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Primer día del juicio por una desaparición en democracia: ¿Dónde está Tehuel?

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Este lunes comenzó en La Plata el primer juicio oral y público por el caso del joven trans Tehuel de la Torre, que lleva a 1.250 días desaparecido. Bajo la acusación de homicidio agravado por odio a la identidad de género, en este juicio será juzgado Luis Alberto Ramos, uno de los dos imputados. Junto a Oscar Montes fueron los últimos en ver a Tehuel. El caso fue separado: mientras el proceso a Ramos comenzó hoy, Oscar Montes tendrá un juicio por jurado popular sin fecha prevista aún.

En esta primera jornada, las voces con las que el tribunal intentará responder el enigma de qué pasó con Tehuel no dieron respuestas contundentes, pero dejaron en evidencia una trama contextual que muchas veces puede volverse el centro: las vidas frágiles de Tehuel, su familia y las personas que tuvieron contacto con él la última vez, están demasiado lejos de los pasillos de Tribunales. La matriz patriarcal las atraviesa de la misma manera que las atraviesa la pobreza, las dificultades para nombrar y nombrarse en un conurbano profundo que marca muchísimo más las distancias del cisheteropatriarcado que en las capitales. ¿Cuándo desaparece Tehuel? ¿Cuando fue visto por última vez o cuando el Estado estuvo ausente, tiempo antes? ¿Qué debe hacer un pibito trans del conurbano casi rural para sobre-vivir? Los testimonios, las dificultades en los diálogos con los magistrados, y la trama detrás de otra persona desaparecida en democracia.

Por: Julia Varela/ Foto: Camila Flores Catino
(Esta nota que publica lavaca.org forma parte de una cobertura colaborativa sobre el juicio por el caso de Tehuel de la Torre, realizada entre varios medios pertenecientes a la Red de Medios Digitales (RMD) de La Plata: Pulso Noticias, Perycia, Otro Viento, AnRED, Nota al pie y Desde la raíz).

Primer día del juicio por una desaparición en democracia: ¿Dónde está Tehuel?

A las 11 de la mañana, una hora después de lo anunciado, se llenó la sala A del TOC 2 de La Plata. La demora se fue por el registro policial, el ingreso de los datos y la búsqueda de una sala de audiencias escondida en el entramado de pasillos y escaleritas del Fuero Penal del Poder Judicial de la ciudad. 

El Tribunal que lleva adelante este debate está conformado por tres personas: el presidente, Claudio Joaquín Bernard, la vicepresidenta Silvia Edit Hoerr y el vocal Ramiro Fernández Lorenzo. Ellxs son lxs que van a escuchar, durante las diez audiencias que tiene previsto que dure el juicio, a los más de sesenta testigxs que están citadxs a declarar. Al final del debate, serán también quienes decidirán si al imputado, Luis Alberto Ramos -el único imputado en este juicio- se lo condena como busca la fiscalía, por homicidio agravado por el odio de género. 

El primer juicio por Tehuel de la Torre es un juicio sin cuerpo y con cuatro elementos de prueba que para la fiscalía demuestran la culpabilidad del imputado: una mancha de sangre en la casa de Ramos, restos de la carcasa del celular de Tehuel, pedazos de ropa quemada que podrían corresponder a Tehuel y el cruce de las antenas telefónicas, que demostraría que los tres (Tehuel, Ramos y Oscar Montes, quien será juzgado por otro tribunal) estuvieron en la casa de Ramos la noche del 11 de marzo del 2021. Según fuentes de tribunales, la posición de los jueces respecto del agravante por odio a la identidad de género estaría, en este inicio, dividida. Pero el juicio recién comienza. En esa definición técnica, pero también política, podría estar el corazón del proceso. 

Primer día del juicio por una desaparición en democracia: ¿Dónde está Tehuel?

“El juicio empaña un poco nuestro primer pedido que es por una persona desaparecida. Hay una ausencia que el juicio no viene a saldar y olvida las responsabilidades en el proceso de desaparición. Un desaparecido en democracia no me parece un dato menor. Seguimos sin saber qué pasó. Me pregunto qué se hizo o cómo se hizo el proceso, o si sólo se apuntó al proceso judicial donde se va a penar a dos personas que también estaban en una absoluta marginalidad como estaba Tehuel. No nos podemos alejar del pedido por la memoria de Tehuel, el pedido original por la verdad que nos está faltando. ¿Cuál fue el recorrido que hizo esa noche? ¿Qué pasó con Tehuel?”, dijo Maru Bibiloni, filósofx y activista, que seguía el debate desde la sala, junto con la prensa y otrxs asistentes. 

Y agrega: “¿Quién tiene la capacidad de desaparecer un cuerpo? Hay tramas que el juicio no va a poder develar. Está apuntando a personas muy marginales, que vivían en la misma marginalidad que vivía Tehuel, y está marcando una ausencia anterior del Estado para brindar herramientas para garantizar que los derechos humanos estuvieran respaldados. En el caso de una posible condena, lo que sí va a pasar es que se va a clausurar una búsqueda y Tehuel sigue sin estar acá, seguimos sin saber qué pasó”. 

