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“Topo, tenemos hambre”: ronda por las jubilaciones, efectos papales y el arte de gambetear a la policía

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Nueva ronda de jubiladas y jubilados alrededor del Congreso en tensión con la policía que busca hacer cumplir el “protocolo” del ministerio de Seguridad. Tras las palabras del papa Francisco el viernes pasado (“en vez de pagar la justicia social, pagaron el gas pimienta”) la policía evitó esta vez pulverizar a personas jubiladas y niñas, como en ocasiones anteriores. Las pancartas caseras volvieron a concentrar la atención por el ingenio y los reclamos, en una tarde en la que los jubilados hicieron una presentación al PAMI por la falta de medicamentos que los afecta especialmente. Hubo sentadas en la calle, banderazos en los semáforos y embudos de tránsito, cantándole a las fuerzas de seguridad: “Qué feo debe ser/ pegarle a un jubilado para poder comer”. En la foto principal puede verse la manos de la gente frente a la embestida policial. Una percepción en la calle: “A la policía la tenemos desconcertada”.

Fotos Juan Valeiro/lavaca.org

En un momento de la ronda del movimiento de jubilados de este miércoles, tras recibir empujones policiales con los escudos para evitar que siguiesen caminando por Combate de los Pozos para doblar por Yrigoyen, las personas que manifestaban tomaron otra decisión: giraron caminando no por el asfalto sino por la vereda en la que se encuentra la entrada al Senado.

La policía entonces debía ir corriendo con sus trajes que le valen el apodo de “tortugas” para pararse en el cordón de la vereda a medida que la columna avanzaba, para que nadie bajara a la calle.

“Topo, tenemos hambre”: ronda por las jubilaciones, efectos papales y el arte de gambetear a la policía

Un Abbey Road en la 9 de Julio: yendo del PAMI al Congreso. Fotos Juan Valeiro.

Esa coreografía fue poco a poco rodeando al Congreso. Uno de los jubilados se acercó a una de las policías tortugas: “Por qué nos hacen esto, estamos peleando también por el futuro de ustedes”. Un policía se acercó amenazante y el jubilado con serenidad le dijo: “Solamente le estoy hablando, no le voy a pegar. No soy una rata como vos y todos tus compañeros que le pegan a las jubiladas”.

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1839012959294476740

Dos canciones: “Ju-bi-lados carajo” y “Qué feo debe ser pegarle a un jubilado para poder comer” verso este último dedicado a las supuestas fuerzas del orden. La ronda continuó hasta que en Rivadavia y Entre Ríos se vio más gente todavía haciendo banderazos ante los automovilistas que venían por Rivadavia, y luego ante los que transitaban por Entre Ríos.

La única certeza que parecían tener los así llamados “efectivos” policiales era la de no utilizar, al menos por esta vez, el gas pimienta que la semana pasada logró que hasta la máxima referencia de la Iglesia Católica en el mundo se refiriese al modo de reprimir en Argentina: “En vez de pagar la justicia social, pagaron el gas pimienta” dijo el papa Francisco.

“Topo, tenemos hambre”: ronda por las jubilaciones, efectos papales y el arte de gambetear a la policía

Intrépidos policías enfrentando a los jubilados en Hipólito Yrigoyen y una calle cuyo nombre podría ser una imagen del presente: Combate de los Pozos. Fotos Juan Valeiro

En una de las esquinas se había armado un embudo de manifestantes, que dejaba fluir el tránsito pero a otra velocidad. También hubo sentadas, cacerolazos y un señor llevaba el siguiente cartel: “Yuyito = Covelia, recoge la basura”. Raúl, uno de los manifestantes, declaró a lavaca: “Tenemos desconcertada a la policía”.

“No hay libertad”

Entre los carteles más llamativos estaba el de Elisa: “Topo, tenemos hambre”.

