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Ómnibus marcha atrás: no fue ley

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El oficialismo no avanza, puso el freno a la discusión parlamentaria, y mandó a comisión la llamada Ley Ómnibus (“Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos”) ante el fracaso de su intento de aprobarla a cualquier costa. De ese modo quedaron anulados los artículos que se habían votado en particular este martes, y la aprobación en general producida la semana pasada.

El reflejo inmediato se vio en las calles de Buenos Aires, donde la gente salió con sus cacerolas y el tránsito fluía al son de los bocinazos celebratorios, con la policía antidisturbios esta vez en un rol más bien decorativo mientras se convertía en tendencia un nuevo nombre: Javier Niley. El cambio inesperado en plena sesión, el cuarto intermedio con diputados en fuga, los razonamientos en el recinto y la recomendación de no subirse a ningún pony.

(Esta producción de lavaca se hizo gracias al esfuerzo de Anabella Arrascaeta, Lina Etchesuri, Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi).

La policía garantizaba el flujo de tránsito a las 8 de  la noche de este difícilmente olvidable 6 de febrero en Rivadavia y Callao, frente al Congreso Nacional. Un día de 43º de sensación térmica, y tarifazo de bochorno en los medios de transporte. Ante la policía, la gente permanecía en las veredas, golpeando tachos y cacerolas. Esta vez en tono de fiesta.

Entonces los autos pasaban y tocaban bocinazos también celebratorios y compartidos hacia quienes estaban en la vereda. Los colectiveros también. La policía miraba ese flujo de festejos, sometida a la irrelevancia con sus trajes antidisturbios, obligada a cuidar un orden que se cuidaba solo. Cuando la luz se ponía roja, la gente de la vereda pasaba a la acera, frente a los automovilistas, a continuar armónicamente ese concierto de cacerola y bocina. Al cambiar la luz, volvían a la vereda. Y la fiesta volvía a empezar. En este lugar comenzó la oposición a la actual gestión, la noche del 21 de diciembre, cuando Javier Milei acompañado por un grupo de seguidores y ministros anunció el DNU, dando lugar al nacimiento del primer cacerolazo que se concentró, justamente, frente al Congreso.

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Seguir perdiendo

Todo había empezado un rato antes, en el palacio legislativo: la Cámara de Diputados. El diputado Eduardo Valdés advirtió a lavaca lo que resultaba un misterio. Hubo primero un cuarto intermedio con jefes de bloque oficialistas y amigables opositores que huyeron del hemiciclo para reunirse quién sabe dónde con el presidente de la Cámara, Martín Menem. La movida había comenzado cuando Miguel Pichetto (Hacemos Coalición Federal) dijo durante el debate: «Al oficialismo le pedimos que tenga una cuota de flexibilidad, les encanta seguir perdiendo». Nueva demostración de opositores queriendo facilitarle a Javier Milei las cosas, sin éxito.

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Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Se produjo la reunión secreta, a la que no pudieron asistir Miriam Bregman (Frente de Izquierda) ni Germán Martínez (Unión por la Patria). Martínez luego aclaró a lavaca: “Nunca hay que tratar de ir a una reunión a la que no te invitan”. Oficialistas y opositores colaboracionistas volvieron al rato y allí Oscar Zago (La Libertad Avanza) pidió la palabra y propuso el envío de la Ley Ómnibus a comisión. El asombro inundó a la Cámara, y en el Salón de los Pasos Perdidos se veía a asesores y asistentes varios mirando las bellas baldosas en silencio, y a demasiados otros riendo, aplaudiendo y abrazándose.

La propuesta de Zago, votada a mano alzada, implica que todo lo discutido hasta ahora vuelve atrás: tanto la aprobación en general de la Ley como los puntos votados este martes en particular. Fue asombroso saber que el ministro del Interior, Guillermo Francos, en televisión, dijo que “solo va a comisión el tratamiento en particular” de la Ley, desconociendo la metodología parlamentaria: el paquete entero propuesto por el Ejecutivo debe ser tratado desde cero en comisiones, como ocurrió durante el último mes.

Apareció un comunicado de LLA: «La traición se paga cara y La Libertad Avanza no va a permitir que los gobernadores extorsionen al pueblo para mantener sus privilegios. La Ley Bases vuelve a comisión».

Otro de Presidencia de la Nación: “Este martes, los gobernadores tomaron la decisión de destruir la Ley ‘Bases y Puntos para la Libertad de los Argentinos’ (sic) artículo por artículo, después de acordar acompañarla”. Quien escribió esto supone además que la actitud de los gobernadores implica “traicionar a sus votantes”.

Fotos Lina Etchesuri para lavaca 

Un tercer comunicado, obviamente por Twitter (X) fue del propio Javier Milei. Título: “La casta contra el pueblo”. Nuestro programa fue votado por el 56% de los argentinos y no estamos dispuestos a negociarlo con quienes destruyeron el país”, plantea, como ajeno a todos los problemas. Remata: “Vamos a continuar con nuestro programa con o sin el apoyo de la dirigencia política que destruyó nuestro país”. El ministro Guillermo Francos planteó que el modo de continuar adelante puede ser mediante una consulta popular o por DNU. Los medios oficialistas balbuceaban la hipótesis del plebiscito, o la desmentían, confirmando cierto estado de desorientación en un grupo gobernante en el que Karina Milei, Santiago Caputo, Nicolás Posse, Luis Caputo, Victoria Villarruel, Federico Sturzenegger, Patricia Bullrich y Mauricio Macri siguen haciendo sus propios juegos, mientras Sandra Pettovello convoca a los sectores más castigados de la comunidad a hacer fila para no atenderlos.  

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Fotos Lina Etchesuri para lavaca

En Diputados

El ambiente se había empezado a tensar cuando llegó la votación del segundo capítulo de la Ley: los artículos 3 y 4 contenían las facultades delegadas. De 11 ya habían bajado a 6, y por un año.

El artículo resultó afirmativo con 134 votos: 37 de La Libertad Avanza, 37 del PRO, 29 de UCR, 12 de HCF, 9 de Innovación Federal, 3 de Independencia, 2 de Producción y Trabajo, 2 de Buenos Aires Libre, 1 de Avanza Libertad, 1 de CREO, y 1 de La Unión Mendocina. En contra fueron 119: 97 de UxP, 5 del FIT, 11 de HCF, 4 de la UCR, y 2 de Por Santa Cruz. 

