Actualidad
Ómnibus marcha atrás: no fue ley

El oficialismo no avanza, puso el freno a la discusión parlamentaria, y mandó a comisión la llamada Ley Ómnibus (“Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos”) ante el fracaso de su intento de aprobarla a cualquier costa. De ese modo quedaron anulados los artículos que se habían votado en particular este martes, y la aprobación en general producida la semana pasada.
El reflejo inmediato se vio en las calles de Buenos Aires, donde la gente salió con sus cacerolas y el tránsito fluía al son de los bocinazos celebratorios, con la policía antidisturbios esta vez en un rol más bien decorativo mientras se convertía en tendencia un nuevo nombre: Javier Niley. El cambio inesperado en plena sesión, el cuarto intermedio con diputados en fuga, los razonamientos en el recinto y la recomendación de no subirse a ningún pony.
(Esta producción de lavaca se hizo gracias al esfuerzo de Anabella Arrascaeta, Lina Etchesuri, Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi).
La policía garantizaba el flujo de tránsito a las 8 de la noche de este difícilmente olvidable 6 de febrero en Rivadavia y Callao, frente al Congreso Nacional. Un día de 43º de sensación térmica, y tarifazo de bochorno en los medios de transporte. Ante la policía, la gente permanecía en las veredas, golpeando tachos y cacerolas. Esta vez en tono de fiesta.
Entonces los autos pasaban y tocaban bocinazos también celebratorios y compartidos hacia quienes estaban en la vereda. Los colectiveros también. La policía miraba ese flujo de festejos, sometida a la irrelevancia con sus trajes antidisturbios, obligada a cuidar un orden que se cuidaba solo. Cuando la luz se ponía roja, la gente de la vereda pasaba a la acera, frente a los automovilistas, a continuar armónicamente ese concierto de cacerola y bocina. Al cambiar la luz, volvían a la vereda. Y la fiesta volvía a empezar. En este lugar comenzó la oposición a la actual gestión, la noche del 21 de diciembre, cuando Javier Milei acompañado por un grupo de seguidores y ministros anunció el DNU, dando lugar al nacimiento del primer cacerolazo que se concentró, justamente, frente al Congreso.


Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Seguir perdiendo
Todo había empezado un rato antes, en el palacio legislativo: la Cámara de Diputados. El diputado Eduardo Valdés advirtió a lavaca lo que resultaba un misterio. Hubo primero un cuarto intermedio con jefes de bloque oficialistas y amigables opositores que huyeron del hemiciclo para reunirse quién sabe dónde con el presidente de la Cámara, Martín Menem. La movida había comenzado cuando Miguel Pichetto (Hacemos Coalición Federal) dijo durante el debate: «Al oficialismo le pedimos que tenga una cuota de flexibilidad, les encanta seguir perdiendo». Nueva demostración de opositores queriendo facilitarle a Javier Milei las cosas, sin éxito.

Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Se produjo la reunión secreta, a la que no pudieron asistir Miriam Bregman (Frente de Izquierda) ni Germán Martínez (Unión por la Patria). Martínez luego aclaró a lavaca: “Nunca hay que tratar de ir a una reunión a la que no te invitan”. Oficialistas y opositores colaboracionistas volvieron al rato y allí Oscar Zago (La Libertad Avanza) pidió la palabra y propuso el envío de la Ley Ómnibus a comisión. El asombro inundó a la Cámara, y en el Salón de los Pasos Perdidos se veía a asesores y asistentes varios mirando las bellas baldosas en silencio, y a demasiados otros riendo, aplaudiendo y abrazándose.
La propuesta de Zago, votada a mano alzada, implica que todo lo discutido hasta ahora vuelve atrás: tanto la aprobación en general de la Ley como los puntos votados este martes en particular. Fue asombroso saber que el ministro del Interior, Guillermo Francos, en televisión, dijo que “solo va a comisión el tratamiento en particular” de la Ley, desconociendo la metodología parlamentaria: el paquete entero propuesto por el Ejecutivo debe ser tratado desde cero en comisiones, como ocurrió durante el último mes.
Apareció un comunicado de LLA: «La traición se paga cara y La Libertad Avanza no va a permitir que los gobernadores extorsionen al pueblo para mantener sus privilegios. La Ley Bases vuelve a comisión».
Otro de Presidencia de la Nación: “Este martes, los gobernadores tomaron la decisión de destruir la Ley ‘Bases y Puntos para la Libertad de los Argentinos’ (sic) artículo por artículo, después de acordar acompañarla”. Quien escribió esto supone además que la actitud de los gobernadores implica “traicionar a sus votantes”.

Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Un tercer comunicado, obviamente por Twitter (X) fue del propio Javier Milei. Título: “La casta contra el pueblo”. Nuestro programa fue votado por el 56% de los argentinos y no estamos dispuestos a negociarlo con quienes destruyeron el país”, plantea, como ajeno a todos los problemas. Remata: “Vamos a continuar con nuestro programa con o sin el apoyo de la dirigencia política que destruyó nuestro país”. El ministro Guillermo Francos planteó que el modo de continuar adelante puede ser mediante una consulta popular o por DNU. Los medios oficialistas balbuceaban la hipótesis del plebiscito, o la desmentían, confirmando cierto estado de desorientación en un grupo gobernante en el que Karina Milei, Santiago Caputo, Nicolás Posse, Luis Caputo, Victoria Villarruel, Federico Sturzenegger, Patricia Bullrich y Mauricio Macri siguen haciendo sus propios juegos, mientras Sandra Pettovello convoca a los sectores más castigados de la comunidad a hacer fila para no atenderlos.