Ella cuenta: “El topo es Milei. Y digo que tenemos hambre porque sube la inflación, los costos y el hombre no hace nada. Al contrario, dijo que nos iba a arruinar. Si sigue la inflación vamos a caer en default y entonces va a haber menos obreros que trabajen. Puede venir lo peor, violencia, una guerra civil, cualquier cosa. Hay mucha delincuencia y al tener un presidente ruin que arruina, que estafa a los que creían en él y al resto, a favor de la venta de órganos y que está vendiendo la patria, entonces la inflación sube, el peso cae, y entonces se va a desatar lo peor entre gente de capitales y gente humilde. Eso están buscando”. ¿Por qué usted cree que lo hacen? “Para llegar a que se termine la democracia. Yo hoy no siento tener libertades. Me siento oprimida. Reprimida. Presa en un gobierno de delincuentes”. 

“Topo, tenemos hambre”: ronda por las jubilaciones, efectos papales y el arte de gambetear a la policía

Paula de Ramos Mejía tiene 57 años: “Vengo porque a los viejos no pueden hacerle esto. Vi el primer miércoles cómo estos de azul le pegaban a los abuelos y desde ese día no dejé de venir. Todavía no soy jubilada y a este ritmo me voy a jubilar a los 80. Lo que viene va a ser horrible. En nueve meses Milei hizo un desastre, imaginate si se queda tres años más, no deja nada. ¡Porque no le importa nada! Van por todo… Sturzenegger de nuevo. Caputo de nuevo. No tenemos memoria. Tengo una impotencia que no puedo más”.

La reunión y la canasta

Raúl relata la experiencia al llevar una carta al PAMI en la que plantean los reiterados pedidos de reunión que realizaron.

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1838981561590468906

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1838981561590468906

“Pese a la apremiante situación en que nos encontramos no tuvimos respuesta alguna”, escriben, y plantean especialmente: “Han reducido el vademécum de medicamentos y el otorgamiento de medicamentos oncológicos, incluso las tareas de cuidado y el suministro de elementos para mejorar la calidad de vida, como sillas de ruedas, audífonos y hasta pañales”.

“Topo, tenemos hambre”: ronda por las jubilaciones, efectos papales y el arte de gambetear a la policía

Policía o abrazo. Fotos Juan Valeiro.

Raúl: “Fuimos muchas veces a PAMI, presentamos muchas notas por el tema de los alimentos. No habíamos ido concretamente por el tema de los medicamentos, salvo cuando fuimos a reclamar por los medicamentos oncológicos de una compañera. Finalmente hizo un amparo, reclamamos tras el amparo, y se los dieron. Y hoy nos juntamos con todas las organizaciones que estamos aquí los miércoles. Lo que pedimos fue una entrevista con el interventor que se llama Esteban Leguízamo pero no nos dejó subir. Bajó uno que dijo ser el jefe de gabinete y nos recibió en el hall, no nos dejó entrar más que de allí. Recibió la nota, nos dieron un correo electrónico, y nada más. No dijeron ni blanco ni negro. Les dijimos que con 300 mil pesos, que es la  jubilación mínima con el bono, no se pueden afrontar los medicamentos. La mayoría de los jubilados tiene varios medicamentos, y eso implica 60, 70, 80 mil pesos, es un porcentaje muy grande de la jubilación. Ahora los están poniendo como de venta libre a los medicamentos más comunes, como el paracetamol, para que ya no tenga más descuento. ¿Por qué hacen esto? Porque usan la guita para otra cosa”.

“Topo, tenemos hambre”: ronda por las jubilaciones, efectos papales y el arte de gambetear a la policía

Fotos: Juan Valeiro.

Sergio: “Para robársela, eso es claro. No es que queda en el aire la plata cuando hay problemas. Por ejemplo, el tipo bajo los impuestos a los ricos. No se puede creer la estupidez de que quieren terinar con el déficit: si quisiera hacerlo tendría que cobrarles más impuestos sobre todo a los poderosos, a los monopolios, pero hace al revés: nos atraca a los jubilados”.

Raúl pertenece a Jubilados Insurgentes, uno de los grupos más activo en los últimos meses: “Nosotros hace como 8 años que venimos aquí a juntarnos con la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubilados y Pensionados, que se está movilizando hace más de 1.700 miércoles”.

Sergio cuenta que han armado un programa de acción común, que propone que inguna jubilación pueda estar por debajo de la Canasta del Adulto Mayor que hoy es de 912.584 pesos y se compone de gastos de alimentación (236.873), vivienda (198.000), medicamentos (145.000), y otros rubros como servicios, limpieza, recreación, transporte y vestimenta.