El capítulo 4, establecía las bases de las delegaciones. Emilio Monzó (Hacemos Coalición Federal)  interrumpió a Bornaroni, encargado del gobierno de informar sobre los artículos, mientras leía: “Son 500 y pico de artículos, si vamos a leer cada uno y tardamos 3 minutos en votar, son 10 días solo votando. Si sumamos los 10 minutos de cada orador, vamos a estar un mes votando. Economicemos el tiempo porque sino la ley no sale”.

Lo engorroso del tratamiento se daba porque el oficialismo seguía buscando acuerdos y la letra de muchos artículos se habían modificado desde el dictamen de mayoría firmado dos semanas atrás, a esta altura una eternidad. Pero se complicó más: Rodrigo De Loredo, UCR, pidió que el artículo 4 se vote por inciso. 

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Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Fue el artículo que más intervenciones tuvo: la mayoría de rechazo. Cristian Castillo, del Frente de Izquierda, dijo que los diputados y diputadas que votaran ese capítulo se tenían que hacer cargo de que estaban estableciendo “una dictadura civil”. Pablo Juliano, UCR, remarcó que era difícil separar la delegación de facultades de un control y anticipó el voto en contra. Carla Carrizo, del mismo partido, retrucó en el otro sentido: “Lo nuestro siempre fue gobernabilidad con control”. Las voces en contra se multiplicaban. Mónica Fein, de Hacemos Coalición Federal, no iba a acompañar pidió que se tenga en cuenta el dictamen de minoría que impulsaba junto a Margarita Stolbizer, Natalia De la Sota y Esteban Paulón. Cuando habló Paula Oliveto, Coalición Cívica, dejó en claro que su espacio no iba a acompañar lo que consideraba “darle un cheque en blanco al gobierno de Milei”, y agregó: “Tenemos temor a una democracia débil porque una democracia débil termina dejando a todos nosotros en una situación de indefensión. no se puede ser medio republicano, a la república se la defiende siempre”. En ese momento Elisa Lilita Carrió tuiteaba que dar facultades delegadas era “traición a la patria”. 

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Fotos Lina Etchesuri para lavaca

A llegar la noticia del fallecimiento del ex presidente chileno Sebastián Piñera, la cámara se puso de pie e hizo un minuto de silencio. 

Después todo volvió a empezar. Litza, Alianielo, y Ledesma, todos de Unión por la Patria se expresaron en contra. También lo hizo Leopoldo Moreau: “Las facultades hay que dárselas a la sociedad argentina, que se tiene que defender de este atropello”. La lista siguió hasta Moreno Ovalle, único diputado que tomó la palabra para pedir abiertamente desde el oficialismoel voto a favor. 

La votación del artículo 4 se fragmentó tanto que varias veces se tuvo que preguntar qué se estaba votando: del inciso a al g, se votó en bloque: afirmativo. Después empezó la sangría de votos. El inciso h resultó negativo, era el que le daba facultades para transformar, modificar, unificar o eliminar asignaciones específicas, fideicomisos o fondos fiduciarios públicos. El inciso i también negativo, se rechazaba así lo referido a ordenar y regular el sistema energético. El siguiente, inciso j, también negativo: la Cámara no aprobaba fortalecer la actuación de las fuerzas de seguridad en una determinada serie de delitos. Así, aunque se votaban las emergencias, se limitaban las facultades en esas emergencias, y el oficialismo empezaba a quedarse sin puntos neurálgicos de la ley. 

El siguiente capítulo, el quinto, establecía la reorganización administrativa del Estado. Fue rechazado casi en su totalidad. Se votó contra regular y concentrar en un marco regulatorio la organización y funcionamiento interno del Sector Público nacional; transferir órganos o entes a provincias; suprimir competencias, funciones y responsabilidades superpuestas, duplicadas o cuyo mantenimiento se haya tornado manifiestamente innecesario. 

La catarata de rechazos siguió. La Cámara rechazó privatizar total o parcialmente o liquidar empresas, sociedades, establecimientos o haciendas productivas cuya propiedad pertenezca total o parcialmente al Estado Nacional; y acto seguido también dio rechazo a intervenir todos los entes, empresas y sociedades del Sector Público nacional.

Fue cuando el oficialismo pidió 15 minutos de cuarto intermedio. Justo antes de votar el artículo 7 que declaraba las empresas sujetas a privatización. Se intuía lo que luego se supo: no había acuerdo

Ya en el cuarto intermedio, mientras las negociaciones se hacían en otro lado, Pablo Carro, (UxP) comentaba sobre la delegación de facultades legislativas al Ejecutivo que se habían votado favorablemente: “Habría que pasar en limpio el resultado, pero es mucho menos que lo que esperaban. La de seguridad, la de fondos fiduciarios, no van a poder cerrar el Conicet. Este cuarto intermedio es sospechoso, pero también puede significar que no están teniendo los votos suficientes”.

Ómnibus marcha atrás: no fue ley

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Luego fue el momento en el que Oscar Zago planteó devolver el proyecto a las comisiones, obligando a que todo vuelva a ser nuevamente tratado (si es que el oficialismo insiste). Más tarde Zago declaró que la responsabilidad fue de los  “bloques que responden a gobernadores”. “Lo que faltaron fueron los votos que se comprometieron. Dijeron a la mañana que eran positivos y fueron negativos”. Los desacuerdos: el gobierno no quería coparticipar el impuesto PAIS con las provincias, había diferencias densas con el tema de las privatizaciones, y la oposición estaba además planteando nuevos mecanismos para evitar seguir convirtiendo a las personas jubiladas en objeto de violencia institucional y pauperización masiva, a través de la licuación de sus ingresos. En esas cosas el gobierno se muestra inflexible, y su ministro de economía reincidiente, Luis Caputo, postula la necesidad del sufrimiento (de «los argentinos», no el suyo, obviamente).