Fotos Lina Etchesuri para lavaca
En Diputados
El ambiente se había empezado a tensar cuando llegó la votación del segundo capítulo de la Ley: los artículos 3 y 4 contenían las facultades delegadas. De 11 ya habían bajado a 6, y por un año.
El artículo resultó afirmativo con 134 votos: 37 de La Libertad Avanza, 37 del PRO, 29 de UCR, 12 de HCF, 9 de Innovación Federal, 3 de Independencia, 2 de Producción y Trabajo, 2 de Buenos Aires Libre, 1 de Avanza Libertad, 1 de CREO, y 1 de La Unión Mendocina. En contra fueron 119: 97 de UxP, 5 del FIT, 11 de HCF, 4 de la UCR, y 2 de Por Santa Cruz.
El capítulo 4, establecía las bases de las delegaciones. Emilio Monzó (Hacemos Coalición Federal) interrumpió a Bornaroni, encargado del gobierno de informar sobre los artículos, mientras leía: “Son 500 y pico de artículos, si vamos a leer cada uno y tardamos 3 minutos en votar, son 10 días solo votando. Si sumamos los 10 minutos de cada orador, vamos a estar un mes votando. Economicemos el tiempo porque sino la ley no sale”.
Lo engorroso del tratamiento se daba porque el oficialismo seguía buscando acuerdos y la letra de muchos artículos se habían modificado desde el dictamen de mayoría firmado dos semanas atrás, a esta altura una eternidad. Pero se complicó más: Rodrigo De Loredo, UCR, pidió que el artículo 4 se vote por inciso.

Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Fue el artículo que más intervenciones tuvo: la mayoría de rechazo. Cristian Castillo, del Frente de Izquierda, dijo que los diputados y diputadas que votaran ese capítulo se tenían que hacer cargo de que estaban estableciendo “una dictadura civil”. Pablo Juliano, UCR, remarcó que era difícil separar la delegación de facultades de un control y anticipó el voto en contra. Carla Carrizo, del mismo partido, retrucó en el otro sentido: “Lo nuestro siempre fue gobernabilidad con control”. Las voces en contra se multiplicaban. Mónica Fein, de Hacemos Coalición Federal, no iba a acompañar pidió que se tenga en cuenta el dictamen de minoría que impulsaba junto a Margarita Stolbizer, Natalia De la Sota y Esteban Paulón. Cuando habló Paula Oliveto, Coalición Cívica, dejó en claro que su espacio no iba a acompañar lo que consideraba “darle un cheque en blanco al gobierno de Milei”, y agregó: “Tenemos temor a una democracia débil porque una democracia débil termina dejando a todos nosotros en una situación de indefensión. no se puede ser medio republicano, a la república se la defiende siempre”. En ese momento Elisa Lilita Carrió tuiteaba que dar facultades delegadas era “traición a la patria”.

Fotos Lina Etchesuri para lavaca
A llegar la noticia del fallecimiento del ex presidente chileno Sebastián Piñera, la cámara se puso de pie e hizo un minuto de silencio.
Después todo volvió a empezar. Litza, Alianielo, y Ledesma, todos de Unión por la Patria se expresaron en contra. También lo hizo Leopoldo Moreau: “Las facultades hay que dárselas a la sociedad argentina, que se tiene que defender de este atropello”. La lista siguió hasta Moreno Ovalle, único diputado que tomó la palabra para pedir abiertamente desde el oficialismoel voto a favor.
La votación del artículo 4 se fragmentó tanto que varias veces se tuvo que preguntar qué se estaba votando: del inciso a al g, se votó en bloque: afirmativo. Después empezó la sangría de votos. El inciso h resultó negativo, era el que le daba facultades para transformar, modificar, unificar o eliminar asignaciones específicas, fideicomisos o fondos fiduciarios públicos. El inciso i también negativo, se rechazaba así lo referido a ordenar y regular el sistema energético. El siguiente, inciso j, también negativo: la Cámara no aprobaba fortalecer la actuación de las fuerzas de seguridad en una determinada serie de delitos. Así, aunque se votaban las emergencias, se limitaban las facultades en esas emergencias, y el oficialismo empezaba a quedarse sin puntos neurálgicos de la ley.
El siguiente capítulo, el quinto, establecía la reorganización administrativa del Estado. Fue rechazado casi en su totalidad. Se votó contra regular y concentrar en un marco regulatorio la organización y funcionamiento interno del Sector Público nacional; transferir órganos o entes a provincias; suprimir competencias, funciones y responsabilidades superpuestas, duplicadas o cuyo mantenimiento se haya tornado manifiestamente innecesario.
La catarata de rechazos siguió. La Cámara rechazó privatizar total o parcialmente o liquidar empresas, sociedades, establecimientos o haciendas productivas cuya propiedad pertenezca total o parcialmente al Estado Nacional; y acto seguido también dio rechazo a intervenir todos los entes, empresas y sociedades del Sector Público nacional.
Fue cuando el oficialismo pidió 15 minutos de cuarto intermedio. Justo antes de votar el artículo 7 que declaraba las empresas sujetas a privatización. Se intuía lo que luego se supo: no había acuerdo
Ya en el cuarto intermedio, mientras las negociaciones se hacían en otro lado, Pablo Carro, (UxP) comentaba sobre la delegación de facultades legislativas al Ejecutivo que se habían votado favorablemente: “Habría que pasar en limpio el resultado, pero es mucho menos que lo que esperaban. La de seguridad, la de fondos fiduciarios, no van a poder cerrar el Conicet. Este cuarto intermedio es sospechoso, pero también puede significar que no están teniendo los votos suficientes”.

Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Luego fue el momento en el que Oscar Zago planteó devolver el proyecto a las comisiones, obligando a que todo vuelva a ser nuevamente tratado (si es que el oficialismo insiste). Más tarde Zago declaró que la responsabilidad fue de los “bloques que responden a gobernadores”. “Lo que faltaron fueron los votos que se comprometieron. Dijeron a la mañana que eran positivos y fueron negativos”. Los desacuerdos: el gobierno no quería coparticipar el impuesto PAIS con las provincias, había diferencias densas con el tema de las privatizaciones, y la oposición estaba además planteando nuevos mecanismos para evitar seguir convirtiendo a las personas jubiladas en objeto de violencia institucional y pauperización masiva, a través de la licuación de sus ingresos. En esas cosas el gobierno se muestra inflexible, y su ministro de economía reincidiente, Luis Caputo, postula la necesidad del sufrimiento (de «los argentinos», no el suyo, obviamente).
La Coalición Cívica (que integra Hacemos Coalición Federal) votó contra la delegación de facultades. Juan Manuel López, jefe del bloque, dijo a lavaca sobre lo ocurrido: “Falta de experiencia, enojo, capricho. Ojalá que el gobierno entienda que el diálogo no es negociación, es charlar para mejorar la ley. Acá manda el número porque en la democracia manda el número. Si hubo extorsiones las tiene que explicitar. Hay cosas que no podían dejar de aprobar y ellos retiraron lo más delicado que era la reforma jubilatoria, que venimos pidiendo hace rato. Acá están barajando y dando de nuevo. Todo volvió a foja cero, y tienen un congreso dispuesto a trabajar todos los días y que estuvo ayudando, pero no se dejan ayudar, no es todo o nada”. Nuevamente se hace poco nítida la diferencia entre oficialismo y ciertas formas de oposición.
En el caso de la UCR el comunicado increíble que emitió compite con LLA por su sesgo oficialista: «Vamos a seguir trabajando para retomar el camino del diálogo constructivo y que este Congreso otorgue los instrumentos que pide el Poder Ejecutivo para llevar adelante su plan de gobierno». Puede recordarse que Milei acusó a los radicales de «corruptos», «coimeros» e «idiotas útiles».

Fotos Lina Etchesuri para lavaca
En otro pasillo el jefe del bloque de UxP Germán Martínez: “Estábamos todos sin brújula, eso es lo que pasó”. Contó que Pichetto le dijo “ganaste pibe, disfrutá”. Sobre lo que vino pasando: “Todo fue importante, el paro, las movilizaciones de la izquierda, la minuciosidad que le pusimos al tratamiento de cada cuestión”. Sobre lo que viene: “Tendrán que procesar el fracaso que tuvieron”. Y otro argumento para que nadie de desubique: «Sigamos trabajando con seriedad y con humildad. Que nadie se suba a un pony».
Mónica Frade (HCF) bajaba la escalera hacia la calle, donde se escuchaban ya las cacerolas: “En la sesión ya nadie sabía lo que estaba pasando porque en tiempo real estaban modificando los artículos. Se había descontrolado todo. Supongo que eso llevó al oficialismo a querer levantar la sesión. Fue desconcertante lo que pasó. Creo que perdieron el rumbo”.
En la calle
La calle, a las seis de la tarde, estaba opaca. Parecía no tener nada que ver con los tres días de la semana pasada. Casi no había fuerzas de seguridad, apenas un puñado de efectivos de la Federal enfrente de jubilados y jubiladas, que no dejaron de cantar un segundo. Enfrente, en la plazoleta del Congreso, más banderas que personas: MST, Política Obrera, Polo Obrero, un sector de ATE, y la convocatoria llamada por Unidxs por la Cultura. El clima reflejaba lo que adentro se estaba votando: a esta hora ya se habían aprobado las emergencias, algunas facultades, pero comenzaban a llegar los primeros rechazos.

Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Sobre el costado de la plaza en Hipólito Yrigoyen empezaban a llegar asambleas de barrios porteños y del conurbano. Érica Seitler es concejala del FIT en Moreno, docente, y parte de la asamblea de ese municipio: “El gobierno Milei está dispuesto a entregar todos nuestros derechos, bienes naturales y me queda que la oposición real está acá en la calle. Hay que reforzar la organización. Y que la CGT llame a un nuevo paro”.

Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Sobre la plaza, Ana -72 años, de Loncopué, Neuquén-, Estela -64, de Formosa- y Moira -80, del barrio porteño de Bella Vista- dialogan en medio de los primeros rumores que comienzan a circular. Moira: “Este hombre nos vende todo”. Ana: “Está licuando todo el país, los derechos por los que luchamos más de un siglo. No sé qué experimento quieren hacer con entregar el país entero a las corporaciones, a Estados Unidos e Israel. Estamos preocupadas por estos legisladores vendidos. Es urgente estar en la calle”.

Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Estela: “Es un momento de expresarse en contra y que los diputados escuchen la realidad, porque se está vendiendo todo”. Ana recuerda la dictadura: “Nosotras la vivimos, pero los civiles volvieron con el menemismo, con Macri y con estos ahora ya por todo. Esos civiles que nunca rindieron cuentas, porque los militares estaban al servicio de este plan. La sensación es que si seguimos así desaparecemos como país”.
A las 19.30 circula una información: la sesión se levantó y todo vuelve a comisión. “¿Qué significa?”, fue una de las preguntas que más se escuchó. Pero los cantos y los primeros bocinazos iban confirmando lo que se tomó como un triunfo de estos días de protesta en la calle.
Así lo interpreta Rubén, 71 años, de Jubilados Insurgentes, que soportaron gases y palos miércoles, jueves y viernes de la semana pasada: “Es un pequeño triunfo, pero el triunfo verdadero es que este gobierno caiga por completo. Ellos, a nosotros, consideran que no producimos. Imaginate que si quieren llevar a la clase trabajadora al semiesclavismo, a nosotros directamente nos quieren eliminar. Somos el blanco predilecto, porque la represión de la última movilización empezó por nosotros. Y acá estamos”.

Fotos Lina Etchesuri para lavaca
La calle, ahora sí, es un festejo. No solamente por las banderas y los que ya estaban una hora y media antes, cuando las caras estaban largas, sino autos, motos y hasta colectivos que no paran de tocar bocinas. De pronto, esos mismos vehículos que la policía está dejando circular previniendo cortes tanto en Rivadavia como en Callao, se convierten en un festival de bocinas que expresan puro festejo. Pasan autos con ventanillas abiertas y manos al aire que muestran diversos carteles de cara a las banderas y las propias fuerzas:
- “Basta de ajuste y represión”.
- “No a la ley ómnibus”.
- “Milei, vos sos la dictadura”.
- “Argentina en peligro x la concentración de poderes en manos del gobierno”.
Nelson, 35, tiene uno de esos carteles: “Más que un festejo, es una medida de lucha. Para apoyar hay que salir a las calles, apoyar el plan, la CGT y CTA tienen que llamar a paro hasta que caiga el DNU, y no se puede dejar que el ajuste pase. Es ahora o nunca”.
Se hace de noche y el clima es futbolero, sonrisas, abrazos. Los autos circulan por avenida Rivadavia y por Callao, y las manifestaciones se llevan adelante de forma pacífica en las veredas y la plaza. Hay un grupo sobre la esquina del Congreso que, al menos durante media hora, sostiene una coreografía interesante y muy divertida: cuando el semáforo corta en Callao, salen a la calle a cantar y cacerolear sobre Callao, y cuando el semáforo corta Rivadavia, repiten la secuencia sobre esa avenida. La policía no puede decirles nada, porque el semáforo está en rojo. Así una vez, y otra, y otra, y otra, de una esquina a otra.
Maca y María son dos de esas personas, docentes de La Plata. Estaban desde las seis, cuando ya las facultades extraordinarias parecían un hecho consumado: “Es una victoria, un primer triunfo del pueblo, así que estamos contentos. Pero ojo, cada vez tenemos que ser más. Se puede. Y hay que recordar: en los tres días que estuvimos movilizando, la represión fue tremenda, con gases, palos y detenidos. Por eso se festeja así”.
¿Qué significa esto?
-Que luchar sirve.


Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Actualidad
Marcha de jubilados: lo que une el espanto

Dos fotoperiodistas detenidas. Seis personas heridas. ¿Cuál es la causa de la tendencia represiva creciente, y en particular contra la prensa? Lo que plantean quienes monitorean la violencia policial, con cifras concretas, a cinco meses del ataque al fotógrafo Pablo Grillo que este miércoles volvió a ser operado. Mientras tanto, en Congreso se volvió a marchar: las divisiones entre diversos grupos, y lo que los une como sector que sigue siendo símbolo de movilización en estos tiempos. ¿Cómo se vive hoy? El combate a la naturalización, datos sobre emperadores, el diálogo trans con un medio oficialista. Vetos, votos y una pregunta: “¿Nos pueden entender?”.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
“Estamos acá porque le tenemos más miedo al hambre que a la represión”.
Quien habla es Gladys, 63 años, enfermera jubilada del hospital Rawson. Lo dice pasadas las 3 de la tarde, ni bien había arrancado la concentración de jubiladas y jubilados para exigir el “no al veto” del gobierno de Javier Milei a la módica suba de los haberes que en realidad no es una suba sino devolver ese 7,2% arrebatado con el shock inflacionario que generó al asumir.
En Congreso, dos horas después, pasará lo de siempre y lo que nunca podrá naturalizarse: la represión policial, en este caso acompañada de dos detenciones arbitrarias por parte de la Policía de la Ciudad, en la esquina de Rodríguez Peña y Bartolomé: Camila Luciana Rey, fotógrafa y Yazmín Orellano, ambas de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) fueron capturadas al voleo.


