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El sentimiento de la calle: los jubilados se movilizaron contra el veto de Milei

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Miles de personas acompañaron a los grupos autoconvocados de jubiladas y jubilados que se concentran en Congreso todos los miércoles a las 15:30. Esta vez, con la motivación del veto presidencial al magro aumento que sancionó el Congreso, decidieron movilizarse a Plaza de Mayo. Encontronazos con la policía, que reprimió con palazos y gases, en otro absurdo intento de aplicar protocolos ante gente agredida institucionalmente e indefensa. Los testimonios de manifestantes que aseguran estar siendo víctimas de un “genocidio silencioso”. La columna avanzó por Avenida de Mayo hasta la Casa Rosada a puro canto, con bocinazos de apoyo y gritos de aliento: el camino que marcaron hoy.

Por Franco Ciancaglini

En el Congreso

Todos los miércoles, jubiladas y jubilados marchan.

La cita es sobre la Avenida Rivadavia a la altura del Congreso a las 15:30. El horario de las Madres.

Hoy hay más personas y banderas que ningún otro miércoles. Alienta la convocatoria el anuncio presidencial de que se vetará el leve aumento en las jubilaciones que había promulgado el Congreso. Una forma de patear en el piso a un sector ya vapuleado desde el inicio de la Era Milei: se calcula que alrededor de 34% de lo que se “ahorró” el gobierno para paliar el déficit fiscal fue manoteado del fondo de jubilados.

“Siempre fuimos la variable de ajuste” define Jorge, en una evidencia que asume el propio actual Presidente al justificar el veto con la idea de lograr o no tocar el déficit fiscal, como si no existiesen otras cajas. Jorge calcula que, de mantenerse la propuesta del Congreso, él iba a ganar 26 mil pesos más, en el mejor de los casos. ¿Y qué representa ese aumento? “Una miseria de ley, y encima lo va a vetar. Es una violencia institucional”.

¿Por qué se la agarraron con ustedes? “Porque somos el sector más débil, los que menos estamos en condiciones de protestar. Como no trabajamos en la producción no podemos hacer huelga y, además, coincide con la mentalidad de Milei del sálvese quien pueda, de la ley del más fuerte”.

Paradójicamente, las y los jubilados son de los pocos sectores que ejercen la protesta, cada vez con más fuerza. Todos los miércoles marchan.

El sentimiento de la calle: los jubilados se movilizaron contra el veto de Milei

Foto: Juan Valeiro para lavaca

Expensas y promesas

Otro de ellos, Rubén, dice que está re caliente; su apodo de el Tano le calza a la perfección con la bronca que respira hoy. Una bronca que no dirige solo contra el gobierno de Milei sino también contra el edificio legislativo que tiene a sus espaldas: “Están arreglando todo con los diputados, la va a vetar y la votan otra vez pero con menos porcentaje, vas a ver”.

El Tano no cree en lo del déficit fiscal: “Es verso, contá cuánta guita entra de IVA, de exportaciones, de Ingresos Brutos: ahí está el grueso. Los exportadores no ponen toda la guita que tienen, y se la agarran con nosotros”. El por qué, también, lo tiene claro: “Para pagar la deuda. Al gobierno lo único que le interesa es quedar bien con los de afuera”.

Estela, 80 años, de Caballito, vino sola y por primera vez a esta marcha de miércoles. Agrega una dimensión a lo que dice el Tano: “Gobiernan para el poder económico”. Cobra alrededor de 400 mil pesos. “Desde enero nunca más me alcanzó para llegar a fin de mes”. ¿En qué la gasta? “En alimentos. Y mi hijo me ayuda a pagar las expensas”. Estela vive en un dos ambientes que compró junto a su marido, ya fallecido, en los 70. “No compro más medicamentos. Por eso ando así, porque me duelen las piernas”, dice señalando con sus ojos al bastón que la sostiene.

El sentimiento de la calle: los jubilados se movilizaron contra el veto de Milei

Foto: Juan Valeiro para lavaca

¿No le cree al gobierno cuando dice que más adelante finalmente, todo mejorará? “No, no. Es un verso. Ya nos lo hicieron otros”.

Hay varios diagnósticos de la realidad que en esta manifestación toman la forma de recuerdos, o mejor dicho, de pesadillas recurrentes. Las y los jubilados se encargan en sus testimonios de urdir esa trama circular que representa la historia de nuestro país. Otra metáfora puede ser la de esta mujer sosteniendo un andador dado vuelta hacia arriba, con un cartel pegado que dice: “No al Veto. Arriba lxs jubiladxs”. Las y los camarógrafos le sacan fotos, pero ella llora. “Ya pasamos tantas…” murmura.

La hora de los gases

Le pregunto si quiere hablar. Acepta: “Tengo 66 años. En el 73 prohibieron el partido donde yo empezaba a militar. Después ingresé a una universidad, en marzo del 76. Cuando empezaron las clases, dos meses después, estaban todos los murales tapados. A la mitad del año echaron a todos los profesores que yo más quería. Recuperamos la democracia, pasamos 2001, y cuando asumió Macri nos la pasamos en la calle. Y ahora ¡otra vez!” dice tapándose los ojos, desde donde le vuelven a brotar las lágrimas.

“Nosotros no podemos esperar mucho, no podemos esperar 30 años, no puedo esperar más, no puedo esperar más”, repite. Deja de contar su historia no solo porque llegó hasta hoy (y hasta un límite) sino porque la multitud a su lado se empieza a agitar. Qué pasa: la Policía Federal se encapricha con encosertar a los miles de manifestantes arriba de una vereda de 4 metros de ancho. Otra muestra del intento de aplicar un protocolo absurdo en el cual la propia policía termina cortando el tránsito y generando empujones que derivan en hechos violentos, como el que vivió Tabaré, 57 años: lo acaban de gasear en la cara.

Dice a lavaca con los ojos –también– llorosos: “Siempre buscan una excusa, uno agarra, nos golpea, y ahí se nos vienen todos encima. De una forma impresionante, no miden nada. Ahí obviamente la gente explotó y se cortó el tránsito. Los policías se pusieron peor. Empezaron a pegar a diestra y siniestra. No contestos con eso, nos tiran gases. Todos los que estábamos ahí estamos gaseados. Pegaban con los palos y los escudos, te empujaban. Yo soy más joven, pero hay gente de 70, 80 años, y no midieron nada”.

La movilización es larga y ocupa toda una cuadra; si hay represión, es porque hay lucha; por eso, mientras de un lado hay palos, en la otra punta la movilización se decide no entrar en el juego y gambetear a los empujones a la Policía, en dirección a Plaza de Mayo:

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1828871864761917875

Y van.

Entre el cielo y los infiernos

Las distintas banderas empiezan a organizarse detrás de este grupo de jubiladas y jubilados autoconvocados que comienza a marchar; las hay de todos los partidos de izquierda, de algunos sindicatos (también de izquierda, como el SUTNA o el de Aceiteros, pero también La Bancaria) y muchas asambleas vecinales de distintos barrios de capital y el conurbano.