La Coalición Cívica (que integra Hacemos Coalición Federal) votó contra la delegación de facultades. Juan Manuel López, jefe del bloque, dijo a lavaca sobre lo ocurrido: “Falta de experiencia, enojo, capricho. Ojalá que el gobierno entienda que el diálogo no es negociación, es charlar para mejorar la ley. Acá manda el número porque en la democracia manda el número. Si hubo extorsiones las tiene que explicitar. Hay cosas que no podían dejar de aprobar y ellos retiraron lo más delicado que era la reforma jubilatoria, que venimos pidiendo hace rato. Acá están barajando y dando de nuevo. Todo volvió a foja cero, y tienen un congreso dispuesto a trabajar todos los días y que estuvo ayudando, pero no se dejan ayudar, no es todo o nada”. Nuevamente se hace poco nítida la diferencia entre oficialismo y ciertas formas de oposición.

En el caso de la UCR el comunicado increíble que emitió compite con LLA por su sesgo oficialista: «Vamos a seguir trabajando para retomar el camino del diálogo constructivo y que este Congreso otorgue los instrumentos que pide el Poder Ejecutivo para llevar adelante su plan de gobierno». Puede recordarse que Milei acusó a los radicales de «corruptos», «coimeros» e «idiotas útiles».

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En otro pasillo el jefe del bloque de UxP Germán Martínez: “Estábamos todos sin brújula, eso es lo que pasó”. Contó que Pichetto le dijo “ganaste pibe, disfrutá”. Sobre lo que vino pasando: “Todo fue importante, el paro, las movilizaciones de la izquierda, la minuciosidad que le pusimos al tratamiento de cada cuestión”. Sobre lo que viene: “Tendrán que procesar el fracaso que tuvieron”. Y otro argumento para que nadie de desubique: «Sigamos trabajando con seriedad y con humildad. Que nadie se suba a un pony».

Mónica Frade (HCF) bajaba la escalera hacia la calle, donde se escuchaban ya las cacerolas: “En la sesión ya nadie sabía lo que estaba pasando porque en tiempo real estaban modificando los artículos. Se había descontrolado todo. Supongo que eso llevó al oficialismo a querer levantar la sesión. Fue desconcertante lo que pasó. Creo que perdieron el rumbo”.

En la calle

La calle, a las seis de la tarde, estaba opaca. Parecía no tener nada que ver con los tres días de la semana pasada. Casi no había fuerzas de seguridad, apenas un puñado de efectivos de la Federal enfrente de jubilados y jubiladas, que no dejaron de cantar un segundo. Enfrente, en la plazoleta del Congreso, más banderas que personas: MST, Política Obrera, Polo Obrero, un sector de ATE, y la convocatoria llamada por Unidxs por la Cultura. El clima reflejaba lo que adentro se estaba votando: a esta hora ya se habían aprobado las emergencias, algunas facultades, pero comenzaban a llegar los primeros rechazos.

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Sobre el costado de la plaza en Hipólito Yrigoyen empezaban a llegar asambleas de barrios porteños y del conurbano. Érica Seitler es concejala del FIT en Moreno, docente, y parte de la asamblea de ese municipio: “El gobierno Milei está dispuesto a entregar todos nuestros derechos, bienes naturales y me queda que la oposición real está acá en la calle. Hay que reforzar la organización. Y que la CGT llame a un nuevo paro”.

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Sobre la plaza, Ana -72 años, de Loncopué, Neuquén-, Estela -64, de Formosa- y Moira -80, del barrio porteño de Bella Vista- dialogan en medio de los primeros rumores que comienzan a circular. Moira: “Este hombre nos vende todo”. Ana: “Está licuando todo el país, los derechos por los que luchamos más de un siglo. No sé qué experimento quieren hacer con entregar el país entero a las corporaciones, a Estados Unidos e Israel. Estamos preocupadas por estos legisladores vendidos. Es urgente estar en la calle”.

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Estela: “Es un momento de expresarse en contra y que los diputados escuchen la realidad, porque se está vendiendo todo”. Ana recuerda la dictadura: “Nosotras la vivimos, pero los civiles volvieron con el menemismo, con Macri y con estos ahora ya por todo. Esos civiles que nunca rindieron cuentas, porque los militares estaban al servicio de este plan. La sensación es que si seguimos así desaparecemos como país”.

A las 19.30 circula una información: la sesión se levantó y todo vuelve a comisión. “¿Qué significa?”, fue una de las preguntas que más se escuchó. Pero los cantos y los primeros bocinazos iban confirmando lo que se tomó como un triunfo de estos días de protesta en la calle.

Así lo interpreta Rubén, 71 años, de Jubilados Insurgentes, que soportaron gases y palos miércoles, jueves y viernes de la semana pasada: “Es un pequeño triunfo, pero el triunfo verdadero es que este gobierno caiga por completo. Ellos, a nosotros, consideran que no producimos. Imaginate que si quieren llevar a la clase trabajadora al semiesclavismo, a nosotros directamente nos quieren eliminar. Somos el blanco predilecto, porque la represión de la última movilización empezó por nosotros. Y acá estamos”.

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La calle, ahora sí, es un festejo. No solamente por las banderas y los que ya estaban una hora y media antes, cuando las caras estaban largas, sino autos, motos y hasta colectivos que no paran de tocar bocinas. De pronto, esos mismos vehículos que la policía está dejando circular previniendo cortes tanto en Rivadavia como en Callao, se convierten en un festival de bocinas que expresan puro festejo. Pasan autos con ventanillas abiertas y manos al aire que muestran diversos carteles de cara a las banderas y las propias fuerzas:

  • “Basta de ajuste y represión”.
  • “No a la ley ómnibus”.
  • “Milei, vos sos la dictadura”.
  • “Argentina en peligro x la concentración de poderes en manos del gobierno”.

Nelson, 35, tiene uno de esos carteles: “Más que un festejo, es una medida de lucha. Para apoyar hay que salir a las calles, apoyar el plan, la CGT y CTA tienen que llamar a paro hasta que caiga el DNU, y no se puede dejar que el ajuste pase. Es ahora o nunca”.

Se hace de noche y el clima es futbolero, sonrisas, abrazos. Los autos circulan por avenida Rivadavia y por Callao, y las manifestaciones se llevan adelante de forma pacífica en las veredas y la plaza. Hay un grupo sobre la esquina del Congreso que, al menos durante media hora, sostiene una coreografía interesante y muy divertida: cuando el semáforo corta en Callao, salen a la calle a cantar y cacerolear sobre Callao, y cuando el semáforo corta Rivadavia, repiten la secuencia sobre esa avenida. La policía no puede decirles nada, porque el semáforo está en rojo. Así una vez, y otra, y otra, y otra, de una esquina a otra.

