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Ómnibus marcha atrás: no fue ley

El oficialismo no avanza, puso el freno a la discusión parlamentaria, y mandó a comisión la llamada Ley Ómnibus (“Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos”) ante el fracaso de su intento de aprobarla a cualquier costa. De ese modo quedaron anulados los artículos que se habían votado en particular este martes, y la aprobación en general producida la semana pasada.
El reflejo inmediato se vio en las calles de Buenos Aires, donde la gente salió con sus cacerolas y el tránsito fluía al son de los bocinazos celebratorios, con la policía antidisturbios esta vez en un rol más bien decorativo mientras se convertía en tendencia un nuevo nombre: Javier Niley. El cambio inesperado en plena sesión, el cuarto intermedio con diputados en fuga, los razonamientos en el recinto y la recomendación de no subirse a ningún pony.
(Esta producción de lavaca se hizo gracias al esfuerzo de Anabella Arrascaeta, Lina Etchesuri, Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi).
La policía garantizaba el flujo de tránsito a las 8 de la noche de este difícilmente olvidable 6 de febrero en Rivadavia y Callao, frente al Congreso Nacional. Un día de 43º de sensación térmica, y tarifazo de bochorno en los medios de transporte. Ante la policía, la gente permanecía en las veredas, golpeando tachos y cacerolas. Esta vez en tono de fiesta.
Entonces los autos pasaban y tocaban bocinazos también celebratorios y compartidos hacia quienes estaban en la vereda. Los colectiveros también. La policía miraba ese flujo de festejos, sometida a la irrelevancia con sus trajes antidisturbios, obligada a cuidar un orden que se cuidaba solo. Cuando la luz se ponía roja, la gente de la vereda pasaba a la acera, frente a los automovilistas, a continuar armónicamente ese concierto de cacerola y bocina. Al cambiar la luz, volvían a la vereda. Y la fiesta volvía a empezar. En este lugar comenzó la oposición a la actual gestión, la noche del 21 de diciembre, cuando Javier Milei acompañado por un grupo de seguidores y ministros anunció el DNU, dando lugar al nacimiento del primer cacerolazo que se concentró, justamente, frente al Congreso.


Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Seguir perdiendo
Todo había empezado un rato antes, en el palacio legislativo: la Cámara de Diputados. El diputado Eduardo Valdés advirtió a lavaca lo que resultaba un misterio. Hubo primero un cuarto intermedio con jefes de bloque oficialistas y amigables opositores que huyeron del hemiciclo para reunirse quién sabe dónde con el presidente de la Cámara, Martín Menem. La movida había comenzado cuando Miguel Pichetto (Hacemos Coalición Federal) dijo durante el debate: «Al oficialismo le pedimos que tenga una cuota de flexibilidad, les encanta seguir perdiendo». Nueva demostración de opositores queriendo facilitarle a Javier Milei las cosas, sin éxito.

Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Se produjo la reunión secreta, a la que no pudieron asistir Miriam Bregman (Frente de Izquierda) ni Germán Martínez (Unión por la Patria). Martínez luego aclaró a lavaca: “Nunca hay que tratar de ir a una reunión a la que no te invitan”. Oficialistas y opositores colaboracionistas volvieron al rato y allí Oscar Zago (La Libertad Avanza) pidió la palabra y propuso el envío de la Ley Ómnibus a comisión. El asombro inundó a la Cámara, y en el Salón de los Pasos Perdidos se veía a asesores y asistentes varios mirando las bellas baldosas en silencio, y a demasiados otros riendo, aplaudiendo y abrazándose.
La propuesta de Zago, votada a mano alzada, implica que todo lo discutido hasta ahora vuelve atrás: tanto la aprobación en general de la Ley como los puntos votados este martes en particular. Fue asombroso saber que el ministro del Interior, Guillermo Francos, en televisión, dijo que “solo va a comisión el tratamiento en particular” de la Ley, desconociendo la metodología parlamentaria: el paquete entero propuesto por el Ejecutivo debe ser tratado desde cero en comisiones, como ocurrió durante el último mes.
Apareció un comunicado de LLA: «La traición se paga cara y La Libertad Avanza no va a permitir que los gobernadores extorsionen al pueblo para mantener sus privilegios. La Ley Bases vuelve a comisión».
Otro de Presidencia de la Nación: “Este martes, los gobernadores tomaron la decisión de destruir la Ley ‘Bases y Puntos para la Libertad de los Argentinos’ (sic) artículo por artículo, después de acordar acompañarla”. Quien escribió esto supone además que la actitud de los gobernadores implica “traicionar a sus votantes”.

Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Un tercer comunicado, obviamente por Twitter (X) fue del propio Javier Milei. Título: “La casta contra el pueblo”. Nuestro programa fue votado por el 56% de los argentinos y no estamos dispuestos a negociarlo con quienes destruyeron el país”, plantea, como ajeno a todos los problemas. Remata: “Vamos a continuar con nuestro programa con o sin el apoyo de la dirigencia política que destruyó nuestro país”. El ministro Guillermo Francos planteó que el modo de continuar adelante puede ser mediante una consulta popular o por DNU. Los medios oficialistas balbuceaban la hipótesis del plebiscito, o la desmentían, confirmando cierto estado de desorientación en un grupo gobernante en el que Karina Milei, Santiago Caputo, Nicolás Posse, Luis Caputo, Victoria Villarruel, Federico Sturzenegger, Patricia Bullrich y Mauricio Macri siguen haciendo sus propios juegos, mientras Sandra Pettovello convoca a los sectores más castigados de la comunidad a hacer fila para no atenderlos.