La lista de personas citadas a declarar en el primer día cambió a último momento. Al principio eran nueve personas, seis relacionadas a la familia de Tehuel de la Torre y tres de identidad reservada. Pero en la primera jornada del juicio terminaron por declarar seis personas, algunas que no estaban previstas. 

Primer día del juicio por una desaparición en democracia: ¿Dónde está Tehuel?

“A Tehuel, de chico, le gustaba el fútbol”, dirá su madre Norma Nahuelcura, al inicio de su declaración. La fiscalía le pregunta si tenía muchas novias y, además, si era varón. “Para el jardín del hijo de Michelle, Tehuel era varón”, contesta ella. La fiscalía insiste en preguntar si lo llamaban como él o como ella. No hay mayores preguntas o repreguntas sobre cómo la familia construía o acompañaba la identidad de Tehuel. Lo que Norma sí dice es que Tehuel no tenía trabajo: que vivía de changas, que cada vez que algún vecinx le pedía podar un árbol, él iba y lo cortaba. Fue contundente: “Era mala la situación económica. Me decía, no consigo trabajo, y estaba un poco nervioso”. 

El tribunal, la fiscalía y el particular damnificado intervienen, se superponen en las preguntas, a veces se pisan. Las respuestas son cortas, concretas, con poca información, con oraciones chiquitas. A Michelle Leyes, la novia de Tehuel, le preguntan si tenía algún vínculo con los imputados. Pero no termina de entender. El tribunal repregunta con un grito. Y en ese momento Michelle es clara: “Yo era la pareja de Tehuel, yo soy la pareja. Estuvimos dos o tres años. Nos conocimos a través de una página de Facebook y nuestro primer encuentro fue en Moreno”. 

Michelle pide que para declarar saquen a Ramos de la sala y el Tribunal accede, pero la interroga: 

-¿Entre su declaración en la comisaría y hoy vivió alguna amenaza por parte de Ramos? -pregunta el tribunal. 

-No. Pero no lo quiero ver. A mi me da miedo que él me vea o quiera hacer algo. 

– Pero no le pasó nada.

– No, pero le dicen el loco del cuchillo. En el barrio lo conocen así. 

Michelle no entiende muchas de las preguntas que el Tribunal le hace. Después de varios intercambios, Michelle cuenta que hizo la denuncia tres días después de ver a Tehuel por última vez.  

-¿Nos podés contar cómo fue la denuncia? 

-Al principio no me la quisieron tomar porque yo era menor, tenía 17 años. Tuve que esperar a que una conocida que tenemos en común llegara a la comisaría y me ayudara a que me la tomaran. Primero nos mandaron a la fiscalía de Alejandro Korn, después a la de San Vicente. 

Michelle recuerda que ella vivía con su hijo junto a Tehuel, en San Vicente, y que había una hora en bicicleta hasta Alejandro Korn. Cuando logró conseguir el teléfono de Ramos y escribirle para preguntarle por Tehuel, “me doy cuenta que Ramos habla de Tehuel como una femenina”. La fiscalía, dirigida por Juan Pablo Caniggia, y lxs abogadxs de la madre de Tehuel insisten en que Ramos lo identificaba como mujer: “Cuando yo hablaba con Luis, él hablaba de que era mujer”. “Le negaba su identidad”. “Al nombrarlo de esa manera, Ramos está restringiendo su decisión” dicen los abogados y, luego de eso, le piden que lea las capturas de pantalla de la conversación que Michelle tuvo con Ramos. 

A Michelle no le gustaba Ramos: “Nos había dicho una o dos veces que fuéramos con mi hijo a comer a su casa. Yo no le veía buena cara y a mi no me gustaba salir. A Tehuel no le gustó nada que yo no haya querido ir a comer con Ramos. Pero no me gustaba su apariencia, nunca tuve trato con él pero no me gustaba. Tehuel me había comentado que Ramos había tenido un acto de forma babosa con una chica a la que le entregaba mercadería. Y yo, siendo mujer, no me sentía cómoda para compartir. Ramos además tenía una denuncia por un supuesto abuso a un menor. Eso me lo contó Tehuel. Él le había dicho a Tehuel que esa denuncia se la había hecho su ex pareja por despecho”, agrega la joven. 

Primer día del juicio por una desaparición en democracia: ¿Dónde está Tehuel?

Catalina Salas, citada a declarar por ser la ex pareja de Luis Ramos, también pide que Ramos no esté en la sala. Estuvieron juntxs desde 2017 hasta el 29 de septiembre de 2020, cuando lo denunció por abusar de su hijo. “Nos separamos por los golpes, porque me pegaba. Los primeros años fueron excelentes, pero el último año empezó a estar como loco, malo, a maltratarme. Luis trataba a Tehuel como una persona normal. Pero él no me dejaba participar de las charlas, ni con él ni con nadie. Yo estaba embarazada y él me pegaba, por eso perdí a mi bebé”, cuenta Catalina. Y también agrega que a Ramos no le gustaba que los hombres estén con hombres, que y las mujeres estén con mujeres: era algo que “le daba bronca”. 