Maca y María son dos de esas personas, docentes de La Plata. Estaban desde las seis, cuando ya las facultades extraordinarias parecían un hecho consumado: “Es una victoria, un primer triunfo del pueblo, así que estamos contentos. Pero ojo, cada vez tenemos que ser más. Se puede. Y hay que recordar: en los tres días que estuvimos movilizando, la represión fue tremenda, con gases, palos y detenidos. Por eso se festeja así”.

¿Qué significa esto?

-Que luchar sirve.

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

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Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

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Cuatro detenidos, al menos cinco heridos. Una jubilada que quedó inconsciente al ser golpeada por la policía (video). Mujeres, periodistas, fotoreporteros y un sacerdote agredidos y esposados. En la foto de portada se ve al cura Paco Olveira y a Fidel Bravo esposados en el celular, y en primer plano al policía que atacó al periodista de lavaca. La denuncia presentada por Periodistas Argentinas y AReCIA y las deficiencias judiciales. A ocho meses de los ataques al fotógrafo Pablo Grillo y a la jubilada Beatriz Blanco, las marchas de uno de los sectores más castigados de la sociedad reclamando por sus haberes licuados siguen provocando una respuesta gubernamental recurrente: la violencia.

Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi

Fotos: lavaca.org / Juan Valeiro

Hace dos semanas que la marcha de jubilados y jubiladas empezó a anunciarse en distintos horarios y no sólo a las 15 horas como es habitual. La convocatoria es para gambetear no sólo los inusitados operativos policiales, sino también un sol que se va recalentando, como tantas cosas. Este miércoles la Mesa Coordinadora de Jubilados y Pensionados convocó a las 17 horas. Pero cuatro detenidos y al menos cinco heridos antes pasó de todo. 

Primero fueron los whatsapps que se viralizaron con un mensaje urgente: “Detuvieron al padre Paco”. Todavía no eran las tres de la tarde. Las fotos mostraban al sacerdote esposado, sentado en el suelo, con el fotoperiodista Fidel Bravo, sobre Callao y Rivadavia. Lo subieron a un móvil policial. “¡Suelten al padre Paco, fachos pobres!”, gritaba una señora a un batallón de oficiales de la Policía Federal y Gendarmería que, detrás de las vallas, por las dudas convocaron a un camión hidrante. Del otro lado, los manifestantes no llegaban a 20.

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

Nora, la jubilada agredida que quedó inconsciente (abajo, el video del momento en que la golpearon).

lavaca se acercó hasta el estacionamiento frente al Senado, un lugar extraño para alojar detenidos, que las fuerzas al mando de la ministra Patricia Bullrich utilizan con frecuencia. Allí no estaban. “Fijate en las camionetas sobre Rivadavia o si no da vuelta al Congreso”, dijo un policía.

Sobre Rivadavia, un manifestante señaló el móvil al que los habían subido. Otro policía señaló: “Están en Hipólito Yrigoyen y Combate de los Pozos”. Ambos detenidos estaban sobre esa esquina, en el vehículo de la Unidad Judicial Móvil de la Superintendencia de Investigaciones Federales, patente NSN186.

“Ya salen”, informó un policía.

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

Los carteles de jubilados, como editorial político.

Foto, anteojos y la lotería

La puerta del móvil estaba abierta. En los asientos delanteros, Paco y Fidel. Ambos sujetados por las mismas esposas, Paco de la muñeca izquierda y Fidel, de la derecha (foto principal de esta cobertura).

lavaca fotografió el momento y también lo filmó, cuando uno de los policías se acercó con violencia y empujando. “Te dije que ya salen, no me hagas poner violento”, dijo, como si la violencia fuera la de un periodista haciendo su trabajo al registrar la detención de un cura y un militante. Luego llevaron a Paco y a Fidel dentro de una casa de Lotería, porque un estacionamiento no bastaba para el surrealismo represivo.

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

El padre Paco Olveira con la frente ensangrentada por un golpe policial.

Al quedar liberado, Paco Olveira dijo a lavaca: «Me pasó lo que te pasó a vos, que por querer hacer una foto casi te tiran al piso. En nuestro caso, primero hicimos un par de vueltas al Congreso, un rato antes de las dos. Estábamos por cruzar la valla pero paramos ahí, en la vereda. Empezaron a empujar a los jubilados. Como iba a terminar uno en el piso, les digo ‘vamos a rezar un padre nuestro’. Ahí al compañero (Fidel Bravo) le agarraron la bandera argentina y él la defendió. Lo tiraron para atrás y yo me agarré a él. Así, si lo llevaban, me llevaban a mí también. Creo que por eso estamos libres los dos; si no, el pobre iba a estar preso”.

–¿Les imputan algo? Hablaban de resistencia a la autoridad. 

–Sí, nos notificaron de supuesto atentado y resistencia a la autoridad. Igual no pude leer porque me rompieron los anteojos (muestra que falta el lente derecho). Con un ojo sí y otro no, no puedo ver nada, y no nos dieron copia.

Paco agradeció la solidaridad –entre quienes se acercaron estaba el diputado Eduardo Valdés y el secretario general de ATE Capital, Daniel Catalano– y emprendió la vuelta a la plaza con la mochila abierta: “También me la rompieron”.

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Jubilada en marcha.

La denuncia de Periodistas Argentinas y AReCIA

Antes de regresar a la cobertura, los periodistas de lavaca fueron a hacer la denuncia a la oficina del Ministerio Público Fiscal de Combate de los Pozos, donde siempre llevan a los detenidos de los miércoles a fichar. La repuesta habla de la deficiencia judicial de prevenir los ataques a la prensa: informaron que la atención era de 9 a 15 horas y derivaron un 0800.

Llamamos: hubo veinte (20) minutos de demora porque había cuatro personas en espera. Cuando atendieron la charla duró apenas cinco minutos; al explicar la causa del llamado, tras una breve y burocrática respuesta, cortaron. Un nuevo llamado permitió acceder al mail a donde presentar formalmente la denuncia. Para cuando finalmente la concretamos ya podíamos adjuntar los videos de los brutales ataques que sucedieron después de intentar, en vano, evitarlos.

