlo con quienes destruyeron el país”, plantea, como ajeno a todos los problemas. Remata: “Vamos a continuar con nuestro programa con o sin el apoyo de la dirigencia política que destruyó nuestro país”. El ministro Guillermo Francos planteó que el modo de continuar adelante puede ser mediante una consulta popular o por DNU. Los medios oficialistas balbuceaban la hipótesis del plebiscito, o la desmentían, confirmando cierto estado de desorientación en un grupo gobernante en el que Karina Milei, Santiago Caputo, Nicolás Posse, Luis Caputo, Victoria Villarruel, Federico Sturzenegger, Patricia Bullrich y Mauricio Macri siguen haciendo sus propios juegos, mientras Sandra Pettovello convoca a los sectores más castigados de la comunidad a hacer fila para no atenderlos.  

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Fotos Lina Etchesuri para lavaca

En Diputados

El ambiente se había empezado a tensar cuando llegó la votación del segundo capítulo de la Ley: los artículos 3 y 4 contenían las facultades delegadas. De 11 ya habían bajado a 6, y por un año.

El artículo resultó afirmativo con 134 votos: 37 de La Libertad Avanza, 37 del PRO, 29 de UCR, 12 de HCF, 9 de Innovación Federal, 3 de Independencia, 2 de Producción y Trabajo, 2 de Buenos Aires Libre, 1 de Avanza Libertad, 1 de CREO, y 1 de La Unión Mendocina. En contra fueron 119: 97 de UxP, 5 del FIT, 11 de HCF, 4 de la UCR, y 2 de Por Santa Cruz. 

El capítulo 4, establecía las bases de las delegaciones. Emilio Monzó (Hacemos Coalición Federal)  interrumpió a Bornaroni, encargado del gobierno de informar sobre los artículos, mientras leía: “Son 500 y pico de artículos, si vamos a leer cada uno y tardamos 3 minutos en votar, son 10 días solo votando. Si sumamos los 10 minutos de cada orador, vamos a estar un mes votando. Economicemos el tiempo porque sino la ley no sale”.

Lo engorroso del tratamiento se daba porque el oficialismo seguía buscando acuerdos y la letra de muchos artículos se habían modificado desde el dictamen de mayoría firmado dos semanas atrás, a esta altura una eternidad. Pero se complicó más: Rodrigo De Loredo, UCR, pidió que el artículo 4 se vote por inciso. 

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Fue el artículo que más intervenciones tuvo: la mayoría de rechazo. Cristian Castillo, del Frente de Izquierda, dijo que los diputados y diputadas que votaran ese capítulo se tenían que hacer cargo de que estaban estableciendo “una dictadura civil”. Pablo Juliano, UCR, remarcó que era difícil separar la delegación de facultades de un control y anticipó el voto en contra. Carla Carrizo, del mismo partido, retrucó en el otro sentido: “Lo nuestro siempre fue gobernabilidad con control”. Las voces en contra se multiplicaban. Mónica Fein, de Hacemos Coalición Federal, no iba a acompañar pidió que se tenga en cuenta el dictamen de minoría que impulsaba junto a Margarita Stolbizer, Natalia De la Sota y Esteban Paulón. Cuando habló Paula Oliveto, Coalición Cívica, dejó en claro que su espacio no iba a acompañar lo que consideraba “darle un cheque en blanco al gobierno de Milei”, y agregó: “Tenemos temor a una democracia débil porque una democracia débil termina dejando a todos nosotros en una situación de indefensión. no se puede ser medio republicano, a la república se la defiende siempre”. En ese momento Elisa Lilita Carrió tuiteaba que dar facultades delegadas era “traición a la patria”. 

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Fotos Lina Etchesuri para lavaca

A llegar la noticia del fallecimiento del ex presidente chileno Sebastián Piñera, la cámara se puso de pie e hizo un minuto de silencio. 

Después todo volvió a empezar. Litza, Alianielo, y Ledesma, todos de Unión por la Patria se expresaron en contra. También lo hizo Leopoldo Moreau: “Las facultades hay que dárselas a la sociedad argentina, que se tiene que defender de este atropello”. La lista siguió hasta Moreno Ovalle, único diputado que tomó la palabra para pedir abiertamente desde el oficialismoel voto a favor. 