El resto de lxs testigxs citadxs por la fiscalía tuvieron que esperar: “Estamos a la espera de las respuestas, porque están llegando en tren y están demoradxs”, dijeron. Y, en la sala, esperamos. Luego de la confirmación de que no llegarían a tiempo, se citó a Julio Elías Agüero, actualmente detenido por otras causas, que había visto pasar a Ramos y a Tehuel la tarde del 11 de marzo de 2021, por la canchita de fútbol del barrio. 

Agüero también le pidió al Tribunal declarar sin Ramos cerca. “Tengo miedo de que le haga algo a mi familia”, dijo. El Tribunal retrucó: ¿Cuando declaró la primera vez le pasó algo a su familia?

-No.

“Yo estaba con los pibes del barrio. Un chabón nos corrió. Parece que venía borracho. Venia con una piba peticita, que tenia una visera para atrás de color gris, que tenia una campera de jean. Yo vi que venía con una piba.  Vi que venía caminando con un cuchillo. Venía gritando y de golpe empieza a corrernos”, dice Julio, pero los jueces no entienden, porque Julio habla como muchos pibes, rápido y con la boca cerrada.  

-Tiene mejor dicción el fiscal, obviamente, pero que declare el testigo-, pide el juez Bernard, mientras la Fiscalía intentaba oficiar de intérprete. 

“Es del barrio. Vive a cuatro cuadras de mi casa. Nos empieza a correr con un cuchillo, de la nada. La chica se iba caminando y después se volvieron a encontrar. La chica lo esperó adelante después de la corrida con el cuchillo. Nos quedamos quietos mirando para donde iban. Se fueron juntos”. 

-¿No lo puede decir de vuelta?-, pregunta el presidente del Tribunal. 

-Parece que escucho mal, yo no entendí nada de lo que dijo-, agrega el vocal. 

-Para entender su razonamiento -tercia la vicepresidenta, que revolea los ojos y no lo mira cuando habla:-, usted se da cuenta que no es muy preciso. 

“Después nos juntamos al otro día con los pibes, me dijeron que vivía ahí cerca. Que ya tuvo problemas con otros vecinos. Yo tengo a mi hija que vive cerca y me da miedo que si sale busque venganza”.

Antes de que declare Romina, la siguiente testigo, el Tribunal y la fiscalía insisten para que Ramos pueda volver a presenciar el debate. Ella había pedido que no, pero después dijo que le daba lo mismo y finalmente terminó accediendo a que el imputado la escuchara en la sala. 

Romina Lobosco fue el quinto testimonio, y llegó con retraso. Había una demora en el tren de la línea Roca que la traía a La Plata. Pese al largo viaje, su declaración fue ínfima, no estuvo en la sala más de cinco minutos. Dijo que conocía a Ramos del barrio, que ella y Emilse González, una ex pareja del imputado, se tienen como amigas en Facebook y habían intercambiado algún comentario en el cumpleaños del hijito de Emilse. También dijo que había hablado con un policía, pero no aportó mayores datos. A las 13:30 el testimonio de Romina ya había terminado. 

Después de media hora de cuarto intermedio, llegó otro testigo en tren: Ricardo Luis Somaruga, que alquilaba una de las piezas en el terreno donde vivía Ramos. Él dirá lo mismo que dijeron lxs testigxs anteriores; que no quiere a Ramos tan cerca, que se pone incómodo porque se conocen del barrio. Pero el tribunal considera que, como la incomodidad no es miedo, Ramos tiene derecho a estar en la sala.  

Ricardo pide perdón porque hace poco le hicieron un tratamiento odontológico y no puede hablar bien. El tribunal le pide que se acerque al micrófono y lo interroga. De dónde se conocen con Ramos, qué hacía para vivir. Ricardo cuenta que era remisero, que Ramos vendía gaseosas y tenía un despacho tipo almacén. 

-¿Y cómo llamaba Ramos a Tehuel? 

-No, ni idea.

¿Escuchó diálogos entre ellos? 

-Tomaban mate entre ellos.

-¿Sabe dónde se conocieron? 

-Me parece que en una marcha o una cooperativa.

-¿Sabe cómo identificaba Ramos a Tehuel? 

-No, ni idea. 

-¿Cómo se llevaba Ramos con su ex pareja? 

-Con Catalina se llevaban normal. Yo vivía acá y ellos al lado. Yo me iba a trabajar a la mañana y volvía a la tarde. 

-Eso ya lo entendí. 

-¿Sabe si Ramos era una persona violenta? 

-Lo normal, lo normal. 

-¿Usted hablaba algo con él? Ya me dijo que se levantaba temprano. 

-Yo me fui tres o cuatro meses antes. Hasta ahí lo vi. Lo vi en la casa un par de meses, después lo conocí por la repercusión pública. Sé que es la misma persona porque le decían chico o chica.

-No le estoy entendiendo -interrumpe la vicepresidenta. 