Allí está Tito, que vino desde Laferrere con una bandera de su asamblea, aunque dice haber perdido a sus compañeros. Arranca sin vueltas: “El gobierno nos está reventando. Prácticamente los jubilados no tenemos los medios como para poder subir sobrevivir. Yo, después de haber trabajado más de 30 años, estoy cobrando la mínima”.

¿Cuánto? “Casi 200 000 pesos”.

¿Qué hacés con eso? “Me alcanza 15 días, decí que tengo familia, me están ayudando mis hijos, pero también ellos tienen su familia: también está complicada para todos”.

Más cuentas con mucho déficit: “A un vecino mío le vinieron 120.000 pesos de luz. ¿Cómo hace para pagar? Pasa lo mismo con el gas, pasa lo mismo con el agua, el transporte, y el servicio es malísimo”.

El sentimiento de la calle: los jubilados se movilizaron contra el veto de Milei

Foto: Juan Valeiro para lavaca

Adriana y Vilma van por la vereda del brazo.  Adriana lleva una pechera naranja con la leyenda del “Plenario de trabajadores jubilados”. Es una organización ligada a partidos de izquierda que todos los miércoles se concentra en Congreso. “Y nos movilizamos en todas las marchas, no solo en las de jubilados”, aclara ella.

Juntas cuentan sus historias, turnándose para hablar y superponiéndose algunas veces.

¿Cómo se les degradó la vida desde la asunción de este gobierno? “Es desde hace rato, no solo este gobierno. Nunca tuvieron en cuenta los jubilados, pero este fue peor: nos hundió del todo, ya no damos más. Entre los que tenemos que estar pagando los servicios, los remedios que antes muchos los teníamos gratis, ¿qué nos queda para vivir?”.

¿Qué queda? “Mis hijas alquilan, cuando pueden vienen y me ayudan, pero tampoco es su culpa, yo trabajé 32 años, ¿para qué? ¿Para depender de mis hijas? Es una vergüenza para nosotros eso”.

El sentimiento de la calle: los jubilados se movilizaron contra el veto de Milei

Foto: Juan Valeiro para lavaca

Vilma ríe irónicamente: “Antes era al revés, les dábamos nosotros. Pero ahora ellos no pueden hacer frente a tanto: estamos todos en la misma”. Los jubilados, peor: “Porque es más fácil meter la mano en el fondo de garantía, no es dinero que manejamos nosotros: si los jubilados manejáramos eso, la cosa sería diferente”.

Los abuelos de la nada

¿Qué les parece la fórmula que votó el Congreso? Vilma: “No es nada, no era nada pero por lo menos eso es nuestro, es nuestro, ¿entendés? Aunque sean dos pesos, son nuestros y los vamos a pelear: esa plata la hicimos aportando”.

¿Ven algo de esperanza u optimismo ante todo este panorama?  Adriana: “Siempre hay que tener esperanza”. ¿En qué? “De allá arriba ya va a venir el castigo de todo” asegura en señal a (otras) fuerzas del cielo. Vilma en cambio tiene modos más terrenales: una bronca con cada vez menos límites. ¿Contra quién? “¡Hay muchos candidatos!” dice y, ahora sí, estallan las dos en una carcajada, empezando a pisar la Plaza de Mayo.

Juan Manuel (legado que le dejó su madre en honor a Rosas) es una de las estrellas de la movilización, ya que lleva un cartel con un poema que dice:

Milei, paparulo

Metete el veto en el culo.

El sentimiento de la calle: los jubilados se movilizaron contra el veto de Milei

Foto: Franco Ciancaglini para lavaca

Hace ya varias manifestaciones que trae textos originales escritos en carteles para llamar la atención. Cuando hablamos de varias, son varias: lavaca lo ha fotografiado en tiempos macristas, y desde diciembre en todas las manifestaciones de la era Milei. A la anterior manifestación, por ejemplo, llevó 5 carteles con distintas consignas: “Una más humorística, otra más revolucionaria, otra más seria, y voy viendo cuál llama más la atención”. Algunas veces también viene los días de semana, solo, a Plaza de Mayo. La semana pasada trajo un cartel que decía: “Mejor ser zurdo que absurdo”. Confiesa que los oficinistas no se rieron ni un poco, a diferencia de las sonrisas que generó el de hoy.

En tiempos de redes sociales, este hombre que dice no saber prender una computadora es tal vez quien mejor comprende cómo mover el algoritmo con los pies: sus fotos en manifestaciones tienen miles y miles de likes. “La bandera, el bombo, esas son cosas viejas, no le movés la aguja a nadie ya con eso”, plantea él, que esta vez volvió a mover la aguja de varios fotógrafos y fotógrafas que lo eligieron como blanco por su breve poema.

Cuenta este autor contemporáneo: “Bueno, saqué el baúl de los recuerdos palabra “paparulo”, porque esta es una manifestación de jubilados, y además para demostrar que no somos unos maleducados como él”.  

Según la RAE, “paparulo” es un adjetivo coloquial que remite a alguien torpe, ignorante o ingenuo.  “Si tengo que poner lo que en realidad corresponde, me meten preso –sigue– otra que los dos que están hace 70 días presos”, dice en referencia a los casos de Roberto de la Cruz Gómez y de Daniela Calarco, cuya liberación se selló horas después de esta movilización (https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1828888596100866456).

¿Cómo hacer para mantener la poesía y cierto humor ante semejante niveles de violencia, económica, simbólica y de todo tipo? Juan Manuel no pierde la calma: “A mí me hicieron un reportaje a los 10 días de comenzado el gobierno y yo dije que (a Milei) había que colgarlo en la Plaza de Mayo”. Dice que avisó temprano, pero que no le dieron bola, siempre jodiendo, aunque algunos usuarios de la red social X se lo hayan tomado en serio: “Un tipo subió el video ese diciendo que había que meterme preso por terrorista, diciendo que cómo no hay ningún fiscal que actúe de oficio” cuenta como explicando su paso de la literalidad a la metáfora, siempre desde el humor, en medio de un clima caldeado.

Ahora prefiere hablar a través de sus carteles, que se reproducen más que las amenazas de trolls pagos de las redes: “Para ellos la realidad son las redes, y la vieron bien porque la verdad que sí, sin propaganda ni nada ganaron”. Asegura sin embargo que “detrás de Milei, Lemoine y todos esos cuatro de copas, hay gente muy pesada”.

El sentimiento de la calle: los jubilados se movilizaron contra el veto de Milei

Foto: Juan Valeiro para lavaca

Lo sabe porque los conoce de cerca: Juan Manuel tiene un hermano que se llama Jorge Rafael, en honor a Videla, que es candidato por La Libertad Avanza en un municipio de la provincia de Córdoba. “No hablo con él desde 2015, ni para Navidad”, cuenta mientras agradece a la vida que le haya tocado en la repartija de nombres el del caudillo federal.