La votación del artículo 4 se fragmentó tanto que varias veces se tuvo que preguntar qué se estaba votando: del inciso a al g, se votó en bloque: afirmativo. Después empezó la sangría de votos. El inciso h resultó negativo, era el que le daba facultades para transformar, modificar, unificar o eliminar asignaciones específicas, fideicomisos o fondos fiduciarios públicos. El inciso i también negativo, se rechazaba así lo referido a ordenar y regular el sistema energético. El siguiente, inciso j, también negativo: la Cámara no aprobaba fortalecer la actuación de las fuerzas de seguridad en una determinada serie de delitos. Así, aunque se votaban las emergencias, se limitaban las facultades en esas emergencias, y el oficialismo empezaba a quedarse sin puntos neurálgicos de la ley. 

El siguiente capítulo, el quinto, establecía la reorganización administrativa del Estado. Fue rechazado casi en su totalidad. Se votó contra regular y concentrar en un marco regulatorio la organización y funcionamiento interno del Sector Público nacional; transferir órganos o entes a provincias; suprimir competencias, funciones y responsabilidades superpuestas, duplicadas o cuyo mantenimiento se haya tornado manifiestamente innecesario. 

La catarata de rechazos siguió. La Cámara rechazó privatizar total o parcialmente o liquidar empresas, sociedades, establecimientos o haciendas productivas cuya propiedad pertenezca total o parcialmente al Estado Nacional; y acto seguido también dio rechazo a intervenir todos los entes, empresas y sociedades del Sector Público nacional.

Fue cuando el oficialismo pidió 15 minutos de cuarto intermedio. Justo antes de votar el artículo 7 que declaraba las empresas sujetas a privatización. Se intuía lo que luego se supo: no había acuerdo

Ya en el cuarto intermedio, mientras las negociaciones se hacían en otro lado, Pablo Carro, (UxP) comentaba sobre la delegación de facultades legislativas al Ejecutivo que se habían votado favorablemente: “Habría que pasar en limpio el resultado, pero es mucho menos que lo que esperaban. La de seguridad, la de fondos fiduciarios, no van a poder cerrar el Conicet. Este cuarto intermedio es sospechoso, pero también puede significar que no están teniendo los votos suficientes”.

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Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Luego fue el momento en el que Oscar Zago planteó devolver el proyecto a las comisiones, obligando a que todo vuelva a ser nuevamente tratado (si es que el oficialismo insiste). Más tarde Zago declaró que la responsabilidad fue de los  “bloques que responden a gobernadores”. “Lo que faltaron fueron los votos que se comprometieron. Dijeron a la mañana que eran positivos y fueron negativos”. Los desacuerdos: el gobierno no quería coparticipar el impuesto PAIS con las provincias, había diferencias densas con el tema de las privatizaciones, y la oposición estaba además planteando nuevos mecanismos para evitar seguir convirtiendo a las personas jubiladas en objeto de violencia institucional y pauperización masiva, a través de la licuación de sus ingresos. En esas cosas el gobierno se muestra inflexible, y su ministro de economía reincidiente, Luis Caputo, postula la necesidad del sufrimiento (de «los argentinos», no el suyo, obviamente).

La Coalición Cívica (que integra Hacemos Coalición Federal) votó contra la delegación de facultades. Juan Manuel López, jefe del bloque, dijo a lavaca sobre lo ocurrido: “Falta de experiencia, enojo, capricho. Ojalá que el gobierno entienda que el diálogo no es negociación, es charlar para mejorar la ley. Acá manda el número porque en la democracia manda el número. Si hubo extorsiones las tiene que explicitar. Hay cosas que no podían dejar de aprobar y ellos retiraron lo más delicado que era la reforma jubilatoria, que venimos pidiendo hace rato. Acá están barajando y dando de nuevo. Todo volvió a foja cero, y tienen un congreso dispuesto a trabajar todos los días y que estuvo ayudando, pero no se dejan ayudar, no es todo o nada”. Nuevamente se hace poco nítida la diferencia entre oficialismo y ciertas formas de oposición.

En el caso de la UCR el comunicado increíble que emitió compite con LLA por su sesgo oficialista: «Vamos a seguir trabajando para retomar el camino del diálogo constructivo y que este Congreso otorgue los instrumentos que pide el Poder Ejecutivo para llevar adelante su plan de gobierno». Puede recordarse que Milei acusó a los radicales de «corruptos», «coimeros» e «idiotas útiles».