-Yo veía que este chico venía, tomaban mate con él, media hora, 40 minutos y después se iba. 

-Eso ya me lo dijo. Y cómo, ¿entraba a la casa y no hablaba? 

-Ramos le decía chico o chica, no sé. Cuando él venía a golpear el portón de chapa, grande, había que abrirle. 

-¿Y lo nombraba como si fuese un solo nombre? ¿chicochica

-Sí, “era una chica que era un chico”, me dijo Ramos. Él me contó que le había prestado dinero en varias ocasiones, y me pedía el celular. 

-¿Nunca vio una llamada con Tehuel? 

-Él usaba mi teléfono, pero yo no revisaba las llamadas. Ramos entregaba su teléfono a las chicas a cambio de favores sexuales.

Ricardo Somaruga fue el último testigo del día. Mañana martes, a partir de las diez, vamos a escuchar a trece personas más, una de ellas lo hará “por vía telemática” y el resto serán presenciales, en la sala. Cansado de las intervenciones el juez Bernard cerró la audiencia y despidió al testigo: “¡Que no pierda el tren!”. 

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La marcha sin fin

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La señora de canas y anteojos sacude su dedo índice a centímetros de la cara del policía. Es menuda y el uniformado es del tamaño de un gorila con casco y palo, pero no es la abuela la que tiembla cuando le grita:

-Mirame a los ojos: a mí me estás pegando. A mí, que tengo 70 años y dos hijas que estudiaron para no ser policía como vos.

La marcha sin fin

Fotos: Juan Valeiro/ lavaca.org

En el piso del Congreso de la Nación hay seis jubilados y cinco fotógrafos que están siendo asistidos por la posta sanitaria para mitigar el gas con el que los cegaron –que no es ni lacrimógeno ni pimienta y activa su laceración con cualquier medio húmedo, como el sudor de esta tarde infernal-, mientras la multitud canta:

“Qué feo, qué feo, qué feo debe ser/ pegarle a un jubilado para poder comer”.

Los peatones que ven la escena desde la vereda de enfrente editorializan al paso:

“Se están robando a los pibes y ustedes están pegándole a los jubilados”.

“Oíme tortuga: son cuatro por cada viejo de 80 años. Qué fácil te ganás la guita”.

“El día que tu jefa reparta la plata del operativo entre los jubilados van a tener que ir a laburar en serio, ratas”.

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Uno de los atacados por el gas pimienta policial. La gente cantó: «Qué vergüenza, qué vergüenza, pegarle a jubilados por dos pesos con cincuenta». Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org.

Así es el final de otro miércoles de la ronda que repiten cada semana las personas que trabajaron toda su vida y aportaron durante décadas para gozar de un derecho que se ha transformado en un extraño privilegio: ser el sector social más perjudicado por las políticas de ajuste, pero también el único que no claudica ni se calla.

La marcha sin fin

Uno de los hinchas de Chacarita, presente en la marcha en el Congreso. Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org.

Así lo explica Carlos, el jubilado que conmovió a los hinchas de Chacarita – un club de fútbol experto en el pogo policial– que hoy se sumaron a la ronda con la intención explícita de protegerlos:

“Trabajé durante 40 años en el correo. No me regalaron nada. La estoy pasando mal, pero no estoy acá por mí porque yo ya estoy jugado: tengo 75 pirulos. Estoy acá por mis cuatro hijos y mis dos nietos. Estoy acá porque les quiero dejar un país digno para que puedan vivir en paz”.

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Carlos, el jubilado que cada miércoles marcha con la camiseta de Chacarita y esta vez impulsó que llegue parte de la barra del club a apoyar el reclamo. Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org.

Sobre el Presidente:

“Milei es un pobre tipo. Está mal de la cabeza. Yo le aconsejaría que, por el bien de todos los argentinos, dé un paso al costado: nos va a hacer un gran favor. Está muy mal asesorado, y tiene al lado esas lacras de los Caputo: esos sí… esos sí qué saben lo que están haciendo. Yo nunca tomo revancha con nadie, pero a esos dos me gustaría encontrarlos cara a cara para preguntarles qué significa para ellos ser tan ambiciosos –casi enfermos– de la plata y el poder a costa del hambre de los argentinos. Pero es mi opinión personal, porque acá no hablamos de política. Acá venimos a reclamar nuestros remedios y nuestra dignidad. Acá venimos todos los miércoles y nos encontramos con personas como esa abuelita de 82 años que nos dice ´hoy no almorcé´: Por ellas estamos. Lo único que queremos es dar la vuelta al Congreso y que no nos peguen”.

Carlos llora.

La marcha sin fin

Una imagen de esta época. Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org.

“No estás solo”.

Dos hinchas de Chacarita lo abrazan y le prometen:

Lo rodean, también, una familia con esa misma camiseta: el padre, jubilado; la hija, investigadora del Conicet y lesbiana; el nieto, quinto grado de la escuela pública. Será ella quien presenta así al trío para señalar, con esas etiquetas sociales, lo que significa estar ahí hoy: “Unir la luchas, unir las fuerzas: la indiferencia no es una opción.”