¿Ve algún grado de salida, optimismo o esperanza ante tanto paparulo? “No. Los únicos que están poniendo lo que hay que poner son los jubilados, no me jodas”, termina y repite: “Todo eso con el bombo y la marchita, no sirve para nada, eso quedó en el siglo 20, no va más: hay que ser más creativos”, repite antes de que lo interrumpa un pedido de selfie.

Jorge tiene una bandera más seria y roja que dice “Jubilados Insurgentes”. Es parte de este grupo (https://lavaca.org/mu191/jubilados-as-insurgentes-viejos-meados/ ) que sostiene las marchas de todos los miércoles, los semaforazos alrededor del Congreso, y organiza movilizaciones como ésta, en articulación con partidos, sindicatos y otras organizaciones de jubiladas y jubilados. Analiza: “El tema central es que tenemos el gran freno de la CGT que, como los dirigentes son empresarios, no están defendiendo los intereses de los trabajadores. Esa es la mayor traba que hay ahora. Si no, estaría toda la gente en la calle hace rato”.

Le pregunto a Jorge cuál es la capacidad de aguante, según la teoría presidencial de que si la gente se estuviera muriendo de hambre, se moriría realmente. Jorge aclara que eso es exactamente lo que sucede: “En realidad ya existe el genocidio silencioso. Muchos jubilados se han muerto por falta de medicamento, por falta de nutrición, pero esas estadísticas no aparecen como muerte violenta: son silenciosas. Milei ha instrumentado el genocidio silencioso, de acuerdo a su ideología, que es el de sálvese quien pueda y que sobreviva el más fuerte; lo ha dicho explícitamente e implícitamente muchas veces”.

Le pido que grafique cómo funciona esa ley para ellos, los jubilados, acaso los más desprotegidos de la selva: “Hay dos niveles, el índice de indigencia y el índice de pobreza. Bajo el índice de pobreza hay aproximadamente, 4 millones y medio a 5 millones de jubilados; bajo el índice de indigencia, ya hay un millón de jubilados”.

¿A cuál pertenece? “Y yo estoy en el límite, cobro la mínima entre la indigencia y la pobreza, o sea tengo que hacer algún trabajito extra, algo para poder comer simplemente. El tema es que, además, aunque nos aumenten, las tarifas suben por el ascensor, mientras nosotros subimos por las escaleras. Y las tarifas están haciendo ese genocidio silencioso, de no poder usar electricidad, de no poder usar el gas, de no poder comer bien, haciendo que la calidad de vida se vaya deteriorando de una manera absolutamente impresionante”.

¿Qué ve hacia adelante? Todo mal: “Que los próximos 6 meses van a ser terribles, incluso peores de los que vinieron, si es que no hacemos algo”. Todos los miércoles, jubilados y jubiladas marchan.

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Verdad y consecuencias del veto a la movilidad jubilatoria: el día que puede cambiar todo

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La votación en el Congreso liquidó una etapa. Javier Milei ganó dos veces, y perdió quizás otras dos.

Por Anabella Arrascaeta y Lucas Pedulla Fotos Juan Valeiro/lavaca.org

La votación en el Congreso liquidó una etapa. Javier Milei ganó dos veces, y perdió quizás otras dos. Ganó al conservar el veto. Y al ganarle a la oposición, a costa de desprestigiar al Congreso. Perdió, aunque eso está por verse, al atacar a jubiladas y jubilados: al hacerse fuerte con los débiles. Lo hizo el menemismo en los 90 (con Domingo Cavallo y Norma Pla como protagonistas) y fue un hito que todavía se recuerda: los principios del fin. Lo hizo Macri en 2017, y tuvo como respuesta los primeros cacerolazos contra su gobierno, que en varios sentidos comenzaba a terminar. Está por ver entonces qué perdió Milei hoy en términos electorales.     

La noticia indica que el gobierno consiguió eliminar una fórmula ínfima de aumento planteada por una gran mayoría del Congreso, que en realidad intentaba remendar la caída de los ingresos de los jubilados producida por la política económica oficial. Vetó eso: lo ínfimo, con aval parlamentario y esos votos que cambiaron de posición de modo pornográfico gracias a las trampas de la llamada “casta”, que quedó claramente liderada por el propio Presidente.

El otro daño es al propio sistema representativo. A la democracia y a la lógica. Una política de desmantelamiento y destrucción, aquella que Milei definió ante medios internacionales como “un topo que ama destruir al Estado”. ¿A qué costo?

Eso es lo que a partir de hoy comenzará a estar en juego.

Este miércoles, las mutaciones más emblemáticas se dieron en el bloque legislativo del partido más antiguo del país, la Unión Cívica Radical, y en el de Innovación Federal, subordinado a algunos gobernadores.

Verdad y consecuencias del veto a la movilidad jubilatoria: el día que puede cambiar todo

Foto: Juan Valeiro para lavaca

La secuencia que se pudo conocer comenzó con los supuestos tironeos y cenas de reconciliación entre Milei y Mauricio Macri. Los tironeos le permitieron a Macri negociar mejor. Consiguió que los trolls del oficialismo dejaran de atacarlo con cuestiones relacionadas con su causa por el Correo, con un posible alivio también en términos judiciales propiciado por el gobierno ante jueces amistosos, y promesas de beneficios para distritos con gobernadores afines: CABA (con Jorge Macri pulseando los fondos coparticipables), Neuquén (Ignacio Torres) y Entre Ríos (Rogelio Frigerio). De esta última provincia llegó una de las sorpresas: dos días antes de la votación, el gobierno designó en Salto Grande a Pedro Galimberti, diputado nacional por Entre Ríos y de excelente relación con Frigerio. Habían competido en la interna de Juntos por el Cambio, finalizada la cual se convirtieron en aliados inquebrantables. Frigerio sugirió a Galimberti para Salto Grande y todo se produjo en sintonía con la actualidad: al salir de la Cámara el radical, se eliminó un teórico voto contra el veto, y se sumó a favor el de su reemplazante, Nancy Vallejos, que es del PRO, como Macri y Frigerio. De paso, el señor Galimberti accede a un salario que triplica al que tenía como diputado, pero además se efectiviza en dólares (y se repite el modelo de la senadora Lucíla Crexell a quien enviaron a la UNESCO como embajadora de 20.000 dólares mensuales, tras su apoyo a la Ley Bases).  

Verdad y consecuencias del veto a la movilidad jubilatoria: el día que puede cambiar todo

Foto: Juan Valeiro para lavaca

Los arreglos de Milei culminaron con Macri promocionando el apoya al veto, e influyendo seguramente en otros votos y abstenciones que lo favorecieron. Otro intercambio muy comentado en el Congreso es el que obtuvo Rodrigo de Loredo: un subordinado político, Pablo Yannibelli, fue designado por Sandra Pettovello como rector organizador de la Universidad de Río Tercero, en Córdoba.