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El policía intentando impedir que lavaca fotografíe a los detenidos.

Los periodistas que fueron a esas oficinas son Claudia Acuña y Lucas Pedulla, que en representación de la Asociación Civil Periodistas Argentinas y la Asociación de Revistas Culturales e Independientes de Argentina (AReCIA), respectivamente, presentaron un habeas corpus en diciembre de 2023 para prevenir estos ataques que, desde la fecha hasta hoy, se reiteran y agudizan. La causa tuvo su laberinto hasta que la Corte Suprema resolvió este martes la competencia del juzgado. Allì presentamos este martes el pedido de tratamiento urgente.

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Una de las marchas de este miércoles.

Gente marcada, mujeres golpeadas

En Congreso, una de las tantas marchas ya había empezado. La disposición del espacio era la habitual: vallado de punta a punta de la plaza, tránsito bloqueado y efectivos de la Policía de la Ciudad acordonando los alrededores para evitar que la movilización doblara por las calles aledañas. El mismo cordón aguardaba sobre Sáenz Peña para que el reclamo no se dirigiera hasta la Rosada.

Todo parecía lo habitual, pero los policías de la Ciudad –chalecos celestes– recibieron una indicación en sus handies.

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Bastón en mano, la policía de la Ciudad agrediendo a manifestantes previamente «marcados» por la Federal: surrealismo e inutilidad represiva.

“Al de gorrita negra, a tu izquierda, gorrita negra”, decía la voz que salía de los aparatos. Hacía allí fueron cinco agentes para rodear a un muchacho de gorrita negra. Al detenerlo y llevarlo detrás del cordón, Estefanía, una joven integrante de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, fue golpeada en el ojo por un policía varón, lo que revela la idoneidad de los cordones bullrichistas. 

La tensión policial escaló. Los mismos oficiales siguieron marcando personas. En el intento por detener a otras, la gente se defendió y los policías avanzaron con los escudos y a palazos. Así empujaron a Nora, una jubilada de 70 años que acompaña todos los miércoles. La socorrió Nicolás Chiarini, el mismo joven que le salvó la vida al fotógrafo Pablo Grillo –de cuyo ataque este miércoles se conmemoran ocho meses–. 

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Nora, 70 años, golpeada por la policía.

Otro de los marcados y cazados con violencia fue Nicolás Ríos, fotógrafo y militante de Convergencia Socialista. Al rato fue liberado y contó: “La misma Policía de la Ciudad me dijo que me detuvo porque dos horas antes me había marcado la Federal, mientras filmaba el inicio de la concentración. Les expliqué que yo no estaba haciendo nada y me largaron”.

En la Plaza la estaban atendiendo a Micaela Acevedo, fotoperiodista, a quien le partieron la ceja de un palazo. “Estábamos delante de todo, filmando, y empezamos a ver que estaban señalando gente. De repente, vino el jefe de policía y me pegó un palazo en la cara”, le dijo a lavaca, sentada en un banco de la plaza.

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Micaela, palazo en la ceja.

Al su lado apareció en escena nuevamente el padre Paco, esta vez no detenido pero sí con la frente ensangrentada, llevado por el Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA Argentina). 

–¿Estás bien?– le preguntó Micaela.

–Mejor que vos, querida –respondió el cura–. No sé si me dieron con un palazo o con un escudo, de la nada vinieron a pegar. 

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La capacidad de movilizarse pese a todo, y el triste rol policial.

Videollamada para la jubilada

A unos metros, sobre la plaza, estaba Nora, la jubilada que la Policía de la Ciudad había tirado al suelo hacía unos minutos.

Para dimensionar: la caída de Nora fue, en cuanto a la violencia, parecida a la de Beatriz Blanco (jubilada golpeada el mismo 12 de marzo que hirieron a Pablo Grillo), con todo el peso del cuerpo hacía atrás, cabeza contra el suelo. Después de la atención, Nora estuvo unos minutos inconsciente.

Al lado de Nora estaba su hijo Emiliano, fotógrafo como Micaela, la reportera herida en la ceja, que para colmo, es su pareja. Emiliano primero lloraba, pero luego se fue aliviando. De a poco su mamá, todavía acostada en el piso, se fue recuperando luego de estar varios minutos con la presión muy baja. La tensión se apoderó de la plaza mientras el CEPA y la CPM intentaban reanimarla. El SAME, por su parte, tardó varios minutos en llegar. Y antes de enviar una ambulancia, pidió hacer una videollamada con la jubilada herida: otra escena insólita. 

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

Videollamada para diagnosticar a una mujer reprimida.

–¿Se cayó?– le preguntaron del otro lado del teléfono. 

–Me tiraron– respondió Nora.

Tras la videollamada con el SAME, ya repuesta, la mujer le cuenta a lavaca: “Estaba a 4 metros de la policía y de repente se vinieron a donde estábamos, corriendo. No me lo esperaba y me llevaron puesta, me pasaron por encima”.

¿Por qué no faltás nunca los miércoles? “Siempre he salido a la calle cuando me parece que es injusto lo que pasa, más que nada porque tengo tres nietos”, dice y es la primera vez desde el golpazo, que hace una mueca risueña. “A mis nietos los cuido, no quiero que salgan; pero en mi caso, es imposible no salir cuando ves tanta injusticia”. La ambulancia llegó unos minutos después y Nora y su hijo se subieron.

De fondo, por Hipólito Yrigoyen, estaba pasando la cuarta marcha de la jornada. 

Recién eran las 17:07, horario de la convocatoria oficial. 

La marcha, estaba arrancando. Pese a todo lo anterior: pese a todo.

(En el comienzo de este video se observa el momento de la agresión a la jubilada).

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Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

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Un miércoles con marchas separadas, y gente buscando recuperar la iniciativa, la creatividad y la fuerza de reunirse. Imágenes sobre Boca, el peronismo, las traiciones, la CGT, el Garrahan con aumentos, y algunas ideas para salir del corralito.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

Fotos: Juan Valeiro

“Miércoles de jubilados”, anuncia un grafiti pintado de rojo en medio de la plaza de los dos Congresos. La proclama denota una costumbre. Lo habitual. Algo que se hizo norma y, como tal, tiene su costado positivo y otro que no tanto. 