La marcha sin fin

Acorralados: jubilados apretujados y víctimas del gas pimienta de la policía. La canción: «Qué veo debe ser, pegarle a jubilados para poder comer». Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org.

La hinchada suma, además, esa poética instantánea, que acribilla sin pausa al doble cordón policial:

“No tenemos casco/ no pegamo`a jubilados/Somos locos y borrachos / porque somos funebreros”.

Refieren así a la identidad de ese club de fútbol, que nació vecino al cementerio, pero en el territorio del Congreso el verso se reinterpreta: son quienes entierran al miedo.

La marcha sin fin

Retrato de un miércoles. La bandera para cubrirse de los gases policiales. Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org.

Así, sumando gota por gota personas y organizaciones hasta ser multitud, la ronda gira por los grises muros del Congreso, desbordando el desproporcionado cordón de policías y gendarmes, que tira palos y gases sin piedad, pero también sin suerte: la vuelta se completa.

El final, literalmente, es realmente otro: no habrá fin. Lo anuncia el gesto de Zulema y Keiko, dos jubiladas insurrectas, cuando con elegancia y picardía apoyan ambas los dedos en los labios para lanzarle besos a los uniformados, con una promesa:

“Nos vemos el miércoles”.

La marcha sin fin

El abrazo y una convicción: «Nos vemos el miércoles». Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org.

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El vacío

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Mercedes golpea la cacerola con una cuchara mientras grita:

“Pueblo, despierte”.

Lo repite infinitas veces. Por momentos agrega su por qué:

“Nos gobierna un estafador”.

Me dice –muy enojada– que tiene “los huevos al plato” porque mientras en Instagram la colman de likes, en la calle la dejan sola.

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Fotos: Juan Valeiro para lavaca

Fue, sin embargo, su solitaria cacerola la que se escuchó por cadena nacional en momentos en que la camioneta blindada del Presidente pasó por Avenida de Mayo hacia el Congreso de la Nación, para dar inicio a su segunda apertura de la labor legislativa.  Eran las nueve en punto de la noche y en la calle lo que había era un enorme vacío custodiado por cientos de uniformado pertenecientes a cinco fuerzas de seguridad. La oscuridad de la noche sin luna, los cortes de calles, las vallas y la sobredimensionada custodia del paso presidencial –que incluía francotiradores y aparatos inhibidores de drones– reforzaban la imagen distópica de un operativo que no parecía de seguridad, sino de aislamiento.

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El palacio. Fotos: Juan Valeiro para lavaca

Adentro del Palacio le esperaba lo mismo: un inmenso recinto vacío ante el cual el Presidente intentó monologar durante una hora veinte minutos. No pudo. Bastó también una sola interrupción –la del diputado radical Facundo Manes– para que quede en evidencia que este es su momento débil. La segunda evidencia fue el anuncio de que enviará para su aprobación el acuerdo con el FMI, que está –dijo– próximo, pero que depende –no dijo– de ese voto positivo para que se realice.

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Fotos: Juan Valeiro para lavaca.

Cuando la realidad entorpece la puesta, quien irrumpe en escena es Santiago Caputo. Esta vez acaparó la atención al amenazar al diputado Manes, delante de las cámaras. Otra vez.

No fue el único que agredió a quienes estaban en el Salón de los Pasos Perdidos, esa clásica antesala del recinto convertido hoy en un ring de exhibición de patoteadas por sus secuaces. Otra muestra de debilidad: allí solo ataca quien pierde.

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Fotos: Juan Valeiro para lavaca.

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Fotos: Juan Valeiro para lavaca

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Fotos: Juan Valeiro para lavaca

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Fotos: Juan Valeiro para lavaca

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Fotos: Juan Valeiro para lavaca

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Fotos: Juan Valeiro para lavaca

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Fotos: Juan Valeiro para lavaca.

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Fotos: Juan Valeiro para lavaca.

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‘A little something-something’: la investigación de The New York Times que revela el entramado de coimas detrás del criptogate

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El prestigioso diario norteamericano publicó este viernes, día previo al discurso presidencial en el Parlamento, una investigación realizada por Jack Nicas y David Yaffe-Bellany. Las revelaciones: el rol de Mauricio Novelli; el audio de Hayden Davis, las audiencias pagas.

Por Jack NicasDavid Yaffe-Bellany para The New York Times

El escándalo comenzó con un tuit.

«El mundo quiere invertir en Argentina», publicó Javier Milei, presidente de Argentina, a las 7:01 p.m. del Día de San Valentín, ofreciendo un código para comprar una nueva criptomoneda.

La moneda digital se llamaba $Libra y había sido creada 23 minutos antes.

En las siguientes horas, miles de personas invirtieron. El valor de $Libra se disparó.

Luego colapsó abruptamente. Los mayores accionistas habían vendido sus monedas, dejando a casi todos los demás con pérdidas colectivas de 250 millones de dólares.