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En otro pasillo el jefe del bloque de UxP Germán Martínez: “Estábamos todos sin brújula, eso es lo que pasó”. Contó que Pichetto le dijo “ganaste pibe, disfrutá”. Sobre lo que vino pasando: “Todo fue importante, el paro, las movilizaciones de la izquierda, la minuciosidad que le pusimos al tratamiento de cada cuestión”. Sobre lo que viene: “Tendrán que procesar el fracaso que tuvieron”. Y otro argumento para que nadie de desubique: «Sigamos trabajando con seriedad y con humildad. Que nadie se suba a un pony».

Mónica Frade (HCF) bajaba la escalera hacia la calle, donde se escuchaban ya las cacerolas: “En la sesión ya nadie sabía lo que estaba pasando porque en tiempo real estaban modificando los artículos. Se había descontrolado todo. Supongo que eso llevó al oficialismo a querer levantar la sesión. Fue desconcertante lo que pasó. Creo que perdieron el rumbo”.

En la calle

La calle, a las seis de la tarde, estaba opaca. Parecía no tener nada que ver con los tres días de la semana pasada. Casi no había fuerzas de seguridad, apenas un puñado de efectivos de la Federal enfrente de jubilados y jubiladas, que no dejaron de cantar un segundo. Enfrente, en la plazoleta del Congreso, más banderas que personas: MST, Política Obrera, Polo Obrero, un sector de ATE, y la convocatoria llamada por Unidxs por la Cultura. El clima reflejaba lo que adentro se estaba votando: a esta hora ya se habían aprobado las emergencias, algunas facultades, pero comenzaban a llegar los primeros rechazos.

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Sobre el costado de la plaza en Hipólito Yrigoyen empezaban a llegar asambleas de barrios porteños y del conurbano. Érica Seitler es concejala del FIT en Moreno, docente, y parte de la asamblea de ese municipio: “El gobierno Milei está dispuesto a entregar todos nuestros derechos, bienes naturales y me queda que la oposición real está acá en la calle. Hay que reforzar la organización. Y que la CGT llame a un nuevo paro”.

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Sobre la plaza, Ana -72 años, de Loncopué, Neuquén-, Estela -64, de Formosa- y Moira -80, del barrio porteño de Bella Vista- dialogan en medio de los primeros rumores que comienzan a circular. Moira: “Este hombre nos vende todo”. Ana: “Está licuando todo el país, los derechos por los que luchamos más de un siglo. No sé qué experimento quieren hacer con entregar el país entero a las corporaciones, a Estados Unidos e Israel. Estamos preocupadas por estos legisladores vendidos. Es urgente estar en la calle”.

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Estela: “Es un momento de expresarse en contra y que los diputados escuchen la realidad, porque se está vendiendo todo”. Ana recuerda la dictadura: “Nosotras la vivimos, pero los civiles volvieron con el menemismo, con Macri y con estos ahora ya por todo. Esos civiles que nunca rindieron cuentas, porque los militares estaban al servicio de este plan. La sensación es que si seguimos así desaparecemos como país”.

A las 19.30 circula una información: la sesión se levantó y todo vuelve a comisión. “¿Qué significa?”, fue una de las preguntas que más se escuchó. Pero los cantos y los primeros bocinazos iban confirmando lo que se tomó como un triunfo de estos días de protesta en la calle.

Así lo interpreta Rubén, 71 años, de Jubilados Insurgentes, que soportaron gases y palos miércoles, jueves y viernes de la semana pasada: “Es un pequeño triunfo, pero el triunfo verdadero es que este gobierno caiga por completo. Ellos, a nosotros, consideran que no producimos. Imaginate que si quieren llevar a la clase trabajadora al semiesclavismo, a nosotros directamente nos quieren eliminar. Somos el blanco predilecto, porque la represión de la última movilización empezó por nosotros. Y acá estamos”.

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La calle, ahora sí, es un festejo. No solamente por las banderas y los que ya estaban una hora y media antes, cuando las caras estaban largas, sino autos, motos y hasta colectivos que no paran de tocar bocinas. De pronto, esos mismos vehículos que la policía está dejando circular previniendo cortes tanto en Rivadavia como en Callao, se convierten en un festival de bocinas que expresan puro festejo. Pasan autos con ventanillas abiertas y manos al aire que muestran diversos carteles de cara a las banderas y las propias fuerzas:

  • “Basta de ajuste y represión”.
  • “No a la ley ómnibus”.
  • “Milei, vos sos la dictadura”.
  • “Argentina en peligro x la concentración de poderes en manos del gobierno”.

