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Stop cáncer: más demandas contra el glifosato en EE.UU

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Ya son 11.200 los juicios contra Monsanto-Bayer iniciados en Estados Unidos por personas que sufren la enfermedad y la relacionan con la cercanía o el uso del Roundup. El próximo caso incorpora nuevos estudios sobre la relación entre cáncer y glifosato. ANABEL POMAR
El pasado 25 de febrero comenzó el segundo juicio contra Monsanto (Bayer) por provocar cáncer – del total de 11.200 demandas confirmadas por la empresa que esperan su turno en corte-. El proceso se desarrolla en San Francisco ante el juez Vince Chhabria y un jurado de seis personas quienes serán las encargadas de llegar a un veredicto. En ese distrito, hace seis meses, el jardinero Dewayne Johnson logró convertirse en el primer enfermo de cáncer al que la justicia le diera la razón concluyendo que el glifosato fue sustancial para producirle la enfermedad.
¿Será Monsanto nuevamente condenado? El abogado demandante Edwin Hardeman espera que sí, aunque el proceso bifurcado y las actitudes del juez durante las primeras audiencias tienen a numerosos observadores de organizaciones de consumidores preocupados por lo que, aseguran, constituyen muestras de parcialidad a favor de la empresa.
Hardeman, el segundo paciente oncológico en llegar ante un tribunal de justicia con su caso, vivió por décadas junto a su esposa en el condado de Sonoma, California, en 22 hectáreas de tierra que alguna vez fueron usadas como refugio de animales exóticos. Hoy, a sus 70 años, enfermo terminal, recuerda que comenzó a usar los productos Roundup para combatir al roble venenoso y controlar las malezas en su propiedad en 1986. Y así lo hizo en forma continua por casi treinta años. En febrero de 2015, se le diagnosticó un Linfoma Non Hodking de Tipo B, aproximadamente un mes antes de que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) reclasificara al glifosato, ingrediente clave en Roundup, como un “probable cancerígeno para humanos”.
Hardeman contrató a la firma de abogados Andrus Wagstaff y presentó una demanda contra Monsanto el 12 de febrero de 2016. Hace días la empresa Bayer, nueva dueña de Monsanto, comunicó oficialmente que la cantidad de demandas ascienden a 11.200. El último número oficial  conocido era de 9.300 y fue publicado a fines de 2018. Es decir que las demandas aumentaron un 20% en apenas tres meses.
Los textos contra la empresa son similares. Puntualmente la demanda de Hardeman alega que la exposición a Roundup fue un factor importante para provocar su enfermedad.
Entre otras acusaciones afirma que Monsanto:

  • Sabía o tenía razones para saber que Roundup era defectuoso e inseguro, especialmente cuando se usaba en la formas sugeridas por Monsanto. (Es decir con las llamadas “buenas prácticas).
  • No realizó los estudios suficientes para sus productos Roundup®
  • Sabía o debería haber sabido en el momento de comercializar sus productos Roundup® que la exposición a Roundup® podría causar cáncer y otras enfermedades y lesiones graves.
  • No realizó una vigilancia adecuada posterior a la comercialización de sus productos Roundup®.

La información que Monsanto proporcionó o comunicó no contenía las advertencias y precauciones adecuadas que habrían permitido al Sr. Hardeman, y personas en situaciones similares, utilizar el producto de forma segura y con la protección adecuada. En su lugar, Monsanto difundió información que era inexacta, falsa y engañosa y no comunicó de manera precisa o adecuada la severidad, la duración y el alcance comparativos del riesgo de lesiones asociadas con el uso y/o la exposición al Roundup y al glifosato; continuó promoviendo la eficacia de Roundup, incluso después de que supiera o debería haber sabido de los riesgos no razonables del uso o la exposición; y ocultó, minimizó o suprimió de cualquier otro modo, mediante un marketing y promoción agresivos, cualquier información o investigación sobre los riesgos y peligros de la exposición al Roundup y al glifosato.
El juez Chhabria seleccionó el caso del Sr. Hardeman para ser el primero de los cientos de otros casos federales de cáncer contra Monsanto y el Roundup ante un jurado. En enero de este año, Chhabria concedió la solicitud de Monsanto para bifurcar el juicio de Hardeman. Esta decisión fue leída por expertos como un guiño inmenso a favor de Monsanto. ¿Es posible presentar ante un jurado estudios científicos que defienden al glifosato sin poder mencionar que la empresa estuvo detrás de su redacción? Justamente es eso lo que la bifurcación permite al crear dos fases para el juicio. La primera fase solo abordará la evidencia relevante a la causalidad, específicamente, si el herbicida Roundup de Monsanto contribuyó significativamente al desarrollo del LNH por parte del Sr. Hardeman. Si el jurado considera que la exposición al Roundup contribuyó significativamente al cáncer del Sr. Hardeman, pasarán a la segunda fase, que se centra en el conocimiento, la conducta y los daños de Monsanto (tanto compensatorios como punitivos).
Para avanzar sobre la responsabilidad de Monsanto, el jurado debe de manera unánime concluir que el Roundup provocó el cáncer del demandante. Es por ello que esta primera parte se concentra solo en estudios médicos e investigaciones, dejando fuera todas las evidencias de escritura fantasma, manipulación y lobby sobre la ciencia y las agencias de regulación.