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Fotos Juan Valeiro.

Raúl: “Nosotros necesitamos que los trabajadores estén en blanco, que tengan salarios dignos, porque de allí deberían salir las jubilaciones. Pero los gobiernos, este en especial, hacen todo al revés. Para mí quieren volver a las AFJP y por eso desfinancian el sistema jubilatorio, para eliminarlo”. Sergio: “El país necesita que le den bola a los trabajadores, porque los intereses de los trabajadores son el bien común de toda la sociedad argentina”. 

¿Cómo ven la cuestión del supuesto apoyo social a Milei?

Sergio: “Yo creo que la gente está tomando conciencia, aunque les cueste reconocerlo, porque no es que sacrificándose va a mejorar la cosa. Será peor. También hay mucha gente que se conforma pensando en las elecciones, pero ya sabemos que eso puede ser una nueva traición, así que nosotros confiamos en la lucha nuestra. 

“Topo, tenemos hambre”: ronda por las jubilaciones, efectos papales y el arte de gambetear a la policía

Jubilados en la puerta del PAMI. Fotos Juan Valeiro.

–¿En qué los cambia o los transforma a ustedes el hecho de estar acá?

Raúl: Nos da el sentido de la vida, el que está en su casa mirando televisión lo único que puede hacer es rumiar su propia bronca. Nosotros estamos haciendo cosas positivas para cambiar esta cuestión, o por lo menos lo intentamos.

Sergio: nosotros nos sentiríamos muy mal si no estuviéramos haciendo algo, porque somos personas que estamos preocupadas por esto. Si nos quedáramos en el mazo nos sentiríamos unos cobardes o unos inútiles. Y no somos ninguna de las dos cosas.

Cuentan que se cruzaron con los trabajadores de Aerolíneas, que mañana habrá paro universitario preparando la gran marcha para el 2 de octubre, y que este jueves habrá paro de estatales y olla popular en Plaza de Mayo.

Así es también la agenda del presente.

Unos pasos más allá, un jubilado con un gorrito piluso eleva ante decenas de policías su pancarta manuscrita, que puede verse en esta imagen que sintetiza tanto de lo que está ocurriendo.

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Amenaza de desalojo de la comunidad mapuche de Los Alerces: “Somos un estorbo para sus planes”

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Se vence mañana el plazo judicial para desalojar el sector del Parque Los Alerces ocupado desde 2020 por la comunidad mapuche Pailako. Detalles del caso, lo que plantea la comunidad, la ausencia de diálogo, la influencia de Milei y del gobernador chubutense, y qué pasó antes para llegar a esta situación. El contexto, según el pueblo mapuche, que incluye al gobierno kirchnerista que no concretó el mandado constitucional para relevar y reconocer las tierras que les corresponden. Por Francisco Pandolfi

Este jueves 9 de enero es el límite judicial impuesto a la comunidad mapuche Pailako, en el Parque Nacional Los Alerces, provincia de Chubut, para concretar su desalojo. El 2 de enero les dieron cinco días hábiles para concretarlo.

Desde la lof, le dicen a lavaca: “Parques Nacionales, en nombre del Estado argentino, está forzando un desalojo aplicando normativa creada en el gobierno de facto militar, sumándole a la reciente derogación de la Ley de Emergencia territorial que los impedía. Están llevando adelante una campaña racista sobre las personas que estamos aquí, no reconociendo la preexistencia, menospreciando nuestra cosmovisión, nuestra cultura, nuestra forma de relacionarnos con la naturaleza. La Cámara Federal de Comodoro Rivadavia rechazó todos los intentos de nuestros abogados y abogadas de frenar el desalojo, en una clara voluntad negacionista de entablar una mesa de diálogo. Detrás de esto hay intereses inmobiliarios, extractivistas, turísticos, y somos un estorbo para sus planes”. La idea del diálogo no prosperó para esta comunidad que se instaló en un sector de Los Alerces en 2020, reivindicando derechos ancestrales de cinco generaciones habitando en la zona. El 10 de diciembre pasado Javier Milei declaró por decreto el fin de la Ley de Emergencia para la concreción del reconocimiento a la posesión comunitaria de tierras por parte de los pueblos indígenas. Esa Ley 26.160 mantenía la suspensión de los desalojos sobre esas tierras. Después del decreto la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia dispuso el 20 de diciembre que ya no existe la emergencia en materia de posesión y propiedad de las tierras indígenas, por lo que podía procederse al desalojo en el caso de Los Alerces.

