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“Topo, tenemos hambre”: ronda por las jubilaciones, efectos papales y el arte de gambetear a la policía

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Nueva ronda de jubiladas y jubilados alrededor del Congreso en tensión con la policía que busca hacer cumplir el “protocolo” del ministerio de Seguridad. Tras las palabras del papa Francisco el viernes pasado (“en vez de pagar la justicia social, pagaron el gas pimienta”) la policía evitó esta vez pulverizar a personas jubiladas y niñas, como en ocasiones anteriores. Las pancartas caseras volvieron a concentrar la atención por el ingenio y los reclamos, en una tarde en la que los jubilados hicieron una presentación al PAMI por la falta de medicamentos que los afecta especialmente. Hubo sentadas en la calle, banderazos en los semáforos y embudos de tránsito, cantándole a las fuerzas de seguridad: “Qué feo debe ser/ pegarle a un jubilado para poder comer”. En la foto principal puede verse la manos de la gente frente a la embestida policial. Una percepción en la calle: “A la policía la tenemos desconcertada”.

Fotos Juan Valeiro/lavaca.org

En un momento de la ronda del movimiento de jubilados de este miércoles, tras recibir empujones policiales con los escudos para evitar que siguiesen caminando por Combate de los Pozos para doblar por Yrigoyen, las personas que manifestaban tomaron otra decisión: giraron caminando no por el asfalto sino por la vereda en la que se encuentra la entrada al Senado.

La policía entonces debía ir corriendo con sus trajes que le valen el apodo de “tortugas” para pararse en el cordón de la vereda a medida que la columna avanzaba, para que nadie bajara a la calle.

“Topo, tenemos hambre”: ronda por las jubilaciones, efectos papales y el arte de gambetear a la policía

Un Abbey Road en la 9 de Julio: yendo del PAMI al Congreso. Fotos Juan Valeiro.

Esa coreografía fue poco a poco rodeando al Congreso. Uno de los jubilados se acercó a una de las policías tortugas: “Por qué nos hacen esto, estamos peleando también por el futuro de ustedes”. Un policía se acercó amenazante y el jubilado con serenidad le dijo: “Solamente le estoy hablando, no le voy a pegar. No soy una rata como vos y todos tus compañeros que le pegan a las jubiladas”.

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1839012959294476740

Dos canciones: “Ju-bi-lados carajo” y “Qué feo debe ser pegarle a un jubilado para poder comer” verso este último dedicado a las supuestas fuerzas del orden. La ronda continuó hasta que en Rivadavia y Entre Ríos se vio más gente todavía haciendo banderazos ante los automovilistas que venían por Rivadavia, y luego ante los que transitaban por Entre Ríos.

La única certeza que parecían tener los así llamados “efectivos” policiales era la de no utilizar, al menos por esta vez, el gas pimienta que la semana pasada logró que hasta la máxima referencia de la Iglesia Católica en el mundo se refiriese al modo de reprimir en Argentina: “En vez de pagar la justicia social, pagaron el gas pimienta” dijo el papa Francisco.

“Topo, tenemos hambre”: ronda por las jubilaciones, efectos papales y el arte de gambetear a la policía

Intrépidos policías enfrentando a los jubilados en Hipólito Yrigoyen y una calle cuyo nombre podría ser una imagen del presente: Combate de los Pozos. Fotos Juan Valeiro

En una de las esquinas se había armado un embudo de manifestantes, que dejaba fluir el tránsito pero a otra velocidad. También hubo sentadas, cacerolazos y un señor llevaba el siguiente cartel: “Yuyito = Covelia, recoge la basura”. Raúl, uno de los manifestantes, declaró a lavaca: “Tenemos desconcertada a la policía”.

“No hay libertad”

Entre los carteles más llamativos estaba el de Elisa: “Topo, tenemos hambre”.

Ella cuenta: “El topo es Milei. Y digo que tenemos hambre porque sube la inflación, los costos y el hombre no hace nada. Al contrario, dijo que nos iba a arruinar. Si sigue la inflación vamos a caer en default y entonces va a haber menos obreros que trabajen. Puede venir lo peor, violencia, una guerra civil, cualquier cosa. Hay mucha delincuencia y al tener un presidente ruin que arruina, que estafa a los que creían en él y al resto, a favor de la venta de órganos y que está vendiendo la patria, entonces la inflación sube, el peso cae, y entonces se va a desatar lo peor entre gente de capitales y gente humilde. Eso están buscando”. ¿Por qué usted cree que lo hacen? “Para llegar a que se termine la democracia. Yo hoy no siento tener libertades. Me siento oprimida. Reprimida. Presa en un gobierno de delincuentes”. 

“Topo, tenemos hambre”: ronda por las jubilaciones, efectos papales y el arte de gambetear a la policía

Paula de Ramos Mejía tiene 57 años: “Vengo porque a los viejos no pueden hacerle esto. Vi el primer miércoles cómo estos de azul le pegaban a los abuelos y desde ese día no dejé de venir. Todavía no soy jubilada y a este ritmo me voy a jubilar a los 80. Lo que viene va a ser horrible. En nueve meses Milei hizo un desastre, imaginate si se queda tres años más, no deja nada. ¡Porque no le importa nada! Van por todo… Sturzenegger de nuevo. Caputo de nuevo. No tenemos memoria. Tengo una impotencia que no puedo más”.

La reunión y la canasta

Raúl relata la experiencia al llevar una carta al PAMI en la que plantean los reiterados pedidos de reunión que realizaron.

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1838981561590468906

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1838981561590468906

“Pese a la apremiante situación en que nos encontramos no tuvimos respuesta alguna”, escriben, y plantean especialmente: “Han reducido el vademécum de medicamentos y el otorgamiento de medicamentos oncológicos, incluso las tareas de cuidado y el suministro de elementos para mejorar la calidad de vida, como sillas de ruedas, audífonos y hasta pañales”.

“Topo, tenemos hambre”: ronda por las jubilaciones, efectos papales y el arte de gambetear a la policía

Policía o abrazo. Fotos Juan Valeiro.