Para los veteranos de las criptomonedas, fue un clásico «rug-pull» (estafa donde se retira el apoyo repentinamente). Una celebridad promociona una nueva moneda digital, los precios se disparan y luego los insiders, que poseen la mayoría de las monedas, retiran el apoyo: venden sus participaciones con grandes ganancias a expensas de los inversores amateur que llegaron después.

Para Argentina, fue un escándalo nacional. Los críticos dijeron que el presidente acababa de estafar a sus ciudadanos. La oposición pidió su destitución. Los ciudadanos argentinos presentaron una docena de denuncias penales. Un fiscal federal abrió una investigación, con Milei como objetivo.

Luego, Milei partió hacia Washington. En la Conferencia de Acción Política Conservadora el sábado, dio un discurso combativo antes que el expresidente Trump, el otro presidente que este año promovió una nueva criptomoneda que se disparó y luego colapsó. Esa moneda, $Trump, generó enormes ganancias para los insiders y pérdidas acumuladas de 2 mil millones de dólares para más de 800.000 inversores.

Trump ha alegado ignorancia. «No sé si me benefició», dijo. «No sé mucho al respecto». (La familia Trump y sus socios comerciales ganaron casi 100 millones de dólares solo en comisiones por la moneda).

Tras el creciente escándalo de $Libra en Argentina, Milei adoptó un enfoque similar. Dijo que no ganó ni un centavo. En cambio, culpó a una pequeña startup en Singapur, KIP Protocol, que pocos en la industria cripto conocían.

«Notarán que la empresa que organizó el lanzamiento, KIP, declaró explícitamente que yo no tuve nada que ver», dijo en una entrevista en horario estelar la semana pasada.

Pero la historia de Milei ha comenzado a desmoronarse, mostrando cómo las criptomonedas y la política se han mezclado cada vez más para enriquecer a los poderosos y quitarle a casi todos los demás.

Los orígenes del escándalo de $Libra se remontan a una conferencia en Argentina el año pasado, donde un consultor cripto estadounidense y un socio comercial argentino de Milei intentaron vender acceso al presidente, según entrevistas y documentos revisados por The New York Times. Finalmente, esto llevó a reuniones en las oficinas presidenciales y una asociación planeada con Dave Portnoy, fundador de Barstool Sports.

Desde el colapso, ha surgido evidencia que contradice las afirmaciones del presidente; los críticos en Argentina han acusado a su círculo íntimo de aceptar sobornos; y el consultor estadounidense, a quien Milei se refirió el mes pasado como un asesor, ha admitido acumular 100 millones de dólares con el esquema.

«Este es un juego de insiders», dijo el consultor estadounidense, Hayden Davis, sobre las criptomonedas en un video la semana pasada. «Es como un casino no regulado».

‘Un pequeño algo-algo’

El mundo cripto estaba emocionado con Milei.

Como economista libertario, había dicho que quería abrir su nación financieramente afectada a nuevas monedas. Así que cuando se anunció que hablaría en una conferencia cripto en Buenos Aires en octubre, los líderes de la industria acudieron en masa.

La conferencia fue organizada por Mauricio Novelli, un pulcro trader de 29 años con conexiones de años con Milei.

En 2020, Milei comenzó a enseñar en la pequeña academia de inversiones de Novelli y se convirtió en el promotor de la escuela, publicando repetidamente sobre ella en línea, hasta que fue presidente. En 2022, publicó sobre un nuevo proyecto cripto de Novelli, llamándolo «un modelo económico sostenible en el tiempo». Poco después, colapsó.

En la conferencia, Novelli cobraba a los patrocinadores 50.000 dólares por un espacio para hablar y un encuentro con Milei, según cuatro asistentes que pagaron la tarifa.

Sin embargo, esas personas dijeron que la reunión con el presidente resultó ser una rápida foto grupal. Para obtener más tiempo, dos de ellos dijeron que los organizadores de la conferencia les dijeron que costaría más.

«Decían: ‘Oye, ya sabes, danos un pequeño algo-algo y podemos conseguirte una reunión'», dijo Charles Hoskinson, un multimillonario de criptomonedas que fundó una de las plataformas más grandes de la industria, Cardano.

Otro asistente dijo que Novelli ofreció una reunión con el presidente si la persona firmaba un contrato de 500,000 dólares por «servicios de consultoría» vagos, según una copia del documento vista por The Times.

Pero Novelli no era el único que vendía acceso a Milei.

Davis, un joven de 28 años con cabello rubio rizado y gafas doradas llamativas a quien Novelli había conocido en un evento cripto en Denver, también les decía a los asistentes a la conferencia que tenía «control» sobre Milei y podía intermediar en acuerdos, según mensajes vistos por The Times.

«Todo, desde que Milei tuitee» hasta «todo lo que sea público de Milei, básicamente, aparecer en cosas, etcétera, tengo control sobre muchas de esas palancas», dijo Davis en un mensaje de audio a un emprendedor, obtenido por The Times.

«Pero», añadió, «hay un costo». Insinuó que ese costo podría ser de millones de dólares. «No estoy tratando de estafar a nadie», dijo, usando un expletivo.