Amenaza de desalojo de la comunidad mapuche de Los Alerces: “Somos un estorbo para sus planes”

Imagen publicada en la revista MU de Los Alerces tras los incendios del año pasado. Fotos: Nicolás Palacios/lavaca.org.

El juez federal de Esquel, Guido Otranto (recusado en 2017 por la desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado, en medio de una violenta represión de Gendarmería), exhortó a la comunidad a abandonar su tierra hasta este jueves 9 de enero. De lo contrario, notificó que ejecutará el desalojo “por la fuerza pública”. Tanto el director de Parques Nacionales, Cristian Larsen, como el gobernador de Chubut, Ignacio Torres (que el año pasado endilgó sin prueba alguna a la lof como responsable de los incendios en Los Alerces:

https://lavaca.org/notas/jamas-provocariamos-un-incendio-la-respuesta-de-la-comunidad-mapuche-acusada-por-el-gobernador-de-chubut/) informaron que presenciarán el desalojo.

En su primer año de gobierno el gobierno de Javier Milei cabalgó con toda su libertad discursiva y de acción por encima de las 40 naciones originarias que habitan lo que hoy es Argentina. Al intento ni bien iniciado su mandato de derogar la Ley de Tierras, que limita la posesión en manos extranjeras (decreto hoy frenado judicialmente) se le sumaron varios atropellos.

Los principales, en términos concretos, la derogación de la resolución 4811/96 que regulaba el Registro Nacional de Comunidades Indígenas, para inscribir las personerías jurídicas, y el desguace del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI). Se puede contabilizar además el cambio de nombre al Salón de los Pueblos Originarios de la Casa de Gobierno; la disolución del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI).

El contexto mapuche

Jorge Nawel es autoridad política de la Confederación Mapuche de Neuquén, y brinda un panorama para comprender la situación de las políticas sobre los pueblos indígenas. “Milei determinó distintos enemigos para su proyecto global y uno somos las naciones indígenas, porque habitamos lugares estratégicos para sus políticas de saqueo. Es un presidente al que no le interesa la industrialización, la educación y la salud pública, y todo su sistema económico se sostiene en la cuestión financiera y extractivista. Dentro de ese modelo sostenido en la explotación hidrocarburífera, minera, de litio, los pueblos somos una interferencia, y para facilitar el saqueo necesita privarnos de cualquier herramienta de defensa que tengan las más de 2.000 comunidades en el país y las más de 40 naciones indígenas que habitamos lo que hoy es Argentina. Así que cualquier ataque de Milei hacia nosotros no nos sorprende y siempre estamos esperando un próximo golpe”. 

Aclara sobre el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas: “Claudio Avruj es su titular y fue secretario de Derechos Humanos en la gestión de Macri. Es un conocido actor de políticas anti-indígenas. Al INAI lo desguazaron, lo vaciaron de contenido y de cuadros técnicos. Cuando hoy interviene, es para favorecer a nuestros sectores enemigos, así que no tenemos ninguna expectativa de que esto vaya a cambiar en el tiempo que dure su gestión”.

Amenaza de desalojo de la comunidad mapuche de Los Alerces: “Somos un estorbo para sus planes”

Escena de cultivo en la comunidad amenazada de desalojo. Fotos: Nicolás Palacios/lavaca.org

Democracia y racismo

–¿Cuál es la mayor preocupación frene al futuro?

–Que no hay oposición política. Este ajuste perverso contra los más postergados y débiles; estos abusos que genera un gobierno de verdaderos aventureros, lo pueden hacer porque enfrente hay una gran pasividad de la oposición, que está especulando –y que demuestra la pobreza de la política– con que una vez más sea el pueblo pobre el que salga a poner el cuerpo y la vida, y recién ahí aparecer como los defensores de las causas populares. Es vergonzoso que la dirigencia no se ponga a la altura de esta tragedia que estamos viviendo, porque la aparición de esta gente solo favorece a una porción muy pequeña de la población. No hay reacción de los partidos opositores, enfrascados en ver cómo salvan su pellejo, cómo sobreviven a todo el descreimiento general que va creciendo en esta falsa democracia, totalmente incompleta.