Fotos Lina Etchesuri para lavaca
En Diputados
El ambiente se había empezado a tensar cuando llegó la votación del segundo capítulo de la Ley: los artículos 3 y 4 contenían las facultades delegadas. De 11 ya habían bajado a 6, y por un año.
El artículo resultó afirmativo con 134 votos: 37 de La Libertad Avanza, 37 del PRO, 29 de UCR, 12 de HCF, 9 de Innovación Federal, 3 de Independencia, 2 de Producción y Trabajo, 2 de Buenos Aires Libre, 1 de Avanza Libertad, 1 de CREO, y 1 de La Unión Mendocina. En contra fueron 119: 97 de UxP, 5 del FIT, 11 de HCF, 4 de la UCR, y 2 de Por Santa Cruz.
El capítulo 4, establecía las bases de las delegaciones. Emilio Monzó (Hacemos Coalición Federal) interrumpió a Bornaroni, encargado del gobierno de informar sobre los artículos, mientras leía: “Son 500 y pico de artículos, si vamos a leer cada uno y tardamos 3 minutos en votar, son 10 días solo votando. Si sumamos los 10 minutos de cada orador, vamos a estar un mes votando. Economicemos el tiempo porque sino la ley no sale”.
Lo engorroso del tratamiento se daba porque el oficialismo seguía buscando acuerdos y la letra de muchos artículos se habían modificado desde el dictamen de mayoría firmado dos semanas atrás, a esta altura una eternidad. Pero se complicó más: Rodrigo De Loredo, UCR, pidió que el artículo 4 se vote por inciso.

Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Fue el artículo que más intervenciones tuvo: la mayoría de rechazo. Cristian Castillo, del Frente de Izquierda, dijo que los diputados y diputadas que votaran ese capítulo se tenían que hacer cargo de que estaban estableciendo “una dictadura civil”. Pablo Juliano, UCR, remarcó que era difícil separar la delegación de facultades de un control y anticipó el voto en contra. Carla Carrizo, del mismo partido, retrucó en el otro sentido: “Lo nuestro siempre fue gobernabilidad con control”. Las voces en contra se multiplicaban. Mónica Fein, de Hacemos Coalición Federal, no iba a acompañar pidió que se tenga en cuenta el dictamen de minoría que impulsaba junto a Margarita Stolbizer, Natalia De la Sota y Esteban Paulón. Cuando habló Paula Oliveto, Coalición Cívica, dejó en claro que su espacio no iba a acompañar lo que consideraba “darle un cheque en blanco al gobierno de Milei”, y agregó: “Tenemos temor a una democracia débil porque una democracia débil termina dejando a todos nosotros en una situación de indefensión. no se puede ser medio republicano, a la república se la defiende siempre”. En ese momento Elisa Lilita Carrió tuiteaba que dar facultades delegadas era “traición a la patria”.

Fotos Lina Etchesuri para lavaca
A llegar la noticia del fallecimiento del ex presidente chileno Sebastián Piñera, la cámara se puso de pie e hizo un minuto de silencio.
Después todo volvió a empezar. Litza, Alianielo, y Ledesma, todos de Unión por la Patria se expresaron en contra. También lo hizo Leopoldo Moreau: “Las facultades hay que dárselas a la sociedad argentina, que se tiene que defender de este atropello”. La lista siguió hasta Moreno Ovalle, único diputado que tomó la palabra para pedir abiertamente desde el oficialismoel voto a favor.
La votación del artículo 4 se fragmentó tanto que varias veces se tuvo que preguntar qué se estaba votando: del inciso a al g, se votó en bloque: afirmativo. Después empezó la sangría de votos. El inciso h resultó negativo, era el que le daba facultades para transformar, modificar, unificar o eliminar asignaciones específicas, fideicomisos o fondos fiduciarios públicos. El inciso i también negativo, se rechazaba así lo referido a ordenar y regular el sistema energético. El siguiente, inciso j, también negativo: la Cámara no aprobaba fortalecer la actuación de las fuerzas de seguridad en una determinada serie de delitos. Así, aunque se votaban las emergencias, se limitaban las facultades en esas emergencias, y el oficialismo empezaba a quedarse sin puntos neurálgicos de la ley.
El siguiente capítulo, el quinto, establecía la reorganización administrativa del Estado. Fue rechazado casi en su totalidad. Se votó contra regular y concentrar en un marco regulatorio la organización y funcionamiento interno del Sector Público nacional; transferir órganos o entes a provincias; suprimir competencias, funciones y responsabilidades superpuestas, duplicadas o cuyo mantenimiento se haya tornado manifiestamente innecesario.
La catarata de rechazos siguió. La Cámara rechazó privatizar total o parcialmente o liquidar empresas, sociedades, establecimientos o haciendas productivas cuya propiedad pertenezca total o parcialmente al Estado Nacional; y acto seguido también dio rechazo a intervenir todos los entes, empresas y sociedades del Sector Público nacional.
Fue cuando el oficialismo pidió 15 minutos de cuarto intermedio. Justo antes de votar el artículo 7 que declaraba las empresas sujetas a privatización. Se intuía lo que luego se supo: no había acuerdo
Ya en el cuarto intermedio, mientras las negociaciones se hacían en otro lado, Pablo Carro, (UxP) comentaba sobre la delegación de facultades legislativas al Ejecutivo que se habían votado favorablemente: “Habría que pasar en limpio el resultado, pero es mucho menos que lo que esperaban. La de seguridad, la de fondos fiduciarios, no van a poder cerrar el Conicet. Este cuarto intermedio es sospechoso, pero también puede significar que no están teniendo los votos suficientes”.

Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Luego fue el momento en el que Oscar Zago planteó devolver el proyecto a las comisiones, obligando a que todo vuelva a ser nuevamente tratado (si es que el oficialismo insiste). Más tarde Zago declaró que la responsabilidad fue de los “bloques que responden a gobernadores”. “Lo que faltaron fueron los votos que se comprometieron. Dijeron a la mañana que eran positivos y fueron negativos”. Los desacuerdos: el gobierno no quería coparticipar el impuesto PAIS con las provincias, había diferencias densas con el tema de las privatizaciones, y la oposición estaba además planteando nuevos mecanismos para evitar seguir convirtiendo a las personas jubiladas en objeto de violencia institucional y pauperización masiva, a través de la licuación de sus ingresos. En esas cosas el gobierno se muestra inflexible, y su ministro de economía reincidiente, Luis Caputo, postula la necesidad del sufrimiento (de «los argentinos», no el suyo, obviamente).
La Coalición Cívica (que integra Hacemos Coalición Federal) votó contra la delegación de facultades. Juan Manuel López, jefe del bloque, dijo a lavaca sobre lo ocurrido: “Falta de experiencia, enojo, capricho. Ojalá que el gobierno entienda que el diálogo no es negociación, es charlar para mejorar la ley. Acá manda el número porque en la democracia manda el número. Si hubo extorsiones las tiene que explicitar. Hay cosas que no podían dejar de aprobar y ellos retiraron lo más delicado que era la reforma jubilatoria, que venimos pidiendo hace rato. Acá están barajando y dando de nuevo. Todo volvió a foja cero, y tienen un congreso dispuesto a trabajar todos los días y que estuvo ayudando, pero no se dejan ayudar, no es todo o nada”. Nuevamente se hace poco nítida la diferencia entre oficialismo y ciertas formas de oposición.
En el caso de la UCR el comunicado increíble que emitió compite con LLA por su sesgo oficialista: «Vamos a seguir trabajando para retomar el camino del diálogo constructivo y que este Congreso otorgue los instrumentos que pide el Poder Ejecutivo para llevar adelante su plan de gobierno». Puede recordarse que Milei acusó a los radicales de «corruptos», «coimeros» e «idiotas útiles».

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En otro pasillo el jefe del bloque de UxP Germán Martínez: “Estábamos todos sin brújula, eso es lo que pasó”. Contó que Pichetto le dijo “ganaste pibe, disfrutá”. Sobre lo que vino pasando: “Todo fue importante, el paro, las movilizaciones de la izquierda, la minuciosidad que le pusimos al tratamiento de cada cuestión”. Sobre lo que viene: “Tendrán que procesar el fracaso que tuvieron”. Y otro argumento para que nadie de desubique: «Sigamos trabajando con seriedad y con humildad. Que nadie se suba a un pony».
Mónica Frade (HCF) bajaba la escalera hacia la calle, donde se escuchaban ya las cacerolas: “En la sesión ya nadie sabía lo que estaba pasando porque en tiempo real estaban modificando los artículos. Se había descontrolado todo. Supongo que eso llevó al oficialismo a querer levantar la sesión. Fue desconcertante lo que pasó. Creo que perdieron el rumbo”.
En la calle
La calle, a las seis de la tarde, estaba opaca. Parecía no tener nada que ver con los tres días de la semana pasada. Casi no había fuerzas de seguridad, apenas un puñado de efectivos de la Federal enfrente de jubilados y jubiladas, que no dejaron de cantar un segundo. Enfrente, en la plazoleta del Congreso, más banderas que personas: MST, Política Obrera, Polo Obrero, un sector de ATE, y la convocatoria llamada por Unidxs por la Cultura. El clima reflejaba lo que adentro se estaba votando: a esta hora ya se habían aprobado las emergencias, algunas facultades, pero comenzaban a llegar los primeros rechazos.

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Sobre el costado de la plaza en Hipólito Yrigoyen empezaban a llegar asambleas de barrios porteños y del conurbano. Érica Seitler es concejala del FIT en Moreno, docente, y parte de la asamblea de ese municipio: “El gobierno Milei está dispuesto a entregar todos nuestros derechos, bienes naturales y me queda que la oposición real está acá en la calle. Hay que reforzar la organización. Y que la CGT llame a un nuevo paro”.

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Sobre la plaza, Ana -72 años, de Loncopué, Neuquén-, Estela -64, de Formosa- y Moira -80, del barrio porteño de Bella Vista- dialogan en medio de los primeros rumores que comienzan a circular. Moira: “Este hombre nos vende todo”. Ana: “Está licuando todo el país, los derechos por los que luchamos más de un siglo. No sé qué experimento quieren hacer con entregar el país entero a las corporaciones, a Estados Unidos e Israel. Estamos preocupadas por estos legisladores vendidos. Es urgente estar en la calle”.