Raúl: “Fuimos muchas veces a PAMI, presentamos muchas notas por el tema de los alimentos. No habíamos ido concretamente por el tema de los medicamentos, salvo cuando fuimos a reclamar por los medicamentos oncológicos de una compañera. Finalmente hizo un amparo, reclamamos tras el amparo, y se los dieron. Y hoy nos juntamos con todas las organizaciones que estamos aquí los miércoles. Lo que pedimos fue una entrevista con el interventor que se llama Esteban Leguízamo pero no nos dejó subir. Bajó uno que dijo ser el jefe de gabinete y nos recibió en el hall, no nos dejó entrar más que de allí. Recibió la nota, nos dieron un correo electrónico, y nada más. No dijeron ni blanco ni negro. Les dijimos que con 300 mil pesos, que es la  jubilación mínima con el bono, no se pueden afrontar los medicamentos. La mayoría de los jubilados tiene varios medicamentos, y eso implica 60, 70, 80 mil pesos, es un porcentaje muy grande de la jubilación. Ahora los están poniendo como de venta libre a los medicamentos más comunes, como el paracetamol, para que ya no tenga más descuento. ¿Por qué hacen esto? Porque usan la guita para otra cosa”.

“Topo, tenemos hambre”: ronda por las jubilaciones, efectos papales y el arte de gambetear a la policía

Fotos: Juan Valeiro.

Sergio: “Para robársela, eso es claro. No es que queda en el aire la plata cuando hay problemas. Por ejemplo, el tipo bajo los impuestos a los ricos. No se puede creer la estupidez de que quieren terinar con el déficit: si quisiera hacerlo tendría que cobrarles más impuestos sobre todo a los poderosos, a los monopolios, pero hace al revés: nos atraca a los jubilados”.

Raúl pertenece a Jubilados Insurgentes, uno de los grupos más activo en los últimos meses: “Nosotros hace como 8 años que venimos aquí a juntarnos con la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubilados y Pensionados, que se está movilizando hace más de 1.700 miércoles”.

Sergio cuenta que han armado un programa de acción común, que propone que inguna jubilación pueda estar por debajo de la Canasta del Adulto Mayor que hoy es de 912.584 pesos y se compone de gastos de alimentación (236.873), vivienda (198.000), medicamentos (145.000), y otros rubros como servicios, limpieza, recreación, transporte y vestimenta.

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Fotos Juan Valeiro.

Raúl: “Nosotros necesitamos que los trabajadores estén en blanco, que tengan salarios dignos, porque de allí deberían salir las jubilaciones. Pero los gobiernos, este en especial, hacen todo al revés. Para mí quieren volver a las AFJP y por eso desfinancian el sistema jubilatorio, para eliminarlo”. Sergio: “El país necesita que le den bola a los trabajadores, porque los intereses de los trabajadores son el bien común de toda la sociedad argentina”. 

¿Cómo ven la cuestión del supuesto apoyo social a Milei?

Sergio: “Yo creo que la gente está tomando conciencia, aunque les cueste reconocerlo, porque no es que sacrificándose va a mejorar la cosa. Será peor. También hay mucha gente que se conforma pensando en las elecciones, pero ya sabemos que eso puede ser una nueva traición, así que nosotros confiamos en la lucha nuestra. 

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Jubilados en la puerta del PAMI. Fotos Juan Valeiro.

–¿En qué los cambia o los transforma a ustedes el hecho de estar acá?

Raúl: Nos da el sentido de la vida, el que está en su casa mirando televisión lo único que puede hacer es rumiar su propia bronca. Nosotros estamos haciendo cosas positivas para cambiar esta cuestión, o por lo menos lo intentamos.

Sergio: nosotros nos sentiríamos muy mal si no estuviéramos haciendo algo, porque somos personas que estamos preocupadas por esto. Si nos quedáramos en el mazo nos sentiríamos unos cobardes o unos inútiles. Y no somos ninguna de las dos cosas.

Cuentan que se cruzaron con los trabajadores de Aerolíneas, que mañana habrá paro universitario preparando la gran marcha para el 2 de octubre, y que este jueves habrá paro de estatales y olla popular en Plaza de Mayo.

Así es también la agenda del presente.

Unos pasos más allá, un jubilado con un gorrito piluso eleva ante decenas de policías su pancarta manuscrita, que puede verse en esta imagen que sintetiza tanto de lo que está ocurriendo.

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Marcha federal universitaria: en defensa del derecho a soñar

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Con alegría, con la palabra y el abrazo, y movilizada, la sociedad argentina salió otra vez a defender su derecho al futuro. Eso es lo que significa la universidad pública: la esperanza y la dignidad, una batalla central en momentos donde el plan del gobierno busca imponer otro modelo. ¿Cuál es? Responden quienes estuvieron en la marcha.

El cruce de generaciones y la diversidad incluyó estudiantes, trabajadores de múltiples gremios que adhirieron, docentes, partidos políticos de todas las clases, asambleas barriales, colegios enteros, organizaciones de todo tipo, con gran visibilidad de las de jubilados, como cada miércoles en Congreso.   

Hubo gente de los barrios, de las aulas, de las fábricas y talleres. Hubo cursos completos que se movilizaron desde sus escuelas y universidades. Docentes y científicos identificados con sus guardapolvos blancos. Y muchísima gente “suelta” (como se describe a las que no van como parte de gremios o partidos). Familias, parejas, grupos de amigas y amigos. Los carteles caseros marcaron el tono de los reclamos, de la creatividad, y de lo denso de la situación. Los mensajes y las palabras de una sociedad que no se resigna a las políticas oficiales del insulto, los discursos de odio la destrucción. Y que sigue apostando por la educación, definida en uno de los carteles con un sol, un corazón y una idea: “La única revolución que dura para siempre”. La crónica de lo que enseñó la calle hoy, antes de conocerse, por la noche, el veto presidencial a la Ley, que tal vez pueda cambiarse en el Congreso de la Nación, si es que no vuelve a ocurrir lo mismo que con la fórmula de movilidad jubilatoria.

por lavaca.org / Fotos en Buenos Aires: Juan Valeiro

Marcha federal universitaria: en defensa del derecho a soñar

Imagen de la marcha en Buenos Aires.