Camila Luciana Rey y Yazmín Orellano. El momento de la detención «al voleo» en Congreso, y la imagen de la policía llevándolas en la comisaría. Fueron liberadas después de las 22 horas.
El puñado de fotógrafos y periodistas que presenciaron el hecho afirmaron: “Las cazaron”. Minutos después, la fuerza de seguridad porteña se las llevó en una camioneta a Combate de los Pozos 155. Luego fueron trasladadas a la comisaría de Tacuarí e Independencia. Las acusan de “lesiones”, “atentado y resistencia a la autoridad”. Después de las 22 ambas fueron liberadas.
La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) contabilizó seis personas heridas en dos eventos represivos de la tarde. La tendencia: hasta fines de junio, la CPM había registrado en seis meses 130 detenciones arbitrarias contra 93 del 2024. En el mismo período, las personas heridas también superaron a todas las del año pasado: 1.251. Entre ellas hubo 179 trabajadoras y trabajadores de prensa. El informe completo puede leerse aquí: https://www.comisionporlamemoria.org/project/informe-especial-represion-de-las-fuerzas-de-seguridad-a-las-manifestaciones-publicas/
Rodrigo Pomares, del Centro Provincial de la Memoria, planteó a lavaca: “Hay una preponderancia en la represión hacia los sectores de los medios y fotoperiodistas, y un límite muy concreto al desempeño de los medios de comunicación y en algunos casos de quienes cubrimos las manifestaciones con el objetivo del monitoreo”.
Para Pomares “La motivación más evidente es que quieren evitar el registro de las represiones y que se puedan reconstruir luego las secuencias de la represión como ocurrió en el caso de Pablo Grillo y tantos otros. El registro de la prensa y de quienes estábamos monitoreando permitió reconstruir lo que pasó, y aportar esos datos a la justicia. Eso es lo que parece evidente que quieren evitar”.

Otra operación a Pablo Grillo
Este martes se cumplieron cinco meses del miércoles 12 de marzo, cuando durante otra represión a la marcha de jubilados, el gendarme Héctor Guerrero le disparó de forma totalmente ilegal una granada de gas lacrimógeno al reportero gráfico Pablo Grillo. El impacto dirigido a su cabeza casi lo mata y perdió parte de la masa encefálica. Este miércoles a la mañana, Pablo fue operado con éxito una vez más: esta vez, le colocaron una prótesis en la cabeza (dos placas en ambos hemisferios). “La operación duró tres horas y salió bien, ahora hay que esperar la evolución”, dijo Fabián, su papá. El gendarme Guerrero, autor material de ese disparo, recién será indagado el próximo 2 de septiembre.
Dice Ana María, 72 años, durante la marcha: “Se está normalizando lo que jamás se debe hacer normal. Hoy prendés la tele y escuchás: ‘Otro miércoles más que les pegan a los viejos’. Todo al revés. No se puede naturalizar que se le pegue a nadie”.

Divisiones y reflexiones
El modus operandi de las Fuerzas de Seguridad genera efectos colaterales. A la represión concreta, literal, manifiesta, visible –granadas, gases, camiones hidrantes, palazos– se le suma la silenciosa, la invisible, la que divide para reinar: las fragmentaciones que se generan –o potencian– internamente entre las múltiples organizaciones de jubilados.
Hoy, mientras Jubilados Insurgentes terminaba de marchar alrededor del Congreso y doblaba en Rodríguez Peña, parte de las Mesa de Organizaciones caminaba por Hipólito Yrigoyen, mientras que otro grupo permanecía parado frente al Congreso.
Mario es un jubilado que todos los miércoles da el presente. «Más allá de las divisiones hay que tener plena conciencia de que el enemigo es uno solo: el gobierno, y el plan criminal que está aplicando. Hay que pensar mucho más en la unidad porque con ella vamos a poder conseguir disminuir la intensidad del ajuste».

Betty, 65 años, es enfermera jubilada del hospital Penna. Habla sobre la fragmentación notoria: “Vengo acá para sumar un granito de mostaza para conquistar nuestros derechos como jubilados, más allá de las organizaciones a la que cada uno represente. Yo soy autoconvocada y vengo por lo mal que la estoy pasando. Tenemos que defendernos con nuestras tristezas y con nuestras experiencias, que valen un montón”.
¿Cómo se vive en estos días? “Con los 350 mil pesos que cobro no llego a comer todos los días. Espero que este gobierno se vaya pronto y no lo digo porque sí: estoy viviendo mal, estamos viviendo mal, ¿me pueden entender? ¿nos pueden entender?”.
Un poco más allá estaba Vic, trans que había llegado desde Parque Patricios. “Vine a apoyar la lucha de los jubilados porque es una lucha contra el odio la que nos une”. Se acercó un periodista de La Nación + preguntándole si es jubilada.
Vic fue notablemente ilustrativa en su respuesta: “No. Soy odiada y hambreada y solidaria como ellos”.