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Estela: “Es un momento de expresarse en contra y que los diputados escuchen la realidad, porque se está vendiendo todo”. Ana recuerda la dictadura: “Nosotras la vivimos, pero los civiles volvieron con el menemismo, con Macri y con estos ahora ya por todo. Esos civiles que nunca rindieron cuentas, porque los militares estaban al servicio de este plan. La sensación es que si seguimos así desaparecemos como país”.
A las 19.30 circula una información: la sesión se levantó y todo vuelve a comisión. “¿Qué significa?”, fue una de las preguntas que más se escuchó. Pero los cantos y los primeros bocinazos iban confirmando lo que se tomó como un triunfo de estos días de protesta en la calle.
Así lo interpreta Rubén, 71 años, de Jubilados Insurgentes, que soportaron gases y palos miércoles, jueves y viernes de la semana pasada: “Es un pequeño triunfo, pero el triunfo verdadero es que este gobierno caiga por completo. Ellos, a nosotros, consideran que no producimos. Imaginate que si quieren llevar a la clase trabajadora al semiesclavismo, a nosotros directamente nos quieren eliminar. Somos el blanco predilecto, porque la represión de la última movilización empezó por nosotros. Y acá estamos”.

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La calle, ahora sí, es un festejo. No solamente por las banderas y los que ya estaban una hora y media antes, cuando las caras estaban largas, sino autos, motos y hasta colectivos que no paran de tocar bocinas. De pronto, esos mismos vehículos que la policía está dejando circular previniendo cortes tanto en Rivadavia como en Callao, se convierten en un festival de bocinas que expresan puro festejo. Pasan autos con ventanillas abiertas y manos al aire que muestran diversos carteles de cara a las banderas y las propias fuerzas:
- “Basta de ajuste y represión”.
- “No a la ley ómnibus”.
- “Milei, vos sos la dictadura”.
- “Argentina en peligro x la concentración de poderes en manos del gobierno”.
Nelson, 35, tiene uno de esos carteles: “Más que un festejo, es una medida de lucha. Para apoyar hay que salir a las calles, apoyar el plan, la CGT y CTA tienen que llamar a paro hasta que caiga el DNU, y no se puede dejar que el ajuste pase. Es ahora o nunca”.
Se hace de noche y el clima es futbolero, sonrisas, abrazos. Los autos circulan por avenida Rivadavia y por Callao, y las manifestaciones se llevan adelante de forma pacífica en las veredas y la plaza. Hay un grupo sobre la esquina del Congreso que, al menos durante media hora, sostiene una coreografía interesante y muy divertida: cuando el semáforo corta en Callao, salen a la calle a cantar y cacerolear sobre Callao, y cuando el semáforo corta Rivadavia, repiten la secuencia sobre esa avenida. La policía no puede decirles nada, porque el semáforo está en rojo. Así una vez, y otra, y otra, y otra, de una esquina a otra.
Maca y María son dos de esas personas, docentes de La Plata. Estaban desde las seis, cuando ya las facultades extraordinarias parecían un hecho consumado: “Es una victoria, un primer triunfo del pueblo, así que estamos contentos. Pero ojo, cada vez tenemos que ser más. Se puede. Y hay que recordar: en los tres días que estuvimos movilizando, la represión fue tremenda, con gases, palos y detenidos. Por eso se festeja así”.
¿Qué significa esto?
-Que luchar sirve.


Fotos Lina Etchesuri para lavaca

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Mapumundi: Lef y una cartografía de la situación mapuche
Lefxaru Nawel es ciudadano argentino de nacionalidad mapuche, werken (vocero) de la comunidad, abogado, profesor universitario, rockero y papá, entre otras cosas. Fue uno de los detenidos en julio por reclamar que se cumplan las leyes. Su mirada sobre el gobierno de las corporaciones, Occidente, el fin del cinismo, los cascarudos, el racismo y el odio, el progreso, el fracking, la pobreza, el agua, Vaca Muerta, la democracia y algunos datos sobre las utopías y el futuro. Por Sergio Ciancaglini.
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Elecciones 2025: la noche de las urnas