Las calles no pudieron ser vetadas ni sujetas a protocolos policiales. Fueron otra vez las venas y las arterias por las que fluyó una energía social movilizada en defensa propia en todas las ciudades del país. El gobierno busca vetar la Ley de Financiamiento Universitario, como ya lo hizo con la movilidad jubilatoria. Omitió hacerlo hasta ahora esperando esta movilización, para operar luego con el veto que se confirmará si es que esta vez vuelve a encontrar diputados como los que Javier Milei llamó “héroes” –con asado incluido y negociaciones turbias– por haber votado contra los jubilados.

Pero en las calles se respira alegría mientras la multitud va ocupando cada espacio. Se ven sonrisas. Se oyen canciones. Se siente que las miles de personas que hoy marcharon necesitaban expresar su rechazo al plan del gobierno de desfinanciar la universidad pública. El derecho que se defiende es el de soñar.

Lo dice un cartel: “No somos la casta, somos pibxs con sueños”. 

Esos carteles, muchas veces hechos en cartones con marcadores o en hojas manuscritas, fueron una especie de enorme coro que opinó y describió el presente.

Marcha federal universitaria: en defensa del derecho a soñar

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Sobre la libertad y Conan

Algunos ejemplos de mensajes escritos a mano:

“La educación pública me abrazó a mí. Hoy la abrazo yo”.

“Analfa-veto”.

“En la Universidad pública papel higiénico y miedo nunca tuvimos”.

“Gracias a la educación pública soy veterinaria de perros reales”.

“Sin ciencia no hay Conan”.

“¿Esta libertad querías?”

“Te hicieron creer que vivías en un país de mierda para que no lo defendieras cuando lo destruyan”.

“Primera profesional de una familia obrera”.

“Inventados son tus 5 perros. Acá estamos todos los estudiantes de la universidad pública”.

“A mí me pueden bancar la UADE gracias a que mi mamá estudió en la pública, ¿cómo no la voy a defender?”

“Quienes solo tengan aspiraciones individuales nunca entenderán una lucha colectiva”

“¿Harta? Sí. ¿Rendida? Jamás”.

La marcha en Córdoba y Rosario.

“Imaginate estar en contra de lo que hace excepcional a este país”.

“Las fuerzas del pueblo”.

“Ahorrar en la universidad pública enriquece la ignorancia”.

“Cortemos las calles para que no nos corten las clases”.

“Si hay veto, hay tomas”.

“No somos la casta, somos pibxs con sueños”.

“Estudio para no pedirle consejos a un perro muerto”.

Marcha federal universitaria: en defensa del derecho a soñar

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

El mensaje en el guardapolvo

“Hijo y nieto de empleadas domésticas. Me gustaría ser profesor”, dice el cartel que tiene Matías, 18 años, que vino en el tren Roca desde Lomas de Zamora. “Mi bisabuela y tatarabuela eran amas de casa. En general, no hay gente con estudios universitarios. Dos de mis cinco tías terminaron el secundario, mi mamá no pudo. Recién mi generación estamos pudiendo tener estudios”. Quiere hacer el profesorado de Artes en la UNA: “Para mí es muy importante. Es muy significativo el hecho. El gobierno es gente con mucho odio, y le molesta que la gente sea feliz. Esta gente, llena de privilegios, nunca va entenderlo”.

Ana tiene 14 años, vive en San Justo y anda con un cartel que dice: “Y si ahora gritamos y cantamos a modo de protesta, es porque preguntamos bien y nadie nos dio una respuesta”. También lleva puesto un guardapolvo, que en el dorso comparte esta inscripción: “La educación no es un favor, es un derecho”. 

“Estoy acá porque me parece una injusticia que algo que tanto nos beneficia como es la educación, se esté recortando de esta manera. Yo estudio en una escuela pública y ya sé que voy a estudiar Derecho en la UNLaM, una universidad pública. Siempre voy a defender lo público, porque de ahí vengo”. Analiza: “Milei les llegó a los adolescentes y jóvenes desde un lado de la rebeldía, del gritar en sus discursos, los jóvenes se dejaron llevar por la rebeldía y votaron para el culo”. ¿Cómo se mira lo que viene teniendo 14 años? “Este es un país que defiende sus derechos, me ilusiona que la gente salga a la calle, que defienda lo que es suyo, que apoye a la educación pública”. ¿Qué esperás para adelante? “Que lo echen o que se vaya solo”. 

Marcha federal universitaria: en defensa del derecho a soñar

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Natalia (46 años) y Naomí (27) son de San Fernando y Tigre. Ambas son docentes. Naomí, además, es estudiante de la UBA, en la carrera de Psicología. Ambas llevan en sus manos dos cartones, que tienen letras negras escritas. El de Natalia dice: “En defensa de la universidad pública, gratuita, de calidad”; el de Naomí: “Cómo no defender lo que le da prestigio a mi país”. 

Más carteles: Axel y Juan Pablo son de Avellaneda; Marilyn es de Villa Domínico y Juan de Wilde. Cuatro conurbanos bonaerenses que llevan felices sus carteles en las manos y en sus cuerpos. Axel, 28 años, estudio en un profesorado de Matemáticas, muestra el suyo con determinación: “Marcho por el mañana porque en el pasado murieron por el ahora”. Y muestra sus palabras: “Nuestra presencia acá es fundamental para el futuro de la educación argentina, por los derechos de hoy y de los futuros ciudadanos, que nadie se los puede privar”.

Marilyn tiene 22 años y su cartel pregunta: “¿Qué más le piden a un docente universitario? Mínimo 6 años de carrera, un título y aun así hay que salir a reclamar para llegar a fin de mes”. Estudiando para contadora en la UBA, donde le faltan 11 materias para recibirse. “Vengo a marchar porque vemos día a día la falta de presupuesto. Yo trabajo en un estudio contable, y no me alcanza para llegar a fin de mes, pero a un profesor que ya tiene un título, que es un profesional, tampoco le alcanza”. 

