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Narcotráfico y capitalismo: Alto perfil para una geografía del modelo

El periodista y diputado provincial de Santa Fe Carlos Del Frade estará presentando el próximo viernes en Rosario su nuevo libro Alto Perfil-Geografía narco 9, del que anticipamos aquí su prólogo. Se trata justamente del noveno trabajo de Del Frade sobre el tema del narcotráfico en la provincia, que le permite revelar de qué modo las organizaciones narco funcionan complementariamente a sectores policiales, lavado de dinero, concentración económica y políticas oficiales a las que califica como “narcozonceras” que con el discurso y la práctica de la “mano dura” terminan multiplicando el negocio. Una afirmación en el prólogo que explica mucho –cada vez más– del presente del país: “Ninguna de las 147 bandas que fueron reveladas por nosotros a fines de 2023 están exentas de tener nichos de corrupción de las distintas fuerzas de seguridad, tanto de la provincia de Santa Fe como de las nacionales”. Aquí, el prólogo completo del libro que será formalmente presentado el próximo viernes 16 a las 20 en el bar cultural La Popular, de Rosario.
Alto perfil
El narcoterrorismo fue la excusa de Estados Unidos para lanzar la doctrina de seguridad continental, superadora de la doctrina de seguridad nacional que fundamentó y alimentó los terrorismos de estado de los 70. Fueron los garantes del saqueo de las riquezas de Argentina y la Patria Grande. Gobiernos como el de Milei encarnan esta etapa terminal de la extranjerización de riquezas.
Por Carlos del Frade
Un fantasma recorre América del Sur.
El repetido concepto del narcoterrorismo.
Fue la excusa de Estados Unidos para lanzar la llamada doctrina de seguridad continental, superadora de la doctrina de seguridad nacional que fundamentó y alimentó los terrorismos de estado de los años setenta.
Bajo esa idea, los supuestos defensores del ser nacional se convirtieron en los garantes del saqueo al servicio de los grupos que concentran y extranjerizan riquezas en Argentina y la Patria Grande.