El gobierno obtuvo el 41% de los votos en la elección de medio término con menor índice de participación desde el regreso de la democracia. El enigma es qué cosas se acomodan y desacomodan a partir de este lunes en el que la vida continúa, aunque no está claro todavía de qué modo. Estuvimos en los búnkers y sus alrededores, que tal vez brinden algunas pistas sobre lo que se viene.
Por Lucas Pedulla, Franco Ciancaglini y Claudia Acuña
Fotos: Lina Etchesuri y Juan Valeiro
La calle del búnker
La primera en llegar fue Patricia Bullrich, actual ministra de Seguridad, futura senadora, con una sonrisa que escondía el 50 por ciento de votos que sacó en la Ciudad.
Luego fue el presidente Javier Milei, que levantó un cartel que decía, de un lado, “las fuerzas del cielo – Virrey del Pino”, y del otro, “el futuro es en libertad”.
En tercer lugar, el ministro de Economía Luis Caputo.
Finalmente, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, acompañada del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, dos que tampoco escondían buenos gestos: «Estamos contentos», dijo la hermana.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
Todavía faltaban tres horas para que los primeros –y definitivos– resultados se multiplicaran en los cientos de celulares encendidos en la esquina de Córdoba y Maipú, frente al Hotel Libertador, convertido nuevamente en búnker de La Libertad Avanza en estas elecciones de medio término que tuvieron una participación del 67,8% del electorado, el número más bajo desde el regreso de la democracia en 1983. Hasta hoy, la baja participación en cada elección desdoblada hacía suponer que el perdedor era el oficialismo, ya que la ausencia se medía desde ese electorado desencantado con las políticas del gobierno.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
Pero este domingo el mapa de la Argentina coloreado de violeta casi por completo hizo quemar todos los manuales una vez más, en un país cuya capacidad de asombro no tiene techo ni tampoco umbral de dolor. Y ni hablar del principal golpe: la victoria por menos de un punto (apenas 46.612 votos, al cierre de esta nota) en la provincia de Buenos Aires, principal bastión electoral por su caudal, lugar donde LLA se había comido una paliza de 13 puntos en las elecciones desdobladas de septiembre.
Una lectura rápida indica que, en territorio bonaerense, Fuerza Patria sacó 261.000 votos menos y LLA, 881.000 más. Un fiscal libertario comenta su sorpresa en esta calle que comienza a cantar sus primeros versos –»kuka tira piedra»– y lo dice abriendo bien grandes los ojos después de haber estado todo el día en una escuela de Pilar, norte del conurbano bonaerense: «Perder por seis puntos era un buen resultado, imaginate esto».

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
Esto es, ni más ni menos, que le dieron vuelta la elección al peronismo, como pasó en su escuela. Su interpretación: «Hay una ancha avenida del medio que ve linealmente que el peronismo ganó y subió el dólar, aumentaron los precios y que el país se va a incendiar. Por eso, salió a votar». De todas formas, la participación fue baja, algo que tendía a perjudicarlos: «Te digo algo, porque hoy lo vi: para mí los que no fueron a votar son los del peronismo. No te olvides que ellos siguen su interna». El fiscal se mete a los festejos. Algo de ese antikirchnerismo y antiperonismo reloaded es lo que incita a estas cientos de personas a entonar con voz ronca: «Che Peluca, peronismo y kirchnerismo no queremos nunca más».
Por la avenida Córdoba pasan colectivos, autos y taxis que tocan bocina y sacan sus cuerpos por las ventanas que estimulan esa excitación. Por allí celebra Carlos, 45 años, vendedor de banderas con el logo del león, discapacitado y medicado, que lamenta la gente que tiene que salir a pedir por la emergencia: “Cuando se hagan auditorías y todo esté bien, la plata va a estar”. Vino de Berazategui, sur conurbano, donde votó la lista que seguía teniendo como cabeza a José Luis Espert, acusado de recibir dinero narco: “Mirá, si a mí me compran una bandera, yo no sé de dónde viene la plata. Si hizo algo, que pague”.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
El efecto Espert no se siente para nada. Las respuestas son pragmáticas: si robó, que lo metan preso. Luis, + 40, vino de Quilmes, también del sur, es herrero y dice que le está yendo bien: “Fui, voté esa lista, pero le creo a Milei, porque quiero un cambio, un futuro para mis nenes. Vamos a ver qué pasa. Pero mi apuesta es el cambio”.
Kevin, 24 años, es barbero, vecino de Recoleta: “Espert es un tipazo, pero si sos delincuente, adentro. Tiene que hacerse cargo, aunque todavía hay mucho que investigar”. Miranda, de 22, trabaja en una tercerizada, y vino con él: “Sí, él dijo cárcel o bala, entonces que se haga cargo: la ley es para todos igual, para mí, para él, para Karina o para Milei”.
Así es la doctrina liberal libertaria, explica Kevin, que dice que está en los mejores años de su vida: “No somos Suiza, somos un país pobre, estamos nadando en la profundidad pero de a poco estamos sacando cabeza. Hay que ponerle garra”. Para Miranda, la elección es fundamental para que “Milei siga con las reformas” y que el Congreso no se las trabe, “como los vetos”, aclara.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
Algunos de ellos fueron por la emergencia en discapacidad, el financiamiento universitario y aumento de las jubilaciones. “¿Pero de dónde va a salir la plata?”, repregunta, en uno de los clásicos argumentos de Milei, al punto de posponer la reglamentación de las leyes.
¿Pero no se contradice con las retenciones cero a los agroexportadores? Miranda no titubea: “Es una apuesta para que entren dólares al país”.
Luis, en sus sesenta, es jubilado y tiene una “artritis brava”, por lo que camina con dos muletas sujetas a sus antebrazos. Lleva una remera de Milei de las elecciones 2021, cuando entró al Congreso por primera vez. Plantea una lógica microeconómica, bien de hogar, que se repite con eficacia en otros entrevistados: “Sé que el mejor ministro de economía soy yo. Si gano 100 y gasto 120, el problema soy yo. Todo arranca desde el hogar. No digo que Milei es papá y nosotros los hijos, pero está ordenando la casa. Hay que tener conciencia. El gobierno anterior jubiló gente a mansalva y mis familiares peronistas me dicen que me van a sacar la pensión, pero acá estoy. Es inútil entender la desgracia de los que apoyan al gobierno anterior, pero bueno: tenemos cuatro generaciones criadas en la vagancia. Movilizaban gente por migajas. Así la acostumbraron”. Sobre Espert, no duda: “¿Y quién lo acusa? ¿El setentista extremista de Taiana? ¿Por qué llegó la dictadura? Y vamos, no fueron 30 mil: el peronismo mató más gente con la pandemia que el militarismo”.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
Beatriz, en sus veintis, es cordobesa pero vive a la vuelta del Hotel hace un año. No votó, porque todavía no hizo el cambio de domicilio, y trabaja en el rubro textil. “Está bravo. La venta, todo. Muchos esperando a ver qué pasa hoy. Algunas competencias nuestras nos dijeron que tenían un botón para pausar páginas y ver qué iba a pasar con las elecciones. Por el dólar, viste”. Pero ella, que no votó, igual banca: “Es más que nada un cambio”, repite.
Tema jubilaciones, economía, discapacidad: “Milei está hace dos años. ¿De quién es la culpa? ¿Del anterior, del nuevo, o del próximo? Yo perdí el año en mi universidad, hace dos años, porque no paraban de hacer paros. Y no fue por hoy”. Cuenta que tenía un abuelo radical y otro peronista, que hasta el último momento cantó la marcha: “Me contó que era policía en el Cordobazo, pero que ese día dejó el servicio porque no iba a reprimir al pueblo”. Le pregunto si sabe que ese 29 de mayo de 1969 estudiantes y obreros salieron a las calles en contra de una política económica de características similares a la de hoy. “Es verdad”, dice Beatriz y sonríe, aunque revolea los ojos. “Pero así es Argentina: cíclica”.
La euforia sigue.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
De todo lo que esta calle de esta Argentina cíclica vuelve a mostrar, como ya lo hizo en este mismo lugar durante el balotaje de 2023 con personas de barrio que no eran sólo aquellos vestidos de Jason y Jokers dispuestos para la foto satírica o la burla progre, los principales flashes apuntan a una nena, toda vestida de violeta, en brazos de su madre. La chiquita, con un brazo, la abraza, y con el otro agita una motosierra –también violeta– hecha con telgopor y con algunas firmas escritas con fibrón negro. “Son de Milei”, dice Sol, su mamá, comerciante del barrio porteño de Villa Crespo. Su hija, llamada Isa, y de tan sólo 7 años, la agita, feliz, y solo canta, como estas ¿doscientas?, ¿trescientas?, personas, dos palabras:
–Cristina tobillera.
Una reportera de RTVE de España la mira, por largo rato, como queriendo entender ese entusiasmo, esa sonrisa, ese fervor. Le pregunta a Sol, de 40 años, qué siente.
Ella pronuncia, entre el medio del ruido, la palabra esperanza.
La reportera la mira, con esos ojos ajenos, tan de otro país, como quizá millones estén mirando ahora estos resultados, esta noche, este fervor, que no se mide en algoritmos ni tampoco en marchas, pero que está ahí, tan a la vista, tan al lado, una vez más.
Los puntos y el knock out
Los puntos que se descontaba Fuerza Patria le sacaría a LLA en la provincia de Buenos Aires fueron bajando con el correr de las horas: de 10 a 5 puntos de diferencia, de 5 a empate. Había un cóctel programado que rápidamente pasó a estar en duda, lo que hizo que la prensa se abalanzara sobre los últimos sánguches de fiambre, con una voracidad que mataba la espera y el nerviosismo en un Hotel Gran Brizo de La Plata, dominado por el silencio y las caras largas.