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Mariano Fernández lleva un cartel que llama la atención: “Nieto de inmigrante, nieto de peón de fábrica, hijo de almacenero, hijo de la resistencia, hijo de la educación pública. Mi hermano Lucio va a ser el primer graduado de la familia. Es por él y por todos”. 

Mariano vive y tiene su almacén familiar en Avellaneda. Dice que “por tema de laburo” se priorizó a su hermano Lucio, que se está por recibir el arquitecto, lo que no pudieron hacer su padre ni su abuelo, ambos obreros: “Mi viejo siempre nos decía que hay que organizarse para luchar, y movilizarse para vencer. Hay que ganar la calle para vencer la trampa; hay que salir, y no perder la fe. Mi viejo y esa generación lucharon por un país mejor. Muchos dejaron su vida y ahora nos toca levantar esa bandera”. 

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.

“Villero y Universitario, el terror de los libertarios. Plan Fines, Laferrere”, se lee en un pedazo de cartón repleto de dignidad. Las manos que lo levantan son de Jésica Quintana, 37 años, del barrio Independencia de Laferrere. Está estudiando el segundo cuatrimestre del Plan Fines.

Dice: “Tengo este cartel porque somos conscientes que si no hay una educación pública, no hay derechos ni futuro. Yo a mi hija la había anotado en una escuela privada y la tuve que sacar y mandar a la escuela pública porque no me daba para pagarla. Y hoy mi situación es que hay días que no tengo ni para comer”.

La situación en su barrio: “Las escuelas están colapsadas, porque todos los que iban a escuelas privadas, ahora se pasaron a escuela pública. Los comedores están pidiendo más refuerzo, porque los nenes van a la escuela y piden comer más; las mamás se desesperan por una caja de leche en polvo, hay una necesidad enorme”. Y revela: “En mi barrio hay mucha gente que votó a Milei, que le pasó lo mismo que en la época de Macri. Todos querían un cambio y pensaban que el peronismo le estaba robando, cuando con el peronismo se obtuvieron más derechos, y hoy en día no tenemos nada. Mucha de la gente que lo votó, ya está arrepentida”.

Marcha federal universitaria: en defensa del derecho a soñar

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Cecilia vive en Buenos Aires, nació en Formosa y estudió Comunicación Social en la Universidad Nacional de Córdoba. Tiene 40 años y lleva un cartel que dice: 

¿Harta? Sí. ¿Rendida? Jamás. La educación pública se defiende. 

Lo que la harta: “No encuentro casi nada bueno de este momento, sinceramente, y malo encuentro un montón. No puedo creer que todavía pase esto. Tengo mucha desmoralización por momentos, mucha desesperanza, pero por eso en el cartel digo  “rendida jamás”. 

Lo que la ilusiona: “Hay que seguir peleando. Me esperanza que nada dura para siempre, todo tiene que cambiar en algún momento”. 

Florentina y Carla son amigas y docentes en el barrio Malvinas Argentinas. Florentina llegó con su hijo y un mensaje manuscrito sobre cartón: “Vine a protagonizar la única revolución que dura para siempre. Pública, Universal, Laica, Inclusiva y Gratuita”.

Plantea Florentina: “Estaba Cristina y la gente quería cambiar. Votaron a Macri. Se hartaron y votaron a Alberto. También se hartaron y votaron a este. Todo esto es una tristeza, pero hay que estar en la calle”. Carla pasa un dato del barrio: “Lo veo hasta por mi familia. Cada vez hay más arrepentidos de haberlo votado, aunque no siempre se atreven a decirlo”.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Los carteles abundan, hablan de gente suelta, pero también hay sindicatos y sus banderas. Elías (49) y Alberto (39) son vecinos de Barracas, trabajadores de la construcción y sostienen una de su sindicato: la UOCRA. “Sin educación no hay futuro”, dice Alberto. Elías tiene una hija de 14: “Si no nos despertamos ahora ni hacemos bien las cosas cada vez va a ser más complicado. Este gobierno solo piensa en pocos y no les interesa la justicia social, los jubilados, los estudiantes. Por eso vetaron todas las leyes, siempre en contra del ciudadano”. El trabajo también está complicado: “La obra pública es la madre de las industrias, y ahora todo está frenado”, dice Alberto. Elías tiene amigos arrepentidos de su voto: “El voto de confianza ya se le apagó. Un voto es esperanza, trabajo, la búsqueda de un bienestar distinto, pero este redujo el gobierno, la industria, las obras, cagó a los jubilados. Y a la persona que vos le preguntes, hoy no llega a fin de mes. Argentina es un país hermoso, riquísimo, ¿cómo puede ser que tengamos 52% de pobres?”.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.

La calidad o la traición

Las dos marchas universitarias fueron las más grandes de la Era Milei. La de hoy reunió el argumento de adelantarse al veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario, presión no tanto para la Rosada – que anunció que lo vetará pase lo que pase- sino apuntando al Congreso.

En la calle, marcharon parte de la UCR y la Coalición Cívica (con Lilita a la cabeza), se vio a Cristina saliendo al balcón del Instituto Patria, y a Horacio Rodríguez Larreta en la calle. A radicales como Martín Lousteau, Facundo Manes o Martín Tetaz; estuvo el ex ministro de Economía y candidato presidencial Sergio Massa; Pablo Moyano encabezando una columna escueta de la CGT; entre otros dirigentes que muestran que el reclamo es transversal a varias internas y grietas.

¿O no?.