Lo que no cambia
Gladys y Betty, las enfermeras jubiladas, vienen cada miércoles porque las une la bronca a esta gestión nacional. Como a tantos otros, y como decía Jorge Luis Borges, no los une el amor sino el espanto.
Hay otro punto de unión: la injusticia que están viviendo. Gladys: “Si no venimos, si no nos hacemos escuchar, van a creer que está todo bien, que estamos conformes, y no es así. Tenemos haberes miserables, mientras los legisladores cobran 9 millones, es una vergüenza”. Y subraya: “Esta vida es una vergüenza, parece como si quieran matarnos”.

Jubilada y un arma novedosa: pompas de jabón.
Betty la interrumpe: “Es que sí, nos quieren matar. Milei es un déspota, un criminal, que se complace en sacarnos a los pobres lo poco que tenemos”. Se hace una pregunta: “¿Cómo se explica, si no, que pretenda que vivamos con 350 mil pesos? Seguro que para mantener a esos perros grandes que tiene gasta mucho más que eso. Es un atorrante”.
Más allá de la represión policial (primero las fuerzas federales y desde hace tres miércoles la Policía de la Ciudad) y las divisiones de las organizaciones de jubiladas y jubilados, hay algo que no cambia: la convocatoria permanente cada miércoles a las 15 frente al Congreso de la Nación, potenciada desde hace diez días cuando Javier Milei vetó el aumento de 7.2% de las jubilaciones y el retorno de la moratoria previsional. Al ratificarse el veto, el aumento de agosto para las y los jubilados fue del 1,62%, por lo que la jubilación mínima sigue desplomada, en $ 314.243,51.

Manuel, 75 años, cuenta por qué sigue viniendo: “El objetivo común es ponerle un freno a Milei, que está haciendo padecer a la Argentina. Debe entender que es el Presidente, no un emperador como pretende ser, que no acata las leyes ni las instituciones”.
¿Cómo se lo frena? “Como creo que en la democracia, el parate a Milei debe hacerse en las urnas y para eso hay que hablar con cada persona, crear conciencia, seguir desmintiendo todas las barbaridades que dice. Por eso también estamos hoy acá y seguiremos estando”.
Manuel lleva un cartel que dice: “Milei vetó, nosotros votemos”. Y lo firma “un viejo meado”.
Cierra, hasta el próximo miércoles: “No nos quedemos en casa, es la única manera de cambiar esto”.

Actualidad
Carne

Por Claudia Acuña.
Son las siete y cuarto de la tarde y en la sucursal del supermercado Coto de la calle Castro Barros, barrio de Almagro, hay cuatro mujeres haciendo fila en la sección carnicería. La primera es una anciana que tiene en las manos apretado el monedero y la mirada atenta en el corte de la carne que pretende: ojo de bife. Le pide al muchacho que tiene el cuchillo expectante en el trozo que le saque toda la grasa que pueda para que pese menos. El muchacho lo hace con esmero. La mujer le pide luego que lo corte lo más finito que pueda. El muchacho lo hace con precisión milimétrica. “Doscientos gramos”, le anuncia y la mujer agradece. Dirá luego, sonriendo, que quiere darse ese “gustito” porque hace tiempo –no dice cuánto, pero suena a demasiado– que no come carne. El muchacho le entrega la bolsa sin mirarla a los ojos: fija la vista en la siguiente mujer, más joven, que está acompañada por su hija, que no supera el metro de altura y parece estar cantando para sí misma Ojalá, el tema de María Becerra.
“Oja-ojalá-lá
que te vuelva el karma
Eras un muñeco
porque no tenías alma….”
La mujer pide dos churrascos de paleta. Otra vez: cortados finitos.
El muchacho vuelve a esmerarse y luego, los pesa.
Teclea en la calculadora de la balanza. La mujer está expectante de los números digitales y cuando asoma el resultado ordena:
“Deja solo uno”.
La balanza vuelve a dictar la cotización.
La mujer señala entonces con esperanza un fragmento que quedó en la tabla.
“Probá con ese que parece más chico”, pide.
El muchacho prueba.
La balanza dictamina el mismo precio que con los otros dos.
“Dejá uno solo”, repetirá la mujer casi sin voz.
Cuando el muchacho le entrega la bolsita, agrega:
“Perdón”.
La tercera mujer pregunta si hay huesos para caldo.
El muchacho responde que ya se los llevaron todos.
La mujer se va.
La cuarta soy yo, que estoy sin palabras.
El silencio obliga la mirada del muchacho directo a los ojos.
“Así, todo el día”, dirá.
¿Hace falta decir algo más?
(Imagen, diario Tiempo Argentino)
Actualidad
San Cayetano: 15 kilómetros de realidad