Este “miércoles de jubilados” tiene algo particular, distinto al resto, que rompe la costumbre, lo habitual, lo normal: esta vez, un grupo convoca a las 14, otro a las 15 (como venía sucediendo) y otro a las 17. En conjunto (y separados) forman una síntesis de lo que es hoy la fragmentación de las luchas en Argentina.

Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

La calle y lo colectivo.

La organización de Jubilados Insurgentes es la que llega primero. Pasadas las 14, ya andan haciendo semaforazos y marchando alrededor de la plaza. Las canciones, esta vez, sobre todo apuntan a la CGT (Confederación General del Trabajo), que en esta misma jornada eligió su nueva conducción hasta 2029, que seguirá en forma de triunvirato: Octavio Argüello (Camioneros), Jorge Solá (Seguro) y Cristian Jerónimo (empleados del vidrio). La elección llega en medio de los crecientes rumores por parte del Gobierno nacional de avanzar con una reforma laboral. 

Boca River y el recibo

Armando, vecino de Barracas, tiene 75 años y dos esperanzas: “La primera es ganarle a River el domingo”. Boca –su Boca– siempre le genera ilusión, aunque la situación del equipo a veces lo tira para atrás: “Ver a algunos jugadores me la quita”.

Cualquier comparación con la política no es mera coincidencia, se ríe, y por eso cuenta lo otro que lo esperanza: “Venir a marchar todos los miércoles”. Su jubilación ya no le alcanza y pregunta si hace falta mostrar su recibo: “Son 390 mil pesos en la mano”, dice, moviendo la cabeza. “Se hace re imposible. Por eso venimos: aunque nos den un palazo en las elecciones, vamos a seguir luchando”.

Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

Asamblea a megáfono abierto.

Su análisis: “El peronismo no está unido porque hay mucho traidor. Hay una CGT quieta, que hoy se renovó, pero muchos sindicatos no aportaron nada. Recién ahora el Garrahan consiguió algo, pero a los jubilados nos siguen pisando. Encuentro el déficit en la falta de unión del pueblo porque somos pocos los que venimos todos los miércoles. Necesitamos más apoyo. El único apoyo es la prensa”.

Se pregunta por qué no hay más políticos que acompañen: “Si ellos nos representan, ¿por qué no pelean con nosotros? Como dijo Perón, con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes. Por eso perdimos: pelean por un cargo pero cuando hay que salir a pelear de verdad, no los veo”.

Entre Boca y la CGT, Armando mueve la cabeza. Pero mantiene su esperanza.

Asamblea en el corralito

Una vez que los jubilados terminan de dar la primera de las varias vueltas que hoy se caminan, proponen algo no habitual, no normal, distinto, “porque algo diferente tenemos que hacer, así no va más”. Un concepto que representa una buena dosis de sabiduría: “Es bueno reconocer cuando no sabemos bien qué hacer”.

Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

Zulema agarra el megáfono y dirige la batuta. En 3, 2, 1 se arma una asamblea espontánea en la calle con un objetivo: “Que hable quien tenga alguna propuesta concreta para pensar qué hacemos y definir cómo seguimos, coordinados, para que no quede cada uno con su librito”.

Así empieza a pasarse el megáfono de mano en mano, como un ejercicio de democracia participativa en peligro de extinción.

Uno invita a reunirse “todos juntos” en la CTA Autónoma, este próximo viernes y pensar “entre espacios que pensamos distinto un plan de lucha común a encauzar”.

Otra dice que ya no alcanza con esta concentración de los miércoles, que hay que pensar “acciones más allá de esta vuelta a la plaza que nos obliga a hacer este gobierno cada miércoles y entre vallas”. Alguien agrega: “Esto parece un corralito. Cortan todo el tránsito del centro y nos dejan adentro para que marchemos”.  

Otro aporte: “Pero no podemos irnos de acá, lugar emblema de nuestra resistencia; quizás hay que buscar otro espacio, pero en las inmediaciones del Congreso”.

Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

Nunca se deja de marchar.

Un jubilado propone ir a Tribunales. Pero ni bien termina de formular la idea, plantea el primer problema: “Aunque claro, ir allá a las 5 de la tarde no tiene sentido, ahí a partir de las 3 no queda nadie”. 

La CGT y el aumento al Garrahan

Alguien sugiere aprovechar que la CGT tiene nueva conducción y marchar hacia allá “por lo menos un miércoles”. No termina de formular la iniciativa que llueven los insultos a la Central sindical. “Pongan a quien pongan es lo mismo, porque el problema es la dirección que tienen y ya sabemos que van a pactar por la reforma laboral. Son unos traidores”. Debe aclararse que la definición de “traidores” es la más suave y elegante que se propinó a la central sindical.   

Otro se envalentona: “¿Alguien cree que ahora nos van acompañar? No vinieron nunca a luchar con nosotros, son ellos quienes nos empujaron a venir acá por las nuestras, porque les importamos tres carajos. Esta mañana solo cambiaron figuritas”.

Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

Le da pie a un jubilado con el pelo color ceniza que en menos de tres minutos resume la historia del sindicalismo argentino y hace un homenaje: “Hoy se cumplen 50 años de la muerte de Agustín Tosco, uno de los referentes del Cordobazo, que logró evitar lo que buscaba la dictadura: implementar la jornada laboral de 12 horas. Con este gobierno estamos retrocediendo medio siglo”.

Tras el desahogo contra la CGT, el enojo sigue: “Ayer se conoció el aumento a los trabajadores del Garrahan y hoy ellos tendrían que haber mandado alguna delegación solidarizándose con nosotros. Su aumento fue un logro colectivo por tantos espacios que los apoyamos”.

Obelisco y tres ideas

La asamblea vuelve al tenor inicial propositivo. “Otra opción es concentrarnos en el Obelisco”, dice uno, pero otra con más canas y experiencia le recuerda: “Enfrente hay una base de la Policía de la Ciudad. No es el punto más estratégico”.

Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

Acuerdan tres puntos:

1) seguir viniendo al Congreso, pero seguir pensando el cómo y el dónde;

2) hacer otras acciones por fuera del Palacio Legislativo;

3) pensar nuevas estrategias para el próximo miércoles.  