Marcha en Mendoza y Santiago del Estero

Flor tiene 25, estudia Derecho en la UBA y es militante de Franja Morada, la agrupación universitaria del radicalismo. ¿Votó a este gobierno? “No podría votar jamás a alguien que, desde sus inicios, habló contra la universidad pública”. Vino de Jujuy porque allá no hay carreras de abogacía, y es primera generación universitaria: “Vinimos por dos objetivos: uno de corto y otro de largo plazo. En el corto plazo, para defender el presupuesto universitario y expresar que no tiene que haber un veto a la ley de Financiamiento Universitario que se aprobó y el presidente dijo, en sucesivas ocasiones, que va a vetarla. Y, a largo plazo, para garantizar el futuro: la universidad pública argentina hace bastante que no recibe el presupuesto que se merece, pero ahora se ve agravado, y eso perjudica la calidad académica. Afectarla, desfinanciarla, es perjudicar el futuro. Yo estoy cerca de recibirme, y tuve toda la calidad que recibí gracias a esta universidad. Pero así los docentes y no docentes, que están cobrando por debajo de la línea de la pobreza, se van a empezar ir y van a perjudicar a las futuras generaciones”.

Marcha federal universitaria: en defensa del derecho a soñar

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Si Milei veta la ley, ¿confía que sus propios diputados defenderán el proyecto? “Estoy viendo el contexto político perdido: la oposición tiene que ser dura en defender la bandera que ya tenemos. La Franja, si bien está relacionada a la UCR, no necesariamente acompaña cuando no es coherente con lo que tiene que hacer. La coherencia es que el radicalismo, si hay un veto, garantice que todos van a salir a defender la ley, que incluso fue creada en el espacio: es una bandera que siempre nos enorgullecemos tener. Esta marcha también es para pedirle a los diputados que actúen con coherencia, que sigan defendiendo la bandera, porque eso garantiza que todos podamos tener una educación mejor”.

Sin embargo, durante la discusión por el veto al magro aumento de las jubilaciones, los diputados radicales que habían votado a favor luego se dieron vuelta: “Me cayó muy mal. Fue terrible ver cómo por intereses propios traicionaron los intereses colectivos. Celebro los comunicados que sacó la UCR después, ¿pero cómo se va a traicionar así al pueblo? Me pareció un hecho de una traición directa a quienes los votamos”. 

¿Nos llevan puestos?

Juan, 22 años, estudiante de derecho de la UBA, también es ayudante de cátedra. Plantea: “El presupuesto no alcanza, vemos cómo los techos se caen a pedazos y la falta de insumos en los baños. Los docentes no viven con lo que cobran; se merecen algo digno, porque gracias a ellos somos lo que somos”. Y mira a futuro: “Estamos en una situación en la que nos quieren arrebatar nuestros sueños, para que no podamos ser quienes queremos ser, pero creo que todos los que estamos hoy acá vinimos para unir fuerzas y que todo esto que busca fomentar este gobierno lo podamos revertir”. 

Gisela y Miranda, madre e hija, vienen de Vicente López. Miranda tiene 15 años y estudia Piano en la Escuela de Música Juan Pedro Esnaola. “Quieren que el que no pueda pagar, no estudie, y que se quede trabajando en condiciones horribles. Que la gente se quede fuera de acceder a la educación y de formarse”. Gisela tiene 48 y no estudió: “Pero vengo por el futuro, por la gente que hoy estudia y está en condiciones deplorables. Nuestra educación siempre fue de calidad, de excelencia, así que la venimos a defender a muerte. Quieren ir rompiendo de a poco todo lo que se pueda para desarmar la sociedad: comedores populares, ANSES, universidades, todo lo que sea el Estado. Y si nosotros no salimos a defenderla, obviamente nos llevan puestos. La educación es el inicio de todo”.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.

También son madre e hija Alba (44) y Valentina (18). Alba es profesora de arte y tiene un cartel que ya es un hit: “Estudiá, no seas Adorni”. Se crió en Ciudad Oculta, en Lugano, sur de la ciudad: “Vengo de un barrio humilde y salí gracias a la educación. La educación es la salida. Quieren romperla porque no quieren que lleguen estos pibes, que piensen, que sean críticos”. Valentina, su hija, está estudiante para ser profe de arte: “Vengo por mis profes que me enseñaron a luchar. Tengo amigos que lo votaron y vine también por ellos, para que puedan estudiar. Algunos se arrepintieron, otros siguen confiando, pero ya va a surgir otra charla donde me van a responder mejor. Ellos tampoco se merecen algo malo”.

Sol (20), Camila (26), Agustina (30), Milagros (27) vienen de Escobar. “Un pueblo leído jamás será sometido”, dice el cartel que lleva Camila, pero dice que lo escribió Agustina. Explica la autora, estudiante de profesorado de teatro: “La educación es nuestra herramienta para no ser sometidos por el poder que sea y ser conscientes de nuestros derechos, obligaciones y poder estar cada día mejor. Ahora son las universidades pero después va a ser el resto de la educación. Sabemos por lo que estamos luchando porque tuvimos educación; si no, no estaríamos acá”.

Camila: “Un pueblo ignorante es mucho más fácil de manejar. Es un punto que moviliza todos. Si vos vas a estudiar, tenés un futuro, donde armar posibilidades. No solo la universidad: una primaria, una secundaria. Estudiar abre puertas. Y no pueden sacarte un derecho: es lo más básico”. Agustina trae la memoria de su abuelo, que tiene 80 años y le pidió que salga a marchar: “Me dijo que él no pudo porque, si salía, no estaría vivo. Es el legado de muchas personas que no pudieron. ¿Cómo vas a quitarnos algo que la gente salió a defenderlo incluso con la posibilidad de morir?”.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Elías (49) y Alberto (39) son vecinos de Barracas, trabajadores de la construcción y sostienen una bandera de su sindicato: la UOCRA. “Sin educación no hay futuro”, dice Alberto. Elías tiene una hija de 14: “Si no nos despertamos ahora ni hacemos bien las cosas cada vez va a ser más complicado. Este gobierno solo piensa en pocos y no les interesa la justicia social, los jubilados, los estudiantes. Por eso vetaron todas las leyes, siempre en contra del ciudadano”. El trabajo también está complicado: “La obra pública es la madre de las industrias, y ahora todo está frenado”, dice Alberto. Elías tiene amigos arrepentidos de su voto: “El voto de confianza ya se le apagó. Un voto es esperanza, trabajo, la búsqueda de un bienestar distinto, pero este redujo Gobierno la industria, las obras, cagó a los jubilados. Y a la persona que vos le preguntes, hoy no llega a fin de mes. Argentina es un país hermoso, riquísimo, ¿cómo puede ser que tengamos 52% de pobres?”.