Desempleo, estampitas, falta de comida, espigas, chicha (nueva droga que invade los barrios, gracias a la crisis), vetos, bendiciones y maldiciones, goleadas, votos, malos pensamientos, arrepentidos, desquicios, la forma actual de la corrupción, la inseguridad, los zombies. Los temas que no aparecen en la política, resurgen con San Cayetano, que volvió a reunir a la gente para pedir y agradecer trabajo entre otras cosas, para tener paz y para marchar a lo largo de 15 kilómetros hasta Plaza de Mayo. Conversaciones en ese trayecto que atraviesa varias avenidas del presente.
Por Lucas Pedulla
Fotos: Juan Valeiro
Marcela, 52 años, vende espigas a 1.000 pesos en la estación de Liniers. Llegó de Lanús a las nueve de la noche del miércoles para vender en las inmediaciones de la iglesia de San Cayetano, patrono del pan y del trabajo, en su versión 2025. Lo primero que percibió fue la cantidad de personas que iban a pedir comida. «Un montón, el año pasado traían sus viandas», compara.
No le sorprende: ella está más ajustada, el alquiler sube y las matemáticas para alimentar tres hijos necesitan otras audacias. No habla de cifras, solo dice que «cuesta más».
¿Y el gobierno? Revolea los ojos: «Soy de derecha, pero no lo voté».
¿A quién votó? «A Bullrich. Después no voté porque no me convencían ni Massa ni Milei. Por eso ahora tampoco voy a ir a votar». Bullrich está en el gobierno y como ministra de Seguridad es la que reprime todas las semanas a jubiladas y jubilados. Marcela levanta los brazos: «Estoy en contra de que hagan eso, como también de las barbaridades que está haciendo con los vetos».
Marcela ofrece espigas a quienes pasan, y vaticina las próximas elecciones: «Para mí le va a ir mal. Está desquiciado».

De los gases a las espigas, la alegoría de Marcela refleja también algo de esta Argentina, un día después de la dura goleada sufrida por el gobierno en la Cámara de Diputados (12 a 0 entre leyes votadas y vetos rechazados), en medio de otra cruda represión a jubilados y trabajadores de prensa. Entre ellos, el fotógrafo de la agencia AP Rodrigo Abd, que salió un rato de la clínica a donde lo atienden para ver la marcha que hoy no pudo cubrir: le están haciendo estudios por una inflamación en la parte media de su oído derecho por el impacto del chorro del camión hidrante que recibió ayer en la Plaza de los Dos Congresos. Fue uno de los atacados por la policía de un gobierno que publica en las redes propias y de sus asalariados: “No odiamos lo suficiente al periodismo”.

Pensamientos y bendiciones
Sobre la calle Cuzco, entre puestos de estampitas y velas con promos de dos por 1.000, siguen las filas para que los curas bendigan espigas, estampas y velas. Ema, 65 años, y Marcelín, de 68, son una pareja de jubilados que cobran la mínima y también se vinieron de zona sur, de Glew. Marcelín dice que la cosa está brava: «Uno viene a agradecer por todo lo que San Cayetano nos ha dado hasta ahora. La situación está bastante comprometida: todo lo que es para bien lo vetan enseguida». Por eso, suma Ema, hay que agradecer: «Y pedir por los hijos y los nietos. Está difícil para los jóvenes, no hay expectativa para un chico de 20».
Ema pide si podemos, por favor, no hablar de política. «Uno viene para tener paz y transmitirle paz al otro. Si todo el tiempo estamos con malos pensamientos…», dice pero no termina la frase porque la fila avanza y el cura está ahí y ella va rumbo a la bendición: «Nos vemos».

La agenda invisible
Desde allí se prepara para salir la novena movilización que los movimientos sociales nucleados en la UTEP organizan en el día de San Cayetano. También adhirieron y convocaron gremios, sobre todo de las dos CTA, que caminaron unidas. La marcha cruza toda la ciudad por una de sus arterias principales, Avenida Rivadavia, que conecta el territorio porteño con un oeste infinito. Liniers, casa de la iglesia, oficia de punto neurálgico donde también llegan vecinas y vecinos de todo el conurbano.
La distancia total a Plaza de Mayo es de 15 kilómetros. Hubo una posta en Flores, frente a la Basílica donde comenzó su carrera Jorge Bergoglio. Lo recordaron con un audio suyo, ya como Papa Francisco, donde habla de cuidar el medio ambiente y luchar por paz, pan, tierra, techo y trabajo. Es el primer San Cayetano sin Francisco como actor espiritual y político.

La marcha arrancó a las 9 de la mañana, llegó a Casa Rosada cerca de las 14, y tuvo en Congreso la sumatoria de columnas nutridas que cruzaron la 9 de Julio en dirección a Plaza de Mayo, a donde llegaron, como llegan hace nueve marchas, con una agenda de temas tan profundos que no entran en los debates políticos: comedores, trabajadoras de cuidado, jóvenes en proceso de recuperación de adicciones, recorte de alimentos, falta de acceso a la tierra, y parálisis de la obra pública de integración socio-urbana que lo único que permite es el avance de la narcoestructura territorial.