Termina la asamblea espontánea y Zulema de Jubilados Insurgentes le dice a lavaca: “Todavía no decidimos nada en concreto, será un proceso de pensar qué es lo mejor. Lo que se viene es muy groso y el gobierno está envalentonado con la última elección, por eso no queremos dejar que se asienten, este tiempo es clave para seguir reclamando por nuestros derechos. Nuestra responsabilidad es no dejar este espacio vacío que venimos llenando hace tanto”.

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Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

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La noticia del día: el próximo 18 de noviembre fue citado a indagatoria el policía Pablo Alexis Aldama, sospechoso de haber agredido a la jubilada Beatriz Blanco (foto principal) haciéndola golpear de nuca contra la vereda. Fue algo de lo mucho que dejó este miércoles en el que jubiladas y jubilados marcharon pese a la habitual fumigación de gas pimienta por parte de las fuerzas de seguridad, que vallaron toda la zona de Congreso impidiendo el tránsito. Reflexiones pos electorales, propuestas de exportación, dilemas complejos, carteles lúcidos, cómo combatir el EPOC, y la certeza de seguir en la calle.

Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

Beatriz Blanco (en la foto de portada) es la jubilada que fue gaseada y empujada por la Policía Federal el 12 de marzo pasado –el mismo día que el fotógrafo Pablo Grillo fue atacado por una granada de gas lacrimógeno, y Jonathan Navarro por un disparo que le hizo perder la vista de un ojo–.

La imagen de Beatriz golpeándose la nuca contra el suelo dio la vuelta al mundo por lo violento: le causó un traumatismo encéfalo craneano, una herida cortante y problemas oculares permanentes.  

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Pero está viva para contarla. Beatriz tiene 82 años y un empuje que no merma ni con un golpe ni con una elección adversa. Este miércoles –como siempre– vuelve a caminar con su bastón cobrizo entre manifestantes y fuerzas de seguridad –federales, gendarmes y policía porteña–.

Sobre el domingo: “La gente ya no cree en soluciones porque ya no cree en nada, hace mucho que no se le da nada. Y además tiene miedo, y eso se nota en que cada vez hay menos gente involucrada, con temor a la represión, a quedarse sin laburo, y ahora encima a que le suban las horas de trabajo. Se van corriendo los límites, así estamos”.

Pero hay un lado positivo del “así estamos” de Beatriz. Este martes 28 de octubre el Juzgado Criminal y Correccional Federal 1 llamó a declarar al presunto policía que la agredió: “Existiendo en autos motivo bastante para sospechar que Pablo Alexis Aldama ha participado en la comisión de un delito de acción pública, cíteselo a los efectos de recibirle declaración indagatoria, fijando audiencia para el día martes 18 de noviembre de 2025”.

Dice Beatriz: “Lo quiero ver, le quiero hablar y decirle gracias. Gracias por pegarme, gracias por romperme la cabeza y el ojo; y gracias por romperme la cadera”. Lo dice con su voz suave y tranquila de siempre, y enfila con su bastón hacia la marcha.  

“Será largo lo que viene”

Detrás de Beatriz la Policía Federal va cercando a la gente que reclama en la vereda sobre la plaza de los Dos Congresos a la altura de Rivadavia y Callao, y la intima a pasar del otro lado de la valla.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

La frontera en Congreso. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Un hombre –con un gorro en el que se lee “jubilado testarudo”–, se acerca a Beatriz y suspira: “Será largo esto, muy largo”. No habla de hoy sino de lo que vendrá. Habla de la época. Mientras, los federales se acercan un poco más. La mayoría sin identificación. Se arrima otro jubilado y se arma una especie de asamblea que reflexiona sobre los comicios recientes: “Nos va a costar un pulmón o dos todo lo que viene, todas las reformas que el gobierno intentará hacer”. Otra voz plantea entre el sonido de redoblantes y trompetas: “La mayoría del pueblo eligió seguir estando mal por miedo a que se descontrole todo esta semana”. 

La Policía Federal termina de acorralar a los pocos manifestantes –y a los muchos fotógrafos– que aún quedan del lado del Congreso hasta terminar de cerrar la hilera de vallas. A la tensión le sigue una serie de gaseadas que deja a 11 personas heridas, según la Comisión Provincial por la Memoria.

Otra jubilada, señalando a la policía: “A esta gente la compadezco: sus dirigentes haciéndose los guapos en canales de stream y ellos acá poniendo el cuerpo”. 

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Geopolítica. Foto: lavaca.org

La pierna de Fernando

Fernando Quintero caminaba por la vereda y fue atropellado hace 9 años por un colectivo que había perdido el rumbo. Le amputaron la pierna derecha.

“Pero hace cuatro meses me sacaron la pensión” cuenta a lavaca, y al contarlo se le inundan los ojos celestes. Fue una segunda amputación.

¿Cuánto era la pensión? “263.000 pesos”.

¿Y cómo sigue la cuestión? “Me dieron un turno para que un médico certifique que no tengo una pierna. El turno es para abril”. Todo ocurre en órbita de la ANDIS, agencia de discapacidad de notoriedad pública. Gracias a la aplicación de este tipo de motosierra, el gobierno sostiene que logra equilibrio fiscal.

Tal vez esta foto sirva para que alguien certifique antes de abril que a Fernando Quintero le falta la pierna derecha. Y que le devuelvan la pensión.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Fernando Quintero. Le amputaron una pierna, y la motosierra oficial también le mutiló la pensión de 260.000 pesos. Lo citaron en abril, para certificar que le falta la pierna derecha. Así se logra el equilibrio fiscal. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

“Llenar las calles de pasos”

Mientras tanto, dos drones de las fuerzas de seguridad sobrevuelan la escena. Filman desde arriba lo que expresa otro jubilado en un cartel: “Derrotados son los que dejan de luchar”. 

