CABA
Comida sana vs. sobrepeso y enfermedad: El kioscazo
Desde el sur del país, un chef ideó recetas y propuestas prácticas para cambiar el kiosco de golosinas y gaseosas por alimentos saludables. La experiencia derivó en un libro que propone que los chicos elaboren alimentos como parte de su educación. Por Sergio Ciancaglini.
Distintas investigaciones que no suelen darse a conocer al gran público para evitar que cunda la alarma, plantean que el planeta Tierra ha sido invadido masivamente por los OCNIS: Objetos Comestibles No Identificados.
Así define la nutricionista Miryam Gorban (titular de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria, Facultad de Medicina, UBA) al cúmulo de productos y bebidas industriales que colman góndolas, kioscos y estómagos: “Los llamo comestibles porque son cualquier cosa menos alimentos”.
El chef Mariano Navarro -39 años- comprendió hace mucho esa diferencia: “No es lo mismo alimentar que rellenar barrigas”. Habitante de Choele Choel, Río Negro, fue y volvió varias veces, estudió gastronomía en Bahía Blanca y trabajó exitosamente en restaurantes, hoteles y casinos de diferentes provincias.
Pero algo seguía haciendo ruido en su cerebro y en sus tripas: “Me había tenido que operar de labio leporino, y eso me llevó a querer estar fuerte antes y después de la cirugía. Pero fuerte naturalmente, no con remedios. Me puse a investigar, y se me abrió todo el mundo de la alimentación para la salud”. La operación fue un éxito, y la apertura también.
Aquel hallazgo fue el comienzo de una serie de sorpresas que terminaron instalándolo como una especie de chef itinerante, llegando incluso a escuelas de toda su provincia. Impulsó una idea sencilla y compleja: crear kioscos saludables para salir del relleno habitual de golosinas y gaseosas, y pasar a una alimentación organizada por la comunidad educativa (padres, docentes y estudiantes). “Que además de sana tiene que ser riquísima para que los chicos no vuelvan a las golosinas”.
De esa experiencia aplicada a partir de 2009 en la Escuela Rural 215 de Fray Luis Beltrán, nació un libro con 50 recetas y muchas ideas para que niñas y niños puedan descubrir qué están comiendo, qué alimentos hacen bien, cuáles enferman, y qué es lo que ellos mismos pueden hacer al respecto. Las recetas incluyen por supuesto todos los ingredientes, consejos, trucos y tiempos para la elaboración de cada producto. El libro es claro y fluido: hasta los adultos pueden comprenderlo.
Los niños PAMI
Mariano y Pato, su compañera, tuvieron un hijo y todo lo que iban aprendiendo sobre alimentación saludable les produjo una gran movilización: interior y culinaria.
“Me fui alejando de la gastronomía tradicional, y empecé a dar talleres de cocina para adultos y jóvenes. Lo hacía de modo bastante lúdico, para que se tomara a la cocina como juego. En una de las escuelas se me quemó todo lo lúdico cuando descubrí que el 80% de los chicos era el encargado de cocinar en sus casas, porque los adultos trabajaban todo el día”. Menú familiar previsible: salchichas, papas, fideos, en el mejor de los casos. “No sabían lo que era una berenjena. Y otras veces vos veías que comían esas mismas cosas, pero 3 o 4 veces a la semana. El resto de los días, no comían”. Tal cosa ocurría mientras los panelistas de la televisión especulaban sobre los índices de pobreza.
Mariano iba masticando la experiencia, mientras dictaba también Talleres de Comida Saludable. A uno de ellos asistió un chico de 7º grado que volvió a la Escuela Rural 215, de Fray Luis Beltrán (Río Negro) proponiendo a sus maestros que llamaran a ese chef sin gorro para que diera cursos.
Las madres y padres de la escuela, para colmo, ya venían planteando su preocupación sobre lo que comían sus hijos, porque empezaban a manifestarse problemas raros de salud. Cuenta Mariano: “Tenías en pequeña escala los casos que surgen en las encuestas nacionales. Por ejemplo, el crecimiento de la obesidad por malnutrición al atiborrarte de alimentos ultraprocesados y gaseosas”. Argentina tiene el récord de 40% de niños en edad escolar con sobrepeso, y el mayor porcentaje regional de niños obesos, casi el 8%.
Agrega Mariano: “En la escuela había un programa de salud muy general, pero descubrieron que había, además del sobrepeso, un alto índice de enfermedades crónicas no transmisibles: respiratorias, diabetes, hipertensión, o varios casos con problemas cardíacos. Parecía un hospital de PAMI, con enfermedades de gente mayor, pero en chicos de 6 a 12 años”.
Mariano informa: “Cuando empecé el libro las encuestas daban que un 15% de los chicos del país tenían enfermedades crónicas no transmisibles. Hoy calculan que subió al 25%”.
La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y la Organización Panamericana de la Salud plantean en su último informe la relación entre ese tipo de enfermedades y los alimentos.