Otro emprendedor dijo que Davis hizo una oferta aún más descarada por escrito: entregaría una reunión con Milei y una asociación con el gobierno argentino a cambio de aproximadamente 90 millones de dólares en criptomonedas durante 27 meses, según una copia de la propuesta vista por The Times.

No hay evidencia de que Milei estuviera al tanto de las propuestas. Davis y Novelli, a través de portavoces, declinaron comentar.

Tres meses antes de la conferencia, en julio, Novelli y Davis visitaron las oficinas presidenciales de Argentina, según registros gubernamentales obtenidos por el diario argentino La Nación. Los registros muestran que su anfitriona fue la hermana del presidente y jefa de gabinete, Karina Milei.

En noviembre, visitaron nuevamente las oficinas presidenciales. Después, Novelli y Davis brindaron con champán en el Four Seasons de Buenos Aires, diciendo a otros que acababan de firmar un acuerdo con el presidente, según La Nación.

Luego, el 30 de enero, Milei publicó una foto de él y Davis, diciendo que el estadounidense «me estaba asesorando sobre el impacto y las aplicaciones» de la tecnología relacionada con las criptomonedas.

‘El proyecto KIP Protocol’
Dos semanas después de esa publicación, un emprendedor tecnológico en Singapur recibió una llamada inesperada de Novelli.

El emprendedor, Julian Peh, fundador de una startup llamada KIP Protocol, dijo que había conocido a Novelli en la conferencia de octubre. Peh fue uno de los pocos asistentes que realmente obtuvo una reunión con Milei. (Dijo que solo pagó para patrocinar el evento).

Pero en los meses siguientes, Peh dijo que no tuvo contacto con el presidente argentino ni con su oficina. Luego, Novelli lo llamó el 13 de febrero para proponerle un nuevo proyecto, dijo: el lanzamiento de una criptomoneda llamada $Libra que finalmente financiaría pequeñas empresas en Argentina.

Novelli describió un plan que involucraba a Davis lanzando $Libra y a la empresa de Peh, KIP, distribuyendo fondos a las empresas, dijo Peh.

No era el fuerte de su empresa: KIP construía tecnología relacionada con la inteligencia artificial. Pero Peh dijo que aceptó de todos modos.

Libra se lanzó con el tuit de Milei. El presidente linkeó a un sitio web que describía el proyecto Libra como teniendo «una misión clara: impulsar la economía argentina». Al final había un único descargo de responsabilidad: «Proyecto de iniciativa privada desarrollado por KIP Network Inc © 2025».

Era antes del amanecer en Singapur. Peh dijo que se despertó con mensajes confusos de sus colegas: ¿Qué era $Libra?

Con el precio colapsando después del boom inicial, Peh dijo que Novelli luego le indicó que publicara un mensaje en X apoyando la moneda. Novelli proporcionó el texto exacto en inglés y español, dijo.

Peh dijo que siguió las instrucciones. «La moneda $LIBRA ha sido un éxito. Queremos agradecer a todos por su confianza y apoyo», publicó la cuenta de KIP. «Queremos aclarar que este es un proyecto de empresa privada, el presidente Milei no estuvo ni está involucrado en el desarrollo de este proyecto, como él mismo ha mencionado. Esto es completamente una iniciativa privada».

Dos minutos después, la cuenta de Milei repudió a $Libra.»Obviamente no tengo ninguna conexión»,publico en su cuenta en X. «No estaba al tanto de los detalles delproyecto». Borró el post inicial promoviendo a $Libra.

Diez horas después, la oficina de Milei emitió un comunicado culpando a Peh y llamando a $Libra el «proyecto de Kip Protocol». El comunicado decía que Peh le había presentado el proyecto a Milei y que Peh le había presentado al presidente a Davis como representante de Kip.
«Davis no tenía ni tiene ninguna conexión con el gobierno argentino y fue presentado por representantes de Kip Protocol como uno de sus socios», dijo la oficina presidencial.

Eso pareció contradecir las visitas anteriores de Davis a las oficinas presidenciales, incluso antes de que Milei y Peh se conocieran.

La empresa de Novelli también emitió un comunicado culpando a Peh y Davis por $Libra. Dijo que no había ganado nada.

Peh dijo que se dio cuenta de que se había convertido en el chivo expiatorio. KIP «se convirtió en una parte conveniente para proporcionar cobertura a otras partes», dijo la empresa en un comunicado.

‘Profundamente amañado’
Parte del atractivo de las criptomonedas es que las transacciones son rastreables públicamente. Así que los expertos analizaron $Libra y encontraron un desastre.

Más de 10.000 cuentas cripto, que representan el 86% de los inversores, perdieron un total de 251 millones de dólares, según Nansen, una firma de datos cripto.

Al mismo tiempo, los datos mostraron que las cuentas conectadas al lanzamiento de $Libra obtuvieron enormes sumas.

Normalmente, los creadores de una nueva criptomoneda controlan un gran porcentaje del suministro. Pero las reglas programadas en la moneda a menudo bloquean la venta de esas acciones durante un período de tiempo determinado, evitando que los insiders obtengan ganancias y colapsen el precio.