También graban a Carlos, 73 años , con un cartón en las manos pensando en lo que pasó en las elecciones, pero sobre todo mirando a futuro: “Acá no se rinde nadie”. Lo justifica cuando habla: “Por un resultado electoral en contra no se desarma el reclamo. Al contrario. Hasta que no haya una mejora en los remedios y en las jubilaciones esto va a seguir y se va a incrementar porque seguirán mandándose cagadas. Yo confío en que el pueblo va a reaccionar”.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Jubilado gaseado. Hubo un total de 11 heridos. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Alicia, de Jubilados Insurgentes, resume cómo estamos: “En las ciudades inundadas, como Bahía Blanca, Milei no les dio un peso y ganó igual. Es difícil de comprender. Somos masoquistas”. 

Y comparte su alternativa: “Hay solo una salida: llenar la calle de pasos”.

Motosierra, medios y comercio exterior

Eduardo tiene 79 años, cumple 80 el 30 de marzo. Leva un gorro piluso y un cartel que es una propuesta de comercio exterior: “La solución argentina: exportar libertarios a los Estados Unidos ¡hasta agotar el stock!”

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Eduardo. A los 9 años lo mandaron del colegio a su casa porque se producía el bombardeo de las FF.AA a Plaza de Mayo. «Así que estamos acostumbrados, siempre peleando».Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Es un hombre de sonrisa fácil: “Los medios de comunicación hacen un aporte importante a la confusión, a que la agente no razone. Te dicen que es mejor esto que lo otro, pero no está muy claro qué es lo que está bien o lo que está mal. Te hablan del peronismo, y yo pregunto: ¿se entiende qué es el peronismo? Entonces es difícil. Por eso lo que me parece importante es seguir acá, sin resignarse, tratando de lograr lo mejor”.

Cree que es una época complicada. “Pero mirá: cuando yo tenía 9 años iba al colegio que está frente a Plaza Lavalle, al lado del Colón. Y un día nos mandaron a todos para casa. Habían empezado el bombardeo a Plaza de Mayo de 1955. Duró cuatro horas. Mataron como a 300 personas o más que iban por la calle tranquilamente. Uno no se puede olvidar nunca de algo así. De cómo mataron. Pero se peleó, se peleó después cuando fue la proscripción, cuando estuvieron los militares, cuando estuvo Menem, después en el 2001”.

Fernando trabajó en mil oficios. Fue empelado en casas de cambio, vendedor en comercios, y tuvo un oficio por el que merecería un lugar en el gabinete nacional: vendía y reparaba motosierras en el Once. “Pero eso me enfermaba, por el humo de los motores”. Tuvo otro negocio de venta de repuestos de autos. “Pero me fundí en la época de Menem, con todo lo importado”.

Pone una mano en el hombro del cronista: “Así que estamos acostumbrados. Siempre peleando”.

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Cacerola y máscara antigas. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Un camino entre quienes piensan parecido

Rubén y Mario integran el Movimiento Activo de Trabajadores y Jubilados (MATyJ). “Hay una clase media y un sector muy pobre con miedo a perder lo poco que tiene”, piensan. Recuerdan la época de Carlos Menem: “En el 95 le llamamos el ‘voto cuota’, muchos sectores votaron por miedo a que todo explote”.

Keiko, también de Jubilados Insurgentes: “El peronismo no tiene programa. La Libertad Avanza tiene: te vamos a hacer mierda. Es su programa. ¿Y los otros? ‘Freno a Milei’, te dicen. Eso no es un programa. Hasta Menem tuvo una propuesta, con salariazo y revolución productiva, que después fue todo mentira. Y otra cosa: ¿cómo el candidato va a ser Taiana, que tiene mi edad? ¿Por qué no ponen a otro pibe como vos?”. Alguien la escucha y observa: “La derecha sí se renueva”.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

El sacerdote Francisco Olveira, o padre Paco, está frente a la policía. Piensa dos cosas: “Una es que el apoyo de Trump y Estados Unidos influyó mucho porque hasta yo, si no pensara como pienso, votaría a Milei porque la sensación era que se iba todo a la mierda, lo cual no quita que eso ocurra, pero más adelante”.

¿Y lo otro? “Lo otro es que hay muchos hijos de puta, con perdón de las chicas de AMMAR que quiero mucho, que les importa un carajo el 3% de Karina, que promulguen leyes sin financiamiento, lo que le hacen a la gente del Garrahan, a los jubilados, a las personas con discapacidad”. Sintetiza: “Muchos que solo votan a otro hijo de puta”. 

El padre vive en el asentamiento Esperanza, en Merlo, oeste del conurbano. “Los sectores más pobres que habían votado a Milei se dieron vuelta, salvo este sector que te marco. Te cuento un ejemplo: la provincia está completando una obra que tenían que hacer las ISU (Integración Socio Urbana) a nivel nacional, y un vecino que es mileísta sacó fotos trucadas diciendo que como habían perdido las elecciones, se estaban llevando las máquinas”.

Paco mastica bronca, pero dice que la salida es seguir estando en la calle. ¿Y hacia dentro? “Me gustaría que Bregman y Grabois se sentaran a charlar. Debería ser un camino, entre quienes pensamos más o menos lo mismo. Pero no sé si pueda darse en nuestra Patria”. 

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

“Si tirás la toalla, perdemos”

Guillermo, 77 años y vecino de Ituzaingó, es jubilado metalúrgico. Estuvo algunos miércoles sin venir porque tiene EPOC y está medicado. Tiene un cartel con dos palabras: “Voto luchar”. Piensa que hay mucha gente que sabe que está mal, pero no quiere estar peor: “Saben que el peronismo no es alternativa porque no luchó en dos años. La CGT, tampoco. Pero la izquierda algo creció: siempre está acá y eso se paga. Conozco muchos peronistas: hay gente enojada con su dirigencia, porque perdieron y se dividieron más: se peleaban por octubre, ahora se van a pelear por las elecciones de 2027, pero no están peleando con la gente acá. Si hubieran hecho algo, ganaban con todo el apoyo”. 

-¿Por qué seguís viniendo con tu EPOC y todo este contexto?

-Venir acá te cura, te da pila, es un remedio. Te mantiene ligado con tu realidad. ¿Voy a sentarme en una silla de paja a ver cómo pasan los vecinos por la ventana? ¡Me pego un tiro! Hay que creer en la lucha, creer en las calles. Hay que subir al ring aunque te caguen a sopapos, porque si tirás la toalla, perdemos. Nosotros vamos por el round final.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Imagen en la plaza de Congreso.Foto: lavaca.org

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