Madres, padres, docentes y un chef, percibían en el aula lo mismo que describen los organismos internacionales de la salud: chicos enfermos, o en peligro.
La Municipalidad de Fray Luis Beltrán hizo un aporte económico para que el proyecto pudiera realizarse y todo derivó en talleres para las familias (adultos y niños) y los docentes, que se instalaron en aulas y cocinas y empezaron a preparar sus propias estrategias para reemplazar al kiosco de golosinas y gaseosas por uno saludable.
No fue sólo un tema de alimentación, sino también de educación. “Y el resultado fue increíble”, explica el chef kiosquero, que además trabaja con cooperativas de mujeres en situación de riesgo, adolescentes judicializados y armado de huertas escolares con el INTA.
Gaseosas y sapitos
Mariano cree que por primera vez en la historia de la humanidad se está envenenando a la gente desde el alimento (u OCNIS). Pero su estilo docente no es alarmista sino sereno y muy dialogado. Los chicos cuentan qué les gusta comer o beber, y a partir de eso se ponen a investigar a través de Internet. “A una de las chicas le gustaba el sapito pinta lenguas. Es una galleta de chocolate con una especie de goma adentro. Nos pusimos a ver cómo se hace, y descubrimos que usan goma laca que te deja la lengua violeta, que es lo que se aplica para el esmaltado de muebles. Se quedaron todos helados. Ahí les propuse hacer nosotros mismos unas galletas de chocolate, y rellenarlas con pasta de higo. Salieron buenísimas: los chicos aprendieron a hacerlas, y chau sapito”.
Descubrieron de paso la letra chica y las fórmulas incomprensibles de los ingredientes de lo que compraban en el kiosco. “Pero básicamente vemos lo que significan la grasa, el azúcar y la sal como productos de elaboración que se hacen adictivos, sin alimentar. O las harinas blancas. O los endulzantes como el aspartamo que ahora en la Unión Europea reconocen que es sumamente tóxico y lo reemplazan por el jarabe de maíz de alta fructuosa (JMAF) que también se usa en las gaseosas, y es de los productos con los que pronto va a pasar como con las grasas trans: los van a tener que reducir o prohibir porque no son alimentos y por los efectos que generan”.
La recorrida por los contenidos abarca conservantes, colorantes, saborizantes y todos los agregados imaginables. Mariano: “Todo eso está hecho para que comas sin poder parar, pero además tenés todo el aparato publicitario para metérselo en la cabeza a los chicos, y a nosotros. La transición no se logra de un día para el otro”.
La hipótesis es que los chicos están sometidos a sabores extremos, con el bombardeo de azúcar y sal que se percibe en cantidad de galletitas, papas fritas y todas las golosinas, que además tienen el efecto de no saciar el apetito: por eso la necesidad de seguir consumiéndolas.
¿Cómo se hace la transición? “Primero hay que hablar y lograr afinidad con los chicos. Con las gaseosas soy bastante drástico porque vemos lo del aspartamo, el JMAF, los colorantes y el alto grado de acidez que barre el jugo gástrico. ¿Qué hacemos? Jugos de frutas que les gusten a los chicos. Al principio les pongo bastante azúcar, pero vamos bajando eso hasta hacerlos totalmente naturales. Con las galletas y los alfajores lo mismo: empezamos con manteca pero lo cambiamos luego por aceite, y vamos bajando hasta un mínimo de aceite, azúcar, o cacao. Se recontra logra. Pero además, lo hacen ellos mismos. Es un chispazo mental cuando se llevan a la boca la torta, el bizcochuelo o la galleta que cocinaron ellos mismos. Ni te digo cuando eso se complementa con hacer la huerta agroecológica en la escuela”.
El chispazo mental no ocurre por alguna luz racionalista, sino por lo que siente el cuerpo: “Y no hay marcha atrás. En todos estos años no hubo un solo caso en el que no se pudiera revertir la situación y cambiar la alimentación”.
Chupate esa mandarina
Kiosco saludable plantea los aspectos legales de la experiencia, planifica las etapas de implementación, la articulación de contenidos con otras materias, propone una guía de actividades para ir desarrollando durante la transición, y un enorme recetario: panes integrales, bizcochuelos, tortas, budines, alfajores, galletitas, colaciones, postres, leches y licuados, dulces, y más. La próxima horneada de trabajo que imagina Mariano se refiere a los comedores escolares, lo cual promete otra película de suspenso.
Otro ingrediente: “Tampoco hay que pensar al kiosco saludable o a la alimentación de los chicos como un negocio que deje rédito. Con que permita lograr continuidad y acceder a los productos, ya es una ganancia enorme”.
Se trata de otro marketing, o de otra bolsa de valores: la ganancia es que los chicos transformen su alimentación, su comprensión, su capacidad de acción, y que crezcan sanos, temas que no se sabe a cuánto cotizan en la vida actual.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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