Las democracias encorsetadas o de baja intensidad, la demolición de la conciencia histórica y la autoestima de los pueblos generaron gobiernos surgidos del voto popular pero que representaban los intereses históricamente protegidos y atendidos por las dictaduras.
El menemismo, el macrismo y ahora el gobierno de Javier Milei encarnan esta etapa terminal de la extranjerización de riquezas y necesita de una excusa justificadora de la mano dura y lo que hoy se llama estado de excepción.
El 10 de enero de 2024, una de las principales representantes de las políticas del imperio, Patricia Bullrich, ministra de Seguridad de Macri y Milei, habló del envío de fuerzas militares al Ecuador para participar de la lucha “continental” contra las organizaciones narcoterroristas.
En ese contexto, el nuevo gobernador de la provincia, Maximiliano Pullaro, ex ministro de Seguridad del gobierno de Miguel Lifschitz, hace eje en la mano dura, el empoderamiento policial, habla de período de excepción y remarca la necesidad de controlar cada vez más a los presos de “alto perfil”. De allí el título de este noveno tomo de la geografía narco que tienen ante sus ojos.
Es necesario decir que las amenazas recibidas por el nuevo gobernador y que llevó a trasladar a su familia fuera de la ciudad de Rosario merecen todo nuestro repudio y, de manera simultánea, nuestra solidaridad a sus seres queridos y su persona.
Pero es evidente que el plan de apropiación de las riquezas del pueblo argentina por grupos empresariales concentrados y muchos de ellos extranjeros necesita de una excusa para generar ocupación de calles y territorios que serán hervideros sociales por el empobrecimiento generalizado que producirá semejante transferencia de ingresos de los sectores populares y clase media a esos feudos del privilegio.
Narcozonceras y negacionismos
En ese contexto surgen exageraciones y negacionismos.
Porque no solamente hay narcozonceras como venimos señalando desde hace más de una década, si no también negacionismo.
Sigue repitiéndose la palabra “flagelo”, la idea de “estado ausente” o la teoría de la “guerra contra la droga”.
Pero es casi imposible escuchar a responsables políticos nacionales, provinciales y municipales hablar del negocio del narcotráfico y del negocio de las armas.
Semejante negacionismo produce dinero para las empresas que le venden tecnología de seguridad a los gobiernos y la repetida exhibición de “operativos de saturación” en los barrios más castigados por la pelea entre bandas narcopoliciales.
No hablar de negocios es convalidar la continuidad del mismo, la circulación de dinero que siempre está muy lejos de las geografías estragadas de los suburbios de las grandes ciudades argentinas y santafesinas.
Alto perfil
Por eso la definición de personas presas con organizaciones narcopoliciales barriales son denominadas de “alto perfil” cuando, en realidad, más allá de sus asesinatos y dominios patrimoniales, parecen estar lejos de ser los jefes del negocio multinacional y paraestatal del narcotráfico.
De tal forma que elegimos esta definición de “alto perfil” para titular este nuevo libro, el noveno ya de la serie que denominamos “Geografía narco”.
Los hechos y apuntes del presente volumen están ubicados, mayoritariamente, en el año 2023 y principios de 2024, a diez años del inicio del ciclo de ferocidad social que devino luego del asesinato de Claudio “el Pájaro” Cantero, el 26 de mayo de aquel interminable 2013.
Desde aquellos días hasta hoy existieron cuatro gobernadores en Santa Fe: Antonio Bonfatti, Miguel Lifschitz, Omar Perotti y Maximiliano Pullaro, asumido en diciembre de 2023.
Y cuatro presidentes: Cristina Fernández de Kirchner, Mauricio Macri, Alberto Fernández y Javier Milei, también en ejercicio desde diciembre de 2023.
Sin poder escapar a la tentación de resumir nueve puntos centrales en estos nueve volúmenes de “geonarcos”, apuntamos algunas ideas:
- Los negocios del narcotráfico y contrabando de armas son constitutivos del capitalismo en los últimos sesenta años. Intentar disminuir su capacidad de letalidad supone cortar los flujos de dinero.
- A partir de los años noventa, la transición de la economía productiva hacia la financiarización de las actividades produjo una forma distinta de multiplicación de fondos a través del lavado de dinero y activos.
- Más allá de las leyes existentes, el lavado de dinero y activos es el delito que menos se persigue en Argentina y cualquier provincia.
- Lo que llega a los barrios de Rosario, Santa Fe, San Lorenzo, Reconquista, Venado Tuerto y Rafaela es consecuencia de las rutas inauguradas en los tiempos del terrorismo de estado, el 24 de abril de 1978 y es central la participación de los puertos privados en la zona sur de la provincia.
- Ninguna de las 147 bandas que fueron reveladas por nosotros a fines de 2023 están exentas de tener nichos de corrupción de las distintas fuerzas de seguridad, tanto de la provincia de Santa Fe como de las nacionales.
- Haber votado una ley de adhesión al narcomenudeo es repetir la vieja receta de la DEA que significa más control social que atentar contra los intereses del negocio. Habrá más narcotráfico y más violencia.
- Más allá de las particularidades que tiene el negocio en la provincia de Santa Fe, los hechos demuestran que la economía del narcotráfico y del contrabando de armas dependen de manejos latinoamericanos.
- En los países del tercer mundo como la Argentina, el consumo de sustancias psicoactivas no solamente es un negocio de millones de dólares si no también una garantía política de control social sobre las nuevas generaciones devenidas en consumidoras consumidas, lejos de la conciencia revolucionaria de los años setenta. De allí la importancia de pensar lo que supuso la llamada guerra del opio que terminó con el dominio de los puertos chinos a manos de los intereses y empresas inglesas. Esto parece que sucederá con el Paraná.
- Es imprescindible tomar conciencia de la historia de los últimos cuarenta años de los pueblos de América para saber que castigar por abajo no solamente genera miles de muertes si no también la multiplicación del negocio.
La ferocidad que se advierte a partir de 2020 en los homicidios –siempre superan los 200 en la ciudad de Rosario– es directamente proporcional a los millones de dólares que evaden, subfacturan o fugan al extranjero empresas como Vicentin que sigue estando al frente del puerto de la ex ciudad obrera.
Las formas de explotación que sufren chicas y chicos de parte de las bandas narcopoliciales se parecen más a nuevas configuraciones del esclavismo o del neofeudalismo del tercer milenio.
El problema no es militar sino político: recuperar los barrios devenidos en gobiernos de facto de parte de estas bandas a través de la presencia de un estado virtuoso que multiplique el trabajo, la educación, la cultura, el deporte y la alegría en esas geografías, impulsando a las instituciones de la comunidad a ser protagonistas de una democracia más plena y menos vacía.
Si la política sigue resignada ante el poder económico concentrado y extranjerizado, seguramente habrá más narcotráfico, contrabando de armas y violencia letal en los barrios no solamente de las grandes ciudades santafesinas sino de todo el país.
Una de las claves está en saber que existe una economía informal e ilegal que representa el 50 por ciento de todo aquello que se produce tanto en Santa Fe como en la Argentina.
Si en el año 2022 hubo 288 homicidios en el departamento Rosario, 259 en 2023, esos asesinatos revelan una parte del problema; la otra porción reside en la cantidad de suicidios: 460 en el año 2022 y sin datos, por lo menos hasta el momento de redactar estos balbuceos, en 2023.