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org
Mientras tanto, llegaba por whatsapp el conteo de mesas de otras provincias con mejores números para LLA y se instalaba la idea de una elección nacional pareja. Tampoco fue así. A las 20 ya se hablaba de derrota. Y a las 21, con los primeros resultados, la sorpresa fue que se perdía incluso en la provincia de Buenos Aires. Fue knock out.
Indicios: más temprano el “cuervo” Larroque, Carli Bianco y Gabriel Katopodis habían llegado juntos al hotel-búnker y evitaron hablar con la prensa. El hermetismo duró hasta que el gobernador Axel Kicillof dio su discurso a las 22.30, después del de Milei. Los que dieron la cara ante los cronistas no fueron los candidatos bonaerenses sino algunos sindicalistas, que ocuparon un palco al costado del escenario principal.

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org
Hugo Yasky fue el primero en contestar a la prensa tras los resultados: “Se ratifica un escenario de polarización a nivel nacional; quedan de pie dos grandes fuerzas. Evidentemente, la operación rescate del gobierno de Estados Unidos a Milei tuvo efecto”.
-¿Las listas estuvieron bien armadas?
-Si gana un candidato que tuvieron que bajar porque está sospechado de ser narco, fijate que la cosa no pasa por ahí.
-¿Hay autocrítica?
-La vamos a hacer con la seriedad y el tiempo que se merece.
-¿Le da la razón a Cristina el resultado?
-No, no se trata de eso. Este resultado demuestra que La Libertad Avanza terminó de incorporar al PRO y a gran parte de los votantes del radicalismo.
-¿Cuál es la propuesta para lo que viene?
-Necesitamos fortalecer la unidad y pensar una propuesta hacia la gente- finaliza Yasky.
Que esos sigan siendo temas pendientes tal vez explica parte de lo ocurrido este domingo.

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org
La gente
Tomasa, arquitecta, es una de las tantas anonadadas con el resultado:
-No me lo imaginaba, pero bueno, es parte de la presión que sembró Estados Unidos, ese temor de que si Milei no ganaba… Yo creo que la gente votó con ese miedo, con esa hipótesis.