Nelson, 35, tiene uno de esos carteles: “Más que un festejo, es una medida de lucha. Para apoyar hay que salir a las calles, apoyar el plan, la CGT y CTA tienen que llamar a paro hasta que caiga el DNU, y no se puede dejar que el ajuste pase. Es ahora o nunca”.

Se hace de noche y el clima es futbolero, sonrisas, abrazos. Los autos circulan por avenida Rivadavia y por Callao, y las manifestaciones se llevan adelante de forma pacífica en las veredas y la plaza. Hay un grupo sobre la esquina del Congreso que, al menos durante media hora, sostiene una coreografía interesante y muy divertida: cuando el semáforo corta en Callao, salen a la calle a cantar y cacerolear sobre Callao, y cuando el semáforo corta Rivadavia, repiten la secuencia sobre esa avenida. La policía no puede decirles nada, porque el semáforo está en rojo. Así una vez, y otra, y otra, y otra, de una esquina a otra.

Maca y María son dos de esas personas, docentes de La Plata. Estaban desde las seis, cuando ya las facultades extraordinarias parecían un hecho consumado: “Es una victoria, un primer triunfo del pueblo, así que estamos contentos. Pero ojo, cada vez tenemos que ser más. Se puede. Y hay que recordar: en los tres días que estuvimos movilizando, la represión fue tremenda, con gases, palos y detenidos. Por eso se festeja así”.

¿Qué significa esto?

-Que luchar sirve.

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Jubilados: el triunfo es seguir

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El Congreso de la Nación convirtió en ley el primer triunfo social que se logró al sostener en la calle, todos los miércoles y durante casi dos años, un reclamo que ni los gases ni los palos ni las detenciones arbitrarias pudieron desalentar.

Lo que deriva, ahora, es también el primer gran desafío político para un gobierno agobiado por la debilidad de su plan económico –debilidad que ahora quiere atribuir a esta decisión legislativa– y desgastado por una retórica abusiva que lo está dejando sin aliados y rodeado únicamente por aduladores, odiadores y especuladores.

La aprobación de un aumento de las jubilaciones del 7,2%, un incremento del bono de 70.000 a 110.000 y la extensión de la moratoria extinguida por decreto fue suficiente para que, además, comenzaran los reproches públicos de la interna oficialista, que tuvieron a la gran perdedora de esta pulseada –la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich– como vocera.

La estrategia de la ministra de sofocar con palos y criminalización el reclamo social dejó ayer en evidencia su fracaso, tal como había sucedido en su anterior gestión al frente de esa cartera en tiempos de Mauricio Macri presidente.

Lejos de aprender la lección, la repitió cosechando idéntico resultado. Lo sintetiza Beatriz Blanco, 81 años, la jubilada golpeada, tumbada y gaseada durante una la jornada de protesta del 12 de marzo (en la que también fue atacado el fotógrafo Pablo Grillo que continúa su arduo proceso de rehabilitación): “Si no aflojamos, lo logramos: esa es la lección de hoy”.

Beatriz no está confiada ni esperanzada: “Estoy decidida”, dice para definir qué espera en los próximos días, cuando se defina si el Congreso apoya o desactiva el anunciado veto del presidente Milei.

Esa decisión que define el estado de ánimo de Beatriz tiene un por qué: “ya no estamos tan solos y eso nos permite creer en nosotros. Nuestra fuerza es seguir”.

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La independencia de los jubilados

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Hubo marcha alrededor del Congreso vigilada por 26 vehículos de Gendarmería y Policía Federal como anticipo de las movilizaciones convocadas para la semana próxima. Sin embargo fue un 9 de Julio sin violencia contra quienes manifiestan, mientras lavaca planteaba una pregunta a jubiladas y jubilados: ¿De qué hay que independizarse?  

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

Fotos: lavaca.org

“Tengo 48 años de aportes y no llego a 500 mil pesos de jubilación. No puede ser que ni siquiera tenga para un gustito de comprarme un dulce de batata” dice a lavaca Hugo, 74 años, mientras marcha alrededor del Congreso. Tiene una barba blanquísima que le envidiaría Papá Noel. Vino desde Villa Domímico. Su síntesis para un 9 de Julio: “De lo que tenemos que independizarnos es de este gobierno, que no da para más”.