Fanático y futuro

Desde temprano la gente no paró de circular, yendo y viniendo, según distintos horarios de convocatoria. Porque si bien el acto llamaba a las 17 horas, la movilización arrancó pasado el mediodía: a dos horas del horario estipulado para la concentración, las inmediaciones del Congreso de la Nación ya era una marea de pueblo. 

A la hora del acto, a las 17, por Entre Ríos la marea de gente pasaba Independencia. Ese pulso no paró durante todo el día.

La movilización se replicó en todo el país, siendo las marchas en Córdoba y Comodoro Rivadavia otras dos de las más masivas.

Remigio Ocampo (65) es vendedor de empanadas y fue uno de los detenidos durante la Ley Bases, acusado de terrorista: la causa todavía está abierta, pero aún no recuperó su celular. Vino de Tortuguitas, norte del conurbano bonaerense, no sólo para hacerse unos pesos: “También por el maltrato que hace este gobierno. Está devastando todo. Esto ya lo vivimos en los noventa. Es el menemismo, nomás que más rápido. No entiendo ni qué quiere. Yo creo que él no sabe. Es un psicópata: habla mal de China y ahora pide préstamos, habla mal de Brasil y le pide energía. El tipo se encontró con una sorpresa y está gobernando, también hay que decirlo, por lo mal hecho en los últimos ocho años, tanto de Macri como de Alberto. Pero hay necesidad en la calle de estar. Y todavía necesitamos ser mucho más”.

Marcha federal universitaria: en defensa del derecho a soñar

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

La idea de que aún falta más gente en las calles es compartida por Damián Verzeñassi, director del Instituto de Salud Socioambiental de la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario. “Justo me tocó estar acá y vine a marchar sobre todo porque entendemos que para poder ser libre una sociedad necesita estar sana; y un elemento clave para la salud es la educación. Sin educación no tenemos posibilidad de construir sociedades saludables, y mucho menos sociedades libres”, plantea a lavaca.

¿Desde la universidad pública qué se percibe? 

Creo que institucionalmente hay una reacción, el ahogo presupuestario se sintió y muy fuerte, pero siento que todavía como comunidad, más allá de la multitudinaria marcha que se ha hecho 23 y la de hoy, en la sociedad se ha instalado esta idea de que hay que ver cómo acomodarse a la situación, y eso es lo para mí preocupante. Lo han logrado, creo yo, con la política de la crueldad que se instaló y que se sostiene a fuerza de militarización y persecución. Han logrado anestesiar a una gran parte de la sociedad. Porque hoy estamos en todo el país, vamos a ser más de un millón, pero tendríamos que ser muchos más.

¿Cuántos? 

Tendríamos que ser los suficientes como para que ningún diputado o diputada tenga la posibilidad de pensar siquiera en dar vuelta su voto, como hicieron con la barbarie de dar vuelta un aumento miserable para los jubilados y jubiladas. 

Marcha federal universitaria: en defensa del derecho a soñar

¿En dónde puede estar el contagio para que haya más gente participando? 

Yo creo que se logra ser más desde adentro de la universidad, sacándonos de una vez por todas la actitud que hemos asumido pasivamente, en muchos casos, y que hemos resistido en otros, de ser serviles a las corporaciones. Mientras la universidad y la universidad pública sigan formando a los profesionales que trabajan en el servicio de las corporaciones para destruir los territorios, para legitimar el saqueo, para legitimar el extractivismo, va a ser muy difícil que la sociedad en su conjunto salga a abrazar a la universidad, pese a que hoy somos millones en todo el país. Creo que ahí hay un gran debate. Necesitamos defender a la universidad de quienes quieren desfinanciarla, pero también necesitamos defenderla, de quienes quieren transformarla en una herramienta al servicio de las corporaciones.

¿Hay esperanza? 

La esperanza la veo en la gente que a pesar de todo se moviliza aun sabiendo que mañana hay un grupo de personas que creen que pueden, con una firma, vetar una decisión del Congreso. La esperanza la veo en los miles y millones que, a pesar de que cada vez tenemos menos posibilidad de pagar los servicios básicos, seguimos pensando en que defender la universidad pública no es defendernos a nosotros mismos, sino la posibilidad de que todos tengan el derecho a la educación, y la posibilidad de acceder a la universidad.

Natalia, de Tigre, sobre la esperanza: “La esperanza son los jóvenes, la gente que se moviliza, los jubilados que están apoyando. Acá hay una gran posibilidad de hacer algo, de cambiar las cosas”.

Agrega Naomí: “Me ilusionan los jóvenes, el pensamiento crítico, que estudien, que se interesen por el futuro de su país. Para que no nos roben la ilusión hay que seguir luchando y compartiendo estos momentos, unidos, con fuerza, así es imposible que perdamos la ilusión”. 

Cecilia, de Formosa: “Hay que seguir peleando. Me esperanza que nada dura para siempre, todo tiene que cambiar en algún momento”. 

Las canciones finales decoran la tarde de melodías que mezclan esta rara alegría de la lucha:

Che peluca che peluca, no te lo decimos más,

Si nos tocás a la escuela qué quilombo se va a armar. 

Miles de personas la saltan y la gritan.

Luego la multitud empieza a desconcentrarse, en una coreografía de una jornada en paz y sin protocolos que inundó la zona de Congreso.

Desde el escenario se escucha el último tema, uno de Lali Espósito llamado Fanático, con reminiscencia al Presidente, cuyo estribillo dice: “Es mi fanático, me vuelve loca. Toda la noche me sueña y se toca”.  

Una docente pasa y dice: “Me encanta que termine con este tema”.

Y se va sacudiendo la cabeza y cantando mientras se cruza con una chica de remera negra estampada con estas palabras: “Sin Universidad no hay futuro”.