¿Y en ese caso?

Todo queda en nuestras manos: la defensa de nuestros derechos no depende de las instituciones, sino de nuestro poder de organización y movilización. Eso siempre fue así, pero en determinados momentos históricos supimos tener aliados. El gobierno nacional muchas veces lo fue, al ser una especie de garante o fiscal en nuestra lucha contra los intereses locales, los gobiernos provinciales que son los grandes deudores de los pueblos indígenas, por ser quienes tienen las facultades, la competencia y la jurisdicción para devolver nuestra tierra. Son los gobiernos provinciales los que deben otorgar la personería jurídica o aplicar la educación intercultural, por ejemplo. Hoy, sin embargo, el gobierno nacional sólo fogonea la criminalización y un absoluto odio racial, lo que genera que el abuso sea todavía mayor.

De CFK a Milei

–Todos los caminos conducen al extractivismo, al RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones). ¿Qué pasó para llegar hasta acá, a esta situación?

–Se llegó porque los gobiernos anteriores, más allá que se calificaran de demócratas, de progresistas, de nacionales y populares, todos defendieron siempre la matriz extractivista. Nosotros luchamos contra un modelo nocivo para la vida, la seguridad, para el aire que respiramos, como es el fracking que lo instaló Cristina Kirchner. En el momento de su mayor poder político nos entrevistamos con ella en el marco del Bicentenario (2010). No le pedimos que fuera una abanderada de la causa indígena, sino solo dos cosas: que nos garantice los derechos fundamentales como propiedad comunitaria de la tierra y el derecho a la consulta libre e informada. Ella tenía todas las facultades y posibilidades para hacerlo; contaba con mayoría absoluta en el Congreso para que esas leyes fueran realidad y sin embargo nunca lo logramos. En cambio lo que sí pasó fue que en 2013 se instaló el fracking (método de extracción de hidrocarburos empleando grandes cantidades de agua y contaminantes) con un pacto que hizo aquel gobierno con Chevron, una de las petroleras más contaminantes y desprestigiadas del mundo. Así lograron una alianza para explotar Vaca Muerta. Entonces, este perverso que ahora gobierna, encontró todas las condiciones para que la explotación fuera totalmente impune, al punto que hoy les permite instalar un comando unificado conducido por Patricia Bullrich, para que nadie interfiera sobre Vaca Muerta. En esto se ve claro cómo surgió Milei y cómo ante la enorme pasividad del poder político opositor, ejecuta las barbaridades que quiere.

Desalojo anunciado

El último 10 de diciembre, en coincidencia con el Día de los Derechos Humanos y a un año de tomar el poder, el gobierno nacional derogó la Ley de Emergencia Territorial Indígena, cuya prórroga vencía en noviembre de 2025 y suspendía los desalojos sobre tierras comunitarias de los pueblos originarios.

Amenaza de desalojo de la comunidad mapuche de Los Alerces: “Somos un estorbo para sus planes”

Cruz Cárdenas, uno de los integrantes de la comunidad Pailako.

Opina Jorge Nawel: “Por un lado, esa ley implicaba un relevamiento territorial de las comunidades, que en manos de este INAI era una herramienta peligrosísima, por sus múltiples abusos de poder, y su apoyo a los terratenientes y a las empresas transnacionales. Desde este punto no nos parece tan grave, porque Nación deja de tener injerencia en las disputas que tenemos con los gobiernos provinciales, así que ahora queda planteado el escenario para que las provincias muestren sus verdaderas caras: si van a resolver nuestra cuestión territorial o si van a seguir favoreciendo la usurpacion de los territorios”.

Los desalojos: “El problema mayor de la derogación de la ley de emergencia territorial es que detenía los desalojos. La necesidad de legislar en este aspecto se dio posterior al 2000, cuando se dictaron numerosas órdenes de desalojos, todas aplicadas con una violencia incontrolable. La ley aprobada en 2006 puso un freno a esa represión. Y en estos casi 20 años logramos –con mucha lucha y movilización–, la aprobación de numerosos instrumentos de derechos y jurisprudencia, así que si hay jueces y fiscales que creen que tienen las manos libres para cometer cualquier tipo de abuso, se equivocan y no nos vamos a quedar pasivos ante su intento de seguir violando nuestros derechos”.