La historia de este veto es infinitamente más larga, y se irá conociendo. Mientras tanto este miércoles Milei tuiteó: “Hoy 87 héroes le pusieron un freno a los degenerados fiscales que intentaron destruir el superávit fiscal que los argentinos con tanto esfuerzo logramos conseguir”. La tercera parte del ajuste que permitió ese superávit se pagan reduciendo las jubilaciones. En la calle una señora de 84 años lo sintetizò así: “Con este gobierno por fin tenemos libertad. Libertad para morirnos de hambre”.

Veto a las jubilaciones: Quiénes dieron vuelta su voto

Son las 15.30 y hace cuatro horas que se inició la sesión. Ese es el momento en que la Cámara de Diputados de la Nación decidió negarle 15 mil pesos de aumento a las y los jubilados, cifra que equivale a “una docena de empanadas” tal como graficó Rodrigo De Loredo, presidente del bloque radical que primero impulsó la ley y hoy posibilitó que quede firme el veto presidencial.

Esa incongruencia marcó este día.

Verdad y consecuencias del veto a la movilidad jubilatoria: el día que puede cambiar todo

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Hubo 248 diputados y diputadas presentes y 8 ausentes. 153 votaron a favor de la ley, 87 lo hicieron en contra (o sea: a favor del veto) y 8 se abstuvieron, ayudando así a conseguir lo que el gobierno necesitaba: hundir al Parlamento. Para lograrlo Milei se sacó una foto el día anterior a esta sesión y en la Casa Rosada con cinco diputados de la UCR, aunque quizá sea más preciso denominarlos macristas: Martín Arjol (Misiones), Luis Picat (Córdoba), José Federico Tournier (Corrientes), Mariano Campero (Tucumán) y Pablo Cervi (Neuquén). 

El flash provocó que la Convención Nacional de la UCR emitiera un comunicado llamando a que los legisladores integrantes de esa fuerza sean coherentes. 

No.

Durante las exposiciones de hoy insistieron. “Los que den vuelta los votos van a tener que dar explicaciones”,  increpó a sus compañeros Pablo Juliano.

 “Se van a publicar los datos fiscales de agosto y van a ser muy holgados, va a quedar demostrado que el gobierno tenía cómo pagarlo, es inmoral”, les advirtió otro radical, Martin Tetaz.

El jefe del bloque De Loredo y Tetaz intentaron, minutos antes de la votación, salvar algunos de los artículos votándolos por separado.

No. 

A los cinco fotografiados de ayer, al momento de la votación se sumaron dos más, que huyeron para no votar: Gerardo Cipolini (Chaco) y Roxana Reyes (Jujuy).

A la acrobacia política del radicalismo se sumó la voltereta del bloque Innovación Federal. Agustín Domingo, jefe del bloque, anunció en su alocución: “No vamos a votar en contra de esa decisión política que tomó el Presidente, pero tampoco vamos a convalidar”, aunque luego comunicó que el bloque completo se iba a abstener, y así convalidar el veto. Fueron 8 diputados en total: además de Domingo (Rio Negro), Alberto Arrúa (Misiones), Carlos Fernández (Misiones), Pablo Outes (Salta), Yamila Ruiz (Misiones), Daniel Vancsik (Misiones), y Yolanda Vega (Salta). 

Sí.

Al veto presidencial en el Congreso le sobró así apoyo parlamentario.

No.

“Pueden vencer pero no convencer”, sintetizó Miguel Angel Pichetto, diputado de Encuentro Federal, un sector que hasta ahora se consideraba dialoguista.

En tanto, en la Casa Rosada se estaba produciendo otra foto, esta vez con senadores que mañana tendrán que negar o aprobar, entre otras cuestiones importantes, los millonarios fondos reservados a la SIDE, esa entidad encargada de investigar secretos.

Verdad y consecuencias del veto a la movilidad jubilatoria: el día que puede cambiar todo

Arriba: Luis Picat, José Federico Tournier, Mariano Campero, Pablo Cervi, Agustín Domingo y Carlos Fernández. Debajo: Martín Arjol, Alberto Arrúa, Yamila Ruiz, Daniel Vancsik, Yolanda Vega y Pablo Ismael Outes.

La calle brama

Aunque no lo parezca, hay una Gloria insurgente.

La frase no es poética ni romántica, sino descriptiva: sobre la esquina de Rodríguez Peña y Rivadavia, frente a una Plaza de los Dos Congresos colmada en rechazo al veto del presidente Javier Milei de la movilidad jubilatoria, está Gloria, con sus 69 años y sus compañeros y compañeras del colectivo Jubilados Insurgentes, que todos los miércoles, a las 15.30, marchan alrededor del Congreso junto con otros colectivos de jubilados. 

Esa impronta -sensible, política, persistente e insistente- viene marcando la agenda pública frente a las políticas de ajuste del Gobierno, siendo los jubilados y las jubiladas quienes están en la primera línea de cada conflicto desde diciembre a la fecha. Todos los miércoles la presencia oscila, en general sin cobertura mediática, pero esa lucha llenó este miércoles la Plaza: “Estamos marcando la experiencia vivida y diciéndole, a toda la sociedad, que la única manera que tenemos los trabajadores, activos y pasivos, de defender derechos y conquistarlos, es la lucha en la calle. No tenemos otra herramienta”.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca

Gloria mira la plaza: “La sociedad tiene que estar plena acá, acompañando, porque es una cuestión de tiempo: es un problema actual, pero también para la posteridad. Ya hemos pasado muchísimas luchas. Hubiéramos preferido poder estar un poco más cómodos, pero siempre les digo a mis hijos: prefiero morir en la calle y no sentada en un sillón”. 

Bastones, antiparras y convicciones

Sonia (74), Isabel (77) y Nilda (69) están en el medio de la Plaza. Son amigas de la vida y de las marchas. Sonia tiene un cartel que pregunta: “¿Vos podés vivir con $230.000? Juicio político! Nos están matando”. Ella no puede, y por eso sigue trabajando vendiendo libros: “Tengo 50 años de marcha. Lo que nos queda de vida no queremos vivirlo así. Por suerte, hoy vino mucha gente joven”, celebra, aunque aclara: “A la que no entiendo es a algunos jóvenes de ahora. Mucho desafecto. Hay una teoría de la crueldad que está haciendo mella”. Nilda tiene solo su jubilación: “Reconozco que me tienen que ayudar. Vengo porque no quiero que mis hijos vivan mal. Me rompí para que ellos estudiaran”. A Isabel tampoco le alcanza, y por eso limpia casas: “Vengo de una generación militante de los setenta. A mi mamá Evita le dio una máquina de coser, pero este Estado es muy cruel: vino a devastar el país”. Isabel tiene bastón: “Pero vengo igual, papi, porque esto es para ustedes”.