Saqueo del futuro
Esas cifras revelan el saqueo del sentimiento y la idea del futuro.
No hay vida humana, ni particular ni colectiva, que pueda desarrollarse sin la noción del mañana.
La vida humana se mutila al resignarse al no futuro.
Y esa cifra clama por una política que genere respuestas o lugares de abrazos cercanos para la existencia siga teniendo sentido en estos atribulados arrabales del mundo.
“Alto perfil. Geografía narco 9”, entonces, es un trabajo periodístico y político que busca pensar desde la realidad y alejarse de las formas de colonización pedagógica, económica, política y militar que siempre quieren imponer los imperios.

Carlos Del Frade, periodista y escritor.
De allí la necesidad de recordar, por ejemplo, lo sucedido durante las guerras del opio que determinaron el dominio inglés sobre los cinco puertos más importantes de China durante el siglo diecinueve. No porque la historia se repita, sino porque explica el concepto de la matriz de los procesos políticos y económicos que llevan a la extranjerización de riquezas y la subordinación de los pueblos.
Luchar contra el narcotráfico, como dijimos hace 24 años atrás cuando publicamos “Ciudad blanca, crónica negra”, es luchar contra el capitalismo.
No es sencillo.
Pero es imprescindible.
Actualidad
Diez cuadras de feminismo

Por Claudia Acuña.
¿Cuánto mide diez cuadras de feminismo? La respuesta no es matemática, sino política y la política hoy es batalla y es incógnita. La calle revela algunos de sus misterios. Nos dicta, por ejemplo, lo que no hay:
No hay policías, ni protocolo.
No hay escenario ni documento.
Hay sí muchas personas organizadas y con convicciones que transmiten en carteles, en banderas y hasta en los cuerpos. Yasmín es una síntesis. Tiene 17 años, es de Lomas de Zamora. Su cara está cubierta con un pañuelo violeta que proclama Ni una menos, en la pierna derecha con marcador rojo se escribió Yo sí te creo; en la izquierda Yo tenía 5 años; en la muñeca, el pañuelo verde que defiende el aborto legal y sobre el corazón, un cartel que grita Fuera Milei. Fue abusada por su padrastro, dirá sobre lo que informan sus piernas. “Está haciendo mierda el país”, dirá sobre lo que exige su corazón.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
Hay también pancarta oficial de la CGT. Y algunas voces que explican lo que implica haber logrado sacarla de su letargo.
Micaela Polak, secretaria de género del sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) lo sintetiza así: “El Bloque Sindical Transfeminista tiene un protagonismo en la organización de estas marchas y dentro de la CGT. En noviembre, por ejemplo, hicimos un encuentro con más de mil mujeres sindicalistas. El 8M recuerda a las obreras muertas en un incendio y en estos momentos ese crimen cometido contra quienes defendían sus derechos se resignifica con este crimen que están cometiendo contra nuestros derechos laborales, contra las y los jubilados, contra las paritarias, con la precarización. Y que la CGT recoja esto hoy y esté presente de manera contundente es un mensaje esperanzador para enfrentar a Milei. El fascismo nos ha elegido como enemigas principales en todo el mundo y en nuestro país, en particular. Es lógico, entonces, que seamos nosotras quienes estemos protagonizando los movimientos que son necesarios para enfrentarlo”.