–Existe una inminente amenaza de desalojo de la lof Pailako, en el Parque Nacional Los Alerces, que el juez Guido Otranto fijó para este jueves 9 de enero. ¿Qué significa este avance judicial?

–Esto tiene que ver con las políticas de Parques Nacionales. En el 2000, 2001 logramos en el Parque Nacional Lanín una política de co-manejo, en conjunto con el Estado, que pretendíamos que fuera ejemplificadora y se reprodujera en todo el país, porque las 40 naciones indígenas están superpuestas en áreas protegidas, pero no logramos que se replicara en otros parques, donde hay un abuso total hacia la población local, y los guardaparques son una especie de militarización en territorios indígenas. En el gobierno de Alberto Fernández pretendimos desarrollar esta política pero no hubo avances, en ningún sentido. Y así llegó Milei, que con una perversidad total dejó cesantes a numerosos trabajadores, muchos de ellos del pueblo mapuche. Además, prohibió todo tipo de manifestación política cultural; sacó resoluciones donde imposibilitó que se levantara la bandera del pueblo nación mapuche; prohibió a sus cuadros intermedios que promovieran festividades como el  We Xipantu, que es el año nuevo mapuche. Entonces, hoy los Parques Nacionales son un escenario de enfrentamiento, de criminalización grave. Si se llega a concretar mañana el desalojo de lof Pailako, significará una puerta abierta para toda una política de represión. La comunidad dijo que no va a permitirlo y veremos hasta dónde se animan a aplicar la violencia que vienen prometiendo. Lof Pailako tiene muchísimo acompañamiento, estamos todos movilizados y denunciando esta política perversa de Parques Nacionales. Los pueblos indígenas no vamos a bajar los brazos ante todas las amenazas, ningún pueblo se entrega mansamente como si fuéramos ovejas que vamos al matadero. 

“No nos van a poder borrar”

–Jorge, ¿cómo se reflexiona y se acciona ante este presente?

–Nos obliga a potenciar la organización y el grado de movilización que como pueblos indígenas podamos demostrar. Nunca vamos a bajar los brazos porque sabemos que estamos defendiendo un territorio valioso para este modelo depredador. Cada día estamos haciendo una política de resistencia, unificando las luchas para ponerle límites a quienes hoy gobiernan promocionando el sálvese quien pueda. En juego está nuestra vida, así que debemos potenciarnos y articularnos con los otros sectores también castigados, algunos incluso más que los propios pueblos indígenas. Ellos no van a poder, por más que consigan la complicidad de jueces y fiscales para ensayar políticas de desalojo, o que nos califiquen de usurpadores, violentos o terroristas. Más allá de todas esas campañas que montan junto a poderosos medios de comunicación, los pueblos indígenas estamos acá, en el centro de los intereses de este capitalismo depredador y no nos van a poder borrar. Si no lo hicieron con la fuerza de las armas hace 140 años atrás, menos lo van a poder hacer hoy.

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El mundo en una foto: el Papa y la kufiya

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El bebé está rígido, con los brazos abiertos y las piernas levemente recogidas. Alrededor tiene a sus padres, aunque se sabe que el oficial, formalmente conocido como Dios, debe estar mirando la escena desde otra parte. 

El bebé es Jesús y descansa su rigidez sobre una kufiya, el pañuelo que lleva el diseño de una red en negro sobre blanco: símbolo de Palestina, tal vez más fuerte que la propia bandera. La imagen y el pañuelo son parte de la escultura que artistas palestinos regalaron al argentino Jorge Bergoglio, formalmente conocido como Papa Francisco. 

Cuando ese pesebre se presentó en el Vaticano el 7 de diciembre de 2024 dijo Francisco: “Ante este pesebre recordamos a nuestros hermanos y hermanas que, en Belén y en otras partes del mundo, sufren la tragedia de la guerra”. Recorriendo ese paisaje desde su silla de ruedas agregó: “Con lágrimas en los ojos elevamos nuestra oración por la paz. ¡No más guerra, no más violencia! ¡Que haya paz en todo el mundo y para todos los hombres, a quienes Dios ama!”. 