La independencia de los jubilados

El 9 de julio de 1816, el Congreso de Tucumán, integrado por representantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata, proclamó la Independencia de estas tierras. Ese día, las manifestaciones populares se concentraron en los alrededores de la Casa de Tucumán, coreando el grito de «Viva la Patria». 

209 años después, este 9 de julio de 2025, afuera de ese Congreso de la Nación integrado por diputados y senadores, jubiladas y jubilados proclaman de qué falta todavía independizarse en un contexto de jubilaciones licuadas (el haber mínimo a $379 mil), de barrida de la moratoria previsional y de la gratuidad los remedios.

Hugo sigue describiendo la situación tras sus 48 años de aportes, a través de un montón de preguntas: “¿Dónde está lo que pagué durante tantos años? ¿Cómo como? ¿Cómo vivo? ¿Quién me explica eso?”. Agrega otro elemento: “Soy epiléptico, tomo un remedio que me sale 200 mil pesos. Con mi señora ya no comemos a la noche. Esto es una esclavitud”.

La independencia de los jubilados

Un dolor en el pecho

Graciela, 78 años, es de Libertad, Merlo: “Tenemos que independizarnos de esta mierda de gobierno y de todo lo que nos explotan día a día. Estoy viviendo mal, no me puedo comprar los remedios que necesito. Nos han quitado todo a los jubilados. Este es un gobierno democrático, elegido por una votación, pero tremendamente dictatorial”. 

Un poco más joven, Osvaldo tiene 72 julios. Llegó desde Claypole donde vive. Dice que hay que independizarse de lo que define del siguiente modo: “Es una mafia que está regalando el país, todos los bienes naturales. Volvimos a depender de Estados Unidos, nos endeudan cada vez más, es un desastre”. Cuenta que cobra la mínima y que tiene un dolor en el pecho cada vez que lo visita alguno de sus seis nietos: “Me piden un yogur y no se los puedo comprar. Mis hijos no me ayudan aunque quieran, porque están peor”. Hace una pausa. Confiesa. “Te digo la verdad: ya no ceno, me tomo un té, no me da para otra cosa”.

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Lo que quiere Milei

Alrededor del Congreso, esta vez sin vallas, dos ejércitos desproporcionados están apostados para evitar vaya a saber qué: Gendarmería Nacional (15 vehículos) y Policía Federal (11 vehículos). Pero no pueden impedir que los y las jubiladas marchen alrededor del palacio legislativo, al grito de “qué vergüenza, pegarle a un jubilado por dos pesos con cincuenta”, aunque evidentemente los haberes de los llamados efectivos son otros.

Surgen algunas preguntas entre los manifestantes:

¿Cuánto cuesta un operativo así de desmedido?

¿Por feriado se les paga doble a ese montón de uniformados?

¿Qué sentido tiene tanta parafernalia de seguridad?

La independencia de los jubilados

Este jueves está prevista la sesión en el Senado para tratar el aumento de jubilaciones. Opina Hugo: “Milei ya dijo que lo volverá a vetar. Y eso que sería un miserable aumento, es una vergüenza, es un desalmado, una mala persona”. Argumenta Graciela: “No tengo expectativas, porque aunque el Congreso apruebe todo, el señorito que tenemos por presidente lo veta. Él quiere a los jubilados sin nada, muertos”.

La independencia de los jubilados

Señalando la corrupción

Teresa dice que pasó los ochenta y que es de un territorio innombrable: La Matanza. Se presenta como militante comunitaria en Laferrere, con acción en la casa de salud barrial, y cuando se le pregunta por el día patrio, se enciende: “Hay que independizarse de la corrupción”, dice y señala al Congreso: “Si pueden tirarlo abajo, tírenlo, porque no me representa a mí ni a ninguno de los que estamos acá. Nosotros hacemos la patria grande, con este bastoncito que ves hice mucho por esta Patria, la amo y me la están robando. Luché mucho por ella, hijo. Mucho”. Nos pide que escuchemos un tema de Horacio Guarany,

“Qué te ha pasado justicia”. Lo que se cantaba en el siglo pasado:

A ver, señor diputado,

¿qué le ha pasado que se olvidó

del bendito pueblo obrero

que usted en campaña siempre nombró?