Sobre Callao y Rivadavia está Mercedes, tiene 69, es vecina del barrio, y caminó las diez cuadras que la separan de su casa con una cacerola, una cuchara que la hace sonar, un silbato, y unas antiparras: “¿Por qué te pensás que son? ¡Porque hay gases!”, responde ante lo obvio, aunque no es una obviedad que una jubilada deba manifestarse con protección para sus ojos. “Uno tiene que tratar de cuidarse pero sin dejar de salir -explica-. Hay que morir de pie. Hay que enseñarle a los jóvenes que hay que tener convicción. La convicción viene con uno, pero a veces se pierde: mirá a los diputados y a los senadores”.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Mercedes ya no come queso, ni pescado, ni carne, tampoco se da “el lujo” de salir a tomar un cafecito, y tiene que pagar expensas que superan los 150 mil pesos por mes. Desde su cacerola y sus antiparras, Mercedes propone, situada en lo que significa este día: “Hay que reconstruir la política. Desde el peronismo, el radicalismo. Hay que trabajar con gente con convicciones”. ¿Es lo más difícil en estos momentos? “Falta, sí, pero yo ya estoy jugada. Prefiero morir de pie -repite-. No me interesa más nada: luchá, salí a la calle a luchar. Tenemos que estar más juntos, con nuestras diferencias políticas”.

Mercedes pregunta: ¿Sabés qué?, bajaría las banderías políticas y pediría que nos abracemos todos”, dice, señalando a todo lo que la rodea: Polo Obrero, MST, MTE, ATE, SUTNA, y siguen las banderas de sindicatos, partidos y movimientos sociales. 

Y reitera como un mantra: “Hay que buscar gente con convicciones”.

Marta: la enseñanza del Himno

A unos metros, Marta cuenta que sigue dando clases de matemática, física y química en una escuela porque alquila y no le alcanza. Responde, increíblemente, con una sonrisa: “Es un día extraordinario, porque tenemos la oportunidad de luchar”, dice a sus 80 años, lo que indica que vivió muchas épocas. “Además, hay que defender nuestros derechos”. 

Con la juventud, dice, sería muy simple, y apela al recuerdo emotivo, sensible: “Tienen que recordar que los abuelos que vienen hoy son los que lo llevaron a pasear hace algunos años atrás, a la plaza o la calesita. Eso tiene que estar presente en el recuerdo de ellos”.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Tiene una bandera argentina que lleva atada al cuello como una capa de superhéroa, con inscripciones que escribe ella, con fibrón negro, antes de cada marcha. Una dice: “La patria no se hace, la patria no se vende, la patria se construye”. 

Señala otra: “Se levanta a la faz de la tierra una nueva y gloriosa Nación, coronado su sien de laureles y a su planta rendido un león”. Entonces vuelve, increíble y hermosamente, a sonreír: “Ahí va a terminar Milei. No lo digo yo: lo dice el Himno Nacional Argentino”. 

“No defiendan lo indefendible”

Son las tres y media de la tarde y los movimientos de la policía en la calle ya disponen la coreografía. Sobre Callao, frente al Congreso, hay un espacio sólo ocupado por las fuerzas, debido a que los cordones de Rivadavia y en Yrigoyen, en cada esquina del Palacio, evitan que la movilización se amalgame. Sobre ese hueco aparece un camión hidrante apuntando en dirección a Rivadavia, varias motos, y también federales con armas largas. El tablero está claro: son las tres y media y la Cámara baja está por votar.

Mercedes tiene 66 años, se jubiló hace tres meses después de trabajar 40 años como enfermera en Hospital de Clínicas, y llora: “No me alcanza para el alquiler, no me alcanza para comer. Gracias a Dios compañeros me consiguen algún remedio. Le pido a Milei que no siga contra los jubilados. Lo único que hicimos fue trabajar, trabajar y trabajar, nada más. Por favor, chicos, ustedes tienen que luchar por el futuro. Son la juventud. No sé cuánto nos queda a nosotros de vida”.

Verdad y consecuencias del veto a la movilidad jubilatoria: el día que puede cambiar todo

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

De fondo se empieza a escuchar un estribillo: “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”, uno de los primeros cantos tras conocerse el resultado de la votación, que no alcanzó los dos tercios necesarios para rechazar el veto presidencial. 

El otro es aún más directo: “Hijos de puta”. 

La bronca empieza a correr y se traslada sobre el vallado que, en Callao y Rivadavia, únicamente separa al Congreso de la multitud. Allí se vuelca la rabia.

El vallado cae y muchos cruzan. La policía responde con disparos y el hidrante avanza. Ante el caos, la multitud corre en dirección a la avenida Corrientes. Muchas personas lloran, entre ellos jóvenes. Los jubilados no pueden correr: allí van con andadores, con bastones, con lo que sea que hayan ido para ayudarse a caminar por las calles porteñas. 

Entonces la actitud de muchos jóvenes es la misma: muchos se hacen cargo de un jubilado, de una jubilada. Uno de los periodistas de lavaca se acerca a una señora, mientras suenan los disparos. “No te preocupes por mí. Corré vos que podés”, dice. Le decimos que no, y la acompañamos hasta un kiosco, donde queda resguardada. La escena se repite por miles, una práctica que contrarresta la teoría de la crueldad expresada previamente con otra que marca exactamente lo contrario, en una calle que, en lugar de colapsar ante el miedo, en cada protesta se reconoce más a sí misma.

Luego, sobre Riobamba y Mitre, en otro de los vallados, esos mismos jubilados se plantan cara a cara con los policías, que constantemente amagan, con un movimiento de mano, sacar gas pimienta, pero ya no pueden.

Uno les dice: “Te reís de los viejos, lacra”.

Otro les avisa: “No se le pega a los viejos: te vas a jubilar con un sueldo de mierda”.

Otra les grita: “Me estoy muriendo, sinverguenzas. Se van a morir de angustia. Ya les va a tocar”.

Otra los convoca: “Dense vuelta: este tipo no tiene piedad con nadie: si no la tiene con un viejo, menos las va a tener con ustedes”.

Y Antonio les advierte: “Con todo respeto te lo digo: vas a llegar a mi edad y te van a cagar la vida. Dense cuenta ahora lo que están haciendo. No les insulto ni nada, es con respeto, pero vos no naciste de un repollo: tenés madre y padre, que seguro tienen mi edad. No defiendan lo indefendible. Te repito: no defiendan lo indefendible”. 

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.

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Foro de Madrid: las batallas de los malos y los buenos

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Buenos Aires fue sede del Foro Madrid, que reúne a las derechas y ultraderechas de distintos países. Inauguró Javier Milei. Ocurrió el jueves 5 y viernes 6. Pantallazos y miradas sobre la izquierda, el aborto, el liderazgo, el ajuste, la no izquierda, lo woke, el neocomunismo, las guerras, las batallas culturales y otros enigmas.