Luego estalló un apocalipsis de críticas internas y externas. El mundo no parece excesivamente preparado para la búsqueda de la paz: su zona de confort es la violencia. El pequeño Jesús rígido y el pañuelo con la red en negro sobre blanco fueron retirados de la escena.

La situación previa: en octubre de 2023 un ataque del grupo Hamás a Israel –uno de los países más militarizados y en una zona permanentemente monitoreada por los servicios de inteligencia– provocó 1.189 asesinatos, entre ellos el de 815 civiles. Hamás pudo secuestrar además a 251 personas. De ellas, 117 (mujeres, niños y trabajadores extranjeros) recuperaron su libertad. En Israel se calcula que 64 rehenes siguen vivos en la Franja de Gaza, piezas de cambio para negociar la liberación de prisioneros palestinos.

El ataque de Hamás abrió la puerta a otro infierno: la campaña militar israelí contra Gaza. 

El cálculo difundido por Naciones Unidas es que ya ha habido 45.000 muertes de población mayoritariamente civil. UNICEF estimó que los niños muertos en Gaza por los ataques militares desde que se desató el conflicto es de 14.500. El otro dato: la hambruna masiva y la restricción del acceso a la ayuda humanitaria y a la prensa internacional. En su informe anual Reporteros sin Fronteras destaca: “Gaza se afianza como la zona más peligrosa del mundo en 2024 y en el territorio con mayor número de periodistas asesinados en el ejercicio de sus funciones en los últimos cinco años: el Ejército israelí ha matado a más de 145 periodistas desde octubre de 2023”.

El papa Francisco había planteado en noviembre: “Lo que está ocurriendo en Gaza, que según algunos expertos parecería tener las características de un genocidio, debería ser investigado con atención para determinar si encuadra en la definición técnica que sostienen juristas y organismos internacionales”.

La propuesta queda planteada, aunque corre el peligro de ser retirada a los mismos aposentos a los que fueron a parar Jesús y el pañuelo. 

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El gobierno en una foto: los dueños de la Argentina

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La foto y las sonrisas podrían ser un emblema de la época. Ocurrieron el 17 de diciembre de 2024 en el hotel Palacio Duhau-Park Hyatt. (Por Sergio Ciancaglini)

De creerse en los trascendidos a la opinión pública, el ministro Luis Caputo, alias Toto, dio cuenta en ese almuerzo de un pollo al horno con puré. Es un plato difundido en estas curiosas tierras, que tal vez Caputo no encontró en fugas anteriores, desparramado en playas cariocas tras “fumarse” 15.000 millones de dólares de reservas “irresponsable e ineficientemente”, según lo denunciaba el entonces panelista televisivo Javier Milei.  

En la foto se ve al actual ministro de Economía junto una serie de personas que en cualquier otro ámbito podrían ser confundidas con jubilados salvo por los trajes, las cuentas bancarias y las prótesis: Luis Pagani de Arcor (primer productor mundial de caramelos y otros productos que no aplican como alimentos); Héctor Magneto de Clarín (que definió a la presidencia de la Nación como “cargo menor”, aunque luego lo desmintió sin éxito ante la versión original del maestro Chiche Gelblung); Sebastián Bagó de los laboratorios ídem; Federico Braun de La Anónima (quien reconoció que lo suyo es  “remarcar todos los días” como actitud ante la inflación); Alejandro Bulgheroni (de Pan American Energy); Cristiano Rattazzi (reconoció que gracias a las actuales políticas la gente come menos carne, pero él también, mezclando pobreza con tips vegetarianos); Carlos Miguens del grupo ídem; Paolo Rocca de Techint, instalado financieramente en la guarida-ducado de Luxemburgo para no pagar impuestos; y Jaime Campos de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) promotora del encuentro y diversas actividades cobijadas en una metódica penumbra. No estaba el presidente: no hacía falta.  