Tengo mis hijos pidiendo,

que por la calle siempre se ven

y usted se aumentó la dieta, 

y yo a la dieta la hago muy bien.

Alicia, 80 años, es otra de las jubiladas con esa dieta (cobra la mínima, $304.723,90 más el bono de $70.000), y dice que hay que independizarse de todo: “Somos una colonia. Se han posesionado de nuestros recursos naturales, el agua, el litio, el petróleo, están regalando las mineras, la educación, la salud, la jubilación. En realidad, no tenemos nada”. 

La independencia de los jubilados

¿Qué necesitamos?: “Otra independencia”, sintetiza Alicia, que integra Jubilados Insurgentes.

Mónica, 72 años, de la Asamblea de Vecinos de Boedo, viene siempre los miércoles sin importar si llueve o hace frío, y la hace corta: “Hay que independizarnos del presidente cipayo que tenemos, de Estados Unidos y de Israel”.

A su lado está Ricardo, 84, de Lanús, conurbano sur: “Llegamos al 9 de Julio con despidos masivos, garrote y gaseo a trabajadores del INTI, de Vialidad Nacional, con una CGT traidora. Esto, con huelga y un plan de lucha se termina. En 1919, los trabajadores de la Semana Trágica luchaban por trabajar ocho horas en lugar de doce y se cargaron 700 cuerpos. Hoy la clase argentina trabaja por salarios de hambre y no se para de manos”.

Pertenece a una agrupación llamada Bastones en rebeldía y dice que viene por quienes no pueden estar por razones de salud. “Acá tiene que venir más gente, somos seis millones de jubilados…”. Se enoja, mueve la cabeza y cuenta que tiene siete categorías para englobar a quienes no vienen cada semana a lo que se transformó en el epicentro de la resistencia a este gobierno: 1) Los indiferentes 2) Los indecisos 3) Los adormecidos 4) Los que naturalizan todo 5) Los resignados 6) Los mesiánicos 7) Los hiperindividualistas. Dice que no tiene necesidad económica, pero que prefiere seguir marchando.

La independencia de los jubilados

Las 14 organizaciones que integran la Mesa de jubiladas y jubilados en lucha convocan para el próximo miércoles 16 de julio, desde las 15, a una “gran marcha antirrepresiva entre todos los sectores que hoy padecen la crueldad de este gobierno”.

Llaman a marchar el jueves 17 con los trabajadores del Hospital Garrahan.

El 9 de julio de 1816 marcó la independencia política “de España y de toda dominación extranjera”, pero siguieron existiendo muchas formas de dependencia: económica, cultural, productiva, mental. Toda relación entre aquellos eventos de Tucumán y las cosas que ocurren 209 años después, ¿serán pura coincidencia? A más tardar la semana próxima las calles volverán a decir lo suyo.

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Otro ataque a la salud pública y al Garrahan: las movilizaciones que se vienen

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No solo no soluciona el problema, sino que lo empeora: el gobierno difundió un reglamento que degrada las condiciones laborales de los profesionales de la salud residentes en hospitales nacionales al buscar convertirlos en “becarios”. Asambleas y la decisión: paro y un abrazo al Garrahan el próximo jueves 10, y la convocatoria a una gran marcha federal por la salud el jueves 17 de julio.

Por Francisco Pandolfi

Residentes sí, becarios no. Ese es el nuevo lema que hoy levantan (y denuncian) residentes de los hospitales nacionales del país, ante el nuevo reglamento que dictaminó el 2 de julio el ministerio de Salud de la Nación para las residencias médicas.

¿Qué son las residencias? Tienen como objetivo capacitar y especializar a egresados de carreras como medicina, enfermería, psicología y bioquímica, entre otras, en el marco del trabajo asistencial y académico. 

¿Qué aduce el gobierno nacional para la formulación del nuevo reglamento? “Recuperar su rol formativo y permitir que los residentes puedan elegir bajo qué modalidad realizar este tramo de su formación y cómo administrar el monto de las becas percibidas. A fin de jerarquizar el carácter formativo de esta etapa, el nuevo reglamento recupera el concepto de beca (excluyendo cualquier encuadre como empleo público, relación laboral o contratación de obra o servicio) y ofrece a los residentes la posibilidad de elegir entre dos modalidades diferentes: Beca Institución (el hospital otorga la beca) o Beca Ministerio (contrato con el Ministerio de Salud). No es empleo público, no es una relación laboral. Es una etapa formativa con financiamiento estatal”.