Por Sergio Ciancaglini Fotos: Juan Valeiro

El mail para poder ingresar al III Encuentro Regional de Foro de Madrid-Rio de la Plata 2024, planteaba tres advertencias.  

“No se permitirá el ingreso de:

  • Bebidas, alimentos o sustancias ilegales.
  • Armas de ningún tipo (armas de fuego, munición, cuchillos de cualquier tamaño, tasers, spray de pimienta, etc.).
  • Artículos que puedan ser considerados un peligro para la seguridad o una molestia para los participantes o los invitados”.

Confirmada la ausencia de esos accesorios policiales, se podía partir hacia la sede del evento: el “Palacio Libertad”, en referencia al CCK y ex edificio del Correo, que en su frontispicio sigue teniendo tallado en piedra “Centro Cultural Kirchner”.

En la explanada de entrada se ven tres obras. La estatua El Cartero, que certifica que existió una época epistolar en el mundo. Otra dedicada a Samuel Morse, el inventor del telégrafo y del código para utilizarlo que incluye el cada vez más necesario S.O.S. Y el monumento donado por el Estado Plurinacional de Bolivia en homenaje a una mujer, Juana Azurduy, heroína de la independencia frente a España, todo lo cual podría ser considerado una molestia para los participantes o los invitados.

Se  armó una prolija hilera para entrar desde las 7.30 de la mañana, 6º centígrados. Había un joven con el logo de su campera curiosamente impreso no en el frontispicio sino en la espalda, con una marca a tono: The North Face.

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Javier Milei en el escenario. Foto: Juan Valeiro para lavaca

La serpiente vs. la no-izquierda

Una vez dentro del CCK la larga cola se hizo sinuosa para que la gente pudiese entrar, cual la serpiente de cascabel que ilustra la bandera de Gadsden, símbolo de la derecha internacional. La comparación no es abusiva ya que el Foro Madrid que organizó este encuentro es justamente un intento de reunir a la derecha de distintos países. Sin embargo hay derechistas que consideran que el Foro y su inspirador –el partido Vox español a través de la Fundación Disenso, todo inspirado por Santiago Abascal– son la ultra-derecha. Es una diversificación de los matices que pululan desde el centro derecha hasta el neofascismo que se percibe en cantidad de lugares.

El Foro Madrid se plantea como objetivo: “Generar conciencia a nivel internacional sobre las consecuencias del avance de la extrema izquierda, su agenda ideológica y su fracasado sistema de gobierno”.

Otro: “Contrarrestar las estrategias de influencia geopolítica del Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla, construyendo una red de aliados a favor de la libertad en todos los países de la Iberosfera”.

En la convocatoria se asegura que “en Argentina se libra una batalla por la libertad que va a definir el futuro de las naciones de Iberoamérica” y se propone “recuperar los espacios de libertad arrebatados por la izquierda criminal y la no-izquierda en el mundo occidental”. No hubo definiciones sobre qué es la no-izquierda.

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Santiago Abascal, de Vox. Foto: Juan Valeiro para lavaca

El conquistador y el capitán

Se abrió la entrada a la sala. Al finalizar la hilera serpenteante, la mayoría del público se dirigió a la derecha, pese a que entrando por izquierda era mucho más sencillo conseguir mejores ubicaciones. Tal vez no haya sido ideológico, sino masificación, imitación (o, peor aún, colectivismo).

La plataforma Evenbrite, con la que se accedía a un lugar gratuito, anunció bastante antes que las entradas estaban agotadas. Sin embargo, de las poco más de 550 butacas habilitadas se ocuparon apenas las dos terceras partes: no más de 400 personas durante el discurso del presidente Javier Milei, aunque algunos medios hablaron de 900 en un posible error de tipeo o exceso inflacionario. (Pronto se vería que, tras el discurso de Milei, el Foro se reducía a unas 150-200 personas).

Milei llegó al salón acompañado por Santiago Abascal, quien en 2019 se hizo fotografiar con un casco de conquistador español, tipo Hernán Cortés. El español quedó reducido a la nada frente al argentino que se disfrazaba de capitán Ancap (a-narco capitalista) o imitaba cantantes del siglo pasado. Milei lo acompañó este año a otro encuentro de la ultraderecha española como apoyo a las elecciones al Parlamento Europeo, en las que Vox fue prolijamente derrotado consiguiendo menos de la mitad de los votos que anunciaban las encuestas.

Por la Fundación Disenso, el español Jorge Frías elogió a Milei como “un faro de libertad” y presentó a Abascal como líder mundial del movimiento conservador y patriótico”. 

Abascal pasó al escenario para abrir el evento con Milei aplaudiéndolo en primera fila: “El Foro de Madrid significa que los buenos estamos organizados y unidos” dijo en una oración con extraños ecos argentinos. “Somos los que defendemos todos los órdenes de la libertad, el derecho a la vida desde el vientre materno, la democracia de verdad. Estamos contra el neocomunismo, el kirchnerismo, el sanchismo, el crimen organizado que representa el socialismo en el mundo”. Agregó al narcotráfico, los que suben impuestos, los que prohíben la libertad de educación, de las empresas, la agenda globalista “woke” (progresista), la Agenda 2030, la dictadura climática. Elogió a Milei por su “victoria apabullante”, como un líder global, y el único del grupo de organizados y unidos que llegó a la presidencia.

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Bolsonaristas reclamando por los golpistas presos. Foto: Juan Valeiro para lavaca

Ratas inmundas

Cuando le tocó hablar, en referencia a lo dicho por Abascal y para aliviar sus habituales arengas sobre ficción económica, leyó Milei: “Es interesante porque Santiago,  con  mucha generosidad,  describía el impacto internacional, que se está generando, a partir de lo que hacemos en Argentina. Obviamente  como líder de este movimiento,  me toca estar en la primera fila y tener un nivel importante de exposición y, obviamente, que a las ratas inmundas, fracasadas y liliputienses domésticas les molesta profundamente”. Esas palabras enfáticas encendieron al auditorio iluminado de azul.

Otro párrafo: “No solo estoy poniendo a la Argentina al tope mundial, siendo uno de los dos políticos más conocidos del mundo junto a Donald Trump, sino que además estoy haciendo el mejor gobierno de la historia Argentina”. Planteó algo de lo que le llega de la orilla contraria: “Días atrás quien fuera el ministro de Economía del autócrata golpeador, Alberto Fernández, confesó que como la pandemia les levantaba la imagen, la usaron y nos encerraron por rédito político”.

Salió Milei de la sala y llegaba el turno de su vocero Manuel Adorni a quien se presentó como autor de una “ponencia magistral”. Más de la mitad de la sala prefirió la libertad de no padecerlo, y concretó velozmente lo que podría considerarse un clásico mutis por el Foro.