Tomasa, sus banderas y reflexiones sobre la gente, Taiana, Kicillof y Cristina.
Agita dos banderas argentinas, una en cada mano.
-Al peronismo esto le tiene que dar fuerzas.
-¿Y el antiperonismo?
-Una elección más, una menos, no importa: el tema es que esto implica la entrega de soberanía, del agua, de los ríos, del petróleo.
-¿Y por qué la gente no vota por eso?
-No lo quieren ver.
-¿Quién te gusta?
-Taiana: no le pudieron hacer una campaña en contra.
-¿El gobernador?
-Me consta que se está haciendo cargo de lo que abandona el Estado nacional, como el Astillero Río Santiago.
-¿Y Cristina?
-Me está demostrando que tenía razón en muchas cosas.
-¿Qué falta?
-Intuición. Y amor. Lo contrario del amor es el miedo.
“No puede ser”, repite a su lado Andrea, que cree que en los números finales “hay algo raro”. Primero habla del sistema de votación –por primera vez en formato de boleta única–pero luego reflexiona sobre la mezcla entre estrategias electorales y errores propios.

Andrea, su sobrina (con bolsos listos para irse a Europa a buscar trabajo y horizonte) y Soledad.
Comenta que algunas colegas enfermeras suyas votaron a Milei por una razón: “Quieren un cambio”. A su lado, su sobrina psicóloga ya tiene listos los bolsos para irse a vivir a Europa. Explica: “Los efectos de esto van a durar muchos años”. Menciona otra calidad de vida, la posibilidad de ejercer, más oportunidades.
Acá la van a estar esperando…
-Vamos a seguir laburando para que esto se termine– dice Andrea.
Pero Soledad, su amiga, acota:
-Si llegamos.
Habla, literalmente, de la muerte.
-Hicimos algunas cosas mal, es cierto. Pero estos… Spagnuolo, lo de Espert… no entiendo.
Vienen de ver a Cristina en el balcón de la calle San José, y ahora están bajo una llovizna esperando a Kicillof. Las sigue moviendo el amor, frente a lo que consideran odio ajeno:
-Es una lástima, porque la pagamos todos. Se llevan todo. Y este desastre va a durar años.

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org
Otro de los que está pegado a la valla es Martín, a la espera de que salgan los dirigentes “para reconocer que se perdió”. Para él también “hay algo raro: no me cierran los números”. No lo puede creer.
Es jubilado, exferroviario. Cuenta que se le acercan personas a pedirle comida en un pequeño local con el que complementa sus 600 mil pesos de jubilación (tras 40 años de aportes).
-Me da pudor, me da vergüenza que la gente pida para comer. Lo que está pasando no tiene precedentes.
Habla del mismo ministro de Economía que endeudó al país con Macri primero, y ahora, en nombre de las finanzas. Y vuelve a sacudir la cabeza en señal de incredulidad:
-Si vos me decís: ganó porque hizo obras… ¿qué obra hizo? Los jubilados, los discapacitados estamos por el piso.

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org
-¿Cómo se explica?
-No tiene explicación, no me va a entrar en la cabeza. La miseria que hay en la calle, no hay trabajo. Endeudaron al país y metieron a Cristina presa. ¿Y ellos? Son estafadores, son evasores, y no dan explicaciones. ¿A quién beneficiaron? Solamente los peronistas van presos.
Sobre ese tema cuenta: “Soy peronista por mi papá. Me crié en los 70, en una casa donde escondían la foto de Perón y Evita porque te perseguían”. Ahora se expresa libremente acá, pero también se siente en una encerrona: “Hay algo muy oscuro, muy turbio. Estos tipos no me merecen ningún respeto, porque no respetan al pueblo”.
-¿La gente se va a dar cuenta de eso?
-No. Porque la justicia que tenemos en Argentina es in-justicia. Hay que empezar de nuevo muchas cosas. No es solo esperar las próximas elecciones.
Otro de los que aceptó hablar con lavaca fue Héctor Daer, secretario general de la CGT.
-Le escuché decir que en una elección se gana o se pierde por un voto, pero que no hay que andar con caras largas. Ahora bien, ¿cómo pensar la composición del Congreso?
-Los números siempre van a depender de un sector que pendule, el mismo que hoy votó “por afuera” o “por el medio”, entre comillas. Es ese sector que dice “no estoy de acuerdo con esto ni con lo otro”, pero después termina votando todo. Esos sectores van a tener que refrendar en el Congreso los discursos que tuvieron durante la campaña. Fijate que desde el último trimestre del año pasado el oficialismo tuvo fracaso tras fracaso en el Congreso. Y con algo inédito: se ven obligados a promulgar una ley porque el Congreso les rechazó el veto, pero dicen “hasta que no me digan cómo se financia, no la aplico”. Eso no se vio nunca en la Argentina. Son cosas que la democracia tiene que resolver. Que en plena campaña el propio Presidente diga que lo único que aspira es a tener un tercio para sostener sus vetos habla de la poca creatividad y de la escasa consideración por el Poder Legislativo. Muchas de las cosas que estamos viendo son insólitas.


Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org
-Después de septiembre, ¿cómo se explica este resultado? ¿También es la gente eligiendo esas cosas insólitas?
-No hay que enojarse con el votante. Tal vez nos equivocamos en el debate. Desde el movimiento obrero, en 2023 fuimos claros sobre lo que se venía, pero parece que no alcanzó. Ahora veremos los resultados y analizaremos en qué nos equivocamos.
-¿En qué sentido hubo errores?
-El peronismo tiene representación sobre sectores muy heterogéneos. A veces concentramos el discurso en los derechos laborales, las conquistas, pero eso representa solo una parte de la población. Hay otro sector que no goza de esos derechos, y en esa heterogeneidad quizás no logramos universalizar el mensaje, hablarle a más gente. No es fácil, porque hay que unificar el discurso, definir qué hacer. Y parece que eso no se hizo.
-¿Cómo se puede corregir de acá en adelante?
-Hay que laburar para lograrlo. Si no fuéramos optimistas, estaríamos todos en casa tomando el último mate y yéndonos a dormir. Pero somos optimistas, y por eso seguimos acompañando.
¿El armado electoral o la estrategia pudieron haber sido mejores?
-Cuando se firman las listas, todos son los mejores y las mejores, ¿no? Pero bueno, después la realidad te acomoda.
-¿Cómo estará la calle de acá a diciembre?
-La calle va a tener un termómetro que tiene que ver con las cuestiones sociales, más que nada. La legitimidad electoral no te da legitimidad absoluta para hacer lo que se te ocurra. Esto es día a día.
-¿Hay un paro en el horizonte?
-Por ahora no. Ya vimos en el último paro que hubo un sector grande que no pudo movilizarse porque cobra por día trabajado. Entonces las dificultades para vaciar todo con medida fuerza no son las mismas que antes.
-¿Y si el oficialismo avanza con una reforma laboral?
-Ahí sí. Ahí vas a tener a todos los trabajadores encolumnados. Olvidate.

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org
La jornada terminó a las 23 horas, después de que hablara Axel Kicillof, único orador, ladeado por la vicegobernadora Verónica Magario. Hizo una lectura de las elecciones bonaerenses (“muy ajustada”), le habló al gobierno y dijo que hay que redoblar el esfuerzo para construir una alternativa: “Ni miedo ni resignación. Más esfuerzo, más militancia y más trabajo. Vamos a usar todos los recursos para seguir funcionando como escudo y como red. Pero además de ayudar y proteger, es nuestra obligación construir una alternativa que le muestre a nuestro pueblo que hay otro camino”.
En el escenario lo acompañaron Máximo Kirchner, Sergio Massa y Juan Grabois, entre otros. Finalizaron cantando tibiamente la marcha peronista.
Mirando a la izquierda
Es más importante transformar que interpretar, proclama el principio básico del marxismo, pero lo que este domingo impregna el primer piso del club vasco donde se reúne la dirigencia y militancia del Frente de Izquierda es el aroma de la prudencia, a pesar de tener algo para festejar: una diputada por Capital (Myriam Bregman) y dos por provincia de Buenos Aires (Nicolás Del Caño y Romina Del Pla). La cosecha porteña fue importante: en mayo fue de 3,6% y hoy, el 9%, mérito sin duda de La Rusa, como apodan a Bregman.

Fotos: lavaca.org
La cautela la siembra el contexto: no es el Congreso de la Nación el escenario de ninguna transformación. “Es la calle”, dirá Del Pla, sin dudar y aferrándose a la memoria reciente “Lo mismo sucedió con Macri, que ganó las elecciones de medio tiempo y envalentonado quiso imponer la reforma laboral y jubilatoria y así le fue después”.
Juan Carlos Giordano –quien reemplazará a Del Caño en la rotación de su banca como diputado nacional– suma otras cuentas: “La gente que no fue a votar representa casi diez millones”. En su mirada esa cantidad hay que facturarla también a la oposición al gobierno, junto con el casi 60% que eligió otras fuerzas. ¿Será así? Para Cele Fierro no hay duda: “Solo hay que mirar un poco lo que sucede en el resto del mundo donde al mismo tiempo que la ultraderecha llega a controlar los aparatos de gobierno también hay una multitud que no deja de expresarse en las calles para defender otros valores”. Por ahí, creen, pasará lo que transforma: el voto con los pies.

Fotos: Lina Etchesuri/ lavaca.org
Actualidad
Ian Moche: la revolución de la empatía
En tiempos de elecciones, elegimos a Ian. Fue atacado por el Presidente y todo el aparato estatal como supuesto símbolo del “curro” en discapacidad, cuando ni siquiera cobra la pensión que le correspondería. El curro era otro: el director de la ANDIS, Diego Spagnuolo, quien también chicaneó a Ian, está involucrado en la alta trama de corrupción que salpica a todo el entorno presidencial, droguerías, laboratorios. Esta misma semana hubo una movilización de las personas con discapacidad reclamando la aplicación de la Ley de Emergencia votada por el Congreso por amplísimas mayorías, que el gobierno se niega poner en marcha. Esto es: corrupción, mientras se le niegan derechos y recursos a las familias. En el caso de Ian, niño activista sobre la neurodivergencia, esta es una historia que habla de manera simple de cosas complejas: de empatía, de humor, de amor, de familia, de apoyos y de futuro. De la vida de un niño por ser feliz, en un país hostil. Compartimos la nota publicada en la MU 206.
Por Franco Ciancaglini. Fotos: Lina Etchesuri.
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