Ante la Resolución 2109/2025, las y los residentes del Hospital Garrahan a la cabeza, y todos los profesionales de la salud del sistema de residencias nacionales realizaron ayer una conferencia de prensa en Plaza de Mayo, donde denunciaron: “Este modelo de residencias, ampliamente utilizado a nivel global y que rige en Argentina desde hace más de 30 años y que fue perfeccionándose en el tiempo, garantizó profesional altamente capacitado en cada rincón del sistema de salud. La nueva normativa desmantela las bases fundamentales del sistema, se nos atribuye libertad de elección ante dos opciones de las cuales ninguna resuelve la problemática salarial de base, y además ambas implican la pérdida de múltiples derechos laborales adquiridos; pretende transformar lo que hasta ahora era un régimen formativo en servicio, remunerado y con derechos reconocidos, en un esquema de becas sin vínculo laboral claro, ni aporte y con importantes recortes en licencia, descanso y condiciones de trabajo”.

Entre los puntos “más alarmantes”, destacaron: 

  1. Aumento de la carga horaria y del número de guardias (de 70 horas semanales a 93).
  2. Eliminación del descanso post guardia (lo que implica pasar de 24 horas de corrido a 30).
  3. Reducción del valor de la hora trabajada: en caso de la Beca Institución, $3.200 de cobrarse un bono hospitalario. En Beca Ministerio: $2.200. 
  4. En la Beca Institución, mayor dinero en mano, pero a expensas de la pérdida del aguinaldo, aportes previsionales y obra social.
  5. En la Beca Ministerio, menos dinero en mano, obra social estatal y sin posibilidad de cobrar bonos institucionales. 
  6. En caso de rescisión de contrato, no se contará con indemnización. 
  7. Renovación de contrato de forma anual a pesar de concursarse por formación de 3 a 4 años.

Como cierre de la conferencia, sentenciaron: “No se puede aludir a la libertad cuando se nos acorrala entre dos opciones de precarización extrema. La residencia sí es un trabajo. Exigimos la inmediata derogación de la resolución y la apertura urgente de instancias de diálogo con las y los residentes de todo el país. Sin residencia como fuente de personal capacitado, no hay futuro posible para la salud de Argentina”. 

Abrazo y marcha federal 

Josmar Flores Arnéz es licenciado en bioimágenes, tiene 37 años recién cumplidos y hace 16 que trabaja en el servicio de neurointervencionismo del hospital. Además, es delegado de la junta interna de ATE. Habla con lavaca: “La modificación en las residencias no sólo es una degradación de las condiciones laborales de las y los residentes, sino también implica la degradación del sistema de salud completo, porque cambian la forma de contratación quitando derechos laborales. Lo que decretan es que dejan de ser trabajadores, para hacer las tareas por una especie de bono, a través de una metodología de becas”.

Esta nueva medida se enmarca en una política de ajuste a la salud pública en general, y al hospital Garrahan en particular. El miércoles pasado, en la Cámara de Diputados se estaba tratando la emergencia para el Garrahan, pero la sesión se levantó por discusiones entre el bloque oficialista de La Libertad Avanza, y el peronismo. La emergencia quedó sin tratar…

¿Cuál es la emergencia? Josmar Flores plantea cuatro puntos clave:

  1. Una recomposición salarial del 100%.
  2. Que la persona que recién ingresa cobre lo mismo que estipula la canasta básica familiar: un millón ochocientos mil pesos. 
  3. El aumento del presupuesto del hospital.
  4. Mejora en las condiciones de trabajo: que se reconozca un régimen de insalubridad especial para el hospital.

¿Cómo sigue la cuestión? “Todos los trabajadores del hospital, incluidos los residentes, hacemos asambleas conjuntas y acabamos de decidir ir a paro los próximos dos jueves –cuenta Josmar–. El 10 llamamos a un abrazo solidario al hospital, en la puerta sobre Combate de los Pozos; y 17 convocamos a toda la población a una gran marcha federal, que en la Ciudad Buenas Aires irá desde Congreso a Plaza de Mayo”.

Cierra: “Este gobierno nos ataca por muchos ángulos y la única manera de cambiar la realidad es seguir por este camino”.

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