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Mientras hablaba Adorni, selfies de jóvenes libertarios con la señora Lemoine. Foto: Juan Valeiro para lavaca

Narrativa delirante

En el hall de entrada pululaba alguna gente categoría senior aunque varios se quedaron estoicamente a seguir escuchando. Gente adusta, muy en modo-Foro. Y además una mayoría de sub-30 que no suelen trajinar estos eventos. Una juventud excitada, sonriente, dividida en grupos que llegaron juntos a ver a Milei, con trajes de ocasión y mochila, cabelleras revueltas o jopos rígidos según el caso: la nueva camada de funcionarios, asesores & afines que aspira a integrar los futuros cenáculos y/o farándulas del poder y sabían que ya no tenían mucho que hacer allí. Uno de los jóvenes se fugaba con un abrigo negro seguido por cuatro personas, clonando el estilo del asesor Santiago Caputo quien a su vez lo clonó de Cillian Murphy y la serie Peaky Blinders.

Un grupo de brasileñas y brasileños bolsonaristas estaba con banderas reclamando la libertad de los supuestos presos políticos que tomaron la sede del gobierno, del parlamento y del Tribunal Supremo en Brasilia (2023) contra el triunfo de Lula. “Tenemos 2.000 presos políticos en Brasil y 400 en Argentina” decía una señora junto a Fernando Cerimedo, director de La Derecha Diario y dueño de varias redes y plataformas que trabajaron también para Bolsonaro e incitaron con fakes aquel levantamiento. En 2023 Bolsonaro fue inhabilitado por el Tribunal Supremo Electoral de Brasil para ejercer cargos públicos hasta el año 2030, por alentar una “narrativa delirante con efectos nefastos para la democracia”.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca

Pandemia, verticalismo y patria

Por el hall del CCK se movía otra señora, de apellido Lemoine, también adusta y atenta siempre a los micrófonos. Entre los jóvenes, en cambio, Leonardo Repetto lucía descontracturado: “Soy presidente de la juventud de La Libertad Avanza en Ituzaingó” se presentó ante la consulta. “Tengo 20 años, y estoy contento de que se arme algo a nivel internacional, con Europa, Norteamérica, Sudamérica, porque ellos están todos juntos, el bloque colectivista que va contra la libertad y con un Estado omnipresente, autoritario, casi paternal”.

Sobre el Estado: “Al principio se decía voy a destruir al Estado’, pero no. Cómo te diría, es una metáfora. No va a destruir al Estado. Eso del topo. En realidad lo que va a hacer es achicarlo para reducir el déficit fiscal. O sea: no se puede destruir al Estado siendo presidente, claramente. Es un oxímoron, si se le puede decir”.

Define a LLA como un grupo verticalista, y cree que la pandemia fue el quiebre que lo llevó al poder: “Muchos jóvenes estaban con el kirchnerismo pero se hartaron por la pandemia. Ese fue el punto de inflexión cultural que hizo que muchos jóvenes miraran hacia otro lado, y aparecieron las ideas de la libertad, Milei, y todo lo demás”. Otra percepción: “Para los jóvenes te reconozco que está muy difícil, no hay trabajo, no se llega a fin de mes, los alquileres, pero viene desde hace rato esto. Te diría que 10 o 20 años. ¿Y sabés cuál es el problema? El déficit fiscal. Entonces financiás el gasto, y tenés inflación, pérdida del poder adquisitivo y todos los problemas que tenemos”.

Sin embargo ahora el gobierno dice que no hay déficit pero crece la pobreza, el desempleo, y el ajuste no lo paga la casta sino los jubilados. “Pero fíjate que hasta Cristina vetó el 82% móvil para los jubilados porque le rompía el equilibrio fiscal. Así que eso es algo que hay que hacer” replica impermeable.   

Le planteo las referencias a lo patriótico en el Foro, en tiempos de globalización gobernada por las multinacionales. ¿Cómo ensamblan esas dos cosas? “Eso de la patria es un tema que bueno, tiene connotaciones con el peronismo. ¿Qué es la patria? Es una terminología. Nuestro trabajo es cuidar la cultura, seguir comiéndonos el asado los domingos, cantar el Himno, no solo la marcha peronista. Hay muchos nacionalistas que no son liberales, pero tampoco son peronistas. Se confunde mucho. Lo que hay que ver es cómo puede avanzar el Estado con un rol no interventor y que cuide la propiedad privada y la vida”.

Responde que está a favor del aborto. “Pero que se pague. La clase media y la clase alta lo pueden pagar”. También está en favor de la legalización de las drogas: “Claro, que puedan venir empresas como la de Mike Tyson a producir cannabis. Esas cosas recuperan la economía. Con la cocaína es más complicado, pero hay que despenalizar el consumo personal. Además, la marihuana no mata a nadie, el alcohol y el cigarrillo sí, y son re legales. El asunto es que nadie va contra el narco” dice, y se va con el grupo trajeado de posadolescentes que lo acompaña.

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Vocero Manuel Adorni durante su ponencia magistral. Foto: Juan Valeiro para lavaca

Alquileres y trolls

Mariano Pérez, 23 años, quería ser periodista deportivo, estudió para eso en River, es youtuber y tiene el canal BreakPoint. “Ahí tengo un millón y pico de suscriptores, en Twitter 90.000. Con Milei se dieron todas las cosas juntas, ese carisma, las ideas correctas, todo fue una ecuación que se expresa mucho en redes sociales. Al periodismo tradicional eso le molesta mucho pero todo lo que se generó con las redes es impresionante”. La gente pasa, lo saluda: “Es muy loco todo, el cariño, ser conocido”.

Se plantea que todos estos ex influencers están ahora trabajando para el gobierno, por sumas bastante mayores que las de la inmovilidad jubilatoria. “No, para nada. Yo no. Me está yendo muy bien de antes, cuando empecé a hacer dos o tres programas diarios por youtube”.

Dice que está contra el aborto, de la legalización de las drogas, y elabora un discurso clásico de combate contra el flagelo del narcotráfico. Sobre la crisis económica actual: “Los precios están bajando, y venimos de una crisis absoluta. Yo creo que hay esperanza. Yo pude alquilar”. Le recuerdo que puede hacerlo por estar en una situación privilegiada: “Pero antes no había departamentos. Ahora aparecieron”. Nuevamente lo impermeable.

¿Y los ataques sistemáticos de trolls contra quienes cuestionan cualquier cosa del gobierno? “Para mí buscan conspiraciones”. Los ataques son sistemáticos y elaborados. “Bueno, a mí me putean miles de veces en las redes, y entiendo que es gente enojada, no digo que sea un ejército de trolls. Eso era en la época de Macri y Marcos Peña. Ahora es gente que yo conozco y que opina lo que quiere. No hay que buscar fantasmas. Gracias”.