Sin embargo, las cuentas cripto que crearon $Libra podían vender de inmediato. En cuestión de horas, esas cuentas, que controlaban el 80% de las monedas, habían cobrado casi 90 millones de dólares, según Bubblemaps, una firma de análisis cripto.

Otros 33 millones de dólares en ganancias fueron a cuentas que se crearon justo horas antes del lanzamiento, y que luego compraron y vendieron rápidamente $Libra después de su lanzamiento, lo que sugiere que quienes las controlaban podrían haber sabido que la moneda llegaba.

Los inversores estaban furiosos. «No se trataba solo de las pérdidas, sino de la actividad de los insiders», dijo Nicolas Vaiman, director ejecutivo de Bubblemaps. «Muestra cuán profundamente amañado estaba el juego».

‘¿De quién es el dinero?’

Un rug-pull cripto suele ser misterioso: el dinero desaparece y nadie sabe quién se lo llevó.

Sin embargo, un día después de que $Libra colapsara, Davis se presentó. «Estoy aquí para aclarar las cosas», dijo en un video publicado en X. «De hecho, soy el asesor de Javier Milei».

Luego criticó a Milei. En un comunicado, Davis dijo que Peh era «completamente inocente» y que «solo puedo suponer que los asociados de Milei intentaron culpar a Julian para protegerse».

Después de eso, dio dos entrevistas en YouTube, incluso a Dave Portnoy, el fundador de Barstool Sports. Portnoy dijo que tenía un acuerdo con Davis para promocionar $Libra, pero se retiró en el último minuto. «Gracias a Dios», dijo, añadiendo un expletivo.

En las entrevistas, Davis dijo que había controlado enormes cantidades de $Libra y vendió esas participaciones cuando los precios estaban altos. También dijo que el equipo que creó Libra había comprado rápidamente la moneda justo después de que saliera al mercado, una práctica llamada «sniping» ampliamente vista como engañosa en los círculos cripto.

Ahora tenía control de 100 millones de dólares, dijo, y quería hacer las cosas bien.

«¿De quién es el dinero?», preguntó Portnoy.

«Es, es, es, es el, es el», respondió Davis, tartamudeando. «No lo sé. Definitivamente no es mío. Es, es de Argentina».

No hay indicios de que Davis haya devuelto dinero, excepto a Portnoy, quien dijo que perdió 5 millones de dólares en $Libra.

En las entrevistas, Davis dijo que las llamadas memecoins como $Libra y $Trump, criptomonedas crudas y especulativas vinculadas a celebridades o memes en línea, estaban esencialmente amañadas.

Los datos muestran que algunas memecoins recientes podrían haber sido respaldadas por las mismas personas.

Un análisis de Bubblemaps mostró que la cuenta cripto que creó $Libra estaba estrechamente vinculada a la cuenta que creó $Melania, una memecoin promovida por Melania Trump que también colapsó. Las dos cuentas eran engranajes clave en una red de billeteras cripto que transferían fondos entre sí, mostró el análisis.

En YouTube, Davis dijo que estaba involucrado en $Melania, pero no explicó su papel exacto.

La oficina de Melania Trump declinó comentar.

‘Un presidente descuidado’
Mientras el universo cripto estallaba en indignación, Milei enfrentaba una crisis en Argentina.

El mercado de valores cayó. Un aliado político clave, el expresidente Mauricio Macri, lo llamó «descuidado». La prensa etiquetó el escándalo como «Cryptogate».

Un fiscal federal ha abierto una investigación, incluida la conducta de Milei, y Milei ordenó a la oficina anticorrupción de Argentina que investigara.

Luego llegó una acusación más grave: La Nación y el sitio de noticias cripto CoinDesk publicaron mensajes de texto que, según dijeron, mostraban a Davis diciéndole a alguien que «poseía» a Milei porque «envío $$ a su hermana».

La hermana de Milei ha actuado durante mucho tiempo como la guardiana del presidente, y él regularmente se refiere a ella como «el jefe».

El portavoz de Milei, Manuel Adorni, dijo que las acusaciones de soborno eran «insultantes». Milei y su hermana no respondieron a las preguntas de The Times. Davis ha negado desde entonces haber pagado a cualquiera de ellos.

Cuando se le preguntó en televisión si algún funcionario había ganado dinero con $Libra, Milei respondió: «No puedo decirlo. Tengo plena confianza en todos mis funcionarios». Apoyó a Novelli y nuevamente culpó a Peh.

Sin embargo, añadió que, en cualquier caso, tenía poca simpatía por las víctimas de la estafa. «Si vas a un casino y pierdes dinero, ¿cuál es el reclamo?», dijo. «Sabían muy bien los riesgos».

Tres días después, otro multimillonario de criptomonedas publicó que quería llevar una nueva conferencia cripto a Argentina.

«MUCHAS GRACIAS», respondió Milei. «Sería una gran oportunidad para nuestro país».

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