Marcha federal universitaria: en defensa del derecho a soñar

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

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Nota

Córdoba en catástrofe: el presupuesto nacional incendiado y lo que plantea la comunidad para defenderse

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Nueva jornada de incendios en Córdoba mientras el gobierno nacional alardea de su rechazo a la agenda contra la crisis climática y la ministra Bullrich le manda whatsapps a una periodista afectada. El presupuesto incendiado: de enero a julio de este año se registraron 1.425 incendios forestales en todo el país, 764 más que en el mismo período de 2023. Sin embargo, el presupuesto nacional para enfrentar estos desastres es un 43,8% menor al del año pasado. La situación actual, los reclamos para que Nación al menos abandone la indiferencia frente al desastre y la contracara: las sugerencias de brigadistas forestales que plantean cuidarse de la “infoxicación” y “conectar con la grupalidad comunitaria para accionar en tareas o actividades colaborativas que surgen de la necesidad colectiva”.

Por Bernardina Rosini, desde Córdoba

Es lunes y la actividad se reinicia para la mayoría de los habitantes en Córdoba Capital como si la provincia no estuviera asomada el infierno. Como si kilómetros más allá los vecinos de las localidades de Villa Berna, San Esteban, Los Cocos, Capilla del Monte y demás pueblos aledaños no estuvieran rogando que el fuego ceda y pueda ser aplacado.

Córdoba en catástrofe: el presupuesto nacional incendiado y lo que plantea la comunidad para defenderse

Que el viento sur se mantenga, que baje la temperatura. Y quienes ejercitan más la fe ruegan para que alguna lluvia sorprenda. 

Es el sexto día de este dragón de fuego en el territorio cordobés. En este momento se contabilizan cuatro focos activos: San Marcos Sierras, Villa Berna, Chancaní y Ascochinga. 

El incendio que se inició el miércoles 18 en San Esteban y que luego llegó a Capilla del Monte, ahora está anclado en el margen norte del Río La Granja y los esfuerzos se concentran en proteger esta localidad. Por ahora el fuego no avanza hacia zonas pobladas gracias a los esfuerzos de brigadistas y bomberos.

16.000 hectáreas quemadas

Este lunes en Ascochinga y La Granja no hay clases “por salud y seguridad de la comunidad educativa pero también para dar prioridad de tránsito de vehículos de emergencia por las rutas” informaron autoridades locales. El intendente de la municipalidad de Córdoba Daniel Passerini instruyó al gabinete municipal para que se ponga a disposición del Ministerio de Seguridad y quienes dirigen el operativo de lucha contra el fuego. “Desde el Municipio se han enviado varios camiones cisterna de apoyo logístico, mientras que a través del Ente Municipal BioCórdoba se concretó el traslado de profesionales para el resguardo y atención de animales de las zonas afectadas, con equipos y medicamentos” anuncian los canales oficiales de la capital. 

Córdoba en catástrofe: el presupuesto nacional incendiado y lo que plantea la comunidad para defenderse
La postal de las sierras: humo de día, fuego de noche.

El panorama es trágico: al domingo se contabilizan 16.000 hectáreas quemadas a pesar de los 700 bomberos y bomberas movilizados, la acción de las brigadas forestales, los 7 aviones hidrantes y los 6 helicópteros que actúan sin descanso.

En las declaraciones del fin de semana el gobernador Martín Llaryora –sin dar mayores detalles– mencionó el “apoyo de aeronaves y pilotos provenientes de la provincia de Buenos Aires y Santiago del Estero”. Chubut anunció que 32 miembros de la Brigada Nacional Sur de Las Golondrinas partieron desde esa localidad para sumarse a la lucha contra el fuego en la provincia mediterránea.

No hay pacto para el futuro

Por otra parte, el silencio del gobierno nacional se quebró con las declaraciones de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich que desde Estados Unidos y mediante un audio de whatsapp enviado a la periodista Mercedes Ninci expresó: “El fuego está fuerte y estamos haciendo todo lo posible”. Y completó: “Lo que sucede es que tenemos el pasto muy seco que se convierte en basura y eso se quema y genera chispas muy grandes, enormes. Y hay viento y mucho calor” sintetizando el reporte de situación en la mención de estos componentes y dirigiéndose no a la ciudadanía sino a una periodista afectada.

En cuanto al presidente Javier Milei, se prepara para hablar este martes 24 en la 79° Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. Sin embargo la canciller cordobesa Diana Mondino anticipó la posición argentina y confirmó que el país no firmará el denominado Pacto por el Futuro 2045, que se trata de la continuidad cronológica de la Agenda 2030 para el Desarrollo planteada por las Naciones Unidas.

La extensión al año 2045 de las líneas maestras en seguridad, cambio climático y derechos humanos logró la adhesión de la mayoría de los 193 Estados miembro de la ONU, entre ellos EEUU, Brasil, India, Israel y la Unión Europea y la Argentina está en el reducido grupo de países que rechazaron el proyecto, junto a Irán, El Salvador, Venezuela y Corea del Norte.

El gobierno nacional ratifica su descreimiento sobre la agenda climática ante la comunidad internacional mientras la provincia de Córdoba arde por quinto año consecutivo y más de 150 organizaciones civiles se movilizan por la declaración de emergencia nacional bajo el lema #FuegoCero “ante la catástrofe de dimensiones históricas y daños irreparables por los incendios, sumados a las condiciones intensificadas por el cambio climático, consideramos que se debe solicitar mayor colaboración de la Nación” según señala el comunicado de la organización.

Derogaciones y confusiones

En el marco de los incendios, fueron publicados varios análisis de las normativas ambientales y del manejo del fuego, sin embargo es importante aclarar que la Ley de Manejo del Fuego (N° 26.815/12 y su modificatoria N° 27.604/20) no fue derogada ni por el mega DNU ni por la Ley Bases. Si bien la derogación estaba contemplada en la primera versión del proyecto de ley, no logró pasar por el Congreso. 

En cuanto a la segunda versión de la Ley Bases, se excluyó todo el capítulo ambiental debido a que todos los dictámenes en disidencia o minoría de la primera versión rechazaban las derogaciones o modificaciones de las regulaciones ambientales.