Había otras mesas que reunieron un  total de treinta y tres comensales, tres de ellas mujeres. Había un Blaquier, un Roggio, un Pérez Companc, un Roemmers, y hasta un Duhau (no Park Hyatt), entre tantos. No estaba el más rico, Marcos Galperín, un Elon Musk all uso nostro, emigrado al Uruguay para aliviar impuestos, quien de todos modos fue designado en la Mesa Ejecutiva de AEA junto a Magneto, Pagani y Rocca, por ejemplo. 

Había allí más riqueza reunida que la que posee en conjunto gran parte de las millones de personas del país que intentan seguir aferradas a una supuesta pirámide social que no derrama hacia abajo dinero y bienestar sino escombros y residuos. Afuera del hotel, cuentan, había gente ansiosa por ver qué pasaba dentro. No por AEA, sino por la posible aparición ante sus fans de Luis Miguel, huésped del lugar e intérprete de canciones que entre estos adultos mayores podrían haber encontrado coro. Por ejemplo, “Dame”.   

Antiguamente se mencionaba a este tipo de personas como dueños del país, capitanes de la industria y otros epítetos menos glamorosos. Hoy muchas de esas empresas están trasnacionalizadas y los ex dueños mutaron a CEOS. Había en otras eras emblemas como Franco Macri y Carlos Bulgheroni. Este último, fallecido en 2016 a los 71 años tras convivir desde los 28 con un cáncer de ganglios, es un símbolo: negoció con todas las dictaduras, con gobiernos democráticos, con Occidente, con China y hasta con los talibanes por un gasoducto de Las Mil y una noches, que jamás llegó a construir. Se le conocen pocas frases: “Somos los cortesanos del poder”, y “Los gobiernos pasan, nosotros quedamos” entre las icónicas.  

Los comensales del Duhau tomaron lo que Bulgheroni y también el Macri originario enseñaron. Al menos desde los tiempos de la dictadura lograron que los gobiernos les entregaron todo o casi. Muchos se enriquecieron inoxidablemente gracias al Estado, y supieron enriquecer a militares y funcionarios con los porcentajes correspondientes. Pero a estos empresarios nada, nunca, les resultó suficiente: “Será que no me amas” cantaría el huésped del Duhau. Los gobiernos pasan, ellos quedan. Para la población los resultados de tanto poder acumulado por estos señores en las últimas décadas están a la vista. 

Según las crónicas más serias (La Nación, por ejemplo, que tenía entre los convidados a Julio Saguier, presidente del directorio del diario), el ministro Caputo “contó que la genialidad fue bajar la tasa de interés”. 

En el marco del autopercibido mejor gobierno de la historia, las palabras de ese coloso rock star trasuntan cierto nerviosismo oficial, un trastorno obsesivo compulsivo de alabarse a sí mismo. Pueden parecer reacciones diagnosticadas por un conocido refrán español: “Dime de qué presumes, y te diré de qué careces”. El gobierno presume de un éxito económico inigualable, de un apoyo social inédito, de un crecimiento económico deslumbrante. Lo mismo ocurrió en su momento con otras experiencias como las de Martínez de Hoz, Menem y Macri, por poner una letra. 

El autoelogio oficialista deberá confirmarse o no más adelante, de acuerdo a los designios a veces astrológicos de la familia gobernante y su entorno, que evocan también a otra etapa que se autopercibía como exitosa, comandada por José López Rega (a) el Hermano Daniel, promotor de la idea de Argentina Potencia, del Rodrigazo y recordado, además, por la creación de la Alianza Anticomunista Argentina (o Triple A).   

Volviendo al Duhau, los invitados dijeron a Caputo a través del señor Campos lo que repitieron de distintas formas a todos los gobiernos anteriores:  

“La AEA, conformada por empresarios que lideran empresas muy importantes de nuestro país, quisiera expresarle hoy el compromiso de todos sus miembros de trabajar para que la Argentina deje atrás décadas de estancamiento y se encamine definitivamente en la senda del desarrollo económico y social”. 

La pregunta podría ser: ¿quién les pide tanto? ¿O será como tantas veces, un oficialismo producto del viento a favor, para finalmente descartarlo? Por ahora, solo sabemos que terminó una parte del juego que continuará en este 2025. Tiempo para desearnos un feliz año, aunque esta vez –con todo tan dado vuelta– podría ser prudente plantearlo al revés: que todos tengamos un zilef oña.  

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