Nuevas pruebas científicas

Kathryn Forgie, abogada de la firma legal que representa a Hardeman,  le dijo a MU que pese a la bifurcación hay pruebas suficientes para condenar a Monsanto: “La epidemiología muestra claramente que el uso del Roundup aumenta considerablemente el riesgo de desarrollar cáncer Linfoma no Hodgkin y, de hecho, muestra que el uso de Roundup causa el LNH. Hay una gran cantidad de toxicología (estudios en animales) y estudios de genotoxicidad en seres humanos que apoyan la epidemiología al demostrar que el Roundup causa el LNH”.
Los estudios científicos se volvieron centrales en esta etapa y una nueva evidencia de la relación entre cáncer y glifosato fue incorporada. La defensa logró admitir como prueba un nuevo trabajo científico que concluyó que  los agrotóxicos con glifosato aumentan un 41% las posibilidades de sufrir cáncer. El estudio que coincide con la conclusión de  la IARC fue realizado a partir de la revisión exhaustiva de la bibliografía existente sobre el tema,  y publicado apenas semanas atrás,  en la revista Mutation Research / Reviews in Mutation Research, cuyo editor en jefe es el Genetista Toxicólogo de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) David DeMarini.
“En general, de acuerdo con la evidencia de estudios experimentales en animales y otros mecanismos, nuestro meta análisis sugiere un vínculo convincente entre las exposiciones a herbicidas basados ​​en glifosato y un mayor riesgo de LNH”, señala el trabajo. Para cada estudio que se revisó, los investigadores se centraron en los grupos que estaban más expuestos al químico. “Esta investigación proporciona el análisis más actualizado del glifosato y su relación con el Linfoma No Hodgkin, incorporando un estudio de 2018 a más de 54.000 personas que trabajan como aplicadores de pesticidas con licencia”, dijo la coautora del estudio Rachel Shaffer, de la carrera de Doctorado de la Universidad de Washington, Departamento de Ciencias Ambientales y de Salud Ocupacional.
Firmado por cinco científicos estadounidenses, tres de esos autores seleccionados en 2016 por la EPA como miembros de la junta del panel científico de asesoramiento en glifosato, el estudio coincide a su vez con los planes de las autoridades de varios países de limitar el uso de productos de venta agrícola que contengan glifosato. No solo en su aplicación sobre los cultivos sino como desecador de semillas.
El segundo juicio avanza y se espera un veredicto en breve: tal vez cuando se publique este artículo ya se haya resuelto si se pasa o no de fase. En paralelo seguramente haya comenzado el tercer juicio: es la hora de Alva y Alberta Pilliod, un  matrimonio de California, ambos enfermos de cáncer por, aseguran, utilizar Roundup.
Esto recién comienza. Sea Monsanto nuevamente condenado o no, será un caso tras otro, muy a pesar del silencio abrumador de agencias regulatorias, como la de Argentina, ante estas nuevas pruebas y evidencias de la corrupción corporativa para defender su producto y mantenerlo en el mercado. Las evidencias del daño del Roundup llegan a los tribunales y pueden conocerse como nunca antes en la historia de este producto. Miles y miles de enfermos terminales buscan les devuelvan con una compensación monetaria la salud perdida. Aunque la vida no tenga precio, miles y miles de enfermos terminales están exponiendo ante el mundo la peligrosidad cancerígena del glifosato.

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