Una de las más flamantes organizaciones de derechos humanos: Nietes. Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
Las docentes de la agrupación El Desborde, que integra el gremio de UTE, advierten: “Es para prestarle atención a lo que está pasando dentro de la CGT en estos momentos. Hay muchas compañeras que están haciendo fuerza ahí adentro y quién te dice que en breve no logren imponer una secretaria general”. Su mensaje para hoy lo llevan escrito en las remeras y lo repiten ante el grabador: “Arriba el feminismo que va a vencer”. Completan: “Es una etapa difícil, adversa, porque volvemos a ser la variable de ajuste, pero es en la calle, es con organización y es para adelante como se superan estas épocas, como lo hicimos siempre. “

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
Maqui, de la Comisión de Mujeres del Sindicato del Neumático, suma: “Estamos en las calles no simplemente marchando, sino luchando por todos los reclamos que tenemos ante un gobierno que quiere llevarse por delante todos nuestros derechos. Sobre todo en esta fecha que siempre fue importante para las trabajadoras y hoy más que nunca, cuando quieren hacer desaparecer hasta la figura de femicidio y cuando, como madres y trabajadoras, estamos soportando todo el peso del ajuste. Es un momento para estar juntas y buscar una salida. Es un día para repetir: exigimos que no nos maten y respeten nuestros derechos.”
Magdalena, integrante de la junta interna ATE Capital en el Conicet. “Estamos soportando el embate desde un montón de frentes, muy preocupadas por la situación en general, no solo en el Conicet sino en todo el sector público que está sufriendo un recorte brutal en programas que afectan a toda la población, no solo a nosotras”.
Pregunta difícil: ¿por qué no salen a la calle todas las personas despedidas del Estado?
Lo que percibo es que es un sector súper precarizado, que está haciendo malabares para sobrevivir, y también que es todo un desafío organizar eso. Creo que construir esta resistencia es difícil porque lo que está amenazada es la subsistencia.
¿Qué tiene para decirle el feminismo a esos despedidos?
Que más que nunca hay que evitar que el miedo te paralice, que hay que salir a la calle, hay que encontrarse, escuchar y conversar para crear la respuesta entre todas. Se van construyendo las respuestas en el caminar. El movimiento feminista lo hizo siempre con sensibilidad. El feminismo tiene una tradición larguísima que nos enseña a abrazar las crisis y a no eludir las dificultades, sino a enfrentarlas. A poner el cuerpo y el corazón en los momentos más críticos.
La última difícil: ¿quién conduce a este movimiento?
Su historia.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
Hay también militantes de partidos políticos –otro milagro que produjo esta marcha– y adolescentes –muchísimas– que a su paso cantan:
“Los varones quienes parar/que paren/ que paren/ que paren de matarnos”.
Hay, adelante, una bandera que proclama “Asamblea Antifascista y Antirracista”, la noticia de esta, la más nueva y la más vieja de las batallas. Entre quienes la sostienen –trabajadoras sexuales, travas, lesbianas, personas no binarias y otras identidades que hoy están al frente y siempre fueron las últimas de la fila– está Jazmín. Al lento paso de la marcha resume su historia: comenzó su transición trans en 2022, a prostituirse a los 17, a estudiar la licenciatura en Economía cuando se sancionó la Ley de Identidad, a tener un trabajo con derechos, cuando se logró la ley de cupo. “Mi vida es un resumen de cómo impacta en la vida de las personas tener estas leyes. Y también cómo el feminismo nos dio las herramientas para lograrlo. Luchamos por una sociedad fraternal y sorora y eso significa hoy estar en las calles contra el fascismo. No estamos por nosotras: el feminismo siempre es abrazo”.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
Hay, además, intervenciones artísticas que exponen a otra de las protagonistas que impulsa esta protesta: la tierra. Es lo que llevan en las manos las mujeres vestidas de blanco, con las bocas tapadas con cintas que advierten “peligro” y es también lo que exponen las mapuche que enarbolan la ancestral bandera de su criminalizada nación.