Con respecto al  fideicomiso para la administración del Fondo Nacional de Manejo del Fuego, tampoco fue eliminado, de hecho el pasado 13 de septiembre fue publicado en el Boletín Oficial que la “Subsecretaría de Ambiente será la autoridad de aplicación del Fideicomiso Financiero y de Administración para la administración del Fondo Nacional del Manejo del Fuego, cuyo Comité Ejecutivo estará integrado por el Vicejefe de Gabinete del Interior, el Secretario de Turismo, Ambiente y Deportes y el Secretario de Coordinación Legal y Administrativa de la Jefatura de Gabinete de Ministros”.

Incendiando el territorio y el presupuesto

Mientras los incendios continúan arrasando el territorio cordobés, los números evidencian una cruda realidad: la falta de recursos destinados a prevenir y combatir estas catástrofes es alarmante.

De enero a julio de este año se registraron 1.425 incendios forestales en todo el país, 764 más que en el mismo período de 2023. Sin embargo, el presupuesto nacional para enfrentar estos desastres es un 43,8% menor al del año pasado. El ajuste a las partidas de Manejo del Fuego y Servicio Nacional de Manejo del Fuego se tradujo en una drástica reducción de las horas de vuelo previstas para las tareas de control y combate del fuego, pasando de 5.100 a 3.100 horas, en base a previsiones meteorológicas optimistas que no contemplan la realidad local.

Pero si las partidas son reflejo del ajuste, la ejecución del presupuesto asignado al manejo del fuego es reflejo de la indiferencia oficial. Durante el primer semestre de 2024, solo se ejecutó el 26,7% de los recursos destinados a esta área, muy lejos del 78% registrado en el mismo período de 2023. Los costos de la inacción se miden en vidas, biodiversidad y comunidades devastadas. El Estado es responsable.

La contracara: el cuidado

Se abrazan en ronda, se agradecen y se animan en grupo: “¡Hoy le vamos a dar, vamos que hoy lo cerramos!”. Las jornadas son extenuantes.

No olvidan la importancia de mantenerse en contacto, pero en el sentido profundo de la palabra. La brigada forestal de La Granja comparte en sus redes recomendaciones para el cuidado de la salud mental y emocional ante la cercanía del fuego:

  1. ESTAR CERCA. ¿De quién? Primero de nosotros mismos, de nuestras sensaciones, sentimientos, pensamientos y emociones. Y estar cerca de otras personas, acudir a nuestras redes de sostén y vínculos (familiares y/o comunitarios) No quedarse en la emoción individual sino intentar encontrarnos y compartir!
  2. OBSERVAR Y CHEQUEAR a las infancias, adolescencias y también a personas mayores. Para contener y acompañar. Preguntarnos y preguntar ¿Cómo estamos? ¿Qué necesitamos?
  3. Recordar que no somos héroes ni heroínas por lo que no es necesario forzar fortaleza y SÍ ES NECESARIO abrazar y abrazarnos en la sensibilidad.
  4. Cuidar y cuidarnos de “INFOXICACION” (exceso de información) Informarse sí, desde fuentes seguras. Evitar la sobre exposición a; * Imágenes, sobre todo en redes sociales (que tienen un fuerte impacto emocional) *Mensajes confusos (que puedan generar o aumentar la angustia).
  5. PRESTAR ATENCIÓN cuidando de no entrar en desesperación. Conectar con la GRUPALIDAD COMUNITARIA para accionar en tareas o actividades COLABORATIVAS que surgen de la necesidad colectiva ante la situación presente.
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Nietes: una nueva generación en la calle reclamando memoria, verdad y justicia

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Nietes es un organismo de derechos humanos que nació en 2019, formado por nietos, nietas y familiares de personas desaparecidas. Una nueva generación que decide salir a la calle por la Memoria, la Verdad y la Justicia. En esta oportunidad el grupo encaró una acción en el centro porteño para visibilizar el caso de Jorge Julio López, cuyo testimonio fue crucial para comprender las características del aparato represivo ilegal que funcionó durante la dictadura, y para lograr la condena del comisario Miguel Etchecolatz a prisión perpetua. López había sido un desaparecido en dictadura, y tras sus testimonio de 2006 desapareció en plena democracia. Hasta hoy.

Nietes elaboró este texto que es a la vez una reflexión, una historia y un poema. Además plantean que “nos siguen debiendo una respuesta sobre dónde está Jorge Julio López: Casa Rosada, Corte Suprema y el Congreso”.

Y agregan “No olvidamos, no nos reconciliamos, no perdonamos”.

Nietes: una nueva generación en la calle reclamando memoria, verdad y justicia

En Congreso, la gente se sumó a Nietes para recordar y reclamar por la desaparición de Julio López.

Aquí, el artículo que fue tapa de MU sobre Nietes

El texto que el grupo difundió este 18 de septiembre, que se refiere a la historia y también al presente.

un albañil
dos años y medio desaparecido
tres juntas genocidas
cuatro centros clandestinos 
¿dónde está López?
cinco y los años pasan
seis gobiernos sin explicación
siete de aparición con vida (otra vez)
ocho de marchas sin resignación
año nueve y de pronto la década,
la democracia,
sin respuestas: ¿dónde está López?
once septiembres que salió de su casa
doce que señaló con nombre y apellido al terror
trece de una espera infinita,

con juicios y castigos y ese dolor
de catorce primaveras que no llega
y quince
y dieciséis
y diecisiete
por eso a dieciocho años de tu segunda desaparición, 
te seguimos recordando
sin olvido ni perdón ni reconciliación,
Jorge Julio López presente
ahora y siempre.


Como @nietescaba organizamos esta acción en la Ciudad de Buenos Aires para señalar a los tres poderes que hoy, a 18 años, nos siguen debiendo una respuesta sobre dónde está Jorge Julio López: Casa Rosada, Corte Suprema y el Congreso. No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos. Gracias @mu.lavaca por compartir nuestra intervención.

Nietes: una nueva generación en la calle reclamando memoria, verdad y justicia

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