Buscando la salida

Lucía Montenegro acepta hablar. “¿Pero dónde está la salida?” me pregunta mirando desconcertada los enormes espacios vacíos del CCK. Se detiene para responder: “Soy legisladora porteña. Es cierto que este es un espacio donde hay un solo líder. Un líder mundial. Lo acompaño desde el minuto uno y ahora estamos con el armado nacional así que haciendo muchas cosas”. Sobre las internas: “Acá no estamos fragmentados. Es muy fácil porque hay que hacer solo lo que él dice. Todavía pasó poco tiempo para armar y conocernos, pero es algo normal. El tiempo acomoda las cosas, pero va a seguir todo adelante”.

Cree que lo crucial para haber llegado hasta aquí es lo siguiente: “La elocuencia. Cien por cien la elocuencia. Pero además de todo Javier es fuego, es incendio, es emoción, es amor, es pasión. Y es fundamentalmente inteligente. Además es sincero, honesto, convencido. Me tengo que ir. ¿Será por allá? ¿Quién sabe por dónde es la salida?”

Érica es otra veinteañera que llegó con un grupo aunque dice que no trabaja para el Estado. Está en favor del aborto libre seguro y gratuito. “Es que eso es personal. Macri estaba por las dos vidas, y bueno. Cada uno piensa lo suyo. Soy cajera. Trabajo en el sector privado. Vine con un grupo de chicos de LLA. Antes era del PRO, estaba con Bullrich fiscalizando incluso, pasó todo lo que pasó, y ella ahora está en el gobierno, y yo empecé a entender que este era un camino. La libertad, las ideas, no es que comparta la totalidad, pero Juntos por el Cambio no existe más. Hubo quiebres, internas que se ventilaban, de todo. Entonces nos seguíamos hundiendo, o veíamos este camino”. Sobre la crisis, que no paga la casta sino la sociedad: “Yo entiendo. Es como tantas cosas que están mal, senadores que tienen asesores, los jubilados siempre salen perdiendo, y quiero pensar que en algún momento lo van a arreglar”.

Foro de Madrid: las batallas de los malos y los buenos

Selfies de jóvenes libertarios . Foto: Juan Valeiro para lavaca

Armas para los recursos naturales

En el salón en penumbras seguían las ponencias del Foro, no demasiado magistrales. Como tantos otros foros (de izquierda e incluso de no-izquierda) el detalle es que todos los expositores muchas veces parecen decir lo mismo. El número de asistentes seguía evaporándose. Uno de los puntos del documento final planteó: Reafirmamos la voluntad de seguir dando la batalla cultural sin cuartel por la defensa de Occidente frente al marxismo cultural destructivo y la ingeniería social totalitaria en todas sus manifestaciones, llámese wokismo, progresismo o socialismo de cualquier tipo”.

Hubo intervenciones de Andy Olivastro, de la Fundación Heritage: “Saben que la izquierda es un veneno. Estamos aquí para aplastar a la izquierda, para sofocar al Estado y para restaurar el autogobierno”.

“La izquierda está divorciada de la realidad; y debemos romper el control que tienen sobre la gente. Su visión del mundo es la antítesis de la buena vida y socava los principios de libertad y prosperidad que valoramos”. Hernán Cadavid: “Lo único que ha hecho la izquierda es demeritar la justicia, derrotarla, y haberla sometido. No podemos perder la batalla de la opinión pública, como instrumento de guerra política”.

Hubo intervenciones contra Venezuela, Cuba y Nicaragua.

El ministro de Defensa Luis Petri dijo: “Comprar un sistema de armas, es comprar paz. Es tener el poder disuasivo para evitar que te agredan y eventualmente evitar que se apropien de nuestros recursos naturales”, como si la apropiación de tales recursos fuese un problema militar, y no lo que está facilitando el RIGI lanzado por el gobierno y votado en el Congreso. Nahuel Sotelo: Le vamos a dar batalla al globalismo, a la Agenda 2030 y nos vamos a parar contra los organismos internacionales para defender la soberanía argentina”.

Saliendo de la sala de luz azulada podían contarse al menos a tres asistentes que se habían rendido. Descansaban plácida y profundamente en sus butacas, bocas levemente abiertas, ajenos a tantos alborotos y palabras sinuosas. Un posible signo de sabiduría: ante ciertos sueños, algunas personas pueden considerar que lo que más les conviene hacer es quedarse irremediablemente dormidas.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca

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Vetados y reprimidos: la ronda de los miércoles de los jubilados fue atacada por un desproporcionado operativo policial

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Miles de efectivos de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería fueron lanzados a la zona de Congreso para reprimir la tradicional ronda de los miércoles de jubilados alrededor del Palacio Legislativo. La violencia institucional contra los jubilados resultó un show desproporcionado del protocolo que viene aplicando el gobierno.

Crónica, videos y fotos: Franco Ciancaglini y Juan Valeiro.

Ocurrió el mismo día en el que el Observatorio de la Deuda Social de la UCA (Universidad Católica Argentina) reveló que se llegó al nivel de pobreza más alto desde 2004: 52% de la población, con un 18% de indigentes.

Vetados y reprimidos: la ronda de los miércoles de los jubilados fue atacada por un desproporcionado operativo policial

Foto: Juan Valeiro para lavaca

En la marcha de este miércoles en el Congreso ante el veto presidencial contra el ínfimo aumento dispuesto por los legisladores, los jubilados tuvieron apoyo de asambleas barriales y organizaciones políticas. Las fuerzas de seguridad se instalaron entre esos manifestantes y los pequeños grupos de jubilados y jubiladas, que fueron atacadas con particular saña con golpes y pulverizaciones de gas pimienta dirigidas a sus ojos. Dentro del Congreso exponía el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.

Una de las jubiladas atacadas le decía a las fuerzas del supuesto orden: “No tienen corazón”.

En el otro video, una jubilada hablándole a los policías, que ni se dignan a mirarla. Tal vez sean símbolos de esta época: gente intentando hacerse entender frente a autoridades que no entienden razones y que les mintieron al decir quién iba a pagar el ajuste, que se terminó pagando principalmente con las jubilaciones.

Foto: Juan Valeiro para lavaca

En este caso puede observarse otra imagen de la desproporción del operativo represivo usando la fuerza contra quienes no pueden defenderse y reclaman por verse privados su mínimo patrimonio y sus derechos.

Otra jubilada, enfrentando con palabras a quienes responden con agresiones.

Y un jubilado pidiendo acaso lo imposible: “Ponete en mi lugar”.

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1831422081302720572

Fue una segunda parte de la violencia que se ejerció contra los jubilados la semana pasada, tratando de evitar que se manifiesten en un reclamo legítimo: que les respeten aunque sea el ínfimo aumento que ni siquiera compensa las pérdidas que vienen sufriendo en los últimos meses.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca

El 12 de septiembre, jueves de la semana próxima, se producirá una marcha convocada hasta ahora por las dos CTA, el Frente Sindical por el Modelo Nacional y la Corriente Federal de la CGT contra el veto al aumento mínimo a las jubilaciones que ese día deberán debatir los legisladores.

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