Gustavo Melmann, reclamando justicia por el crimen dsu hija Natalia. Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
Hay más, por supuesto, porque la Avenida de Mayo y sus laterales desbordan de mensajes que son de actualidad y de urgencia, pero que también anuncian horizontes y esperanzas. Mateo y Ana representan exactamente eso. Están parados frente a la Catedral, son primos, tienen 8 y 7 años y eligieron compartir hoy estas noticias escritas con colores en una cartulina:
“Soy nene, no quiero ser macho”.
“Quiero ser la artista, no la musa”.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
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La marcha sin fin

La señora de canas y anteojos sacude su dedo índice a centímetros de la cara del policía. Es menuda y el uniformado es del tamaño de un gorila con casco y palo, pero no es la abuela la que tiembla cuando le grita:
-Mirame a los ojos: a mí me estás pegando. A mí, que tengo 70 años y dos hijas que estudiaron para no ser policía como vos.

Fotos: Juan Valeiro/ lavaca.org
En el piso del Congreso de la Nación hay seis jubilados y cinco fotógrafos que están siendo asistidos por la posta sanitaria para mitigar el gas con el que los cegaron –que no es ni lacrimógeno ni pimienta y activa su laceración con cualquier medio húmedo, como el sudor de esta tarde infernal-, mientras la multitud canta:
“Qué feo, qué feo, qué feo debe ser/ pegarle a un jubilado para poder comer”.
Los peatones que ven la escena desde la vereda de enfrente editorializan al paso:
“Se están robando a los pibes y ustedes están pegándole a los jubilados”.
“Oíme tortuga: son cuatro por cada viejo de 80 años. Qué fácil te ganás la guita”.
“El día que tu jefa reparta la plata del operativo entre los jubilados van a tener que ir a laburar en serio, ratas”.

Uno de los atacados por el gas pimienta policial. La gente cantó: «Qué vergüenza, qué vergüenza, pegarle a jubilados por dos pesos con cincuenta». Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org.
Así es el final de otro miércoles de la ronda que repiten cada semana las personas que trabajaron toda su vida y aportaron durante décadas para gozar de un derecho que se ha transformado en un extraño privilegio: ser el sector social más perjudicado por las políticas de ajuste, pero también el único que no claudica ni se calla.

Uno de los hinchas de Chacarita, presente en la marcha en el Congreso. Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org.
Así lo explica Carlos, el jubilado que conmovió a los hinchas de Chacarita – un club de fútbol experto en el pogo policial– que hoy se sumaron a la ronda con la intención explícita de protegerlos:
“Trabajé durante 40 años en el correo. No me regalaron nada. La estoy pasando mal, pero no estoy acá por mí porque yo ya estoy jugado: tengo 75 pirulos. Estoy acá por mis cuatro hijos y mis dos nietos. Estoy acá porque les quiero dejar un país digno para que puedan vivir en paz”.

Carlos, el jubilado que cada miércoles marcha con la camiseta de Chacarita y esta vez impulsó que llegue parte de la barra del club a apoyar el reclamo. Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org.
Sobre el Presidente:
“Milei es un pobre tipo. Está mal de la cabeza. Yo le aconsejaría que, por el bien de todos los argentinos, dé un paso al costado: nos va a hacer un gran favor. Está muy mal asesorado, y tiene al lado esas lacras de los Caputo: esos sí… esos sí qué saben lo que están haciendo. Yo nunca tomo revancha con nadie, pero a esos dos me gustaría encontrarlos cara a cara para preguntarles qué significa para ellos ser tan ambiciosos –casi enfermos– de la plata y el poder a costa del hambre de los argentinos. Pero es mi opinión personal, porque acá no hablamos de política. Acá venimos a reclamar nuestros remedios y nuestra dignidad. Acá venimos todos los miércoles y nos encontramos con personas como esa abuelita de 82 años que nos dice ´hoy no almorcé´: Por ellas estamos. Lo único que queremos es dar la vuelta al Congreso y que no nos peguen”.
Carlos llora.