Cuando te comen la cabeza
Mauricio, 27 años, es uno de los que puede jactarse de caminarse todo. Milita en la JP Evita. Vino del barrio Victoria, en Moreno, la última estación del tren Sarmiento. «Laburo para pibes desde 18 años y la cosa está fea. La última vez salimos a repartir 320 porciones de comida. En un día. Es un montón. Y vemos que mucha gente del barrio que antes no venía, ahora llega. Impresiona: cada vez se suman más».
Otra cuestión es el consumo problemático: «Está a full, y sube cada día. Intentamos hablar con los jóvenes para que no caigan, pero es una problemática que crece. Peleamos para frenarla. Pero al pibe le comen la cabeza. El transa de la esquina les dice: ‘Vendé acá y te doy plata». Y los pibes, lamentablemente, con eso los compran. Pero no les dan nada».
Para Mauricio, el hambre y el consumo son dos temas ausentes del actual debate político. ¿Cómo buscar de nuevo a esos pibes? “Siempre les hablo para enamorarlos de la política. Le digo: ‘En la política está todo’. Hay desencanto, sí, pero por cómo está el país entienden que tienen el poder para cambiarlo. Hasta con un voto”.

La estrategia electoral de Arturo
Por Rivadavia también marcharon jubilados que todos los miércoles están en Congreso. Uno de ellos es Arturo, vecino de Almagro, que tiene una de las mejores estrategias de comunicación alguna vez creadas: con una sartén ya rota por los golpes que le propina con un utensillo de metal, se mete en cuanto comercio o local ve abierto. Y grita, por cuadras: “Fuera Milei, estafador. ¡Gobernás para los ricos!”. Se asoma a kioscos, verdulerías, cafeterías y aprovecha los momentos que las puertas de algún COTO o banco se abren: “Fuera Milei, ¡fuera!”. Hasta algunos policías ya sonríen. El cálculo de Arturo: “Hoy conseguí 1.000 votos”.
Arriba de un tractor cruza la 9 de Julio el padre Toto, de la parroquia Virgen de Caacupé, de la Villa 21: “Esta marcha es donde tengo que estar”. Una entrevista con Toto y su trabajo en el barrio sobre la cuestión de consumo se publicará en la próxima edición de MU.

La chicha y los zombies
Samantha, 30 años, es de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) de Rafael Castillo, en La Matanza. En el comedor dan de comer a 30 personas por día y cada vez son más. “Los maridos se quedan sin trabajo y no les alcanza para pagar las cuentas. Dejan de pagar las tarjetas de crédito. Los chicos sólo comen gracias a los comedores de los colegios”.
Cuenta que entró una droga nueva al barrio, a la que llaman “chicha” y definen como peor que el paco: “La consumen muchos jóvenes, pibes de 14 o 15 años. Los deja como zombies. A veces ni te reconocen. Chicos que iban al colegio y de pronto dejan”. Al debate político también le falta una discusión seria sobre seguridad, explica Samantha: “Es un tema llevar a mi nene a las 6.30 a la escuela. No voy con el celular porque no sabés lo que puede pasar”.
Para las elecciones que vienen, La Libertad Avanza propuso como candidato de la Tercera Sección Electoral, donde predomina La Matanza, al excomisario Maximiliano Bondarenko. Samantha abre los ojos: “Pero eso es más corrupción. Necesitamos un debate en serio”. Piensa que hay condiciones: “Muchos vecinos se han arrepentido de haberlo votado a Milei. Creyeron, pero te dicen: ‘Me equivoqué’. Algunos tenían un almacén, o capaz que otro negocio, y lo tuvieron que cerrar”.

Potenciar narco
Vanesa, 33 años, vino de Melchor Romero, en La Plata, y lleva una pechera del Partido Comunista Revolucionario (PCR). «Soy comunista y banco al Papa», se presenta. «Es el primero que habló de techo, tierra y trabajo».
¿Cómo está el barrio?: «Se la está pasando malísimo: desde que asumió Milei, a los comedores no van más alimentos. La mayoría de la gente no llega a fin de mes. El Potenciar Trabajo está congelado en 78.000 pesos y no se mueve. ¿Cómo hacés? A nuestro comedor vienen más de 100 personas por día. Las compañeras sacan de su casa para la olla porque no alcanza. Los barrios se organizan: unos dan merienda, otros dan cena, pero a fin de mes es tremendo, con jubilados, desempleados. Hoy ves gente revolviendo basura en cada cuadra».
De nuevo, el hambre como tema. Y el narco consumo: «Creció horrores. El narcomenudeo arrasa. Pibes que dejan el colegio para ser ‘soldaditos’ de los transas. Les ofrecen plata fácil, pero los hacen mierda. Desde que asumió Milei, todo está peor: ves nenes de 8 o 9 años consumiendo paco».
A este combo le agrega que llegó la factura de luz de 200.000 pesos. Y 36.000 a otro comedor. «Las garrafas de gas están a 15.000 cada una. No duran nada. Muchos cocinamos con leña para estirar».
¿Cómo salir de esto? Vanesa sigue marchando y tiene una hipótesis: «Uniéndonos y saliendo a la calle. Milei vino a sacarnos nuestros derechos. La única forma es resistir organizados» dice rodeada de gente, de espigas y tal vez de preguntas.

- Revista MuHace 3 semanas
Mu 205: Hay futuro
- CABAHace 2 semanas
Villa Lugano: una movilización en contra del “Máster Plan”
- #NiUnaMásHace 2 semanas
Femicidios en julio: la noticia es el horror
- ActualidadHace 2 semanas
Mendoza movilizada: sábado de caravanazo contra la minera San Jorge
- ActualidadHace 3 semanas
Mapuches en Neuquén: 10.000 personas movilizadas contra la represión y en apoyo a las comunidades originarias