Una imagen de esta época. Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org.
“No estás solo”.
Dos hinchas de Chacarita lo abrazan y le prometen:
Lo rodean, también, una familia con esa misma camiseta: el padre, jubilado; la hija, investigadora del Conicet y lesbiana; el nieto, quinto grado de la escuela pública. Será ella quien presenta así al trío para señalar, con esas etiquetas sociales, lo que significa estar ahí hoy: “Unir la luchas, unir las fuerzas: la indiferencia no es una opción.”

Acorralados: jubilados apretujados y víctimas del gas pimienta de la policía. La canción: «Qué veo debe ser, pegarle a jubilados para poder comer». Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org.
La hinchada suma, además, esa poética instantánea, que acribilla sin pausa al doble cordón policial:
“No tenemos casco/ no pegamo`a jubilados/Somos locos y borrachos / porque somos funebreros”.
Refieren así a la identidad de ese club de fútbol, que nació vecino al cementerio, pero en el territorio del Congreso el verso se reinterpreta: son quienes entierran al miedo.

Retrato de un miércoles. La bandera para cubrirse de los gases policiales. Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org.
Así, sumando gota por gota personas y organizaciones hasta ser multitud, la ronda gira por los grises muros del Congreso, desbordando el desproporcionado cordón de policías y gendarmes, que tira palos y gases sin piedad, pero también sin suerte: la vuelta se completa.
El final, literalmente, es realmente otro: no habrá fin. Lo anuncia el gesto de Zulema y Keiko, dos jubiladas insurrectas, cuando con elegancia y picardía apoyan ambas los dedos en los labios para lanzarle besos a los uniformados, con una promesa:
“Nos vemos el miércoles”.

El abrazo y una convicción: «Nos vemos el miércoles». Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org.
Actualidad
El vacío

Mercedes golpea la cacerola con una cuchara mientras grita:
“Pueblo, despierte”.
Lo repite infinitas veces. Por momentos agrega su por qué:
“Nos gobierna un estafador”.
Me dice –muy enojada– que tiene “los huevos al plato” porque mientras en Instagram la colman de likes, en la calle la dejan sola.

Fotos: Juan Valeiro para lavaca
Fue, sin embargo, su solitaria cacerola la que se escuchó por cadena nacional en momentos en que la camioneta blindada del Presidente pasó por Avenida de Mayo hacia el Congreso de la Nación, para dar inicio a su segunda apertura de la labor legislativa. Eran las nueve en punto de la noche y en la calle lo que había era un enorme vacío custodiado por cientos de uniformado pertenecientes a cinco fuerzas de seguridad. La oscuridad de la noche sin luna, los cortes de calles, las vallas y la sobredimensionada custodia del paso presidencial –que incluía francotiradores y aparatos inhibidores de drones– reforzaban la imagen distópica de un operativo que no parecía de seguridad, sino de aislamiento.

El palacio. Fotos: Juan Valeiro para lavaca
Adentro del Palacio le esperaba lo mismo: un inmenso recinto vacío ante el cual el Presidente intentó monologar durante una hora veinte minutos. No pudo. Bastó también una sola interrupción –la del diputado radical Facundo Manes– para que quede en evidencia que este es su momento débil. La segunda evidencia fue el anuncio de que enviará para su aprobación el acuerdo con el FMI, que está –dijo– próximo, pero que depende –no dijo– de ese voto positivo para que se realice.

Fotos: Juan Valeiro para lavaca.
Cuando la realidad entorpece la puesta, quien irrumpe en escena es Santiago Caputo. Esta vez acaparó la atención al amenazar al diputado Manes, delante de las cámaras. Otra vez.
No fue el único que agredió a quienes estaban en el Salón de los Pasos Perdidos, esa clásica antesala del recinto convertido hoy en un ring de exhibición de patoteadas por sus secuaces. Otra muestra de debilidad: allí solo ataca quien pierde.

Fotos: Juan Valeiro para lavaca.

Fotos: Juan Valeiro para lavaca

Fotos: Juan Valeiro para lavaca

Fotos: Juan Valeiro para lavaca

Fotos: Juan Valeiro para lavaca

Fotos: Juan Valeiro para lavaca

Fotos: Juan Valeiro para lavaca.

Fotos: Juan Valeiro para lavaca.
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